N/A: Hola, esta es una historia de suspenso, un poco de terror, o al menos intentará serlo. Tiene como protagonistas a mi pareja favorita, y de la gran parte de los que ven Hey Arnold, Helga y Arnold. Ellos son un matrimonio con tres hijos que deben mudarse a la ciudad y desean comprar la casa perfecta. Aunque siempre es preferible desconfiar un poco de aquello que parece tan ideal y perfecto.
NO poseo Hey ARNOLD, no es de mi propiedad, esto es sólo con la intención de entretener o la sensación que produzca en los audaces que se adentren a leer las palabras de terceros de dudosa capacidad imaginativa, como en este caso.
Capítulo Uno: LA CASA PERFECTA
"Oh, Jack… la historia de los crímenes fue publicada en todos los periódicos de la ciudad, no sé que vamos a hacer, jamás podremos vender esta casa, o siquiera alquilarla".
"Laura, vamos… ya la gente no cree toda esa basura esotérica, o al menos eso espero, porque necesitamos el dinero de la comisión. Pero hay que ser positivos, además recuerda, hace años que estamos en la inmobiliaria vendiendo propiedades y sabes que todos en la empresa nos apoyan en esto, seguramente ellos lograran persuadir a los potenciales compradores de esa loca historia que salió en los periódicos"
"Pero aunque consigamos compradores, ¿no te sentirías culpable si llegara a suceder de nuevo?"
"Yo no creo que haya nada en la casa, todavía pienso que todo fue obra de algún sujeto demente"
"Yo sí siento que pasa algo extraño con este lugar, yo sentí que alguien me observaba la otra tarde cuando limpiaba los cuartos del segundo piso"
"Eso se llama sugestión… realmente, no pasa nada, sólo que cuando escuchaste todas esas historias de lo que pasó, comenzaste a creer ver y escuchar cosas extrañas, pero eso no existe, es solo tu imaginación"
"No pienso discutir contigo, pero yo sé que no es sólo mi imaginación, aunque respeto que descreas que hay algo maligno en esta casa… yo también lo hacía, pero ahora no estoy tan segura"
El teléfono sonó, Jack lo respondió.
"Hola, habla Jack," dijo al levantar el tubo del teléfono.
"Oh, soy Randy, que bueno que Laura y tú todavía están en la casa, porque no me lo vas a creer, pero hay un matrimonio que vino hace un momento a la inmobiliaria y quieren comprarla, van hacía allá a verla," respondió un colega de la pareja en la inmobiliaria.
"Oh, eso es estupendo, Laura y yo los esperaremos y gracias por este favor, sabes que te lo agradezco, eres un gran amigo," Jack sonaba conmovido.
"Oh, basta de tanto agradecimiento, me vas a hacer llorar… Pero no lo vas lograr… ja, ja… ahora hazme un favor y vende esa propiedad, aunque sé que todo saldrá bien, además, parecían personas agradables, no creo que Laura y tú tengan problemas en verderles la casa, se llaman Helga y Arnold… Oh, diablos, no entiendo el apellido, pero no importa… que tengas suerte," dijo Randy.
"De nuevo, gracias Randy, nos vemos más tarde," y con eso Jack colgó el tubo del teléfono y dijo a su esposa, "Laura, no lo creerás, pero parece que venderemos la casa después de todo, hay dos personas que vienen en camino para verla"
"Eso es grandioso, ¿cuándo vendrán?," Dijo Laura intentando ser entusiasta, pero se la notaba temerosa. No podía evitar sentirse de ese modo cuando se encontraban en el lugar.
"Si mi reloj no me falla, estarán aquí en veinte minutos," respondió Jack, decidiendo ignorar la actitud de su esposa, tratando sonar lo más indiferente posible, "controlemos que todo este en orden y abramos un poco las ventanas, así parece un lugar más luminoso, no queremos que ellos también comiencen a pensar que la casa es lúgubre o algo por el estilo"
"Está bien, hagamos eso," contestó Laura haciendo caso a las indirectas de su marido para que cambiara de actitud, además, ella era la más interesada en dejar todo el asunto atrás, y la manera era vendiendo la casa lo más pronto posible.
…………
20 MINUTOS DESPUÉS
…………
"Bienvenidos, me presento… soy Jack, ella es Laura y vamos a mostrarles la casa," dijo Jack señalando a su esposa, ambos con una gran sonrisa, esta iba a ser una venta segura.
"Oh, bien, mi nombre es Arnold y ella es mi esposa Helga," dijo Arnold, tomando y besando la mano de Helga, sonriendo a los vendedores, respondiendo a la cálida recepción.
"Bueno, sí, soy Helga, una persona muy ocupada, por lo tanto, sin querer sonar grosera, si pudiéramos comenzar a ver la casa antes que comiencen a volar cerdos, se lo agradeceríamos," dijo Helga, realmente cansada de tanto formalismo sin sentido. Aunque notó la mirada desaprobatoria de Arnold por su actitud al que le dio una mirada inocente y le dio su tradicional, "¿qué?"
"Ja, ja, ja… Está bien… Arnold, veo que su esposa es una persona bastante impaciente y no queremos demorarlos," dijo Laura, sorprendida por la forma de expresarse de Helga.
"Cuéntennos, ¿tienen niños?" Comenzaron a investigar los vendedores.
Ante la mirada perdida de Helga, totalmente desinteresada, Arnold comenzó a responder, "Sí, tenemos tres hijos, dos niños, uno de 9 años, otro de 3 años y una niña de 6 años"
"Oh, eso es grandioso, la casa es bastante grande, estoy segura que les encantará el lugar, tiene un gran jardín para que jueguen los niños, la casa tiene tres pisos, hay 5 cuartos en el segundo piso, y en el tercer piso hay tres amplios salones, uno que puede ser perfectamente un salón de juegos, otro un salón de estudio con una gran biblioteca, no sé si tienen gusto de la lectura," dijo Laura.
Helga que hasta el momento se había mantenido al margen de la conversación, decidió intervenir, "Oh, ya que preguntas Laura, sí, amo leer, además, soy escritora, por lo tanto uno de eso salones seria ideal para ser un lugar de estudio, sin contar que el restante sería perfecto para Arnold, es arquitecto y así no tendría que pasar tanto tiempo en su estudio, tendría su propio lugar para dibujar sus planos"
Arnold sonrió a Jack y Laura y tomó de la mano a Helga llevándola a un lugar un poco más alejado de ellos, y habló en voz baja, casi susurrando a su oído, "Helga, necesitamos seguir viendo la casa para decidir si la compramos, entiendo que estés apurada y cansada de ver casas pero necesitamos encontrar el lugar perfecto para nosotros y los niños"
"Tienes razón Arnold, pero realmente me tendrás que compensar por esta tarde aburrida," dijo Helga tocando con la palma de su mano el rostro de Arnold, a lo que este dio una mirada tierna con sus cálidos ojos verdes, a la cuál ella todavía no se podía resistir y tuvo que darle un pequeño beso en la mejilla.
"Disculpen," interrumpió Jack, "¿Qué les parece si vamos a ver los cuartos y los salones?"
La casa era perfecta, Arnold y Helga durante toda el recorrido se daban miradas, incrédulos aún de lo bien que se amoldaba la casa a lo que ellos habían imaginado sería su nuevo hogar. Tenía una amplia cocina, mucha iluminación en los cuartos espaciosos, con baño privado en cada uno, además de dos baños en el tercer piso y uno en la planta baja, una gran terraza y un muy grande jardín con mucha vegetación. Claro, sin contar la chimenea que le daba un toque definitivamente romántico a la sala de estar. Se notaba que era una casa antigua, por lo que era muy probable que tendría que cambiar las tuberías de toda la casa, pero definitivamente, era la casa perfecta.
"Entonces, ¿tenemos un trato?" Dijo Jack extendiendo su mano hacia Arnold para cerrar el trato.
Arnold miró a Helga, ella sonrió entonces él sabía, "Tenemos un trato Jack," dijo mientras se dieron con Jack un apretón de manos.
Y así estuvo hecho, firmarían el contrato en la inmobiliaria al día siguiente. Helga y Arnold salieron sonrientes de la propiedad, felices por su decisión.
Jack y Laura los veían desde el umbral de la puerta, Laura dijo a su esposo, "¿habremos hecho lo correcto? Me sentiría muy mal si algo les pasara sabiendo que pude advertirles y no lo hice"
"Laura, ya está hecho, ahora es externo a nosotros lo que suceda, aunque ya verás, nada les pasará, esas historias de los periódicos eran solo eso, mejor cerremos todo y vámonos, ya pronto oscurecerá, ¿y sabés lo horrible que sería eso con una miedosa como tú?"
"Oh Jack, siempre eres tan sensible, recuérdame que nunca recurra a ti cuando necesite un abrazo porque estoy angustiada," dijo Laura, mientras cerró la puerta no sin antes volver a observar a sus clientes alejándose y dijo, "espero que Jack tenga razón, que sean sólo historias, odiaría que la próxima vez que los vea fuera en las páginas de homicidios de los periódicos"
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Arnold y Helga se estaban hospedando en un hotel, ellos habían estado viviendo fuera de la ciudad, en la casa de campo de los padres de Arnold.
Miles y Stella, fueron rescatados por Arnold cuando él tenía once años de las manos de un antiguo enemigo de sus padres, en San Lorenzo. Ellos nunca habían podido dejar de añorar la vida fuera de ciudades ruidosas y de las grandes multitudes. Vivieron en la ciudad, en la casa de huéspedes 'Sunset Arms' hasta que Arnold terminó la escuela secundaria. Habían pensado recurrentemente en venderla para mudarse al campo, pero ellos entendían que su hijo tenía una vida hecha en Hillwood y no podían simplemente llevarlo lejos de sus amigos, ni de su novia, Helga, a la que querían como una hija.
Cuando Arnold se fue a la universidad a estudiar arquitectura, ellos decidieron que era el momento de comprar una casa en el campo para vivir más tranquilos, además, Phil y Gertie eran muy ancianos y un nuevo aire les vendría bien a todos los miembros de la familia.
Cuando Arnold y Helga decidieron casarse, no dudaron en mudarse también al campo, era perfecto para criar niños, aunque todavía en ese momento no los tenían, ambos querían una gran familia. Al principio, no había resultado necesario hacer reformas, la casa era muy amplia, pero cuando comenzaron a llegar los niños, debieron ampliar la casa. Vivieron todos juntos hasta después de la tercer novela de Helga.
Helga finalmente había recibido el reconocimiento que merecía y una gran editorial le ofrecía un contrato por una gran suma de dinero para editar sus libros, sin contar que respetaban absolutamente su material, además de ofrecerle una columna literaria en una revista periodística prestigiosa, que ellos también editaban. Pero había un inconveniente, debían mudarse a la ciudad. Ella tardó en responder, pero Arnold la convenció que si era lo mejor para su carrera, no debía rechazar la oferta. Arnold también aceptó finalmente la oferta de trabajo de una empresa que hace mucho tiempo trataba de contratarlo, pero él no aceptaba porque debían mudarse y la sola idea de separase de sus abuelos sabiendo que lo inevitable podía suceder en cualquier momento, lo hacía olvidarse rápidamente de la idea de irse a la ciudad. Pero sus abuelos ya habían muerto tres meses atrás, luego el contrato de Helga, todo parecía indicar que era hora de un cambio.
Sólo fueron a la ciudad Helga y Arnold, decidieron dejar a los niños con sus abuelos Miles y Stella. Era agotador buscar una casa para ellos, sería peor para sus hijos. Además, sería romántico estar solos por un tiempo, sin niños alrededor.
Ambos, apenas llegaron a la habitación, después ver la casa se arrojaron sobre la cama totalmente agotados.
"Helga, espero que estemos haciendo lo correcto," dijo Arnold apoyando su cabeza en el hombro de Helga quien estaba de espaldas a él.
Helga se dio vuelta para mirarlo a los ojos y cuando lo hizo dijo, "Arnold, amor, hacemos lo correcto y aunque algo resultara no tan ideal como planeamos, todo estará bien, porque somos una familia, todos nos amamos y todos juntos podemos afrontar cualquier cosa," lo miró en silencio por algunos segundos y lo besó apasionadamente, luego apagaron la luz e hicieron el amor.
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"Helga, por favor, apúrate… no sé en que momento te convertiste en una persona tan preocupada por su apariencia," dijo Arnold sabiendo perfectamente que al decir eso irritaría terriblemente a su esposa. Con los años no podía evitar disfrutar las peleas insustanciales con ella, era una forma de recordar la niñez que habían compartido juntos, llena de peleas sin sentido.
"Criminal cabeza de balón, perdón por quererme verme bien, además, eso no me hace una idiota como tu primer amor, la señorita perfecta L-I-L-A," Helga pronunció despectivamente su nombre.
"Ja, ja, ja… Helga… ¿eres consciente que sólo tu te acuerdas de Lila?" Arnold no podía creer como ella podía todavía tener celos por muchachas de las que él había tenido gusto en la niñez. Comúnmente en estas pequeñas discusiones salían a la luz nombres como Ruth, Connie, Summer y sí, Lila. "Además, ella no era mi primer amor," agregó Arnold.
"¿Entonces quién, hay alguna de la cuál no me haya enterado?" Helga no podía evitar fruncir su ceño, a pesar que ella sabía que Arnold estaba jugando, ella aún perdía el control de su temperamento en algunas ocasiones.
"Yo creo que lo sabes, aunque te puedo decir que es una persona que aún amo, qué mi vida comenzó cuando ella entró en mi vida… y que me ha dado los mejores años de mi vida, porque cada día me hace sentir la persona más especial por dejarme estar en su vida, sin contar que es la madre de mi hijos, ella me dio una familia, ¿Sabes ahora quien es ella?" Con esto Arnold la tomó por la cintura y la besó, el cual ella profundizó.
Luego de separarse, Helga dijo, "Arnold, para ya de hacerme enojar, sin contar que después me miras con esos ojos de ternero pidiendo por su vida, o dices cosas como las de hace un momento y ya no puedo hacer otra cosa más que besarte"
"No digas que esto te desagrada, es más, si no tuviéramos que irnos a firmar el contrato a la inmobiliaria, hay un par de cosas que podríamos hacer, pero… no podemos… pero si puedo besarte…" Arnold al decir esto se acercó más a ella, "aunque, si estás tan enojada…"
"Arnold, ya cállate y bésame," y de repente Helga podía sentir el beso de Arnold, y estaba perdida entre sus brazos, abrió sus ojos y se encontró con los de él y era de pronto todo muy intenso. Se separaron, ambos renuentes a hacerlo pero tenían un compromiso.
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Después de firmar el contrato en la inmobiliaria, decidieron comenzar con las compras para la casa, las que duraron toda esa semana. Tenían todo lo fundamental para hacerla habitable, y aún tenían cuatro días antes de tener que ir a buscar a los niños y una semana para terminar de refaccionar y equipar la casa totalmente antes de que tuvieran que comenzar con sus nuevos trabajos.
"Al fin, amor, ya no más pintores, no más albañiles, sin decoradores… sólo nosotros…" dijo Helga con dos copas en una mano y una botella de champaña en la otra y se sentó junto a Arnold frente a la chimenea.
"Helga, no me mires de esa forma, sabes que puedo hundirme dentro de tus ojos y perder totalmente el control de mí mismo y ya no habría forma de poder librarte de…"
De repente se escuchó el crujir de una puerta.
Helga inmediatamente gritó y se abrazó a su marido y dijo con un tono de voz tembloroso, "Arnold, que demonios fue eso"
"Seguramente fue el viento, está viniendo una tormenta, pero déjame ir a ver que todo está bien," Arnold estaba tan nervioso como ella, ese ruido realmente había sido escalofriante. Se levantó para revisar la casa, luego miró a Helga y al verla tan asustada le dijo, "puedes venir conmigo si te sientes más segura"
Helga solo tuvo que escuchar esas palabras para estar parada junto a él y agarrarse firmemente de su brazo, "Arnold, tengo mucho miedo, pero sé que contigo estoy a salvo, vamos a ver que sucede con esta maldita casa"
Al decir esto, ambos comenzaron a sentir que eran observados, pero no dijeron palabras y subieron las escaleras, el ruido había provenido de allí y definitivamente lo que lo había provocado estaba arriba.
Subieron lentamente, revisaron cada habitación, y no encontraron absolutamente nada, todo estaba tal cual lo habían dejado antes de ir frente a la chimenea. Tampoco podían explicar que estaba sucediendo, pero algo definitivamente no estaba bien, pero no lo descubrirían esa noche, así que decidieron ir a dormir a su cuarto, pero no había nada de romanticismo, ellos se acostaron abrazados, asustados, intrigados, extrañados… las cosas estaban comenzando a resultar muy raras en está casa. Todo había sido demasiado perfecto… hasta ese crujido…
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Bien, espero que les haya gustado este primer capítulo… prometo el suspenso para los otros capítulos, porque en este fue más dicho que hecho. Igualmente, me gustaría decir que este fic no es romántico, a pesar de que hay un poco como en éste, pero no demasiado y la historia de basa en la familia, Helga, Arnold y sus tres hijos, que se incorporaran más adelante y lo que les sucede dentro de la casa. También, quería disculparme si les resultó pesado los personajes, Jack, Laura y Randy, pero eran solo un instrumento para darle la base al fic, igual ya no aparecen.
No tengo mucho más que decir sólo que espero que me dejen sus comentarios, sugerencias, las cuales definitivamente tengo en cuenta, o un simple, me gustó el fic… que te den ánimos ayuda mucho… así que ya saben… gracias por tomarse el tiempo de leerlo…
.-SUKY.-
