Mañana
Mientras corría para no llegar tarde a clase, pensé el por qué me había demorado tanto, la noche anterior no pude dormir, por más que me haya bañado varias veces no podía quitarme el sabor de Potter de mi boca, su olor del mío estaban mezclados casi para siempre y la verdad, me sentía sucio.
Después de jugar con Potter un rato, regresé a mi cuarto, comencé a llorar, no sabía si era el asco hacia mí mismo o era lo débil que me sentía, sus miradas eran como cachetadas a mi orgullos, este tipo había pisoteado la poca dignidad que me quedaba, y creo que mi padre nos defraudó por el peso que tenía de toda la culpa.
Abrí la puerta despacio, el profesor Flitwic(o como se escriba) me gruñó por casi media hora, pero luego logré sentarme, todos me miraban con caras de burla, era como si todo lo que había logrado en mis años del colegio se hubieran caído por este pequeño amorío con Potter.
Como lo odio.
-Por qué te tardaste tanto? – me preguntó Nott a mi derecha
-Me quedé dormido – dije restándole importancia sumiéndome otra ves en mis sueños
Salimos
Después de otra aburrida clase con Snape y sus favoritismos a Slytherin, fuimos a almorzar, no tenía hambre, dejé mi plato lleno y salí del comedor, una ola de murmullos, no sé si eran referentes a mí o no se hacía más grande con cada pisada que daba, el ruido me estaba mareando, todo me estaba mareando, necesitaba salir rápido o comenzaría a vomitar.
Jardines
Me eché al lado del lago, la brisa llegaba hasta mi cara y se metía entre mi ropa, era reconfortable saber que todavía había alguien que quería que esté bien, lamentablemente este alguien no me podía hablar ni darme una palmaditas en la espalda. El cielo ahora gris comenzó a entristecerme, me hizo recordar todas las veces que jugaba de pequeño con mi padre o cuando mi madre todavía era una persona sin voto.
Me dolió al recordar todo lo que estaba pasando, me sobé la boca la sensación me volvió a marear. Quería romper a llorar, pero y si alguien me veía?, y si alguien me escuchaba?
Traté de ver el lado bueno, Voldemort me tendría más confianza o mejor dicho me vería como un casi igual, eso sería emocionante! Potter me daba lástima, no sabía de lo que le esperaba, comencé a reir.
-Volviéndote loco, Malfoy?
-Déjame en paz – dije con mala gana
-No me decías eso antes – dijo y se acostó a mi lado
-Nadie te invitó, ahora lárgate – dije, lo estás arruinando, Draco
-¿Qué mierd4 te pasa?! Antes estabas bien y ahora, como si no hubiera pasado nada, decídete maldita serpiente!
Me quedé callado, no quería escuchar a alguien gritándo otra ves, no quería escuchar nada aparte del viento silbante en mis oídos y mis propios pensamientos acomodándose en mi cabeza.
-No sabes lo que daría para que todo vuelva a ser como antes – solté sin pensar
-muy tarde – dijo calmándose y acomodándose a mi lado
Nos quedamos callados y buen rato, hasta que el estúpido de Weasley interrumpió nuestro intimo momento y se llevó a Harry
Si…
Harry
Comenzó la ligera y acostumbrada granizada, la muy maldita comenzó a helarme los huesos. Entré al castillo todo mojado y con ciertos y desquiciantes pedacitos de hielo en mi cabello y ropa, me sacudí y quedé todo despeinado.
Llegué a mi otra clase, aburrida.
Harry estaba al lado de Granger pasándole notitas a Weasley, envidia, nunca tuve una nota en medio de clase. Era una manera muy peculiar de decir No puedo estar más tiempo sin comunicarme contigo, te necesito, claro que esto era por así decirlo, un poco exagerado.
Blaise y Nott estaban por otro lado, yo estaba al costado de Mili (milicent) la cuál muy atenta a la clase no hablaba. Nota: nunca más sentarse con alguna chica
Pansy era divertida, pero algunas veces como hoy estaba con cierto Slytherin que no voy a mencionar y no tenía comentarios inteligentes.
Así continuó el día, aburrido y lleno de mareos. Harry no me había vuelto a hablar después de lo del lago. Creo que necesito más sensibilidad, "Harry, te quiero demasiado, por favor acompáñame a donde será tu muerte"
No, Harry no me hagas caso
Harry no me tengas confianza, te voy a traicionar, no me vuelvas a hablar
Harry, vengo a decirte que te he llegado a valorar, no me gustas pero pareces ser lo que dicen que eres.
Necesitaba una de esas largas caminatas de las que ya estaba acostumbrado, salí de mi cuarto, olvidando completamente lo que había ido a buscar. Al llegar a la puerta me encontré con Finnigan, por qué lo menciono, no lo sé, pero cuando lo vi tenía una mirada extraña, como de ausente, no me parecería raro en un gryffindor, pero esta, me apenó. Fue una tontería.
Salí del castillo y con la nieve encima, traté de llegar a un lugar apartado donde las parejitas no se estuvieran acurrucando, tontamente. Recordé a Harry y todo lo aquí había pasado en la semana. No era mucho, pero si me afectó bastante.
Vi al pelirrojo con el ya nombrado Potter, abrazándose, me dolió pero a la vez me sentí alegre de que Harry disfrutara sus últimos días
Quería salir de mi cuerpo. La piel me quemaba, los ojos me escocían, me dolía la cabeza, creo que e pillado un resfriado.
Entré al castillo, no puedo creer que me haya olvidado poner un hechizo a estas estúpidas ropas, por eso me estaba congelando, me enfurecí con mi mismo, pero al patear la pared, como era obvio me lo lastimé más y caí rendido al piso.
Las personas que pasaban me miraban extrañados, claro que solo veía a personas de otros cursos. Me harté de estar mal por el estúpido gryffindor, decidí que era hora de entregar a cierto gryffindor, eliminarlo por completo.
