Los personajes de esta historia no me pertenecen. Son propiedad de TSR o/y R.A Salvatore, el argumento se beneficia de historias varias de vampiros.
No obtengo beneficio alguno por escribir esto salvo mi propio entretenimiento.
AVISO: Este fanfic es YAOI (y slash)y este se da entre los personajes Jarlaxle y Artemis, además de Vladimir Giurescu (personaje propio), si este género no te interesa o te resulta desagradable no lo leas, comprendo perfectamente esa postura.
Capítulo 16. Amanecer
Entreri despertó con el aroma de un desayuno caliente, entreabrió los ojos y sonrió al ver a Jarlaxle entrar en la habitación con una bandeja de comida y una amplia sonrisa.
- Buenos días, Artemis.
Pese a los deseos de ambos de irse del castillo, había sido imposible dado el debilitado estado de ambos, sobre todo de Entreri, cuyo maltrato necesitaba de mas descanso.
Se habían movido a una habitación que gozaba de un amplio ventanal y Jarlaxle dedicaba todos sus esfuerzos a avergonzar a Entreri con sus excesivos cuidados.
- Puedo levantarme, puedes dejar de traerme la comida.
El drow se limitó a negar imperiosamente tal posibilidad y dejó la bandeja sobre la mesa del escritorio, que era la mayor distancia que permitía andar a Entreri.
- Cuando me recupere te arrepentiras de haberme dado ordenes.- Le advirtió.
Jarlaxle se limitó a darle un beso de pico que le hizo ruborizarse hasta la raiz y le apartó la silla para sentarse. El maldito drow sabía como hacerle callar toda amenaza.
Mientras desayunaba miró a Jarlaxle con curiosidad, ahora que la amenaza vampírica había terminado, ahora que Giurescu no existía, tenía tiempo para pensar.
Era terrorífico. Cuando había estado con Jarlaxle no había podido ni había querido profundizar en lo ocurrido entre ambos, lo que había ocurrido en el bosque no había sido solo sexo, los sacrificios que ambos habían hecho el uno por el otro no había sido pura relación de camaradería o utilidad... todo había sido demasiado extraño, Entreri sentía cosas que no había sentido jamas o tan alejadas que ni las recordaba.
Jarlaxle no parecía tener problemas con aquel cambio, de hecho el drow irradiaba felicidad, y no tenía ningun recato en manifestarle su... amor. Le besaba, le acariciaba y le decía sin ningún preambulo que le amaba. Se lo decía en un tono tan dulzón que Entreri sentía deseos de tirarle la comida a la cara.
Pero, ¿acaso sabía Jarlaxle lo que era el amor? ¿Lo sabía él? Lo que había hecho, su lucha, su sacrificio por salvar a Jarlaxle... le indicaban que había algo... bien podía ser amor.
No sabía como reaccionar con normalidad ahora. ¿Debía responder a las atenciones? ¿Debía besar a Jarlaxle sin motivo alguno? ¿Abrazarse a él en cada ocasión?
- Un penique por tus pensamientos.
Entreri se percató de que había vagado demasiado en su mente y se preguntó como manifestar sus dudas Jarlaxle, o mas bien porque sentía deseos de compartir una debilidad, algo que sin duda antes hubiese considerado fuera de discusión.
- Pensaba en... todo lo ocurrido.
- Pues menudo dolor de cabeza.
Entreri le fulminó con la mirada y siguió comiendo, él intentaba conversar seriamente y Jarlaxle le salía con estupideces, era imposible.
- No te enfades, lo siento.
Entreri no se molestó en hablar, si Jarlaxle quería dejarlo todo en una broma alla él, no tenía ganas de lidiar con su falta de sentido de la propiedad.
Jarlaxle suspiró sonoramente pero no consiguió que Entreri volviera a mirarle, era una lástima pero no podía evitar sus salidas de humor. Era el recurso que había usado constantemente en su vida para sobrellevar la tensión constante de su forma de vida.
Pero desde luego no era la forma mas inteligente de conversar con Entreri, aunque a veces podía arrancarle una sonrisa era un gran riesgo dependiendo del humor del humano. Que a veces era tan impenetrable como una roca.
- Pensabas en nosotros. ¿Verdad?
Entreri salió de su testarudo silencio y le dirigió una mirada dura que sin embargo no conseguía disimular confusión e inseguridad.
- ¿Hay un "nosotros"?
- Por supuesto que lo hay, te quiero.
Y esta vez Entreri no se estremeció ante la declaración, que era lo habitual. Mas bien mostraba una cierta curiosidad.
- ¿Cómo puedes estar tan seguro de algo así?
Jarlaxle sonrió, comprendiendo el motivo de la desazón de Entreri... que encanto.
- Estuve completamente seguro cuando Giurescu se te llevó de mi lado en el bosque, porque en lo único que podía pensar era en volver a verte.
Entreri asintió levemente y Jarlaxle continuó.
- Dime, cuando estabas arriba, a merced de Giurescu... ¿en que pensabas?
Entreri titubeó, extrañado y después sintió un leve mareo antes de decidirse a contestar, sobresaltado por la revelación.
- En... en ti, en volver a verte.
El drow sonrió dulcemente y se inclinó a besarle, a lo que Entreri respondió con igual pasión. Sentía que se había quitado un gran peso de encima.
Ambos se alegraron de estar en el dormitorio.
Al atardecer la villa se hizo visible y los lugareños les recibieron con la mayor de las sorpresas viendoles llegar de las montañas y mucho más viendo al drow.
No obstante, siendo un pueblo acostumbrado a vivir a la sombra de un vampiro, no dieron ningun problema por la presencia de Jarlaxle y apenas hizo falta un par de miradas desafiantes conseguir comida y alojamiento.
Entreri pasó toda la cena apartando las insidiosas manos de Jarlaxle de su muslo, sabiendo que el maldito drow lo había unicamente para fastidiarle intentando hacer jueguecitos bajo la mesa.
- Estate quieto de una vez, eres imposible.
- Me aburro facilmente, vamos arriba.
Entreri le bajó el sombrero a la altura de los ojos, encasetándoselo, y mientras Jarlaxle intentaba sacárselo pudo cenar con tranquilidad.
- ¿Nos quedamos por aquí? Me gusta esta zona, ademas aquí no somos conocidos.
- Supongo que puede ser, claro que no pasaremos desapercibidos mucho tiempo.
- Otra vez contra mi ropa, pues a mi me gusta.- Replicó ofendido.
- Me refería mas bien a tu insistencia de meterme la lengua hasta la garganta en público.- Gruñó Entreri.
- No te oí quejarte.
- Es dificil quejarte cuando te están besando de ese modo.
Jarlaxle aceptó el subtitulado cumplido, sabiendo que era lo mejor que se podía sacar de Entreri, excepto si estaban en la cama despues de una noche de pasión, momentos en que podía sonsacarle todo tipo de palabras de amor. Siempre y cuando se esforzara lo suficiente en sus talentos de cama.
- Bueno, nadie se enfadó, es mas, recuerdo a esos encantadores niñitos que nos aplaudieron.
Entreri se puso como la grana, que era el objetivo de Jarlaxle, al recordarlo.
- Te detesto.- Murmuró.
- Corrección, me quieres.
- Ya...
- Te quiero.
- ...
- Te quiero.- Dijo Jarlaxle, esta vez mas alto.
- ...
- Te quiero- Te quiero- Te quiero- Te quiero- Te quiero...
Entreri le tapó la boca rapidamente antes de que toda la taberna se les quedara mirando y algún otro grupo de parroquianos tuviera la genial idea de vitorearles o aplaudir.
- De acuerdo, repelente manipulador, yo tambien te quiero, ¿estas contento?
Jarlaxle le besó la palma de la mano.
- Mas contento de lo que puedes imaginar.
- Anda, vamos arriba.
Nota de la Autora: Ays, me gusta como me ha quedado, que monos que son. Voy a tomarme un descanso antes de mi proximo fanfic, que tengo mucho curro y no esta la musa para apretarla tanto.
Y los demas, venga, a escribir mas fanfics, que estoy monopolizando la sección en español de este tema de fanfiction. Venga hombre, escribid, que juro que os leere y dejaré reviews. Yo no olvido a mis lectores.
