No quiero saber de ti
El agua fresca le recorría el cuerpo. La cabeza le seguía doliendo pero era un leve latir y su dolor era soportable.
Harry dejó que el líquido le siguiera cayendo, para intentar tranquilizar su mente. Pero esto era una misión imposible. No podía dejar de pensar en lo acontecido. Era como querer armar un rompecabezas de un millón de piezas. La menor parte de las piezas la tiene en lo que él consideraba el diario de Hermione, la mayor parte está justamente en ella.
Quizás si.... si hubiese tenido el suficiente valor para ir a hablar con ella en el tren ahora otra sería la situación. Harry odió en esos instantes su cobardía. Siempre se comportó como todo un Gryffindor ante los peligros; y cuando le tocó afrontar sus sentimientos hacia la chica integrante de la misma casa dejó el nombre de la casa de los leones por los pisos, más abajo de la mazmorra de Snape.
El joven apretó un puño y lo lanzó contra la pared de cerámica. La ira no se fue pero al menos su mayor dolor físico no se centraba en su cabeza sino en su mano derecha.
«Hermione está bien» se alentaba mentalmente «Tiene que estar bien»
Ron servía en cada uno de los tres vasos jugo de naranja. Hace unos minutos atrás envió a Pig a casa para tranquilizar a su madre. Claro, si acaso Molly se tranquilizará cuando se entere que él pasará una temporada en El Refugio.
El pelirrojo suspiró profundamente. Lo sentía mucho por Ginny puesto que, en su ausencia, nadie la ayudaría con sus escapatorias, pero su mejor amigo está por afrontar una dificultad y no puede dejarlo solo. No sería leal de su parte.
«Hermione debió decirle a Harry lo que sentía» pensaba Ron «Estoy seguro de que se hubiesen evitado estas cosas»
¡Quién pudiera descubrir los misterios del futuro! Ron lamentó el desperdicio de tiempo con Adivinaciones. Dumbledore, para las clases, debió poner a un auténtico profeta del sino.
Pronto sacudió su pelirroja cabeza buscando sacar abruptamente las miles de cosas que le rondaban por la mente. Este no era su papel (el de estar pensando en tantas cosas complejas). En esos instantes añoraba las pláticas que tenía con sus dos amigos. Y cómo ellos se sacaban los sesos en las respectivas soluciones mientras que él ponía el ambiente menos tenso con sus simpáticos comentarios.
«Yo debería estar fastidiándolos, preguntándoles cuándo se casarán... Y si ya se hubiesen casado... cuándo vería a mi ahijado»
El pelirrojo lanzó un quejido de fastidio. Pero pronto recordó algo y en su pecoso rostro se acentuó una hermosa sonrisa.
«Ya quiero verles la cara. Esto sería digno de fotografiar. Lástima que en esos Museos muggles no permitan cámaras, peor aún las mágicas»
- Cambias fácilmente de carácter - observó Sirius colocando unas tostadas junto a un jarrón de miel y otro envase que contenía mantequilla. En otro recipiente había leche fresca para acompañar las avenas.
- No hay por qué amargarse - replicó Ron levantándose a sacar el tocino del fuego - Al final se verán -
- Aunque... ignoraba lo que había acontecido con los padres de Hermione -
- Yo tampoco lo sabía - respondió Ron - A mí nunca me escribió para decirme nada -
La versión humana de Hocicos quedó meditando unos instantes antes de lanzar sus siguientes palabras.
- A Remus lo encontraremos allá - recordó. El pelirrojo asintió colocando en la mesa los pequeños platos que desprendían el cálido aroma del tocino - Perfecto -
- ¿Qué es lo que tiene esa casa? - preguntó Ron.
- ¿A qué te refieres con eso? - Sirius lo miró de una forma suspicaz.
- Yo también estuve allí y esa sensación era horrible - Ron mostró una leve sonrisa ante su siguiente deducción - Y el Profesor Lupin es experto en Artes Oscuras -
- Vaya!! Se te ha pegado algo de Hermione - Sirius sonrió un tanto divertido, pero no le parecía buena idea abrir más la mente de Ron. Y además, no era bueno dañarle el buen humor con ciertas cosas.
- Y no me lo dirás - observó el último varón de Molly.
Sirius adquirió una mirada distante mientras en su mente se formaba con claridad la desolación de una casa, ese asqueroso aroma a terror, ese tenso ambiente, y esa energía negativa. Todas esas sensaciones fueron parte de sus pesadillas cuando estuvo encerrado (muy, pero muy injustamente!! Ok, me calmo y sigo con el fict) en Azkaban. ¡Cómo olvidarlo!.
- Son cosas mías - le dijo como respuesta.
Y Ron no pudo seguir indagando más. Al instante apareció Harry con el cabello humedecido, la mano adolorida y una mirada de enojo que bien podría enterrar a alguien vivo. Quizás los lentes quitaban intensidad a sus verdes ojos.
Ninguno de los presentes se le ocurría dar los buenos días al otro. El ambiente estaba muy tenso con el enfado y la impaciencia de Harry. Sirius lamentó que la primera mañana sea así de terrible. Él anhelaba que, horas después, la situación mejorara.
Harry deslizaba la cuchara en el plato de la avena y sus ojos se concentraban tanto en ella que bien pudo haberse inventado una nueva técnica de visualizar el futuro por medio de aquel alimento.
Él presentía que algo tramaban Ron y Sirius. Ese repentino ataque de amantes de las artes era demasiado sospechoso, por no decir poco creíble. Harry ya imaginaba aquellos cuadros mágicos de gente que antes había muerto y que se movían en los retratos como si estuviesen llenos de vida. Aquello no le parecían interesante. O quizás era una forma de diversión para los magos: que cada retrato le pregunte cuál es la contraseña y si lo adivina los llevaría a otra habitación llena de misterio y aventura.
Eso también le parecía tan divertido como admirar a su primo intentando atarse las cuerdas de los zapatos a la edad de 10 años. Al principio chistoso porque esa era la única forma en que Dudley hacía algo de ejercicio (intentar llegar a tocar los zapatos luchando contra su voluminosa barriga) pero luego del berrinche, gritos y zapateos a los 5 segundos la cosa era realmente fastidiosa.
- ¡¡¡HARRY!! - Ron finalmente pudo regresarlo a tierra firme.
El unigénito contó mentalmente hasta 10 para no exasperarse y contestar de mala gana.
- ¿Qué ocurre? -
- Te preguntaba si queda bien el naranja con el amarillo -
Harry frunció el entrecejo. ¿De qué demonios le estaba hablando Ron?
- Sí, claro - contestó sin darle mayor importancia al asunto. Ron asintió confiado ante la respuesta de su mejor amigo. Sirius, sin embargo, negó con la cabeza.
- Bien, será mejor que nos alistemos - comentó el mayor de los presentes. Harry abrió la boca para protestar pero su padrino no le dejó hablar - Cuanto antes salgamos de este compromiso nos podremos concentrar en otros asuntos -
- Está bien - contestó Harry desganado.
Horas después Harry supo el motivo por el cual Ron le había preguntado si el naranja y el amarillo quedaban bien: el pelirrojo tenía una camisa con el primer color y un pantalón con el segundo.
Harry se encogió de hombros despreocupado. Hay magos más extravagantes que Ron a la hora de vestir. Sirius, en cambio, le entregó a Harry una correa. Era obvio que no podía presentarse ante los demás en su forma humanizada.
- Remus nos espera allá - le explicó antes que nada - Para que yo pueda entrar él se hará pasar por un ciego que necesita a su perro guía - Harry quedó más confundido aún.
La habitación era inmensa, de un blanco purísimo. Y en cada pared estaban colgados diversos cuadros, demasiado extraños para los presentes, pero los entendidos del arte insistían que todo era metáfora.
- Por ejemplo - expresaba un delgado hombre con espeso bigote - Este representa el Reino Animal en su máxima plenitud, en total armonía. Deseos ocultos de nuestro artista de que así sea nuestro mundo - y señalaba la imagen en blanco y negro de un lobo enrollado sobre sí mismo, junto a un ciervo bebiendo de un riachuelo. No muy lejano estaba un enorme perro a cuyas patas delanteras se hallaba una especie de felino de espeso pelaje. Y en el cielo, cuyos rasgos daban a entender a un anochecer profundo, se veían a algunas lechuzas volando libremente.
- Magnífico - exclamaban a coro algunos de los presentes.
- ¿Y este otro de acá? -
- Oh!! Esta es una verdadera obra!! Yo la denominaría: "El tiempo" -
Muchos ojos se posaron en la imagen de un joven cuya capa ondeaba al perfectamente dibujado viento en frente a otro ser, de mayor edad, quien también portaba una capa.
- ¿Por qué "El tiempo"? -
- No lo notan - el hombre suspiró comprensivamente - Este joven representa lo que alguna vez fuimos: llenos de juventud, alegría, pureza, espontaneidad, todo lo positivo de la humanidad. Por el contrario, el anciano está con lo años encima, amargura, con cicatrices por el andar de la vida, todo lo negativo en que puede volverse el ser humano -
Se escucharon más exclamaciones de asombro.
Entonces todos los presentes voltearon pero no hacia un nuevo cuadro sino hacia los pasos de un trío de hombres con un enorme perro. Uno de extraño vestir, para el concepto de muchos.
- Se parece al del cuadro - exclamó con alegría un chiquillo de 7 años.
Harry miró indiferente cada uno de los cuadros inmóviles, sus verdes ojos desconcertados se dirigieron hacia su padrino, luego al hombre que lo llevaba y, puesto que ninguno parecía, o más bien no podía, contestarle, se volvió hacia su pelirrojo amigo.
- Esto es una Galería muggle - le murmuró lo más bajo que pudo.
- ¿Y qué esperabas? - preguntó Ron arqueando una ceja - ¿Por qué crees que te pregunté por los colores para vestir? -
Harry sintió punzadas de culpa y de extrañeza: se hallaba junto a un escandaloso para vestir, con un ciego y un enorme perro negro. Peor no tuvo tiempo de protestar, de inmediato un cuadro le llamó la atención.
- ¿Papá? - se pudo leer en sus labios pero de su garganta no salió ni un sólo sonido - ¿Lunático? ¿Hocicos? ¿Crookshanks? -
Ron también se acercó a ver el retrato. «Vaya talento» pasó por su mente. Y existían muchos cuadros por ver en aquel salón.
- Les explicaba a los presentes - se les acercó el hombre de bigote - la armonía de la naturaleza en este retrato -
Los dos jóvenes abrieron los ojos más que perturbados al ver el cuadro que los presentes antes habían denominado "El Tiempo". Todos, incluso Ron, miraban simultáneamente entre el retrato del joven y el rostro de Harry.
- Ah!! - exclamó el guía haciéndose el entendido - Eres contratado por el artista para que aparecieras idéntico a los retratos -
- No, no, no - expresó Remus tocando levemente con el bastón el piso, como parte de su guía aparte del inmenso can - Él es mi sobrino y me acompaña porque no hay nada más reconfortante para mí que el aroma a tinta en obras de artes -
- Efectivamente - comentó el hombre con aires de grandeza - Las personas que pierden la facultad de la vista adquieren un don extraordinario para apreciar cosas que van más allá de la retina -
El perro lanzó una especie de gruñido fastidioso.
- Y dígame.... - Continuó Remus halando disimuladamente la correa - ¿Usted es el autor de estas maravillas? -
- ¡Ya quisiera! - el hombre se tocó el bigote, como arreglándolo - La verdad es que soy un amante del arte y me presento en muestras como esta para interpretar el alma de su creador -
- ¡Oh! - Remus lanzó un notable y bien fingido tono de decepción - Pero... el dueño de esta exposición se encuentra por aquí? -
- Posiblemente - El hombre lanzó una mirada hacia el inmenso salón - Hay mucha gente aquí y el autor es de los típicos que se mezclan con la gente para saber la opinión de los demás -
- Interesante adivinar quién sería el creador de tales maravillas - opinó Remus.
- Efectivamente - recalcó el hombre - Si desean pueden acompañarnos en el recorrido que les hago a los presentes -
- Preferimos acoplarnos a nuestro propio paso - objetó Harry de inmediato.
El hombre asintió y se volvió al grupo al cual le seguía explicando extraños conceptos sobre los conflictos internos - ...... al tener dentro de nuestro ser a aquella serpiente que tentó a Eva, y nosotros, como leones feroces, debemos luchar contra esa malicia -
- ¿Por qué no me lo dijeron antes? - preguntó Harry un tanto agitado al ver que el grupo se alejaba hacia otro salón.
- Esto iba a ser una sorpresa, para ambos - comenzó a decir Ron.
- Entonces Hermione está aquí - Harry sintió su voz temblar - Lo supieron todo este tiempo y no me lo quisieron decir -
- Al menos comprobamos que también deduces lo que nosotros - explicó Lupin - Mira, Harry: Sirius encontró la información hace aproximadamente dos meses en un diario muggle. No decía nada más sobre una exposición anónima, pero mostraban algunos de las imágenes. También deducimos que podía ser Hermione, mas no estamos ciento por ciento seguros -
- Vamos - se quejó Harry - Es más que obvio: Aquí están ustedes, los animagos, incluyendo a mi padre - Harry señaló las lechuzas del cielo - Pig, Errol, Hedwig, Hermes - y finalmente señaló al felino junto al perro - Y cómo podía dejar a un lado a Crookshanks -
- Buen punto, pero te olvidas de un animago -
- No me menciones a esa..... - Harry se contuvo inmensamente para no lanzar alguna merecida infamia -..... rata - aún sentía la punzada de la daga en el pliegue del codo del brazo derecho por aquella ocasión en que que Colagusano le extrajo sangre para revivir al más temible mago de todos los tiempos.
Más gente interesada comenzaba a llenar el salón. A veces la vestimenta de Ron, el inmenso perro o el hecho de que un ciego se encuentre allí llamaba más la atención que los propios cuadros. Pero ninguno de ellos parecía notarlo.
- Está bien, un pequeño detalle - objetó Remus mirando con mayor recelo a la imagen de lo que claramente se apreciaba a Harry encarando a Voldemort. ¿En qué estaba pensando esta muchacha?
- Busquemos a Hermione - expresó Harry antes de que alguien dijera algo más.
- El que exista la probabilidad de que estos cuadros los haya pintado ella no significa que ella se encuentre aquí -
- No seas tan cruel - pidió Ron ante las palabras del licántropo.
- No quisiera que se hiciera falsas expectativas - Remus advirtió y no siguió hablando por sentir que Hocicos le halaba disimuladamente - Hagamos algo: separémonos para ver si ella se encuentra por aquí. Ron, ve con Harry y yo iré con.... -
- No se verá normal que un ciego esté sólo con su perro guía, no en el mundo muggle - Harry le interrumpió - Que Ron los acompañe. No me perderé en este sitio -
Los 3 hombres comprendieron perfectamente el cómo Harry quiso camuflar el hecho de que si se encontraba con Hermione quería hablar con ella a solas. Aún así el can negro lanzó un gruñido de insatisfacción.
A Harry no le importó esto último y pronto se dispersó con el resto de las personas.
- Sirius ¿Qué ocurre? - indagó Remus bajando un poco la mirada hacia el perro quien miró por unos instantes a Ron, como dudando en exponer lo que pensaba, pero no le quedó más remedio, así que con la pata señaló al otro extremo de la habitación, al lado contrario de donde Harry se había ido.
- No es posible - dejó escapar Ron apretando los puños.
Este, sin duda alguna, era el cuadro más importante: la imagen del mismo joven de la mayoría de los retratos caminando en medio de un paisaje desolado con tan sólo una lechuza volando cerca de su cabeza.
Pintar se había convertido en una especie de desahogo para ella. Lo único que no aceptaba aún era que otros estuviesen viendo aquellas imágenes.
Hermione apenas deslizó sus dedos por el cuadro, como si anhelara que el mismo la absorbiese, para hacerle compañía al solitario chico, para quedarse por siempre junto a él. Pero de inmediato apartó sus manos de la imagen y se reprochó mentalmente. Luego volvió a cruzarse de brazos y fijó su mirada en el cuadro.
Transcurrieron apenas algunos minutos cuando sintió que alguien la abrazaba. Hermione pasó su mirada desde el cuadro hacia los brazos que le rodeaban la cintura.
- ¿Qué haces aquí? -
Harry frunció el entrecejo. Su voz sonaba tan débil y cansada, incluso le pareció temerosa.
- ¿Estos son tus famosos proyectos pendientes? - preguntó Harry aprisionándola contra sí mismo.
- En parte - Hermione intentó soltarse - No toda mi vida gira en torno a la magia -
- Extraño - contestó Harry sin utilizar mayor fuerza de la debida para no evitarle la huída - Siete años en un colegio de magia, empeñada en resaltar tus dones - «hechizar mi corazón» hubiese querido decir su pensamiento pero creía que aún no era el momento.
- Las cosas han cambiado - Hermione puso mayor fuerza a su intento de liberarse - No quiero saber nada de la magia -
- Pero -
- Y eso te incluye a ti: Harry Potter -
Ante su comentario obviamente que Harry deshizo el abrazo en el cual la tenía envuelta.
- ¿Qué dices? -
- Lo que escuchaste: no quiero saber nada de magia, mucho menos de ti -
- ¿Y esta exposición de artes? -
Los ojos de Hermione brillaban intensamente pero ella no soltaba ni una sola lágrima.
- Es mi despedida del mundo mágico y todo lo que tenga que ver con ello: Adiós al Colegio, a los Profesores, a los Weasley, a las lechuzas, a Crookshanks y sobre todo a ti -
Harry bajó la mirada entre confundido e intrigado. Hermione dio media vuelta y se marchó de la habitación.
- Perdón... perdón... Mi mascota debe haberlo confundido con algún conocido - expresó Remus ante el alboroto que estaba armando Hocicos.
- Es que es un conocido - se apresuro a decir Ron conteniendo la rabia - Uno que nos debe -
- Ah!! Pero qué casualidades de la vida el hallarlo por estos rumbos - siguió diciendo Remus consciente de que el atrapado no podía transformarse para huir - De seguro que podemos hablar sobre ese asunto que tenemos pendiente -
Hocicos gruñía con mayor fuerza y se resistía a salir de encima del calvo, bajo y gordo hombre.
- Sí... te..... te.... ten... tenemos...... c....osas...... p.... pe.... pendientes - tartamudeó el tipo con chillona voz sintiendo el aliento del can que advertía destrozarlo parte por parte sino fuera por la correa que lo tenía sujeto.
- Entonces vayamos a otro sitio para hablar con mayor calma - sugirió Remus sin hacer algún movimiento para quitarle a Hocicos.
- No puedo - respondió el acorralado de inmediato - Pero les juro que este encuentro yo lo tenía planeado -
Ron quiso reírse a carcajadas, de forma irónica claro está, pero se contuvo porque más podía su rabia.
- Fui yo quien organizó esta exposición en contra de los deseos de Granger - se apresuró a explicar en voz baja - Fui yo quien publicó el mensaje en los diarios muggles, fui yo quien se encargó de que Sirius viera el anuncio. Yo le dejé el ejemplar por uno de los barrios muggles que yo sabía que él rondaba -
Remus estaba tentado a quitarse las gafas obscuras para encarar la mirada a Pettigrew. Sirius gruñó más amenazadoramente.
- ¿Con qué propósito? ¿Acaso esta es una trampa de Voldemort? - tanto Ron como Peter retrocedieron involuntariamente - ¿Qué tiene que ver Hermione en todo esto?
Y como si fuese llamada por arte de magia la joven apareció quitándole al calvo al perro que tenía encima.
- Váyanse de aquí - casi parecía ordenar con los ojos más llorosos que nunca.
- Hermione ¿Qué está pasando aquí? ¿Qué haces con esta rata? - preguntó Ron - ¿Te das cuenta de lo que estás haciendo? -
Hermione miró duramente a Pettigrew, y luego se volvió a Ron para apenas murmurar - No lo comprendes -
- ¡¡No!! ¡No lo comprendo! - Ron alzó más el tono de voz.
Peter se levantó torpemente y, para más rabia de los otros, corrió a confundirse entre la gente metiéndose en otro salón.
- Maldito cobarde - masculló el pelirrojo - Hermione.... ¿Qué demonios te está pasando? -
- Llévense a Harry - Hermione aspiró aire ante sus siguientes palabras - Olvídense de mí, olvídense de que existo, váyanse de aquí ahora -
Remus estuvo a punto de protestar pero pronto apareció Harry y, sin mirar a Hermione, comentó que se quería ir de allí.
- Harry.... espera, hay algo que no sabes - comenzó Ron.
- ¡Quiero irme ya! - Harry demostró mucha dureza en sus palabras.
- Nos encontramos con Pe.... -
- ¡¡No me importa!! - Harry siguió caminando rumbo a la salida más próxima. Ron le siguió intentando detenerle el paso pero Harry no le escuchaba.
Remus miró fijamente a Hermione. Sirius tampoco le despegaba la mirada. Pero ella no permitió más interrogatorio y les dio la espalda de inmediato. Y a un paso rápido se alejó de los dos hombres.
Continuará!!
Contestando reviews ^__^
Ady-chan: Ya te caíste de la butaca? =P A decir verdad me gustó tu perspectiva de que encontrar el diario fue como si se encontrarán. No lo había visto de esa forma. Je, je... demasiado predecible en que Hermione era la autora de las imágenes de la Exposición de Arte, pero no predecible lo siguiente, no?
Jenny Anderson, ¿Te ha encantado? Y eso que no le eché ningún hechizo ^^ Lo que Harry descubre de Hermione será en otro capítulo (sí, aún falta más) y no le va a gustar mucho (Sí, sí, me callo o aflojo toda la trama) Trato de no demorar, no más de la cuenta, o sino los lectores pierden la trama, sólo pido consideración.
Damaris, De nada por el mail siempre y cuando la **censuradísimo** de mi compu me lo permita porque.... bueno!! Sí, deben decirse lo mucho que se quieren, que se adoran, que se aman, que no pueden vivir sin el otro (aquí me descargo con todo lo que quise escribir pero me contuve para no dejar incoherente el fict) y sip, habrá más D/G, espero que tan apasionante como los que me he leído últimamente gracias a Harry Potter y la Orbe del Imago de cali-chan (Je, je... propaganda y no he dejado review ;_;)
Y a todos los que no dejaron rewiews (o sus arrebatadas compu no les deja) saludos y espero que sigan leyendo (y me avisan si encuentran ficts Hr/H o D/G ^____^)
Notas de la autora: Vaya, vaya... con qué cosas salí ahora!! Pero esto aún no se acaba así que no se desesperen!
¿Logrará Harry desenredar todo este problema? ¿Será cierto que Hermione ya no lo ama? ¿Qué le ocurre a esta chica? Pues les confieso que ni yo tengo idea ^^ (Es una broma, para que se relajen)
No de olviden de dejar sus importantes comentarios!! Mejoran mi día, me lo hacen más dulce y dan aliento para seguir con el fict. También les dejo a su disposición mi mail para comentarios personales: dragonzukino@hotmail.com
Nos vemos en el siguiente capítulo! Hasta el próximo año!! ;P (Es broma, es broma!)
