Capítulo 8. El partido.
Al día siguiente, solo 2 personas no compartían la algarabía del gran suceso: Genzo y Yuri. Aquél estaba furioso consigo mismo por haber permitido (por primera vez en su vida) que sus sentimientos se salieran de control. Ella, en cambio, estaba francamente desconcertada; no sabía ni qué pensar, más porque ese día, muy temprano, Marie Schneider había ido al hotel a buscar a Wakabayashi para desearle suerte y, tal vez, para pedirle también una explicación por los sucesos de la noche anterior (solo ellos saben lo que se dijeron). Kaltz y Rina, por su parte, presentían que algo había ocurrido, pero ellos sabían que ninguno de los dos iba a decirles algo.
Pues bien, el gran momento había llegado, el estadio estaba a reventar. Todos los jugadores estaban listos ya para entrar al campo de juego. Yuri esquivó hasta el último momento cualquier contacto visual con Genzo; éste ni siquiera lo intentaba. Schneider, sin embargo, trataba a cada segundo de captar la atención de Yuri.
Pues bien, el árbitro pitó el comienzo del partido, el Bayern Munich tocó el balón primero, y se lanzó inmediatamente al ataque, pero los defensores del Hamburgo les robaron el balón y se lo pasaron a Kaltz, quien consigue llegar hasta la portería y tirar a gol, pero el arquero detiene el disparo y despeja el balón de media distancia. Schneider toma posesión del esférico y se lanza al ataque, sin que ningún defensa pueda detener su carrera; sin embargo, Wakabayashi se barre y despeja el balón en el momento en el que Schneider intentaba disparar; la entrada fue un tanto más violenta de lo necesario, pues "accidentalmente" Genzo golpea en la rodilla a Karl. Los jugadores del Bayern se quejan, pero el árbitro dice que no hay falta.
Está a punto de acabarse la primera mitad del juego, el cual ha estado plagado de faltas y agresiones, más (para gran sorpresa de todos) por parte del portero de Hamburgo. Lo curioso es que solo tiende a ser agresivo cada vez que el goleador del Bayern intenta anotar. Golpes, llegadas, patadas y codazos son repartidos por igual, nadie puede entender el comportamiento de Wakabayashi, sobre todo porque siempre había sido uno de los jugadores más limpios y respetuosos del fútbol alemán (y del mundo entero). Yuri solo observa con angustia cada vez que Schneider intenta acercarse a la portería.
Faltan solo 5 minutos para que se acabe el primer tiempo, el Bayern Munich intenta una última jugada para tratar de irse al descanso con alguna ventaja; Levin tiene el balón y hace un pase a Schneider, quien intenta rematar de cabeza, pero antes de que pueda hacer cualquier cosa, Wakabayashi entra con todo y le propina un tremendo golpe en las costillas. Karl cae al suelo, jadeando por el dolor; todo el Bayern y sus seguidores le reclaman furiosamente al árbitro, quien marca un penal y se dispone a sacarle una tarjeta al portero del Hamburgo... ¿lo expulsará?... parece ser que es... ¡una tarjeta amarilla! Levin le reclama al árbitro: ¡esa entrada se merecía una roja! Pero el árbitro se mantiene firme, y si Levin sigue reclamando, le sacará una amarilla a él. Sho le pide a Levin que se calme, después de todo, Wakabayashi les ha regalado un penal.
En la banca del equipo de Hamburgo todos están desesperados y desconcertados; el entrenador ha decidido que Wakabayashi no jugará la segunda mitad debido a su comportamiento, y Yuri, al escuchar esto, ha tomado una decisión...
Wakabayashi-san, ¿qué te está pasando?.- le pregunta Kaltz a su amigo.- tú no eres así de agresivo, ¿por qué te comportas de esa manera?
Wakabayashi, ¿por qué demonios cometiste esa tontería?.- increpa el capitán del equipo.- ¡Les acabas de regalar un penal!
Wakabayashi no contesta a ningún reclamo, simplemente se limita a ajustarse los guantes y a prepararse para tratar de detener el penal, aunque él sabe que no le va a ser fácil, pues al enojo que sentía desde el principio del juego se ha aunado el coraje consigo mismo por haber cometido semejante estupidez; fue una suerte que el árbitro no lo expulsara.
Y Schneider se prepara para cobrar el penal; Wakabayashi se prepara para intentar detenerlo... pero entonces...
¿Qué ocurre contigo, Genzo Wakabayashi? ¡Tu no necesitas esos trucos sucios para demostrar que eres el mejor! Sé que esa no es tu manera de jugar, detente ya!
Walkabayashi voltea sorprendido, pues es Yuri quien está gritando. Schneider también está muy al pendiente de lo que ocurre.
¡Detén ese penal y demuestra quien eres! ¡Enséñales el verdadero poder del SGGK!
Wakabayashi no sale de su asombro, pues a pesar de todo lo que pasó, Yuri lo seguía apoyando. Le hizo un gesto afirmativo con la cabeza, y con ese simple acto su actitud cambió: volvía a ser el de siempre. Schneider, por el contrario, mostrábase un tanto decepcionado...
El árbitro dio el silbatazo, Schneider lanza un disparo potente, Wakabayashi se lanza y... ¡¡¡¡Lo detiene!!!! ¡¡¡Los seguidores del Bayern no lo pueden creer!!! ¡¡Genzo Wakabayashi detuvo impecablemente el tiro de su máximo goleador!!
El árbitro pita el final del primer tiempo. Mientras los jugadores se dirigen a los vestidores, Yuri se acerca a hablar con el entrenador.
Por favor, le pido que no sustituya a Genzo, déjelo jugar el resto del partido.
No puedo hacer eso, tú viste su comportamiento, no está razonando y no podemos arriesgarnos a que le saquen otra tarjeta o a que cometa otro penal.
Se lo suplico, déjelo jugar, sé que él no volverá a comportarse igual, estoy segura. Además, usted sabe que si lo suple, el Bayern ganará el partido, solo Genzo puede detener el ataque de Schneider, ¿qué cree usted que es más arriesgado hacer?
El entrenador cavila unos instantes... y al final acepta que lo mejor es dejar que Wakabayashi juegue la segunda mitad. "Pero al primer error lo saco del campo".
Durante el descanso, Wakabayashi les ofrece disculpas a su equipo por su comportamiento, y promete que hará hasta lo imposible por impedir que alguien le anote un gol. El equipo respira aliviado: su portero ha vuelto a ser el de siempre.
Sin embargo, al comenzar la segunda mitad, todos se dan cuenta de que están equivocados, pues Wakabayashi no es el mismo de antes: es aún mejor. Está con la moral muy en alto y el espíritu de lucha encendido, no deja de dar órdenes a sus compañeros y de animarlos constantemente. Los jugadores del Bayern se percatan del cambio de actitud del portero rival, y no solo ellos, también el estadio entero.
¡Hamburgo, Hamburgo!.- corean las porras.
¡Vamos, Wakabayashi! ¡Eres el mejor, tú puedes!.- gritan un grupo de muchachas, quienes no dejan de lanzarle besos al portero. Yuri les lanza miradas asesinas...
Vaya, así que ya volviste a ser el de antes... pues no me importa, ¡de cualquier forma te venceré!.- grita Schneider.
Más de la mitad del estadio grita al ver que su goleador se dispone a marcar el primer tanto, pero Genzo está imbatible y haciendo gala de sus facultades, detiene el tiro de Schneider. Minutos después, Levin intenta marcar... ¡pero Wakabayashi despeja el balón con una sola mano! Sho recupera el balón y lo lanza hacia la esquina contraria, ¡y Genzo lo saca con el pie! Sin lugar a dudas, Wakabayashi está mostrando lo mejor de sí.
El delantero Jurgen Kraus, del Hamburgo, intenta marcar el primer gol del partido, pero Sho se barre y le quita el balón; sin embargo, éste queda fuera de control, aparentemente en una zona en donde no hay nadie... ¡momento! Wakabayashi se acerca, toma el balón, dispara y... ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡GOOOOOOOOOOOL!!!!!!!! ¡¡¡¡El Hamburgo se pone a la cabeza por un tanto!!!! Su afición enloquece y varias de las fans de Wakabayashi se mueren porque éste les mande un beso (¡ya quisieran!) o mínimo que las voltee a ver, pero Genzo, indiferente y distante como es, se limita a festejar con sus compañeros. Levin y Sho voltean a verse, y después dirigen la mirada hacia su capitán, pues saben que está por perder el control de la situación. Schneider saca el balón de la portería y lo patea con furia hacia las tribunas.
¿Qué es lo que les ocurre? ¡No es la primera vez que se enfrentan a Genzo Wakabayashi! ¡Ya lo han derrotado antes!.- grita un asistente del Bayern Munich.
El portero no es el mismo de siempre.- replica el padre de Schneider.- ha sufrido una transformación drástica desde el medio tiempo, y no solo le pasó a él, sino también mi hijo. Karl comienza a desesperarse, mientras que Wakabayashi está muy confiado, si las cosas siguen así no le podrá anotar.
Faltan solo 5 minutos para que se termine el partido y el marcador continúa en desventaja para el Bayern. Schneider hace un último intento, concentrando todas sus fuerzas en su Non Fire Shoot, pero sus esfuerzos son inútiles: Genzo también consigue detener este disparo.
El final del partido llega, y el equipo de Hamburgo está que explota de la felicidad, pues por fin han derrotado al invicto Bayern Munich, sin mencionar que la actuación de Wakabayashi fue excelente. El Bayern está completamente desmoralizado...
Al salir de los vestidores, Wakabayashi busca a Yuri para agradecerle su apoyo, pero Margot le dice que ésta tuvo que irse antes de finalizar el partido, aparentemente por un fuerte dolor de cabeza. A la mañana siguiente, Genzo se enteró de que Yuri ya había partido rumbo a Hamburgo, muy temprano, acompañada del Dr. Stein, sin dejar ninguna explicación. Y eso no era todo: Rina le informó que, antes de que ella se marchara, Schneider había ido a despedirse de ella, y que hablaron por un largo rato antes de irse...
