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Y lo siento por haber tardado un poco más de la cuenta con este capitulo. Empecé la Universidad y... es tooooodo tan difícil! Casi no tengo tiempo. Pero hace dos días cumplí 18 años y pensé: No puede dejar mis responsabilidades de lado, tengo lectores esperándome. Así que hoy mismo actualizo.
Este capitulo es una nueva dosis de humor y diversión en donde obviamente las casualidades no existen. Como ya dije poco a poco se ira complicando la trama y aparecerán más personajes. Si queréis tener una idea de cuando actualizaré, empezaré a dejar noticias en mi bio, o simplemente mándenme reviews.
Por ultimo y a mi gran pesar... CCS no me pertenece... aunque es algo que sueño cada noche bufffffffff!!!
Disfruten con la lectura
4. Competición
3 SEMANAS PARA NAVIDAD
Tomoyo llamaba insistentemente a la puerta. Oía a los chicos reírse dentro de la casa pero nadie venía a abrirle. Había quedado en casa de Eriol por un asunto misterioso que todavía no le había revelado. ¿de qué se trataría? Estaba intrigada por saberlo.
Por fin alguien se dignó a abrirle la puerta. Vio a Yamasaki como tenía la cara totalmente roja. Seguramente de tanto reír.
- ¿Se puede saber que estabais haciendo? ¿por qué habéis tardado tanto en abrirme? – preguntó algo molesta
- No te pongas de mal humor.- dijo Yamasaki.- Antiguamente las damas debían ser amables y no enfadarse mucho. Cuando una chica contestaba de esta forma debía disculparse invitando a los presentes a un gran banquete. Debía hacer pasteles de un mínimo de diez kilos y ...- en este momento Yamasaki se había quedado sólo hablando junto a la puerta. Tomoyo había pasado de él. Estaba muy intrigada y no le apetecía escuchar otra de las múltiple alucinaciones de Yamasaki- ¡Oye! Estaba hablando contigo...
- Verás es que Eriol me ha hecho venir por algo muy importante y me gustaría saber que es.
Ambos chicos entraron en una sala del apartamento de Eriol que apenas estaba iluminada. En un lado de la sala podían ver varios sillones normales y uno extrañamente alto y de color rojo. Era un sillón que Eriol había tenido des de muy pequeño. En realidad nadie podía decir des de cuando. Eriol le tenía un gran aprecio. Se sentía bien en él así que cuando se mudó a su propio apartamento se llevó el sillón con él. Cuando quedaban en su casa él solía sentarse en el sillón rojo como si estuviese presidiendo un gran consejo. Pero en la sala no solo se encontraba Eriol sino también una muy sonriente Nakuru, la prima de Eriol, y sobre su regazo dormía plácidamente Spinel, el gato de la familia Hiragizawa.
-Tomad asiento. Tenemos que hablar de un tema muy importante. - dijo Eriol seriamente. Tomoyo se acercó a la salida de la sala y buscó el interruptor para encender la luz. Después miró a los dos jóvenes quienes parecían molestos- ¡Tomoyo! Has estropeado todo el ambiente.
- Lo siento chicos pero creo que nos podríamos dejar de jueguecitos, lucecitas y voces graves. Me tenéis muy intrigada. ¿no será nada grave?- en ese momento Yamasaki y Eriol se miraron y sonrieron pícaramente.- Comprendido. Nada grave- dijo Tomoyo al observar la reacción de los chicos. Luego se acercó a Eriol y le dio un suave beso en los labios. Acto seguido se sentó en un sillón. Yamasaki también se sentó. - ¿de que se trata?
- Pues bien. Tenemos una misión- dijo Naukuru
- Así es. Tu ya estás al corriente más o menos.
- Se trata de un plan que hemos de organizar y llevar a cabo en los próximos días para poder realizar...
- No voy a repetirlo ni una vez más.- Tomoyo se estaba cansando de tantos rodeos y tantos misterios- ¿De que va todo esto?
-Está bien, está bien. Se trata sobre nuestros queridos amigos... – comentó Nakuru con una sonrisa picarona
- Shaoran y Sakura- dijo Yamasaki con voz maliciosa.
En ese momento Tomoyo cayó en la cuenta. Pretendían organizar un nuevo encuentro.
- La última vez que se vieron fue hace unos días justo aquí enfrente- informó Yamasaki.
-¿Quéeee? –dijo Tomoyo sorprendida. No tenía ni idea. Creía que había sido en mi trabajo Y...
-Vaya, Tomoyo, parece que pierdes facultades. Te quedas atrás en las investigaciones...
- Explicarme que paso- dijo suplicante.
- Está bien. Bueno, después de que Sakura nos trajese la comida- en ese momento una sonrisa se formó en la cara de los dos jóvenes recordando el uniforme de Sakura.
-Y... ahora que lo decís. Creo que os pasasteis un poco con Sakura. Me contó que le hicisteis.
-Sí. Lo sabemos- dijo Eriol con una expresión arrepentida pero luego sus labios volvieron a dibujar otra sonrisa- pero... ¡iba disfrazada de pollo!
-Lo sé. Habría dado cualquier cosa por gravarla con mi cámara.
-Te lo perdiste Tomoyo. Creo que hacía años que no me reía así.- dijo Yamasaki
-Bueno. Pero chicos intentad no pasaros tanto, ¿vale?-ambos chicos asintieron sin muchas ganas- Y ahora continuad. ¿Cómo que se encontraron? Pero... no los presentasteis, ¿verdad?
-No, claro que no. Shaoran ya se iba cuando Sakura llego por la puerta de atrás. Pero el pollo había aparcado justo delante de Shaoran así que se quedó bloqueado.
-Cuando Sakura se fue- prosiguió Yamasaki- miramos por la ventana como se iba y... ¡cual fue nuestra sorpresa!
-Creo que ni tan sólo necesitan que les organicemos encuentros. Se pelearon, casi llegaron a la violencia física, pero acabaron bien...
-¿Que queréis decir?- peguntó Tomoyo preocupada.
-Ahora lo verás. - dijo Eriol levantándose y acercándose al televisor.- En la embajada hay muchas cámaras de seguridad y por suerte una pudo gravarlos- introdujo un video y empezaron a verlo.- La pena es que no podamos oír lo que se dicen.
Tomoyo sonrió al ver a Sakura vestida de pollo. Ella todavía no la había visto con su uniforme. Vio como los dos jóvenes hablaban bastante agresivamente. De pronto Sakura caminó hacia delante como si se fuese a abalanzar sobre Shaoran- parece muy enfadada- comentó Tomoyo.
-Calla, Calla que ahora vino lo mejor- dijo Yamasaki.
De pronto Sakura empezó a perseguir a Shaoran y... se quedó atrapada entre los dos coches por culpa de su enorme disfraz. Tomoyo no pudo resistir sus ganas de reír. Casi lloraba de tanto reír. Realmente era lo mejor. Se haría una copia de ese video sin ninguna duda. El video finalizó momentos después.
- ¿Te ha gustado?- preguntó Eriol a Tomoyo.
- ¿Que si me ha gustado? ¡Es lo mejor que h visto nunca!
- Yo tampoco me lo podía creer cuando lo vi.- añadió Nakuru.
- Lo sabemos.- dijo Yamasaki.- Quería enviarlo a un programa de videos graciosos y tomas falsas pero Eriol no me deja- una gota resbaló por la nuca de Tomoyo. Sakura se pondría hecha una furia.
-Bien chicos. No olvidemos para que hemos venido. Cualquier día de estos se acabarán conociendo así que si queremos reírnos un poco más... Hemos de organizarle un encuentro ahora mismo.
- Y grabarlo en video.- dijo Tomoyo
Los chicos miraron a la joven reportera que tenía estrellitas en los ojos. No eran tan buenos detectives como para seguir a dos amigos suyos con una cámara sin que se enterasen...
- Tomoyo, creo que nos limitaremos a escuchar sus dos versiones del encuentro e imaginarnos lo demás. – Tomoyo frunció el ceño.- Si nos pillan...
- Está bien. ¿Ya tenéis pensado algún plan?
- Mmm... en realidad pretendíamos que propusieses tu uno.¬¬U
- Pues no tengo ninguna idea buena. Podríamos quedar con ellos en un café y luego no aparecer.
- Pero... si hacemos eso sospecharan. Quedan con dos amigos y les dejan plantados y casualmente se encuentran... demasiado evidente que es una trampa. – dijo Nakuru.
- No creáis. Estamos hablando de Sakura y Shaoran. Este par podrían creérselo todo.- después miró a Tomoyo y dijo- Shaoran es casi tan inocente como Sakura, se cree tooooodas mis mentiras- Tomoyo sonrió
- Vale, creo que tengo una idea- dijo Eriol. – Hemos de hacer que se encuentren.
- A ver, dejad a la experta en citas "casuales"- interrumpió Nakuru.- Tiene que ser en un sitio público. Y han de tener un motivo para empezar una conversación.
- ¿Que os parece un supermercado?- propuso Eriol.
-Pero... ¿cómo haríamos que se encontraran y discutieran?
En ese momento una sonrisa iluminó la cara de Tomoyo. Tenía el plan perfecto. Los tres jóvenes continuaron maquinando su divertido plan durante mucho rato. Lo llevarían a cabo dos días después.
Sakura abrió la puerta del coche y se dispuso a bajar. Le costó bastante pues casi no podía salir por la puerta con su enorme disfraz.
-Juro que mañana mismo dejo este trabajo- se decía a ella misma. Aunque la verdad, es que lo había dicho cada día desde que empezó a trabajar en "El Pollo Loco" y todavía seguía trabajando.- Y encima en domingo y turno de noche, ¿dónde se ha visto esto?
Consiguió salir del coche y coger la cabeza del disfraz de pollo. Se la puso en l cabeza y después también se colocó las piernas que acababan en unas enormes patas amarillas. Era lo más ridículo que había tenido que hacer jamás. Cogió el encargo y se dirigió hacia la casa.
Llegó a la puerta del jardín y atravesó la verja que estaba abierta. Le extraño bastante pero decidió acercarse hasta la casa. Cuando iba a llamar oyó un ruido rara detrás de ella. Era como un gruñido. Se paro antes de que su dedo llegase al timbre. Se giró lentamente y allí estaba. Un enorme perro negro enseñándole los dientes.
El perro empezó ladrar y ella sin pensárselo dos veces echó a correr. El perro la perseguís muy de cerca. La cogería en cualquier momento pus ella con su enorme disfraz de pollo no podía correr. ¿Qué podía hacer?
De pronto se dio cuenta de que llevaba el pedido en una mano. Claro, el perro debía oler el pollo. Lanzó el paquete al suelo y continuó corriendo unos segundos. Pero notó que el perro había dejado de ladrar y se había parado. Frenó en secó y se giró para ver como el sabueso olfateaba el encargo que ella debía entregar. Una gota resbaló por su nuca. Acababa de lanzarle la comida al perro. ¿Qué entregaría ahora?
Se quedó observando al perro e intentando recuperar la respiración pero antes de que el enorme animal mordiese lo que Sakura le había lanzado, levantó la vista y se la quedó mirando.
- No, no perrito. Yo no soy un pollo. Ya te he tirado todo lo que tenía.- Sakura intentaba convencer al animal sin ningún resultado. Éste avanzó un poco.- por lo visto le he parecido un pollo mas suculento que el que preparan en el restaurante. –Y tras estás palabras empezó a correr de nuevo huyendo del perro.
Debía ponerse a salvo, pero ¿dónde? Puede que si trepase a un árbol el pero no la alcanzase, pero ¿podría? Iba vestida de pollo, casi no podía correr y mucho menos trepar. Pero en situaciones así es increíble lo que uno es capaz de hacer.
Se lanzó hacia un árbol pero en ese momento algo la retuvo. El perro la había alcanzado. La había agarrado por la pierna. Sakura se agarró más fuerte al árbol e intentó subir un poco. Peor en ese momento notó como no le había mordido a ella sino a la pata del disfraz. Esta se deslizó por su pierna mientras la repartidora subía por el árbol. El perro permaneció bajo el árbol mordisqueando la pierna del uniforme hasta que se percató de que no era más que un trozo de tela.
Sakura empezó a gritar pidiendo ayuda y en pocos segundos una pareja salió de la casa y se dirigió hacia el árbol donde estaba Sakura. El hombre sujetó al perro y lo llevó hacia dentro de la casa.
-Cuanto lo siento.- dijo l mujer indignada y ayudando a Sakura a bajar el árbol.- Nuestro pequeño Niko sólo estaba intentando jugar contigo, es muy juguetón.
-¿Pequeño? ¿juguetón?- contesto Sakura todavía temblando por el susto.- Señora, su perro me ha confundido con un pollo gigante y ha intentado devorarme.
La señora rió ante el comentario de Sakura. Ciertamente debía parecerlo.
-Juro que mañana mismo dejo este trabajo- gritó mirando al cielo. Esto había llegado hasta el límite de su paciencia.
Tomoyo conducía a toda prisa como si llegase tarde y miraba insistentemente el reloj. Sakura la observaba con grandes interrogantes. Últimamente tenía un comportamiento muy extraño. Hoy Tomoyo le había pedido que fuese a comprar crema de leche. Y ella misma la estaba llevando a supermercado del centro.
-Pero, ¿se puede saber para que quieres crema de leche?- preguntó Sakura
Tomoyo tenía una pequeña sonrisa dibujada en los labios. Volteó la cabeza para mirar a su amiga y simplemente dijo- Para una cenas especial para Eriol. Iría yo misma pero hoy tengo muchísimo trabajo. No puedo perder ni un minuto. Pero como que me venía de paso y he pensado que tu podrías entrar a comprarlo.- luego rió nerviosamente.
-¿Y necesitas crema de leche? ¿vas a prepararle uno de esos platos tan...- Tomoyo asintió con la cabeza.- Y... no podríais limitaros a encargar una pizza?
- Bueno, ahora que lo dices encargar comida a domicilio no es mala idea. Podemos llamar a un restaurante que se llama el Pollo Loco. Me han dicho que los pedidos son espectaculares.- tras esas palabras Tomoyo intentó contener la risa.
- Esta bien. Ya de paso aprovecharé para hacer la compra. Nos estamos quedando con la nevera vacía.- dijo Sakura sin estar del todo convencida
- Está bien. Y acuérdate de comprar comida para Kero. Este gato va a ser nuestra ruina.- bromeó Tomoyo.
Por fin giraron la esquina y visualizaron el supermercado. Entonces Tomoyo aceleró un poco y dejo a Sakura a escasos metros de la puerta despidiéndose de ella muy rápidamente. Después Tomoyo volvió a arrancar y desapareció de la vista de Sakura quien seguía extrañándose por el comportamiento de su amiga.
Tomoyo no esperó más que unos breves segundos para alcanzar el móvil y marcar un número. Estaba muy impaciente. Por fin se oyó algo al otro lado del teléfono:
- Operación avestruz- dijo una voz acompañada de una risa- ¿me recibes? Cambio.
- Si Yamasaki. Te recibo pero no pienso jugar a este estúpido juego de nombrecillos. Toda mi parte del trabajo ya está hecha. Acabo de dejar a Sakura frente al supermercado.
- Perfecto. Lo he visto todo. Yo avisé a Shaoran para que viniese a comprar lo que me dijiste y lo acabo de ver entrar. Estoy en la acera de enfrente. Cambio.
- ¿Qué??? Si te ven se estropeará todo. Vete de ahí corriendo.
- Relájate. No me reconocerán. No bajo mi gabardina.- dijo junto con una carcajada. Una gota resbaló por la nuca de Tomyo. Yamasaki se estaba tomando todo esto demasiado en serio. Era un bromista nato.
- De cualquier manera nuestro trabajo ya está hecho. Ahora todo depende de ellos.
- Oye pero como te has asegurado de que vayan a encontrar y a volver a entablar conversación.
- Eso fue idea de Nakuru. Digamos que ayer ejercité un importante poder adquisitivo.
-¿Que quieres decir?
- Nada pequeños detalles.
-Ah. Está bien. Yo también me he encargado de algún pequeño detalle. Tamvbién por encatgo de nakuru. Esa chica es un as. - en ese momento Tomoyo pasó junto a un guardia.
- ¿Qué quieres decir con eso?- pero antes de que pudiese oír la respuesta el guardia le hizo señas para que parase. Tomoyo tubo que dejar la conversación. Bajó la ventanilla- Hola, buenos días dijo tímidamente.
- ¿Sabe usted que no se puede conducir hablando por teléfono?- preguntó secamente el guardia.
- Lo sé agente pero es que...
Volviendo a la puerta del supermercado...
Sakura estaba cogiendo un carro con suma dificultad. Siempre le costaba mucho separarlo de los demás carros. De pronto se movió hacia a tras para dirigirse hacia la entrada del supermercado y su espalda chocó contra alguien que estaba cogiendo una cesta de la compra de las que estaban justo al lado de los carros.
- Perdone- dijo amablemente sin tan siquiera fijarse en la persona y continuó su camino. Pero la otra persona si que se percató de quien era ella.
- ¿Sakura?
Entonces Sakura se giró y se fijo en él. Era Shaoran. Que casualidad (todos, lectores y autora, sabemos que no es una casualidad, jeje) volverse a encontrar otra vez con él.
- Vaya, ¿qué haces aquí?- preguntó para salir del paso. Estaba realmente sorprendida y bloqueada.
- Bueno pollo.- Shaoran miró la cesta de la compra que acababa de coger y después miró a Sakura sonrientemente quien había fruncido el ceño al escuchar su mote. - Podría decirte que vengo a esquiar, o a bailar pero... cualquier persona con sentido diría que vengo al supermercado a hacer la compra.- Sakura golpeó suavemente el brazo de Shaoran. Por supuesto que si pregunta había sido bastante tonta pero no hacía falta que le tomara el pelo.- Un amigo me ha pedido que le compre unas cosas urgentemente y ...
Ambos entraron en el supermercado hablando tranquilamente y se dirigieron hacia el mismo pasillo. Era extraño que dos personas que en un principio no se soportaban ahora pudiesen hablar tan tranquilamente. Pero algo les decía que la tranquilidad no iba a durar mucho. De repente Sakura vio un pote de crema de leche y alargo la mano para cogerlo. En el mismo instante Shaoran hizo el mismo gesto y ambas manos chocaron. Por un momento se miraron fijamente a los ojos y después volvieron a centrar su atención en el producto. No habían más en el estante y los dos jóvenes no soltaban el único que había.
- Esta bien. Seguramente tendrán más en el almacén.- dijo Shaoran.
Sakura asintió y dirigió su mirada hacia un empleado del supermercado.- Perdone. ¿les queda más crema de leche para cocinar?- el empleado negó con la cabeza.
- No, es el último que nos queda. Hoy se nos han acabado todos pero mañana volveremos a tener. – seguidamente el encargado se fue dejando a los dos jóvenes mirándose insistentemente y mirando hacia la crema de leche. ¿Quién cedería?
- Bueno. Yo te lo daría con mucho gusto pero es que es para un amigo mío que lo necesita urgentemente.- Dijo Shaoran. Tomando el envase de crema del estante.- Con lo pesado que se había puesto Yamasaki para que fuera a comprar no iba a dejar que nadie se lo quitase.
- Sí pero, yo lo vi primero- dijo Sakura arrebatándoselo de las manos.
- Pero yo lo cogí primero- Shaoran volvió a tomarlo en posesión. A Sakura le empezaba a incomodar esa situación.
- Deberías cederle la preferencia a las damas.- dijo cruzándose de brazos.
- ¿Damas? ¿dónde?, ¿Yo no veo a ninguna dama por aquí? – dijo Shaoran mirando a un lado y a otro del pasillo y sonriendo levemente.
- ¡Damelo!- exigió Sakura y ante la negación de Shaoran se abalanzó sobre él para quitarle la crema de leche pero Shaoran fue más rápido y lo alzó por encima de su cabeza. Sakura se puso de puntitas para alanzarlo pero estaba demasiado alto. Hizo grandes esfuerzos para llegar pero le fue imposible. Entonces fue cuando desvió su atención del pote de crema de leche y se fijo en Shaoran quien la contemplaba muy divertido.- ¿Te parece gracioso?
- Si. Contestó el mirando fijamente a los verdes ojos de Sakura.
-Vaya. Al parecer cada vez que nos vemos hago algo que te parece gracioso.
- ¿Has pensado en dedicarte al circo?. Yo creo que aprovecharías todo tu talento.
- Oye. No te pases. – dijo Sakura algo molesta. No quería volver a enfrentarse con ese individuo. Shaoran decidió no hacer más bromas sobre el tema.- No me parece justo que tu te quedes la crema sólo porque seas más alto.
-Es la ley de la naturaleza.- le dijo dándole un golpecito en la frente con su dedo índice. Sakura frunció el ceño.- No te preocupes. Lo entenderás cuando crezcas.
Sakura le pisó fuertemente el pié.- Ya he crecido lo suficiente para entender esto.- y le sacó la lengua haciendo una mueca graciosa.
- Ei. No vuelvas a la agresión. Por aquí no hay ningún papá Noel.- dijo Shaoran divertido aunque todavía con una mueca de dolor por el pisotón.- Oye, para lo pequeña que pareces debes pesar mucho por que me ha dolido.
- ¿Se puede saber que insinúas?- dijo Sakura enfadada por el comentario.
-Mmmm... si te preocupa tu peso no deberías comer tanto. Esto tiene muchas calorías. Será mejor que yo me la lleve.
-Ni en sueños. –Sakura negaba con la cabeza. En realidad no tenía tanta importancia conseguir la crema de leche, podía decirle a Tomoyo que simplemente no había. Pero ese individuo se estaba poniendo muy cabezota y poco amable. Eso la empujaba a luchar por la crema.- Nos lo echaremos a suertes.
- No tengo porque. Ya está en mi poder- ¿Cómo podía ser tan cabezota?
- Pero... siempre puedo empezar a gritar y, créeme, todo el mundo creería antes a una inocente jovencita. A ver... ¿que puedo gritar?, ¿hago referencia a un acoso? ¿a un robo?
Shaoran la miró indignado. ¿Sería capaz de hacer tal cosa? Recordó los encuentro precedentes a estos. Esa muchacha no tenía ningún inconveniente a gritar en medio de lugares públicos. Se podía quejar por todo y finalmente podía dejarlo en ridículo otra vez. Él podía devolverle la pelota fácilmente pero el caso es que no quería otro episodio bochornoso en su vida.
- Quieres decir que serías capaz de montar un POLLO- dijo aprovechando el momento para bromear. Sakura frunció el ceño y abrió la boca pero justo antes de que dijese una sola palabra Shaoran la interrumpió- Hecho.
Le tendió la mano y la miró fijamente. Sakura miró unos breves segundos la mano ¿merecía la pena confiar en él? No tenía otro remedio. De momento era él quien tenía el único pote que quedaba en toda la tienda, así que no tenía otro remedio. Estrechó su mano con la de él zanjando el trato. La mano de Sakura se veía extremadamente pequeña al lado de las del joven chino. No era la primera vez que se daban la mano. Días atrás cuando Sakura iba disfrazada de pollo ya habían firmado la paz. Aunque realmente no había durado demasiado.
- ¿Como quieres que lo hagamos?
-Mmmm... no lo sé- dijo Sakura pensativa.- ¿a cara o cruz?
- ¡No!- contestó Shaoran cortante.- Me niego. Las monedas me odian. Y... antes de que propongas nada más me niego a utilizar cualquier cancioncita estúpida.
Sakura imitó graciosamente lo que él había dicho.
-Bien quejica. Entonces...
-Oye pollo, que sepas que no soy un quejica- ¿cómo conseguía esa chica sacarle de sus casillas? Conseguir que el serio y sereno Shaoran se comportase como un joven normal y más aun, le siguiese el juego?
-Lo que tu digas. Primero deja el trofeo en la estantería. Todavía no es tuyo... ni lo será. –Shaoran le hizo caso y se quedaron los dos mirándose fijamente. ¿Quien llegaría la final? - Entonces, ¿que propones?
-La suerte no es una buena justicia. Propongo que nos lo ganemos de alguna manera.
¿así que ahora Shaoran pretendía mejorar la competición? Pues Sakura no se pensaba quedar corta. Llegaría hasta el final y conseguiría el premio.
- El primero que haga reir al dependiente con un buen chiste- dijo Sakura ya encaminándose en busca de una víctima.
-Espera un momento- Shaoran la había detenido. La sostenía por el brazo para que no se fuese a iniciar una competición.- No tengo ningún inconveniente en contar chistes pero se trata de evitar otro episodio bochornoso. Sino me iría ahora mismo dejandote en este pasillo gritando como una loca.
Sakura se había quedado observando. En el fondo tenía razón. El pobre chaval pensaría que estaba delante de dos locos.
-Hagamos que alguien decida por nosotros.
- Alguien imparcial- aclaró Shaoran.
- Por supuesto. Le daremos razones para que elija quien gana.
- Esta bien pero ¿cómo y quien?
- Cada uno cogerá una marca de un mismo producto. Daremos las razones por las cuales creemos que nuestro producto es el mejor. Le preguntaremos la opinión a alguien que este por ahí...
- Y a quien dé la razón ese será el ganador. Perfecto. ¿Qué sugieres que escojamos?
Sakura se encogió de hombros. Empezaron a caminar por varios pasillos en busca de un producto lo suficientemente adecuado. De pronto vieron como en el pasillo de productos de limpieza había una mujer con un carro y una gran lista. Debía estar haciendo la compra del mes así que estaría un par de minutos por ese pasillo. Además parecía lo suficientemente cotilla como para inmiscuirse en conversaciones ajenas. Ambos se miraron y asintieron. Habían encontrado el pasillo perfecto.
- ¿Detergentes?-susurró el joven chino. Sakura asintió, le cogió el brazo y empezó a caminar hacia los detergentes. Shaoran notó como su cara se volvía un poco mas roja de lo normal. ¿Qué le pasaba con aquella chica? Podían estar a punto de matarse y un minuto después estar cogidos del brazo.
- Vamos a coger "Micolor". -Dijo ella en voz alta para que la mujer la oyese bien.
-De ninguna manera. El mejor detergente es "Ariel". -la mujer miró a los jóvenes de reojo.
-Pero "cariño" -dijo Sakura metiéndose completamente en el papel- Este detergente es ecológico. No daña el medio ambiente.
-Sí, "cielito", pero "Ariel" es más barato.- puede que no fuese del todo convincente. Tendría que mejorar su técnica. Con cuidado vigilaba de reojo si la mujer les prestaba atención.
- Apenas es un poco más caro además este es perfumado. Tiene aroma a flores silvestres.- por fin la mujer pareció girarse para oír mejor la conversación de los dos competidores.
- No pretendo ir por la oficina apestando a hierbas del campo. Además, el mío lava más blanco.
- Si apenas tenemos ropa blanca. Pero me niego. Estropea la piel de las manos. En cambio este ecológico es dermoprotector. Y además también protege los colores. - La mujer había picado el anzuelo. Se mostraba interesada por la conversación. Ambos controlaban que ella les pudiera oír y que no perdiese interés.
- ¿Qué más te da? No lavamos la ropa a mano. Para eso está la lavadora. Además yo si que tengo muchas camisas blancas.- Había sido un gran fallo para Sakura necesitaba un buen argumento para volverse a meter en la competición.
- ¿Pero no has visto lo gracioso que es el payaso que anuncia "Micolor"?
-Sí lo he visto y más que gracioso yo diría que es terrorífico. Pero, ¿no has visto el anuncio de "Ariel"? " Más blanco no se puede".
- ¡Oh! Pero mira. Aquí hay una oferta. Mira este pack. Si compras un paquete de 5Kg de "Micolor" te llevas también este nuevo quitamanchas que acaba de salir al mercado.
- No me convence. "Ariel" deja la ropa taaaaaaaaaaaan suave- ni el mismo Shaoran se podía creer todo lo que estaba diciendo de un simple detergente. Jamás creyó poderle sacar tanto partido a un simple producto de limpieza. Sakura esbozó una leve sonrisa al ver la expresión de la cara de su contrincante.
Sakura se preguntó si realmente la mujer se estaría creyendo que eran una pareja discutiendo por una marca de detergente.- ¿Yo con éste individuo egocéntrico? Ni en broma- pensó.
- Pero, "pichoncito", - continuó Sakura. A cada apodo cariñoso que se ponían el otro fruncía el ceño. – para eso ya tenemos el suavizante.
La mente de Shaoran recorría rápidamente sus recuerdos en busca de algún anuncio televisivo de detergentes. Ya se le estaban terminando las ideas.- Pero mira "palomita", este está hecho con jabón de Marsella. Dicen que es el mejor jabón del mundo. Se hacía en Francia y...
- Vaya hombre. No me vuelvas a contar la misma historia de siempre... bla, bla, bla- Sakura lo interrumpió para que no pudiese ganar protagonismo pero lo cierto es que ella también estaba en blanco miro a Shaoran quien le guiñó el ojo como muestra de que era el momento de dar por finalizadas las argumentaciones.
Sakura se giró y miró con una amplia sonrisa a la mujer. Dio un paso hacia ella seguida de Shaoran.
-Perdone pero... ¡vaya! , que abrigo más bonito- esto le ayudaría a ganar puntos.- Usted parece tener muy buen gusto para la ropa – Shaoran estaba boquiabierto, le estaba haciendo la pelota a la mujer, eso era juego sucio.- Que detergente escogería.- Dijo enseñándole de cerca su detergente mientras Shaoran también le mostraba su opción.
La mujer observó la cara de la pareja y después contempló los dos detergentes.- Bueno, ambos son de muy buena calidad pero... -dudó un momento mientras que los dos jóvenes esperaban impacientes.- creo que me decantaría por "Micolor"- una triunfante sonrisa se dibujo en la cara de Sakura. ¡Ella era la ganadora!
-Vaya, muchas gracias señora agradecemos su opinión. -Y en cuanto Sakura cogió el carro parta ir en busca de se premio noto coma el brazo de Shaoran pasaba por encima de su hombro y la retenía junto con los detergentes.
- De todas maneras, "encanto"- está vez el apodo sonó más irónico que las anteriores- creo que todavía nos quedan un montón de detergentes por descartar.
En pocos segundos la mujer despareció del pasillo y se quedaron solos frente a una gran cantidad de productos de limpieza. Entonces Shaoran soltó a Sakura. No sabía como se había atrevido a coger así a una desconocida aunque ella estaba dejando de serlo para él. Estaba algo sonrojado pero Sakura también lo estaba. De cualquier manera estaba muy enfadado por el juego sucio.
- Eres una tramposa.- le dijo señalándola con un dedo acusador. – No se ha valido.
- No te comportes así. Pareces un niño pequeño- le dijo despeinándolo.- Has de aprender a aceptar una derrota.
-La aceptaría si fuese una derrota justa pero NO lo es.- dijo cruzándose de brazos muy molesto.
- Así es la vida. – entonces la joven chica se encaminó de nuevo a la busca de su premio pero Shaoran hizo lo mismo que ella.
-Esta tía es una bruja- pensó Shaoran.
Sakura aceleró el paso con su carro para adelantarlo pero él hizo lo mismo y en apenas un par de segundos estaban corriendo por el pasillo. ¿Quién les iba a decir que la competición terminaría en una salvaje carrera? Sakura intentaba cortarle el paso con el carro pero no conseguía dejarlo atrás ya que él se defendía con su cesta. Cuando llegaron al final de ese pasillo derraparon pues debían girar para encaminarse al pasillo del trofeo. Pero entonces chocaron con el dependiente.
-Por favor. Debo pedirles que no armen tanto alboroto. No se pueden hacer careras con los carros.
Pero para ese momento ya lo habían dejado atrás y continuaban corriendo por los pasillos. Por fin llegaron al pasillo. Entraron en él acelerando n la recta final, llegaron justo enfrente del estante de la crema de leche, alargaron el brazo para cogerlo y....
Casi se caen al suelo de estupefacción. No podían creárselo. Ya no estaba. Alguien debía acabar de comprarlo. ¿Como podían haber cometido un error así? No sabían si reír o llorar. Llevaban más de un cuarto de hora pelándose por el último pote de crema de leche, haciendo el ridículo y alabando a productos de limpieza y total, ¿Y para que? Para nada porque ninguna se llevaría el premio.
Se miraron y empezaron a reír fuertemente. Se señalaban el uno al otro y señalaron el estante donde había estado s ansiado premio. De pronto dejaron de reír y se miraron con odio. De sus ojos salían rayos asesinos. Estaban decepcionados y enfadados.
- Es todo culpa tuyo- gruñó el chino.- Tu me has dicho que lo dejase ahí que todavía no era mío. Ahora lo sería de no ser por ti.
-¿Mía? Eres tu el que lo ha dejado. No haberme hecho caso.
-Eres una cabezota caprichosa. Ni tan sólo tu te comprendes.
-Des de luego, eres la persona más insoportable que conozco.
-Vaya, porque será que me cuesta bastante de creer. Seguro que tienes un club de pollos asesinos que se dedican a hacer llorar a niños inocentes.
-¿Cuando piensas dejar de recordar eso? ¿vives anclado en el pasado?
-Ese pasado pasó hace unos pocos días, cabeza de chorlito.- dijo llevando su dedo índice hasta la frente de Sakura y golpeando suavemente varias veces.
En ese mismo instante la mujer que había decidido el detergente pasó por ese pasillo y vio a los jóvenes gritando y discutiendo. Cuando pasó por su lado los miró amablemente.- No sabía que las parejas jóvenes de hoy en día podían discutir tanto por un simple detergente. Deberíais comprar los dos. – después prosiguió su camino dejando a los chico mudos.
- ¿Pareja? Como esa mujer se podía haber creído en serio que éramos una pareja- pensaron los dos al mismo tiempo.
Y mentalmente repasaron todos los defectos del otro con gran exageración, claro está. Después se giraron y se fue cada uno por su camino sin intercambiar ninguna palabra más.
- ¡Anímate! Nos lo pasaremos bien. Hace siglos que no lo hacemos.
- No Naoko, ya te he dicho que no puedo. Estoy muy cansada y no me apetece.-contestó Rika al otro lado del teléfono.
-Eso no es no poder, es más bien no querer.
- Bueno, piensa lo que quieras, pero me levanto muy temprano y tengo muchas cosas que hacer.
-Como irte a primera hora a una cafetería a observar...- Naoko buscó las palabras exactas- digamos... ¿observar el paisaje?- se oyó un pequeño gruñido, este comentario sobraba.- Venga Rika. Te estás convirtiendo en una vieja cascarrabias aburrida.
-Oye, eso no es cierto. Lo único que pasa es que no me apetece maquillarme como una puerta y salir con unos zapatos de tacones que me destrozan los pies para entrar en un local lleno de borrachos.-ante estás palabras Naoko se rió.
- No es verdad. No tienes que hacer eso. Sólo te pido que vengas. Ven como quieras. Pero hace mucho que las chicas no tenemos una noche de juerga. A Chiaru le ha parecido muy buena idea y seguro que Sakura también se apunta.
- ¿Y Tomoyo?
-No, ella no puede venir. Me ha dicho que tiene una especie de cena con Eriol y me ha contado una especie de historia pero no la he llegado a entender. Creo que se llevan algo entre manos. ¿Qué me dices?¿vendrás?
-Pues que todavía no he oído ninguna razón que me convenza para ir.
- Pues... ¿cómo tú, la más romántica, pretende encontrar a su príncipe azul si se queda de brazos cruzados y no sale a buscarlo?
- Yo no he dicho que esté buscando a un príncipe azul.
-Sí lo haces. " quiero un novio"- dijo Naoko imitando la voz de Rika suplicante- Siempre lo has hecho. La verdad es que creo que escoges a los hombres equivocados y te obsesionas demasiado con ellos.- Rika sabía que Naoko tenía razón pero no lo aceptaría delante de ella. No podía remediarlo, ella era así.- Pero... ¿sabes que nunca encontrarás a tu príncipe si no sales a buscarlo? ¿pretendes que te caiga del cielo?
-Mmmm.... no estaría mal.- bromeó Rika
-Pues no lo va a hacer. En serio, a todas nos conviene salir. Sobretodo a ti. Últimamente sólo piensas en una cosa y...
-Y no me importa.
- Rika, para de dar rodeos. Sabes perfectamente que no te puedes enamorar de un desconocido y...
- ¿porque no? Todo el mundo lo hace incluso tú- interrumpió Rika.
-Si, pero si no haces nada por conocerlo y acercarte a él...
- Pero Naoko, en realidad no es un desconocido. Es un profesor de la universidad de...
-Lo sé, lo sé, me lo has contado mil veces. Averiguar toda su vida no es conocerlo. Es pasarse de la ralla.
- ¿qué insinúas?
-No insinúo nada. Te lo digo bien claro. No puedes encerrarte en una fantasía. Tienes que salir y encontrar a gente nueva.. sin obsesionarte con nadie.
-Pero Naoko...
- Ni peros ni nadas. No acepto un no por respuesta. Hoy saldremos todas de fiesta. Te quiero bien arreglada y guapa a las nueve en mi casa, ¿entendido?
Naoko tenía razón pero Rika jamás lo reconocería. Sabía que iría a ninguna parte y que no conseguiría nada con su soñado profesor pero no podía evitarlo. Le gustaba ser así. De cualquier manera no era tan mala idea salir de fiesta con sus amigas. Hacia siglos que no lo hacían. Lo haría por ellas. Además si no acabarían llamándola todo el rato hasta que cediera.
-De acuerdo pero... Nada de empujarme contra ningún chico. Ya me puedo valer por mi solita.- Naoko rió ante el comentario de su amiga.
- ¿Ni una pequeña ayudita?- Rika gruño al otro lado del teléfono dando a entender que no.
Rika era muy tímida por los chicos. Por eso solía refugiarse tras un sueño del hombre perfecto. Escogía a un hombre y lo idealizaba hasta el máximo. A veces sus enamoramientos duraban incluso varios años. Ya lo había hecho con el profesor Terada cuando iban a la escuela primaria pero años después continuaba haciendo lo mismo con otros hombres. Ya era hora de que dejase esa costumbre. Por eso sus amigas solían bromear con ella para que dejase su timidez de lado y intentase acercarse a otros chicos.
-Os lo digo en serio. Si no, no pienso aparecer. Me colocáis en situaciones muy embarazosas.
-Pero si sólo pretendemos que de desinhibas. Bueno, está bien. Nos comportaremos pero más vale que te lances a por algún chico.- ambas sabían que no lo haría. No sólo porque Rika no era la clase de chicas que buscaban un lío de una noche sino porque sería incapaz de atreverse a ligarse a alguien de esa manera.
Sakura caminaba lentamente empujando su carro. Los pasillos del supermercado parecía eternos. Pensaba en lo ocurrido apenas hacía unos minutos. Realmente se habían comportado como críos. Pero no era sólo culpa suya. Shaoran se había puesto muy impertinente. Pero también se sentía mal. Había utilizado un juego sucio para ganar y aún así no había conseguido lo que quería sino volver a pelearse con él. De pronto vio como Shaoran pasaba por el pasillo central y continuaba caminando hacia el pasillo paralelo al que se encontraba Sakura. Ésta sintió un extraño impulso y empezó a caminar en la misma dirección. Pero al llegar al pasillo donde estaba él, en vez de seguir caminando, se limitó a esconderse tras una portería y observarlo.
Shaoran miraba lentamente todos los producto intentando decidir que necesitaba. Cada poco rato se pasaba la mano por la cabeza despeinándose ligeramente. Pese a lo serio que parecía con su traje, su pelo le daba un aire más juvenil. Al fin y al cabo sólo tenía un año más que Sakura.
En unos instante Sakura se percató de lo que estaba haciendo. Estaba espiando a ese individuo. Se sonrojó por su pensamiento e inmediatamente se alejó de la zona.
Shaoran estaba tardando más de lo normal en efectuar sus comprar. Estaba muy pensativo. Durante los últimos días se había encontrado en las situaciones más insospechadas por culpa de es chica.
La verdad es que por muy olestas que fuesen, esas situaciones lo desestresaban. Des de que había llegada a Tokio sólo pensaba en el trabajo y apenas se podía evadir de él cuando estaba con sus amigos. Pero cuando se peleaba con ella volvía a ser un muchacho normal y corriente sin demasiadas preocupaciones. Quizás había sido demasiado duro con ella.
Los dos iban sumergido en sus pensamientos cuando al girar en la esquina de un pasillo sus miradas volvieron a cruzarse. Se quedaron quietos unos instantes. Ninguno decía nada, tan sólo se miraban. Y podía verse claramente que en sus miradas ya no había ni el odio ni el enfado que había habido antes sino más bien arrepentimiento.
- Nos hemos comportado como auténticos niños- dijo finalmente Shaoran.
-Lo sé- dijo ella tímidamente.- Yo... lo siento mucho. Quizás me pase un poco con lo de los detergentes y...- a Sakura le estaba costando mucho pero la sonrisa amable de él le facilitaba las cosas.- y... también con empujarte con el carro.- en estos momentos ya estaba más roja que un tomate. A veces ni ella misma podía creerse su comportamiento.
Un momento. ¿Shaoran estaba sonriendo? Últimamente sonreía mucho más de lo normal. En ese momento se percató de ello pero lo atribuyó rápidamente a que empezaban a tranquilizarse las cosas en el trabajo y por fin ahora podía comenzarse a evadir un rato de él.
-Yo también lo lamento- se disculpó.- Parece que cada vez que nos encontramos hemos de acabar discutiendo.- ambos empezaron a caminar juntos por el pasillo hablando, eso sí, más tranquilamente que antes.
Entonces Shaoran se paró frente a una estantería para coger un producto y Sakura se detuvo para esperarlo. En ese momento no pudo evitar fijarse en lo que el joven chino llevaba en su cesta. Los ojos de Sakura se le abrieron para platos. Se había propuesto no pelearse más con ese chico pero la oportunidad merecía la pena. Metió la mano dentro de su cesta y antes de que él se hubiese dado cuenta ella ya había conseguido su objetivo
- ¿Qué haces? – le preguntó al ver sacar su mano de la cesta. Sakura se limitó a sonreír con cara de niña traviesa y a mostrarle lo que tenía en la mano.
- ¿Para que quieres esto?
Shaoran se puso rojo como una cereza al ver la caja de preservativos que sostenía Sakura. Yamasaki le había insistido en que le comprase una. Pese a su negativa rotunda Yamasaki no se dio por vencido hasta decirle que le venía de paso. Él se había negado por que intuía que le induciría a una situación embarazosa y... ahí mismo estaba.
- Mmmm... ¿Todavía no lo sabes?- le frotó el pelo a Sakura despeinándola?- Es que las niñas pequeñas como tú todavía no utilizan esas cosa pero tranquila, dentro de cinco o seis años te explicarán para que sirven. – le dijo como si estuviese hablando con una niña pequeña, cosa que molestó mucho a Sakura.
- No, más bien me refiero a que haces comprando esto si seguro que no lo necesitas para nada. – Y diciendo esto los colocó en un estante y siguió caminando alegremente.
-Y, ¿quién te ha dicho que no los utilice?
Sakura se giró para observarlo un momento. Era un hombre joven y atractivo. Seguramente tenía bastante éxito con las mujeres. Pero eso también podía implicar que fuese un arrogante cretino, justo la clase de hombres que Sakura no soportaba. En realidad hacía mucho que no soportaba a casi ningún hombre, tan sólo se relacionaba con sus amigos de siempre o bien por motivos laborales pero evitaba conocer a nuevos chicos. Estaba segura de que Shaoran debía utilizarlos bastante a menudo, pero de cualquier manera, lo único que pretendía Sakura era hacerle rabiar.
- Se te nota en la cara- dijo ella y continuó su camino esperando que en cualquier momento él volviese a caminar a su lado para discutirle ese comentario.
Shaoran se quedó pensativo por un momento. ¿De que hablaba esa chica? Cuando estuvo en la universidad tuvo una época de locura. Atraía a muchas chicas y para entonces era muy abierto y solía relacionarse con ellas. Pero eso duró poco. No le gustaba esa manera de ser tan superficial. Se moderó un poco y dejó de ligar con todas las chicas que se le acercaban. De todas formas continuó siendo uno de los centros de atracción para las chicas. En los últimos años había tenido varias relaciones pero ninguna llegó a funcionar bien. Pero des de que había llegado a Tokio había estado tan inmerso en su trabajo que apenas había tenido tiempo para que Eriol le presentase a toda su pandilla. ¿Cómo se suponía que tenía que encontrar a alguna chica de esa manera? Aunque ese era un tema que no le preocupaba demasiado por el momento. Pero... ¿realmente se le notaba en la cara?
Se puso a caminar al lado de Sakura pero no dijo nada. Simplemente se quedó callada y pensativo. Sakura se percató. ¿Sería por lo que había dicho? Decidió romper ese incomodó silencio.
- De todas formas no se por qué extraño motivo te empeñas en tratarme como si tuviese diez años menos que tú. Tan sólo soy un año menor.
- ¿Y tú que sabes?- dijo Shaoran extrañado por ese comentario. Entonces Sakura se percató de que había metido la pata. Se supone que ella no debería saber eso. Pero antes de que pudiese rectificar su error, Shaoran entendió el motivo.- No lo puedo creer.
- ¿El que no te puedes creer?- dijo ella haciéndose la distraída.
- Que revisaras mi cartera antes de devolvérmela.
-No lo hice- mintió Sakura- simplemente la abrí para ver de quien era y ahí estaba tu carnet diciendo que eras un año más viejo que yo. Eso es todo.
- No es justo. Tu has podido cotillear en mi vida.- Sakura sonreía felizmente, sin aceptarlo pero tampoco negándolo.
Siguieron caminando hasta que llegaron al pasillo de las carnes. Shaoran se acercó rápidamente a Sakura y le tapó los ojos con sus manos.
-Pero, ¿se puede saber que haces?- preguntó ella
- No mires, no mires,- decía él con voz preocupada
-Pero, ¿que pasa?
- Algo muy cruel, no creo que tus suaves plumas puedan soportarlo.
Sakura consiguió apartar la mano de Shaoran de su cara y vio delante suyo un enorme estante frigorífico que contenía todas las carnes, y justo estaban parados frente a la sección del pollo.
- Muy gracioso.- dijo irónicamente a la vez que le golpeaba suavemente en el brazo.
-Lo sé. No he podido evitarlo. Al ver a tus semejantes ahí colocados en bandeja se me ha venid el mundo encima. Espero que nunca se les ocurra hacer eso contigo, "pollo".
- No tiene ninguna gracia.
- ¿En serio? Pues yo siq ue creo que la tiene. Y pensándolo bien... Si te hicieran eso, yo te compraría.
- Me comprarías en un supermercado?
-Aja. Imagínate, tú estirada en una bandejita con tus alitas y tus patitas diciendo "cómeme".
- Mmm... me lo tomaré como un piropo.
Continuaron bromeando durante unos pocos minutos pero entonces se dieron cuenta de la hora que era. Cada uno continuó por un pasillo diferente en busca de los últimos productos que necesitaba.
En breves minutos Sakura ya había terminado de coger todo lo que necesitaba y se dirigió hacia una caja para pagar. Ya había perdido casi toda la mañana en el supermercado. Hizo unos minutos de cola fijándose en algunos de los productos más cercanos a la caja.
Por fin llegó su turno. La cajera, una mujer un poco seca y no demasiado amable empezó a pasar los productos por la máquina registradora. Cuando terminó le dijo el importe a Sakura y esta le entregó la tarjeta. La mujer la miró breves segundos y se la devolvió.
- Lo siento, no aceptamos tarjetas- dijo seriamente.
-¿Cómo que no aceptáis tarjetas? Pero si siempre lo hacéis.- protestó la joven
-Sí, pero hoy no- Sakura la miró en busca de alguna explicación- Se nos ha estropeado la máquina así tiene que pagar en efectivo.
-Pues no puedo. No llevo dinero encima. Así que pruebe con la tarjeta.
-Ya le he dicho que es imposible.- la cajera se cruzó de brazos y negó con la cabeza.
-Pero no puede ser que en un supermercado como este no se pueda pagar con tarjeta.
- Pues lo siento señorita pero es la única opción que tiene.
-Ya le he dicho que es imposible. No llevo nada suelto encima y...- antes de que Sakura terminase la frase alguien tosió por detrás de ella para llamar su atención. Ambas, cajera y compradora se giraron para observar a ese alguien.
- No te preocupes. Ya pago yo.
-No... no... no hace falta.
- ¿Acaso va a pagar usted?- dijo cortantemente la cajera. Este comentario molestó a Sakura. ¿Quién era ella para entrometerse en quien debía pagar?
-En serio, déjame que lo pague, no tienes otra opción.- y antes de que Sakura pudiese decir nada Shaoran ya estaba pagando la compra de ambos. Al fin y al cabo no era mala persona. No era esta la primera vez que acababa ayudándola.
Ambos chicos salieron en silencio del supermercado.
-Esto... -Sakura quería agradecérselo pero le resultaba imposible decir un " gracias a secas"- pues yo... me alegro de no haber conseguido la crema de leche- un interrogante surgió sobre la cabeza del joven chino- Sino no creo que me hubieses pagado la compra.-Ambos chicos sonrieron ante el comentario- En serio, muchas gracias.
-De nada. Es lo mínimo que podía hacer.
-Te debo una.- dijo Saklura sonriendo e intentando sostener todas las bolsas a la vez.
-No te preocupes. Con la racha que llevamos seguro que nos volveremos a ver muy pronto. Ya tendrás tiempo para devolvérmelo.- Sakura asintió y Shaoran le guiñó un ojo para hacerla sentir mejor. Pero... ¿Shaoran acababa de guiñar un ojo a alguien? No lo había hecho como un intento de ligar, solamente para mejorar la situación pero igualmente era algo inusual.
Después se despidieron alegando que era muy tarde y ya perdido suficiente tiempo con la competición.
Tomoyo llegó a casa y vio un montón de bolsas en la cocina. Sakura no había guardado las cosas de la compra. De repente se le ocurrió una idea. Tenía que buscar si había conseguido comprar la crema de leche. ¿Quién habría ganado en la lucha por el último pote que quedaba en toda la tienda?
Pero primero se cambiaría para ponerse más cómoda. Se dirigió a su habitación para dejar sus cosas y vio tras la puerta un montón de bolsas. El día anterior había ido al supermercado y había comprado todos los otros botes de crema excepto uno, el mismo por el que Sakura y Shaoran se deberían haber peleado. Estarían una buena temporada comiendo toda clase de platos con crema.
Después se dirigió a la cocina y vio empezó a revolver las bolsas pero sin ningún éxito. ¿no lo habría encontrado? ¿no se habría cruzado con Shaoran? ¿acaso su plan había fracasado? De pronto vio una nota sobre la mesa de la cocina.
Tomoyo:
Estoy en el trabajo. He comprado todas estas cosas pero no me ha dado tiempo a guardarlas. Lo siento muchísimo pero no quedaba más crema de leche por lo visto ayer alguien compro tooooodo lo que les quedaba, ¿qué clase de persona almacena tanta crema de leche de golpe?
Una gota surgió en la nuca de Tomoyo. Si Sakura supiese quien había sido... Tendría que inventarse algo para todo aquel monton de potes que tenía en su habitación o regalárselos a alguien. Tras este pensamiento Tomoyo continuó leyendo la nota de Sakura.
Bueno. De todas maneras espero que tu cena con Eriol vaya bien. Está noche no iré a cenar a casa para que podáis estar solos. Otra cosa. ¿Sabes con quien me he vuelto a encontrar? Con el chico aquel de la cartera. Al menos hoy ha sido más amable. Pero empiezo a creer que me persigue... tantos encuentros no pueden ser una casualidad.
Sakura
Tomoyo sonrió eso era justo lo que quería oír. Fue corriendo a buscar el teléfono. Tenía que llamar a Eriol y contárselo. El plan había sido todo un éxito. Pero nadie contestó al teléfono. Insistió varias veces pero nadie le contestó. Decidió ir hasta su apartamento. Después de todo, tenía que cenar igualmente con él para que Sakura no sospechase nada.
Guardó todo lo que Sakura había comprado. Después se volvió a vestir y salió de casa llevando un par de botellas de crema de leche para dejar en casa de Eriol. Tendría que empezar a repartirlas para que Sakura no descubriese el montaje.
Notas de la Autora: ¿qué les pareció? Espero saberlo por medio de muchísimos reviews. Cada vez que recibo uno me pongo a saltar de alegría. Además, tengo muy poco tiempo y si me dicen que les gusta m historia me motivo más. Asíq ue ya seban. Si no quieren volver a esperar tres meses.... R&R( Se aceptan sugerencias)
Mil gracias a todos por leer mi fic.
A cada etapa su arte. Al arte Libertad
Carmen Dreaming Angel
