Disclaimer: los personajes no son míos son de Rowling, Warner Bros y algunos entes . No lo he comentado nunca pero yo escribo x amor al arte, no saco dinero ni nada, así q no me demandéis. X cierto cualquier coincidencia con la realidad, es eso una coincidencia.

Sin más rollos CarlaGrey Pictures presenta un nuevo capítulo de esta producción:

3. ¿FAVOR O VENGANZA?

Después de la revelación, Giny no tuvo remedio q tomar unas medidas extremas: baño relajante, medio litro de helado y su película favorita, "Collar d rosas negras tatuado en mi alma." Un drama romántico victoriano, sobre una rica heredera prometida a un chico rubio platino, q se enamora d un vividor mujeriego al q logra poner en contacto con su lado romántico. Al final ella muere x culpa del Rubio. Era muy trágico. No sabía xq pero el malo la recordaba a Draco.

¡Era la mejor peli d la historia! Para ella era un misterio xq Harry se durmió viendo esa peli.

- ¿Hay alguien?

- Aquí, Penelope. En el salón.

Penelope la esposa d su hermano Percy entro al salón. Era una mujer con 30 años recién cumplidos, delgada d pelo castaño oscuro y rizado. Llevaba en brazos a su hija Clío, d 5 años. Penelope la puso el nombre x su hermana mayor, Clio Clearwater, uno d los miembros d la Orden, q murió durante la guerra.

- Clio, tesoro. – Giny tomo en brazos a su sobrina, y como buena tía, la baño en besos. Cuando acabó. – tus primos están en el cuarto d juegos. Ve con ellos.

- ¿Puedo? – balbuceó la niña mirando a su madre.

- Debes. – sonrió Penelope. (NdA: ¿habéis intentado abreviar alguna vez Penelope sin q suene a perro caniche, o a órgano sexual masculino? Casi imposible. Si se os ocurre decídmelo.)

- ¿Q tal el trabajo? – pregunto Giny a su cuñada q se había acercado al mini bar d Harry y lo estaba arrasando. – Debe ser fascinante ser la editora d las novelas románticas del mundo.

- No, es una mierda. – Penelope se tomo d golpe el vaso d Vodka sin hielo q se preparó y encendió un cigarrillo. Giny rezó para q no viniera su madre q odiaba ver a una mujer fumar. – Estoy harta d novela rosa. ¿Sabes xq? Xq el amor no existe. Todo ese rollo d almas gemelas y hasta q la muerte nos separe es mentira. Todo lo q necesitas es amor decían los Beatles, pero ¿q coño sabían ellos? – para culminar el discurso Penelope dio una profunda calada al cigarrillo.

- Entonces, es fijo, Percy...

- Me pone los cuernos. Sí - tras el ataque d furia Penelope se puso a llorar. Giny la abrazó.

¿Q vas a hacer? – pregunto Giny cuando vio a su hermana tranquila.

- No lo sé... divorciarme es lo lógico. Pero x otro lado esta Clio y no quiero q crezca sin padre. – Penelope hizo una mueca d confusión. – q afortunada eres Giny, tu matrimonio es tan perfecto.

Giny logró sonreír, pese a la punzada d culpabilidad.

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- ¡Has vuelto! – Snape no tuvo tiempo d soltar las maletas, antes de q Doris le saltara encima, le abrazara con brazos y piernas, y le cubriera la cara, el cuello, y lo q pillo d besos. - ¡estaba tan preocupada!

- ¿Xq? – Snape trató d avanzar pero era complicado con una maleta en cada mano y cargando a Doris. – Ya ves q estoy bien.

- Justin llamo hace una hora y dijo q ya deberías haber llegado. – Doris se percató al fin del problema y le liberó del abrazo d las piernas aunq no del d los brazos. – q ellos llevaban aquí 6 horas. Pensé q te había pasado algo.

- No toques ese tema. – Todo era culpa d Lupin. No sabía como pero d alguna manera ese licántropo había logrado q hubiera un motín en Barajas encabezado x el profesor d la guitarra y todos los pasajeros q estaban en tierra habían tomado las pistas, impidiendo q su avión despegara hasta 3 horas tarde. ¡Q ser más retorcido! – Así q estabas preocupada x mi.

- Claro, aunq si no vuelves me quedo con el piso.

TOC, TOC.

- Es Lochkart. – Aseguro ella con miedo.

- No es Lochkart. – La tranquilizó él. - ¿Quién es?

- Soy Lochkart.

- Puedo equivocarme. – respondió Snape a Doris q le miraba con cara d ya te dije q era él, antes d hacerse un conjuro camuflador.

Snape fue a abrir la puerta, para dejar paso al Jefe temporal d Seguridad Mágica, Líder d los aurores, Caballero d la Orden d Merlín, Miembro Honorario de la Liga para la Defensa Contra las fuerzas Oscuras y 11 veces ganador del Premio a la sonrisa más encantadora otorgado x la revista corazón d Bruja. Le acompañaba su sombra y secretario personal Percy Weasly. Ambos miraron con cierto desprecio su humilde morada, mientras Snape sonreía al ver las entradas en el pelo d Lochkart y comprobar q Percy no tardaría en seguir el camino de la alopecia temprana.

- Severus, Severus, Severus. – empezó Lochkart con ese tono d yo sé q tú q a Snape sacaba d quicio en el mal sentido. - ¿Q tal en Madrid?

- Genial. Es una ciudad preciosa. Aunq con más zonas verdes sería mejor. Te la recomiendo.

- Me refiero a la misión. – aclaró Lochkart.

- Pues no sacamos nada en claro. – Snape había decidido q dado q todo lo q le pasaba era culpa d Lupin, pues el Merodeador iba a disfrutar de un relato al mínimo detalle d todo lo ocurrido.

- X eso no os damos presupuesto. – Comentó Percy. - X eso y xq la gente d vuestra calaña, es capaz d irse con el dinero, y no volver nunca .

- ¿La gente d nuestra calaña? – Snape le fulmino con la mirada reservada a los alumnos inútiles d Pociones. – Podrías explicarte.

- Sí. – Percy vaciló ante la mirada d su ex profesor. – Esta x ejemplo, Zabini q intercambiaba favores sexuales con mujeres a cambio d información.

- No, él se enrollaba con todas las tías q podía y de paso las sacaba información.

- Tb esta Granger, q nos traiciono a todos sin la menor vacilación llevada x sus ansias d poder.

- Hermione, no es ambiciosa. Tuvo q revelar ciertos datos para salvar a sus padres, en cuanto pudo se volvió a unir a nosotros. Estaba muy cerca d Voldemort y la información q nos pasó salvo a muchas vidas, una de ellas la tuya.

- Y tb esta Finch – Fletchey. Un magnicida q asesino al anterior ministro d magia.

- Eso sí es cierto. Deberían d ponerle un monumento x eso. X otra parte si Voldy estuviera amenazando con matar a tu hermana sino matas a ese hombre, seguramente tú lo harías. Aunq igual tu no.

- Bueno ya esta bien. – A Lochkart le aburría cualquier conversación q no estuviese centrada en él. – X cierto, ¿has visto a mi esposa?

-¿Esposa? ¿No estabas divorciado? – pregunto Snape con tono burlón. – D todas formas no la vi.

- Severus, Severus, Severus, sé de buena tinta q esta aquí. La he hecho seguir x la aurora Chang.

- Pues la aurora Chang te ha informado mal. Xq aquí no esta.

- No me ha informado mal. Doris esta aquí.

En ese momento un tornado propio del Demonio d Tasmania cruzó la habitación, lanzando a Lochkart y Percy contra la pared, e impactando contra Snape.

- ¿Doris está aquí? Me dijiste q la habías dejado. – Hermi, pues ella era la q había entrado, le empezó a dar puñetazos en el pecho, como una niña mimada en pleno ataque d celos.

- Pero es cierto, Lorelai, he dejado a Doris para siempre. – Snape se dio cuenta d la estratagema d su protegida y de q ni Lochkart ni Percy la habían reconocido. X eso decidió cual era la mejor estrategia para librarse d ellos. – Tú eres la mujer d mi vida.

- ¿De verdad? – Hermi/Lorelai no parecía muy convencida.

- De verdad. Además he decidido... - Snape sacó el chip redondo q ponían al equipaje en los aeropuertos al facturar, y se lo puso a Hermi en el dedo como si fuera un anillo. - ¿quieres casarte conmigo?

- Pensé q no me lo pedirías nunca. ;; Soy tan feliz.

- Esto ha sido precioso. – Lochkart lloraba convencido d la veracidad d la escena q acababa d contemplar. – espero q me invitéis a la boda. – Se llevo una mano al pecho.- Veros es estar en presencia del amor. Vamos, Percy, los tortolitos querrán celebrar su compromiso.

- Buen trabajo Hermi. – la felicito Snape cundo estaban casi solos. Hermi sonrió ya q un cumplido d Snape era algo muy difícil d conseguir. - ¿cuánto llevabas aquí?

- Desde q Percy empezó a criticarnos. Gracias x defendernos. ¿Cuánto lleva Doris en tu casa?

- Doris no esta en mi casa.

- Hola, tesoro. ¿Cómo estas? – Doris se hizo visible en ese momento.

- Bien, aunq mi jefe es un poco ogro.

- Mi novio tb. Pero ya sabemos como es, no se lo tendremos en cuenta.

- Estoy aquí, delante vuestro. – las recordó Snape. - ¿Q querías Hermi? No me digas q me extrañabas xq hace menos d media hora q no nos vemos.

- Tengo información. ¿Te acuerdas d mi novio el pirata informático?

- ¿El q estuvo 3 años en la cárcel?

- El mismo. Le pedí q pirateara a todas las redes q conocía buscando el Libro d las Tinieblas, y logró interceptar un correo para Bellatrix. En él venía un nombre: Cirus Cister. Creo q es la persona d la q hablo Draco.

- Cirus Cister. – era una d esas soluciones tan obvias q no eres capaz d ver cuando la tienes delante. Snape sonrió. – Es la única persona a la q Voldy le podría haber confiado el libro, y la única q no lo usaría. No sé como no caímos. – Vio q Hermi le miraba curiosa, y recordó q ella era demasiado joven como para saber quién era ese hombre. – le llamaban el Librero. Era un poco mayor q nosotros. Coleccionaba libros raros y antiguos. Nunca apoyó a Dumbledore pero tampoco se unió a Voldy.

- X lo q es normal q en caso d apuro Voldy recurriera a él para guardar el libro. Ya hemos hecho lo difícil. Ahora solo hay q localizarle y hablar con él. – Hermi sonrió. El resto era lo fácil.

- Pues vais a necesitar un médium xq esta muerto. – les informo Doris.

- ¿Muerto? – se decepcionaron los espías.

- Sí, le atropellaron. 3 veces. No creo q fuera un accidente. Fue hace 2 meses. Creo q tenía una hija.

- Pues habrá q encontrar a la hija. Ni siquiera sabemos su nombre. – Hermi suspiró y miró el reloj. – Tengo q ir a clase d arte y pasar x mi casa a cambiarme. ¿Puedo usar tu chimenea para ir a mi casa?

- Tu misma.

- Hasta pronto, Doris. – Hermi la dio un beso en la mejilla, xq aquella mujer era como una madre para ella.

- Hasta pronto, cielo. - Cuando estaban d nuevo Snape y ella solos, comento. – Es una chica muy inteligente. Es una pena como se la jodio la vida.

- A veces olvido q tb fuiste su psiquiatra. La suya, la d Blaise y la d Justin. – Snape sonrió a la persona q conocía la torturada mente d él y sus pupilos. – Si es muy buena chica, y lista... y eso q la genética estaba en su contra. ¿Xq sonríes?

- Xq me parece curioso q no quieras acudir al bautizo del hijo d Lupin y en cambio sientas orgullo paterno x la hija d Black.

- No siento orgullo... – Snape interrumpió su replica al ver la cara divertida d la mujer. - Nada más peligroso q una licenciada en psicología. Me siento orgulloso d ella, aunq en su historia hay algo q no encaja.

- ¿El q?

- Cuando Dumbledore, creyó borrarla la memoria, no la dejo desprotegida, sino q la busco un guardián secreto. No entiendo como Voldy la encontró.

- Cabe la posibilidad d q el Guardián hablara. No sería la 1ª vez. – Doris habló con conocimiento d causa xq ella era amiga d Lily, la madre d Harry, del q tb fue psiquiatra. - ¿quién fue el/la elegido/a?

- No lo sé. El no me lo dijo. Aunq yo tampoco le dije q Hermi vendió a la Orden y q era la heredera d Ravenclaw. No quería decirle q era ella la q me procuraba la información, pero era así. Voldy no volvió a confiar en mi, xq no era idiota. Pero en cambio confiaba mucho en Malfoy, Blaise, Justin y Hermi. Pasaba horas con ellos enseñándolos magia oscura. ¿Cómo pudiste casarte con ese idiota? – el brusco cambio d tema pillo a Doris desprevenida.

- Pues xq le hice d psiquiatra, y ya sabes q yo no me resisto a los pacientes conflictivos. D todas formas no es normal q mande a una aurora a seguirme. ¿No hay mortifagos x ahí a los q perseguir? Cuando descubrí q el me engañaba tb no le puse un detective privado.

- ¿Te engañaba? ¿Cómo lo sabes?

- Crees q eres el único espía aquí. Yo tb sé seguir pistas. – en tono confidencial. – Revise su túnica y encontré un pelo rojo en ella.

- ¿Revisabas sus túnicas? tono extrañado

- Era para lavarla.

- ¿Lavabas sus túnicas? tono extrañado aún

- No, lo hacía mi elfo. Pero yo supervisaba.

- ¿Has dicho q el pelo era rojo?

- Sí, ¿Xq?

- Xq Percy es pelirrojo y pierde pelo.

- No. – aseguró Doris. – No hablas en serio. – pero el ver la mirada del hombre. – Hablas en serio.

- Totalmente.

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Giny se encontraba en un pequeño dilema.

X un lado Penelope, q seguía llorando, era como una hermana para ella y no podía dejarla sola cuando estaba tan mal. X otra parte, Hermione regresaba hoy d Madrid con los resultados d la "pequeña encuesta" y no podía dejarla plantada después d q casi la obligo a meterse en la cama con Draco, encima q a la chica no le gustaba.

Pero si quería ir a la clase tenía q salir ya. ¿Q hacer? ¿Q hacer?

X fortuna llegó la caballería, en forma d su hermano Bill. Él único hombre vivo d su familia q no padecía d alopecia, y q llevaba el largo pelo rojo en una coleta.

- Giny he venido a gorronear d tu nevera, iría a la de mama pero no para d decirme q vuelva a juntarme con Fleur y x ahí no paso. ¿ Penelope q te pasa?

Bill se quedó bastante asustado al ver el estado de su cuñada q era d sonrisa fácil, no como su ex q no sonreía para q no la salieran arrugas. Giny pensó q Penelope se podía quedar un rato con Bill, q el la cuidaría bien. Así q tomo a su hermano del brazo y se lo llevo a la cocina.

- Tengo clase d arte, y no puedo faltar xq de lo q me digan la clase d hoy dependen muchas cosas. ¿Te quedas con Penelope hasta q vuelva? Es q esta muy mal xq se ha enterado d q Percy la engaña.

- ¿Cómo? – será cabrón, pensó Bill, olvidando q ese cabrón era su hermano. - Tranquila q me quedó con ella el tiempo q haga falta.

Cuando estaban a solas, Bill habló animadamente:

- ¿Cómo esta Clío?

- Hecha un bicho. – Penelope sonrió con ternura al pensar en su única hija. Después d eso Percy no la había vuelto ni a tocar. – Anda x ahí con sus primos. Esta preciosa.

- Normal, teniéndote a ti como madre. - ¿Xq coño dijo eso? X ver la sonrisa radiante q cruzó la cara d su cuñada.

- ¿Cómo es q Fleur y tu no tuvisteis hijos?

- Xq ella no quería. Decía q la estropearían la figura y no estaba dispuesta. – Bill imitó a su ex con rencor. No habían terminado muy bien.

- Tenía razón. Mírame a mi. Estoy horrible desde q di a luz.

- Te estoy mirando y creo q estas más guapa q nunca.

- Eres muy amable pero no es cierto. X eso Percy se ha buscado un amante de pelo rubio q nunca ha dado a luz y no me mira ni a la cara.

- Ha hecho eso xq es idiota. Eres una d las mujeres más guapas q he visto en mi vida.

- Gracias. – de nuevo Penelope esbozó una sonrisa adorable.

Se hizo el silencio, pero no uno d esos silencios incómodos en q nadie sabe q decir, sino el q precede a un hecho trascendental. Y así fue: Bill & Penelope se lanzaron al encuentro d los labios del otro. Tras los labios, fue el resto del cuerpo. Ni siquiera el caerse del sofá a la alfombra logró separarles.

Tampoco oyeron cuando Clío, James, Sirius y Lily entraron en el salón:

- Espero q mama me deje quedarme a cenar con vosotros. – iba diciendo la niña d pelo oscuro y rizado.

- A mi me parece q vais a estar un rato. – la aseguró Sirius cuando todos vieron la escena de la alfombra.

- Vamos. – decidió James. – os enseñare a jugar al Quiditch explosivo.

- ¿Y eso como va? – pregunto Lily curiosa cuando ya llegaron al cuarto d juego.

- Es como el Quiditch normal solo q las Bludger explotan. – explicó Sirius.

- Chicos. – Los 4 niños se volvieron para mirar a Ron q estaba atado a una silla. – ¿me podéis desatar? Si no se lo diré a mama.

Todos le miraron y tras unos segundos siguieron con sus cosas sin hacerle mucho caso.

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Cuando Giny entro en la clase d arte sentía un nerviosismo q no sentía desde la noche antes d su boda. Esa sensación d impaciencia propia d un niño la noche antes d la llegada d Papa Noel, cuando no puede esperar a ver q le han regalado.

No podía esperar a hablar con Hermione, pero no llegaba. Cuando la profesora empezó la clase y su amiga no daba señales d vida, alcanzó cotas de histerismo inexploradas.

Al final, 5 minutos después d empezada la clase, llego Hermione, q se sentó en la última fila para no llamar la atención. Ahí Giny se desesperó xq estaba muy lejos d ella y la clase era teórica. Sin embargo, Hermione logró hacerle llegar una nota en q la decía q hablaban luego en el café Seta d enfrente.

No hace falta decir q a Giny la hora y media d clase se la hizo eterna.

En cambio Hermione sostuvo un interesante debate consigo misma todo ese tiempo, ya q no sabía muy bien q decirle a Giny.

X un lado estaba claro q la obsesión x Draco no la estaba haciendo mucho bien. Ella era una mujer casada y feliz. Lo mejor q podía hacer era decirle q era un gordo seboso, calvo y q se dedicaba a decir groserías a las chicas q pasaban frente a él y luego soltaba un eructo, consecuencia d los gases d la cerveza. De esta forma, Giny se olvidaría d él y podría volver a su vida normal. Esto era la mejor para Giny, y como era su amiga, Hermione quería lo mejor para ella.

Pero x otra parte, si Giny fuera feliz no estaría teniendo esas fantasías con Draco. A lo mejor debería decirle q no lo había podido ver y así no se mojaba. Si esas fantasías eran lo único q paliaban su aburrimiento lo mejor para Giny era no verse privada d ellas. Y Hermione quería lo mejor para su amiga.

Curiosamente en ningún momento se la pasó x la cabeza la idea d decirle a Giny la verdad, a saber: Q cuando llegaron a casa d Draco él pobre estaba tan borracho q no se tenía en pie y q Hermi pasó un buen rato sosteniendo la frente del rubio mientras vomitaba. Después d prepararle algo para asentarle el estómago, se fueron a la cama, donde no pararon en toda la noche. No pararon d hablar d Giny. La conclusión a la q llego Hermi es q Draco estaba tan obsesionado con Giny como Giny lo estaba con él.

Esa opción estaba descartada, ya q provocaría la ruptura del matrimonio d Giny, lo q mataría fijo a Molly y le crearía un nuevo trauma a Harry. Y ninguno se lo merecía.

¡Espera! Claro q se lo merecían. Vale q Hermione no fue una santa precisamente, ella les traicionó sin apenas dudar, pero al menos deberían haber dejado q se explicara antes d ponerla de patitas en la calle y juzgarla. Para empezar Molly la culpó d la muerte de los Gemelos, cuando Hermi no tuvo nada q ver con ella, es más ni siquiera habló a Voldy de ellos. Realmente fueron muy injustos con ella. Sobre todo xq la muerte d Ron fue un golpe muy duro para ella, y de no haber sido x Snape, Doris y Justin no lo habría superado. La verdad es q no lo había superado del todo y lo d anestesiarse a base d alcohol, sexo y drogas ya empezaba a no hacerle efecto. La verdad es q no les vendría mal pasar x lo q ella había pasado.

En ese momento Hermione tuvo muy claro lo q iba a hacer, y esa claridad de pensamiento hizo aparecer una sonrisa en su cara. Dicha sonrisa hubiera hecho q Snape temblara y q Remus sonriera con nostalgia. Ya q era la sonrisa q Sirius Black usaba cuando se le había ocurrido una gran travesura.

En ese momento se acabó la clase.

Giny recogió rauda y veloz y corrió junto a su amiga q aún no había terminado.

- ¿Vamos? – pregunto la pelirroja con tomo impaciente.

- Tranquila, Giny. Vamos al café d enfrente del museo.

El café de enfrente del museo era un Starbuck, o como decía Luna, el café Seta, ya q en los últimos años habían aparecido número d ellos q setas en otoño. Hermione pidió un café con chocolate blanco, mientras q Giny se tomaba un té de frutas rojas.

- ¿Hiciste lo q te pedí? – pregunto Giny con tono ansioso mientras las 2 mujeres se añadían el azúcar a sus bebidas. – Ya sabes, el favor.

- La verdad, Giny. ¿Nos sentamos allí? – Hermione señalo una mesa con 2 sofás situada al fondo d la sala. Giny asintió ya q la mesa estaba escondida y lo suyo con Hermione era una amistad prohibida. – La verdad Giny es q el favor me lo hiciste tu a mi.

- ¿Q quieres decir? – Giny se quitó el abrigo mientras su amiga hacía lo propio.

- Q me hiciste un favor muy grande cuando me pediste q me acostará con Draco. X mi propia iniciativa no lo hubiera hecho, y lo q me hubiera perdido en ese caso.

- Entonces sigue siendo guapo.

- Guapo no, guapísimo.

- ¿Tienes una foto?

- Sí. – Hermione rebusco en su bolso, hasta encontrar al tacto una foto, rezó para q fuera un hombre rubio. – Aquí tienes.

- Vaya, es muy parecido a Beckham. – se sorprendió Giny.

- Sí q se da un aire. - Hermione agradeció a Blaise q la hubiera impedido conseguir el autógrafo del futbolista, sino ahora tendría serios problemas.

- Pero q sea guapo no significa q sea bueno en la cama. ¿Q tal es?

- Giny, te estoy tan agradecida, gracias a ti me he tirado a un hombre de verdad, un HOMBRE con mayúsculas. ¿Q digo a un hombre? ¡Es un dios del sexo! ¿Te acuerdas de la lista q hicimos con nuestros amantes y sus puntuaciones? – Todo esto fue dicho en típico estilo "Hermione", es decir, a toda leche.

- Sí. – Giny la miraba entre envidiosa y asustada.

- Pues la encabeza ahora mismo sin ninguna duda. Sobre 10 le doy un 200. Giny, gracias x haberme hecho disfrutar del mejor sexo q jamás pude imaginar.

- ¿Entonces ahora sois pareja?

- Giny, no. Una no debe ser egoísta: todas las mujeres del mundo deben poder experimentar el inigualable placer q yo experimente en sus brazos. No debe monopolizarse un hombre así. ¿Estás bien? No debí ser sincera, esto no va a ayudarte a superar la obsesión.

- Ya, pero es lo q quería no. – Giny tan colorada como su pelo, miró el reloj. – Tengo q irme. ¿Te acuerdas d Penelope Clearwater?

- La prefecta d Ravenclaw q salía con tu hermano Percy. – La verdad es Hermione se acordaba mucho d su hermana Clío con cuya muerte tuvo mucho q ver. – oí q se casaron.

- Así es. Pero la cosa no iba muy bien, y tratando d salvar su matrimonio, tuvieron una hija. Pero no sirvió d nada y ahora Penelope ha descubierto q Percy la engaña.

- Con Lochkart. – asintió Hermione antes de darse cuenta d la oportunidad d las palabras.

- ¿Q has dicho?

- Nada. Ve con ella q lo debe estar pasando muy mal. Seguro q esta retorciéndose x la alfombra d tu casa. – Q razón tiene Hermione. Aunq no se retuerce d la forma q ella piensa.

- Ya. Lo peor será cuando se entere mi madre. No se llevaba muy bien con ella. – Normal, pensó Hermi. – y le dirá q si en vez d salir x ahí a zascandilear se hubiera quedado en casa preparando la comida a Percy, lo hubiera retenido a su lado. Me voy para allá. Además mañana tengo cena familiar en mi casa.

- Suerte. – la deseó Hermione d todo corazón.

Después de q Giny la dejara, Hermione se termino su café, se fue a su casa y se cambio tanto d ropa como d aspecto físico. Con su apariencia morena, d ojos violetas fue a recoger a su amigo Justin a la clase d Yoga, ya q luego la había invitado a cenar a su casa.

Cuando entró, la clase estaba x acabar y no pudo evitar una sonrisa pícara al admirar el buen cuerpo d Justin hacer posturas bastante eróticas. Con diversión observo a las mujeres mirarle con bastante ansia. ¡Pobres ilusas! Como si tuvieran algo q hacer.

Cuando Justin salió d la ducha, con uno vaqueros y una camisa suelta d inspiración oriental, Hermi le saludó con un beso. En ese momento se acercó una de sus alumnas, baja con el pelo corto y rubio platino.

- Justin. – el tono d voz d la chica dejaba muy claras sus intenciones.- me encantan tus clases. Me dejan tan abierta y receptiva.

- Me alegro d q te gusten Sharon. Hasta el lunes.

- Pensaba. – la rubia le retuvo tomándole del brazo. – Q podías darme unas clases algo particulares. – Justin odiaba aquella parte: cuando tenía q destrozar a una pobre chica. Sin embargo era la parte favorita d Hermi.

- Ese tipo d clases sólo me las da a mi. – Para demostrarlo Hermi le tomo d los labios y le dio un beso digno d una d las películas d Blaise. – Nos vamos a casa. Deseo una d esas clases urgentemente.

Entrar en la casa d Justin te hacía creer q habías tomado un trasladador a la India: todas las ventanas tenía esos arcos típicos d las construcciones d templos orientales, no había sillas ni mesas altas, sino q las mesas eran bajas y te sentabas en cojines. X todas partes había estatuas, compradas en las tiendas d todo a 1 euro, q representaban a distintos dioses Hindúes. Los cuadros d las paredes mostraban escenas del poema Ramayana, y los libros d las estanterías eran ediciones antiguas d libros d meditación.

En el lugar d honor d la sala estaban los resultados de la lectura d vidas pasadas q se hizo Justin, y en la q se concluyó q Justin era un alma muy antigua en esta tierra, y q en su primera vida fue... la reina Nefertiti. Todos sus amigos tuvieron cachondeo con eso para 2 meses.

- No puedo creer q la hayas dicho a Giny eso. – Hermi acababa d contarle toda la historia. - ¿en q estabas pensando? Esta claro q esa chica no va a tardar mucho en pillar un avión a Madrid a llevarse a Draco a la cama, lo cual hará daño a mucha gente... espera. – Justin, al igual q Hermi, era un experto en Legimancia y la mente d su amiga era un libro abierto para él. – Es lo q quieres. No es un favor para Giny, es una venganza contra Molly y Harry.

- No sé d donde sacas esa idea. – Hermi se dio cuenta d q Justin era una d las pocas personas en el mundo a la q jamás lograría engañar. – Tal vez sea así.

- Hermi, eso va a ser muy malo para tu karma. Y para el mío tb xq me has hecho cómplice al contarme esto.

- ¿Sabes lo q si q fue malo para nuestros karmas? Q Voldy se presentara en mi casa. Sé q la decisión d traicionar a la Orden fue mía y solo mía, pero he asumido esa responsabilidad así como las consecuencias q ha conllevado. Sin embargo, q Voldy se presentará en mi casa, fue consecuencia d una decisión tomada x, entre otras muchas personas, Harry & Molly. ¿No es hora d q su karma se vea afectado tb un poco x ello?

- Olvidas q yo tb estaba entre las personas q tomaron esa decisión. En ese momento casi te envidie. Sé q lo q a mi me pasó fue una consecuencia kármica d esa envidia.

- Y has pagado x ello. Ellos no. ¿Era mucho pedirles q me concedieran un momento para escucharme? Yo lo hubiera hecho x ellos.

- Lo sé. – Justin acabó x sonreír. – Vale, me has convencido. Sólo estas ayudando al karma para acelerar el proceso. Pero debo advertirte q al hacerlo has puesto en marcha un proceso cósmico cuyas consecuencias van a ser imprevisibles.

- Ya sabes q yo no creo mucho en esas cosas. Cambiando d tema, mira lo q he averiguado esta mañana. – Hermi le habló d Cirus Cister, d su hija, d q seguro q ella tenía el Libro d las Tinieblas, d q Doris vivía con Snape...

- Es alucinante... ¿Doris & Snape? – Justin puso un tono triste. - ¿entonces no es gay? {sollozo}

- ¿En serio creías q lo era?

- No, pero la esperanza es lo último q se pierde.

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Pese a ser inglesa, Persefone odiaba Londres. Algo lógico y normal después d haber vivido en tantos países. Para empezar la comida era un asco, todos los días había niebla, la maldita humedad del ambiente la impedía tener el pelo liso y ni siquiera vendían mapas correctos d su ciudad.

¿Xq en ninguno d los mapas q había consultado aparecía el callejón de Knockturn Alley?

Deprimida, cansada y con los pies destrozados después d haberse pateado media ciudad buscando la calle de las narices, frustrada x no haberla encontrado y deprimida xq no podía ir a superar la depresión con una borrachera decente ya q los bares cerraban allí muy pronto y además no sabía donde estaban decidió volver al cutre motel en q estaba alojada. Ni siquiera había un mini bar.

De pronto junto a ella, vio pasar a una chica con cara d estar en las nubes, y con un zapato de distinto modelo en cada pie.

En ese momento estuvo a punto d caer redonda ya q la pesadilla se hizo fuerte: esa extraña marca fue lo único q pudo ver durante unos segundos. Cuando se recupero la chica había desaparecido.

Persefone agitó la cabeza intrigada y siguió su camino hacia el hotel.

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Draco sonrió frente al ordenador. X primera vez en varios meses se sentía inspirado. Sabía q el encuentro con su prima tenía algo q ver con ello y su guión iba viento en popa. Era una historia original y provocadora: la d una amiga casada q le pide a su mejor amiga soltera q se acueste con un antiguo amor como un favor personal. (NdA: este tampoco se inspira en la vida real.) Modestia aparte era una gran historia.

- Draco, necesito hablar contigo. – era la voz d su tía Bellatrix. - ¿Puedo entrar?

- Claro Bella. En un momento te abro. – Draco guardo los datos, apago el ordenador y tras pulsar un botón escondió todos los objetos relacionados con sus nuevas aficiones, fueron sustituidos x objetos relacionados con el oscurantismo. Entonces abrió la puerta. - ¿Q quieres?

- Estoy preocupada x ti. – Aquello era lo último q necesitaba: a su tía en plan maternal. ¿Es q no había nadie x ahí a quien ella tuviera q torturar? – Pasas mucho tiempo aquí metido, y esa manía de donar dinero a causas nobles como ese hospital para invidentes Muggles... Me tienes preocupada.

- ¿Xq? Ni q me los hubiera traído a cenar a casa.

- No es eso lo q me preocupa. Es q ya no eres el mismo joven frío y calculador al q conocí... Desde q tu padre desapareció has cambiado. Y yo necesito q seas como antes, yo y los demás fieles. Eres nuestra única posibilidad.

- ¿Vuestra única posibilidad? ¿Para q?

- Para manejar el Libro d las Tinieblas. Hay algo q debes saber sobre el Libro. Voldemort te escogió a ti, al hijo d Zabini y a Finch – Fletchei para manejarlo en caso d q él faltara.

- No digas estupideces Bella. Él no nos eligió para nada.

- Si lo hizo. ¿No recuerdas q pasaba mucho tiempo con vosotros? Os enseñaba los principios d la Magia negra para q pudieseis desencadenar su poder. Uno d vosotros. Sois los Lectores. X contra en el lado d Dumbledore, Potter, Weasly & Longbottom tb fueron preparados para ello. Y tu eres él único q no nos ha abandonado.

- ¿Weasly? ¿La mocosa? – q casualidad q oiga el apellido Weasly, y piense en Giny.

- No, el amigo d Potter. {Potter se lee como si fuera lo peor q te puedan llamar a la cara} Mi Vicky hizo bien en matarle. – Bellatrix sonrió como cada vez q recordaba los buenos tiempos junto a su señor. Draco la miró con la típica expresión Malfoy d desprecio absoluto. – Entenderás q no podemos dejar q esos defensores de los Muggles y la Navidad se hagan con el libro.

- Y tu quieres encontrarlo antes q ellos.

- Exacto. Me alegro d q tu cerebro vuelva a funcionar. Haz las maletas. Nos vamos.

- ¿Irnos? ¿Quién? ¿Cómo? ¿Cuándo? ¿Adónde?

- ¿Irnos? Sí. ¿Quién? Tu, yo y el resto de los fieles. ¿Cómo? En un trasladador ilegal. ¿Cuándo? En breve. ¿Adónde? A Londres. No lo has preguntado pero es xq el Libro ha sido llevado allí hace pocos días.

Mientras Draco hacía la maleta pensó q tenía mucho trabajo q hacer en Londres. Para empezar librarse d su tía y los otros pesados. Una vez libre tenía q buscar una productora para q viera su gran guión y ver a Remus Lupin y contarle q ya sabía los nombres d los Lectores q eligieron Voldemort & Dumbledore. La verdad es q no esperaba ser uno d ellos.

Y otra cosa: en Londres vivía Giny. Eso no significaba q la viera, pero la remota posibilidad d encontrarse con ella era un aliciente del viaje.

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Hasta aquí este capítulo 3. Si chicas y chicos: Draco es un espía q trabaja directamente para Lupin. ¿Xq? Tiene q ver con lo dice el Putón, es decir, Bellatrix d la desaparición del padre d Draco. Os lo contaré pronto.

Rollo mitológico d rigor:

Persefone es el nombre d la reina d los Infiernos en la mitología griega. Su nombre significa la q provoca la destrucción. El Darkness significa oscuridad.

Clío es el nombre d la musa d la Historia.

La orden d Cister fue una orden religiosa fundada en el 1098 y q debió su florecimiento a un tal Bernardo d Claraval (¿?). Ciro es el nombre d unos cuantos reyes d Persia. ¿Q xq llamé así ese hombre? Um. ¿Os ha gustado el capítulo?

En el próximo capítulo 4: el reencuentro entre Blaise & Persefone; la comida familiar d los Weasly; el regreso d Draco a Londres y su búsqueda d un momento d soledad para hacer todas las cosas q tenía q hacer; todos buscarán el Libro de las Tinieblas, menos Lochkart q continua buscando a su esquiva ex mujer...

Intentaré q salga la semana q viene, pero si no se puede, no se puede. No os pongáis nerviosas/os.

Hasta el próximo capítulo.

CarlaGrey. Orgullosa Lupina y Miembro d la Orden d Siriusana.