LA ÚLTIMA PROMESA.
Te has marchado. No volverás jamás. No pude protegerte, no estuve a tu lado cuando más me necesitaste...
Te veo frente a mí, no como estás ahora, encerrada en tu caja de cristal, sino como te vi el día en que te conocí, con tu bello rostro iluminado por una dulce sonrisa y tu suave cabello ondulando con la brisa...
Ahora que te has ido, ¿qué será de mí? ¿Podré acaso volver a sonreír de nuevo, volveré a reír, volveré a ser feliz? Mis sueños se han roto, el camino de mi existencia se ha torcido hacia lo inimaginable... Ya no volveré a tenerte entre mis brazos, ya no podré decirte cuánto te amo, ya no escucharé nunca más tu dulce voz y tu alegre risa... nunca más... porque tú... te has ido...
Te veo descender hasta el lugar que se convertirá en tu última morada; solo acierto a arrojar una rosa, que será tu única compañera en el viaje que has emprendido, mientras susurro por lo bajo: "Espérame, mi amor, volveremos a estar juntos... algún día..."
¿Por qué? ¿Por qué tuve que perderte? ¿Por qué fui tan idiota? Te has ido ahora y todo es mi culpa...
Camino bajo el cielo negro, tan negro como las nubes que ensombrecen mi corazón. Deseo tanto sentir tu presencia, deseo tanto tenerte cerca... pero solo siento el vacío... porque tú... te has ido...
Mis días son largos, mis noches, interminables. Ya nada puede sacarme de este enorme vacío al que tu partida me ha arrojado. Sin ti, mi vida ya no tiene sentido...
Pero entre las tinieblas que nublan mi existencia, oigo tu voz llamándome, pidiéndome, suplicándome, que no olvide mis sueños, que no me deje caer, que no pierda la esperanza. Te veo llorar, en mi mente, y al verte así sé que no puedo dejarme vencer. Porque aun hay algo que debo hacer por ti. Éste será mi último regalo, la última ofrenda a nuestro amor...
Me acerco a tu sitio de descanso y dejo caer un ramo de rosas blancas, tus flores favoritas. Cómo me hubiese gustado regalártelas en vida... Me arrodillo y quedo unos instantes en silencio, deseando con toda mi alma poder sentir tu presencia... para poder hacerte una última promesa...
Karen, mi amor, ganaré el Mundial, lo prometo. Lo haré por ambos. Lo haré... por ti.- murmuro. Y puedo sentir que has escuchado mi promesa...
Me levanto y me alejo sin pensar en el camino; mi mente y mi corazón están enfocados ahora en una nueva meta. Yo, Stefan Levin, he de ganar el World Youth, en memoria a mi adorada Karen.
FIN.
