Hola mis queridas/os lectores/as. Antes del capítulo aclarar q esta capítulo fue una de mis locuras q se me ocurrió según estaba escribiendo el capítulo anterior. Concretamente en la parte en q Snape le cuenta a Harry como se conocieron Sirius & Evy en este universo raro se me ocurrió como se podían haber conocido realmente. X no mencionar q me quede con las ganas de contar un poco de Remus & Ambar y de la particular terapia de Snape & Doris… Vamos, q ya deducís q este capítulo son esas historias y una . Todas ellas tienen algo en común: alguien le hizo un favor a alguien y al igual q en el q le hizo Hermi a Giny, las consecuencias fueron bastante impredecibles. De paso no me quería quedar con las ganas de hablar un poco de los desastrosos matrimonios de Blaise, xq admitámoslo, todas/os queremos saber como alguien se puede casar y divorciar 6 veces antes de los 30.
Pero aún antes de eso, vamos a responder a los RR del capítulo anterior:
Loraine Potter: Hola, sí. Esto ya se acaba cielo. Nada dura eternamente y este fict iba a ser cortito. ¡No me digas esas cosas que me sonrojo! Sí, la verdad es q estuve desvariando bastante, aunque cuando Harry se quito la camisa y enseño el tatuaje fue una de las pocas veces en el fict, q realmente me puso. Si lo de James & Lily te hizo llorar de risa, pues este, igual te gusta tb. ;-) La Midgen se largo al otro extremo del mundo x motivos de trabajo y decidieron cortar por lo sano. Al final, no llegue a los 50, pero como soy un poco Sly y en el fondo no tengo palabra lo subo ya mismito. Espero q te guste, aunque sea el último. Besos.
SeerlenaEd: Hola, sí al final me decidí a intentarlo en esta página con este fict y El arte de vengarte, (q aún espero q leas) tb subí uno nuevo del todo, la profecía. ¡Gracias x vuestro apoyo chicas! Un beso, mis queridas coockies.
Dimebonitareina: (del 7) Sí, la Hermi cuando se pone es un poco bruta, la clase de persona q no conviene enfadar si hay material combustible cerca. Sí, se supone q Beckam es mago, no sé, me dio por la tontería. ¿A que Ralph hubiera sido un buen Remus? Pues me lo ponen de Voldy, luego se sorprenderán de que una servidora vaya con los malos. suspiro Un beso.
Laila: No te quejes y da gracias q no los subiera juntos para ganar tiempo. Me alegra q te haya hecho más llevaderos los exámenes. Es uno de los mayores piropos que me han dicho jamás. Sí, al final todos quedaron felices, a su retorcida manera, pero felices, q es lo importante. Un beso cielete.
Dimebonitareina: No creo que se haya comido RR. A veces tardan 24 horas en salir. Igual era por eso.
Sara Meliss: ¿Ocurrencia? De verdad q estoy deseando ver que me dices al final de este capítulo.
Azkaban: Vale, un poco de tranquilidad, que yo la sigo. Más bien la termino. Pero todo sea por no dejarte con la intriga. Mil años después, pero la sigo.
Dimebonitareina: (del 8) Me gusta que te gustara. Sí, como era el único merodeador que me quedaba lo tenía en los altares. Aunque la Ámbar es realmente suertuda. Que envidia me da.
Sin másrollos, CarlaGrey Pictures presenta el último y definitivo capítulo de esta producción:
11. OTROS FAVORES DE LA HISTORIA.
Sirius contemplaba el río desde su casa en el barrio mágico al q se había mudado a vivir poco después de volver. Estaba tomando una cerveza de mantequilla en la azotea, charlando animadamente con Remus, q acababa de volver de sus vacaciones para controlar los últimos retoques de las negociaciones.
- Han sido un éxito. – Remus parecía sorprendido de haberse encontrado con eso y no con la 5ª Guerra Mundial al volver de vacaciones.
- Pues claro. En cuanto Harry se casó con Maryam todo fue como la seda. A esos pirados del Dorado les encantan esas chorradas.
- Hablas x experiencia no Black. – Snape respondió con una mirada burlona a la de furia de Sirius. – X cierto, ¿dónde anda la Sra. Black?
- Ha ido de compras con Hermi. – Informo Blaise. – Anoche se cayeron muy bien, y hoy se han ido a París de compras a celebrarlo. Ambar tb se apunto xq dijo q parecía divertido.
- Orfeus tb se ha apuntado. Quiere ver las nuevas tendencias de moda. – Comunicó Justin.
- ¿Xq a París? – pregunto Ron q estaba tirado en una tumbona. - ¿Q no hay tiendas aquí?
- Sí, pero el otro día se encontró con una piba con la q se había liado en una fiesta y ahora la da palo ir a cualquier tienda. – Explico Blaise, con tono de si yo hiciera igual no podría salir de casa.
- Normal. Eso es producto de tener un mal padre. – Comento Snape con tono inocente.
- Tal vez, no haya podido ocuparme de ella, pero yo si soy padre. – Saltó Sirius casi al instante. – Así q deja de intentar robarme el cariño de mi hija.
- Yo no trato de robarte nada. No es culpa mía si en tu larga ausencia la niña se buscó un mejor modelo a seguir. – Se defendió Snape.
- Vale, ya. – suplico Draco. – Si es q siempre estáis igual… ¿X cierto q hacemos todos aquí?
- Harry nos llamó xq quería hablar con nosotros. – Explico Remus en tono apacible.
- En verdad solo quería hablar con Sirius y Remus. Los demás os acoplasteis en plan parásito. Pero ya q estáis aquí… - Harry hizo un gesto de q se quedarán, cosa q iban a hacer le gustara a Harry o no. – En verdad hay algo q quería preguntaros.
- Tú dirás. – repuso Remus amablemente.
- El otro día Snape me contó q mi madre era una mortifaga y q la única razón x la q se casó con mi padre es xq él la secuestro y ella tuvo un síndrome de Estocolmo muy fuerte. ¿Es verdad?
- Pero como va a ser cierto. – Intervino Ron. – Lily no podía ser una mortifaga. ¿Verdad? – En ese punto Justin, Blaise & Draco, ex mortifagos todos, intercambiaron miradas divertidas a la espera de la respuesta de Remus & Sirius.
- No es cierto. – Repuso Sirius en tono tajante, haciendo q Harry & Ron respiraran con alivio. – Tu madre no aceptó casarse con tu padre x ningún trauma psicológico. Si no xq estaba embarazada.
- ¿Q? – gritaron 5 personas a la vez. Ron & Harry xq Sirius no desmintió q Lily fue mortifaga, Justin, Blaise & Draco xq aquello no era lo q a ellos les contaron y Snape xq aquello era mejor y con mássentido q lo q a él le habían contado.
- Sirius, me parece q se lo vamos a tener q explicar bien. – Opinó Remus riendo. – Xq tal y como lo has dicho me ha sonado mal hasta a mi.
- Cierto, Rem. – Sirius dejo la botella vacía sobre la mesa, y empezó a relatar…
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Año 1979.
Convención especial de mortifagos de Hallowen.
Lugar: absoluto secreto.
¡Joder! Penso James. Esto es una mierda. Como ese sádico cabrón vuelva a mencionar las palabras nuevo Orden o sangre limpia usaré todo mi poder mental para destruirle.
- Traeremos un nuevo orden, donde los Sangre Limpia dominen el mundo…
Será cabrón, no hay manera de q se callé, hay q ser cruel y retorcido para hacer un discurso tan largo… ¡Y pensar q estoy aquí x hacerle un favor a Peter q le daba miedo verse rodeado de mortifagos! (NdA: las q piensen q eso es irónico q levante la mano. Veo lo menos 80.)
Al fin termino la reunión, y James se disponía a irse. Ya sabía lo q quería saber: la fecha del próximo ataque, y la Orden del Fénix les estaría esperando.
- Hola, cariño. - ¿Cariño? James se volvió para ver q le había crecido una pelirroja del brazo. Pero no una pelirroja cualquiera: era la pelirroja q había dominado todos sus sueños eróticos en el colegio. Pero ella siempre le había ignorado y él tuvo q hacer realidad sus sueños con compañías menos ariscas. Sin embargo ahora trataba de darle un beso de tornillo. - ¿Pero q te pasa? – pregunto Lily molesta al ver q su novio esquivaba su beso. - ¿Sigues con esa tontería de q no podemos hacernos carantoñas en público? ¿Vendrás a mi casa al menos?
- ¿A tu casa? – Pregunto James cada vez másextrañado de q la misma mujer q le había tachado de machista egocéntrico, y eso era lo mássuave q le dijo en 7 años, ahora le invitara a su casa, y o se había vuelto loco o le parecía q era una invitación sexual.
- Pues sí, Kaiser, con lo ocupado q has estado últimamente pues tu y yo no hemos podido… - Lily dejo la frase en suspenso, pero sonrió con picardía. – Te hecho de menos.
- ¿Kaiser? – Fue entonces cuando James se dio cuenta de q el mortifago q capturaron Remus y él, y x el q James se hacía pasar debía ser el novio de Lily. Naturalmente no podía ir con ella. En cualquier momento terminaría el efecto del encantamiento para modificar su aspecto y no era plan ser descubierto. – No va a poder ser…
- ¿Cómo q no podrá ser? Kaiser, estoy harta. – Lily se cruzó de brazos. – Pasas de mi. Se lo voy a decir a Voldemort. Sabes q Él tiene muchas esperanzas en nuestra relación, pero bueno…
- ¿Decírselo a Voldemort? – James tuvo la sensación de q había retrocedido en el tiempo y Lily amenazaba con chivarle a McGonagall la última trastada de los Merodeadores.
- ¿Pasa algo? – Lord Voldemort en persona se unió a la conversación en la q había sido 2 veces nombrado.
- Nada. – se apresuro a responder James, tratando de parecerse lo másposible a un mortifago psicópata obsesionado con la pureza de sangre. Aunq no entendía como encajaba Evans en todo aquello. – Ya nos íbamos. – Hizo lo q él esperaba q fuera una respetuosa reverencia, tomo a Lily del brazo y se fueron de allí.
- Bien. – Lily mostró una sonrisa triunfal al ver el renovado interés de su novio x ella, sin saber en el lío en q se metía.
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Al día siguiente, Lily se despertó con una sonrisa de felicidad absoluta, después de haber disfrutado de una de las mejores noches de su vida. Normalmente Kaiser, la pegaba unos polvos como x obligación, sobre todo xq su relación era cosa de Voldemort, y él prefería darse el lote con cualquiera menos con Lily, a no ser q ella amenazara con chivarse a Voldemort. Sin embargo, la noche anterior el chico se había esmerado xq… vaya polvo. Si no fuera xq sabía q no había sentimientos de x medio hasta diría q habían hecho el amor.
Se giró para tirar de su cama al intruso q se había quedado en ella, algo raro Kaiser normalmente se iba después de cumplir, pero después de lo mucho q se esforzó anoche el pobre estaría cansado. Pero cuando se volvió se quedó muy extrañada ya q en vez de la cabeza rubia clara de Kaiser estaba una con el pelo muy oscuro y revuelto. Una cabeza q Lily conocía muy bien…
- ¡Potter!
- Siii. – James despertó x el grito, y miro alrededor confundido xq no le sonaban las paredes de aquel cuarto. Luego su mirada se centro en Lily. - ¿Entonces lo de anoche no fue un sueño? – pregunto con una sonrisa ilusionada.
- No, Potter, fue una pesadilla. – Repuso ella con furia. - ¡Potter, yo te mato! Usar un truco tan vil para acostarte conmigo. Es demasiado bajo hasta para ti. De verdad q te mato. No, espera. Ahora q recuerdo Voldemort paga un montón x tu cabeza, te llevaré ante él y seguro q me nombra su mano derecha.
Y con esta feliz idea en mente, Lily se levanto y fue hacia su varita para atarle y llevarle ante Voldemort envuelto para regalo, se sentía como una de esas mujeres fatales de las películas q utilizan sus pérfidas armas para llevar a la perdición a los hombres.
- Lily, nena, me temo q eso no va a poder ser. – Con esto James lanzo una maldición para aturdirla.
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- Y entre tanto, Remus y yo muertos de preocupación. Temiendo lo peor al ver q no volvías anoche. Y el Sr. Potter estaba haciendo realidad sus fantasías.- Sirius reacciono de esta manera al oír el relato de James.
- Muertos de preocupación y de hambre. – Señaló Remus, algo pálido después de la transformación. – Y James entre tanto en la cama con Evans. – Remus hizo un gesto de decepción con la cara.
- Y a todo esto, ¿xq la has secuestrado? – Pregunto Sirius q desde la cocina trataba de solucionar el hambre de Remus cocinando una tortilla sin mucho éxito.
- No la he secuestrado. La he traído aquí tanto x su seguridad como x la mía. – Aclaró James. – ¿Sabéis lo primero q quería hacer esta mañana al descubrir q era yo? Entregarme a Voldemort. Bueno, lo segundo, xq al principio quería matarme personalmente.
- Q bonito, James. Eso es amor. ¿Está ya la tortilla, Sirius? – Remus le miro con cara de lobezno hambriento.
- Casi. – Sirius intento darle la vuelta a la tortilla en el aire, al estilo de los grandes chef, pero al lanzarla para arriba la tortilla se quedo enganchada al techo. – Bueno, será un poco de lo previsto. En cuanto a lo del secuestro de Evans…
- ¡Q no la he secuestrado! – volvió a corregir James.
- Entiendo lo de tu seguridad pero, la de ella… Podías haberla lanzado un hechizo para borrarle la memoria y punto. – Continuó Sirius ignorando la protesta de James.
- Ya pero es q pensé q cuando descubran a Kaiser van a saber q estaba muerto antes de la reunión, y q querrían saber quién se hizo pasar x él y todo lo q hizo esa persona, y cuando Voldemort se diera cuenta de q a Lily le habían borrado la memoria, la haría ejercicios de memoria para q lo recordara… Y ya habéis visto como acaba la gente q hace ejercicios de memoria con Voldemort. – James hizo girar su dedo índice cerca de la sien, queriendo decir q esa gente terminaba loca perdida.
- Tienes razón, James. – Concedió Remus con tono serio, q de pronto paso a burlón. - ¿Y tan noble excusa se te ocurrió antes o después de secuestrarla?
- ¡Q pesados! Q no la he secuestrado. – Mientras hablaba, James había preparado una bandeja con una de las tortillas chamuscadas de Sirius, con un vaso de agua y un jarrón con una rosa de plástico dentro. – La he salvado de su horrible destino. Seguro q en cuanto entre a darle la cena se abalanza sobre mi para agradecérmelo.
Tras esto James tomo la bandeja y se fue a llevarle la cena a la pelirroja. Sirius logró despegar la tortilla del techo y cuando bajo miró a Remus alertado x lo q James acababa de decir. Luego los 2 salieron corriendo, xq ellos tb pensaban q Lily se iba abalanzar sobre él…
- Lily, cariño, te he traído la cena. – No bien James asomó la cabeza, fue atacado x una especie de demonio pelirrojo q trataba de descuartizarle con todas las armas q tenía a mano: uñas, dientes, patadas y la flor de plástico. X fortuna, Remus & Sirius llegaron a tiempo para contenerla.
- Tranquila, Evans. – saludo Sirius, con tono conciliador. – Remus y yo vamos a creer q no te alegras de vernos.
- Es q no me alegro de veros. – Sirius se fue hacia atrás con la mano en el pecho, fingiéndose herido ante el comentario de Lily. – No ves q ese cabronazo me ha secuestrado…
- ¡Yo no te he secuestrado! – repuso James tan harto de la palabra secuestro como de nuevo orden y sangre limpia.
- ¿Y cómo llamas a sacar a una persona de su casa y traerla a la fuerza a un lugar q no conoce y tenerla retenida allí contra su voluntad? – Lily se llevo ambas manos a las caderas y le dedico una mirada desdeñosa.
- Secuestro.
- No te pongas de su parte, Rem. – Comento James. - ¿Sabes q? Q he decidido no retenerte. Es máslárgate… - James abrió la puerta de la casa de par en par y la hizo un gesto invitándola a irse. – Me encantará saber como justificas ante Voldemort tu ausencia al ataque al departamento de secretos, así como q hubiera un destacamento entero de aurores esperándoles…
- Simple, le diré q tu me secuestraste y luego me dejaste ir. – Repuso Lily buscando en el baúl q le trajo James cuando la secuestro algo de abrigo q ponerse. Estaba en eso cuando se dio cuenta de q ningún secuestrador q se precie dejaría ir a su víctima a tan pocas horas de ser secuestrada. Además q llevaba tan pocas horas allí q no se podía calificar ni siquiera de desaparición, y si el ataque al departamento de secretos había sido un desastre, seguramente a esas horas ya habrían decidido un culpable. ¿Quién mejor q ella q no estaba para defenderse? Pensarían q tanto ella como Kaiser eran los traidores. Dejo de rebuscar en el baúl. – Te odio profundamente. – dijo mirando a James.
- ¿Entonces te quedas? – James sonrió al ver q su invitada forzosa había llegado a la misma conclusión q él. – X cierto te he traído la cena. Supongo q no quieres cenar con nosotros, así q puedes cenar aquí. – Cuando los 3 jóvenes cerraron la puerta, oyeron el ruido q hizo la tortilla quemada y el plato al ser lanzadas contra la puerta.
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Para Navidades, Lily ya se había hecho máso menos a su nueva situación. A la semana de llegar allí, ya bajaba a cenar y hablaba animadamente con Remus & Sirius, q después de todo no tenían culpa de sus problemas. Al culpable de ellos, James, ni le miraba a la cara, tanto es así q un día en la comida el moreno decidió q tenía derecho a respuestas.
- Lily, ¿Vas a hablarme en un futuro cercano o piensas odiarme el resto de nuestras vidas?
- Dile, a tu amigo, Sirius. – Lily siempre q le tenía q decir algo a James, se lo decía a través de Sirius o Remus. – Q ese es mi plan.
- James, Lily dice q te diga q ese es su plan. – Le informó Sirius a su amigo.
- Lo he oído, Sirius. Pero es muy injusto xq la culpa de todo es tuya Lily.
- ¿Cómo q es mía? Yo solo soy una víctima inocente de tus perversas maquinaciones. – Lily estaba tan indignada x la acusación injusta de James, q incluso le habló directamente.
- ¿Víctima inocente? – James sonrió al ver a la pelirroja entrar directa a la trampa. – ¿Y quién fue la q amenazo con chivarse a Voldemort sino iba a su casa con ella?
- Xq pensaba q eras Kaiser, mi novio al q no veía desde hacía un montón…
- ¡Para la moto un momento! – Sirius hacía con las manos el gesto de tiempo muerto. – Voldemort vigila q sus mortifagos y sus mortifagas estén liados entre ellos y sino lo hacéis se enfada.
- Básicamente sí. – Lily se dio cuenta de q dicho así la sonaba mal hasta a ella.
- ¿Y xq Dumbledore no hace lo mismo? – Ante esta pregunta de Sirius, todos dejaron caer los cubiertos sobre el plato, mientras el animago explicaba su teoría. – Me parece buena idea, xq con todo esto de luchar contra el mal, ya no tenemos tiempo de ir x ahí a ligar, y si nos liáramos con gente de la Orden del Fénix pues facilitaría las cosas, y si Dumbledore hiciera de celestino, pues mejor aún.
- Tu lo dices xq Susan March no te hace ni puto caso. – Señaló James.
- ¡Eso no es cierto! ¡Dame 1 mes y habrá caído!
Y así entre discusiones y demás llego la Navidad, y después la Noche Vieja. Esa noche James & Lily la pasaron solos. Remus fue a ver a sus padres y Sirius la pasó con Susan, q al final había caído… El caso es q mientras James trataba de pelar las uvas y quitar la pipa para cuando llegara la hora de las campanadas estar listo, Lily hacía cuentas en el calendario… James no le dio mucha importancia, xq como Remus era un licántropo para él era de lo másnormal ver a alguien mirando un calendario.
¡Ya estaba ahí la primera campanada!
James se metió la primera uva en la boca y cuando fue a tragarla el huracán pelirrojo se abalanzó sobre él, al grito de hijo de puta, y trato de estrangularle.
- ¿Pero q he hecho ahora? – Logró preguntar el pobre chico entre jadeos.
- ¡Pues q eres un cabrón! Me has dejado embarazada. – Gimió Lily soltándolo al fin y quedándose sentada en el suelo.
- ¿Embarazada? ¿Estás segura?
- Pues sí. Acabo de hacer cuentas, y bueno no he tenido el periodo desde q estoy aquí así q casi seguro q…
- Es un retraso. – interrumpió James. – Piensa q has estado sometida a mucha presión últimamente, así q es normal q tu cuerpo se haya descontrolado un poco…
- ¿Un retraso de 2 meses? – Lily le miro con cara de tu no entiendes nada de nada. - ¿Y q pasa con las nauseas matutinas?
- Eso es x lo mal q cocina Sirius. – Repuso James, si asomo de duda. – De todas formas ahí una manera muy simple de comprobarlo. ¿No hay una poción para comprobarlo? Pues ya verás como sale q no.
- ¿Y si sale q sí? – Lily no se había atrevido a hacer la poción xq no sabría q hacer si salía q si.
- Evans…
- Lily. – corrigió ella. – Creo q ahora q vamos a ser padres del mismo niño debemos llamarnos x nuestros nombres.
- Pues, Lily, estoy tan seguro de q sale q no que si sale q sí me caso contigo. – James extendió la mano hacia la pelirroja. - ¿Trato hecho?
Ella lo pensó un momento. X un lado no quería casarse con alguien a quien había odiado toda su vida escolar. Xq le odiaba. Bueno, tal vez sólo la caía un poco mal. Másbien la era indiferente… Aunq la noche q se acostaron no le fue tan indiferente. Quien sabe a lo mejor salía bien y todo.
- Sí. – Lily tomo la mano extendida de James, cerrando el pacto.
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- Y como ya habréis deducido salió q si. – Concluyo Sirius. – James cumplió su promesa y Lily y él se casaron cuanto antes. El padrino tanto de la boda, como de la criatura fue el mejor de todas las mejores personas del mundo, es decir, yo mismo y… ¡Harry! ¡Joder! Alegra esa cara. Q no es tan horrible.
- ¿Q no es tan horrible? Me acabo de enterar q mi madre era una mortifaga y q mis padres se casaron de penalti y x una apuesta. – sollozó Harry.
- ¡Eso no es verdad! Lo de q era una mortifaga ya te lo dije yo. – Le recordó Snape.
- Tienes q ver el lado positivo. – Le recomendó Blaise q estaba sentado en el muro de la azotea. – Piensa q tu eres lo q uniste a tus padres, q sin ti, nunca se hubieran dado cuenta de q eran el uno para el otro. Es como mi Ava y mi Lenon… Sin ellos Hermi y yo hubiéramos estado haciendo el idiota. Ella liándose con gente tan inadecuada como la dependienta del otro día y yo ya iría x mi 9ª esposa en vez de sólo x la 7ª… Podían haber acabado mucho peor tus padres de lo q terminaron de no estar juntos…
- Zabini, la palmaron. – Señaló Ron de forma bastante insensible. - ¿Cómo se puede acabar peor?
- Podían haber terminado en Azkaban, x lo q ha contado Sirius, Lily llevaba ese camino; James podría haber pillado una enfermedad venérea fulminante, x lo q cuenta Sirius, llevaba ese camino; Lily se podía haber casado con el tal Kaiser; James con alguna aburrida Sangre Limpia… - Enumeró Draco rápidamente.
- O a James podían haberle mandado con la delegación de hace 30 años a El Dorado, y acabar casado con la Princesa Evelyn en lugar de Sirius. – Concluyo Snape. – Después de todo él tb era muy capaz de llevarse a la cama a la prometida de otro y encima q le pillen de marrón en el proceso.
- Perdona, Snivellus, pero estás muy equivocadito. Q yo a Evy no me la lleve a la cama hasta después de la boda. – le corrigió Sirius. – Sólo a alguien tan retorcido y mal pensado como tú, se le podría ocurrir pensar eso de mí. ¿Verdad, Remus? – Remus no respondió, al verlo Sirius se volvió a hacia él. – Tu tb lo crees. – acuso el animago con tono dolido.
- Pues sí. – Repuso Remus. – Vamos todos saben q la razón x la te casaste tú con Evelyn en lugar de Elphias es xq te pillaron cuando estabas a punto de… ¿cómo era esa expresión tan graciosa q usan lo Doradeños? Ah sí. Profanarla.
- No iba a hacer nada de eso. Pasa q ellos son unos malpensados y no me dejaron explicarme.
- Pues explícate. – Pidieron Draco & Ron a la vez q se lanzaban miradas molestas.
- Pues lo q paso es q Dumbledore me pidió como favor personal q acompañara a Elphias al Dorado. La verdad es q a Dumbledore le apetecían unos caramelos q sólo se preparaban allí y sólo podía confiar en mi para q se los trajera sin protestar. Cuando llegamos, Elphias estaba impaciente x conocer a la novia, pero nos dijeron q ella estaba indispuesta y q la veríamos en la cena. Q entre tanto teníamos todo el día para visitar el país. Y eso fue lo q yo hice, de paso fui a comprar los caramelos, y de esta forma no tardé en descubrir en q consistía exactamente la indisposición de la princesa.
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Mayo de 1981.
El Dorado.
Realmente El Dorado era un lugar fascinante. ¿Cómo no iba a ser fascinante el único país enteramente mágico del mundo? Sirius iba x allí sacando fotos a las cosas más absurdas, con su traje de turista accidental: bermudas muy anchas, camiseta ancha de Metallica, gorra ladeada, gafas de sol, playeros… (NdA: Recordáis cuando el Príncipe de Bel Air llegaba a casa de los tíos. Pues esa pinta. ) Y le sacaba fotos a todo lo q pillaba: a las tiendas de ropa, las lechuzas, la gente q paseaba… Se dio cuenta q casi toda la gente de allí tenía los ojos dorados y algo . X ejemplo el señor q le indico como ir a las ruinas de Tula, tenía los ojos púrpura – dorados.
Al fin llego a las ruinas de Tula, la primera ciudad mágica del mundo q fue arrasada en la guerra contra Grindelwald. Sirius cerró los ojos un rato para así poder sentir la energía de lugar, aunq sabía q no tenía mucho tiempo, xq el tipo de los ojos púrpura – dorados le había dicho q iba a llover…
- ¡Aú! – Agua no sabía si iba a llover, pero bolsas de viaje, sí xq una le había caído en la cabeza. Acariciando con su mano el lugar golpeado, Sirius miro el objeto q le había atacado, y el lugar de donde procedía: un muro tras él.
Allí le observaban las pupilas verde – doradas de un jaguar q le miraban con felino desdén. Luego de pronto el felino saltó al suelo y cuando llegó a él, no era un jaguar sino una preciosa joven totalmente desnuda.
" ¡Joder! Aquí si q tienen buenas lluvias" pensó Sirius mientras devoraba a la joven con la mirada. La chica x cierto se dirigió hacia él, o mejor dicho para la bolsa, q aún estaba en las manos del chico, y empezó a revolverla buscando algo, al tiempo q murmuraba para sí, en la lengua melodiosa nativa de la q Sirius no entendía ni jota.
- ¿Y q hace este aquí? ¿Xq no habrá llegado Richard? Estoy deseando largarme de aquí. – La Onza tomo un vestido de tirantes y empezó a vestirse. – X favor, q no hay tiempo. En cuanto estos descubran q me he fugado otra vez se va a armar la gorda. – Volvió a rebuscar en el bolso hasta encontrar algo de ropa interior. – Perdona ¿has visto x aquí a alguien? ¡Eh! ¿No te llega la sangre al cerebro o es q no hablas mi idioma? Espera, no tienes ojos dorados. No eres de aquí, entonces es lo segundo. – Así Evy empezó a probar con diversos idiomas para ver si lograba obtener alguna respuesta, sin saber q la otra hipótesis no iba desencaminada, ya q desde q la vio aparecer desnuda, toda la sangre de Sirius se concentraba en un solo lugar de su cuerpo. Y no era el cerebro. Finalmente, Evy llegó al inglés. - ¿Has visto a un muchacho x aquí llamado Richard?
- ¿Q Richard? – El nombre de un posible rival hizo reaccionar a Sirius. – No, no he visto a nadie. De todas formas acabo de llegar… ¿Pero quién es Richard?
- Un amigo. – repuso la joven en tono de no te importa al tiempo q rebuscaba en la bolsa, q aún estaba en manos de Sirius, hasta encontrar un peine y un espejo.
- Ya, un amigo. – Sirius puso tono de no me lo trago. – Yo creo q Richard es tu novio, y q te estás fugando con él xq no quieres casarte con el hombre q tu padre ha elegido o xq… - En ese instante el cerebro de Sirius dio con la solución al enigma. - ¿No serás la princesa Evelyn?
- Sí. – La chica estaba distraída mirando q estuviera guapa x eso fue sincera. Pero al darse cuenta de q durante una fuga no es conveniente decir quién eres en verdad y con tanto en juego, trato de corregirse. – Es decir, no. Me llamo Beverly Hills.
- Sí, y de segundoapellido90210, no te jode. – Repuso Sirius algo furioso. – Tu eres la princesa Evelyn y te estás fugando xq no te quieres casar como parte del tratado de paz entre el Dorado y el Ministerio de Magia Inglés.
- Vale, sí lo soy. Pero no hables tan alto q te van a oír. – Evy se acercó a él y le tapó la boca con la mano. – De todas formas no sé xq te lo tomas como algo personal. Ni q fueras el novio. ¿Lo eres? – Al darse cuenta de q aquello era másq probable, puesto q hablaba inglés y tenía serios problemas para conjuntar los colores, le examino detenidamente, y llegó a la conclusión q en cuanto le quitara aquella ropa horrible mejoraría mucho.
- ¿Yo el novio? Tus ganas, nena, tus ganas. El novio es mi buen amigo Elphias, y esta muy ilusionado con la boda…
- ¿Elphias? Suena al típico tío viejo q siempre ha preferido su mano a una mujer, pero q ha decidido casarse xq la mano ya no le va bien.
- Pues no. – Replico Sirius, pese a q él pensaba exactamente lo mismo sobre Elphias. Sacudió la cabeza, y tomo a la joven del brazo. – No pienso dejar q te vayas.
- Suéltame, joven. – Los ojos de Evy lanzaban chispas y su tono no podía ser másaltanero, sobre todo xq estaba claro q ella era másjoven q él. – Aunq me este fugando soy una princesa del Dorado, y si se enteran q me has puesto una mano encima empezarán con el rollo ese de…
- ¡Profanación!
- Eso es… - Los 2 jóvenes se volvieron para ver como avanzaban hacia ellos, un grupo de soldados con las libreas de la guardia Real, un sacerdote calvo y gordo, y un hombre q Sirius calculo q debía tener máso menos su edad. - ¡Richard! – Así q ese era el tal Richard, pues no era para tanto, penso Sirius con desdén y … ¿celos?
- Gracias al joven Richard hemos evitado q una de nuestras sagradas princesas se fugara con este don nadie. X desgracia no hemos evitado la profanación. – Gimió el sacerdote estrujándose las manos con angustia. - ¿Q vamos a hacer?
- ¿Profanación? – Sirius enarcó una ceja. – Verá puedo explicar lo q ha pasado aquí…
- No hace falta. – Intervino el sacerdote. – Richard nos aviso de q la Princesa Evelyn trataría de fugarse con su amante, y hemos llegado a tiempo para evitarlo. ¡Gracias a los dioses!
Sirius comprendió con asombro q pensaban q él era el amante misterioso con el q se iba a fugar la princesita, y x las miradas furiosas de los guerreros esa palabra q había usado el sacerdote: Profanación, no era nada buena. Entre tanto Evelyn, q había llegado a la misma conclusión q Sirius, además de q Richard la había traicionado, decidió q no pensaba quedarse allí ni un segundo más. Se liberó del brazo de Sirius, se transformo en jaguar y saltó a la selva, sin q ninguno de los hombres presentes pudiera hacer nada para evitarlo.
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En cuanto la Princesita salió disparada Sirius no tardo en seguirla, sobre todo xq si la chica se escapaba adiós a los tratados de paz con El Dorado, y necesitaban su ayuda para luchar contra Voldemort y su temible alianza con los Dementores. Así q la estaba buscando cuando su olfato canino, (iba transformado en perro), le indicó x donde buscar: una cueva oculta tras una cascada.
Entro en ella, y se encontró con la causa de sus disgustos totalmente desnuda, de nuevo. Aprovechando q ella estaba de espaldas a la puerta y q no le había visto, Sirius recupero su forma, y se lanzó sobre ella para atraparla justo en el momento en q ella se daba la vuelta, cayendo x el impulso en un pequeño estanque q había dentro de la cueva…
- ¿Pero q? ¿Tú otra vez? – Pregunto Evelyn tras escupir un chorro de agua, y reconocer al impresentable q le había mandado allí, y q además la sujetaba con fuerza contra él. - ¿Es q no te das nunca x vencido?
- Pues no. – Repuso Sirius, tratando de olvidar q el cuerpo q aferraba contra el suyo estaba completamente desnudo y q pertenecía a una de las chicas másguapas q había abrazado jamás. – Sobre todo xq esto es importante.
- ¿Importante? ¿Xq? ¿Tan amigo eres de Elphias q no quieres q pase el resto de la eternidad solo? – Pregunto la joven con tono de a mi como si ese se opera mientras trataba de liberarse de los brazos q la apresaban.
- ¿Quieres dejar de pensar 5 minutos en ti y pensar un poco en los demás y en lo q hay en juego? Esto no se trata de ti solamente, tb se trata de q hay una guerra y q hay gente muriendo en ella. Tú puedes ayudar a q esa guerra termine haciendo algo tan simple como casarte, ¿Xq no quieres hacerlo? – Sirius habló con pura y sincera pasión, y durante un segundo, Evelyn se quedo flipada mirando sus ojos grises, pero enseguida reaccionó.
- La razón x la q no paró de pensar en mi, es xq nadie en el mundo lo hace. ¿Acaso tu has pensado q vuestro tratado de paz significa el destierro para mi? Tendré q ir a vivir a un lugar q esta a años luz de aquí, con una gente a la q hasta hace 3 horas considerábamos enemigos, y vendida en matrimonio a alguien a quien apenas conozco… - esta vez fue Sirius el q se quedó un segundo fuera de cobertura, puesto q debía reconocer q nadie en ningún momento se había planteado la reacción de la futura novia. No había logrado recuperarse cuando ella pregunto con voz algo tímida. - ¿Tan mal están las cosas?
- Peor. – Sirius volvió a hablar con seguridad ya q la guerra contra Voldemort era un tema q si dominaba. – Voldemort se ha unido con los Dementores y nadie de nosotros es experto en luchar contra ellos, sólo podemos hacer Patronus…
- Pero eso es una solución temporal, ¿es q vuestros Onzas no saben luchar contra ellos como es debido? – Evelyn se refería a q en El Dorado no había aurores, sino q la seguridad corría a cargo de los Onzas.
- No tenemos Onzas. – Sirius ya sabía q allí no había aurores. – De luchar contra las artes oscuras se encargan los aurores. Y hasta hace poco los Dementores eran aliados del Ministerio, x eso no se enseña como combatirlos. Sin la ayuda de tu gente, Princesa, estamos perdidos…
- Evelyn. – Repuso ella con una sonrisa. - Y para lograr la ayuda de mi gente necesitas q yo vuelva y diga si quiero en el momento oportuno.
- No estaría mal. – Confirmo Sirius.
- A todo esto, ¿cómo te llamas?
- Sirius Black.
- Encantada. – Repuso ella plantándole un beso en cada mejilla.
- ¿Q tal si salimos del agua? – Sugirió Sirius al darse cuenta de q estaban en el estanque, el cuerpo de ella seguía pegado al de él, aún estaba desnuda y el cuerpo de él empezaba reaccionar ante todo eso.
- ¿Xq? Yo estoy muy bien aquí. – repuso Evelyn con una sonrisa felina, al tiempo q pasaba sus brazos x el cuello de él y empezaba a jugar con su pelo negro. – Y x tu parte o llevas la varita en el bolsillo o estas bastante feliz de estar aquí. – Susurro mientras le empezaba a besar el cuello. Sirius penso q debía apartarla pero la verdad es q estaba demasiado a gusto así. Desde q Susan le dejo ninguna chica le había llamado así la atención, sobre todo xq a Susan la conocía de toda la vida mientras q aquella atracción fue instantánea. Sin darse cuenta las manos de él subían hasta la nuca de la Onza para atraerla hasta su boca cuando…
- ¡Profanación! – El sacerdote gordo de antes volvió a interrumpir la escena. Sólo q al ver a la princesa desnuda, en brazos de un mago extranjero en una especie de estanque y apunto de besarse, el pobre hombre calló redondo al suelo.
- Princesa, sea buena. – Suplico el jefe de la guardia. Un Onza joven, cuyo aspecto le recordó a Sirius a los gladiadores romanos, al tiempo q unos cuantos de sus hombres tomaban al sacerdote del suelo. – Vamos al palacio. No nos haga correr másx la selva. Y x favor acepté ese maldito matrimonio y déjese de intentos de fuga. Q ya van 6 esta semana y estamos a martes.
- Esta bien. – Evelyn se separó del abrazo de Sirius, q sin saber xq se sintió algo triste al ver q ella se alejaba de él y aceptaba la boda. Cuando la joven salió del agua llevaba una túnica echa de velos blancos, producto de algún hechizo extraño. – En cuanto lleguemos al castillo quiero hablar con el Rey.
- Como desee. – Dijo el jefe de la Guardia inclinándose ante la princesa. – Y tú, sal del agua. – Cuando se volvió para Sirius el tono era mucho menos amable. - ¡Q te vas a resfriar! Y queremos llegar al castillo antes de q estalle la tormenta.
- ¿Pero q tormenta? – Pregunto Sirius, q dijera lo q dijera esa gente, no veía ni una nube en el cielo, y x tanto le parecía imposible q lloviera.
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Desde lo alto de su castillo, el Rey Mahosi, contemplaba sin ver su ciudad y su gente. Le preocupaba en aquellos momentos la desaparición de Evelyn. Pese a q Mahosi era rey y Evelyn princesa no había ningún parentesco de sangre entre ellos, de igual manera q tampoco lo había entre Mahosi y su predecesor en el trono. Las cosas en El Dorado se hacían de una manera especial…
Si uno tomara la obsesión de los Centauros x las estrellas y su influencia en el futuro, la multiplicara x diez mil, y la elevara al cubo entendería como se hacían las cosas en aquel país. El rey era elegido de acuerdo a los designios de los astrólogos, al igual q las Princesas, 4 en total, una de cada raza q allí vivía en paz y armonía: una princesa Muggle llamada Marilyn, una princesa duende, llamada Ailyn, una princesa Bruja, llamada Wendolyn y la Princesa Onza, llamada Evelyn. La única función de las princesas era ayudar a establecer lazos de unión con otros pueblos. Lazos matrimoniales, se entiende.
La verdad es q Mahosi pensaba q su país estaba anclado en el pasado, y si Dumbledore necesitaba esa alianza para salvar a la Orden del Fénix de una estrepitosa derrota; Mahosi necesitaba esa alianza para salvar a su gente de ese anclamiento.
X eso no entendía en q pensaban los astros cuando eligieron a Evelyn como princesa, y mucho menos como la únicaadecuada para sellar el enlace, xq era algo loca, y de las q no se dejaba dominar x nadie… Cualquiera de las otras se habría enfurecido al saber de su compromiso con un mago extranjero al q no conocían, pero lo másq habrían hecho era llorar. Evelyn en cambio no había parado de protagonizar intentos de fuga…
Finalmente la aludida llego y se fue corriendo a abrazarle, como, observó con irritación el hombre, si se hubiera limitado a hacer una pequeña travesura sin importancia.
- Papi, te tengo una gran noticia. – Pese a no ser familia, las princesas trataban al rey como si fuera su padre, sobre todo xq en muchos casos, el de Evelyn por ejemplo, perdió a sus padres siendo una niña. – He decidido casarme.
- ¿Así? Es curioso xq yo pensaba q esa decisión la habían tomado x ti los astros hace 2 semanas. – Repuso Mahosi con sarcasmo, apartando los brazos de la joven de su cuello. Evelyn le miró sorprendida de q no estuviera feliz ante la buena nueva.
- Pues no. He tomado la decisión de casarme hace unas horas. Te encantará. Es moreno, ojos grises, alto, joven, guapo y con un…
- ¿Con un q? – Pregunto el Rey al ver q la joven interrumpía su discurso.
- Con un gran sentido del humor. – De hecho Evelyn iba a alabar el culo de su futuro marido, pero luego se dio cuenta q seguramente a su "padre" no le interesaba eso.
- ¿Estás segura? Xq acabo de conocer al tal Elphias y no se ajusta para nada a esa descripción.
- Es q no me voy a casar con ese Elphias. Sino con Sirius Black, el q le acompaña. – aclaró Evelyn sin darle la menor importancia, al tiempo q miraba como la tormenta empezaba.
- No puedes casarte con ese hombre.
- ¿Xq no?
- X tres razones: los astros no dicen nada de q sea él, no te corresponde a ti decidirlo y va a ser ejecutado x profanar a una princesa de El Dorado.
- ¿Q? No puedes dejar q lo hagan. – se alarmo Evelyn, y luego le dedicó una mirada suplicante. – Papi, x favor, sálvale.
- Vale. – accedió el rey tras un rato de inútil resistencia. – Puedo conmutar la pena de muerte x una cadena perpetua o… x un matrimonio.
- Gracias. – Evelyn le abrazó como si quisiera robarle todo el oxígeno y luego le dio un beso en la mejilla.
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- Así q este es. – Mahosi observó de arriba abajo al joven q había logrado q Evelyn considerara la idea de casarse. – No me parece nada extraordinario. – Esta vez miró con ojo crítico las pintas de Sirius reconociendo al joven al q x la mañana indico el camino a Tula. Aunq en el fondo le caía mejor q el elegido x Dumbledore.
- Pues te aseguro q lo es. – Repuso Evelyn con una sonrisa, q ahora llevaba una túnica de reflejos dorados.
- Esta bien. – Mahosi dejó de hablar en la lengua del lugar con la q se había estado comunicando con Evelyn, para hablar en inglés con Sirius. – Supongo q eres consciente de la gravedad del crimen q has cometido y x el q mereces la muerte. – Al oír esta información Sirius penso q la gente de aquel lugar estaba muy mal de la cabeza. – Sin embargo en una muestra de generosidad, yo, Mahosi I he decidido conmutar tu pena de muerte si aceptas casarte con Evelyn.
- ¿Q? – Pregunto Sirius con una mezcla de incredulidad y furia, q no le gusto demasiado a Evelyn. – Con el debido respeto alteza yo no he cometido el crimen del q se me acusa. Y sisu caprichosa y mimada princesa se ha empeñado en casarse conmigo va de culo, xq yo no quiero saber nada de ella. Es másni siquiera me parece guapa. – la verdad es q le parecía preciosa, sobre todo en aquel momento q sus ojos llameaban de furia, pero de ahí a querer casarse con ella…
- ¿Así? – El tono de Evy era tan sereno como amenazador, recordaba mucho al gruñido de un felino antes de lanzarse al ataque. – Pues no decías eso cuando me… -hizo una pausa para buscar la palabra adecuada - Profanabas.
- ¡Profanación! – Volvió a gritar el sacerdote gordo haciendo q Sirius odiara esa palabra tanto como James llego a odiar "secuestro". – Deben casarse ya.
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- Y eso hicimos. Nos casamos. – refunfuñó Sirius, como si le molestara bastante haberse casado, pero sin lograr engañar a nadie. – Pero realmente la gente de ese país esta toda de camisa de fuerza.
- A mi me paso algo parecido con mi 4ª esposa. – Confeso Blaise. – estaba yo tan feliz dándome el lote con una piba super guapa, cuando de pronto aparece el padre armado con una escopeta en una mano y una Biblia en la otra diciendo no sé q de la inocencia de su pequeña hija. Total q al final me tuve q casar con ella, y todo la boda su padre apuntándome a la cabeza con el arma.
- Fue la ceremonia másemotiva en la q he estado. Pero pensaba q con tu 3ª esposa. – Comento Justin pensativo. – O tal vez la 5ª. Yo tb me confundo con haber sido tu padrino.
- ¿Has sido padrino en las 7 bodas de este? – Pregunto Ron con asombro.
- Sí, Ron. Siempre padrino y nunca el novio. Es mi destino. – Justin hizo un gesto trágico.
- No si aquí han sido padrinos todos menos yo. – Suspiro Ron con tristeza.
- No te quejes q yo tampoco lo he sido. – recordó Lupin. – Q aquí este es un acaparador completo.
- No es culpa mía si la gente se queda embobada con mi carisma, mi sonrisa, mi sentido del humor… - Enumeró Sirius.
- Tu modestia. – Concluyo Harry algo másanimado.
- Pues yo creo q Remus tb tiene bastante carisma. Xq para ligarse a una mujer como Ambar en menos de 3 semanas hace falta tener carisma a raudales. – Comento Draco con un gesto de admiración. Todos se le quedaron mirando. - ¿Q le voy a hacer si las pelirrojas me entusiasman? Pero ahora solo tengo ojos para una.
- Sí, pues su carisma hecho a perder una alianza estupenda con los Licos. – dijo Snape en tono mordaz.
- Pero valió la pena. Xq a veces el amor no se puede controlar. – Blaise se quedó un segundo pensativo. - ¿q te parece ese título para nuestra nueva película?
- "El amor no se puede controlar". No esta mal. – concedió Draco, tras unos segundos de meditación. – Pero mejor, "el amor no se puede dominar". – Hizo el cambio de verbo para fastidiar.
- Venga, Rem confiesa. – Le pincho Sirius. - ¿Cuánto tardaste en conquistar a Ambar? ¿3 semanas? ¿2 semanas? ¿1 semana?
- Te lo diré xq sé de sobra q sino no me dejarás en paz. – Remus suspiro antes de admitir. – 7 horas.
- ¿7 HORAS? – preguntaron todos a la vez totalmente alucinados.
- Eres mi ídolo tío. – silbó Draco con admiración.
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Verano de 1996.
Cuartel general de los Licos.
Remus estaba colocando sus cosas en los armarios de aquella ratonera q Romulus le había asignado como habitación y q a él le recordaba al camarote de los hermanos Marx. De pronto, la puerta se abrió y entró la mujer q había visto antes en el laboratorio, Ambar le habían dicho q se llamaba. La mujer miró a su alrededor antes de sentarse en la cama como si fuera su propio cuarto, aunq si era la novia de Romulus todo aquello la pertenecía.
- No has ido a cenar. – acuso la joven después de un segundo de silencio.
- McNair estofado no es mi idea de manjar precisamente. – contestó el sin apartar su atención de su baúl.
- La verdad es q muy bueno no estaba. – admitió ella, q sólo había probado una cucharada y había vomitado hasta su primer biberón. – pero yo quería verte… - Hizo una pausa, buscando las mejores palabras para decirle a un desconocido q quería verle xq había sentido algo muy extraño antes y quería ver si la seguía pasando igual. – Para agradecerte lo q has hecho antes. Evitar q cayera al suelo. Gracias. ¿Q haces? – De pronto Remus se había apartado del baúl y se había acercado a ella y trataba de acariciarla la cara.
- Es una pomada. – Remus le mostró sus manos empapadas de ella. – Te curara ese cardenal tan feo q tienes. – Después con tal delicadeza q Ambar no estaba segura de si la acariciaba la cara o no, empezó a aplicarla la pomada en la cara.
- No pareces mago. – Comento de pronto la joven sin pensar en la oportunidad del comentario.
- ¿Q quieres decir? – Pregunto Remus sin apartar la mirada dorada del feo cardenal q iba desapareciendo al ir actuando la pomada.
- Pues q los magos no se portan como tú. Les da igual q tengas un cardenal o 20. – Se explico Ambar con voz tímida.
- ¿A cuántos magos conoces aparte de Romulus & Licius? – Remus dejo de aplicar pomada y la dejo hacer efecto del todo
- A ninguno. – Confeso Ambar, mientras empezaba a notar un calor en su rostro. – Supongo q no todos sois iguales. – Contempló su imagen en un espejo roto y vio q no había ni rastro del cardenal. – Muchas gracias. Debo irme. – Sin embargo, Ambar no se fue sino q se quedo quieta mirando a Remus con el mismo interés q si fuera una célula al microscopio. - ¿De verdad has estudiado en una escuela de magos?
- Sí. ¿Xq parece interesarte tanto el tema de los magos? – Se extraño Remus, haciendo q una fina línea cruzara su frente. - ¿Eres Squib?
- No, soy Muggle. Creo q es así como llamáis a los q nacemos sin sangre mágica…
- ¿Quieres decir q aparte de ser licántropa no tienes ninguna magia? – Ambar confirmo esto con la cabeza. Ahora fue Remus el q la miro con mucha curiosidad. - ¿Y fuiste a una escuela Muggle?
Así se pusieron a debatir de las diferencias entre la educación mágica y Muggle y sin darse cuenta se hizo de noche cerrada.
- ¡Q tarde es! – Se asombro Ambar. – Ahora tengo q irme, no vaya a ser q Romulus se entere de donde estoy…
- Es muy celoso y posesivo. – Recordó Remus deseando q la chica no tuviera problemas x culpa de aquella conversación.
- No, si lo q le preocupa es q no este en el laboratorio buscando su maldito suero q le "dará el dominio sobre el mundo mágico". – Ambar imito en la última frase el tono de super líder mundial q ponía Romulus cuando hablaba del suero. – Ha sido genial hablar contigo. – Ambar sonrió y se inclino para darle un beso en la mejilla.
Sin embargo, algo paso al hacerlo, ya q Remus movió la cara a la vez q ella para besarla tb en la mejilla, y se encontraron labio con labio. Tras esto ambos se separaron y se quedaron mirando unos segundos como si calibraran cual debía ser su siguiente paso… Y de común acuerdo fue besarse con másfiereza q antes.
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Casi 3 semanas más tarde.
- Tengo q irme. – Anunció Ambar al notar la luz del sol acariciando la parte de su pierna q quedaba fuera de la sábana.
- Quédate un poco más. – Le sugirió Remus, q la tenía abrazada desde atrás, al tiempo q la besaba en el hombro.
- Sabes q no puedo. – Se lamento Ambar mientras se incorporaba lo suficiente como para q la sábana cayera dejando al descubierto su cuerpo pálido. Sus ojos ambarinos no se apartaron de los de dorados de Remus q se había quedado tumbado boca arriba para contemplarla. – Pese a q Romulus no ve nada malo en q pasemos tanto tiempo juntos, es más, me alienta a ello xq piensa q te convenceré para q te unas a su causa, al final sospechará q no lo hago x hacerle un favor a él, como ahora piensa… Y entonces tendremos problemas.
- Lo sé. – Suspiro el licántropo mirando a su compañera, q había empezado a pasar los dedos x el pecho del hombre acostado. – De todas formas eso de q piense q tu puedes atraerme hacia su lado, nos ha dado la excusa perfecta para estar juntos siempre q hemos querido. Pero supongo q no conviene arriesgar demasiado aún.
- Sí. – Repuso la joven q no se había enterado de mucho xq estaba distraída observando como su mano seguía la línea de una cicatriz q discurría x el pecho de Remus. - ¿Cómo te hiciste esta? – Pregunto de pronto.
- Pues un mortifago me lanzo una maldición cortante. Al menos la esquive.
- Ya. ¿Y esta otra?
- Un duende de Cornualles de mal humor. – Explico Remus mirando una pequeña señal circular q casi parecía el pinchazo de una vacuna.
- Pues tu corazón no andaba lejos. – Comento Ambar mirando la cicatriz ceñuda. Luego se inclino sobre ella, como si tratara de borrarla a besos. Eso pensaba Remus pero de pronto…
- ¡Au! – Se quejo el licántropo. – Acabas de morderme.
- Ya. – Repuso ella como si lo normal del mundo fuera morder a alguien en el pecho hasta hacerle sangre. – Es para q a la próxima chica q te pregunte x tu colección de cicatrices tb le puedas decir q te enfrentaste a una licántropa sádica. Tenías un hueco en tu Curriculum pectoral…
- Eres una pequeña sádica. – Acuso Remus al instante, antes de tomarla en brazos hacerla quedar de espaldas a la cama y besarla pese a las protestas sin mucho ímpetu de ella recordándole q tenía q irse.
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17 de julio de 1998.
Mientras se ponía la ropa para ir al Tribunal, Remus no paraba de acordarse de Ambar y de aquella mañana. Al día siguiente fue cuando los descubrieron y pese a lo mucho q había investigado no había vuelto a saber de ella. Los rumores indicaban a alguien con una cuenta pendiente mato a Romulus y asumió el mando de los Licos formando un poderoso ejército, y a él le gustaría pensar q era Ambar xq eso significaría q estaba viva.
Antes de abrocharse la camisa, se acarició la cicatriz q le habían dejado los afilados dientes de la licántropa. Estuvo un rato así.
Luego se vistió del todo. Tenía q llegar pronto a la vista de Draco Malfoy.
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Ese mismo día en otro lugar.
- Ambar, ya te lo he dicho mil veces. No voy a ir. – Para remarcar sus palabras, Draco se cruzó de brazos en medio del salón del hotel donde Ambar tenía su cuartel general, y amenazó con atarse a la cama como medida de protesta. (NdA: Me parece muy buena idea.)
- ¿Y q piensas hacer? ¿Tomar un avión y largarte a un lugar exótico donde el Ministerio de Magia no te alcance jamás? – pregunto Ambar observándolo desde el espejo donde se cambiaba x 7ª vez de peinado. Ahora se hacía una coleta baja. - ¿Q te parece este?
- Tanto el peinado como la idea es buena. Esa coleta te da una imagen muy de… Mel Rose Place. – Repuso Draco empezando a revisar su pasaporte. – Creo q me iré a las Islas Caimán. O tal vez a Belice. O mejor aún: al Tíbet. Allí purificaré mi alma.
- ¿Mel Rose Place? ¡Q horror! No quiero q esos entes aburridos del ministerio piensen q me he escapado de semejante puterío. – Dijo Ambar mientras se deshacía la coleta y tomaba una pinza de pelo para hacerse un moño. – No creo q lo de la huida sea buena idea. Para empezar eres demasiado pálido para ir a los 2 primeros lugares y lo del Tíbet… ¿Sabes q la purificación del alma implica la del cuerpo?
- ¿Y q? Un poco de dieta nunca viene mal. – Contestó Draco, metiendo ropa de escalada en la maleta.
- No es solo dieta de comida. Tb es dieta sexual. – Ambar se volvió para ver el efecto q sus palabras habían causado en el muchacho, y vio q había acertado: El chico dejo de meter cosas en la maleta. Reprimiendo la sonrisa, Ambar prosiguió. - X no decir q te raparán el pelo al cero. – De nuevo Draco actuó como ella quería: se llevo su mano al pelo rubio platino protectoramente. – Y siempre vivirás con el miedo de q un día habrás la puerta de tu casa y te encuentres a un grupo de aurores dispuesto a detenerte vivo o muerto. – Y ella sabía mucho de ese temor.
- Esta bien. Me has convencido. Iré a mi vista. – Suspiro Draco dándose x vencido.
- Bien. Q te parece el pelo así. – Esta vez se había recogido la parte delantera del pelo mientras q el resto caía suelto hasta media espalda.
- Bien. Me recuerdas a un personaje de la Casa de la Pradera.- La verdad es q a Draco le gustaban tanto las pelirrojas de cualquier tono, q encontraba a Ambar guapa de cualquier manera.
- ¡Lo q me faltaba! Q piensen q soy una paleta de pueblo. – Contestó Ambar volviendo a soltarse el pelo.
- X curiosidad: ¿Te estás arreglando tanto xq vas al tribunal o xq Lupin andará x allí y quieres estar guapa para la ocasión?
- Para el tribunal. X supuestísimo. – Replico Ambar mirando su imagen en el espejo con ojo crítico y asegurándose q el maquillaje cubriera las líneas de expresión.
- X supuestísimo q te creo. – Informo Draco, con un tono q indicaba lo contrario.
- Voy a dejar el pelo para luego. – Anunció Ambar después de mucho pensar. – Ahora dime q traje me va mejor: negro, blanco o gris perla.
Draco suspiro y se dejo caer en el sillón. Aquello iba para largo.
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Después de la vista los 2 licántropos se quedaron mirando unos minutos, como si no pudieran creer estar de nuevo uno delante del otro.
- Estás preciosa. – Dijo Remus de pronto acariciando el pelo suelto de Ambar. (Al final, x sugerencia de Draco, había llamado a la peluquera del hotel y se había alisado el pelo peinando las puntas hacia fuera.)
- Gracias. Aunq me he puesto lo primero q he pillado. – Aseguro ella, haciendo q Draco q pasaba x allí con un vaso de hielo en el ojo, q Blaise se lo había puesto morado, pusiera el ojo sano en blanco.
Después d eso vino otro silencio, pero este fue máscorto q el anterior, ya q ambos decidieron dejarse de frivolidades e ir al grano. Es decir, a besarse con todas sus ganas y como si les fuera la vida en ello.
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- Lo complicado no fue acostarme con Ambar. Lo complicado fue casarme con ella. – Aclaro Remus regresando de sus recuerdos.
- Pues esas son las mejores. Las q cuesta q se casen contigo. – Comento Blaise con aires de profesional.
- Hablo el experto. – Ataco Ron.
- Debería daros vergüenza. – Intervino de pronto Snape mirando a Remus & Sirius. – Pervertir así a la juventud contando vuestras depravadas historias sexuales.
- Es curioso Snapy. – Comento Sirius tras mirar a su enemigo de una manera muy poco agradable. – Xq pese a q nuestras historias no son paradigmas de fidelidad. Nuestras actuales parejas puede q estuvieran prometidas, fueran novias o amantes de algún indeseable. Pero no estaban casadas.
- Cierto. – Confirmo Remus. – Y desde luego no eran nuestras psiquiatras.
- Eso fue x tu culpa Lupin. – Acuso Snape rápidamente. – Tuya y de esos 2. – Señaló a Blaise y Justin q se partían de risa solo de recordarlo. – Y no olvidemos a la hija de este. – Señaló a Sirius.
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Año 2002.
Lugar: restaurante de comida rápida de Budapest.
- Esta comida es asquerosa. – gruño Snape. – Todo es culpa de Lupin.
- ¡Otra vez no! – exclamaron Hermi, Blaise y Justin q estaban en la mesa con él lanzando sus comidas sobre la bandeja.
- Jefe, no puede culpar a Lupin de todos sus problemas. – Señaló Blaise.
- No le culpo de todos mis problemas. – Se defendió Snape.
- No, sólo de q tu bolsa de cacahuetes estuviera caducada, q el taxista te cobrara un montón x la carrera, q la bolsa de keptchu te explotara en la cara… - Enumeró Hermi. – esto no puede seguir así. Es repetitivo y molesto.
- Cierto, haznos un favor a todos… – Propuso Justin.
- Justin, ya te dije q no soy gay… - Le aclaro Snape con tono poco agradable q indicaba q no le iba a hacer esa clase de favor.
- Justin se refiere a q nos hagas un favor y q vayas al psiquiatra. – Explico Hermi con tono paciente. – La nuestra es muy buena.
- No pienso ir a vuestra psiquiatra. Una mujer q esta casada con Lochkart debería de estar con camisa de fuerza y no evaluando la capacidad mental de los demás. – Sentenció Snape reclinándose en la silla, y cruzando sus brazos en actitud desafiante.
- Pues es muy buena psiquiatra. – La defendió Justin. - Me ha ayudado a través de terapia familiar a q mis padre superaran q yo sea gay.
- Y a mí me ayuda un montón con todos mis sentimientos de culpabilidad. – Aportó Hermi.
- Y yo gracias a ella hace un montón de días q no me caso con nadie. – Blaise hizo la V de victoria con los dedos. – Es q mi problema es q soy generoso y no sé decirle q no a una chica guapa, ¿Xq destrozar su dulce y puro corazón?
Todos ¬¬
- No me miréis así q es verdad. – Pidió el moreno.
- Esta bien, iré al psiquiatra cuando volvamos. – Snape solo lo decía para q se callaran xq no pensaba ir ni atado.- Cambiando de tema: Blaise & Hermi. ¡Q bien lo hicisteis anoche!
- ¿Q? – Preguntaron los 2 aludidos a la vez. Aunq en lo q pensaban era en como se había enterado Snape de q anoche se habían enrollado, y lo q era mássorprendente: q no pusiera el grito en el cielo ya q el no apoyaba para nada los rollos entre compañeros de trabajo.
- ¿Cómo q el q? ¿Pues q va a ser? Capturar a al idiota integral anoche. – Explico Snape. Los 2 jóvenes se vieron bastante aliviados. – Fue un gran trabajo.
- Gracias. – repusieron los 2 ocultando el alivio. Mientras Justin les miraba divertidos como si supiera la manera en q anoche pusieron a prueba la resistencia de la cama.
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Al final esos 3 lo habían conseguido: Snape estaba en el psiquiatra. ¡Todo era culpa de Lupin! En vista de q no iba x su propio pie, sus pupilos habían hablado con el Jefe de Seguridad mágica q le había ordenado someterse a una revisión psicológica "opcional". Vamos q solo la tenía q hacer si quería conservar su empleo. Ya era la cuarta sesión.
El caso es q llevaba allí un buen rato, ya q el terapeuta se retrasaba. Una de las cosas q másodiaba Snape era la impuntualidad… Pero estando casada con Lochkart seguro q pasaba tanto tiempo como él frente al espejo. Para entretenerse Snape, tomo una bola de metal de un oscilador armónico y la lanzó contra las otras 4 haciendo q empezara a oscilar el sistema… Llevaba ahí un rato fascinado con el invento cuando se abrió la puerta y un torbellino furioso entró en la habitación secándose el pelo con una toalla y soltando veneno x la boca contra lo q parecía ser un idiota integral.
- ¡Ah! ¡Joder! ¡Me has asustado! – Doris le miro como si no recordara xq estaba allí. – Espera, teníamos cita a las 10.
- Pues sí. – Confirmo Snape. – Llegas tarde.
- Lo siento. Es q mi marido es idiota de remate y hemos peleado xq me ha acusado de gastar su champú especial para dar volumen al pelo. – Confesó la mujer lanzando el abrigo contra el perchero, haciendo q el perchero terminara en el suelo.
- ¿Y desde cuando vienes notando q tu marido es idiota? – Pregunto Snape, mientras tomaba una libreta y se disponía a tomar notas.
- Pues casi desde el principio del matrimonio. – repuso Doris, q sin darse cuenta se sentó en el diván. – Aunq en aquella época pensaba q era consecuencia de la maldición de borrar la memoria q salió mal x hacerla con una varita rota, pero al pasar el tiempo e ir mejorando me he dado cuenta de q él era así de natural.
- ¿Y q sentimientos te provoca dicho descubrimiento? – Pregunto Snape con tono profesional, mientras lamentaba no tener unas gafas q le dieran un aire intelectual.
- Pues… ¡Severus! – Doris se levanto de pronto del diván y arrancando la libreta de las manos de Snape, q la miraba burlón. – Olvidas q estamos aquí para hablar de tus problemas, no de los míos.
- ¿Entonces tu marido te supone un problema? – Pregunto él sin inmutarse demasiado.
- ¡No! – Repuso ella sin mucha convicción tras una pausa.
- Entonces xq has dicho q no querías hablar de tus problemas. – Snape empezó a negar con la cabeza. – Es obvio q tratas de negar la realidad.
- ¿Y según tú cuál es la realidad? – Se encaró ella cruzándose de brazos.
- Tu matrimonio se va a pique. Es normal. 3 de cada 4 matrimonios acaban en divorcio. ¡Q se lo pregunten a Blaise!
- Mi matrimonio va estupendamente. Ahora vamos con tu sesión. – Doris le hizo un gesto para q abandonara su silla y fuera al diván. Pero Snape no se movió.
- Creo q deberías dejarte de idioteces, pasar de tu marido y liarte con el primer hombre de pasado turbulento y aire misterioso q se cruce en tu camino. Ese es mi consejo profesional. – Esta vez si q se levanto y fue a su diván. Cuando se sentó vio q Doris le miraba con una expresión extraña.
- Cuándo dices lo del hombre de pasado turbulento y demás, ¿te refieres a ti mismo? Xq tu no me pareces una gran opción, dado q no eres capaz de entregarte a nadie totalmente x no hablar de q tiendes a culpar a otros de tus problemas y creo q no has sido fiel en tu vida…
- ¡Eso es injusto! Cuando estoy totalmente enamorado, soy totalmente fiel.
- ¿Y ahora estás enamorado? – logró preguntar Doris con un hilo de voz.
- Puede… - Repuso Snape sin mojarse demasiado.
- Pero… ¿estás loco? Soy tu psiquiatra, x no decir q una mujer casada no puedes estar enamorado de mi.
- ¿Y quién ha dicho q estoy enamorado de ti? – Pregunto Snape con tono misterioso. – Pasemos a la terapia. Hice el libro de pensamientos positivos q me pediste. – Le mostró un cuaderno, con aires de colegial orgulloso de sus deberes.
Ella le miro molesta, pero luego volvió a la terapia sin decir ni media palabra sobre el tema. Aunq estaba q dispuesta a averiguar quién era la misteriosa mujer q le había robado el corazón a su paciente…
--
6 meses más tarde.
- Seguimos sin pistas de Bellatrix. Esto es frustrante. – Se quejó Blaise, tras leer el último informe q habían recibido de los aurores y lanzando dicho informe contra la mesa.
- Sí, esa gente falla másq el oráculo del tiempo. – Le apoyo Hermi pese a q no había leído el informe, ya q la noche anterior salió de juerga y llevaba puestas unas gafas de sol xq la luz la hacía daño a los ojos. (Eso q estaban en casa de Snape q se alumbraba con 4 velas mal puestas.) Además la chica se había enchufado a un termo de café x vía intravenosa.
- Si no fuera x nosotros se comerían los mocos para pasar el rato. – Comento Justin, sin abandonar sus posturas de meditación. – Luna se retrasa.
- Sí. Supongo q le habrá cortado el rabo a un gato o algo así. – Dijo Blaise sin importarle mucho.
Entonces se fijaron q Snape no se había quejado aún de la impuntualidad de Luna, no había culpado a Lupin de los malos informes, no le había ordenado a Justin q quitara los pies de su mesa, ni regañado a Hermi x salir un lunes hasta las mil de la noche, ni siquiera se burlo de Blaise x su nuevo divorcio, el 6º.
Es más, el hombre se dedicaba a regar las plantas silbando la canción de Pokemón.
- Severus. – Pregunto Hermi en tono tan asustado q el aludido dejo de silbar y se volvió para mirarla. - ¿Estás bien?
- Hermi. Hermi. Mi dulce Hermi. Estoy muy bien. Muy feliz. – Aclaro Snape con una sonrisa encantadora de Teletubbie psicópata.- La vida es tan maravillosa.
- ¿Eh? - atino a decir la chica, q de la impresión se quito las gafas de sol.
- ¿Os he dicho últimamente lo orgulloso q estoy de vosotros 3? – Pregunto Snape llegando hasta la mesa y abarcando a los 2 chicos en un abrazo. – Sois como hijos para mi. Casi q os quiero y todo.
- ¿Quién eres y q has hecho con nuestro jefe? – Pregunto Blaise rápidamente alejándose del abrazo.
- ¡Ya lo tengo! – Salto Justin llegando al meollo del misterio. – Creo q Doris le ha dado a este algo q no nos ha dado a nosotros. – Hizo una pausa infinitesimal pero q a Snape le pareció eterna. – Prozac.
- Sí es eso. – Confeso Snape.
- ¿Sí? – Pregunto Blaise mirando fijamente al cuello de su jefe. - ¿Y ese cardenal en el cuello? Creo q nuestro jefe vive una aventura sexual y x eso ha mejorado su humor.
- ¡Q aventura ni q 8 cuartos! Me mordí al afeitarme. – Explico Snape. Luego tarareando una canción sobre una abeja nacida bajo el sol en un país multicolor se fue a regar un geranio q tenía en la terraza.
- Me da q Blaise tiene razón. – Admitió Hermi volviéndose a poner las gafas de sol. – Snape, al fin, tiene una aventura sexual. Dan ganas de dar una fiesta para celebrarlo. Yo ya pensaba q era asexual.
- ¿Cómo puedes quedarte tan tranquila? – Pregunto Justin escandalizado. – Tenemos q averiguar quién es ella. No podemos permitir q nuestro jefe salga con una pelandrusca de medio pelo.
- ¡Q buena excusa! Je, je. Me mordí afeitándome. - Aplaudió Blaise. – Esa me la apunto.
- ¡Blaise! Haz el favor de concentrarte. – Ordenó Hermi.
- Me gusta cuando te pones en plan dominante. – Blaise le guiñó un ojo, y la morena termino x sonreír.
- Dejar de tontear pareja. – Intervino Justin. – Tenemos q hacer una lista de las candidatas másprobables.
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- No tenéis ni idea de la cantidad de quinielas q hicimos. – Concluyó Justin. – Y al final no nos enteramos de quién era hasta q volvimos de Madrid y Hermi encontró a Lochkart en casa de Snape diciendo algo de q dejara en paz a su esposa.
- Pues la verdad es q estaba bastante clarito. – Dijo Ron con tono inocente.
- Seguro q tu Weasly lo hubieras adivinado a la primera. – Le pinchó Draco.
- ¿Quién iba a decir q Snapy resultaría ser un Casanova de manicomio? – Comento Sirius con tono mordaz.
- Perdona q el único Casanova q hay aquí es Zabini. – Recordó Snape. – Q él se ha casado 7 veces.
- Oye una duda q siempre he tenido. – Intervino Harry. - ¿Q es lo q hace q te divorcies de todas tus esposas? Es q como ya voy x el segundo matrimonio, me da miedo seguir tus pasos.
- Pues es una buena pregunta, pequeño saltamontes. Repasemos a la primera, Lesly…
- Lucía. – Corrigió Justin.
- Era tenista. Bastante buena. Tenía un par de buenas… boleas. Pero tb tenía la manía de acostarse con calcetines blancos. Se los dejaba hasta para el sexo. Era bastante irritante. Sobre todo xq eran los de entrenar y apestaban como nadie sabe. Me divorcie de ella x conducta violenta.
- Sí. – Confirmo Snape. – cuando le pillo dándose el lote con su hermana Eva, le lanzo la raqueta a la cabeza.
- Mi segunda esposa Ada… - Continuo Blaise, sin escuchar a Snape.
- Ana. – Corrigió Justin de nuevo.
- Esa, Ana. Era la hija del predicador q os conté antes. Me divorcié de ella x inestabilidad mental congénita. Quería q me levantara todos los días a las 6 de la mañana para ir a la Iglesia. Si eso no es estar loca… Mi 3ª esposa se llamaba Rebeca.
- Rubí. – corrigieron Snape & Justin a la vez.
- ¿La heroinómana? – Pregunto Sirius, ya q Hermi solía sacar esa esposa a relucir cuando se mencionaba el tema de las malas decisiones de Blaise.
- Pues sí, la chica tenía un pequeño problema con las drogas. – Explico Blaise. – Al principio me decía q era insulina. Pero con ella me porte super bien. La pagué la rehabilitación… Y cuando salió dijo q quería dejar su pasado totalmente atrás. Y claro eso me incluía a mi. Fue así como conocí a Sara.
- Sofía. – Corrigió de nuevo Justin.
- Eso. Ella era una de las enfermeras del centro. Me vio tan desconsolado cuando Rubí me dejo q se avino a consolarme. Me divorcié de ella xq le gustaba traerse el trabajo a casa.
- Bueno, pero eso no es para tanto. Ambar tb se lo trae a veces. – Comento Lupin.
- Ya pero es q en verdad era prostituta. – Explico Snape sin parar de reír.
- Sí, es q con ser enfermera no la llegaba. – Blaise hizo un gesto de q no quería entrar mucho en el tema. – Y llegamos a Casandra.
- Carolina. – Rectificó Justin. – La artista bisexual.
- Sí la chica tenía un pequeño problema con la fidelidad. – Concedió Blaise. – Hermi y ella se hicieron íntimas. Salían juntas casi todas las noches. Nunca quise entrar mucho en el grado de intimidad, pero el día q ella me propuso hacer un trío, ella, yo y Hermi. Ahí ya pensé q se era demasiado hasta para mí.
- De verdad, dejo sola a Hermi con vosotros unos añitos de nada y de q manera me la pervertís. – Ron entorno los ojos azules y los paseó x las caras de Snape, Blaise y Justin.
- En defensa de mi prima. – Intervino Draco. – debo decir q tiene mejor gusto para las mujeres q para los hombres. Xq teníais q haber visto a la camarera q se nos presento el otro día. Una pelirroja con mechas castañas espectacular. Yo he visto pocas chicas tan guapas como esa. Y tenía pinta de ser másflexible q una goma elástica y… - Draco se interrumpió de pronto al ver q Blaise, Ron y Sirius le miraban como si fueran a saltar a descuartizarle de un momento a otro.
- Mejor calla Draco. – le aconsejó Remus. – Q Ambar te tiene cariño y te extrañaría mucho.
- ¡Harry! ¿Cómo me has podido hacer esto? – Sollozó Ron de pronto.
- ¿El q? – Pregunto el aludido confuso.
- Casarte ahora q Giny esta medio convencida para dejar a Draco. – Explico el pelirrojo.
- Primera noticia. – Comento Draco sorprendido.
- ¿Ya has logrado desencajar su lengua del fondo del estómago del rubio? – Pregunto Snape con toda su mala leche.
- No. – Respondió Ron, con tono de niño ofendido. – Pero ya va hacia el buen camino.
- X cierto, ¿Dónde esta mi primera esposa? – Pregunto Harry.
- Ha ido con Doris a casa de su madre a intentar arreglar los daños ocasionados ayer. – Explico Draco. – Eso me recuerda… ¿No se supone q tu, Weasly, estás cuidando a tus sobrinas?
- Sí, están abajo con Persefone. – Ron se sentía orgulloso de lo responsable q le parecía eso.
- ¿Q? – Preguntaron todos los hombres poniéndose de pie de un brinco. Era normal las 2 niñas estaba resultando ser una versión femenina de los pequeños James & Sirius, y Persefone no ejercía el menor control sobre ellas, sino q al contrario.
Todos bajaron corriendo, (menos Ron, q no entendía xq ese alboroto) y se encontraron con q las niñas había convertido la planta baja de la casa de Sirius en una mezcla entre las cuevas de Altamira y las pirámides de Egipto, tanto x la extensión del trabajo como x los estilos artísticos.
- Muy mal, Clío. – Le decía Persefone a la pequeña cuando todos encontraron a las culpables y se sorprendieron de q Persefone las regañaran. – Ese león no esta bien dibujado. Pon un poco de pintura roja en los colmillos para q sea másrealista.
- Ni se te ocurra. – Intervino Sirius. – Clío & Persefone soltad esa pintura y alejaros despacio.
- ¡Y tú Lily! – La aludida dejo el sigiloso avance al oír a su padre furioso, y se volvió con expresión cautelosa en la cara. - ¿Q tienes q decir en tu defensa?
- Eh. – La chica se quedo un momento con expresión pensativa antes de hacer un gesto q abarcaba las paredes y decir. - ¿No es increíble todo lo q puede tener dentro un lápiz?
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Eso digo yo. Bueno, lo q yo digo es bien: ¿No es increíble todo lo q puede tener dentro un diskette? Y eso q este parecía ir a petar en cualquier momento, pero ha resistido. Estoy orgullosa de él.
Q sí, chicas, q este es el final. Espero q os haya gustado, y quería agradecer a todas las personas q han leído el fict, y sobre todo a las q me dejasteis mensajes casi al principio, cuando amenazaba con dejar de escribirlo sino lo leía nadie, (q tiempos aquellos.) Pues allá van esas personas:Loraine Poter, SeerlenaEd, Dimebonitareina, Lila, Sara Melis, Azkaban, Ginny84, Andy-Wm, Susanh, Lady Vega, Tisha Ryddle (Te me has cambiado el nombre, ¿eh?) AnyT Granchester, Gin-ynia.
Y ahora dejemos de lado las emotividades y hablemos un poco del presente, si me queréis seguir leyendo por aquí, tenéis tres ficts míos: La profecía, de la época de los merodeadores, aunque no tiene que ver con la famosa profecía;un nuevo capítulo del Arte de Vengarte, mi macro fict de los Merodeadores. Y si me extrañáis mucho desde ya, esta "Viajes en el tiempo" Mi Fict compartido con mi amiguita Lorien y corregido x la loca de Tana, q es la caña. (El fict. No nosotras. Bueno, nosotras tb.)
Pero a vosotras/os ni se os ocurra olvidaros de mi, q pronto vuelvo a la carga con humor y másmala leche q nunca. Xq a fin de cuentas a veces hay q evadirse de la cruel realidad…
Muchos besos.
(Carla hace una profunda reverencia)
Y hasta pronto.
CarlaGrey.
Orgullosa Lupina.
Miembro de la Orden Siriusana.
Administradora adjunta de un foro de Fict en construcción.
Y persona q no aguanta las despedidas. ¿Dónde esta el maldito pañuelo?
