Capítulo 16. La traición.

La mañana había llegado y todo estaba listo para la cirugía. Giovanni Mattute era una versión masculina, y más vieja, de "Nikita", no quedaban dudas de que eran padre e hija. Antes de entrar a quirófano, "Nikita" le dio a su padre la fotografía de una mujer de cabellos negros y ojos claros. Lily pensó que la conocía, cosa que era imposible, pues era casi seguro que nunca en su vida se había topado con la esposa de Mattute. El señor besó la fotografía y se la devolvio a su hija.

Todo saldrá bien, querida.- le dijo a "Nikita"

Por supuesto.- contestó ésta.- hemos conseguido a la mejor. Y ustedes.- continuó, dirigiéndose a las doctoras.- más vale que mi padre salga vivo y sano de la operación.

Haremos todo lo que esté en nuestras manos.- respondió la Dra. Toledo.

En el vestidor, mientras se ponían los pitufos, Lily no sabía qué hacer con la minicomputadora, pues estaba segura de que registrarían su ropa durante la cirugía. Al final, decidió esconderla en el diminuto bolsillo de su pantalón quirúrgico.

En la sala del quirófano el paciente se encontraba ya listo y anestesiado. Además del anestesiólogo, el instrumentista y la enfermera, habían allí dos tipos con pistolas. "Fabuloso, lo que nos faltaba: un pequeño recordatorio de porqué estamos aquí", pensó Lily.

Bien, comencemos con esto de una vez. Dra. Del Valle, páseme por favor el Isodine.- pidió la Dra. Toledo.

Lily se acercó a la mesa en donde estaba el material y tomó el frasco, pero sin darse cuenta, la cinta que abrochaba su pantalón se atoró en un pico de la mesa y se zafó a medias. Ella hizo un movimiento brusco para evitar que la prenda se cayera, y al hacerlo, la minicomputadora salió despedida por los suelos, yendo a caer a los pies de uno de los mafiosos.

¿Qué es esto?.- gritó el hombre. Todos en la sala se petrificaron.

El sujeto tomó un celular y llamó a su jefa. Ésta no tardó en entrar a la sala de quirófano, furiosa y sin la vestimenta apropiada.

¿Se cree muy lista, doctora? ¡Debí haberla matarlo ayer! Dra. Toledo, tendrá que operar a mi padre usted sola.

Lily no se esperó a ver qué otra cosa decía "Nikita", salió corriendo del quirófano a todo lo que daban sus piernas. Escuchaba voces, gritos y disparos, pero no se detuvo, ni siquiera cuando una bala pasó rozándole la oreja derecha. Sin saber muy bien cómo, logró llegar hasta las afueras de la mansión y se lanzó hacia la Selva Negra. "Debo estar loca, no sé a donde rayos me llevara este camino. Bueno, creo que es peor regresar por donde vine".

Empezó a llover con fuerza, el suelo mojado era un obstáculo extra. Los gritos y disparos se oían cada vez más cerca, pero no la atraparían tan fácilmente, no se rendiría sin luchar.

Al dar la vuelta en un recodo, alguien la sujetó del brazo. Lily forcejeó para tratar de zafarse.

¡No! ¡Suélteme!

¡Yuri! ¡Calma! Ya estás a salvo.

Era Wakabayashi. Lily se abrazó a él, llorando de alivio. Lo que a la vez era su mayor temor y su más grande esperanza se le había concedido. Se besaron una y otra vez.

¿Qué estás haciendo aquí?.- preguntó Lily cuando se recuperó de la impresión.- ¡No debiste haber venido!

No podía dejar que algo malo te sucediera. Te hice la promesa de que te protegería y pienso cumplirla.

¡Pero tú no puedes contra ellos!

Tienes razón, yo no puedo contra esos sujetos, pero ellos sí.

Ella se sorprendió al ver a treinta personas aproximadamente, hombres y mujeres, vestidos completamente de negro y armados "hasta los dientes".

Ellos acabarán con cualquier Mattute que intente acercarse.

¡Ah! Pero ellos...

Son mi guardia personal. Te explicaré luego.

Gen, ¿y qué pasará con la Dra. Toledo?

No te preocupes, será rescatada y trasladada a un sitio seguro. Vamos, estás empapada, hay que quitarnos de la lluvia.

La llevó hasta una tienda de campaña en donde Genzo le dio ropa seca, y después de abrazarla y besarla una vez más, se alejó para hablar con uno de sus hombres. Lily no podía creer en lo irónico que resultaba todo, pero estaba agradecida con su suerte. Cuando acabó de vestirse, salió de la tienda para buscar a Wakabayashi, pero una figura conocida salió de entre los matorrales. Era Leonardo.

¡Leo! ¿Qué haces aquí?

Vine por ti, no pensaste que te abandonaría, ¿o sí? Vamos, Wakabayashi acaba de pedirme que te lleve a un lugar más seguro.

Pero...

No podemos perder tiempo, los guardias de Mattute vienen para acá.- dicho tras lo cual la tomó del brazo y la condujo a través de una sendera.

Caminaron por un lapso de 10 minutos, y a Lily le dio la sensación de que ya había estado en ese lugar.

Leo, ¿a dónde me llevas?

Ya te lo dije, a un lugar más seguro. Espera aquí, iré a checar que todo esté bien.

La lluvia se había detenido y la Selva Negra quedó momentáneamente en silencio, pero no duró mucho, pues empezaron a escucharse voces que hablaban en italiano. Lily se levantó para tratar de encontrar el origen de esas voces, y al asomarse entre los matorrales divisó, no muy lejos de allí, la finca de Mattute.

¿Pero qué demonios pasa aquí?.- se preguntó en voz alta. Leonardo regresaba en esos momentos.

¡Leo! ¡Te has equivocado de camino, me has traído de nuevo a la finca de Mattute!

No, no me equivoqué, éste es el sitio correcto.

¿Qué?

Créeme, éste es el sitio en el que debes estar.

Lily hizo el intento de regresar por donde habían llegado, pero se detuvo al ver que Leonardo le apuntaba con un revólver.

¿Qué es lo que te sucede?.- preguntó, aterrada.

Nada. Simplemente vas a volver allí a ayudar en la cirugía de mi padre.

NOTAS:

Antiséptico muy usado para lavar heridas y el área que se va a operar.