Capítulo 12. El secuestro.

En algún lugar de España.

6 meses antes.

Era muy temprano en la mañana. Lily corría por los pasillos del hospital, esperando llegar antes que su superiora para que ésta no volviera a regañarla por llegar tarde. Afortunadamente, el elevador aún no se iba, y Lily lo abordó, agradecida de su buena suerte.

¿A qué piso va?.- le preguntó un amable ascensorista, al cual ella nunca había visto. "Debe ser nuevo", pensó.

Al cuarto piso, por favor.

¿No es ése el piso para los pacientes que van a recibir un corazón nuevo?

Así es.

¿A poco usted es doctora? ¡Se ve bien joven!

Ah, sí, lo soy, aunque usted no lo crea.

¿Y usted se encarga de los transplantes de corazón?

Podría decirse que sí.

El elevador llegó a su destino y Lily corrió a la estación de enfermeras. Gracias a Dios, su jefa aún no llegaba. Ese día iban a operar al Sr. Rosales y todo tenía que estar en orden, pues la Dra. Toledo era extremadamente quisquillosa. 3 hrs. después, la visita general concluía.

Dra. Del Valle, prepare al Sr. Rosales para el transplante, cuando yo baje quiero que esté todo listo, no quiero llegar y encontrarme con que el anestesiólogo todavía no ha dormido al paciente porque el-laboratorio-perdió-las-muestras-de-sangre-y-no-lo-va-a-anestesiar-hasta-que-no-aparezcan.

Sí, Dra. Toledo.

Muy bien, nos vemos en quirófano en una hora.

La Dra. Toledo se retiró a su oficina y Lily aprovechó para tomarse un descanso, ya que la cirugía iba a ser muy pesada. Decidió bajar por una Pepsi ® a la máquina de refrescos del primer piso. Mientras esperaba el ascensor, se acordó de que traía apagado su celular, pues la Dra. Toledo odiaba que ella recibiera llamadas durante la visita. No bien se encendió el teléfono y éste empezó a repiquetear.

¿Hola?

¿Lily? ¡Gracias a Dios! ¡Sal del hospital de inmediato!

¿Leo? ¿Qué ocurre?

¡No preguntes! Solo sal de ahí antes de que...

La comunicación se cortó. El ascensor llegó y el amable ascensorista de la mañana salió por él.

¡Doctora! Debemos irnos lo antes posible! ¡Han tomado el hospital!

¿QUÉ? ¿Quién? ¿Cómo?

¡No sé! Hay un gran revuelo en la zona de consulta externa, unos tipos están disparándole a la gente.

¿Qué? ¡No es posible!

Doctora, debe ponerse a salvo.

¡No! Mis pacientes...

Pero el sujeto no la dejó terminar, la tomó por el brazo y la metió al elevador. Había allí una mujer de unos 30 años, rubia y de ojos azul hielo, muy bella pero con una actitud fría e indiferente. A Lily le recordó a Peta Wilson, la actriz que interpretaba el papel de Nikita en la serie de televisión La Femme Nikita. Llegaron a la planta baja, y Lily se disponía a correr hacia la zona de consulta externa cuando el elevadorista la sujetó del brazo.

Doctora, va en la dirección equivocada.- le dijo.

Suélteme, ¿qué demonios... .- pero no pudo terminar, porque "Nikita" le encajó un revólver en las costillas.

No haga escándalo y todo saldrá bien. Camine.- ordenó.

Ambos captores la condujeron por el pasillo que llevaba a la lavandería. Allí los aguardaban un grupo de hombres vestidos con pitufos y cubrebocas, que portaban sendas Uzis, las cuales disimularon envolviéndolas con trapos. De allí se dirigieron al estacionamiento.

Ni se le ocurra gritar, o aquí mismo la mato.- dijo "Nikita" cuando se acercaban a la caseta del vigilante.

Lily sabía que tendría que actuar rápido. Cuando los secuestradores intentaron meterla en una vagoneta, empujó a 2 de ellos y se puso a gritar con todas sus fuerzas.

¡AUXILIO, AYÚDENME POR FAVOR!

Los policías de la caseta corrieron desenfundando sus armas, pero ya era demasiado tarde, pues "Nikita" había empujado a Lily dentro de la vagoneta al tiempo que ésta arrancaba; Lily daba patadas y codazos a todo aquél que se ponía a su alcance, pero "Nikita" le asestó un golpe en la cabeza con la culata de la pistola. Lily no tardó en sumergirse en las tinieblas...

Al despertar, se encontraba a bordo de un vagón de lujo, en un tren que se dirigía a quien sabe donde. "Nikita" la observaba.

Al fin despierta doctora. Vamos al grano: necesitamos su ayuda.

¿Cómo?.- preguntó Lily, completamente perpleja. "Vaya manera de pedir ayuda", pensó.

Usted opera a enfermos del corazón, realiza transplantes. Quiero que opere a mi padre, que le ponga un corazón nuevo. En estos momentos nos dirigimos a un sitio equipado especialmente para la cirugía, mi padre estará listo, al igual que el nuevo corazón. Solo falta el cirujano, usted.

Pero yo no puedo operar a su padre, yo no realizo esas cirugías sola, únicamente ayudo al cirujano principal. Además, mi especialidad son los niños, llevo apenas un mes trabajando con adultos, ¡y son casos muy distintos! ¡No puedo operar a su padre, podría fallecer!

Sabemos que usted es la mejor cirujana de España, no lo niegue, es la doctora con el mayor número de casos exitosos de transplantes de corazón.

Se equivocaron de persona. Usted habla de mi jefa, yo solo trabajo con ella de manera temporal.

"Nikita" no dijo nada por unos segundos. Después se levantó y se dirigió a un sujeto que estaba oculto entre las sombras. Lily se dio cuenta de que era el elevadorista. La mujer se acercó a él y le asestó un golpe en el rostro.

¡Idiota! ¡Secuestramos a la persona equivocada!

Después, "Nikita" dirigió su fría mirada hacia Lily.

Es una lástima doctora, hubiera podido tener un futuro muy promisorio... Mátala.- le ordenó al secuestrador.- Y deshazte de su cuerpo, no me importa si lo arrojas al Elba, al Rhin o al Mar del Norte.

"El Elba", pensó Lily, "así que estoy en Alemania. Bueno, de seguro que eso no importa ya...".

De vuelta al presente.

Lily no podía creerlo, la misma gente que la había secuestrado a ella unos meses antes ahora habían capturado a su jefa. "Tengo que avisar a la policía", pensó. Tomó el teléfono, con el propósito de comunicarse con el detective Von Tornitz, pero el aparato no daba línea. Estaba muerto. El pánico la invadió.

Se puso rápidamente una chaqueta y corrió a la puerta. Pero no pudo dar ni un paso fuera de la habitación, porque en la entrada se encontraban 3 hombres con pasamontañas y rifles automáticos.

El juego terminó.- dijo uno de ellos.

Lily pensó en Genzo antes de caer en el abismo.

Notas:

Uniforme que utilizan los médicos y enfermeras en el quirófano. Obviamente no es ése el nombre original, pero en mi facultad los llamamos así porque la mayoría de los uniformes son de color azul claro, y nos sentimos pitufos cuando los usamos nnUUUU (hello con nuestro hello...).