Harry Potter y Loserland
Por Jesu y Romy.... quienes por fin se decidieron a continuar con esto que nadie lee... Pero que sirve para vencer el stress.

Capitulo 3: "Battle Hogwarts"
En busca del conejito blanco (Segunda parte)

En el capitulo anterior...
Y en la primera parte, Harry y medio colegio, había sido invitado a jugar un entretenido y novedoso juego... El "Battle Hogwarts", como lo habían llamado sus creadoras, y singulares protagonistas. Mientras algunos sufrían en la enfermería, y otros comenzaban a decir toda la verdad. Las loser, desaparecían en el momento que más se les necesitaba. Bueno, en todo caso, de eso se trataba el juego, de buscar a las losers.

Harry corrió por los pasillos y sólo se detuvo cuando llegó frente a las gárgolas del despacho de Dumbledore. Quizás él sabía algo sobre el paradero de estos inqueribles seres.
Lacónicamente pronunció "Huachimingo Mingo" y las gárgolas se corrieron para dejarlo pasar. Subió las escaleras de caracol y abrió la puerta. Luego entró. Se limpió la nariz disimuladamente (las mangas de las túnicas sirven para muchas cosas) y se acercó a la mesa del director. Este parecía muy afanado sacándole brillo al collar que llevaba puesto. Harry lo miró expectante.

-Este... Director... –dijo tímidamente- ¡¿Qué se supone que está haciendo?!

-Oh... es un regalo que me dieron esas niñitas encantadoras. ¿No crees que se han hecho notar mucho últimamente? –comentó alegremente el dire- Me entregaron este collar diciendo que era un símbolo de alianza entre losers y humanos. (Cada día nos vamos acercando más a la humanidad) ¡Y se preocuparon de ponerle mis colores favoritos!

En ese momento, Harry miró el collar del director, y pensó cómo podía existir una persona con tal mal gusto. En el collar se combinaban el color verde, amarillo y rojo, tipo Reggae, pero en tonalidades fosforescentes. Después de frotarse los ojos por la radiación lumínica del collar de Dumbledore, Harry se acordó del motivo de su visita.

-Ehhhh.... Director..............................................(A Romy le gustan los puntos suspensivos, ¿no se nota? ()

-¿Por qué usas tantos puntos suspensivos, Harry?

-¡No era mi intención, disculpe!.............................................

-Bueno, ¿A qué has venido? Hoy no tengo nada para que me puedas bolsear, lo siento.

- No. Yo venía a preguntarle si por casualidad no ha visto a las loser.

-¿Las loser? –Dumbledore se lo pensó un momento- Mi querido Harry, encontrarlas es más fácil de lo que tú crees. Me sorprende que no te des cuenta.

- ¿Qué tengo que hacer, gran maestro? –preguntó Harry con mucho respeto y con sus ojitos verdes tan fosforescente como el collar del dire, como huevos estrellados.

- Neo, tan sólo sigue el conejo blanco –dijo Dumbledore, poniendose unas gafas oscuras- Y entonces llegarás al Matrix.

Harry no sabía qué pensar. Había quedado en las mismas. ¡Y para colmo había perdido media hora en esa conversación incoherente! Volvió a mirar a Dumbledore y este se había peinado hacia atrás y llevaba puesto un abrigo de cuero negro. Harry tembló. Temía que el director se estuviera contagiando con la Matrixmanía.

-¡Pero quiero saber dónde está el conejo blanco! ¡¿A qué se refieren con eso?!

-Sólo busca el conejo blanco... y que la fuerza esté contigo –aquí sacó una espada de caballero Jedi- Y ahora ándate, que tengo una reunión, son asuntos de vida o muerte.

En ese momento, alguien tocó la ventana. Harry pudo distinguir, formas femeninas, forradas en una túnica de cuero rojo. Era una bruja, de lo más pintarreajada, que saludaba, con una sonrisita estupida al dire. Él chico no dijo nada, ¿Qué demonios, le pasaba hoy, a todo el colegio?

-Hola Dumbli- dijo la bruja.

-Ejem... ejem...- tosió disimuladamente el dire- Harry, ya sabes... es una reunión... vida o muerte...-

Harry captó la indirecta, y caminó, en dirección a la puerta, sin voltear. Antes de salir, Dumbledore le repitió: "Neo, sigue el conejo blanco".

¡¿Por qué todos le decían lo mismo?! De nada le servía seguir el conejo blanco, si no sabía dónde rayos encontrar al famoso conejo. Desesperado fue a la biblioteca a ver si encontraba algo y por el camino algo llamó su atención. Exclamó un fuerte "oooohhhh!!"

-Oooohhhh!! –exclamó Harry.

Ante sus ojos había cientos de envoltorios de helado (paleta helada), repartidos por todo el suelo, formando un bonito camino para seguir. Interesado, tomó uno de los envoltorios de color amarillo, y lo observó detenidamente. Lo que allí aparecía, para él parecía un conejo. Su cara se llenó de felicidad y comenzó a recoger todos los envoltorios mientras seguía el camino trazado. Cuando ya había recogido los suficientes como para llenar una bolsa tamaño familiar, descubrió que había llegado a la entrada de la torre de Slytherin.

Ahora estaba en problemas, porque no conocía la contraseña. La desesperación volvió a su mente, necesitaba urgentemente tener un encuentro con el conejo blanco, para poder seguirlo y así poder salvar su pellejo (el chiquillo no pensaba en el resto del colegio). Le daba lo mismo lo que pasara con las loser.

De repente, la puerta se abrió. ¿Adivinan quién apareció por la puerta? ¿Sabe o no sabe? ¿Sabe o no sabe? ¿Sabe o no sabe? ¿Sabe o no sabe? (mucho 31 minutos últimamente) Era el mismísimo, el galán, el sex symbol de Hogwarts, el protagonista de todo fanfiction R del planeta, nada más ni nada menos que...

DRACO MALFOY

-Oh, Hola perdedor –saludó con su acento sexy y su mirada sexy y todo lo sexy que sale de él. (Aquí se supone que todos suspiran)

-¿tay choro cabro? –preguntó Harry con su acento más poblacional que encontró (alias kuma) (lo que pasa es que el chico aparte de hablar parsel, hablaba "Coa", era políglota).

-Veo que estás coleccionando papeles. Es un buen pasatiempo si es que no fueran todos iguales.

- ¡Cállate, Malfoy! A todo esto, ¿Has visto a este sujeto? –preguntó, mostrándole uno de los envoltorios.

-Quizás sí, quizás no. –Respondió el rubio con un acento misterioso que le daba más sexybilidad aún- ¿Cuánto ofreces por la información?

-Eso lo podemos arreglar después, sólo dime si has visto a este conejo blanco. –Repuso Harry.

-¿Conejo? ¿Cuál conejo?

-¡El del papel, idiota!

-Eso no es un conejo, es un Oso Panda.

¿Qué sabía él de animales, si la única vez que había estado en un zoológico una boa brasileña se había escapado? Para él, un oso y un conejo eran exactamente lo mismo. Bueno, había una pequeña diferencia: las orejas. Pero esos, eran detalles.

-¿Por qué me dijiste que sabías cosas? –exclamó Harry, a punto de entrar en desesperación de nuevo.

-Bueno, te lo confesaré... es que... –balbuceó Malfoy ¡Y aún así se veía sexy!- Nosotros... –bajó la voz (de manera sexy, claro está)- Tenemos un tráfico de helados Chocopanda.

-¿Y qué tiene eso de ilegal?

-Es que los de Hufflepuff los venden a $150, y nosotros los vendemos a $100. –Explicó el chico satisfecho de sí mismo.- Es un buen negocio, ¿sabes? Muy pronto tendremos el monopolio de chocopandas en todo Hogwarts –y miró con mirada sexy.

Justo en ese momento, desde el interior de la Slytherin's Tower, se escuchó un grito que decía algo así como "Chocopandaaa, chocopanda a cieeen. Sacar a cien. Sacar a cien" (Al más puro estilo feria santiaguina)

-¿Y no sabes nada sobre un conejo blanco? –cambió Harry de tema.

-Mmm... creo que lo vi por alguna parte. Dijo que iba atrasado para tomar el té con la reina, lo vi mirando un reloj y entrando por una cueva en un árbol. –Respondió él, sexymente.

Harry no entendió el chiste. ¿Qué culpa tenía él que no le gustara leer? (Por si no lo saben, es del cuento Alicia en el país de las maravillas).

-¿Dónde está ese árbol? –Preguntó Harry con ingenuidad.

-¡Idiota, era una broma!

Harry no sabía si golpearlo o simplemente ignorarlo y optar por otra pregunta. Se decidió por lo último.

-Hablo en serio, Malfoy –repuso Harry, tratando de igualar la sexybilidad del rubio, cosa que no le salía- ¿O al menos has visto a las loser?

-¿Loser? Lo siento, esa palabra no está en mi vocabulario. –Respondió Draco con naturalidad, o sea, sexy.

-Veo que es inútil hablar contigo. –Comentó Harry- Chao, no me hables, me voy a la casa de mi madre. No me busques.

Y Harry desapareció por el pasillo.

Mientras tanto, nuestras amiguitas la pasaban Thestral.

-Romy, ¿Cuánto apuestas? –preguntó Jesu mirando atentamente sus cartas.

Romy demoró en contestar. Se había atorado con el humo de un habano que había intentado fumar.

-Yo creo que con 25 estamos bien. –Dijo la chica con acento italiano, acariciando un gato.

La escena daba para pensar que los que allí reunidos estaban, eran unos gangster de Sicilia. Por un lado, Cathy jugaba Pool, y por el otro, Jesu, Romy y un desconocido jugaban póker.

-¡La casa gana! –exclamó Jesu- ¿Quieren seguir jugando?

-Si el caballero, aquí presente no tiene problemas, yo no sufro de inconvenientes –dijo Romy, con una voz que asemejaba al Padrino.

-Sigamos jugando –dijo el caballero desconocido, poniendo unos cincuenta Galeones sobre la mesa.

-Así me gusta, que sean atrevidos –decía Romy, mientras acariciaba a su gato.

Mientras tanto, Harry había recorrido el colegio de pies a cabeza, buscando hasta por debajo de las piedras a ese endemoniado conejo. Gracias a esto, las horas habían bailado graciosamente sobre su cabeza, y sólo quedaba una para que se acabara el plazo. Mientras caminaba, todo el colegio estaba en silencio, las caras de todos eran sombrías. El rumor se había esparcido rápido y todos, especialmente los afectados, lo miraban con odio. No era para menos, a nadie le gustaría morir tan joven, a menos que padezcas de depresión y tengas síntomas suicidas. Buscó a Hermione y a Ron, pero estaban muy ocupados en cosas de ELLOS.

Abrió una puerta desconocida hasta el momento para él y se encontró con Carlos. Este se veía muy entretenido disfrutando de la TECNOLOGÍA (¿Por qué demonios no lo podemos decir sin mayúsculas?) en otro de sus ambitos.

-¡Hola, Miau! –saludó alegremente Carlos.- ¿En qué andas?

Harry miró a Carlos y se dio cuenta que también llevaba un collar en el cuello.

-¿No tienes miedo?

-¿De qué? Es la última canción, así que da lo mismo si pierdes la ficha –respondió el chico, feliz- ¿No quieres bailar?

-¿Qué es eso? –preguntó con curiosidad Harry, examinando el aparato por todas partes.

-¡Es una máquina de baile! –contestó Carlos, bailando la marcha turca- ¡La hice yo mismo con todas las cucharas que encontré en la cocina, y las pegué con chicle! (Goma de mascar, para los más cuicos)

-Ah –fue el aporte de Harry.- Yo te preguntaba con el collar.

-Ah, sí, dentro de una hora moriremos todos. Pero voy a aprovechar de jugar unos cuantos juegos antes de estirar la pata –exclamó feliz- A ver si saco A en la marcha turca antes de eso.

Harry no se explicaba cómo podía ser tan natural en momentos como esos. A diferencia del resto del colegio, él, junto con Dumbledore (quien de seguro lo pasaba Thestral en su oficina) parecía ser el único que estaba feliz. Harry miró su reloj (cosa sin sentido, ya que todos sabemos que este no funcionaba), y con horror se dio cuenta que sólo faltaba media hora.

-¿Te da miedo morir? –le preguntó Carlos mientras ponía un par de fichas en la máquina- Yo ya he muerto un montón de veces: una cuando vino Agosto Sangriento, otra cuando un Ángel y destruyó el colegio. Recuerdo la vez que morí junto con Kenny, o cuando me atravesó la cadena de Kurapika por romper el juramento de no volver a jugar a esto. En fin... ya me acostumbré.

Harry pensó que era un niño algo fantasioso, y luego de despedirse salió de la sala. ¡Sólo quedaban quince minutos! ¿Por qué nadie hacía nada por evitar la muerte? ¿Y por qué el tiempo pasaba tan rápido ahora, y no en las clases del profesor Binns? ¿Por qué Topo Giggio daba mensajes subliminales a los niños? ¿Por qué sacaron a Tata colores de la televisión? ¿Qué pasó con Heidi al final de la serie? ¿Dónde quedó el cadáver de Mufasa después que se murió? ¿Cómo Kenny podía tener tantos hermanos? ¿Cuándo fue el funeral del Axé? ¿Por qué Niky no tuvo infancia? ¿Por qué los raperos usan los pantalones abajo? ¿Por qué nadie deja que los de CQC hagan sus notas? ¿Por qué la cara de Michael Jackson cambió repentinamente de color?.... Tenía tantas preguntas en su cabeza que se había demorado diez minutos en pensar todo eso. Empezó a correr por todo el colegio y, al estar cansado, se detuvo para respirar. Alzó la cabeza y, junto a una puerta disimulada, estaba él... ¡Por fin lo había encontrado! ¡El conejito blanco! ¡Mashimaro, el conejito del verano! (que no sabemos si es un conejo, un hamster, o un guarén). Se lanzó a la puerta, quedaban tres minutos exactos, la abrió, entró y vio que estaba todo tapizado con fotos de Mashimaro. Ahora quedaban dos minutos. Empezó a buscar por todas partes dónde podían estar las loser, y la alfombra le llamó la atención. No sabía quién podía tener tan mal gusto como para tener una alfombra de ese color. ¡Y encima no combinaba con la decoración!

Un momento... él conocía ese lugar. ¡Era el despacho de Snape! Se tiró a la alfombra y la sacó de encima. Descubrió que bajo esta, había una puerta. La tiró... Diez segundos... ¡Estaba trabada! Sacó su varita... seis segundos... Gritó un "Alohomora", pero no funcionó... tres... gritó "Chocopanda" y la puerta se abrió... uno... metió la cabeza... cero...

... Y medio colegio hizo ¡Caput!

La muerte no le había dolido en absoluto. Tal vez Carlos tenía razón y uno se acostumbraba. Sentía que se caía por un agujero negro, cuando chocó con el suelo.

-¿Te gustó la broma? –le preguntó una vocecita cantarina. Él la reconoció. Abrió los ojos y se dio cuenta que de su collar había aparecido una banderita blanca, que decía ¡Caput!.

Miró la escena con atención. Había llegado al cuadro de los Gangsters de Sicilia, le llamó la atención quienes lo componían.

-¡¡¡Lamentablemente no nos encontraste a tiempo!!! –gritó Cathy en su oído, aún con el taco de Pool en las manos.

-¿Qué significa esto? –preguntó Harry sorprendido.

-¿Qué significa qué? –preguntó Romy, dejando de lado el acento italiano- ¿Lo del profesor Snape en calzoncillos, o lo de la banderita?

Harry no supo qué contestar. No se había dado cuenta de que el profesor se hallaba presente. Él era el personaje desconocido.

-Lo de Sevy, es porque le ganamos todo en el póker y no tenía nada más que apostar. –explicó Jesu.

-¡¡Ahora hasta el despacho nos pertenece!! –gritó Cathy.

-Ah, y lo de la banderita del collar... –dijo Romy- ¿De veras creías que te iba a matar de verdad? Yo hago mis trabajos por dinero.

Luego de estos sucesos, y descubrir la farsa del juego, todos los que se habían visto involucrados comenzaron a negar lo que habían confesado. De hecho habían confesiones bastante fuertes, con las cuales podrían aparecer hasta en el diario de "las últimas noticias" o en "la cuarta", pero no nos referiremos al tema. A la mañana siguiente, las loser aparecieron en el comedor como si nada y, de repente, el director se levantó de su silla y se dirigió al alumnado.

-Mis queridos alumnos, tengo una noticia que darles. –comenzó- Tenemos una alumna nueva.

Las puertas del gran comedor se abrieron mágicamente y apareció un ser en la puerta...

Las tres loser, junto con Mon, se levantaron y exclamaron a coro:

-¡La profecía se ha cumplido!-

CONTINUARÁ...

¡Que demonios será la profecia? ¿Aparecerá Mon en el próximo capítulo? ¿Dejará Carlos su adicción a la maquina de baile? ¿Qué nuevas aventuras le esperan a nuestras protagonistas?... esperen el próximo capítulo.... y no olviden dejar Reviews... o si no me suicido....

La sección Notas

Huachimingo Mingo: En honor a una mascota imaginaria de la Jesu.

Coa: Es un idioma que se habla en las cárceles de Chile, y en los barrios bajos.

Niky: Es el amigo más golpeable que nosotras tenemos. Un golpe cariñoso para él.

CQC: Es un programa que dan los domingos en Megavisión (Mega, Se vive).

Y ahora... (Fanfarria) ¡El minuto Review!

-Loony Moony- : (esto va de parte de la Jesu)

Estimada amiguita: O más bien debería decir, pariente perdido. Gracias por el review!!! Y bueno, esto lo escribimos a veces una, a veces dos... es que a veces no nos podemos juntar porque Romy vive muy lejos. Y no te preocupes, que no te atacaré con la katana porque me caíste bien, ( (que conste que soy yo(Romy) la que ha respondido casi todos los reviews)... Ah, por cierto, supongo que por el nick conoces a Lupin... jejeje... ¿Me lo presentas? (Parece que todos los Cárdenas sufren de una manía Luliana (Romy))... Ah, y.. chao!