Beyblade

Genero: Yaoi.

Pairings: KaixRei, TakxMax

Disclaimers: No poseo ni a los chicos ni a la serie...pero la historia si es mia

Warnings: Angst, (mucho!) Drama, mmm...esperanza, quizas el anhelo...y...lo demas me lo reservo.

Recomendación: "Perder o Perderte" de Kirisu Hiya, una historia que atrapa y sorprende.

Notas preliminares: para leer el siguiente capitulo os he de advertir, tiene una estructura algo más compleja, si alguien ha leído ya Pedro Páramo entenderá a lo que me refiero. Quien no lo haya hecho les doy una explicación breve: Las "negritas..." expresan una 'idea' del párrafo que se escribe haciendo referencia al 'pasado', las líneas de separación expresan que de un momento a otro regresamos al presente, y al ver otra vez la misma negrita significa q volvemos a un recuerdo del pasado. Un salto continuo de un a otro. Ojalá que puedan entenderlo.

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Por qué?... por qué no puede ir ahí, por qué es tan infinitamente alejado de si?...

Mintió, cruel y devastadoramente, cual tormenta que se precipita al alba, sin dar posibilidades de auxilio, de salvación...Mintió, dejando luego de aquella ola llena de emociones imparables un desierto lleno de desolación cuya vida había sido robada entonces...

Hipócrita, las sonrisas que juraron alegría.

Hipócrita, las palabras que prometieron quedarse.

Hipócrita, las miradas que invitaron al paraíso.

Hipócrita, el beso que fue robado...

El candor de aquellos ojos, infinitos, llenos de secretos por descubrir, donde la verdad de la existencia radicaba, cual solemne himno cargado dentro de su pecho, voz armoniosa que se extendía abriéndose paso en aquella habitación llena de oscuridad y vacío, gráciles vocablos que con humor fortuito, abrazaron entre la penumbra, ofreciendo aquella esperanza, que ahora solo se hallaba enterrada, muriendo lenta e infame, culpa de su propia confianza traicionada.

Moriré en este lugar como mueren los que se encuentran solos en la eternidad. Entonces recuerdo, tengo amigos ,a alguien...lo sé, pero no viene a buscarme. Quizá se ha olvidado que me encuentro aquí, esperando, tal vez no sabe que estoy a punto de morir. O puede ser, se marchó a alguna festividad y se olvidó, que aquí se quedo un hombre solo, que cuando vuelvan, habrá muerto.

La posibilidad de irme sin despedirme me lleva de nuevo a las lágrimas, malditas ellas que pertinaces se esmeran por abandonar mis ojos corrompidos por el rojo sangriento del dolor. Aquellas personas, tantas vidas se cruzaron con la mía y que olvidaré cuando me echen varis metros cúbicos de tierra encima, bajo la tapa donde a gritos sordos, pediré auxilio. Pero nadie me escuchará, porque no habrá nadie que desee ayudarme. Por que su mano no estará presente, no sabe que estoy gritándole...

Los olvidaré, pero si ya los he olvidado. No puedo recordar caras ni nombres, sólo son remembranzas borrosas que se diluyen en este frío inmenso que está acabando con mis últimas fuerzas.

El sueño se repite cada noche...la misma escena, la misma sensación, la misma oscuridad, el mismo vacío...

Sumido en la condición más precaria que su orgullo descalificaría, echándole en cara lo débil que se ha vuelto, de aquella figura plagada de perfección, cuya entereza se ha borrado cual lágrima cae en el ancho mar, volviéndose una más que no representa, ni el lamento que el corazón clama degradándose en el mudo fenecer de la existencia pura.

Se cubre el rostro para enjugar las lágrimas traicioneras incapaces de sosegar el dolor, las manos frías tocando las mejillas gélidas, todo tan frío que casi es irreal. Sólo entonces, cuando ronda la idea de dormir de nuevo para nunca más despertar, es cuando siente algo en su espalda. Tibieza...un mano. Su piel se estremece al contacto de tal calidez, la caricia se transforma en abrazo, la mano que atraviesa su cuerpo va dejando una estela de calor humano, trayendo de nuevo a la vida, aquel ser que moriría en penumbras. Cada parte de aquella piel que es tocada cobra el color de la vida que había perdido en aquel respiro, incipiente a existir, a ser parte de un ser de nuevo, alejando con su abrazo la guadaña de la muerte.

Su mano desesperada busca a aquél que ha proporcionado aquella vida nuevamente, resguardándole del frío que carcomía su piel, su alma. Sin embargo al palpar solo vuelve a tocar la nada, el vacío exánime que se ha formado cual iceberg traidor cuya apariencia inofensiva no le hicieron ver, en que momento contra su espalda había chocado, barriendo dolorosamente la piel sensible, abriendo de tajo la herida que cada noche, se abriría arrastrando aquel río de sangre a un lugar indeterminado. Llevando con él el soplo de vida que había recuperado tan inverosímil como había llegado.

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"Preámbulo..."

Aquella mañana había salido, como cualquier otra, mucho antes del dilúculo para llevar su cuerpo al extremo de la práctica física la cual acostumbraba desde muchos años atrás. Hay costumbres que simplemente no se pueden dejar atrás aunque se desee, quizás ellas traerían recuerdos de afrentas pasadas, mas sin embargo, en ocasiones, ellos no significaban mas que una simple palabra a punto de ser borrada dentro del gran libro de la vida.

Uno tras otro sus pies recorrían las mismas calles grabadas ya bajo los recuerdos desgastados de los años, al igual que las paredes cuyo acabado colonial terminaría diluyéndose con el tiempo, viejas las verjas que cubrían el derredor de la gran mansión, habiéndole albergado por más tiempo del considerado prudente por su propia persona. Al menos llevaba en su corazón un sosiego marcado con bordado filial por las diestras manos de una sola persona, de entre todos sus allegados, que impróvidos habían arribado una semana atrás.

El preámbulo de la nueva mañana pintaban los colores rojizos anunciando la copiosa mañana de verano, aquel sol que asomaba su cabeza, burlábase de todos con humor sardónico al desplegar su abrasador encanto cuya ola se extendía imperiosa sofocando los más buenos deseos humanos, arrastrando consigo el humor proclive que distinguía solo a la familia Hiwatari. En aquellas condiciones tan llenas de sopor se habían presentado aquellos, cual fortuna lanzando lejos la soledad que cubría tan extenso terreno de su existencia.

Jamás lo reconocería, a orgullo ferviente se jactaba de su fría arbitrariedad, de su gélida mirada y su porvenir comprado, falacia más grande pues su porvenir era tan incierto que incluso la reserva de hablar mas acerca de ello lanzaba una terrible incertidumbre que bailaba a risa y burla de su poca ecuanimidad.

Se detenía ahora frente a la reja negra recientemente bañada en tíner, era una estupidez, mas sin embargo el no se haría responsable del arreglo y decoración de esa casa, no le llevaba ningún afecto, ningún recuerdo, y poco le importaba. Si querían envenenarse con los gases tóxicos de aquella sustancia no era problema suyo. Nada que no representara infortunio hacia su persona, nada que pudiese revelarse como sustancialmente afecto a su vida, podía conseguir su atención. Inclusive ahora, sus llamados 'compañeros' recibían de él, a pesar del lujo, una muy escatimada muestra de amabilidad, volviéndose nada gracias a su aire presuntuoso.

Pasó a través de los costosos portales cubiertos de bugambilias en flor, como siempre sucedía en aquella época, fastidiado por la alegría enfermiza de las aves que, prontas, ahora no sabían siquiera la forma tan cancina que llevaría a cabo el sol dentro de unos momentos, deseando solo encontrarse en la piscina, o de preferencia, encerrado en la suntuosa habitación donde al menos el aire fresco corría por acción mecánica de aquel artilugio que tiempo antes habían instalado.

Al pasar, uno de sus sirvientes siempre atento a sus movimientos hacía una seña reverencial en nombre del joven Hiwatari, heredero de la fortuna de Voltaire, a quien todos obligarían respeto. Tan enfermo como estaba de aquella situación miró al hombre, reprochando la hipocresía descarada de la cual hacían gala, exageradas sonrisas colmadas de serviciales actitudes traían consigo el mismo humor exacerbado inevitable sobre aquel tumulto de falacias desmedidas.

"Dandefer" aquel apellido era tan deleznable como la persona que hacía uso de él, aquel cabello grisáceo pegado a su cabeza con extravagantes cantidades de vaselina, la mirada gelatinosa con aquellos ojos tan negros como su alma, y los labios curveados en un gesto que considerarían propio expresando más que asco por aquel teatro mal pagado del cual le obligaban a formar parte del elenco. Los pómulos contraídos justo al pie de las grandes ojeras marcadas con una ligera tonalidad oscura que le hacían ver más como el 'señor mapache' burla sardónica del actual representante Ruso.

"Joven Hiwatari" una reverencia más, agregada a la amplia lista de azotes que el ruso hubiese querido otorgarle al doloso hombre "Sus 'invitados' han salido temprano esta mañana" siendo el primero en mermar aquella actitud altiva que superaba su escaso estatus social, pues la ceja se había levantado altaneramente en un gesto de repulsión por aquellos que Kai consideraba sus compañeros.

Hubiese pasado de largo sin prestar mayor atención al tono peyorativo por el cual había provocado un incipiente enfado, aún sabiendo en la posición en la que se encontraba, aquel sujeto se atrevía imprudentemente a utilizar gestos ramplones que nadie más se atrevería, pero eso solo sería causa de su propio detrimento, maldito él, quien le quedaría corto el infierno inclusive.

"Dandefer" sus labios casi contraídos por la actitud imperativa que muchas veces el hombre utilizó, llevando el perjuicio real marcado en cada palabra que de sus labios abandonaba "Si te atreves a pensar una vez más, y a expresarte de esa forma al mencionarlos..." sus ojos se afilaron, el puro deseo por el cual menoscabar cínicamente sin tentativas a mostrar piedad "...ten por seguro que tu existencia aquí será mas corta de lo que pudieses llegar a considerar" el desagrado era inherente a cada palabra a él, y la conmina venenosa que desprendían sus labios superaba con facilidad la maledicencia de uno de los miembros más viejos del personal en aquel lugar, cuya confianza había sido arbitrariamente entregada por el maldito de su abuelo.

"Como usted diga, joven Hiwatari" un movimiento más hacia el acato de órdenes y éste se retiraba, con cada marca imperiosa, deseando con toda su fuerza ganar prosélitos que pudiesen echar abajo la dinastía Hiwatari de una vez por todas.

La concreción de los planes circundantes por el mayordomo, ente lleno de desconfianzas a quien se le había otorgado mayor privilegio dentro de la familia, jamás podría ser una realidad temprana, aunque para su pertinaz persona, el solo hecho de ver sufrir a aquél sucesor de tal dinastía procuraban una satisfacción omnipotente a su sórdido corazón, carente de buenas intenciones y cuya razón de ser se erigía sobre la patente sed de venganza.

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El sentir vuelto lejano había regresado cual ola que parte y regresa a la orilla, partiendo desgarradoramente la herida, cercenando sobre la piel expuesta donde la sangre corría convocando bajo su ser aquel lago infinito que formado por su propia vida vuelto líquido carmesí, el cual al tocar el suelo volvíase solo un espacio ennegrecido encostrado a la blancura de su piel anquilosando cada parte de su cuerpo, llevándole nuevamente al nítido frío que había carcomido su piel al comienzo de su existir.

Esa palabra que tan ajena se había vuelto, envolviéndole en su manto vacío...la soledad cuya compañera aún danzaba alrededor de su corazón, abrazándole y besando acuciosamente sus cabello azules bajo caricias de su prosaica figura multiforme, disfrazada de manso cordero cuyos comillos se develaban al llegar a la piel de su cuello, y marcar ahí su señal maldita, pronto sería no más que suyo...pronto aquella esperanza sostenida por hilo de seda sobre un imposible, terminaría por colapsar...y le llevaría, para sí misma, devorándolo con deseo egoísta...

Convoco un nombre, que sublime de mis labios se ha encarnado con deseo vehemente...nadie responde, no se encuentra aquí...quizá no comprende que le llamo, pues m lengua se ha entumecido con el mismo frío que ha congelado mi alma...no puedo pronunciarlo bien, lo conozco y lo sé...pero se ha hecho tan distante que apenas recuerdo como debía pronunciarlo, cual era la forma correcta? Por qué nadie me responde?...quiero saber cual era la forma correcta de decirlo!! No lo ven?...tal vez él no viene porque he olvidado como debo pronunciar su nombre, y al llamarle no reconoce que me refiero a él..

Clamo de nuevo, sin obtener respuesta...no puedo escuchar absolutamente nada alrededor mío...no hay nada, lo sé, pero me niego a reconocerlo...alguien debe estar ahí, sentí algo hace momentos, por qué se retiró de mi?...tengo tanto frío, que mi cuerpo antes inerte ha comenzando a convulsiona, aquel contacto fortuito no se encuentra más a mi alrededor, se ha ido, estuvo ahí?......por qué no vuelve si grito de auxilio?...no puede escucharme, quizá sea la razón, mi boca se niega a pronunciar palabra alguna, incluso mi voz se ha entumecido y solo puedo sentir mis labios temblar. No llegará a tiempo, la idea explota en mi pecho acongojándome, el no estará aquí cuando me haya ido, solo verá mi cuerpo tendido exánime, cuyo aliento ha sido robado por frío apremiante...

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"Quisiera saber..."

Recorría las habitaciones en ausencia total de su misma persona, con la mirada clavada sobre el punto sobre el cual cada paso sobrevenía de la figura erguida con presuntuosidad, inexpugnable persona representaba Kai Hiwatari que con mirada orgullosa podía desacreditar el aire impávido de quien se atreviera a dirigirle una mirada o palabra cualquiera que esta fuera. Se había formado por el tiempo y las crueles adversidades a las que se encontraba sometido desde que era un infante, obligándole a reconocer entonces, que la única forma de continuar viviendo era simplemente una: ser el mejor.

Recordó un par de palabras Todos estaban fuera.

Una curiosidad impetuosa había controlado aquel uso de razón tan plagado de cinismo, aquello que el chino guardaba celosamente cada vez que le encontraba concentrado en armonía dichosa dentro de un escrito que parecía plagarse de emoción cándida cuya pluma caía con fervor sobre las blancas hojas de papel colocadas bajo sus manos, ojos chispeantes en alegría muriendo al poco tiempo, transformándose en una mirada pusilánime que se plagaba de ansiedad nerviosa cuando notaba su presencia. ¿Era acaso temor lo que leía en aquellos cristales prometedoramente ambarinos cuyos rasgos felinos saltaban fuera de sí al verle llegar en momento fortuito?

Pero en esta ocasión no existían dentro de aquella habitación, la inquisitiva mirada escamada de quien desea abrir aquella Caja de Pandora alejada de todos los hombres para no encontrar desgracia, aquella que se había encargado de vigilar con tal esmero que había provocado solo aquel inevitable deseo, conocer mas allá de lo que a simple vista se mostraba, escrutar y descubrir aquel secreto plagado de recovecos cuya superficialidad estaba enfermándole, conocer con detenimiento la razón de aquellas miradas tumultuosas que parecían clavarse en la misma confusión que había llevado desde que volvieron a verse. Mucho antes.

El libro finamente empastado cuyas hojas blancas habían sido cubiertas solo por la maestría de la pluma de aquel, digno representante de lirismo y prosa distinguida, había abierto camino gracias a su elogiada imaginación, cuya forma de expresión emanaba emociones vividas a flor de piel. Y justo ahora lo tenía, frente a sus ojos. La pasta roja totalmente lisa y ligeramente acolchonada cual letras representaban un relieve discreto cuya textura variable incitaba a conocer más. El nombre grabado sobre la esquina del final de la hoja, cuyas letras doradas resplandecían a la luz de sol colándose por la ventana, cómplice de su crimen.

Fue una hoja badajeada al azar la que sus dedos escogieron para develar aquel profundo secreto enmarcado en letras rojizas cual tinta de sangre, como si aquello quisiese fervientemente quedar grabado eternamente al ser plasmadas una tras otra en manuscrito romanji que jamás imaginó tuviese conocimiento el chino. Cada estrofa estructurada cual tesitura de piano, sincronizadas entre sí bajo la actitud pertinazmente disonante.


En estos momentos,
cuando tu voz
es solo un eco en mis oídos,
es cuando más necesito de ti,

Cuando la noche me azota,
y veo en cada estrella
la imagen de tu rostro,
yo te necesito,

Cuando sin quererlo,
te esfumas de mis pensamientos,
y me atrevo a dibujarte en mi alma,
para no tener que extrañarte,
yo te necesito,

Cuando la soledad atraviesa la puerta,
agotada de estar sola,
apenada de golpearme así de duro,
se compadece y decide acompañarme,
allí te necesito,

Cuando tu aroma llega a mis sentidos,
producto de alguna rosa extraviada,
que dejaron tus recuerdos en la alcoba,
yo te necesito,

Cuando en sueños,
sin saberlo grito tu nombre,
y despierto sin querer
al amor que vive en mi,
allí te necesito,

C
cuando en cada noche,
lloro como niño,
la ausencia de tu cuerpo,
empapando las sábanas
que antes abrigaran nuestras pasiones,
como te necesito,

Cuanto te necesito amor,
cuando te busco......y no estas

Ray Kon. (1)

No más que la sorpresa quedó grabada en el imperturbable rostro, que ahora más que nunca su semblante había cambiado, obligado a llegar sobre el extremo de la emoción, cada palabra expresada sobre el papel era percibida a flor de piel al imaginarse la verdad que subyacía, escondida en lo más recóndito de cada verso, declarando con cabal magnificencia la causa justa del inusual recato de la mirada ambarina.

¿Quién?

¿Por quién era ese deseo vehemente?

¿Hacia quién se dirigían los anhelos ingentes?

¿Esperanza hacia quién aducían sus sueños?

¿Quién?

TBC.

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N. de A: sigo agradeciendo a aquellos que se esfuerzan por dejar un review, es una retroalimentación que de verdad merece la pena ser considerada por quienes escribimos. Un aviso como publique en mis otros fanfiction, será actualización relativamente más lenta de lo normal. Aunque también considero la cantidad de personas que llegan a dejarme un comentario, ya que ella es factor importante para saber si debo actualizar o dejar una historia pues al menos yo que soy exigente conmigo misma, me decepciono mucho si mi forma de escribir no es del todo agradable.

BlackMime: estar en lo correcto? Si ya has inferido toma tu idea, luego puedes contrastarla con lo que ves ahora.

Galy: Gracias, he descubierto que te leo un review por cada fiction que llevo y te lo agradezco mucho. Acerca del nombre del fic significa "Destino de un corazón enamorado" aunque aquí ocupo la variable "Destino del corazón de Kai" como gustes interpretarlo.

Roquel: si, aficionada...gracias por tus comentarios, aunque voy en detrimento, uhm...bueno respecto a Kai, si, se siente feliz por ellos, cuando uno esta solo, ver la felicidad ajena suele doler más.

Kirisu Hiya: muchas gracias por tu comentario, y si las ideas te abruman te felicito por no perder tiempo y plasmarlas, porque cuando se van, es muy difícil recuperarlas. Espero segur leyéndote también.

Chica rara: seguis considerándome la mejor? Te lo agradezco en el alma, aunque sigo sosteniendo que nunca lo sería, hay escritoras maravillosas que me sobrepasan por mucho. Ve dándote una idea de lo que sucede...veras que tienes razón.

Kurama-suu: muchas gracias, el fin de esta historia es que lo sientas, y si lo estoy logrando me parece fascinante.

Maraya: Solo te puedo responder que si deseas saber, puedes continuar leyendo, pero te aseguro que si infieres obtendrás respuestas.

Damika Hiwatari: gracias, es que de verdad me asusta cuando me dicen que esta muy complejo...por tu apoyo estoy agradecida.

Shizu-sama: que no me lo tomo a mal, todo comentario es bienvenido, reduciré un poco las descripciones que ahora que lo mencionas quizá esté dándoles una importancia exagerada. Y que paso con Ray? El tiempo lo dirá.

Mimi Tachikawa: "Algo" es una palabra muy incierta. Si este fic te hace pensar y te hace sentir es su cometido, muchas gracias por leerlo imoto-chan.

Sorceres Edea: Gracias por la palabra, encierra mucho y que paso todo ese tiempo lo irás descubriendo.

(1) Nelson Campos – autor del poema.