DISCLAIMER: Nada de este mundo de fantasía me pertenece. Todo es propiedad de JK Rowling y sus asociados.
CAPITULO 22: UNA MUERTE INESPERADA.
Durante los primeros días de Febrero, el sol volvía a asomar con mas frecuencia, pero aún hacía frío y los alumnos no salían del castillo si no era absolutamente necesario. Sólo Jennifer era asidua a los paseos diarios, además de sus rutinas de ejercicios, en las que dos veces por semana, se sumaba Remus Lupin, siguiendo el consejo de Harry.
Los chicos de Gryffindor y Slytherin de 5º año estaban literalmente congelados en la clase de Cuidado de Criaturas Mágicas de ese día. Hagrid les había llevado unas extrañas criaturas que tenían grandes poderes curativos. Su pelaje amarillento y a la vez verdoso, brillaba con los suaves movimientos que realizaban moviéndose en sus dos patas. Tenían garras y dientes filosos, para defenderse de sus enemigos, pero solían ser muy amigables si se los trataba bien.
A la mitad de la clase, Jennifer se dirigió a Hagrid y le susurró algo al oído. El rostro de el semigigante se sumió en una expresión de incredulidad, y no pudo hacer mas que asentir silenciosamente. Jennifer se acercó a Draco, que intentaba hacer que su "Lorged" (la criatura) mordiera a Neville Longbottom, que estaba cerca suyo.
-Ven conmigo Draco, necesito que hablemos.
-Pasa algo? No tienes muy buena cara.
-Ven Draco, te lo explico en mi habitación.
Cuando llegaron, Jennifer le indicó que se siente en la cama y se sentó frente a él. Lo miró directamente a los ojos, cómo iba a decirle lo que sucedía? No iba a ser nada fácil, si, a pesar de todo, ni siquiera lo era para ella. Le tomó ambas manos y decidió que lo mejor era hablar pronto porque Draco se estaba impacientando.
-Draco, ha pasado algo...algo muy triste.
-Me asustas Tiny, habla por favor.
-No sé como decirte esto...Narcissa, ella...
-Qué le pasa? Qué tiene mi mamá?
-Ella...ya no está con nosotros, cariño. Eh...murió, hace unas horas.
-No! -exclamó Draco rompiendo en llantos -No puede ser. No me puede haber dejado. Dime que no es cierto! Por favor! dime que mi mamá no está muerta!
-Lo siento. Ojalá pudiera decírtelo -dijo Jennifer abrazando a Draco lo mas fuerte que podía.
-Y mi padre? Por qué no vino a buscarme?
-Está haciendo los arreglos para el funeral Yo voy a ir contigo. Vamos a buscarte un abrigo.
Jennifer no soltó a Draco en todo el trayecto hacia la sala común de Slytherin, y él no dejaba de llorar. No le importaba que lo vieran, su madre había muerto inesperadamente y eso le partía el alma en dos. Cuando estuvieron listos, partieron hacia el cementerio. Pero esta vez, Dumbledore les había dado un traslador para llegar hasta allí.
Hicieron el mismo recorrido que habían hecho tan solo unos días antes, otra vez, los dos solos. Al atravesar las rejas, Draco fue saludado por el hermano mayor de Narcissa. De nombre Armenith, era un hombre alto, fornido, de tez blanca y ojos azules. Se notaba en su mirada la tristeza que sentía, pero no dejaba escapar ni una lágrima. La frialdad era algo que caracterizaba a las dos familias.
A pesar de que Lucius insistió, Draco no quiso caminar junto al cajón de su madre. Le parecía imposible que ella estuviese ahí dentro, no, no era ella. Lucius y Armenith sí lo hicieron, uno de cada lado, en silencio y con la mirada al frente. El cajón flotaba en el aire, hechizado, y se depositó en el hueco cavado minutos antes por los encargados del cementerio.
Antes de cubrirlo con tierra, debían depositarse sobre él algunos objetos: Lucius colocó el escudo de la familia Malfoy (de color verde, tenía el centro una serpiente que se enroscaba en una varita), Armenith hizo lo propio con el de su familia (plateado, con dos varitas cruzadas, y en el medio, el símbolo de Slytherin). A continuación, se puso su primer varita entre los dos escudos, y la tierra comenzó a taparlo todo.
Draco no podía soportarlo, lloraba sin consuelo en los brazos de su tía. No levantó la mirada ni un segundo, no quería mirar ese cajón horroroso en el que descansaba el cuerpo de su madre. Ya no le interesaba que el centenar de personas que allí había lo mirara intensamente mientras lloraba e interrumpía el silencio con sus suspiros ahogados. Lucius, en cambio, permanecía inmutable, tal como lo hacía siempre, con la mirada fría que lo caracterizaba, sin mostrar un mínimo sentimiento.
Cuando terminó la ceremonia, los presentes le dieron el pésame a la familia de Narcissa, a Lucius y a Draco. Luego, padre, hijo y tía se fueron a la mansión Malfoy junto con Armenith y su familia. Durante el camino, Armenith se acercó a Jennifer y le puso una mano en el hombro. Narcissa no la quería, y eso era público, pero ella se estaba comportando bien, como una Malfoy, cuidando de Draco antes que nada. Jennifer lo miró confundida, ese hombre siempre la había odiado tanto como su hermana, le esbozó una triste sonrisa y le susurró que ella iba a cuidar de Draco. Èl, satisfecho, se adelantó para conversar con Lucius.
Ni bien entraron a la casa, Draco subió las escaleras corriendo hacia su habitación. Lucius lo miró enojado y trató de seguirlo, qué se creía ese mocoso? Los Malfoys no se comportaban de esa manera jamás. Jennifer lo detuvo con la mirada, poniéndose al pie de la escalera evitándole pasar.
-Creo que está sufriendo demasiado como para que tu vayas a reclamarle por haber llorado en público Lucius. Narcissa era su madre! Qué esperabas? que se ría?
-No. Pero...
-Nada -lo cortó Jennifer. -Yo iré a verlo ahora. Si quiere bajar, entonces lo hará. No pienso obligarlo. Ustedes comprenden, verdad? -preguntó a Armenith, que se limitó a asentir, sorprendido.
Jennifer subió las escaleras lo mas rápido que pudo y entró a la habitación de Draco lentamente. Le partía el corazón verlo tan herido, frágil y desconsolado, llorando tirado en su cama, mirando a la pared. Se sentó a su lado, y aunque Draco intentó que se fuera, no lo logró.
-Draco...yo sé como te sientes.
-Nadie puede saber cómo me siento.
-Eso no es justo, cariño. Si hay alguien en este lugar que sabe lo que es perder lo que más amas en el mundo, esa soy yo. Por favor, no reprimas nada, no te guardes ningún sentimiento. Si quieres gritar o romper algo, hazlo. No se...golpéame si quieres, pero no te encierres en ti mismo porque después cuesta mucho salir, Draco.
El rubio, poco a poco fue cediendo ante las palabras de su tía. Ella tenía razón, lo comprendía mas que nadie, ella había sufrido tanto como él, 10 años atrás. Draco giró sobre la cama y puso la cabeza en el regazo de su tía, que le acariciaba el cabello, en silencio. De vez en cuando, le decía que no tenía por qué preocuparse porque ella iba a estar con él siempre. Sabía que no era su madre, pero lo amaba como si lo fuera.
Poco a poco, las lágrimas se secaron, no porque ya no estuviera triste, sino porque ya no había mas en su interior. El sentimiento de vacío en su corazón era horrible, terrorífico. Su mamá era la persona que él mas quería en el mundo, a pesar de que siempre apoyaba a su padre en algunas cosas en las que él estaba en desacuerdo. Ella era su mamá, y ya no volvería a verla, nunca más. Por otra parte, se sentía muy agradecido de tener a Jennifer con él, que lo protegía, cuidaba y contenía sin importarle nada, ni siquiera la represalia que seguramente iba a darle su padre por no obligarlo a bajar.
Lucius se había quedado de piedra frente a la escalera viendo a Jennifer defender a Draco como una leona defiende a su cría. No se esperaba esa reacción, esa clase de contestación, y menos frente a la familia de Narcissa. Cuando los tuvo de frente, todos lo miraban con mezcla de incredulidad y terror en la mirada. El castigo o represalia por hacerlo quedar así, podía llegar a ser terrible. Tres elfos domésticos servían comida a los invitados, que no parecían querer probarla hasta escuchar lo que Lucius estaba por decir.
-Siento que hayan presenciado esta clase de...."actitud" por parte de mi cuñada.
-Tiene su carácter, verdad? -preguntó Armenith.
-Si. Bueno, es que desde que murió mi hermano ella centró su vida en Draco.
-Sólo está cuidando de él, Lucius -dijo tímidamente la esposa de Armenith -Sé que tu eres su padre y que ella no debió contradecirte pero....lo único que está haciendo es evitarle mas sufrimiento.
-De todos modos no debió hablarme de esa forma.
-Vamos Lucius. todos estamos un poco "susceptibles" el día de hoy -dijo Armenith -Luego hablen y arreglen las cosas, pero no fue para tanto. Estamos entre familia, nadie va a decir nada.
-Lo se. Agradezco su comprensión. La verdad es que hoy no es un día fácil. Para nadie.
Al caer la tarde, cuando comenzaba a oscurecer, Draco quiso regresar a Hogwarts. Jennifer había intentado convencerlo de que se quedara en su casa con su padre, pero él no quería. Entonces lo obligó a prometerle que iba a dormir con ella esa noche, no quería que la pase solo, acompañado por esos dos gorilas que seguramente no podían articular mas de dos palabras seguidas.
Lucius estuvo de acuerdo en que vuelva al colegio. Al fin Draco mostraba signos Malfoy, seguir con su vida sin demostrar nada de lo que sentía. Armenith lo saludó apretando su mano con firmeza, como símbolo de apoyo. Su mujer hizo lo mismo y luego le dijo a Jennifer en secreto que habían convencido a Lucius para que no le haga nada por su contradicción. Jennifer le agradeció con una sincera sonrisa y partió junto a su sobrino hacia Hogwarts.
Llegaron a Hogwarts a la hora de la cena, por lo que no se toparon con nadie por los pasillos. Durante todo el camino al dormitorio de Jennifer reinó el silencio. Cuando entraron, Jennifer hizo aparecer una cama pequeña junto a la suya y le dijo a Draco que le iba a prestar su cama por esa noche.
-Tiny...yo duermo contigo si me haces un favor.
-Extorsión. Eso se llama extorsión. Cuál es ese favor?
-No te rías de mí.
-Cómo voy a reírme de la cosa mas linda del mundo? Dime.
-Puedes..eh...buscar a una persona para que venga por un rato, para hablar?
-Ok. Quién es la chica?
-Weasley -dijo Draco ruborizado.
-Ginny? -preguntó Jennifer sonriendo -Ahora la voy a buscar. Pero te recomiendo que la llames por su nombre. Eh...es la chica que te gusta? La que besaste?
-Si. Pero no le digas a nadie. Y mucho menos a mi padre.
-Draco...cómo se te ocurre? Le ocultamos tantas cosas, que no creo que una mas haga la gran diferencia, no? -dijo Jennifer antes de darle un beso en la frente y salir del dormitorio.
En el Gran Salón, todos los alumnos conversaban alegremente mientras cenaban, salvo la mesa de Slytherin, que estaba sumida en murmullos. Jennifer entró al salón y fue directamente a la mesa de profesores, a hablar con su hermano y recoger algo de comida para Draco.
-Sev...crees que habrás problemas si Draco duerme conmigo esta noche? No quiero que esté solo.
-No Jenny, tranquila. Cómo está?
-Destruido. Lo peor es que no puedo hacer nada.
-No te preocupes, ya se mejorará un poco. Quédate con él todo el tiempo que lo necesite.
-Gracias.
Sin mas, se dispuso a retirarse. Ahora venía lo mas difícil, llamar la atención de Ginny sin que nadie se diera cuenta, ni siquiera Harry. Cuando estaba por hechizarla para que se vuelque el jugo de calabaza encima y tenga que salir o algo así, escuchó que la llamaban de la mesa de Slytherin.
-Profesora Snape! Usted sabe donde está Draqui?
-Parkinson. -dijo clavándole su fría mirada -No creo que a mi sobrino le guste que le diga "Draqui" y...no le interesa en dónde está.
-Disculpe -dijo Pansy incapaz de sostener sus ojos enfocados en esos azules -Yo sólo quería saber si es cierto lo que dicen.
-Y qué es lo que dicen?
-Que su madre ha muerto.
-Es verdad. Puede seguir cenando tranquila, ya confirmó el chisme.
Ginny lo había escuchado todo. Se puso pálida, no podía evitarlo, la noticia le había afectado. Draco debía sentirse horrible, muy triste. Sin darse cuenta, soltó la cuchara que estaba por introducir en su boca, manchándose la túnica con su sopa.
-Ginny...qué te sucede?
-Nada Harry. Torpeza nada mas. Eh..me voy a limpiar un poco la túnica.
-Puedo hacerlo yo con un simple hechizo -se ofreció Hermione.
-No..eh...gracias. Prefiero lavarla.
La pelirroja salió del Salón casi corriendo, esperando a la salida para encontrarse con Jennifer. Pensando en qué era lo que iba a decirle para que la deje ver a Draco, ya que no había sido muy amable con Pansy. Minutos mas tarde, la mujer atravesaba las puertas, y al ver a Ginny sonrió aliviada. Había pensado que por culpa de la intromisión de Parkinson no iba a encontrarla, porque había dejado el comedor.
-Dónde está? Por favor Jennifer, quiero verlo.
-Que curioso. Venía a pedirte justamente eso. Ven conmigo Ginny, está en mi habitación. No le preguntes nada si no quiere hablar, está demasiado triste.
-Me imagino...pobrecito.
Ambas caminaron muy rápido al dormitorio en cuestión. Ginny casi corría, necesitaba asegurarse que Draco estaba bien, dentro de lo posible. Jennifer abrió la puerta con cuidado y le indicó a Ginny que pase. Draco estaba sentado en la cama mas grande, mirando el suelo y llorando nuevamente. Ginny se arrodilló frente a él y lo abrazó ni bien entró al dormitorio de Jennifer.
-Draco...lo siento mucho.
-Está bien. Gracias por venir.
-Eh...Draco...yo tengo algunas cosas que hablar con Remus. Hazlo comer Ginny, no probó bocado en todo el día. -dijo Jennifer cerrando la puerta tras ella.
-Estás haciendo huelga de hambre? -preguntó Ginny mirándolo a los ojos mientras le secaba las lágrimas con el borde de su túnica.
-No tengo hambre. No quiero comer.
-Ah! No! -exclamó la pelirroja sentándose a su lado -Vas a comer todo lo que Jennifer te trajo porque sino te me vas a enfermar!
-En serio...no puedo.
-Por favor, un poquito -suplicó Ginny haciendo un puchero. -Yo te ayudo -dijo cargando el tenedor con puré de papas y llevándolo a su boca como si fuera un bebé.
-No soy tarado. Puedo comer solo.
-Ya se. Sólo quería animarte un poquito.
-Por qué viniste, Ginny?
-Porque cuando escuché lo de tu mamá me imaginé como estarías. Además, Jennifer pensaba pedírmelo cuando yo le dije que quería verte.
-Tu...querías verme a mi?
-Si, a ti. O hay otro Draco Malfoy en el colegio?
-Eres demasiado buena, con todo lo que yo le hice a tus amigos, y a ti también.
-No importa eso ahora Draco. Yo ya lo olvidé.
-En serio? Tan fácilmente?
-Si. No eres como aparentas. Ocultas una parte de ti que es...no se...normal.
-Tan desagradable soy siempre?
-No -dijo Ginny negando con la cabeza y acariciándole el rostro -bueno, a veces. Pero no siempre. Sólo cuando me insultas.
-Lo siento -dijo Draco corriéndole el cabello que le caía sobre el rostro -no se por qué lo hago, no lo entiendo. Tu eres tan buena, tan bella, tan...
Draco no pudo continuar con sus halagos, porque Ginny se le había acercado y lo estaba besando. Draco acercó su cuerpo al propio tomándola de la cintura. Los besos inexpertos pero llenos de ternura de esa chica eran capaces de derretirlo y hacerle olvidar hasta su nombre. Ginny lo besaba sin detenerse, no había podido evitarlo al estar tan cerca suyo. Pero recordó por qué estaba ahí y se separó de él.
-Lo siento...no debí hacerlo.
-Está bien. Tal vez era lo que necesitaba.
-Qué? Para eso querías que viniera? Para darme un beso? -dijo Ginny indignada y poniéndose de pie -Yo no soy una cualquiera Malfoy! Me voy y no quiero que me vuelvas a hablar!
-No Ginny! -dijo Draco tomándola de la cadera y sentándola sobre sus piernas. -Tu me gustas, en serio. Siempre me pareciste muy linda, pero como tu familia no tiene dinero yo...no quería saber nada contigo.
-Draco...qué me estás diciendo?
-Que soy un ser despreciable que mide a la gente por su dinero o por su sangre. Pero no se, tal vez sea por las cosas que me dice Tiny, o tal vez sea por ti, eso ya no me interesa. Yo quiero estar contigo.
-No eres despreciable.
Draco la besó nuevamente con mucha dulzura, haciendo que Ginny se sienta querida y protegida por él. No le importaba nada más en ese momento, sólo quería besarla y quedarse junto a ella, sin que nadie los moleste.
-Draco...hay algo que debo decirte. Yo...estoy confundida. Siento algo por ti, pero no se que es, y también siento algo por...
-Potter, verdad?
-Si, dame tiempo, por favor. Necesito saber que es lo que realmente me pasa, no quiero hacerte daño.
-Está bien. Si es lo que necesitas, tómate tu tiempo.
-Ahora...será mejor que me vaya. Me deben estar buscando, nunca desaparezco así.
-Podemos vernos mañana? -preguntó Draco.
-Claro que sí. Aquí?
-Si. Después de clases.
-Hasta mañana entonces. -dijo Ginny y le dio un beso en la mejilla -Que duermas bien.
-Adios. Hasta mañana.
POR CADA CAPITULO QUE ALCANZO A PONER, NOS ACERCAMOS MAS A DONDE LO DEJAMOS EN EL FORO.
BESOS PARA TODOS Y GRACIAS POR SEGUIRME ACA.
BARBY