Disclaimer: La mayoría de los personajes no son míos son de Rowling, x lo q no me demandéis q en este momento me reservo el dinero para renovarme el vestuario para este otoño. Volviendo al tema q esto ha sido escrito x amor al arte y no merezco ser castigada x ello.

Tras el rollo de siempre vamos a pasar a responder a los mensajes recibidos:

Sara Meliss: ¡YA ACTUALIZO! Pero no sabes el infierno que pasé para terminar de escribir este capi.

Ginny84: Hola, me gusta que te gustara. en nada verás como termina la cosa. Trataremos de seguir así.

Laila: Hola, siento que te entristeciera que se terminara el capítulo... Espera, eso es bueno, ¿no? Entonces no lo siento tanto, eso es que lo hice bien. · ¿A que los hombres son así? Sobre todo con lo de "nos hemos perdido" ¿Por qué cualquier crítica a su sentido de la orientación es como si les tocarás en lo más vivo? ¡Ay, sí! Al pobre Blaise fijo que Sirius trata de matarlo. Y cuando Ron vuelva casi fijo que tambien. Creo que el pobre va a tener un mal día. Yo tb estoy deseando que Harry se cargue a Krum, desde que le lanzó a Cedric la maldición esa en el Torneo de los 3 magos le cogi un asco. La verdad es que tengo otro fict, es El arte de Vengarte, aunque es de los Merodeadores. Como me mandas hacer más ficts... Un beso.

Lady Vega: Hola, hola. ¡Al fin una madrileña por estos mundos virtuales! Lo más cerca que conozco es de León y Córdoba. En fin, que es que es cierto, en Madird hay más zanjas que coches y eso que anda que no hay coches. Tranquila, que Draco esta a salvo. O todo lo a salvo que puede estar teniendo en cuenta que anda con Ginny. Que aunque no lo parezca me cae fatal. Chao.

Andy-Wm: Me encanta que te encantara el capi. Yo tb creo que el regreso de Sirius es una de las mejores partes del capítulo. Creo que el día que exista un hombre así, tendremos que clonarle para tener un cada una.

Susanh: Hola, hola. ¡Bien! Una menos para competir por Remus, claro, que es una más para competir por Sirius... No sé que es peor. No creo que Ron lleve muy bien la maternidad de Hermione, aún no sé como lo llevara Sirius lo de ser abuelo y eso. Pos Draco no me ha hecho nada, mira que va a ser eso lo que me mosquea de él. Me alegra que te guste el fict, sobre todo porque sé que tu no lees nada que no sea de los merodeadores, por eso me hace mucha ilsuión que te guste. Besos. PDTA: es verdad que falta James. Habrá que hacer algo al respecto.

Ahora si pasamos al capítulo 9 de esta paranoia futurística, q con todo lo q he pasado para escribirlo más vale q os guste. CarlaGrey Pictures presenta el capítulo 9 de El favor:

9. EL DUELO FINAL.

En cuanto entraron todos se fueron separando para poder cazar mejor a todos los mortifagos y de paso tenerles distraídos mientras Eloise descargaba todos los datos sobre propiedades y esas cosas.

X ese motivo Blaise iba andando solo x un pasillo subterráneo de piedra arenisca cuando se encontró de frente con Flint. Nunca se había llevado muy bien, aunq fueran del mismo bando, entre otras cosas xq Blaise nunca le perdono a Flint q le rechazara como Buscador de Slytherin sin hacerle la prueba pertinente, xq Draco compró su entrada en el equipo con el dinero de su Padre. Pero eso ya estaba superado, al menos Blaise lo superó cuando se tiró a la novia de Flint e hizo q la chica se tatuara Zabini 4ever en la cara interna del muslo. Claro q a Flint no le sentó nada bien pero de eso se trataba, ¿no?

Volviendo al presente ambos se vieron desde los 2 extremos de un pasillo de piedra arenisca rojiza...

- Flint. – Dijo Zabini con voz helada.

#Tiro lali, lalilo...

- Zabini. – Saludo Flint con igual voz.

#¯Tiro lali, lalilo...

Un matorral salido de quién sabe donde, empujado x un brisa salida de vete a saber q lugar paso entre ambos hombres q adoptaron postura de duelo al estilo del viejo oeste.

Flexionaron las piernas y empezaron a estirar y encoger los dedos al tiempo q empezaban a acercar las manos a sus respectivas varitas para poder desenfundarlas antes q el rival...

- ¡Aveda Kadabra!

La maldición asesina de Blaise fue rápida y alcanzó de lleno a su objetivo, dándole tiempo al joven animago a esquivar la de su rival. Cuando Blaise se levantó y vio a su contrincante sopló la punta de la varita antes de guardarla.

Ya se estaba dando la vuelta, algo decepcionado x lo fácil q resultó cuando...

- ¡Expelliarmus!

Esta vez esquivó la maldición de Flint a duras penas, sin embargo, aquello no podía ser. Nadie podía sobrevivir a una maldición asesina lanzada desde esa distancia. Pero fuera o no posible Flint se estaba levantando del suelo totalmente intacto, salvo x el polvo q habían cogido los pantalones de cuero.

- ¿Sorprendido? – Flint le miro divertido. - ¿Quieres saber como lo he hecho? – Flint empezó a desabrocharse la chaqueta de cuero como si fuera a desnudarse.

- No tengo tantas ganas de saberlo. – Informo Blaise, q no necesitaba nada ver a Flint sin ropa.

- No te hagas ilusiones, Zabini. Es para q veas mi traje anti maldiciones asesinas. – Debajo de la ropa de cuero Flint llevaba una especie de mono de color totalmente negro, pero con rosetas marrones. – Piel de Onza. Los guerreros Jaguar legendarios. Su piel repele todas las maldiciones, incluso las asesinas. Pero sé lo q piensas: la única manera de q la piel de onza sea efectiva después de arrancada es que se la quites al mago transformado en jaguar y en vivo. - Acarició pensativamente la piel q llevaba como traje. – Debe doler, ¿no crees?

- Dudo q tuvieras el valor de arrancarla personalmente. – Blaise tenía la boca seca, pero la sentía llena de bilis. Tal vez fuera alguna extraña solidaridad felina, pero la idea de arrancarle la piel a un mago q se transformaba en felino en vivo solo para q aquel... cabronazo sobreviviera a su maldición le lleno de una indignación y un odio q no había sentido nunca, ni siquiera x Malfoy.

- Bueno, Zabini, es hora de jugar en serio.

Tras esto lanzó una maldición, q Blaise logró esquivar gracias a su agilidad, y se quedo agazapado detrás de una roca tratando de poner en orden sus ideas.

- Vale, Blaise. Tienes q concentrarte. – Penso para sí. – No puedes lanzarle ninguna maldición, salvo q le aciertes a la cabeza, blanco muy pequeño, no le afectara. Tampoco te vale el cuchillo xq no es de oro azul q es lo único q puede traspasar la piel de Onza. Creo q solo hay una solución. Espero q funcione.

Blaise suspiro. Se transformo en Pantera, y salto sobre Flint, al q pillo totalmente desprevenido, y cometió el error fatal de soltar la varita. Blaise q iba lanzado, cayó se lanzó sobre él y de un zarpazo le desgarro la garganta. Aunq no sin q antes Flint sacara un puñal y se lo clavara en el costado.

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Giny asomo la pelirroja cabeza x el final del pasillo de baldosas blancas q había seguido y q desembocaba en una especie de jardín con fuente de estilo japonés. Todo él estaba lleno de cerezos en flor, cosa rara xq ya no era la época, y con una fuente cuya agua provenía de un canal muy pequeño q caía al estanque a través de un junco q iba oscilando según caía el agua. Al fin se había librado de Harry, q pensaba q era una niña pequeña y la quería llevar de la mano x aquel lugar, en vez de estar a lo q estaba.

En dicho lugar se encontró un espectáculo tan horrible y grotesco q no tuvo remedio q pararse a mirarlo fascinada. Millicent Bullstrode, con ropa de cuero se dedicaba a hacer ejercicios de entrenamiento oriental al estilo Buffy cazavampiros.

Giny recordó el día en q sus hermanos gemelos para animar a Harry q acababa de volver de casa de sus tíos alquilaron una película. La obra de culto en cuestión era "Beverly Hills Ninja. La salchicha peleona", x alguna razón Millicent la recordó a esa película. La comparación logró lo q la película no había logrado q Giny, imprudentemente se pusiera a reír.

Al oír el ruido, Millicent se volvió para encontrarse con la pelirroja. Al ver la cara de furia q puso, Giny se empezó a reír con más ganas.

- ¿De q te ríes pobretona? – Pregunto Millicent con tono bastante amenazador.

- De ti. – Repuso Giny sin dejar de reír. – ¿Acaso no lo ves?

Furiosa xq se estuvieran riendo de ella, Millicent lanzó una maldición para desmayarla. Pero en el momento en q iba a alcanzarla Giny se dobló de la risa y esquivo la maldición q fue a parar al surtidor de agua q reventó.

El ruido de la explosión llamo la atención de Giny. Su mirada castaña se poso en el surtidor reventado, luego siguió el camino del rayo hasta Millicent, q aún tenía la varita levantada. Tras esto se empezó a reír con ganas. (NdA: ¿No os fascina q una persona con esa mierda de instinto de supervivencia haya vivido 26 años?)

Millicent entorno los ojos, y decidió probar con una Imperius, para ver si dominando la mente de la pelirroja podía hacer q parara de reír. Sin embargo, la maldición fue interceptada x un pétalo de flor de almendro desprendido idílicamente del árbol, terminando la maldición en una pared acolchada q absorbió el impacto. Giny ni se enteró de esto xq estaba ocupada en pleno arranque de risa tonta de esos imposibles de parar.

Finalmente Millicent decidió dejarse de hechizos y chorradas y q iba a cortarla la risa con sus propias manos. Seguro q la pobretona no era capaz de reír cuando la hubiera partido el cuello de una patada.

Con esta idea tan elaborada en mente, Millicent dio un gran salto patada, al estilo de Carrie An Moss en Matrix, en la primera, elevándose de forma ágil y grácil sobre el suelo. (NdA: XD, lo siento pero es q no puedo imaginarme a Millicent elevándose con gracilidad de ninguna parte.) Y estirando los músculos. Todo ello a cámara lenta.

Cuando digo lenta, quiero decir, q a Giny le dio tiempo a parar de reír, darse cuenta de q estaba a punto de ser atacada, asimilar q Millicent la quería dar una gran patada en el cuello, decidir q necesitaba un arma, quitarse de la trayectoria de la patada, encontrar la caseta del jardinero, abrirla con la varita, observar todos los instrumentos, tomar el rastrillo, decidir q el rastrillo no era el arma idónea, dejar el rastrillo, coger la pala, salir de la caseta, cerrar la puerta de la caseta y volver a ponerse en la trayectoria de Millicent q para ese momento ya estaba a punto de aterrizar. El problema, es q no aterrizó sobre el cuello de Giny, q se había situado estratégicamente para q la pierna pasara de largo pero la cara de Millicent impactara contra la pala. Entonces Giny la golpeo como si fuera un Bludger, lanzándola contra el cerezo, y quedando inconsciente, x no hablar de q tenía la cara más morada q una berenjena

Giny hizo salir las cuerdas de su varita y la ató. Luego se empezó a partir de risa de nuevo.

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Draco tenía la extraña sensación de q lo seguían. No era una sensación, era más bien un presentimiento. No era un presentimiento, era una intuición. Producto todo ello de su refinado instinto de espía forjado a lo largo de años dedicados a esta mal pagada profesión.

Todo eso, y q la sala en q estaba, era una especie de casa de los espejos de parque de atracciones Muggle, y q podía ver a Montague detrás de él. Pero aunq no hubiera espejos, con el olor a talco perfumado q salía de las piernas de Montague, Draco tb lo hubiera localizado.

Draco se giro de pronto para fulminar a aquel idiota con la mirada, pero el gran problema de estar en medio de una sala de espejos es q no sabes cúal es la imagen real y cúal no. Claro q tb puede ser una ventaja xq Montague en ese momento lanzó una maldición q reventó un espejo q un segundo antes mostraba la imagen de Draco, q el mortifago confundió con el Draco verdadero.

Bueno aquello despejaba todas sus dudas, su tía se había enterado q lo había traicionado y había enviado a aquel idiota a matarle. ¿Acaso él q era un Malfoy no se merecía ser asesinado x alguien con renombre? ¡Joder! Hablaba como su padre. Eso era la jodida varita q lo estaba poseyendo. Pero en aquel momento no se podía deshacer de ella como demostraba el hecho de q Montague acababa de volatilizar otro espejo, esta vez cerca de Draco.

Olvida la varita. Olvida el orgullo familiar. Concéntrate en salir vivo de esta. No puedes fiarte de tus ojos. Puede ser q lances una maldición y no sea Montague, sino su reflejo. Pero puedes fiarte de tu oído. Antes de lanzar la maldición Montague tiene q pronunciarla... x lo q si escuchas con atención sabrás donde esta exactamente. Así q eso hizo escuchar con atención. Puso todos sus sentidos en ello. Hasta q al fin capto la pesada respiración de Montague, el sutil fru fru de su túnica, el sonido de las partículas de talco al desprenderse de la piel...

- Aveda Kadabra. – Montague lanzó la maldición, q rompió otro espejo. (NdA: Van 3 espejos. A 7 años de mala suerte x cada espejo.) Pero q sirvió a Draco para indicarle la posición exacta siguiendo la trayectoria de la maldición.

Draco no desaprovecho la oportunidad, y lanzo su propio ataque.

- Petrificus totalus. – Draco se plantó en medio del pasillo y dejo a Montague totalmente paralizado x la maldición q le dio de pleno.

Draco se quedo tb petrificado, pero x el espectáculo q se encontró. Montague q era delgado como un tallarín, con la túnica remangada, las piernas totalmente llenas de polvos de talco ya q lo uso para tratar de subirse los famosos pantalones de cuero quieto como una estatua y con un montón de copias reflejadas en los espejos era bastante paralizante.

Tanto es así q a Draco le dio mucha pena estropear la escena para tener q atarle, pero así es la vida. Cuando salió de la sala a un pasillo con el cuerpo flotante y atado de Montague escucho otro sonido q le hizo sospechar q venía alguien x el pasillo. Se escondió en un hueco del pasillo detrás de una armadura.

Al poco rato pasó Giny, muerta de risa, con el cuerpo atado e inconsciente de la vaca burra, q tenía la cara totalmente hinchada y el pelo cubierto de pétalos de flor.

- Giny. – La llamó Draco saliendo de su escondite. La pelirroja se alertó un poco, pero el ver q era él, su semblante se volvió de pura alegría.

- ¡Draco! – de un brinco Giny se había lanzado sobre Draco, y le llenaba la cara de besos. - ¡Q alegría verte! – Beso en la mejilla. - ¡Estaba sola x aquí! – Beso en la otra mejilla. – Xq la pava esta no cuenta. – Beso en la punta de la nariz.

- Creo q no es el mejor momento para hacer esto. – Draco se libero de la chica con esfuerzo, ya q no le apetecía mucho. – Tenemos q encontrar a los demás.

- Sí es cierto. – admitió Giny con desgana. – Además la bomba va a estallar de un momento a otro y no sé ni donde estamos.

- ¿Q bomba? – Draco la miro con sorpresa.

- La q hemos puesto y q estallará en... - Giny consulto su reloj. – Unos 25 minutos.

- Pues será mejor q nos movamos. – Draco trato de recordar x donde se salía pero x alguna razón solo era capaz de pensar en los labios afresados de Giny. La pelirroja notó la mirada y se volvió hacia él, antes de darse cuenta era presas de toda la adrenalina q sus peleas había dejado x las venas y de 12 años de pasiones inhibidas y se estaban dando el lote en el hueco de al lado de la armadura.

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Los pasos de Snape le habían conducido a las mazmorras. Todos sus caminos le llevaban allí pensó con ironía el hombre. Aunq como experto en mazmorras debía decir q aquellas mazmorras eran muy distintas a las de Hogwarts. Aquellas tenían el aura de tristeza, dolor y pena propias de las habitaciones q habían sido utilizadas como cámara de tortura. Las de Hogwarts en cambio, desprendían olor a disolvente y madera quemada, ya q siempre se usaron como laboratorio de pociones.

Estaba examinando el lugar convencido de estar solo cuando de pronto...

- Snape. – El aludido se giro para contemplar a un hombre tan pálido q a su lado Draco Malfoy hubiera resultado moreno, con el pelo completamente gris, fríos ojos color azul hielo ¿cómo se llamaba aquel capullo? - Volvemos a encontrarnos. Después de tantos años. Han sido años duros, pero logré huir de los aurores. Sufrí algunas experiencias terribles, pero me han fortalecido. Me apoyé en mis amigos, pero no demasiado. Sin embargo, x fortuna aún no llego el día en q vea romperse los lazos de la comunidad, y el valor de los mortifagos desfallezca.

Mientras el desconocido era poseído x espíritu de Aragorn, y daba un discurso similar al q deliraba él antes de la batalla definitiva de "El retorno del rey", Snape trataba desesperadamente de recordar cúal era su maldito nombre ¿Malcom? No era muy vulgar. ¿Marte? No demasiado divino para un mortifago. ¡Joder! ¿Cómo coño se llamaba?

- ¡Murphy! – Exclamo de repente Snape al recordar el maldito nombre de aquel idiota.

- Mi nombre es Mulciber, no Murphy. – le corrigió el hombre ofendido. - ¿no nos habíamos presentado ya?

- Sí, Murphy, pero es q no me acordaba.

- ¡Q me llamo Mulciber! – Murphy, es decir, Mulciber paso de la ofensa a la furia, para satisfacción de Snape, q sabía q él se enfurecería y él quería q se enfureciera xq así lucharía sin pensar.

- Lo sé Murphy. – Repuso Snape con tono paciente algo molesto xq le tomaran x sordo.

Tal y como Snape pensaba, esto fue la gota q colmó el vaso. Murphy, quiero decir, Mulciber se olvidó de q llevaba una varita y de q era mago, para embestir a Snape como si fuera un toro enfurecido. Snape q se esperaba algo así le esquivo con un movimiento ágil y haciendo un movimiento extraño con la capa, q casi pareció q había toreado al mortifago.

Mulciber, o Murphy, o como se llame, cegado x la capa siguió corriendo sin saber muy bien a donde iba y acabó chocando contra una máquina de tortura muy extraña q tenía varias funciones. Tanteando con la mano resulto q encontró el control de la máquina y la encendió. No contento con eso giró la rueda de potencia hasta el grado de mortal, y como él estaba debajo... se quedo frito.

Snape le dedicó una mirada de burlón desprecio y pensó q aquello fue demasiado fácil pero con un tío tan idiota... Aún estaba a tiempo de poder ayudar a otro de sus ex compañeros a darle algo de chispa a su cerebro. ¿De dónde salió ese chiste tan malo?

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¡Q pedazo de cocina! Penso Justin al tiempo q daba un silbido de admiración. Era de unos 80 metros cuadrados, de esas q solo se ven en las películas americanas y q hay tantos fogones como para preparar tortitas como para 3 regimientos y con una nevera tan grande q podrías guardar en ella comida como para resistir 7 inviernos nucleares. Toda ella blanca y preciosa. Había q reconocer q esa gente si q vivía bien.

Observo los cubiertos: plata de la buena. Comprados en alguna tienda de plata de calidad. Y él entre tanto, robando los cubiertos de los restaurantes a los q iba, llevándose tb los ceniceros para usarlos de plato de postre.

Tb miro las sartenes: todas ellas de buena calidad. Él las tenía compradas de las tiendas de todo a 1 euro. Fue el estar mirando las sartenes lo q le salvo la vida. Mientras admiraba la superficie q estaba tan pulida como la de un espejo, observo en ella el reflejo de una mujer morena y altiva con una varita extendida q le apuntaba.

- Aveda Kadabra. – Justin se giro con la sartén en la mano, usándola como escudo. El rayo rebotó en la sartén y termino volatilizando una manzana. Bellatrix le miro algo irritada. - ¿Tú no estabas muerto?

- Q yo sepa no. – Repuso Justin, sacando la varita disimuladamente. – Estás mal informada.

- Sí, esa Luna no es muy buena espía q digamos. – Bellatrix rodó los ojos en un gesto de q pronto iba a prescindir de los servicios de esa inútil definitivamente.

- Sobre todo xq la hemos descubierto, y esta muerta. – Explico Justin en un tono tan frío y distante q no parecía de él.

- ¿Muerta? – Durante un segundo pareció q Bellatrix iba a mostrar una emoción. Pero enseguida se recuperó y su rostro volvió a ser tan frío como siempre. – Pues dale recuerdos de mi parte cuando vuelvas a verla. – Y volvió a alzar la varita para atacar. Pero Justin esta vez estaba preparado.

- ¡Desmanius! – Bellatrix vio venir la maldición de Justin y la esquivo ocultándose tras la barra americana, a la vez q hacía otro intento de maldición asesina. Dicho intento, hizo q Justin se deslizara sobre la mesa de la cocina y la tumbara para quedar protegido x ella.

Así ambos empezaron una especie de tiroteo en plena cocina, con la diferencia de q en vez de balas tenían maldiciones, y q al contrario q las pistolas las varitas no hay q recargarlas. Claro q después de un rato de andar soltando maldiciones, Justin estaba jadeando, y es que no eran solo las maldiciones sino q al final Hermi tenía razón como casi siempre y aún estaba muy débil. Al menos no estaba lo bastante fuerte como enfrentarse a la más feroz de las mortifagas en un duelo igualado.

Sin embargo, puestos a ponerse trágicos, era mejor morir de pie q agazapado detrás de una mesa. Estaba a punto de salir cuando noto q pasaba algo raro. Bellatrix, seguía lanzando maldiciones, pero en otra dirección, como si luchara contra 3 personas a la vez. Justin se asomo lo bastante como para ver q detrás de una de las puertas q llevaba a la cocina estaba Blaise q se sujetaba el costado con un brazo y lanzando maldiciones hacia Bellatrix. Pero es q detrás de la nevera, estaba Snape q tb lanzaba maldiciones como un poseso sobre la mortifaga, q estaba un poco descentrada sin saber muy bien hacia donde atacar.

Las miradas de los 3 hombres se cruzaron y como si esta fuera la señal q esperaban se levantaron y a un tiempo lanzaron los 3 la maldición asesina. Tal vez parezca un poco basto pero con todos los hechizos de protección q se había hecho la bruja esa, era necesario una triple maldición como esa para liquidarla.

En cuanto Blaise lanzó la maldición con bastante esfuerzo y sin dejar de sujetarse el costado, se derrumbo deslizándose sobre la puerta y dejando un reguero de sangre en ella x el camino.

- Blaise. – Justin se precipitó hacia él, mientras Snape comprobaba q Bellatrix estaba muerta del todo. Para asegurarse tomo un cuchillo y se lo clavó en el corazón. Entre tanto Justin comprobaba los daños. - ¡Joder! – exclamo al ver un tajo bastante profundo q atravesaba a Blaise de parte a parte a la altura del bazo. (NdA. No sé mucho de anatomía y ahora q me ataca la inspiración, al fin, no quiero arriesgarme a perderla en lo q consulto.) - ¿Q paso?

- El cabrón de Flint tenía un cuchillo, y cuando le ataque lo utilizo. – Hizo una pausa. – Yo me enfurecí tanto q...

- Te lo has cargado. – Concluyo Snape agachándose en el suelo cerca de ellos para examinar tb los daños.

- Sí. La herida es profunda. Supongo q no viviré para ver a mi pequeña. Justin cuando veas a Hermi la dices q la quise mucho, pero q no pudo ser...

- Se lo dirás tu mismo. – Le aseguró Justin sin asomo de duda en su voz.

- Sólo lo dices para consolarme, pero yo sé q no es así. Tuve un mal presentimiento desde q ella acepto casarse conmigo y...

- ¡Zabini! Déjate de tonterías. – Snape tomo su varita, hizo un hechizo q cortó la hemorragia, cerró la herida hasta hacerla desaparecer y ayudo a levantarse al joven.- Ahora te tomas un poco de chocolate q seguro q hay en ese pedazo de nevera, y seguro q te sientes mejor.

- ¡Me has salvado la vida! – Blaise miro al lugar donde antes estuvo la herida q le podía haber costado la vida y luego a su ex profesor con una mezcla de admiración y agradecimiento.

- Ni se te ocurra abrazarme. – Le advirtió Snape al ver q el joven iba hacia él.

- Ni se me pasó x la cabeza. – Blaise contuvo el avance y se quedó algo apenado xq iba precisamente a abrazarle.

- Pues abrázame a mí. – Justin puso su mejor cara de "estoy muy necesitado de cariño."

- Vale. – ambos jóvenes se fundieron en un abrazo. – Ahora mejor salimos de aquí.

- Buena idea. – concedió Snape. – Mejor salimos de aquí antes q todo esto explote. Esto va a volar x los aires dentro de muy poco, después de la "pequeña" bomba q hemos puesto en el sótano al entrar.

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Lupin encontró a Wolf en el garaje, tratando de pillar un coche para huir. Lógicamente la casa no era de Bellatrix sino de unos Muggles, y después de su "misteriosa desaparición" la habían comprado en subasta. Pero los objetos personales de los dueños originales aún estaban x allí.

El problema al q se enfrentaba Wolf es q como buen licántropo de origen mágico, consideraba todo lo Muggle inferior y no tenía ni puñetera idea de cómo abrir la puerta del coche, sobre todo xq era de los q se abría con mando a distancia, observo Remus con irónica sonrisa.

Sabía q pensar en una venganza personal cuando había tanto en juego era bastante irresponsable, pero desde q Draco dijo q esa cabrón andaba x allí no era capaz de pensar en otra cosa.

Al contrario de lo q la gente pensaba no fue Romulus el q descubrió a Ambar & Remus en la cama seguramente lo pensaban xq así era teatral. La verdad era menos pintoresca: ni los habían pillado en la cama, ni los descubrió Romulus. Licius Wolf los vio besándose, fallo de ambos, y le falto tiempo para decírselo a Romulus. Los q pensaban q era xq Romulus era su jefe y le debía lealtad se equivocaban. Lo cierto es q según la teoría de Licius, cuando su jefe se hartaba de sus mujeres pasaban a ser las mujeres de Licius... Y Ambar ya se le resistía demasiado tiempo.

Remus no conoció ese detalle hasta q Ambar no se fue a vivir a su casa, años más tarde, cuando la oía gritar x las noches debido a las pesadillas. Ella, al principio, le decía q era x el suero q inhibía la transformación, q le provocaba sueños intranquilos, pero él sabía q mentía. Entre otras cosas xq él tb lo tomaba y si él no dormía era x las pesadillas q tenía Ambar xq sino dormiría como un bebe. Al final logró q Ambar confiara en él y le contara los recuerdos q revivía en aquellas pesadillas, como Romulus la entrego como regalo a Licius en premio a su lealtad y q él la aterrorizó tanto q al final termino refugiándose en el laboratorio, ya q Romulus convencido de q trabajaba en el suero q le daría la victoria sobre los magos, no dejaba q nadie, absolutamente nadie entrara cuando ella trabajaba...

No era de extrañar q Remus quisiera ajustar cuentas personalmente con Licius Wolf conociendo esos detalles. Además sentía q era cerrar el círculo: Ambar mató a Romulus xq el licántropo trato de matar a Remus. Era justo q ahora él matara a Licius x lo mal, aunq eso era decir poco, q se lo había hecho pasar a Ambar.

Entre tanto, Licius había pasado de abrir la puerta con la llave del coche, y optaba x romper el cristal al más puro estilo de ratero cutre.

- ¿Y como piensas abrir la puerta del garaje? – Remus llamó la atención del feo licántropo con este comentario. (NdA: No todos van a ser como Remusin, ¿no?)

- Pensaba estrellar el coche contra ella hasta q se abra. – Confeso Licius tratando de disimular su temor al verle allí. – Cuánto tiempo si vernos. ¿Cómo anda la pequeña, Ambar?

Si de esta manera pretendía estimular la piedad de Remus, pues realmente iba x el mal camino. Remus sabía q pretendía enfurecerle para hacerle perder el control. Y lo de enfurecerle lo estaba consiguiendo, lo de hacerle perder el control no... Lo q sentía era una furia fría q agudizaba todos y cada uno de sus sentidos y q le hacía evaluar cada cosa de alrededor como si fuera un arma potencial.

- Ella no es asunto tuyo. – X el tono se sabía perfectamente q era una advertencia q debía seguir.

- Sí, bueno. Me ha gustado verte yo ya me iba. – Tras esto Licius abrió la puerta del coche logró meter al llave en el contacto y en lo q arrancaba el coche Remus fue hacia él para sacarle del coche. Pero x algún tipo de instinto de supervivencia Licius logró encender el motor y entonces se fue hacia delante en un intento de atropellar a Remus bastante rastrero.

Remus logró evitarlo saltando al capó del coche y quedando sobre él en equilibrio como si fuera una tabla de hacer surf. Licius no se dio x vencido y dio marcha atrás el coche tratando de aprovechar la puerta del garaje como guillotina. Pero Remus lo vio venir y saltó hacia un lado.

En lo q Remus se recuperaba del salto, no había caído muy bien, Licius logró salir del garaje. Remus se decidió a ir a x él. Próximo al lugar de su caída encontró las llaves de un coche. Para ver cúal era le dio al botón de abrir, pero ninguno de los coches cercanos reaccionó.

- ¿Pero q coño pasa aquí? – Comprobó las pilas, pero iban bien. Se levanto y volvió a probar. Y fue entonces cuando lo vio.

Estaba debajo de una lona y al destaparlo se encontró con un precioso coche descapotable de un extraño color anaranjado metalizado, muy similar a los ojos y el pelo de Ambar. Si aquello no era una señal de esas en las q él no creía...

En menos de lo q dura Brad Pitt desnudo en la puerta de un internado femenino, Remus estaba conduciendo a una velocidad normal para él, excesiva para el resto del cosmos, x el centro de Londres y había encontrado el rastro de Licius. Aunq eso no era muy difícil, bastaba con seguir las migas de pan, es decir, los cubos de basura volcados, las bocas de incendios soltando agua, los árboles chocados, las señales tumbadas...

Cuando en un momento dado Licius miró x el espejo retrovisor, x verse la cara, no para seguir ninguna ridícula norma de tráfico, y vio tras él un coche anaranjado con Remus con pinta de sádico asesino casi le da un yuyu allí mismo. No digamos ya cuando Remus empezó a usar el coche q conducía como arma y a darle empujones desde la parte de atrás del coche, q entonces se preocupó de verdad.

La persecución no duro mucho , entre otras cosas xq Remus tenía un dominio al volante del q Licius carecía totalmente. Así q en una curva Remus le dio una embestida lateral y el coche de Licius se salió de la calzada chocando frontalmente con un árbol.

No contento con eso Remus dio marcha atrás y empezó a chocar su coche contra el de Licius, dejando la puerta del licántropo tan abollada q era imposible salir x ella. Estuvo así un buen rato, hasta q vio el escape de gasolina q tenía Licius en el coche.

Entonces salió de su coche con la varita desenfundada y miro a Licius directamente a los ojos.

- Vamos, Rem. – Licius trató de poner una sonrisa amistosa, pero entre q su cara no era muy afable y los cortes q se hizo al romperse el cristal en su cara solo le salió una mueca espantosa. – Seamos amigos. No es para tanto. Sólo pasó una vez y ella...

- No te atrevas ni a mentarla. – Le aconsejó Remus con una nota de acero en la voz. – Hasta nunca Licius. – Y con premeditada calma sacó una chispa de su varita q prendió una pequeña llama en el combustible q rápido empezó a correr hacia el coche de Licius.

- ¡NO! – grito Licius con tal desesperación q uno podría pensar q solo x gritar la llama iba a detener su rumbo. Pero hubiera sido efectivo si hubiera soplado.

Remus observó la explosión q había provocado y luego se subió al coche para ir a recoger a sus amigos, estaba a 20 minutos de allí, x lo q llegaría en 7. La verdad es q era un buen coche. Seguro q a Ambar le gustaba.

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Eloise suspiro y miro el reloj. Iba bien de tiempo. Acababa de enviar x correo electrónico toda la información del disco duro de Bellatrix a Ambar sin la menor dificultad. Sin embargo aquello estaba apunto de volar x los aires mejor apresurarse.

Con esta idea, Eloise empezó a recoger el portátil.

- Mierda. – Uno de los CD se la había caído al suelo, se agacho a recogerlo del suelo, y cuando se levantó...

Dione apareció x detrás de ella, y trato de ahorcarla con el cable del ratón. Eloise sintió como se iba quedando sin aire, x no hablar de la quemadura del plástico sobre la piel. Necesitaba algo con q atacar, una varita, unas tijeras lo q fuera...

- Seré idiota. – Penso al recordar q tenía un CD en las manos y q eso puede cortar. Con toda su fuerza lanzó el brazo para atrás logrando cortar a su atacante en el costado.

- Aú. – Gimió Dione molesta xq el corte había destrozado su corsé favorito. En venganza lanzó su patada directa a la entrepierna de Eloise.

No obstante la rubia se lo esperaba, y atrapó la pierna antes de q alcanzara su objetivo.

- Se nota q no estás acostumbrada a luchar con mujeres. – la desafió la rubia divertida antes de lanzar la pierna de la mortifaga para atrás.

Dione dio una voltereta hacia atrás cayendo de pie, y se hizo de nuevo con el ratón. Empezó a mover el cable como si fuera un látigo con la misma maestría q Indiana Jones.

Eloise observó los movimientos con expresión hastiada antes de sacar su varita y hacer un Desmanius q dejó fuera de combate a su rival. Luego la ató y tras tomar su portátil se fue de aquella sala con Dione flotando a su lado.

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Harry se limpió la sangre q manaba de su ceja partida con la manga de su túnica y trató de olvidar los pequeños dolores q se distribuían x su cuerpo. Su único consuelo es q después de 1 hora de duelo, Krum, tenía peor pinta q él. El búlgaro sangraba x labios y cuello, x no hablar de q llevaba un ojo morado y q en aquel momento se dolía de un golpe en el estómago.

Harry sabía q debía ir acabando el duelo, pero no era tan fácil. No podía matar a Krum, xq Persefone había sido muy explícita al respecto: si quería resucitar a Ron, el corazón de Krum debía pararse x causas no mágicas. Además tenía q ser un hechizo q le mantuviera a Krum inactivo bastante rato, y si esa inactividad conllevaba la muerte mejor.

Fue entonces cuando recordó el hechizo perfecto para la ocasión, pero para hacerlo necesitaba su varita, q estaba abandonada en el centro de la sala. Como si ambos se hubieran dado cuenta de q su supervivencia dependía de aquella varita, la de Krum se había partido durante el enfrentamiento, se abalanzaron sobre ella.

Llegaron los 2 a la vez, y la tomaron a la vez con ambas manos. Viendo q no la iban a soltar x las buenas, los 2 empezaron a darse puñetazos. En uno de ellos Krum, le dio una tan fuerte a Harry, q logró q este soltara la varita y cayera al suelo de espaldas.

Cuando Harry se rehizo del golpe en la nuca y abrió los ojos se encontró con Krum apuntándole con su propia varita, y una sonrisa triunfal en la cara disfrutando al máximo de su momento de gloria. Dicho momento duró poco. Harry logró hacerle la zancadilla y provocar q perdiera el equilibrio. Mientras caía el suelo soltó la varita.

La varita voló y voló hasta caer en las manos de Harry, q se había levantado y la atrapó al vuelo. En cuanto la tuvo en la mano no se paró a dormirse en los laureles sino q enseguida atacó.

- Congelatum Rayus. – (NdA: tengo el latín bastante oxidado, si alguna/o sabéis como se dice rayo congelador en latín, le agradeceré q me lo cuente xq me vendrá muy bien para futuras historias.)

Al instante de la varita de Harry empezó a salir hielo a propulsión en dirección a Krum, q empezó a quedarse helado, literalmente, hasta quedar convertido en una estatua de hielo. El siguiente hechizo de Harry permitió crear una sustancia q impediría q el hielo se derritiera a consecuencia del calor.

Luego hizo levitar al moreno y se decidió a salir de ahí. Miro el reloj. Faltaban 2 minutos para q todo volara x los aires.

En cuanto salió se chocó con alguien q corría en sentido contrario haciendo q Harry cayera sobre dicha persona, y Krum congelado sobre la persona q levitaba tras esa persona.

- ¿Eloise?

- ¿Harry? – preguntaron los 2 a la vez al abrir los ojos.

- ¿Q te ha pasado? – Harry se incorporó un poco y acarició las marcas q el cable del ratón había dejado en el delicado cuello de la chica.

- Me lo ha hecho ella. – Eloise señaló a Dione, q había evitado q la estatua de hielo de Krum se hiciera añicos contra el suelo.

Tras esto los 2 se callaron y se miraron a los ojos. De pronto Harry se inclino hacia ella q se preparó para recibir el beso.

- ¿Realmente creéis q es el momento ideal para hacer eso? – La voz de madre regañona de Giny rompió la magia. – x si no os habéis fijado dentro de 1 minuto esto va a estallar y no estamos ni cerca de la puerta.

- ¿Q te ha pasado a ti en el cuello? – Harry se levantó y ayudo a Eloise a hacer lo mismo, y miraba fijamente un morado en el cuello de Giny.

- Pues... hay una explicación muy sencilla para eso... - Claro q Giny no le podía explicar a Harry lo q había estado haciendo con Draco, aunq el moreno no tenía más q mirar el sonrojo de Draco para adivinarlo. – Milllicent me ha mordido durante la pelea.

- Q mala es la vaca burra. – la apoyó Draco ansioso x cambiar de tema. Harry decidió aceptarlo aunq luego se encargaría de q Hermi le hiciera un molde dental a Draco para compararlo con la marca del cuello de Giny. – Tenemos q buscar la salida más cercana.

- ¿Queréis una salida cercana? – Harry sacó su varita y se remangó la túnica. – Pues aquí la tenéis. – Trae esto apunto la varita a la pared más cercana, y con un hechizo voló dicha pared y las 4 siguientes.

Todos los demás entendieron la idea y a la vez q corrían con sus prisioneros detrás, iban abriendo las paredes, finalmente abrieron la última pared y llegaron a la calle.

Allí esperaban 2 coches: un todo terreno negro q era el coche donde habían venido, donde estaba Justin al volante y Blaise de copiloto al q corrieron Draco & Giny y un coche deportivo naranja metalizado donde estaba Lupin al volante, y Snape rezaba en la parte de atrás, al q se subieron Eloise & Harry. Ambos coches salieron disparados al instante en el mismo momento en q la casa entera volaba x los aires sin q la explosión afectara a nada de lo q había alrededor.

- Bonito coche. – Comento Harry tras ver q Dione & Krum fueran bien puestos en el maletero.

- Gracias. Es un regalo para Ambar. – explico Lupin al tiempo q aceleraba para llegar cuanto antes al ministerio y de ahí a casa.

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- Tía Ambar, tía Ambar. Hay un poltergueis en tu cocina. – avisaron James & Sirius Jr. Desde la cocina.

- Voy yo. – Se ofreció Hermione.

- Gracias. – Ambar la sonrió desde la silla frente al ordenador donde había abierto el correo q le había mandado Eloise.

- No es un poltergueis. – Rió Hermione al ver lo q miraban los niños. – Es el microondas q estoy calentando un vaso de leche.

- Ooo – Exclamaron los 2 niños con asombro tomando una silla para quedarse embobados contemplando como el vaso de leche daba vueltas en medio del aparato blanco y rectangular como si fuera un capítulo de los vigilantes de la playa.

- Es la vez q más tranquilos los he visto en mi vida. – Anunció Penelope al ver a sus sobrinos sentados sin pensar en alguna manera de quemar la casa. Hermione iba a darle una réplica ingeniosa cuando oyó q llamaban a la puerta. Todos los q estaban en la casa se quedaron quietos dispuestos a abrirla.

- Ha sido en la casa de al lado. – Señaló Sirius con tono sereno, al tiempo q tomaba una silla y se sentaba en ella del revés mirando la pantalla del ordenador de una forma muy parecida a la q los niños miraban el microondas.

- Sí, es verdad. – suspiraron todos a la vez. Ambar dejó caer la cabeza sobre su brazo y Hermione se fue de la cocina para derrumbarse en el sofá con cansancio.

- ¿Estás bien? – pregunto Sirius a Ambar.

- Normal. – Repuso Ambar encogiéndose de hombros, pero sin relajarse lo más mínimo. – No debí dejar q me convenciera para quedarme. Debería haber ido con él. Aún no se como me dejé convencer.

- Es q el Lobito puede ser muy convincente. – Admitió Sirius. – X cierto q es todo eso...

- Información del ordenador de Bellatrix. – Aclaró Ambar. – Con ella podremos cazar a los mortifagos q aún queden sueltos x ahí, y de los q no conocemos su existencia.

- ¡Genial! – Aplaudió Sirius alegremente. – Ya pensaba q no iba a quedar nada para mí. – añadió con cara de cachorro triste.

- Sabes q eres tal cual te imaginaba. – Ambar le miro de arriba abajo con una sonrisa misteriosa. – X las descripciones de Remus y eso, el cual como no vuelva pronto me va a volver loca.

- Tranquila, q seguro q esta bien. X cierto, q cuando Doris me ha contado q Remus se había casado con una Licántropa antropófaga me temí lo peor. Pero me alegra comprobar q Remus no ha perdido el buen gusto para las mujeres. – Sirius le miro de una manera q hubiera hecho sonrojar a más de una, pero q a Ambar solo la hizo sonreír.

- Vienen 2 coches. – anunció Doris alegremente, levantándose del sofá donde había estado sentada haciendo las veces de vigía mirando a la ventana y corriendo a la puerta. Sin embargo, en el último momento se paró y miró a Ambar de forma dubitativa.

- Abre la puerta, Doris. – se irritó Ambar. – Ni q alguna vez me hubiera comido a nadie x abrir la puerta.

Doris obedeció asustada como siempre del humor imprevisible de la Licántropa. Tras ella Persefone esperaba a Harry impaciente en la puerta del sótano, Hermione miraba sin levantarse del sofá, Penelope & Bill vigilaban a los niños tomados de las manos y Ambar y Sirius se habían levantado y aguardaban en la puerta del salón.

Cuando Doris abrió la puerta fueron entrando todos, pero ella seguía sin ver a Snape, asustada agarró a Remus del brazo según pasaba sin preocuparse de q Ambar la arrancara la mano de un mordisco.

- ¿Dónde esta, Severus? ¿No le habrá pasado nada?

- Sí. – Doris contuvo la respiración, pero Remus sonrió. – Se ha vuelto a marear en el coche. Si es q no se le puede llevar a ningún lado...

La última parte de la frase no la oyó, xq ya había corrido hacia la calle, y se había lanzado a los brazos de Snape, q se levantaba tambaleante, y se dedicaba a darle besos x toda la cara.

Entre tanto Harry había abrazado a Sirius de la misma forma q lo había hecho Hermi un rato antes: como a un padre.

- Luego hablamos. Ahora hay una chica q espera cierto corazón impaciente. – Sirius señaló a Persefone q miraba el cuerpo congelado de Krum, los otros estaban ya detenidos en el Ministerio, con cara de "¿esto es para mí?".

- Si, hablamos luego. – Prometió Harry. – Ahora tengo q arrancarle el corazón a Krum para resucitar a Ron.

- Suerte. – Sirius no estuvo solo mucho tiempo. En cuanto Remus informó a Doris de donde estaba Snape, ambos amigos se miraron y se fundieron en un fraternal abrazo.

- ¿Q tal todo? – pregunto Remus en cuanto se separaron.

- Pues me preocupaba q no hubierais dejado nada para mí. Pero ya he visto q no. – Sirius señaló el ordenador q mostraba a los mortifagos q aún quedaban.

- Nunca cambiarás. – Remus negó con la cabeza, sonriendo divertido.

- Perdón x interrumpir. – Intervino la voz ronca de Ambar, q sonaba bastante irritada. Remus se volvió a mirarla.- ¿Te acuerdas de mí? ¿Tu mujer?

- Sí, cariño. Algo me suena. – tras esta broma Remus se volvió y siguió hablando a Sirius como si nada. Ambar no le pillo la gracia, debido a la tensión q había soportado las últimas horas, y subió corriendo las escaleras rumbo a su cuarto.

- Creo q debes ir a verla. Yo tengo algo q hacer. – Sirius vio en el salón una escena q requería su intervención. – Tranquilo, enseguida te despejo la casa.

- ¿Cómo sabes q iba a pedirte eso? – Remus le lanzó una mirada inocente, q fue respondida con un guiño pícaro de su amigo. Luego subió x las escaleras.

En cuanto Blaise entró localizo a Hermi sentada en el sofá, fue hacia ella y antes de la q morena dijera hola, se había sentado junto a ella en el sofá y le había pegado un beso tan apasionado q de haberse prolongado 1 segundo , hubiera hecho q Hermi le hiciera el amor en el propio sofá sin importarle lo más mínimo la de gente q rondaba x el salón. No sería la primera vez q lo hacía en un sitio público. Sin embargo, Blaise tras saludar a su prometida fue a saludar a su pequeñita aún x nacer.

- Hola mi niña. ¿Cómo estás? ¿Sabes q estoy deseando verte?

- Hermi, cielo. – Sirius intervino dominando su furia a duras penas. - ¿Quién es este? Y más importante aún, ¿xq le dice a tu útero q esta deseando verle?

- Pues es mi prometido, Blaise Zabini, él es mi padre, Sirius Black. – Tras la presentación de Hermione, ambos hombres se dieron las manos intercambiando miradas evaluadoras. – y le hablaba a mi útero xq estoy embarazada.

La reacción de Sirius no se hizo esperar.

- ¿TÚ HAS DEJADO EMBARAZADA A MI PEQUEÑA? – Sirius tomo al pobre Blaise del cuello y empezó a zarandearle de atrás para adelante.

- Papa, suéltale. – Hermione miro a Snape & Doris q acababan de entrar pidiéndoles ayuda.

- Vaya, así q las malas noticias son ciertas. – Al oír la burlona voz de Snape, su enemigo de toda la vida, Sirius soltó al pobre Blaise q no llevaba buen día precisamente y miro al moreno.

- Ya era hora de q te cortarás el pelo, Snapy. – Dijo Sirius a modo de saludo. – Espero q no lo hayas hecho x mi.

- No te hagas ilusiones, Black. – Contestó Snape con tono desdeñoso. – además yo solo venía a ver si lo q ha dicho Doris, era cierto, veo q sí x desgracia. Ahora me voy a mi casa. – Tras esto se dio la vuelta y sin despedirse ni nada se volvió para su casa.

- Ya nos veremos, Sirius. – se despidió Doris siguiendo a Snape x la chimenea.

- Bueno, ¿y cuáles son vuestras intenciones? – Tras despedirse de Doris, Sirius se volvió hacia a su hija y el futuro finado, es decir su futuro hijo político.

- ¿Intenciones? – preguntó la feliz pareja confusa.

- Sí habéis dicho q vais a casaros. ¿Dónde? ¿Cómo? ¿Cuándo?

- ¡Ah! Te refieres a eso. – Blaise sonrió al entenderlo. – Pues vamos a casarnos en un templo lo más pronto posible.

- ¿Cómo q en un templo? No. Nos casamos en el cráter de un volcán. – Corrigió Hermi. – además lo más pronto posible antes de q empiece la temporada de erupciones volcánicas.

- Pero, cielo. – Blaise pronunció esa palabra como si fuera lo contrario a cielo. - ¿No dijiste q era una idea absurda?

- Antes me lo parecía pero ahora lo he pensado mejor, cariño. – explico Hermi, pronunciando tb con ira contenida la palabra cariño.

- Pues entonces nos casamos en un volcán será genial xq así podremos hacer la boda en bikini estilo Vigilantes de la playa, y el banquete nupcial será una barbacoa playera...

- Espera un momento. – Interrumpió Hermi. – eso de ir con bikini no me incluirá a mí, xq yo quiero casarme de blanco, con un vestido estilo Leticia Ortiz. Ya he llamado a Pertegaz, q le hizo el traje de novia. ¿Xq me miras así?

- Xq q tu quieras casarte de blanco a estas alturas de la vida, me parece un poco fuerte, cielo.

- ¡Eso es una grosería! – gimió Hermi ofendida. – Papa dile algo. O mejor vuelve a estrangularle.

- Yo creo q ahora q veo q realmente estáis enamorados mejor os dejo solos. – Sirius salió del salón para q la pareja discutiera a solas y fue a la puerta del sótano, donde llegaban los ruidos de la operación de Persefone, Harry & Draco, y donde tb aguardaba Justin con una bolsa de hielo en su cabeza. – Hola, a ti no te conozco. Soy Sirius Black. – acompañó de una deslumbrante sonrisa su presentación.

- Lo sé. Yo soy Justin, primer marido de Hermi, de tendencias homosexuales y de ahora en adelante totalmente enamorado de usted. – Justin puso su más sonrisa traviesa al ver q en la cara de Sirius se dibujaba una expresión de confusión, pero enseguida se recuperó.

- Bueno es saberlo.

- Justin no agobies a Sirius. ¿Q tal, Sirius? – Giny sonrió al Merodeador al tiempo q le daba un gran abrazo.

- Bien, me alegro de verte. Según me ha contado Doris vamos a ser familia. Más de lo q ya lo somos. – Sirius lanzo una mirada elocuente hacia el sótano donde estaba Draco, la pelirroja sonrojó y agradeció el grito triunfal de Persefone.

- ¡ESTÁ VIVO! ¡VIVO! – Persefone salió dando saltos del sótano pese a q su tono recordaba al doctor Fransquenstein después de darle vida a su criatura.

- Q asco. – Draco salió tras ella, con su camisa negra goteando sangre de Krum xq le había reventado un coágulo. Eso x ser buen samaritano.

- ¿Entonces funcionó? – pregunto Hermi a Harry q salía del sótano.

- Más o menos.

- ¿Cómo q más o menos? Yo estoy perfectamente. – Ron salió del sótano siguiendo a Harry. - Q viejos estáis todos. – Fue la frase q dijo tras pasar su mirada azul x todos los presentes, ya q él aún aparentaba 18 años, la edad q tenía cuando murió.

- Bien. – musito para sí Blaise mientras Hermi abrazaba a Ron y le reñía x llamarla vieja. Blaise en cambio estaba feliz x suprimir a su rival, no obstante decidió asegurarse. – Persefone, creo q debes darle a ese chico una bienvenida como es debido. – No necesito decir más, Persefone se lanzó al círculo y a presentarse ante Ron como su salvadora.

- Chicos, si vamos a seguir hablando casi mejor q nos vamos a otra parte. – Sirius se hizo oír x encima del caos y todos le escucharon. – los dueños de la casa quieren estar solos. Creo q se lo merecen.

- ¿Y adónde vamos? Xq nuestra casa esta inundada. – Giny lanzó a sus hijos una mirada furiosa, q los niños no vieron xq estaban fascinados aún con el microondas.

- A la mía tampoco. Los de mi hotel son muy raros con eso de las fiestas. – Eloise hizo un gesto de desdén, al tiempo q Harry le pasaba el brazo x la cintura.

- Mi casa acaba de ser volada x los aires. – recordó Draco, ya q vivía con Bellatrix.

- La mía esta hecha un desastre. Mi elfo sigue en huelga xq quiere mejoras salariales, seguro dental y yo q sé q chorradas más. – Explico Blaise.

- La mía no. Todavía esta la sangre del golpe q me dio Luna. – señaló Justin.

- Yo vivo en Hogwarts y tampoco les molan mucho las fiestas. – Dijo Bill.

- X la salud mental y física de muchos de vosotros es mejor no ir a la mía. – Hermi no quería ver la cara de su padre, Harry y Ron si veían las fotografías q colgaban de las paredes.

- Esta bien. Vamos a la mía. – Les invitó Penelope. Todos la siguieron rumbo a su casa.

- X cierto, ¿dónde anda Neville? – pregunto Harry a Hermi al no ver a su amigo.

- Ha venido Hanna a buscarle. Le ha dicho q estaba muy arrepentida y q quería volver con él, y el muy idiota ha salido corriendo detrás de ella. – Hermi hizo un gesto de incomprensión.

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Nada más subir las escaleras Ambar se fue a la habitación de su pequeño Albus q dormía plácidamente con el chupete en la boca. La mujer se inclinó sobre la cuna y le acarició la cabeza con un gesto maternal y cuidadoso para evitar despertarlo. De pronto noto q unos brazos fuertes la abrazaban x detrás, y q los labios de Remus la besaban en el cuello.

- Lo siento. NO pretendía bromear. – Se disculpó Remus con tono arrepentido.

- No hace falta q te disculpes. Es solo q. – Ambar no acabó la frase y el gesto q hizo indicaba q no pensaba hacerlo.

- ¿Solo q que? – Pregunto Remus alzando su barbilla y haciendo q le mirara a los ojos.

- Sólo q estaba preocupada. – Susurró Ambar para no despertar al pequeño. – habéis tardado demasiado y sé q Wolf es un cabrón retorcido, y ... Estaba preocupada. Además nos hemos cruzado con un policía q me ha confundido con la madre de Hermi. ¡X favor! Yo no tengo la edad suficiente como para eso.

- X eso estás tan irascible. – Remus sonrió divertido. – Xq tu sabías q Wolf no tenía nada q hacer contra mí. No te preocupes encontraré a ese policía y haré q le cesen o algo peor.

- ¿Lo harías? – Ambar mostró una expresión, de q romántico si lo hicieras, adorable al tiempo q se daba la vuelta del todo y le abrazaba. El abrazo pasó a convertirse en un beso apasionado, q Ambar cortó al recordar q Albus podía despertarse y q si eso pasaba no habría manera de dormirle. Remus tb lo noto, y con sigilo salieron de la habitación y entraron en la suya. - ¿Q tal ha ido todo?

- Bien. Hemos capturado a todos los q allí estaban aunq algunos están muertos.

- ¿Y...?

- Tb. – La expresión de Ambar fue de alivio absoluto, ya no tendría q preocuparse xq alguna vez al abrir la puerta de la casa se encontrara con ese cabrón esperándola. Remus entendió todos sus temores y la dejo un momento para q se calmara. Luego la abrazó y la susurró al oído. – Te he traído un regalo. – Ella le miro muy sorprendida. – Esta abajo.

Con una mirada desconfiada Ambar se asomo x la ventana y vio el regalo q le había traído Remus. Un coche naranja metalizado.

- Es precioso. – Ambar le dio una gran beso para agradecer el regalo.

- Pues en cuanto vuelvas a renovarte en carnet podrás conducirlo.

- ¿Cómo sabes q tengo q renovarlo? Da igual. Me gusta tanto el coche q no necesito saberlo.

Volvieron a besarse esta vez apasionadamente al tiempo q se dirigían hacia la cama y se iban sacando la ropa. Ya se podía seguir sus pasos x la cantidad de ropa distribuida x el suelo de la habitación, cuando...

- ¡BUAH! ¡BUAH! – Sí el pequeño Albus se puso a llorar, haciendo q sus padres se separaran.

Intercambiaron miradas de frustración, pero luego se portaron como padres responsables y fueron a ver q le pasaba al niño.

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¡Sí, se acabó! Este capítulo, la acción y casi q el fict xq los 2 capítulos q quedan son un poco de relleno.

Q sepáis q este es el capítulo q más me ha costado escribir en mi vida. Para empezar me quede sin inspiración, y estuve un montón de tiempo sin escribir nada. Luego cuando me empezó a salir al ir a grabar el diskette hizo un error y me jodió todo el archivo con lo cual tuve q dedicar una tarde entera a la reconstrucción. ¿Q xq os cuento esto? Para q entendáis q realmente este capítulo no es mi favorito precisamente así q si os habeis reservado alguna crítica, tomatazo o trauma generado x este fict, es el momento: hablar ahora o callar para siempre, xq os aseguro q no hay nada q podáis decir q me haga q tome a este capítulo más manía de la q ya le tengo.

Tb podéis tratar de q me reconcilie con el capítulo, xq igual conseguís q deje de tenerle manía. Cosas raras más se han visto.

Tras este rollo aburrido q os he soltado, hablemos del futuro: el próximo capítulo transcurre un año después de este capítulo. Y no digo ya más nada q quiero q sea todo un poco sorpresa.

Pues un beso, mis queridas/os lectoras/es, no hagáis nada q yo no haría y sobre todo dejarme RR xq vuestras oportunidades se agotan q solo faltan 2 capítulos y existen altas posibilidades de q sea doble.

CarlaGrey.

Orgullosa Lupina & Miembro de la orden Siriusana.