DISCLAIMER: SOLO TOME PRESTADO LOS PERSONAJES Y LOS LUGARES DE LA TALENTOSA ROWLING... NO ES MIO POR SUPUESTO.
CAPITULO 9: EL ENCUENTRO.
Ni bien llegó a la Sala común Ron y Hermione lo estaban esperando. Estaban algo preocupados porque Harry no había ido a cenar al Gran Salón.
-Y bien? Qué pasó? –preguntó muy ansioso Ron.
-Llegó Hocicos –dijo Harry.
-No te noto muy feliz, es una buena noticia Harry, que te pasa? –preguntó Hermione.
-Es que...me contaron algo muy extraño. No se si Sirius hizo bien en venir.
-Que pasó Harry? Por favor, cuentanos!
-Es todo culpa de esa mujer...de la profesora Snape.
-Qué le hizo? Lo vio?
-No...ella...el solo hecho de nombrarla hizo que Sirius se ponga triste, melancólico...Voy a contarles lo que me dijo.
-Qué???? Hary!!! Esa mujer era amiga de tu madre???? –dijo Ron.
-Y novia de Sirius??? Lo dejó por un Malfoy??? –preguntó Hermione con susto –No me gusta esto Harry...no me gusta nada.
-A mí me gusta menos que a ti Hermione...esa mujer es un cóctel de lo peor de el mundo mágico...Snape, Malfoy y...traidora...era amiga de mis padres y mira como me si fuera una escoria...LA ODIO!
-Bueno, tranquilo.....no te hará nada Harry –dijo Hermione mientras le acariciaba la mano. -Sirius y Lupin la estarán vigilando seguro.
-Si..supongo. Chicos, no se ofendan pero realmente estoy muy cansado..y mañana tenemos Cuidados de Criaturas Mágicas, Herbología, Transformaciones y Encantamientos...necesito descansar. Me voy a la cama.
-Seguro Harry, yo ahora te alcanzo, aún tengo que terminar
mi tarea de Transformaciones.
-Hasta mañana Harry.
El sábado por la mañana, Harry y Hocicos caminaban por los terrenos del colegio, dirigiéndose a un lugar alejado de la vista de todos y que no pudiera verse por las ventanas, para que Sirius pudiera adoptar forma humana y tomar un poco de aire, ya que había estado encerrado en la oficina de Dumbledore desde su llegada.
De pronto el enorme perro negro se detuvo en seco mirando un punto fijo. Jennifer Snape estaba sentada sobre una manta, en el pasto, escribiendo algo en un pergamino, apoyada en un enorme libro.
Vestía una remera de mangas ¾ blanca algo ajustada, una pollera negra acampanada que le llegaba a las rodillas, tenía su lacio pelo suelto y el viento hacía que se le despeine, provocando que ella lo pusiera cada 2 segundos detrás de sus orejas, pero sin éxito de controlarlo.
-No Sirius....sabes que Dumbledore y Remus te dijeron que no lo hagas. No intentes hablar con ella y...mejor vamos a otro lado, porque si sabe que eres un animago y te ve, va a ir corriendo a decirle a Malfoy. Vamos al castillo o a la cabaña de Hagrid.
Harry se volvió y comenzó a caminar, pero al mirar a ambos lados, se dio cuenta que Sirius no lo seguía. Jennifer estaba concentrada en su pergamino, cuando la enorme cabeza de un perro se apoyó sobre el papel mirándola fijamente.
-AGH!!! UN GRIM!!! –dijo asustada, pero inmediatamente comenzó a reírse de sí misma y a negar con la cabeza –estás loca Jennifer...los grims no existen...si Lucius o Severus te escucharan...
-"Lucius....voy a matarlo" –pensó Sirius.
-A ver perrito –dijo ella sonriéndole y acariciándolo detrás de las orejas. –eres muy lindo...mmmm...no tienes collar ni cadena...no tienes dueño? Estás perdido? –le preguntó dulcemente mientras le acariciaba la cabeza y el lomo.
-Discúlpe profesora...el perro es del Profesor Dubledore –dijo Harry, que se había acercado al ver que Sirius estaba con ella.
-En serio? –dijo incrédula –Creí que a Albus sólo le gustaban las aves. Cómo se llama?
-Hocicos.
-Hocicos? Hubiera esperado un nombre más
mágico, menos....muggle –en el momento en que dijo eso Harry se estremeció.
–Parece que nunca se termina de conocer a la gente, verdad?
-"Eso tenlo por sentado"
-Sí, eso creo. Eh...vamos Hocicos. –dijo Harry, pero Hocicos no se movió de su lugar.
Estaba muy cómodo con la cabeza apoyada sobre las piernas de Jennifer mientras ella le acariciaba la cabeza.
-"De aquí me mueves con una grúa muggle solamente"
-Ah!! Parece que le he caído bien!! Dime Harry, por qué estás tú con él si es de Albus?
-Ah...porque...porque...me gustan los perros y quiero mucho a Hocicos.
-Claro. –dijo ella, pero mirando fijamente hacia otro lado. –Harry, tú crees que me haga caso si le pido algo?
-Eh...sí eso creo.
-"Tus deseos son órdenes"
-Porque se me acaba de ocurrir una idea –dijo sonriéndo y con una mirada pícara. –Vamos a darle un poco de su propia medicina.
-A quién? –preguntó Harry confuso.
-A Trelawney –luego se volvió hacia Hocicos y le pidió que mire fijamente a la profesora que se les acercaba.
-Eh...disculpa Jennifer...de dónde sacaste ese perro? –preguntó la profesora de Adivinación con la voz temerosa.
-Qué perro profesora? –Contestó Jennifer haciéndose la inocente.
-Ese –dijo ella señalando a Hocicos –No puedes verlo? –Al ver que Jennifer negaba con la cabeza, se dirigió a Harry. –Tú lo ves, verdad?
-Eh...no. –Dijo Harry, que aún no entendía que pretendía hacer la profesora Snape.
-AH!!!! AAAGGHHH!!! UN GRIM!!!!! VOY A MORIR!!!! NO PUEDE SER!!! VOY A MORIR!!!!!
-No profesora....espere –dijo Jennifer parándose entre risas –Sí lo vemos...no es un grim...es tan sólo un perro. Tranquila.
-QUÉ? POR QUÉ ME HAN HECHO ESTO??? HARRY POTTER! ESTÁS CASTIGADO!
-No lo creo. –Dijo Jennifer con su voz habitual, calmada, amenazante, como si estuviera a punto de congelarte con ese par de ojos azules que podían dar muchísimo miedo. –Fue MI idea, y si castiga a Potter por esto, va a conocerme realmente enojada y le puedo asegurar que entonces SÍ va a diga profesora Snape.
-Y no quiero que vuelva a predecir la muerte de Potter tampoco. Le quedó claro?
-Sí, sí, muy claro...adiós.
Luego se volvió hacia Hocicos y Harry. Parecía tener la
extraña habilidad de cambiar el brillo de sus ojos cuando lo deseara. Podían
verse sumamente dulces o muy intimidantes.
-Bueno –dijo sonriendo alegremente
–creo que ya no te dirá que vas a morir cada cinco minutos.
-Eh...si...gracias. Vamos Hocicos. Es una orden!
Harry y Hocicos dejaron a Jennifer en ese lugar. Ella inmediatamente se sentó y continuó con su escritura. Camino al castillo se encontraron con Ron y Hermione.
-Dónde estaban? Queríamos hablar con ustedes!
-No me lo vas a creer Ron, pero mejor vamos a otro lado y les contamos.
Los cuatro entraron al castillo y se dirigieron a la oficina
de Dumbledore. Ahí estaba Lupin y les pidió a los chicos que se fueran porque
necesitaba hablar con Sirius y Dumbledore a solas. Sirius inmediatamente se
transmutó y volvió a ser el padrino de Harry.
-Sirius...cómo estás?
Digo...después de la conversación que tuvimos hace unos días.
-Ah...bien. No creo que haya cambiado tanto como dices Remus.
-Eso es porque no la viste...
-Sí la ví. Vengo de estar con ella. –dijo Sirius sonriente.
-Qué? Sirius, te pedí que no lo hicieras –lo regañó Dumbledore.
-Ya lo sé.....pero no pude evitarlo. Cuando uno es un perro
cuesta más contener las emociones.
-Y qué pasó? Se dio cuenta que eras tu?
–preguntó Lupin preocupado.
-No....Les cuento...
-Harry...estás seguro que te sonreía y te hablaba bien? –le preguntaba Ron atónito desde uno de los sillones de la Sala Común.
-Sí, es mas, no me dijo Potter, me llamó Harry.
-Esa mujer es muy extraña –dijo Hermione –un minuto sólo trata bien a Malfoy y mal a los demás, y luego hace una broma a Trelanwey y te habla con cariño? No entiendo.
-Nadie entiende...Me gustaría poder hablar con ella.
-Ni se te ocurra! –dijo Ron a su amigo –Lupin te dijo que no lo hagas!
-Ya lo se, pero quiero entender algunas cosas.....
-Por qué no hablas de nuevo con el profesor Lupin? –lo aconsejó Hermione.
-Si...tal vez lo haga....
-Sirius...dices que le hizo una broma a Trelanwey y que la
amenazó de muerte por intentar castigar a Harry? –indagó Lupin mirándolo como si
su mejor amigo estuviera delirando.
-Aha...parece que no ha cambiado
tanto...o que recordó de golpe a Lily...quién sabe?
-Vaya –dijo Dumbledore sonriendo –Yo sabía que no le haría
daño a Harry, pero...nunca creí que pudiera volver a ser la de antes...esa chica
ha pasado por demasiado.
-De qué habla Profesor? –preguntó Sirius preocupado
–Qué es lo que le pasó?
-No puedo decírtelo, lo siento. Si algún día vuelven a hablar, pregúntaselo. Es...delicado para que yo lo cuente sin su consentimiento. Pero debo pedirte que no te presentes ante ella en forma humana porque no va a gustarle verte de nuevo.
-Está bien...está bien...Sólo seré el lindo perrito de Albus Dumbledore que se encariñó con ella. –dijo Sirius sonriendo pícaramente.
Lupin iba a hablarle, pero en ese momento golpearon a la puerta del despacho. Sirius se transformó en Hocicos y se ocultó detrás del escritorio de Dumbledore.
-Quién es?
-Jennifer, Señor Director.
-Ah...pasa querida...
-Disculpe...quería decirle que –se detuvo al ver que Lupin estaba ahí –si está ocupado puedo regresar mas tarde.
-No..tranquila. El profesor Lupin es de confianza.
-Bien. Quería decirle que...amenacé de muerte a la profesora Trelanwey.
-Ya lo sabía...
-Qué? Ya le vino con el cuento? Voy a matarla en serio –murmuró.
-No...pero a mí no se me escapa nada. No te preocupes...es normal que saque de las casillas a la gente, creo que si Minnerva no le tuviera tanta paciencia ya estaría muerta.
-Ah..bueno, yo...creí que debería saberlo. Hocicos! Ya estás aquí! Ven perrito! –dijo sonriéndole y golpeándose la pierna con la palma de la mano.
-Te gusta mi perro?
-Sí..es algo raro, pero es lindo y muy inteligente. –en ese momento Hocicos le saltó encima y a Jen no le gustó –FUERA! –le gritó, Haciendo que el perro se sentara cerca de Remus. –Bueno...hasta luego Sr Director, Lupin.
QUE OPINAN?
DEJENME SUS REVIEWS....
BESOS
BARBYMALFOY
