Prologo

El sonido del viento entrando por la ventana lo despertó, abrió sus ojitos y los froto con sus pequeñas manos después de soltar un largo bostezo. Se incorporó con torpeza para volver a caer en el futon, lo golpeo suavemente con un puño. Estaba muy incomodo y deseaba que lo sacaran de su cama en ese mismo instante, empezó a moverse frenéticamente en el futon para quitarse las cobijas de encima, hasta que lo logró, ahora le seria más fácil pararse, volvió a tratar, pero cuando lo hizo cayó sobre el pañal. Se quejó, y miró a quien se encontraba a su lado, si lo despertaba el lo aria salir del futon.

Lo estudio detenidamente, sus largos cabellos castaños caían sobre su cara, tenia piel bronceada y una expresión de paz y serenidad, al verlo dormir él bebe no tuvo el coraje de despertar a su papá. Se hizo en sus cuatro extremidades, mejor los dejaba dormir y jugaba con sus "amiguitos" mientras que despertaban. Empezó a gatear hacia sus muñecos de felpa, se sentó frente a un oso gigantesco que le habían regalado hace poco, le cogió una pata y se la metió a la boca tratando de encontrarle sabor.

Se aburrió de babear a su oso y mejor decidió hacer algo mas interesante con el, recordó a los hombres de la TV llevaban unas ropas blancas y un cinturón, algunos señores lo llevaban de color negro, blanco, azul, amarillo,.... los mostraban rompiendo tablas y ladrillos con las manos o la cabeza y pateando y dando golpes a otros señores con la misma ropa. Le parecía interesante verlos se movían muy rápido y eran fuertes, una vez su mamá le dijo que eran karatekas, que nombre tan raro tenían,... le parecía raro que todos los que hacían esas cosas se cambiaran el nombre por uno tan feo como ese,... ¡Pero que! El solo quería probar, no tenia que cambiarse el nombre que tanto le gustaba.

El rubio se incorporó en sus piernitas débiles y le dio un golpe débil con la mano derecha, rió divertido al verlo caer, lo volvió a parar con dificultad, esta vez trató de darle una patada como lo hacían esos karatekas, daban una vuelta y pegaban la patada. Trató de pararse en un pie, pero al dar un giro corto cayó sentado, rió nuevamente y se paró. Ya lo aburría ese estilo de pelea, mejor lo haría a su manera, se volvió a parar y saltó encima de su contrincante, el cual cayó al piso con él bebe sobre él, empezó a rodar por toda la habitación riendo animadamente, se divertía mucho.

–Vaya- la voz lo hizo detenerse, levantó la mirada y vio a una mujer con cabello rubio hasta los hombros, piel pálida, y aunque sonreía con ternura, su semblante frío seguía ahí, -ya estas despierto.- Él bebe apartó a su contrincante y comenzó a gatear hacia su madre, ella lo levantó y le acarició la dio un eso en la cabeza – y bien- dijo ella -¿cómo amaneció mi Hanna el día de hoy?-

-Ta-ta- respondió el rubio dando dos palmadas al unísono con las dos sílabas.

-Que bien- dijo la itako riendo, le dirigió una mirada al joven dormido, soltó un corto suspiro –parece que tu papá sigue dormido.- Miró al bebe, se parecía tanto a su padre,... –bien,... no podemos hacer nada por eso, se va a despertar solo- se paró con Hanna en sus brazos –mientras,... ¿por qué no vamos un rato abajo? Hagamos algo divertido.-

"Diversión" estaba esperando ya hace rato el poder hacer algo divertido con sus padres. Rió felizmente mientras su madre salía por la puerta y la cerraba suavemente detrás de ella, bajaron y llegaron a la cocina, Anna dejó a Hanna sobre una manta que se encontraba en una esquina de la cocina, -haré algo de desayuno.- Le mando una mirada sospechosa ¿por qué iría su mamá a cocinar? Siempre hacia que el Tío Ryu, el Tío Manta o Tamao cocinaran para ella, Anna notó la mirada sospechosa de su hijo -¡ah! Ya sé, ya sé 0 es solo que, hoy tengo ganas de cocinar.- Se acerco a la estufa y la prendió, después puso una olla encima –supongo, que deberás acostumbrarte, cocinaré mas seguido. No puedo dejar que mi hijo me vea como una holgazana.- sacó un poco la lengua y le sonrió con culpabilidad –seria un mal ejemplo . þ-

El pequeño le respondió con el mismo gesto, su mamá se veía graciosa cuando hacia así, el también quería verse así a pesar de parecerse tanto a su papá.

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Sus ojos azules observaron desde la camioneta el extenso campo de plantas que le había tomado tantos años sembrar, pensó en todo el esfuerzo que hicieron para poder hacer ese sueño realidad, no podía creer que hace ocho años el se había involucrado en peleas peligrosas y hecho cosas increíbles por hacer algo que solo requería esfuerzo. -¡Hermano ¿qué esperas?!- lo llamaba su hermana desde la parte trasera de la camioneta, el la miró sobre su hombro, era una joven de largos cabellos azules, al igual que sus ojos, tenia un aire de inocencia y de determinación, se veía algo molesta ante su hermano mayor –vamonos ya, ¿o te vas a quedar ahí sentado haciendo nada, hermano?-

El le sonrió –estaba pensando un poco, ya perdóname que voy a arrancar - Ella lo miro de reojo –dijiste eso hace ya veinte minutos hermano,- se llevo un dedo a la barbilla y puso cara de pensativa -¿no será que se te olvido revisarle que no tuviera alguna falla?-

Molesto, soltó un quejido –no me molestes mas con eso, ya lo revise bien.-

-¿Entonces porque no arrancas?- reclamo Pirika, Horo-Horo golpeo el borde de la ventana, ya harto -¡DE ACUERDO YA VOY A ARRANCAR!- cogió la llave que estaba pegada al auto y le dio vuelta, el motor empezó a funcionar -¿feliz?- se quejo el mirando a su hermana menor –cuando la camioneta empiece a moverse de una vez. Si.-

Gruñó y pisó el acelerador un poco a lo que la camioneta empezó a moverse, -mucho mejor- Pirika estaba ahora sentada y abrazándose las piernas.

Horo-Horo se llevo un dedo a la sien y suspiro, a veces Pirika lo hacia enojar bastante, desde que eran mas jóvenes y ella lo hacia someterse a esos incansables entrenamientos que ella misma había diseñado para convertirlo en el Shaman King, lo cual no pudo lograr,... y aún así tenia que entrenar.

-Hermano,..- oyó la voz de su hermana llamándolo desde la parte trasera de la camioneta -¿si que pasa?-

-¿Como crees que sea ahora Hanna?- el ainu medito un segundo sin apartar la vista del camino lleno de piedras –pues,...- hizo un esfuerzo por recordar al hijo de su amigo cuando era un bebe, -no creo que haya cambiado mucho,.... tal vez mas inteligente que Yoh- soltó una sauve risa. -¡Hermano eres muy cruel!-

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-Bason,....- el chino llamó a su espíritu acompañante desde el bacón, un gigantesco guerrero chino apareció detrás del joven -¿dígame señorito?-

-¿Ya se durmió Rion?- le pregunto el joven, era un hombre de ojos dorados, la mirada penetrante, cabello de color azul oscuro, era alto y con brazos fuertes, llevaba puesta una yukata de color negro –si, la señorita Feng ya la durmió.-

-Ya veo,...- el chino cerro los ojos, su espíritu cambio a modo hitodama y se hizo al lado del joven hombre –señorito,.. ¿piensa ir, no?-

-claro que si Bason, que pregunta tan estúpida- le reclamó Ren volviéndose y entrando nuevamente a la mansión seguido de la bola que era su espíritu acompañante -¿y la señorita Feng, y Rion?-

-Ellas también vendrán- suspiro molestó -¿qué creías, que soy tan irresponsable como para dejarlas solas? Bason,... ¬¬0-

-Uhmm, ..0 perdón señorito es solo que, pensé que usted creía que serian un estorbo,...-

-¿Un estorbo para quien?- la voz de una mujer resonó por toda la habitación, varias gotas se mostraron en la cara de Bason quien se quedo quieto, Ren se volteo y logro ver la figura de una mujer de cortos cabellos plateados y ojos verdes, era alta y esbelta, con piel pálida, llevaba puesto un kimono negro, al igual que Ren

–Bason,... ¿estabas hablando de nosotras?-

El hitodama se movió de un lado a otro frenéticamente, la mujer le sonrió con ternura –claro que si,... tonto,... sabes cuanto detesto que me mientas.- volvió a su apariencia normal y se arrodillo frente a la joven

–perdóneme señorita,.. perdón,.. perdón,... perdón TTTT-

A ambos chinos le salió una gigantesca gota de sudor en la cabeza –Bason no hagas idioteces,...- se quejó Ren cruzándose de brazos. Feng se rió con inocencia, después le pidió a Bason que se retirara y los esperara fuera de la mansión, a lo cual el obedeció.

-Bason,... es un poco testarudo- le dijo ella –pero creo que es eso lo que lo hace tan adorable .-

-Si,... lo que sea,...- dijo el en tono frío, Feng le sonrió con ternura después lo abrazó por la espalda -¿estas feliz, por volverlos a ver, no es así?-

El le sonrió con hastío –claro que si,... ha pasado mucho tiempo desde que deje de ver al testarudo de Yoh,...-

-Apuesto a que estas mas feliz porque conocerán a la hija del gran Ren Tao- dijo ella poniendo énfasis y un poco de sarcasmo en "el gran Ren Tao".

Ren rió un poco –deja tus cosas de niña,...- Ella rió y le planto un beso en la mejilla antes de separarse de el.

La puerta se abrió y una mujer entro a la habitación –señor Ren, señorita Feng, me llamaron para informarles que el avión ya esta en el aeropuerto esperándolos, la señora Jun también los espera.-

Ren se vio afectado ante lo ultimo -¿Quién viene,... 00?-

-De acuerdo, gracias 0- le dijo Feng a la sirvienta, quien hizo una venia y salió de la habitación.

-Iré por Rion, ¿de acuerdo? Nos vemos afuera- repuso la china saliendo de la habitación dejando solo al shaman de cabellos azules.

El sonrio y empezó a caminar hacia la puerta por donde su esposa había salido.

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Pues este es mi primer fic que hago de SK, ¡¡nyaa!! Que emoción, ojala les haya gustado.

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