Cap 4. Las Primeras Clases. El primer retraso.

Belinda y Lizeth nos avisaron de que era la hora de bajar a desayunar. Nos levantamos algo cansadas, pero aún así conseguimos ponernos de pie.

- Hoy son las primeras clases, Transformaciones, con Hermione Granger... No se como será esa profesora si buena, o mala... –dijo Belinda con preocupación-
- Bueno, no sé, supongo que no será tan grave... –dijo Lucille- Se la veía con cara de buena.
- Las apariencias engañan –respondió Belinda-
- Y a segunda nos toca... ¿Pociones? Con Draco Malfoy... Seguro que esta es la asignatura favorita de los Slytherin –resopló Lizeth-
- ¿Por qué nadie quiere ir a Slytherin? –preguntó Lucia-
- Son los malos, por decirlo así... De ahí salieron los antiguos mortífagos que hubo y lo peor es que los Slytherin suelen meter en muchos líos a otras personas, no os aconsejo que os acerquéis mucho a ellos. –explicó Lizeth- Mi hermana mayor, Elizabeth me lo dijo...
- Vaya, pues que mal ¿no? –dijo Lucia-
- Si, mucho... –afirmó Belinda-

Belinda, Lizeth, Lucia, Lucy y Lucille bajaron abajo a desayunar, se sentaron juntas. Eran las dos primeras amistades que hicieron. Lucy entonces habló por lo bajo con Lucia, que se puso un poco roja.

- Ahí se acerca tu amigo, Lucia... –dijo con voz socarrona Lucy-
- ¡Cállate Angelinaaaaa! –exclamó Lucia-
- Y dale... –la miró con mala cara...-

Era verdad, Tom se acercaba a nuestra mesa.

- ¿Qué, ya habéis desayunado? –preguntó sonriendo Tom-
- Pues estamos en ello –contestó Lucille al ver que ninguna decía nada-
- ¿Qué os toca ahora? A mi Historia de la Magia, que rollo... –farfulló Tom-
- A nosotras nos toca Transformaciones... –dijo Lucy-
- ... Con Hermione Granger –terminó Lucia la frase-
- ¡No es tan mala! Aprendes mucho y es bastante buena, aunque en los exámenes... –hace una mueca-
- Si tu lo dices... –dijo Lucia-
- Bueno Lucille... Nosotras nos vamos yendo de camino... ¿A qué vosotras tambien? –miró a Belinda y Lizeth-
- Eehm... no... –dijo Lizeth-
- Siiiiiiii... –dijo Lucille dando un codazo a Lizeth-
- ¡Ah, si, si... tenemos que buscar el aula!...
- ¡Y yo me voy con vosotras! –dijo Lucia-
- Tu tienes que terminar el desayuno, o se lo digo a mamá... –ordenó Lucille-
- Bueno, vale... ¿Me haces compañía Tom?

Belinda, Lizeth, Lucille y Lucy se fueron por el pasillo en busca del aula, charlando.

- Menos mal que ha pillado la indirecta –dijo Lucy-
- ¿Le gusta ese chico? –preguntó Belinda-
- Creemos que sí. –Contestaron Lucille y Lucy a la vez-
- Pues mi hermano le conoce. Mi hermano está en Gryffindor, se llama Roger, es amigo de él. –dijo Belinda-
- ¿Y es buen chaval? –preguntó Lucy-
- Mi hermano dice que sí –respondió Belinda-
- Más le vale –dijo Lucille en tono amenazador-
- ¿Dónde tenemos que ir?...

En la mesa de Ravenclaw, Lucia y Tom seguían hablando.

- Pues mis hermanas se han ido a buscar el aula, yo como no he terminado de desayunar me quedo aquí... ¿Qué mal que tengas Historia de la Magia ahora no? Yo lo tengo al final... –dijo Lucia-
- Si, bueno, si algún día vas a la biblioteca avísame ¿Vale? Así me voy contigo o algo... Ya que no estamos en la misma casa... Bueno me voy, que si llegamos tarde Binns se cabrea... –dijo con aire divertido-
- Vale, me voy a buscar a mis hermanas... –dijo un poco sonrojada-
- ¡Hasta luego! –exclamó Tom-
- ¡Adiós! –dijo Lucia sonriendo-

Lucia acabó encontrando a las demás, que estaban igual de perdidas que ella. Cuando sonó lo que supusieron una campana para el inicio de clase, estaban desesperadas. Pero encontraron la solución. Vieron a Michelle, una de las prefectas de Ravenclaw.

- ¡Michelle! –dijo Belinda- ¿Dónde está el aula de Transformaciones?
- Daos prisa... ¡Llegáis tarde! –exclamó-
- ¡Qué gracioso! Yo también me di cuenta, pero preguntamos el aula... –dijo enojada Lucille- Y tu también vas tarde.
- Detrás de vosotras está el aula, y no llego tarde, es que yo voy a este aula de aquí al lado con mis compañeros que vienen... detrás. –sentenció Michelle señalando a un grupo de gente de quinto que entraba-
- Entremos... –dijo Belinda-

Entraron y vieron a toda la clase. Solo estaban los Ravenclaw.

- Llegais tarde, chicas... –dijo Hermione-
- Lo sabemos, profesora. Es que no sabíamos dónde encontrar el aula. Lo sentimos –se excusó Lucille en nombre de todas.-
- Está bien señorita...
- Lovegood, profesora.
- Eso, bueno, sentaos en los pupitres libres, vamos a comenzar la clase de hoy. No saquéis la varita, la clase de hoy será teórica, en cambio la clase de mañana será práctica. –dijo Hermione- Coged plumas y pergamino.

Se sentaron sobre la fila de atrás vacía y sacaron las cosas. Hermione empezó a dictar encantamientos de transformaciones, cuando terminó quedaban apenas 5 minutos de clase.

- Bien, mañana empezaremos a transformar una cerilla en un alfiler o una aguja. Bien, recoged... –dijo cuando sonaba el ruido del cambio de clase-

Mientras estaban saliendo y consultando el horario se fijaron en la segunda hora...

- ¡Pociones con Slytherin! –exclamó Lizeth-
- ¡Que mal!... –dijo Belinda-

Mientras cruzaban el pasillo, Lucille vio al chico moreno que vio en Slytherin. Su corazón latía fuertemente, el chico la miró de reojo mientras que ella para no parecer otras cosas miró con indiferencia. El chico entonces sonrió y le dio un codazo a su amigo. Cuando se dio cuenta, Belinda la estaba hablando sin que ella se diera cuenta.

- Lucille... ¿Me escuchas? –dijo Belinda-
- Eh, ah si...claro... –dijo Lucille-
- Creí que te habías quedado en trance –comentó Belinda-
- No, no... ¿Dónde están las mazmorras? –preguntó extrañada-
- Pues... abajo –supuso Belinda-

Entonces, llegaron a las mazmorras, antes de entrar, alguien empujó a Lucille que de no ser porque entre Belinda y Lucia la agarraron, casi se cae.

- ¿Pero estáis ciegos o qué os pasa? ¡Sois imbéciles! –exclamó furiosa Lucille-
- ¡Hombre, una Ravenclaw se nos enfrenta! –dijo uno de los 3 chicos que había-
- ¡Pues sí! Mira por donde vas, pedazo de imbécil... –le replicó Lucille-
- ¿Y si no queremos? –protestó otro de los 3-
- Os las veréis conmigo –dijo Lucille-
- Y conmigo –dijeron Lucy y Lucia-
- Vaya, así que las trillizas quieren guerra como nosotros...

Antes de que pronunciara palabra, Draco Malfoy, el profesor de Pociones, salió para ver si llegaban los alumnos. Con una sonrisa malévola miró a sus 3 alumnos.

- ¿Peleando señoritas Lovegood, Brocklehurst y McCoy?
- Profesor, ellos empezaron empujándome –replicó Lucille-
- A mi no me contestes así. Daniel, Davis, Derek, entrad adentro. Que yo ajusto cuentas con estas señoritas.

Lucille miró con odio a los 3 gemelos, al igual que Lucy y Lucia.

- ¿Por qué estabais peleando?
- ¡Me empujaron! Y yo les dije que tuvieran mas cuidado y empezaron a provocarnos...
- Vaya, vaya, vaya... ahora no tenéis puntos, pero tú, por dirigirte así a mi, estás castigada esta tarde. En mi despacho a las 5. –dijo Malfoy con frialdad-
- ¿Qué? ¡Es injusto! –protestó Lucille-
- Entra en clase y cállate si no quieres que sea una semana entera –la preprendió Malfoy-

Lucille maldecía por lo bajo a Malfoy, se sentó atrás del todo. La clase fue un aburrimiento total, sin contar que las trillizas y los tres Slytherin se mandaban miradas de odio cada dos por tres. Copiaron y copiaron al igual que con Hermione, para hacer el día siguiente la clase práctica de la poción que iban a preparar. Cuando terminaron, siguieron con las clases contiguas. Defensa Contra las Artes Oscuras con Andrew Stevenson, un profesor nuevo, Historia de la Magia con Binns, que eran muy aburridas y somníferas e impartidas por un fantasma, y Encantamientos por Flitwick que fue la mas entretenida y práctica con el Wingardium Leviosa.
Llegadas las 4:45 Lucille anunció que se iba en busca de las mazmorras.

- ¡Anímate, solo es un día!... –dijo Belinda-
- Bueno, adiós... –dijo Lucille-

Cuando llegó al despacho, a las 5, Lucille se asustó, según entró, vio como el chico moreno estaba allí, hablando con Malfoy.

- Pasa, pasa –dijo Malfoy con malicia- ahora mismo estoy contigo
- ¿Qué pasa, papá? –preguntó el chico-
- Es un castigo, esta chica se ha portado mal esta mañana. Bueno, ahora vengo con lo tuyo, hijo. Quédate aquí un momento.

Malfoy abandonó el despacho por un momento, y el moreno se quedó a solas con ella. Él, sonrió y la preguntó.

- El primer día... ¿Y ya castigada? ¡Qué carácter! –dijo como si la conociera de siempre-
- Eso no es de tu incumbencia –replicó Lucille-
- Menudo carácter, tu deberías ser de Slytherin, no de... ¿Ravenclaw? –dijo el chico-
- Pero bueno, ¿te importa? –dijo más enojada aún-
- Me gusta tu carácter... Que lo sepas. ¿Cómo te llamas?

Aquello si que no se lo esperaba... radiante de alegría por dentro, contestó:

- Lucille Alexandra Lovegood
- Vale, yo me llamo Vincent Malfoy... Espero verte algún día más por los pasillos, me has caído bien. Que pena que no vayas a Hogsmeade, ya conseguiré un permiso. –dijo Vincent guiñándola un ojo-

Malfoy entró, entonces Vincent le susurró algo al oído mientras éste le entragaba lo que su hijo le había pedido. Lucille se quedó extrañada, ¿Hogsmeade? El chico era muy amable sin apenas conocerla, pero la dio igual. Estaba encantada por lo que acababa de pasar... Al fin y al cabo fue el mejor castigo de toda su vida.