Capítulo 2. La promesa.

Genzo Wakabayashi se encontraba en un café en compañía de sus amigos Sanae y Ozhora Tsubasa, quienes habían viajado desde Barcelona para visitar a su viejo amigo y verlo jugar.

Así que, ¿encontraste a una joven en el río la cual no recuerda nada acerca de quién es o de qué hace aquí?.- preguntó Tsubasa.- ¿Nadie ha preguntado aún por ella?

No. Es extraño, pareciera que salió de la nada. Nadie la conoce y ningún hotel de la ciudad ha reportado la desaparición de ninguno de sus huéspedes.

Supongo que no tienen ni idea de qué país provenga.- dijo Sanae.

No. Aunque por sus rasgos sospechamos que proviene de algún lugar de América Latina. Van a pasar un reporte a las embajadas de esos países. Sin embargo... hay algo curioso, ella habla varios idiomas, el Dr. Stein me dijo que, aparte del inglés, habla también alemán, francés y español.

Tal vez es una intérprete, en estos días se está celebrando una cumbre de las Naciones Unidas, ¿no?

Mmmm sí, podría ser. ¿Me disculpan? Debo ir al hospital a ver como está mi nueva amiga.

Vamos contigo.

Al llegar a la clínica, Rina, la asistente del Dr. Stein, "platicaba" animadamente con Yuri, quien parecía encontrarse mucho mejor. Aunque en realidad solo Rina hablaba, mientras Yuri asentía con la cabeza y hacía gestos con las manos.

¡Ah! Justo estábamos hablando de ti, Wakabayashi-kun.

¿Cómo se encuentra? ¿Qué ha dicho el Dr. Stein?

La tomografía y los estudios salieron normales. El neurólogo dice que hay muchas probabilidades de que ella recupere la memoria. El Dr. Stein piensa que mañana pueden darla de alta, si no se presentan nuevas complicaciones.

¡Genial! Yuri, quiero presentarte a dos amigos míos: Ozhora Tsubasa y su esposa Sanae.

¡Hola, como estás!

¡Gusto en conocerte!

Ella les tendió cortésmente la mano y sonrió. Después les dijo, en lenguaje de mano, que estaba encantada de conocerlos.

Muy bien, si mañana te dan de alta habrá que comprarte ropa nueva.- Dijo Genzo.- Tal vez todavía alcance las boutiques abiertas.

¿Qué? ¿ vas a comprarle ropa?.- Preguntó Rina.- No te ofendas, pero no sabes nada sobre la moda femenina, andas todo el tiempo pensando en el sóccer. Déjamelo a mí, yo me encargaré de eso.

Claro, claro, será mejor que una mujer se encargue de estas cosas.

O dos.- terció Sanae.- deseo ayudar.

Sin embargo, Yuri se veía preocupada. ¿Qué sucede? Preguntó Genzo. Ella lo miró unos instantes y en seguida "le dijo" (no olvidemos que se comunica con lenguaje de mano): ¿dónde voy a vivir?

Ya te lo había dicho, vivirás en mi departamento. Es bastante amplio para los dos.

Por única respuesta, Yuri sonrió. Y pareciera que con esa sonrisa el sol mismo hubiese entrado en la habitación.

Al día siguiente, Genzo Wakabayashi y Herman Kaltz se dirigían al hotel donde se estaban hospedando Sanae y Tsubasa. Esa mañana, Sanae había recogido a Yuri del hospital, ya que Genzo había tenido entrenamiento y no podía salir antes de tiempo. Wakabayashi llevaba un ramo de rosas rojas.

¡Vaya que te interesa esta chica! Hacía mucho tiempo que no le regalabas flores a nadie.- le comentó Kaltz.

Vamos, solo quiero hacerla sentir mejor. Debe ser terrible no recordar quién eres.

Claro amigo. Si tú lo dices.

Entraron al vestíbulo del hotel. Tsubasa ya estaba allí, esperándolos.

Las muchachas bajarán en unos momentos, aún están arreglando a Yuri. ¿Ha habido alguna noticia sobre su identidad?

Ninguna hasta ahora. Me parece que ahora van a buscarla entre la gente que ha entrado al país en las últimas...

Wakabayashi se interrumpió a media frase. En lo alto de la escalera de roble que conducía al primer piso estaba parada una joven sorprendentemente bella. Se trataba de Yuri, pero era increíble el cambio que la ropa nueva había operado en ella. Llevaba un suéter azul marino de cuello de tortuga con una falda a cuadros azules, medias altas azul marino y una bufanda turquesa alrededor del cuello. Su hermoso cabello caía graciosamente sobre sus hombros. Ella comenzó a bajar la escalera, con el aire inconfundible de una modelo. Se notaba a la distancia que los elegantes movimientos eran algo natural en ella. Cuando llegó al pie de la escalera, Genzo le tendió el ramo de rosas. Ella se ruborizó.

Me alegra que ya estés mejor.- dijo él, sonriéndole.

Ejem, no quiero interrumpir pero, ¿no piensas invitarla a cenar? No come aire, ¿sabes?.- dijo Sanae.

Con una carcajada general, decidieron ir todos juntos a cenar al restaurante del hotel. Yuri, sin embargo, se quedó parada al final de la escalinata, aún dubitativa.

¿Qué te ocurre?.- le preguntó Genzo. Ella le contestó que tenía un poco de temor por encontrarse sola, en un país desconocido, rodeada de gente extraña y sin poder hablar ni recordar nada sobre ella misma.

No debes preocuparte. Te prometo que, pase lo que pase, yo estaré contigo para apoyarte, haré todo lo posible para ayudarte a descubrir tu identidad.

"¿Me lo prometes?.- preguntó ella.

Sí. Es una promesa.

Ella se lo agradeció con una sonrisa del corazón.

NOTAS:

Lenguaje que usan los sordomudos, no sé como lo conozcan ustedes. Imagínense que todos los personajes saben ese idioma.