Beyblade
Genero: Yaoi.
Pairings: KaixRei, TakxMax
Disclaimers: No poseo ni a los chicos ni a la serie...pero la historia si es mia
Warnings: Angst, (mucho!) Drama, mmm...esperanza, quizas el anhelo...y...lo demas me lo reservo.
Dedicatoria: Carmen Camil por su paciencia, su entusiasmo y su labor de ayuda para conmigo. Sandy, por su alegría y su forma dulce de ser. Kirisu Hiya por volver a escribir, y todos aquellos que me han apoyado en las demas hisotrias, gracias.
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UNMEI NO KAI KOKORO
Se dice, que más allá del horizonte lejano, donde la mirada se pierde, donde los rayos del sol tocan tierra al amanecer y desaparecen el anochecer...el breve instante en que los colores rojizos se crean en la lejanía pintando con suavidad y maestría el pincel divino, solo en ese segundo, la brisa y el alma son capaces de abrir la puerta que cruza más allá de los sueños...donde el anhelo se vuelve realidad...y donde la muerte no vence el espacio...
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Cerró el libro, cuanto llevaba de esa misma forma?, cuánto?...
No lo sabía, ya no contaba, solo observaba pasar los días en el calendario vacío que representaba su existencia llena de ufanías y cotidianeidad...el manto luctuoso se había vestido hacia casi cinco años...cuando aquel día le había sido arrebatado de los brazos, la única felicidad que hubiese podido conocer si tan solo el anhelo se hubiese cumplido...
Pero aquel 'hubiera' ahora carecía del sentido estricto que la palabra simple representara, ahora simplemente no existía...
No había mañanas en las que el sol representara un objetivo, no había noches en las cuales los poetas entintaran la luna en sus escritos llenos de anhelante pasión sobre el objeto amado o deseado. No había verdes campos donde el pintor realista descargara su pincel al lienzo bajo la escasa luz del atardecer, queriendo captar la magia que se desvanecía lejos de sus ojos y su mirada.
No había color...
No había canto de los pajaros que en su jolgorio anunciaban la llegada del día en el cual su ansiedad fuese depositada con alegría, no había olas que volcaran sobre la cálida borrando las pisadas de aquellos que con entusiasmo habían caminado con sonrisas fulgurantes. No había el sonido del viento susurrante que después de recorrer tantos lugares, lleva secretos a los oídos de aquellos que desean escuchar más allá de las palabras.
No había sonidos...
No existía la risa del corazón que, feliz por un encuentro lejano, había resurgido para deleitarse con la presencia de aquel que había significado algo. No había miradas que escondieran luego, el gesto contrariado al sentirse apenado por el comentario insinuante de algún representante sarcástico. No había respuestas preguntas ansiosas y respuestas vagas de situaciones inoportunas que levantaran en los rostros el dulce sonrojo de quien se siente enamorado...
No había alegría...
El auto avanzaba a través de la continuidad de la avenida que se había vuelto, un espacio más en aquel mundo carente de color, sonidos y alegría...un lugar más en el gris firmamento que se extendía monótono frente a sus ojos, aunque siempre había sido de esa forma...después de haberle conocido, después que sus manos abandonaron aquella esperanza, el alrededor y el vivir se habían vuelto una escena más de aquella película repetitiva que representaba la vida mecánica, el aire gélido de la mirada que segundo a segundo ahogaba el deseo de existir...pues ello carece de sentido.
La oscuridad de la noche tragó la secuencia del viaje que aún se posaba frente a sus ojos, el paisaje completamente carente de vida y las lámparas de la carretera esforzándose en iluminar un camino que solo tragará su alma tarde o temprano, y que a pesar de todo...sigue conservándose en pie, con carácter firme y mirada soberbia.
A lo largo de ese tiempo el ir y venir de cada día había formado parte de aquel círculo vicioso en el cual se desenvolvía, la mirada clavada sobre la manecilla del reloj infama que parecía disfrutar pasar el tiempo minuto a minuto más lento que el siguiente, degustando la agonía de aquel que, harto de seres ufanos, había terminado dentro del más prominente.
"Joven Hiwatari" aquella voz solemne que últimamente le había enfermado de solo escucharla, se había hecho presente una vez más sobre sus oídos, hartos de los artificios y la calamidad de la hipocresía, enviaban el gesto de desagrado a su rostro "Hemos llegado"
Tiempo de bajar del auto que había representado su recorrido al menos 5 horas de camino, luego de bajar del avión que le había llevado, desde Rusia hasta Japón...la actual residencia donde hacía tres años se había mudado algunos de los que años atrás había considerado parte de su vida, cuando a pesar de toda la frialdad y sus gestos llenos de malicia, donde a pesar de su despotismo, había encontrado un pequeño lugar en el cual encajaba, un pequeño grupo que ahora podía llamar 'amigos'.
"Dandefer" el chofer realizo una reverencia al momento de abrir la puertezuela del auto en la cual, la figura del joven alrededor de los 24 años, finalmente salía de la oscuridad "Estaciona el auto y piérdete en algún hotel, no quiero verte, y menos escucharte" expresó con completo fastidio, le repugnaba la idea de tener que seguir escuchándole "cuando te necesite te llamaré" caminó fuera de la vista del chofer, que tras asentir subió al auto. Nadie mejor que él, sabía cuanto odio le tenia aquel sujeto, que si no fuera por la vigilancia, le habría degollado hacia mucho tiempo.
El auto negro arranco levantando las hojas que habían caido causa del otoño, cuyos colores cálidos no eran capaces siquiera de pasar a través de los ojos fríos de Hiwatari. La oscuridad pareció tragar completamente con un bramido del motor aquel marquiz negro que era el único que se había preocupado por llevar desde Rusia. Tomó su maleta cargada apenas con lo indispensable y avanzó sobre la puerta de la casa que parecía, después de mucho, darle la bienvenida.
La madera incrustada de estilos europeos no hacían mas que ver la actitud aparentemente malinchista de quienes habitaban aquel lugar, de no ser porque les conocía y sabía bien que uno de ellos al menos, era casi un americano. El pequeño vitral hacía un corte ovalado justo a la mitad de la puerta, cuya figura era representada con un pequeño dragón que emergía de las aguas.
Los grandes ventanales se extendían unos metros lejos de la puerta y ligeramente altos para evitar a aquellos que, curiosos, hubiesen querido urgar en vida ajena, las cortinas azules pálido se recogían ligeramente en un amarre que podía notarse desde la calle, era una buena decoración, debía reconocerlo.
Volviendo su mirada rojiza directamente al frente, el timbre se hallaba justo del lado derecho de la entrada, representado por la pequeña campanita tallada sobre el circulo de madera.
Era hora...si bien habían mantenido comunicación, solo se habían visto un par de veces desde aquel día, uno u otro motivo que ahora no tenia importancia recordar.
Su dedo pulso suavemente sobre el timbre hasta provocar el sonido suave dentro de la casa, que al instante encendió la voz viva detrás de aquella fachada ahora cubierta por la noche.
"Viniendo!!" alegre...ese sentimiento que tan lejano se sentía para él ahora era entonado por una voz jovial que ahora se dirigía para abrir "Kai! De haber avisado que llegabas hubiésemos ido por ti al aeropuerto" el timbre siempre había sido ligeramente parecido al de un muchacho mas joven de lo que su edad era, y por alguna razón el rostro seguía conservando la misma dulzura de sus años de infancia.
"Traje el auto" aclaró el dueño de la mirada fría, que ahora podía observar un poco la casa a la que había sido invitado varias veces sin asistir. El ocupante de la casa le miro con una sonrisa sincera en su rostro y le hizo pasar de inmediato.
"Adelante, es un gusto verte de nuevo" con una mano ayudo al ex-bladeblacker a tomar una de las maletas para que pudiese seguirle de cerca, en verdad, se sentía muy feliz de verle después de tanto tiempo. "Seguro a Takao le alegrará de la misma forma" comentaba el rubio, que a pesar de los años, seguía siendo un personaje que inspiraba cierta dulzura.
"Al menos ya piensa?" expreso con cierto aire de incredulidad y sarcasmo que hacia mucho no utilizaba, y la burla no se dejo esperar y algo parecido a una sonrisa se formo en sus labios.
"Kai, no dejas de ser injusto con él" Max revelo una risita entre dientes, tal parecía que al menos en ese aspecto el tiempo no había pasado.
"Ja-ja, no cabe duda que el señor amargado nos ha 'honrado' con su 'valiosa' presencia" de las escaleras que daban precisamente al primer pasillo de la casa, se desplazaba con lentitud, hasta colocarse en el ultimo escalón y recargarse sobre la baranda, aquella mirada de confianza excesiva no había cambiado, era la misma.
"Si?" Kai levanto una ceja de superioridad "pero si tu ya vives aquí" el aire ecuánime que cargaba su voz era lo más característico desde hacía algunos años, al menos ahora podía sonreír en las remotas ocasiones en las que se encontraba con quienes ahora reconocía, apreciaba.
"Muy gracioso Kai" el nipon bajo casi de un brinco de las escaleras con aire retante de la discordia que parecia establecerse entre ambos
"Ey chicos, chicos, será mejor que vayamos a la sala, cenar algo, además Kai debe estar cansado del viaje, Takao" detuvo el rubio, colocándose entre los dos contendientes, la antesala no era el campo de batalla 'ideal', aunque bien sabia que ahora todo representaba el mismo juego.
"Ja! Que te hace pensar que compartiré la cena con el señor antisocial!" bufó Takao mientas se cruzaba de espaldas dando media vuelta, porque Maxie siempre lo apoyaba a él!!
"Takao, no seas grosero" el rubio reprobó con un movimiento de cabeza tranquilo
"Por que siempre lo apoyas a él!!" lloriqueó el nipon, que con 22 años aun podía lograr perfectamente ese gesto de puchero que había conquistado a su actual pareja
"Porque es nuestro invitado" sonrió el ojiazul jalando la maleta e ignorando por enésima vez a su novio en postura de niño pequeño e incomprendido que por cierto, lograba de maravilla, afortunadamente había aprendido a controlarlo.
"Pero Maxie!!!" aun aquel infante de tamaño juvenil siguió a su chico suplicándole atención de forma exagerada, un gesto mas en la lista de 'curiosidades de Takao' según el rubio había titulado ya.
Kai observo a la feliz pareja dirigirse a la sala comedor con su maleta...detuvo su mirada por largo tiempo, deseando gravar en su memoria esas sonrisas, esa felicidad, quizás...solo quizás, podría obtener algo de aquello que jamás había sido suyo: Alegría.
El sonido de aquellas risas había desaparecido tras aquella puerta que hace un momento habían pasado, sumiendo la recepción en silencio sordo que hacía eco sobre sus oídos, llamando. Tan conocido y tan ajeno a la vez, rodeado solo por objetos que parecían mirarle con la misma indiferencia que él había hecho gala durante tantos años, y que aún, continuaba logrando expresar en cada mirada.
Observo la ventana que se conservaba abierta cerca de la sala, a la cual se aproximó sin ser consciente de sus movimientos. De pie, con la mano sobre la cortina y la mirada directamente clavada fuera, donde la luna resplandecía y las pequeñas estrellas titilaban con regocijo al sentirse bañadas por luz ajena.
Y ahí...volvió a aparecer la imagen de aquella persona que jamás podría olvidar...a pesar de los años, a pesar de cualquier circunstancia...
"Ray..." sobrevino el nombre desprendiéndose de sus labios que se habían conservado fríos a través de esos largos años, pues un único beso había sido arrebatado en aquella lejana ocasión, que su memoria traicionera traía de regreso de la forma mas dolorosa que conocía.
No se necesita el deterioro físico para saber que ello, no es la única forma que existe para morir...
'La muerte en vida es mas dolorosa...no lo supiste nunca...verdad...Ray'
El pensamiento nunca salio de sus labios, ni un suspiro, ni una seña en su rostro implacable, pero si un destello melancólico en aquellos ojos de rubí, que simplemente...observaron el cielo en ausencia...
TBC
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N. de A: Os juro que esto es una locura, pero no pude evitarlo ¬¬...que le puedo decir? Es otra idea que vino después de leer un libro admirable, que no les voy a decir cual es porque si ya lo leyeron sabrán de que va jaja. Que no es la misma idea! Solo es que me inspiró, nada mas.
La narración es ligeramente mas compleja y elaborada que los otros, aún asi espero que sea de su agrado. Sin mas que agregar y de antemano agradeciéndole por leer me despido, esperando que sigan la historia de cerca.
Akabane Kurodo.
