Un nuevo espíritu, la condenación eterna.
El barón sanguinario le acariciaba el cabello a Severus.
-¿Por qué Severus, dime por qué? –los dos flotaban a escasos centímetros del suelo.
-No me pregunte, por favor-Severus escondió la cara en el regazo del barón y lloraba silenciosamente.
-¡Has cometido una gran estupidez! –lo vio a la cara –Tendré que ir por Albus Dumbledore –Severus le suplicó que no lo hiciera, pero el barón salió del cuarto, advirtiéndole a Severus que si no quería hacer más grande eso que se quedara en el cuarto.
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Albus corría detrás del barón sanguinario y era seguido por Mc Gonagall. Llegaron a las mazmorras y el director empujó la puerta de la habitación del profesor de pociones.
-¡Severus! –el espíritu volteó lentamente, mientras estaba sentado en el aire, cerca de la cama. Mc Gonagall se tapó la cara y dio un grito.
-Esto... -el director sentía un nudo en la garganta –fue una gran estupidez, Severus, eras mi niño y tú lo sabías. Ahora mírate: te has condenado a ser un espíritu –Albus se acercó al cuerpo muerto, al cual Minerva lloraba –Los alumnos están en Hogwarts, Severus, ¿Qué crees que deba decirles? ¿Su profesor de pociones ha optado como un imbécil la salida fácil? ¿Sabes que pasará si ven tu cuerpo cubierto con la sábana blanca?. Si tenías un problema, debiste acudir a mi, Severus; yo te quería y cualquiera de nosotros te hubiéramos apoyado –Miraba fijamente al fantasma.
-Severus –por fin Mc Gonagall habló –Dinos ¿Cómo le diremos a los de Slytherin, que su jefe de casa se ha suicidado y que ahora es un espíritu -Severus agachó la cabeza, mientras las lágrimas le fluían copiosamente.
-De nada te sirve llorar –Albus estaba muy enojado, furioso más bien dicho y triste, desilusionado –Minerva, ve por Filch y los demás profesores; será necesario que ellos se enteren de lo sucedido –Mc Gonagall se limpió las lágrimas y salió del cuarto.
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Todos los alumnos escucharon varios pasos que corrían y salieron a investigar, mientras los profesores se dirigían corriendo a las mazmorras.
-¿Qué ha ocurrido? –todos frenan estupefactos al ver el cuerpo del profesor de pociones.
-Profesor Dumbledore que... -Poppy no podía creer lo que veía.
-Pregúntenselo a Severus –les señaló hacia un lado y los profesores vieron al espíritu de Severus flotando sobre sus cabezas.
-¡Severus hazme el favor de explicar esto! –gritó Filch - ¡Acaso estabas pendejo! –Severus no había dejado de llorar, mientras que los labios y ojos del conserje temblaban.
-Filch, Hagrid, llamen ala ministerio de magia. Tienen que venir por el cuerpo –Ambos asienten y para su mala suerte, varios alumnos estaban en el pasillo principal.
-A un la do muchachos, aquí no ha pasado nada. Vuelvan sus torres –por suerte los de Slytherin regresaron a sus dormitorios pasando por la habitación del profesor Snape y sin saber que había sucedido dentro.
-Severus –Albus de dirige al espíritu -, serpa mejor que te subas de inmediato a mi despacho, tengo que hablar seriamente contigo, pero ahora creo que tengo que darles la noticia a los de tu grupo.
Severus asintió y se fue volando, seguido por el barón sanguinario y Nick casi decapitado.
-Los suicidas están condenados a vagar por la tierra por toda la eternidad –Nick y el barón se adelantaron sin percatarse que Severus se quedo estático unos centímetros detrás ellos.
-¿Qué te ocurre? –Nick dio marcha atrás, al percatarse que Severus ya no volaba con ellos.
-No, no –de nuevo las lágrimas lo traicionaron.
-Severus, tú elegiste esto, y ahora pagas el precio el cual es muy caro.
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Continuará...
El barón sanguinario le acariciaba el cabello a Severus.
-¿Por qué Severus, dime por qué? –los dos flotaban a escasos centímetros del suelo.
-No me pregunte, por favor-Severus escondió la cara en el regazo del barón y lloraba silenciosamente.
-¡Has cometido una gran estupidez! –lo vio a la cara –Tendré que ir por Albus Dumbledore –Severus le suplicó que no lo hiciera, pero el barón salió del cuarto, advirtiéndole a Severus que si no quería hacer más grande eso que se quedara en el cuarto.
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Albus corría detrás del barón sanguinario y era seguido por Mc Gonagall. Llegaron a las mazmorras y el director empujó la puerta de la habitación del profesor de pociones.
-¡Severus! –el espíritu volteó lentamente, mientras estaba sentado en el aire, cerca de la cama. Mc Gonagall se tapó la cara y dio un grito.
-Esto... -el director sentía un nudo en la garganta –fue una gran estupidez, Severus, eras mi niño y tú lo sabías. Ahora mírate: te has condenado a ser un espíritu –Albus se acercó al cuerpo muerto, al cual Minerva lloraba –Los alumnos están en Hogwarts, Severus, ¿Qué crees que deba decirles? ¿Su profesor de pociones ha optado como un imbécil la salida fácil? ¿Sabes que pasará si ven tu cuerpo cubierto con la sábana blanca?. Si tenías un problema, debiste acudir a mi, Severus; yo te quería y cualquiera de nosotros te hubiéramos apoyado –Miraba fijamente al fantasma.
-Severus –por fin Mc Gonagall habló –Dinos ¿Cómo le diremos a los de Slytherin, que su jefe de casa se ha suicidado y que ahora es un espíritu -Severus agachó la cabeza, mientras las lágrimas le fluían copiosamente.
-De nada te sirve llorar –Albus estaba muy enojado, furioso más bien dicho y triste, desilusionado –Minerva, ve por Filch y los demás profesores; será necesario que ellos se enteren de lo sucedido –Mc Gonagall se limpió las lágrimas y salió del cuarto.
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Todos los alumnos escucharon varios pasos que corrían y salieron a investigar, mientras los profesores se dirigían corriendo a las mazmorras.
-¿Qué ha ocurrido? –todos frenan estupefactos al ver el cuerpo del profesor de pociones.
-Profesor Dumbledore que... -Poppy no podía creer lo que veía.
-Pregúntenselo a Severus –les señaló hacia un lado y los profesores vieron al espíritu de Severus flotando sobre sus cabezas.
-¡Severus hazme el favor de explicar esto! –gritó Filch - ¡Acaso estabas pendejo! –Severus no había dejado de llorar, mientras que los labios y ojos del conserje temblaban.
-Filch, Hagrid, llamen ala ministerio de magia. Tienen que venir por el cuerpo –Ambos asienten y para su mala suerte, varios alumnos estaban en el pasillo principal.
-A un la do muchachos, aquí no ha pasado nada. Vuelvan sus torres –por suerte los de Slytherin regresaron a sus dormitorios pasando por la habitación del profesor Snape y sin saber que había sucedido dentro.
-Severus –Albus de dirige al espíritu -, serpa mejor que te subas de inmediato a mi despacho, tengo que hablar seriamente contigo, pero ahora creo que tengo que darles la noticia a los de tu grupo.
Severus asintió y se fue volando, seguido por el barón sanguinario y Nick casi decapitado.
-Los suicidas están condenados a vagar por la tierra por toda la eternidad –Nick y el barón se adelantaron sin percatarse que Severus se quedo estático unos centímetros detrás ellos.
-¿Qué te ocurre? –Nick dio marcha atrás, al percatarse que Severus ya no volaba con ellos.
-No, no –de nuevo las lágrimas lo traicionaron.
-Severus, tú elegiste esto, y ahora pagas el precio el cual es muy caro.
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Continuará...
