Disclaimer: los personajes no son míos, sino q salieron de la genial mente de JKR, yo no gano nada con esta historia x tanto, y x favor, no me demandéis.

Una vez cumplido ese aburrido rollo pasemos a responder a los lectores q me dejaron sus comentarios en el LDV, x penúltima vez, (¡BUAH! ;;) No me hagáis caso, siempre lloro cuando estoy cerca de terminar un fict. Así, perdón por el retraso es que como tengo tan pocos mensajes a veces me olvido que estoy subiendo el fict en (Indirecta directa) Espero q siendo el penúltimo capítulo os decidáis a escribir, cariños míos:

Sara Meliss: Hola, una pregunta: ¿que me vas a decir en el próximo capítulo, cuando no haya nada que actualizar? besos.

Andy Wm: Perdona la espera, es que de verdad se me había olvidado totalmente subir el capi. ' Soy algo despistada. Para ser miembro de la orden Siriusana tienes que ir a , te haces socia del grupo y luego tienes que entrar en uno de los apartados que es la religion siriusana. Si te lias, hace mucho queme hice socia y no me acuerdo bien, preguntame de nuevo. Un beso.

Ginny 84: Hola, te cuento lo de las fotos, es que es una cosa que iba a poner pero al final no vi como. Un ex novio de Hermione era artista gráfico, o mejor dicho pornográfico, y en una baza Hermione poso para él. Y tiene las fotos colgadas en una habitación de la casa. Creo que Blaise y Justin las han visto. ¿Aclarado? Besines de fresiña.

Dimebonitareina: hola, ¡Que alegría verte por aqui! y que te guste tb este fict, sobre todo porque es bastante distinto al otro. Es que me emociono con mi chicos, sobre todo, Justin y Blaise que apenas tienen personalidad, (Ja, eso es decir poco) en los libros de Rowling, y es más fácil trabajar con ellos. Tb creo que Hermi y Blaise son la pareja ideal, al menos en este fict, son geniales. Ya viste que Hermione le dio su merecido a Luna, pero yo aún espero ese segundo RR ¿eh? ¬¬ Bueno, te despistarías. Un beso.

Steffy Potter: al fin tu espera terminó. el nuevo capítulo esta aqui. Disfrutalo.

Antes de pasar el capítulo decir q ningún personaje q aparezca aquí esta relacionado con personajes de mis otras historias, aunq se llamen igual. Y con esto, las q son avispadas, ya sabrán quien va a salir en el penúltimo capítulo de esta disparatada historia. Ya sin más, os dejo con él:

10. UN AÑO MÁS TARDE.

- Mami querida, hay algo q tengo q decirte. – Giny tomo aire y se preparó para la confesión. – Me he divorciado de Harry y llevo casi un año viviendo con Draco como si fuéramos marido y mujer y sin estar casados y además no pensamos hacerlo nunca.

- ¿Vives en pecado con un Malfoy? ¡Hija mía! Has traído el oprobio y la de decadencia moral a nuestra familia y...

- ¡Ron! Haz el favor de tomártelo en serio. – Giny riño a su hermano "mayor" q se tomaba bastante a broma la tarea de ensayar para cuando se confesara ante su madre. – Mama nunca diría eso. Esa chorrada del oprobio solo eres capaz de decirla tú.

- Pero es increíble, q yo desaparezca un rato y mi hermana y mi mejor amiga se líen con Slytherin. – Ron hizo un gesto de cómo es posible eso.

- Weasly, déjalo ya. – le grito Draco desde enfrente de la chimenea donde debatía con Blaise a q actores contratar para la próxima película q iban a producir. Ambos se habían hecho socios, y el negocio les iba muy pero q muy bien. Salvo x el hecho de q los 2 se odiaban a muerte, debido a lo cual la decisión más simple, por ejemplo, elegir el color de los postit requería 3 meses de intensas negociaciones. – Zabini, yo creo q Brad Pitt, estaría muy bien haciendo de mí.

- ¿Brad Pitt, tú? – La cabeza de la chimenea le lanzo una mirada de "cuando borres algo con tipex no acerques la cara al papel." - Más quisieras. Si a ti te hace Brad Pitt, a mí me tiene q hacer Orlando Bloom.

- Sí, pero habría q ponerle las orejas de elfo q sino no os parecéis. – Draco le lanzo una de sus miradas de "a mala leche tú a mi no me ganas, principiante".

- Vale, puede q yo ande con un Slytherin. – admitió Giny, dado q tratar de negarlo era como tratar de negar q su pelo era rojo encendido. – Pero lo tuyo es mucho peor. Llevas aquí 1 año, y aún no te has dignado a ir a ver a mami. ¿Y todo xq? Xq has estado muy ocupado follándote a Persefone, q además es un libro q recibió forma humana gracias a la magia negra del mago más malvado de todos los tiempos.

- No he estado follándome a Persefone. – Corrigió Ron apuntándola con un dedo. – He estado haciendo el amor con ella, q no es igual. Además si ella es un libro, yo no estaría aquí si no es x ella. Sólo soy agradecido. Xq lo q va mal en este mundo es q la gente no es agradecida.

- Ron, ¿Q te parece este conjunto? – Persefone apareció en ese momento vestida con un tanga negro de encaje, un sujetador de ese mismo estilo y una bata de seda negra trasparente.

- Muy bien, cielo. – acertó a decir el pelirrojo cuando logro cerrar la boca y dejar de babear.

- Agradecidísimo, Ron, agradecidísimo. – Comento Giny con todo su sarcasmo. – Draco, ¿me vas a acompañar a dónde mi madre? No quiero ir sola...

- Pues, es q esta reunión va para largo... - Draco prefería q le sacaran el bazo sin anestesia antes q ir a ver a su "suegra".

- No, ya hemos terminado. – Para Blaise, en cambio esa idea era mejor q si le dieran el Globo de Oro. Estaba a punto de colgar cuando intervino Hermi.

- ¿Y xq vas a ir sola? – pregunto la morena apareciendo x la chimenea. - ¿No te acompaña Harry?

- ¡Eso es Harry! - Exclamó Ron alegremente.

- No puede. X lo visto tienen esa negociación con los representantes de EL Dorado para reabrir los acuerdos comerciales y las vías diplomáticas. – X la cara de Giny ella tb preferiría estar en esa negociación q en la q se iba a armar en su casa. Aunq a todos les preocupaba q después de lo de Eloise, Harry se había encerrado en sí mismo.

- No si yo no me refería a q te acompañara. – Aclaro Ron. – Yo decía q ahora q Eloise lo dejo más colgado q a una paraguaya, es tu oportunidad de entrar en razón y reconciliarte con él.

- ¡Ron! Déjalo ya. – Le pidió Hermi. - Q pareces el estribillo de una canción de dibujos animados.

- Zabini. – En lugar de hablar con Hermi directamente, Ron se volvió hacia la cabeza de Blaise q aún estaba en la chimenea. - ¿sigues casado con tu 7ª esposa o ya andas buscando a la 8ª?

- No, sigo felizmente casado. – Respondió Blaise sin entender a q venía esa pregunta.

- Pues entonces le dices a tu mujer q no pienso volver a hablarla hasta q no recapacite y se divorcie de ti. – Sentencio Ron en tono solemne.

- ¿En serio? Pues Giny le dices a tu hermano q he visto gordos rompiendo latas de cerveza con la cabeza q tenían más sensibilidad q él. - Hermi le lanzó una mirada desdeñosa y luego se fue de la chimenea enfadada.

- Suerte con tu "suegra" Draquito. –Le deseo Blaise a su socio. Tras esto la chimenea se apagó definitivamente.

- ¿Q ha dicho q tenía más sensibilidad q yo? ¿La lata o el gordo? ¡No importa! – Ron abandono el aspecto pensativo q le quedo tras el insulto de Hermi para volver a la carga con su tema favorito. – Como iba diciendo, Giny, creo q debes volver con Harry no solo xq sea mejor partido q Draco, sino x tus hijos. Piensa en el inteligente Ronie, en los ingenuos gemelos y en la adorable Lily...

- Tú no conoces para nada a tus sobrinos. – Le espeto Draco, recordando el día en q le pusieron el pelo amarillo plátano, con mechas verdes. – Y desde q esta con esa niñera nueva están más descontrolados q nunca.

- ¿Q dices, Malfoy? Mis sobrinos son geniales. – Se ofendió Ron.

- ¡Ya vale, chicos! ¿Me vais a acompañar o no? X favor. No me abandonéis. – Giny les dedicó su mirada suplicante.

- Vale. Iremos. – dijeron el pelirrojo & el rubio antes de lanzarse miradas de profundo desagrado.

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3 horas más tarde, Giny, Ron, Persefone y Draco estaban en la puerta de la Madriguera a dónde Giny casi les había arrastrado, y donde Draco & Ron se hacían los remolones xq no querían entrar. Persefone en cambio, parecía una de esas Fans locas q iban en peregrinación a Graceland, para poder ver donde había vivido el Rey del Rock.

- ¿Y tu te criaste aquí? – le pregunto Persefone a Ron, con cara de q si era así la cosa ese lugar debería aparecer en las guías turísticas.

- Pues sí... - Respondió el pelirrojo q no estaba muy emocionado x haber vuelto.

Estaban en eso cuando aparecieron a su lado, Bill & Penelope, q habían decidido ir a poner las cosas claras ellos tb aquel día. A Penelope, ya se la notaba el embarazo, y estaba más guapa q nunca.

- ¿Q hacéis aquí? – pregunto Bill tras saludar a sus hermanos.

- Lo mismo q vosotros. – explico Draco, de forma concisa.

- Pues entonces mejor nos vamos. – Ron, incluso empezó a darse la vuelta. – Xq van a ser demasiadas emociones en un solo día para mama. A lo peor nos la cargamos.

- Pues entonces vamos todos juntos. – El rostro de Penelope, se iluminó de genuina felicidad ante esa perspectiva. Antes de llamar a la puerta.

- ¡Q alegría! Mis niños han venido a verme. – Molly abrió la puerta y miró feliz a sus polluelos, entonces se fijo en uno de ellos. - ¿Ron? ¿Mi niño? ¿Cómo es posible? ¿Realmente eres tú?

- No. Soy una imagen en 3D generada x ordenador.

- Ven a q te dé un abrazo. – Molly ignoró el sarcasmo.

Ron recibió el abrazo de su madre, mientras Draco se burlaba de la escena diciendo, "niño de mama" y le sacaba la lengua.

- Pues es q ella me trajo de vuelta. – Ron señaló a Persefone q observaba fascinada el reloj q presidía el comedor, cuyo número de agujas era bastante alto, ya q mostraba a todos los miembros vivos de la familia Weasly: Arthur, el padre, q estaba jugando al Golf, con el jefe de la delegación de El Dorado; Bill, Giny y Ron q estaban en la casa; Clio, Ron Jr, James, Sirius Jr y Lily q estaban con su canguro... - Persefone, esta es mi madre, Molly.

- Encantada. – Persefone trató de sonreír, pero le tenía miedo a aquella mujer xq todo lo q sabía de ella era a través de Draco & Hermi a los q no les caía muy bien, precisamente. Molly, sin embargo, la abrazó como a una hija.

- ¡Es una sorpresa tan agradable! – Molly sirvió el té. - ¿Pero q hacen estos 2 aquí? – X estos 2 se refería a Draco & Penelope, y no se molesto en disimular su aversión.

- Pues mami, esto te va a causar un gran disgusto. – Giny tomo aire, y decidió decirlo tal y como lo había ensayado. – Me he divorciado de Harry y ahora vivo con Draco.

- Sí, y Penelope y yo nos casamos el mes pasado. – Informo Bill. – Y bueno... Ya ves, x fin voy a ser padre.

Todos guardaron silencio, mientras Molly pasaba la mirada de su hija, al amante de su hija, a su hijo mayor, a la esposa de su hijo mayor, de vuelta a su hija... De pronto todo empezó a dar vueltas y se desmayó.

- Ya dije q era demasiada información para asimilarla en tan poco tiempo. – Hizo constar Ron.

- ¿Queréis q la resucite? – se ofreció Persefone, tan amable como siempre.

- No esta muerta. Solo necesita descansar. – informo Bill.

- ¿Tienes ya las fotos de la boda? – Le pregunto Giny a Penelope, todos la miraron con cara de cómo puedes preguntar eso cuando casi matas a tu madre. – Era x hablar de algo.

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- ¿A q actores contratáis al final? – Le pregunto Hermi a Blaise en cuanto volvió de la chimenea.

- Aún no decidimos. El engreído de Malfoy dice q quiere poner a Brad Pitt para hacer de él.

- ¿Brad Pitt? Más quisiera. Pero yo decía q a quién vais a poner de mí. Xq yo creo q debería ser Mónica Bellucci.

- ¿Mónica Belluci? ¿Lo de elegir actores x encima de vuestras posibilidades es genético, verdad? – Este chiste le valió a Blaise ser fulminado x su esposa. – Era broma. Venga no te enfades. – Blaise tomo a su esposa x la cintura y la dio un beso en un intento x hacerse perdonar. Detrás de ellos, el Blaise y la Hermi de la foto de bodas, con un volcán de fondo hicieron lo mismo.

- Te libras, xq besas muy bien y tengo q regañar a otro. ¡Papa!

El padre de la criatura andaba con sus 2 nietos, xq al final fueron mellizos, una niña para Hermi, llamada Ava, (NdA: como Ava Gadner) y un niño para Blaise, llamado Lenon (NdA: como John Lenon). El caso es q sus niños de apenas 6 meses se divertían jugando con su abuelo perro, cuando su madre interrumpió.

- ¡Papa!

- Dime, cariño. – Sirius recupero la forma humana, para saludar a su pequeña. - ¿Vamos ya de compras?

Hermi había dicho antes algo de ir a comprar un lápiz de labios, y q si la iban a acompañar. Blaise había bufado xq su idea del infierno era la sección de cosmética de Harrods x muy bien q fuera el aire acondicionado. Para Sirius en cambio era la idea del paraíso, ya q le encantaban las dependientas de cosméticos, las últimas 300 citas q había tenido fueron con dependientas de cosméticos.

- Tú no vienes.

- ¿Xq no?

- Xq tienes q ir a la negociación. – Explico Hermi, con tono de cómo puedes ser tan irresponsable.

- ¿Era hoy? – X el tono de Sirius, se podía deducir q lo sabía pero es q le daba igual.

- Sí, y tú lo sabías. Tienes q ir. Lupin q es el único q tiene experiencia en estas cosas esta de vacaciones muy merecidas con Ambar; Harry, no tiene experiencia y Snape ese liara la 3ª Guerra Mundial, con ese tacto q tiene...

- Es q no me apetece. – Confesó Sirius, con su mejor cara de "mami hoy no quiero ir al cole" q pudo poner. – además Remus no debió irse de vacaciones en un momento tan crucial.

- Se fue de vacaciones sin saber q era un momento crucial. – Señaló Blaise, q se había tirado al suelo tb para jugar con sus niños. – Te recuerdo q tú eras el q pensaba q necesitaba un descanso y le escondiste los papeles de la cita para q se fuera tranquilo.

- Si, es verdad. – admitió Sirius con desgana. – Pero me da tiempo a acompañarte a ir de compras, conseguir el teléfono de un par de dependientas y llegar a la reunión a tiempo.

- Bueno, vale. – concedió al fin Hermi. A veces sentía q era madre de 4 hijos y no de 2. – X cierto, ¿Te acordaste de decirle a Arthur q no molestara a Remus con nada referente a la negociación?

- Mierda. – Pensó Sirius, al darse cuenta de q era lo q había olvidado. Aunq no creía q Arthur fuera a interrumpir las más q merecidas vacaciones de Remus x alguna tontería.

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En esos momentos, de noche, en un hotel de Bermudas...

- ¿Una reunión con la gente del Dorado? – Remus tenía los ojos abiertos de puro asombro al recibir esa información. Luego se dio cuenta de q Sirius era la única persona capaz de ocultarle la información para q sé fuera de vacaciones sin remordimientos. – No tenía ni idea, Arthur. ¿Dices q Snape, Harry & Sirius se encargarán de la negociación? – ¡Q desastre! – Tranquilo, me haré cargo personalmente.

Claro q el problema de eso era explicárselo a Ambar: verás cariño, resulta q mi segundo al mando, me había ocultado información vital. X eso debo volver a casa, pero te lo compensaré... estaba seguro q no la sentaría nada bien, y con razón. Cuando se casaron no tuvieron tiempo ni para ir de Luna de miel, así q aquellas vacaciones era para compensar.

- Al fin se durmió. – Ambar entro en ese momento en el salón de su bungalow, después de lograr dormir a su pequeño. No llevaba más q un bikini y una toalla. – ahora voy a realizar una de mis fantasías: darme un baño en la playa a la luz de la luna. La verdad, es q ya la cumplí en un viaje fin de curso, con 16 años, pero después q me mordieran no pude repetir y... - Ambar se interrumpió al ver la expresión de su marido. - ¿Q pasa? ¿Quién era?

- Arthur, mi jefe. X lo visto Sirius "olvidó decirme" q El Dorado iba a mandar una delegación para negociar q se vuelvan a poner en marcha los acuerdos comerciales. Estos acuerdos están parados desde principios del siglo pasado. Dumbledore hizo un intento de acercamiento, pero no funcionó, así q lograr una mejora en nuestras relaciones con ellos sería un gran éxito...

- Q tienes q volver. – Concluyo Ambar harta de q le diera tantas vueltas al tema.

- Sí, pero te prometo q... - Remus había empezado a buscar ya los polvos Flu.

- Q me lo compensarás. – Completo ella, arrebatándole la bolsa de polvos Flu de las manos y saliendo disparada a esconderla.

- Ambar, devuélveme la bolsa. – Remus fue tras ella, hablando con tono paciente. Cuando llego a la habitación Ambar estaba en el centro de ella, con las manos detrás de la espalda y dedicándole una mirada inocente. Obviamente ya había escondido la bolsa. - ¿No crees q ya eres muy mayor para ponerte a jugar al escondite? Además q es una tontería. – El licántropo sacó la varita y se disponía a hacer un encantamiento para convocar la bolsa cuando...

¡No! – Ambar se lanzó a sus brazos, y puso su expresión más dulce y coqueta. – Te la devolveré mañana. No es culpa tuya si esta noche no has sido capaz de encontrarlo. – Interrumpió el discurso para darle un beso suave en los labios. – No creo q pase nada xq llegues unas horas tarde. – Otro beso similar al anterior. – Pero de momento no tienes más remedio q quedarte aquí esta noche. – Un nuevo beso, tan leve como el anterior. – Y venir a darte un baño conmigo. – Esta vez el beso se alargó xq entre otras cosas, Remus pasó a responderlo.

- Me parece q no tengo otra opción. – Remus se separó el tiempo suficiente para decir eso antes de abrazarla, y profundizar el beso. – Una pregunta: ¿Si no me convences q hubieras hecho?

- Quitarte la varita. - Repuso ella tranquilamente. Después se liberó del abrazo y salió corriendo hacia la playa, no sin antes lanzarle una mirada desafiante de a q no me pillas.

X supuesto Remus tuvo q salir corriendo tras ella y demostrarla q si q podía pillarla.

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- Este no. – Hermi se acaba de probar un lápiz de labios en el dorso de la mano, pero era demasiado oscuro para ella. - ¿Puedo probar este?

- Pues claro. – sonrió amablemente la dependienta antes de entregarla el probador en cuestión. Luego se quedó mirando a ella y Blaise con el aspecto de alguien q recuerda una melodía pero no sabe cúal es la letra. X fin se atrevió a preguntar. - ¿Perdona nos conocemos?

- Pues... - Blaise hizo un gesto de gato atrapado en la cocina de un restaurante chino, Sirius interrumpió sus coqueteos con una dependienta de rostro dulce y busto amplio, para ver como su yerno y Hermi tenían una de sus habituales discusiones.

- Seguramente. Pero no esperes q él se acuerde de tu nombre. ¿Sabes, cariño? Estoy harta de q cada vez q vamos a cualquier lado nos salga uno de tus rollos de una noche. Es q esto es constante: en los restaurantes, en los hoteles, en el cine, y ahora tb en las tiendas de cosméticos...

- Pero si yo no hablaba con él. – aclaró la dependienta. – Hablaba contigo. ¿No eres Hermione?

- Sí. – Hermi, la miro con atención y recordó q aquella chica no era uno de los rollos de una noche de Blaise, sino de los suyos. Uno de esos q no sabía si era bisexual o q el alcohol la cambiaba la orientación. - ¿Ronda?

- No, Natisse. – Replico la joven ofendida xq no se acordará del nombre.

Después de eso, Hermi optó x retirarse y no volver a comprar en esa perfumería en la vida, lo malo era q entre el sexo casual de Blaise, el de su padre y el de ella se iban agotando los lugares donde podían comprar. Sirius tb optó x irse, no fuera a ser q todas las dependientas de la tienda fueran homosexuales. Además q si no lo eran sería demasiado fácil. Necesitaba un nuevo reto.

- Creo q alguien le debe una disculpa a alguien. – Canturreó Blaise. – X lo visto no soy el único q olvida los nombres de las mujeres con las q se acuesta.

- Es q estaba muy borracha, además no sé si esa noche fue estilo orgía o algo así y tb me tome alguna pastilla... - X el aspecto de Hermi estaba haciendo un gran esfuerzo x recordarlo. Blaise en cambio dio un grito y se lanzó a tapar los oídos de sus hijos para q no oyeran las perversiones de su madre.

- Mi dulce e ingenua hija. – suspiro Sirius con ironía.

- Hola. – Justin apareció x allí en ese momento. Iba junto a su nuevo amor, un diseñador muy conocido en el mundo mágico, Orfeus Malkim, q practicaba un diseño muy vanguardista, transgresor y juvenil. Eso decía la crítica. Su madre la dueña de la tienda de túnicas para cada ocasión se había negado a vender una ropa tan horrible en su tienda. - ¿Q pasa? Ya esta. Tampoco podéis entrar en esa tienda xq trabaja uno de los rollos de una noche de Blaise.

- No es x mi culpa. – se apresuró a defenderse Blaise.

- Entonces es uno de los de Sirius. Si es q con eso de q tienes q recuperar el tiempo perdido...

- No es x uno de los míos. – aclaró Sirius, más divertido q enfadado.

- Pues entonces: ¡Hermi el alma de la fiesta ataca de nuevo! – Aplaudió Justin.

- Si es q entre los 3 os habéis tirado a todas las mujeres del país. – Comento Orfeus con tono de sobrecogimiento.

- Pero no digas eso delante de los niños. – gritaron Blaise & Hermi a la vez.

- Pero es la verdad. – Señaló Justin, tranquilamente. – X cierto Sirius, tú no tenías q estar en una negociación.

- Es verdad, con todo esto casi se me olvida. – Recordó Hermi. – Vete ahora mismo.

- Sí, yaaaa vooooy. – Sirius no se molestó en apresurarse, sino q fue con total calma hacia la entrada al ministerio.

- ¡Y procura no discutir con Snape! – le recomendaron los 4 a una. Sirius incluso tuvo la impresión de q sus nietos tb se lo recomendaban.

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Entre tanto la negociación no es q fuera mal, es q iba peor. La delegación de El Dorado era muy amplia, pero la mayoría solo habían ido de viaje turístico a Inglaterra, de todos ellos sólo 3 habían ido a negociar y Harry había sido incapaz de retener sus nombres, ya q estaba muy nervioso x ser la primera negociación de ese calibre q presenciaba.

Para distinguirlos Harry les había puesto apodos: frente a él, estaba Gladiador, un hombre rubio de cabeza cuadrada y brazos inmensos q parecía ser mejor en una batalla a puñetazo limpio q en una conversación civilizada; al otro lado estaba una mujer con el pelo verde claro con mechas rosas, la Cotorra, q hablaba sin parar y sin molestarse en escucharse así misma xq sino no diría esas idioteces, Harry estaba dispuesto a apostar a q era una Metamórfica. Separada de la puerta estaba la Misteriosa, una mujer q apenas hablaba, de edad cercana a los 30, aunq Harry podía apostar a q era una Onza, sobre todo xq se movía con el garbo de un felino de caza, x lo q no se podía saber su edad exacta, q podía ser de 30 a 300 años, y a la q no podía ver la cara pero q le era muy familiar...

Snape, tampoco se había molestado en retener los nombres, estaba ocupado en las presentaciones culpando a Lupin x tener q tragarse ese pestiño, mientras el merodeador andaba de vacaciones. Ahora estaba considerando la posibilidad de utilizar la grapadora para grapar la lengua de esa pesada... Sin embargo, la Misteriosa tb le era muy familiar y estaba muy arrepentido de no haber atendido a la presentación xq estaba seguro d q la conocía. Ese pelo castaño y esos ojos verde – dorados le eran muy familiares. Además q toda la actitud de la mujer le hacía pensar q aguardaba algo.

Se obligo a volver a la conversación, pero q coño decía esa tiparraca, ni de coña iba a hacer eso...

- No vamos a reducir nuestro mercado de leche de dragón. – Interrumpió Snape en tono tajante. – Sé q es difícil de ordeñar, pero su leche a demostrado ser un tratamiento muy útil para la mejora de aquellos q han sido mordidos x Nagas.

- Sí, pero nosotros nos ofrecemos a destruir a todos los Nagas en el plazo de un año. – explico el Gladiador, haciendo crujir sus nudillos. – A partir de su veneno se puede hacer una poción q causa la cura completa de esas personas, no simples mejoras.

- ¿Un año? – Intervino Harry. – Sé q la mayoría de vosotros sois Onzas. – Harry señaló tanto al hombre como a la callada mujer del fondo. – Y sé q los Onzas están hechos para luchar contra los Naga, pero aún así... ¿No estáis siendo muy optimistas?

- Yo tb creo q son muy optimistas. – En ese momento llegó Sirius, tarde como le indico la mirada asesina de Snape, pero más vale tarde q nunca. Iba a explicar xq a él tb le parecían muy optimistas cuando se fijo en la mujer del fondo... Y se le olvido lo q iba a decir, lo q había desayunado, lo q llevaba puesto y hasta su propio nombre. La mujer en cambio no parecía tan olvidadiza.

- Hola Sirius. – Las 4 personas de la mesa se quedaron asombradas. 2 de ellas xq no sabían q una de sus líderes tuviera tratos con esos "magos hijos de la Gran Bretaña", Snape xq acababa de reconocer a la mujer y observaba a Sirius divertido y Harry xq la mujer cada vez le era más familiar, sobre todo en la voz. Antes de q ninguno reaccionara ella se había levantado, cruzado la habitación hasta el animago, y le soltó una bofetada q le ladeó totalmente la cara.

- ¿Pero de q vas? – Harry se levantó de un brinco para defender a su padrino.

- No, Harry, no te metas. – Sirius le hizo un gesto de q se sentara pero sin mirarle. – No me parece merecer esto. Después de todo, lo q te hice no fue tan horrible. En fin, tú me diste una información y yo no pensé q fuera cierta y luego...

- Resulto q yo tenía razón. ¿Xq quién era el traidor sino esa rata escurridiza? Yo la cale desde el primer momento. Pero el Sr. Black era demasiado orgulloso como para escucharme.

- Acusaste sin pruebas a uno de mis mejores amigos de ser un mortifago. Vamos a él le conocía de toda la vida, mientras tu sólo eras alguien a quien conocía de 5 meses. – De nuevo recibió otra bofetada, y esta vez unos ojos se llenaron de lágrimas: los de la mujer.

- ¿Alguien a quien conocías de 5 meses? Vaya, y yo q pensaba q era tu esposa. La mujer q supuestamente amabas.

- ¿Esposa? – Preguntaron Harry, y los 2 negociadores al tiempo. Fue entonces cuando x primera vez Sirius aparto los ojos de la mujer y pareció darse cuenta de la presencia de los demás.

- Evy, creo q es mejor q vayamos afuera, a discutir esto en privado. – Sugirió Sirius.

- No hay nada q discutir. – Evy, xq así se llamaba la mujer, hizo el gesto de volver a sentarse, pero antes de q pudiera hacerlo, Sirius la cargo a hombros.

- Estaré en mi despacho. – Informó antes de salir de la sala de reuniones hacia su despacho con Evy cargada a hombros pidiéndole "amablemente" q le bajara al suelo.

- ¿Esposa? – repitió Harry totalmente traumatizado ante la idea de q su padrino estuviera casado y él sin saberlo.

- Sí. – repuso Snape, q trataba de ocultar la risa. – Sabes q Dumbledore intento q hubiera un acuerdo de paz con El Dorado hace bastante, el año en q tu te hiciste famoso.

- Sí, pero no salió bien. – repuso Harry.

- Sí q salió bien. El acuerdo debía ir acompañado de unos esponsales q lo fortificaran, espero q no hayáis contemplado esa posibilidad. – Snape les lanzó una mirada de advertencia a los 2 negociadores q observaban embelesados.

- En absoluto. – corrigió la Cotorra, q en verdad se llamaba Maryam Mahutam, poniendo el acuerdo bajo la mesa, y arrancando las páginas referentes a los esponsales.

- El caso es q tenía q haber una boda con una de las "Princesas" de El Dorado para ratificar el acuerdo. Y Dumbledore, q necesitaba su apoyo para luchar contra Voldemort en igualdad de condiciones, acepto y eligió a un miembro de la Orden para q se casara.

- Y el elegido fue ese tal Sirius. – Aventuró Gladiador, cuyo verdadero nombre era Cliford Clivers. Y en aquella época era uno de los miembros de la Guardia Real, pese a lo cual no se entero de la misa la media.

- No me interrumpas, chaval. – Snape uso esa palabra a sabiendas de q ese tío podía ser mucho mayor q él como ofensa. – Además q Dumbledore convenció a Elphias Dodge, de q fuera para allá. Como el tío no era muy atractivo, pues debió de pensar q era su única oportunidad, así q aceptó. A Sirius le toco acompañarle y hacer de padrino, creo q después de serlo en la boda de tus padres y en tu bautizo le cogió el gusto. El caso es q el bueno de Dodge lo debió flipar cuando llegó allí y vio q la novia era ese bombón de Evelyn. El problema fue q saltaban más chispas entre la novia y el padrino q entre la novia y el novio. Así q al final Dodge se quedo compuesto y sin novia ocupando el puesto de padrino, mientras q Sirius se avino bastante gustoso al compromiso.

- ¿Y q salió mal? - Pregunto Harry al q la historia le sonaba de algo y aún no sabía de q.

- Creo q las cosas fueron bien al principio. La Sra. Black fue un gran fichaje para la causa. No solo xq supiera cazar Dementores, q en aquellos momentos eran una plaga, y nadie pudiera con ellos. tb era muy intuitiva, de esas q captan a la gente desde el primer momento... Así q caló a Peter en 3 nano segundos. Cuando le comento a Sirius q pensaba q él era el traidor, el Sr. Black se pillo un cabreo impresionante, tuvieron una discusión cuyos gritos se oyeron en el infinito y más allá, y Evelyn se largó de vuelta a su casa. – Explico Snape. – Yo la conocí una vez q fui a darle informes a Dumbledore, de eso me sonaba. A ti puede q te sonara la voz, xq te quedaste alguna noche en casa de Sirius y ella.

- Puede ser. Pero la historia q me acabas de contar me recuerda un poco a la manera en q Remus conoció a Ambar. – Comento Harry.

- Si, es q es la manera en q los Merodeadores conocen a sus esposas. – replico Snape, con mucho sarcasmo olvidando q él conoció a su novia en una terapia y q además estaba casada.

- ¿Los Merodeadores? Q mi padre y mi madre no se conocieron así. – Harry le lanzó una mirada ofendida.

- Xq tú lo digas. Estás muy mal informado. –Snape se dispuso a informar mejor al chico. – Verás, tus padres se odiaban en Hogwarts, no fue hasta q tu padre se metió a espiar en una reunión de mortifagos, suplantando a Kaiser Jones, q era el novio de tu madre, q se enrollaron. Tu padre siempre dijo q lo hizo para disimular, pero hizo tb la idiotez de quedarse a dormir, y al día siguiente se le habían pasado los efectos de la poción multijugos, con lo q cuando Lily se despertó y en vez de encontrarse a su novio se encontró con Potter, pues... Total q tu padre hizo otra idiotez, y se la llevo secuestrada. La pobre Lily pilló tal síndrome de Estocolmo, ya sabéis, eso de q se acaban identificando los secuestrados con los secuestradores, q se acabó casando con Potter. ¡Q vida tan sufrida tuvo la pobre Lily!

- ¿Insinúas q mi madre era una Mortífaga? – Cualquier persona con 3 neuronas operativas y un poco de instinto de supervivencia no habría contestado a esa pregunta, ya q Harry le miraba como si estuviera a punto de desmembrarle, desollarle y matarle. No necesariamente en ese orden.

- ¡Claro! – Intervino Maryam. – X eso Voldemort no quería matarla a ella cuando fue a su casa aquella noche. Al ser de los suyos tenía la esperanza de volver a atraerla a la causa. – Todos lo hombres la miraron muy sorprendidos. Snape & Harry, xq no se acordaban q esa tía estaba en su planeta, mucho menos en la misma habitación q ellos. – Es q mi tesis de graduación, la escribí sobre ti. – Le dedicó a Harry una sonrisa coqueta y nerviosa.

- En serio. – Harry decidió olvidar un momento el trauma q le había creado saber q su madre era una mortifaga q se enamoro de su padre a raíz de un síndrome de Estocolmo bastante fuerte, y canalizar la admiración de la Cotorra de forma positiva, por ejemplo, para hacer q la negociación saliera bien. X eso esbozo la más seductora de sus sonrisas y empezó a hablar de los puntos conflictivos.

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Sirius llego a su despacho uso su varita para cerrar la puerta, y deposito su carga en el suelo. Evy le dedico una mirada de intenso odio antes de dar la vuelta a la mesa y sentarse en el sillón q presidía el despacho.

- Ese es mi sillón. – Sirius se dio cuenta q mejor era dejarla el sillón a ella, q igual los masajes la relajaban un poco. – Ponte cómoda. Ves q bien estamos aquí. Puedes gritarme, culparme y abofetearme las veces q quieras sin q nadie nos interrumpa. X cierto, te has cortado el pelo.

- ¿En 30 años? Unas cuantas veces. – admitió la Onza sonriendo a su pesar.

- Supongo. No recordaba q hacía tanto q no te veía. – El animago la miró como sino pudiera recordar q hubiera pasado tanto tiempo. – Lo siento, lo siento de verdad. En fin, q sé q si te hubiera hecho caso todo hubiera sido muy distinto, pero...

- La verdad es q yo no escogí las palabras mejores como para q me escucharás. Además estaba algo picada x la carta esa q recibiste de Susan, esa en la q te contaba q teníais una hija, y bueno, tb reaccione algo fuerte. No debí lanzarte esa marmita a la cabeza.

- Si, hubiera estado bien q no la lanzarás. Aún me duele el coscorrón. ¿Q haces realmente aquí? – pregunto al fin Sirius dejando de lado las cortesías.

- ¿Cómo que q hago aquí? Pues x si no te has enterado se han reabierto las conversaciones entre El Dorado, único país enteramente mágico del mundo, y el Ministerio de Magia inglés y yo soy una d las negociadoras.

- ¿No eras princesa? – Sirius alzó una ceja divertido x la reacción de la mujer q le hacía intuir q ocultaba algo.

- Sí, pero hubo una especie de revolución y ahora es una República y no hay princesas. ¿Pero xq te estoy contando esto? – Sirius se encogió de hombros.

- Eso esta muy bien, pero yo tengo una teoría mejor. ¿Quieres oírla?

- Ardo en deseos.

- Eso es x mi presencia, nena. Creo q estás aquí para verme, y sabes xq lo creo. Xq yo estoy muy sorprendido de verte pero tu parecías estar esperándome. – Mientras decías esto, Sirius dio un rodeo a la mesa y se sentó en ella mirando fijamente la silla y a su ocupante.

- Pues en realidad si q te estaba esperando. – confesó Evy, levantándose de la silla. – Es q... Ella esta aquí.

- ¿Ella? – Sirius tardo un momento en entender a q se refería, pero cuando lo hizo, mostró una sonrisa demoledora. - ¿Puedo verla?

- Pues claro. – Evy tomó la mano de su marido, q con su mano libre abrió la puerta. Salieron al pasillo y se fueron del ministerio sin encontrarse con nadie.

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- Amanece. – Le comunicó Remus a Ambar, innecesariamente, ya q el mismo rayo de Sol q le deslumbraba a él la despertó a ella.

- Lo sé. – Ambar suspiro mientras q su mano acariciaba una extraña cicatriz circular q Remus tenía en el pecho. – La bolsa con los polvos esta... - Pero Remus la puso el dedo índice sobre el labio, para q callara antes de atraerla y besarla.

- Creo q se apañarán sin mí. X una vez no les pasará nada. – Esta vez el beso fue mucho largo e intenso, para satisfacción de Ambar. Sobre todo xq no tenía muy claro q hizo al final con la bolsa.

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- Tengo q reconocerlo, Potter. Lo has hecho muy bien. – X el tono de Snape uno pensaría q lo reconocía muy a su pesar. Sin embargo, Harry había puesto todas sus dotes de seductor en lograr eliminar los puntos conflictivos y la negociación fue un éxito. Al día siguiente se firmaría el acuerdo definitivo.

- Gracias. – Repuso el moreno con desgana. Aún estaba furioso x lo q dijo Snape sobre su madre, y se sentía mal x no tener nadie en casa esperando para celebrar el éxito con él.

- Me pregunto si los señores Black estarán todavía en el despacho. – Como uno nunca debe quedarse con las ganas de nada, Snape fue a asomarse al despacho de Sirius, cuando llego la puerta estaba abierta y el despacho vacío. – Se habrán largado a un motel. Creo q voy a ir a casa de Hermi a contarle lo de su madrastra. ¿Vienes?

- No. – Dijo Harry sin mirarle yendo a su despacho. Snape se encogió de hombros y fue a contarle las buenas nuevas a Hermi. Harry no estuvo mucho rato solo en el despacho. Alguien llamo a la puerta. – Pase. – Harry se había quitado las gafas y se frotaba los párpados.

- Hola de nuevo. – Cuando Harry se volvió a poner las gafas, vio q estaba en su despacho, Maryam, la negociadora antes conocida como la Cotorra, aunq los pelos verdes con mechas rosas habían desaparecido. La q entro en su despacho era una mujer con el pelo color caramelo y ojos azul dorados q le miraban con interés, bastante guapa. – Verás es q no conozco la ciudad, y me preguntaba si conoces algún restaurante donde cenar. Los 2. Tu y yo. Si quieres.

- Pues en verdad, no tengo ganas. – Tras esto Harry dio la vuelta a su silla giratoria y la oriento hacia la ventana. Después de q Eloise se fuera no había querido salir con nadie. Era lo mejor. Aquel trabajo era lo q Eloise siempre había deseado y Harry no era quien para detenerla. Tampoco podía seguirla al otro lado del mundo, xq sus hijos vivían en Londres. Una situación sin salida.

- No es x resultar agresiva, pero aún no hemos firmado el acuerdo y siempre se puede cambiar de idea en el último minuto.

- ¿Es una amenaza? – Harry giro la silla para encararse con Maryam. – Xq insinuar q sino voy a cenar contigo no habrá acuerdo, roza el acoso sexual.

- Llámalo como quieras. Pero ven a cenar conmigo.

- ¿Xq?

- Xq será divertido, y x lo q sé sobre ti necesitas divertirte.

- Esta bien. – Aceptó al final Harry con un suspiro. – ¿Te gusta la comida mexicana?

- Es mi favorita. – replico Maryam con seguridad. - ¿Eso es todo? Pues vamos.

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Snape estaba en casa de Hermi & Blaise, donde tb estaban cenando Justin, Orfeus y Doris. El ex profesor de pociones les había contado la negociación, la aparición de la esposa perdida de Sirius y como Harry logró hacerse con la situación.

- ¿Harry coqueteó con esa negociadora? – Doris sonrió complacida. – Eso es q esta mejorando.

- ¿Mejorando? – Snape la miro como si la hubiera tocado el título de psicóloga en una tómbola. – Esta al borde de un precipicio a punto de dar un paso adelante. ¡Pobre chico!

- Si pensarás eso no le habrías dicho q su madre fue mortifaga. – Señaló Justin. – Pobre Harry.

- Tonterías, yo creo q al final saldrá adelante. – Aseguro Hermi con vehemencia. – X cierto como es Evelyn. ¿Es guapa? ¿Inteligente? No me miréis así. Ella podría ser mi madrastra, creo q tengo derecho a saber cosas de ella.

- ¿Oísteis ese ruido? – Pregunto Blaise aguzando el oído. – Suena como una Harley Davidson, de motor de 4 cilindros, modificada para q vuele. – Todos escucharon con atención y dedujeron q Blaise tenía razón: sonaba a una motocicleta descendiendo.

Corrieron a asomarse a las ventanas, y llegaron para ver como una impresionante moto aterrizaba en el centro de la calle. De ella se bajaron Sirius & Evy. La onza le había guardado la moto todos aquellos años, (en el fondo era una nostálgica), y había decidido aprovechar la visita para devolverla con su dueño. Aparte q antes tampoco había podido hacerlo xq entre otras cosas, cualquier comercio entre El Dorado & Inglaterra era ilegal y se consideraba contrabando.

Después de darla un buen vistazo a su pequeña, (a la moto), Sirius la había convencido a Evy, (aún no sabía como) de q se fuera a dar una pequeña vuelta con él x ahí. La pequeña vuelta se había prolongado hasta ahora.

- ¡Joder! Q tarde es. – Evy observo su extraño reloj de muñeca – Me podías haber dejado en la puerta del hotel y no en la de tu casa, guapo.

- De hecho esta no es mi casa. Es la casa de mi hija. – Corrigió Sirius, haciendo q la mujer le mirara algo alertada. – Pensé q le gustaría conocer a su "hermana". – Sirius le dedico a su moto una mirada de padre orgulloso, mientras Evy ponía los ojos en blanco ante la renovada obsesión del animago x las motos.

- Pues espero q x la calle de la casa de tu hija pasen taxis, xq yo me largo. – Anunció Evy empezando a alejarse de la moto. Sin embargo, Sirius la retuvo tomándola de un brazo con una mano y apartando un mechón suelto de la cara de ella con la otra.

- Vente a mi casa, esta más cerca. – La invito Sirius con una sonrisa seductora q hizo q durante un segundo Evy olvidara la manera exacta de expulsar el aire de los pulmones. Iba a contestar q no pensaba q fuera una buena idea, cuando de pronto...

- ¡Joder, Sirius! ¿Esta es tu famosa moto? – Blaise había bajado en cuanto vio de quien era la moto y la contemplaba con un brillo extasiado en la mirada, muy similar al q aparecía en sus ojos cuando miraba a sus hijos y a su esposa. - ¡Es preciosa! Yo tenía una parecida, pero alguien a quien no quiero mirar. – Miro a Hermi q había bajado con él, para examinar a Evy de cerca. - Me la robó y la estrello contra cierto alcornoque en Budapest.

- ¡No te la robe! – Hermi interrumpió su examen ocular a Evy, a la q Sirius había pasado a sujetar x la cintura para q no se largara, para defenderse de esa acusación sin fundamento. – Te la tome prestada sin permiso con el claro y firme propósito de devolvértela.

- ¡Pero no lo hiciste! – Señaló Blaise.

- Fue cuestión de vida o muerte. Causa mayor. El idiota de Goyle me estaba amenazando con la varita, yo estaba desarmada y lo único q tenía a mano era la moto, así q la puse a máxima velocidad y la lancé contra él...

- Y el resultado fue q los restos de mi maltrecha moto fueron mezclados con los de Goyle, y esparcidos x todo Budapest. – Concluyó Blaise con tono melodramático. – No tuve consuelo para esa trágica perdida.

- ¿Q no tuviste consuelo? – Hermi alzo las cejas algo bastante irritada. - ¡Pero si esa fue la primera noche q nos enrollamos!

- Chicos. – Interrumpió Sirius. Cuando Blaise le miro el animago le lanzó las llaves. – Id a dar una vuelta.

- ¿Nos la dejas? – preguntaron Hermi & Blaise con los ojos como platos.

- Sí pero si le haces el menor arañazo, me la estrellas contra un mortifago sin cerebro o... Me da igual q seas el padre de mis nietos. ¿Entendido?

- Sí. – Respondió Blaise después de tragar saliva. – No la dejaré conducir. X cierto yo soy Blaise Zabini, y tu debes ser mi suegrastra. – Blaise le tendió la mano a Evy.

- Mejor llámame Evy. Eso de suegrastra me sonó bastante mal. – Evy tendió la mano, y Blaise se la besó galantemente.

- Yo soy Hermione. – Hermi tb se acercó y la estrechó la mano, algo nerviosa. – Y ahora me voy a dar una vuelta, pero me gustaría hablar contigo...

- Mañana. – completo Sirius, lanzando a su hija y su yerno una elocuente mirada de a mi no me molestéis esta noche si sabéis lo q es conviene.

- Mañana. – cedió Hermi. - Podéis venir a desayunar. – De reojo vio a su padre decirle con la mirada q a desayunar no iba a poder ser. – A comer. – Tampoco. – Cenar.

- Sí, cenar estará bien. – accedió Evy, sonriendo. – Si este no cree tener otro plan para entonces.

- No para cenar es perfecto. – Confirmó Sirius, sin hacer caso de ese "cree tener" xq sabía perfectamente q ahora q habían regresado a él 2 de sus tesoros perdidos y más preciados, no los iba a perder tan fácilmente.

Tras esto Hermi salto a la moto detrás de Blaise q ya estaba puesto para salir disparado, q enseguida dio con el botón de despegue, y salieron volando. La calle quedó desierta, salvo x las 2 personas q contemplaron un segundo el lugar x donde se fue la moto.

- Bueno, mi casa esta x ahí. – Dijo Sirius al cabo del rato, tratando de lograr q Evy tomara el camino q él la indicaba.

- ¿Tu casa? – Evy planto firmemente los pies en el suelo. Negándose a ser arrastrada.

- Sí, accediste a venir. ¿Recuerdas?

- Yo no dije nada de ir. – Repuso Evy, con plena seguridad. – Quiero volver al hotel.

- No digas tonterías. – Replico Sirius, logrando q ella se moviera medio milímetro del suelo. – La cama de ese hotel donde estás tu alojada es muy incómoda. La mía es mucho mejor.

- ¿A mi q me importa la cama? No me pienso mover de aquí y mucho menos para ir a tu casa. – Sentenció la mujer lanzándole una mirada de desafío y cruzándose de brazos.

- Como quieras.- Sirius se encogió de hombros. Luego la estiro los brazos y volvió cargarla a hombros y tomo el camino para su casa, pero algo pasaba. Evy no le pedía "amablemente" q la dejara en el suelo. - ¿Q pasa? ¿Cómo q no me insultas?

- No creo q sirva de nada. Además si no termino plena y satisfecha de la negociación de esta noche igual lo tengo en cuenta para el tratado.

- Pues menos mal. Pensaba q iba a sentirme presionado. – Contestó Sirius, feliz en el fondo de tener un nuevo reto.

- ¿Q os parece? – Pregunto Snape, a todos los presentes: Justin, Orfeus y Doris q habían contemplado toda la escena desde la ventana.

- A mí me ha caído muy bien. – Dijo Justin. – Me parece una mujer muy divertida, guapa, inteligente... Ideal para Sirius.

- Cierto. – Confirmó Doris, q ya la conocía de antes. – Y deberías probar sus tortitas con nata... Estoy segura de q a Ambar la hará mucha ilusión. Ya sabéis q la preocupaba q esa vida de cada noche en una cama q llevaba Sirius acabara repercutiendo en su matrimonio.

- A Lupin tb. – Señaló Snape. - Estaba preocupado x lo bien q se llevaban Sirius & Ambar, supongo q esto lo tranquilizara.

- ¿Sabéis q? Esa mujer acaba de inspirarme la colección Otoño Invierno para dentro de 2 años. – Orfeus cerró los ojos y cuando los abrió tenía la mirada de demente adicto a la moda. – Veo... Zarpazos, trasparencias, rajas, colores salidos de la profunda y misteriosa selva, pieles sintéticas...

- ¡Pues q bien! – Comentó Snape sin mucho entusiasmo tomando un poco de flan.

- ¿Y habrá moda prenatal para esa colección? – Pregunto Doris, mirando de reojo a Snape. – Mira q para entonces igual yo estoy embarazada y querré estar a la moda.

- Lo dudo. – la dijo Snape. – Ya te dije q a estas alturas de la vida no vamos a tener un hijo para q le llevemos 50 años a la criatura...

- ¿Y quién ha dicho q lo voy a tener contigo? – Doris sonrió al ver como su novio iba directo hacia su trampa. – Veréis tengo un nuevo paciente, q esta como un tren. – Orfeus & Justin hicieron gestos de interés.

- No te lo crees ni tú. Venga, nos vamos a casa. – Snape la tomo de la mano y se la llevo para la chimenea para poder volver a casa. Doris fingió hacerse la dura cuando tenía muchas ganas de volver a casa, y así tal vez convencerle de tener un hijo o x lo menos poner en práctica lo necesario para tenerlo.

- ¿Nos vamos tb a casa? – Sugirió Orfeus al ver q él y Justin se quedaron solos en una casa q no era la de ellos. Antes de q Justin pudiera contestar se oyó una pequeña explosión, seguido de un fuerte chillido... Ambos corrieron al habitación de Ava & Lenon, q era de donde provenía el ruido, para encontrar al pobre Troqui el elfo doméstico q les cuidaba, colgado de la lámpara, a donde le envió el hechizo q le lanzó Ava. La niña tenía el carácter de la madre.

- Me parece q mejor nos quedamos hasta q vuelvan Blaise & Hermi. – Decidió Justin al ver el desastre.

- Estoy contigo. – le apoyo su novio apoyando la cabeza en el hombro de Justin y abrazándole x detrás.

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- ¡Giny!

- Otra vez no, x favor, otra vez no. – suplico Draco. – Dime q el pesado de Potter no esta en la puerta de nuestra casa borracho como una cuba, pidiendo q le dejemos entrar para contarnos lo desgraciado q es. Ya sería la 5 vez este mes.

- Sí es él. – Confirmo Giny volviendo de la ventana. – Haz el favor de no ser tan insensible, el pobre lo esta pasando mal. Y yo tengo mi parte de culpa.

- Giny, no es tu culpa lo de Eloise, vale. – Draco la abrazó desde atrás y depositó un beso en la nuca de la pelirroja. – Y tampoco fue culpa tuya q pasara después q lo dejarás. Y si lo esta pasando mal no es la manera de ayudarle abriendo la puerta cada vez q viene borracho a contarnos sus penas.

- Lo sé. Pero siento q soy la única q puede ayudarle. – Replico Giny, saliendo del cuarto y yendo a abrir la puerta.

Al pasar frente al cuarto de su hermano Ron, la casa era muy grande y de momento la compartían, el pelirrojo se asomo.

- Giny, otra vez no. Dime q Harry no es el q sube x la escalera. – suplico Ron, q en lo único en q estaba de acuerdo con Draco, era en q no era responsabilidad de Giny el cuidar de Harry. Pensaba q su deber era volver a casarse con él.

- Sí es él. – Confirmo Persefone, q era la única q se ilusionaba con las visitas de Harry, sin embargo aquella vez parecía furiosa.- Y viene con una fulana.

- ¿Q? – preguntaron a la vez los otros 3. Aquello si era una novedad.

- Chicos. – Harry entro en ese momento con una mujer joven de pelo color caramelo, tomada de la mano. - ¡Q bien! Estáis todos despiertos.

- Con el ruido q armas para no estarlo. – Protestó Draco, sin apartar la vista de la mujer q iba con Harry. Harry vio q todos miraban a su acompañante.

- ¡Claro! Aún no os he presentado. Chicos, esta es Maryam Mahutam de Potter. Mi segunda esposa. Mary, cielo, la pelirroja es mi primera esposa; El rubio es el tío x el q pasó de mí; el pelirrojo es su hermano y mi mejor amigo el q resucitamos y ella es Persefone, el LDT.

- Encantada. – saludo Maryam a todos los amigos de su recién estrenado esposo, q la miraban como si fuera un bicho de otro planeta.

- ¿Segunda esposa? – Pregunto Ron totalmente alucinado. - ¿Cuándo te has casado con ella? Y más importante: ¿quién ha sido el padrino?

- Pues me he casado hace 30 minutos. - Explico Harry, q estaba muy, pero q muy borracho. – La invite a un restaurante mexicano, en México, x supuesto, y cuando estábamos allí, me apeteció jugar un poco a los dados, así q pillamos un trasladador a Las Vegas, y de paso...

- Te casaste. – Concluyo Giny como si fuera lo más normal del mundo.

- Y me hice un tatuaje. Miradlo. – Harry se quito la camisa para descubrir su espalda, en la q ahora se podía ver un tatuaje enorme q mostraba un ave Fénix resurgiendo de sus propias cenizas. - ¿Q os parece?

- Precioso. – Respondió Persefone con tono de adoración pura y dura, totalmente fascinada x el tatuaje (o x la visión de la espalda desnuda de Harry).

- Bueno, Mary. – Draco se volvió hacia la Sra. Potter con tono burlón. – Aparte de q te gusta la comida mejicana, eres un poco ludópata y tienes un gusto bastante malo para los hombres, ¿Q más debemos saber sobre ti?

- Q soy una de las negociadoras enviadas desde El Dorado, de donde mi padre es Presidente. – repuso Maryam sin darle mucha importancia.

- ¡Pues q bien! - dijeron los 4 a la vez, con el mismo tono q si un médico les hubiera dicho q tenía q extirparles el apéndice.

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Pues hasta aquí este capítulo, el penúltimo de esta historia, q ya casi termino. El próximo, (y último), es un capítulo sin acción en el presente pero q transcurre con muchos Flash Back. Así que si queréis leerloi ayudarme en la noble causa de llegar a los 50 mensajes, creo que me faltan 15 o así, así que venga ser buenos /buenas y dejarme mensaje. Os llevara tres minutos.

Muakis.

CarlaGrey. ­

Orgullosa Lupina.

Miembro de la Orden Siriusana.

Administradora adjunta de un foro de ficts en construcción.

(¡Cómo ha crecido mi firma! Con lo pequeñita q yo la conocí. ;;)