DISCLAIMER: SOLO TOME PRESTADO LOS PERSONAJES Y LOS LUGARES DE LA TALENTOSA ROWLING... NO ES MIO POR SUPUESTO.

CAPITULO 20: EL RECUERDO MAS DOLOROSO.

Jennifer se desperezó en su cama, sin ganas de levantarse. Miró el reloj que tenía sobre su mesita de noche, marcaba las 7.00 de la mañana. Casi no había dormido durante la noche, sabiendo lo que le esperaba ese día. Con un esfuerzo sobrehumano, se levantó y se puso su bata. Luego de darse una rápida ducha y vestirse con su túnica negra, observó por la ventana.

El cielo gris, sin un rayo de sol que lo atraviese, parecía reflejar su estado de ánimo. Le esperaba un día muy duro...17 de enero, si pudiera borrar ese día del calendario, si pudiera olvidar lo que había pasado 10 años atrás. Pero no podía, por más que lo intentara no podía, tal vez nunca iba a superarlo. Estaba tan sumida en sus pensamientos, que no notó que alguien la miraba desde la puerta abierta de su habitación.

-Tiny?

-Draco...qué haces aquí tan temprano?

-Vine a desayunar contigo. -le informó, mostrándole la bandeja que acababa de dejar sobre la cama.

-Y por qué esa amabilidad? Me vas a pedir algún favor?

-No. Sólo quiero pasar todo el día contigo. Como lo hacíamos antes de que yo viniera a Hogwarts, recuerdas?

-Claro que sí. Cómo olvidarlo? Pero no creo que sea buena idea faltar a clases.

-El Director me dio permiso. Me gustaría acompañarte al cementerio, si quieres.

-Ay, Draco -fue lo único que pudo decir, antes de abrazar a su sobrino con todas sus fuerzas.

-Llora, llora -decía Draco acariciándole el cabello tiernamente.

-No. No tengo que llorar.

-No eres tu la que dice que hay que dejar fluir lo sentimientos?

-Si, pero...no tengo que dejar que se apoderen de mi. Cada año me pasa lo mismo, recuerdo cada segundo una y otra vez. Fue horrible.

-Lo sé. Yo estaba ahí. Fue mi culpa.

-No vuelvas a decir eso! No fue tu culpa. Fue....ese hombre. Tu eras un niño Draco.

-Está bien. Desayunemos. Te traje muchas cosas. En la cocina está Dobby, lo recuerdas? Él sabe bien lo que te gusta y lo preparó especialmente.

Mientras desayunaban las tostadas, medias lunas y bizcochos que descansaban sobre un hermoso plato dorado, Draco observaba a su tía. Ella siempre estaba feliz y alegre, o por lo menos, eso demostraba. Hacía mucho tiempo que esa mirada turbia había desaparecido de sus ojos, pero ahora estaba ahí, como antes. Se sentía impotente, no había demasiado que pudiera hacer, mas que estar con ella y compartir el peso de su cruz.

Nunca había llorado frente a él, esa fue la primera vez, o por lo menos, la primera que él recordara. Lo más probable era que se hiciera la fuerte para no preocuparlo. Pero ahora todo iba a ser diferente, porque él ya no era un niño, él la iba a acompañar, no la iba a dejar sola, no iba a permitir que nadie la haga sufrir de esa manera nuevamente, nunca.

Cuando acabaron todo lo que había en la bandeja, salieron del castillo, aún desierto. La mayoría de los alumnos no bajaban al Gran Salón hasta las 8.30, ya que las clases comenzaban a las 9.00. Cruzaron las puertas de roble de la entrada y se dirigieron hacia Hogsmeade, caminando lentamente. Una vez allí, siguieron su rumbo hasta el Cementerio Mágico.

Era un lugar enorme, a las afueras del pueblo. Familias mágicas enteras descansaban ahí. Atravesaron las primeras tumbas, sencillas y con placas recordatorias. Luego, algunas mas ostentosas, de magos mas adinerados. Debían atravesar casi todo el cementerio para llegar al sector de los Malfoy. Jennifer abrió las rejas que separaban sus tumbas de las demás. La mayoría de las familias adineradas y poderosas tenía un espacio así, para que sus antepasados no se "mezclen" con los demás.

Caminaron entre un pequeño laberinto de cruces, varitas y pequeñas esculturas, hasta llegar a la tumba que buscaban. Era una de las más sencillas, sólo tenía un placón de mármol, en el que había una foto de un hombre rubio, de ojos celestes. Debajo de ella podía leerse "Trangus Malfoy". Ella no había querido que pongan nada más que su nombre, el sólo hecho de verlo ahí le revolvía las tripas.

Jennifer se arrodilló frente a él, en silencio, sin atreverse a mirar la fotografía que Lucius había insistido en colocar allí. Le habló durante en largo tiempo, mientras millones de lágrimas se desprendían de sus turbios ojos azules, recorrían sus mejillas y caían al césped. Draco estuvo todo el tiempo a su lado, confortándola, prestándole su hombro, que ya no podía estar mas empapado en lágrimas saladas. Pero él debía ser fuerte en ese momento, sabía que faltaba lo peor.

Severus se extrañó al no ver a su hermana durante el desayuno, pero más le llamó la atención cuando Draco no llegó a su clase. Él nunca faltaba, salvo que estuviese enfermo, y sabía perfectamente que no lo estaba.

-Crabbe! Dónde está el Señor Malfoy?

-No lo sé, profesor. No estaba en su cama cuando nos levantamos, y tampoco fue a desayunar.

-Nadie sabe dónde puede estar? Nadie? Bien. Comencemos. Aprenderán a realizar la poción multijugos, aunque tengo la seguridad de que "algunos" -miró a Harry con odio, como siempre -ya saben prepararla. Como ustedes sabrán, tardaremos un largo tiempo en hacerla, aproximadamente un mes. Por ese motivo, mientras tanto, iremos realizando también algunos antídotos para neutralizar venenos mas que peligrosos. Les conviene prestar mucha atención a mis instrucciones, porque los probaremos en sus mascotas.

La clase fue desastrosa. Snape estuvo todo el tiempo acosando a Neville, diciéndole que su sapo iba a ser el primero en comprobar si las pociones estaban bien hechas. Al final, salieron con 30 puntos menos para Gryffindor y 10 mas para Slytherin.

Severus se alegró que esa clase terminara. Había algo que no le gustaba. Dónde estaba Draco? Por qué no había ido a su clase? Y por qué Jennifer no fue a desayunar? Se dedicó a imaginar varias cosas, unas peores que otras. Lo que más le aterró fue pensar que Lucius se hubiese enterado de la relación que había entre su hermana y Potter. Pero iba a tener que esperar hasta el almuerzo para averiguarlo, ahora tenía clases con los Ravenclaw y Hufflepuff de 7 año.

Harry también estaba preocupado, pero no por Draco, por Jennifer. No la había notado bien la noche anterior, cuando la visitó en su dormitorio para que le cuente cosas de su madre. Estaba apagada, triste y melancólica. Ahora no sólo no había ido a desayunar sino que tampoco estaba almorzando. Miró a la mesa de Slytherin y notó la ausencia de Malfoy. Debían estar juntos.

-Qué miras tanto? -preguntó Ginny.

-Es que Malfoy no está y....Snape se está levantando de la mesa, sin comer.

-No te preocupará la salud de esos dos, verdad? -preguntó Ron.

-No. Pero siento que Jennifer tiene algo que ver con esto. Anoche no estaba bien.

-Estará enferma? -preguntó Hermione.

-No lo sé. No creo. Tal vez Remus sepa algo. Luego de clases le pregunto.

-Es una buena idea.

-Y...qué tal es tu madrina, Harry? -preguntó Ginny, intentando sacar tema de conversación.

-Es genial. Conoció mucho a mis padres. Me contó que siempre pasaba sus vacaciones en la casa de alguno de ellos dos, después de que su padre la echó. Claro que luego de que Sirius terminara el colegio, las pasaba con él. Mi mamá era como su hermana mayor, le daba consejos, le ayudaba a estudiar y esas cosas. Mi papá en cambio era como su guía en hacer maldades. Varias veces los castigaron por las travesuras que hacían. Lo único que me duele es la mirada que pone cada vez que Sirius aparece en alguno de sus recuerdos. No lo nombra, pero sé que él está ahí, sus ojos brillan de furia y odio, es horrible.

-Y por qué no le dices lo que de verdad pasó?

-Porque no me dejan. Sirius y Remus dicen que él debe hablar con ella, que yo no tengo que meterme en eso.

-Y Snape? Por qué no habla?

-Todos sabemos que lo odia Ginny. Debe disfrutar sabiendo que Jennifer lo quiere matar.

-Ya se solucionarán las cosas, Harry. -dijo Ginny antes de darle un beso en la mejilla y salir del comedor, casi corriendo, junto a sus amigas del curso.

La tarde llegó pronto a Hogwarts, y Severus seguía sin encontrar a Draco, Jennifer o Dumbledore. Caminaba hacia el salón "Salazar Slytherin" esperando encontrarla ahí, a punto de dar su clase a los de 5 año, cuando se encontró con el Director.

-Severus. Qué te trae por aquí?

-Estaba buscando a Jenny. No la encuentro por ningún lado, y tampoco a Draco.

-Lo sé. Yo venía a avisarles a los alumnos que la clase de hoy se suspende.

-Por qué? Dónde está mi hermana? No le pasó nada, verdad?

-No, tranquilo. No recuerdas que día es hoy?

-Si..lunes.

-Número, Severus, número.

-Eh....17, por q....17 de enero! Cómo pude olvidarlo!?!?! Dónde están? En el cementerio?

-Supongo.

-Adios! -dijo Severus corriendo por el pasillo.

Tía y sobrino regresaban del cementerio cabizbajos. Habían pasado allí toda la mañana y gran parte de la tarde. Draco ya no soportaba el triste silencio que los rodeaba. Tenía que hacer algo para levantarle en ánimo, pero no se le ocurría nada. Pensó y pensó hasta que se le ocurrió que tal vez le haría bien verlo como un niño pequeño. Ella aún lo protegía y cuidaba como si tuviera 6 años, era probable que su plan funcionara.

-Podríamos hacer un muñeco de nieve, no? Como antes.

-Claro -dijo Jennifer sonriendo sin ganas.

Harry caminaba con Lupin por los exteriores del castillo, ambos estaban preocupados por la desaparición de Jennifer, pero Dumbledore les había dicho que estaba bien. Ella estaba con Draco en algún lugar, aunque no les dijo dónde. De pronto, escucharon voces conocidas que veían de atrás de la cabaña de Hagrid. Corrieron para asegurarse que se tratara de ellos y casi se mueren de la impresión cuando vieron lo que estaba sucediendo.

-Eso dolió niño insolente! Me las vas a pagar!

-No Tiny! Fue sin querer! -decía Draco entre risas.

-Mejor que corras, porque en cuanto te agarre, vas a desear no haber nacido!

-Ay! Lo siento, pero te lo voy a regresar!

-Soy tu tía! Muestra un poco mas de respeto...o quieres que....-Jennifer se detuvo al ver la expresión en los rostros de Harry y Remus, que no podían creer que Malfoy se estuviera riendo sinceramente -Qué hacen ahí? GRYFFINDOR vs SLYTHERIN!

Acto seguido, una bola de nieve golpeó a Remus en el estómago, quien no se quedó atrás y la devolvió. Así iniciaron una guerra de nieve que duró hasta el anochecer. En un primer momento fue entre las casas, pero luego se fue transformando y se convirtió en un "todos contra todos" mas que divertido.

Draco se esforzaba para golpear a Harry una y otra vez, descargando todo el resentimiento que le tenía. Harry, por supuesto, no se quedaba atrás, demasiadas cosas habían sucedido entre ellos como para dejarse vencer en una guerra de nieve.

Jennifer y Remus se divertían mucho mas que los otros dos. De veras parecían dos niños pequeños, haciéndose caer mutuamente y revolcándose en la fría nieve. Sus risas eran contagiosas y alegres. Draco estaba feliz de haber logrado su propósito, aunque Potter estuviera presente. Nadie le iba a quitar la satisfacción de que gracias a él Jennifer reía de nuevo, y que Potter no había estado con ella en los momentos en que más lo necesitaba.

-Ya...basta.... -suplicó Lupin entre jadeos, de rodillas en la nieve -ya no puedo...respirar.

-Remus!!! No estás tan viejo! Deberías hacer un poco de ejercicio!

-Ja! -rió cínicamente Draco -apuesto a que hace el suficiente una vez por mes.

-Draco...no seas desagradable. Ya te habías portado muy bien todo el día. Además, Remus es tu profesor, no puedes tratarlo así.

-Lo siento.

-Está bien -dijo Remus sonriendo. -Supongo que tienes razón Harry, debería hacer algo de ejercicio.

-Puedes salir a correr conmigo.

-Ni loco! Llevas corriendo toda la vida! No podría aguantarte el ritmo Jenny!

-Exagerado. Bueno chicos, adelántense que yo voy a llevar al anciano Lupin despacito hacia el castillo.

Harry miró a Draco resignado, él le devolvió la mirada llena de furia, no le gustaba caminar junto a Potter. El rubio emprendió el camino sin esperar a que Harry comience a mover sus pies. Caminaban en silencio, uno detrás del otro, a una distancia prudencial, no tenían por qué caminar mas cerca, salvo Jennifer, no tenían nada en común.

Jennifer tomó el brazo de Lupin y apoyó la cabeza en su hombro. El suspiro emanado al verlos irse juntos, pero separados, fue entendido al instante por Remus.

-No te preocupes...eh...algún día, tal vez...

-Lo dudo. El odio es recíproco. Sería mucho mas fácil hacer cambiar de opinión a Draco si Harry no lo odiara también. Además...ni siquiera tu piensas que es posible que se lleven bien, me lo dices para conformarme.

-Es que Malfoy es un poco...

-Arrogante, insolente, agresivo, egoísta, orgulloso, autoritario, cínico y muchas cosas mas. Ya lo sé. Pero también tiene un gran corazón, es un niño, como Harry, que ha vivido bajo la influencia de Lucius y Narcissa toda su vida. No es fácil sacarle esas ideas de la mente.

-Es lo que intentas hacer? Cambiar su personalidad?

-No, no tanto como eso. Pero creo que sí puedo hacer que deje de comportarse como un témpano de hielo. Yo lo hice, vedad?

-Ajá! Lo sabía! Tienes complejo de Lily Evans!

-Ey! Es mi sobrino! Crees que me gusta ver como lo odia todo el colegio? Qué complejo ni complejo!

-Lo sé...es que....bueno, si tu lo dices, tal vez no sea tan desagradable. Caminemos, no creo que sea prudente dejarlos solos mucho tiempo.

Harry y Draco habían llegado a las puertas del castillo, al ver que Jennifer y Lupin no regresaban, decidieron entrar solos. Ni bien pusieron un pie en el hall de entrada, captaron las miradas de las dos personas que pasaban por allí. Estas dos personas se quedaron sin habla al verlos mojados de pies a cabeza, con nieve aún pegada en las túnicas y los rostros rojos, acalorados. Todos signos de una pelea cuerpo a cuerpo.

-Malfoy! Potter! -exclamó la profesora McGonagall -qué se supone que significa esto? Estuvieron peleando?

-Eh...no..nosotros -intentó explicar Harry, pero quién iba a creerle que había jugado una inocente guerra de nieve con su mayor enemigo dentro del colegio?

-Castigados! Los dos! Por su falta de responsabilidad!

-No! Nosotros no es....

-Silencio Señor Malfoy. Además se les quitarán 50 puntos a cada...

-Espera Minerva -dijo Dumbledore divertido -creo que tal vez no estuvieron peleando. Si te fijas en la puerta puede que, por una vez, ellos no hayan sido los culpables de esto.

Jennifer y Lupin llegaban abrazados y riendo. Estaban en peor estado que los chicos, al haberse arrastrado y revolcado tanto mutuamente, tenían nieve hasta en las orejas. Estaban muy mojados y sus bufandas casi arrastraban por el suelo. Cuando atravesaron las puertas y vieron a Minerva regañándolos, comprendieron la situación e intentaron parecer dos personas adultas y responsables, pero en ese estado, nadie les creería.

-Fue mi culpa -dijo Jennifer -yo inicié la guerra de nieve. Y juro que no se agredieron mas que el profesor Lupin y yo.

-Es verdad. Harry y Mal...Draco se portaron muy bien -completó Lupin.

-Volviendo a la infancia?

-Algo así Profesor -respondió Jennifer.

-Me alegra mucho saber que no se han peleado. Les levanto el castigo y no les quitaré puntos. Pero, por el amor de Dios, ustedes dos son profesores, no pueden incitar a los alumnos a hacer algo así!

-Lo siento Minerva...

-Bueno. Creo que lo mejor será que los cuatro vayan a darse una ducha caliente antes de cenar, o de lo contrario, los vamos a tener resfriados mañana por a mañana.

QUE OPINAN?

DEJENME SUS REVIEWS....

BESOS

BARBYMALFOY