Capítulo 18. Un amargo final.

En alguna clínica de Frankfurt.

Cuando Lily despertó, lo primero que vio fue a un hombre de edad madura, cabello negro entrecano y bigote finamente recortado. Le sorprendió darse cuenta que la mirada de sus ojos negros era idéntica a la que ella había visto en los ojos de Genzo.

¿Cómo se siente?.- le preguntó el hombre en un inglés que tenía un ligero acento británico.

Un poco... confundida... ¿En dónde estoy?

En Frankfurt, en una pequeña clínica privada.

¿En dónde está Genzo?

Mi hijo está de vuelta en Hamburgo, sano y salvo.- estas palabras le confirmaron a Lily lo que ya sospechaba: estaba hablando con el padre de Genzo Wakabayashi.

¿Qué fue lo que ocurrió? ¿Qué paso con... .- Lily no estaba muy segura de querer enterarse del destino de Leonardo.

No localizamos al hombre que cayó detrás de usted, la corriente del río era muy fuerte, incluso mis hombres batallaron para rescatarla. Si no fuese porque mi hijo es buen nadador habría tenido muchos problemas.

¿Genzo también cayó?

Se arrojó al río con el propósito de ayudarla, pero no logró alcanzarla, la corriente era tan rápida que los llevó a usted y al otro hombre muchos kilómetros por delante.

"Saltó detrás de mí", pensó ella, "yo que quise evitar que cayera y él se arrojó por voluntad propia".

Quiero pedirle un favor.- la mirada del padre de Genzo era más fría y dura que nunca.

¿Qué es?.- preguntó ella en voz muy, muy baja, temerosa de lo que pudiera ser.

Aléjese de mi hijo. Usted no es conveniente para él.

¿CÓMO?

No quiero que Genzo se relacione con una mujer que tuvo problemas con la mafia.

¡Eso no fue mi culpa!.- estalló Lily, indignada ante lo injusto de la petición.- Además, perdone que se lo diga, pero él me ama y yo a él, si hizo todo esto para rescatarme luchará hasta el final por este amor y usted sabe que así será.

Él no sabe que usted está viva.- el padre de Wakabayashi miraba por la ventana.

¿QUÉ? ¿POR QUÉ NO?.- Lily se sentía cada vez más aturdida.

Porque yo no se lo dije. Como ya le expliqué, mis hombres batallaron para rescatarla y él creyó que usted se había ahogado. Y yo no lo saqué de su error.

No entiendo por qué hace usted esto.- ella estaba al borde de las lágrimas.

El padre de Wakabayashi quedó unos instantes en silencio. Cuando volvió a hablar, el tono de su voz se había suavizado.

Necesitaba saber cuales eran las circunstancias excepcionales que hicieron a mi hijo romper su promesa de jamás ponerse en contacto conmigo. Cuando me enteré que era por una mujer, comprendí que la situación era más grave de lo que creía.

Disculpe, pero sigo sin entender.

Cuando Genzo era apenas un niño muy pequeño y lo vi haciendo sus primeros intentos como portero, supe que la vida que llevaba no era para él. Cuando mi esposa me expresó su deseo de sacarlo de ese mundo hice la promesa, a mi hijo y a mí mismo, de que jamás permitiría que algo impidiese que él llevara una vida normal. Nos hemos esforzado mucho para lograrlo, renunciamos a él, nos hemos mantenido en las sombras, nos hemos negado a cualquier clase de contacto para que Genzo lograra su sueño. No voy a permitir ahora que una mujer lo eche todo por tierra.

Lily comprendió, con todo el dolor de su corazón, que el padre de Genzo tenía razón.

Por eso se lo pido, se lo suplico, se lo exijo: aléjese de mi hijo. A cambio, le prometo que siempre estará protegida por mis hombres, por si acaso algún día alguien decide tomar venganza. Regrese a su país, dedíquese a su carrera, por favor, olvídese de Genzo.

Lily lloraba a lágrima viva; cuando al fin respondió, lo hizo apenas con un susurro.

Está bien, creo que es lo mejor para él...

Puedo reservarle un asiento en el primer vuelo que salga rumbo a México, le he conseguido un pasaporte para que ya no tenga más problemas burocráticos. A menos que usted no se sienta bien, en ese caso puede quedarse aquí un par de días más, los gastos van por mi cuenta.

No, reserve ese asiento por favor, quiero irme hoy mismo. Si permanezco más días aquí me será muy difícil mantener mi decisión.

Sé lo doloroso y difícil que resulta esto para usted, he pasado por lo mismo.

Entonces también debe saber hasta qué punto amo a Genzo para renunciar a él.

Lo sé.

Una hora y media más tarde, Lily y el padre de Genzo llegaban al aeropuerto.

Mis hombres la acompañarán en su vuelo y se asegurarán de que llegue a salvo a México. Allá la estarán esperando los guardaespaldas que la acompañarán de por vida.

Está bien, muchas gracias por todo. Supongo que este es el adiós, creo que nunca más lo volveré a ver.

Eso espero, Dra. Del Valle. Le deseo mucha suerte.

Y con una leve inclinación de cabeza, el hombre se despidió y se marchó para siempre de su vida.

Faltaban aun 40 minutos para abordar el vuelo. Lily buscó un restaurante en donde pudiese tomar una taza de café y llorar todas sus lágrimas. Entró a una cafetería y ocupó asiento en el rincón más apartado posible, lejos de miradas indiscretas. Los dos hombres que la cuidaban se sentaron en una mesa cercana.

Lily tomó el periódico de ese día (el padre de Wakabayashi se lo había dado antes de irse), en donde leyó que Giovanni Mattute y su hija Gianella habían sido capturados por la policía alemana, junto con varios de sus seguidores, en su finca localizada en la Selva Negra, y que se estaba esperando su extradición a Italia para ser juzgados por múltiples delitos. Leonardo, el hijo menor de Mattute, había sido oficialmente declarado por muerto, su cuerpo se encontró a varios kilómetros de la finca. La Dra. Toledo había sido rescatada sana y salva, pero no había ningún rastro de su ayudante, la Dra. Del Valle y se sospechaba que estaba muerta. "Es como si lo estuviera", pensó Lily.

En la radio del restaurante comenzaron a escucharse las notas de una canción :

To sweet beginnings and bitter endings.

In coffee city we borrowed heaven.

Don´t give it back I´ve never felt so wanted

Are you taking me home?

You tell me you have to go...

Lily pensó que la canción iba acorde a lo que sentía en esos momentos.

NOTAS:

Summer sunshine, interpretada por The Corrs.