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A Tale from The Thousand Lake
Capítulo 7
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Sin duda alguna…esa había sido una de las noches más largas en la joven vida del hijo del sacerdote, no se podía comparar con nada que hubiera vivido tiempo atrás, esa noche, en esos momentos, se sentía completamente diferente, aunque no era el único, por su parte, Jouno tampoco se podía responder muchas de las cuestiones que en esos momentos asaltaban su, también, inexperta mente, solamente estaba consciente del hecho de que había sido, prácticamente, rescatado por un pequeño del cual sólo tenía vagos recuerdos, y realmente no era su culpa, a su corta edad ya se caracterizaba por ser muy descuidado y olvidadizo en ocasiones.
Y así, media hora después del arribo de Seto al calabozo, en donde se encontraba preso Jouno, ambos niños ya se encontraban bajo un inmenso techo oscuro, un manto adornado por una gran cantidad de estrellas, las cuales, a su vez, hacían conjunto con la luna que, a esas horas de la noche, ya estaba brillando con todo su esplendor.
Seto fue el segundo y último en salir de aquel túnel subterráneo, escondido en medio de sólo arena, aunque al intentar volver a cerrarla, esta vez la cadena parecía poseer un peso mayor a las dos anteriores, por lo que necesitó la ayuda de Jouno, y aún así, debido al esfuerzo, ambos cayeron a la arena.
Ambos permanecieron en absoluto silencio después de lo ocurrido, los dos parecían estar meditando la situación, cada quien por su lado, principalmente Jouno, quien entendía menos la situación.
La fría brisa del inmenso desierto no tardó en hacerse presente, recorrió esos dos pequeños cuerpos de pies a cabeza, despeinando levemente esos rubios y castaños mechones de cabello, helando los brazos y piernas del pequeño de ojos marrones, debido a todo lo que había ocurrido no había reparado en el hecho de que sus ropas, que de por si ya eran escasas, habían sido rasgadas, justamente en esos momentos, el dolor que provocaban las heridas comenzó a recordarle poco a poco por lo que había pasado.
Jouno tenía deseos de romper en llanto, de gritar e ir corriendo a los brazos de su madre, apenas comenzaba a tener conciencia de lo que había pasado, no entendía el por o para qué, estaba asustado…pero no dejó que una sola traicionera lágrima se asomara y reflejara dolor o tristeza, quizás angustia por que desconocía lo que había pasado…
Un nudo se le había formado en la garganta, intentaba calmarse a sí mismo recordando una vieja canción de cuna que solía interpretarle su madre cuando era un pequeño de cuatro años, cuando ella aún tenía tiempo para estar con sus hijos…
También intentaba darse calor rodeándose con ambos brazos, aunque resultaba contraproducente ya que al frotar sus heridas, estas le causaban un dolor aún mayor.
Pero no se quejó de ninguna manera, no expresaba absolutamente nada, sólo estaba hincado, con las rodillas desnudas y enrojecidas, los brazos rodeando su cintura, la mirada fija en algún punto en el infinito y helado hasta la sangre.
Obviamente, Seto notó el estado en el que se encontraba, él estaba sentado y a diferencia de Jouno, si estaba abrigado, al menos en comparación con el rubio si lo estaba, sus profundos ojos se habían perdido observando a aquellos marrones, inexpresivos en esos momentos.
Podía imaginarse el tremendo shock por el que había pasado, aunque no tenía idea de cómo tranquilizarlo, lo único que quería era que se sintiera tranquilo, quería calmarlo y hacerle saber que significaba mucho para él…pero no se atrevía…
Nuevamente, un escalofrío recorrió los dañados brazos de Jouno y no pudo evitar dejar escapar un estornudo que Seto alcanzó a escuchar, casi enseguida, el pequeño de ojos azules se quitó de encima la manta y se la puso sobre los hombros al rubio, dejando sus pequeñas palmas sobre éstos.
Dicho acto tomó por sorpresa a Jouno por lo que casi saltó al instante en el que Seto apenas si le tocó, quizás era lo que necesitaba para desahogarse, posiblemente fue la tensión o el nerviosismo que sentía en esos momentos…Seto no supo lo que pasó exactamente…sólo supo que casi segundos después de que le ofreció calidez…Jouno rompió en llanto y lo abrazó fuertemente…no podía explicarse por que había actuado de esa manera…pero una cosa si era cierta: se sentía demasiado bien en medio de ese abrazo, nervioso, con la respiración agitada y las extremidades temblando, pero se sentía bien…protegido…extraño…
Realmente se trataba de una unión casi tan sagrada como el culto a los dioses, que les observaban y protegían, y obviamente, ninguno de los dos quería que ese momento terminara, ambos estaban experimentando un sentimiento un tanto desconocido…la calidez de otro cuerpo, uno muy parecido al propio.
A pesar de que se conocían desde hacía unos cuantos días, Seto sentía algo muy especial por aquel niño de cabellos dorados, un sentimiento al cual aún no sabía cómo nombrar, y Jouno…él simplemente se sentía fascinado con la presencia y el calor que aquel pequeño, que apenas comenzaba a recordar, le transmitía.
Aunque aquel momento no pudo perdurar tanto como ellos hubieran querido, ya que escucharon cómo alguien llamaba a Jouno…
El rubio reconoció enseguida esa voz aguda y chillona, se trataba de la pequeña niña de cabello castaño y corto, al principio, sintió cierta frustración, ya que había, prácticamente, arruinado su "momento con su salvador", pero de un modo u otro, sentía que su llegada había aliviado su corazón, incluso su alma, sabía que ya todo había pasado…
Y como si de un milagro se hubiese tratado, casi al mismo tiempo que Teana llegaba con Seto y Jouno, Ra se hizo se presente, el comienzo de un nuevo día finalmente acariciaba la cálida arena del desierto, los rayos del sol ya iluminaban el cansado y herido rostro del pequeño de ojos marrones, mientras que Seto se sentía como hechizado al presenciar tal escena.
Una leve brisa recorrió ambos cuerpos, sus rostros se veían serenos y pensativos, aún más el de Jouno. Quería explicarse y responderse un sin fin de preguntas que daban vueltas en su mente, seguía muy confundido, y no era para menos; en tan sólo unas horas su vida había dado un giro bastante brusco para un niño, no podía evitar sentirse desprotegido…expuesto…el destino de repente se tornaba incierto, eran cuestiones de las que nunca creyó preocuparse del todo, siempre había sido tan descuidado…no acostumbraba a meditar tanto las cosas, aunque después de lo que había pasado…tenía miedo.
En medio de su meditación pudo percibir el movimiento del cuerpo de Seto, incorporándose, poniéndose de pie y finalmente, poniendo una mano sobre su hombro izquierdo, Jouno volteó a verlo en el acto…tenía una sonrisa dibujada en el rostro, pero no cualquier sonrisa, no era un simple gesto, estaba llena de ternura, algo que le hacia tener un extraño sentimiento…
Teana: Jouno!!!!! –volvió a interrumpir, esta vez, estando donde Seto y Jouno
Jouno: …
Teana: Estas…bien…- la pequeña corrió a abrazar a su amigo, quien la recibió con los brazos abiertos…
Jouno: ¿Por qué tardaron tanto?... Creí que me saldrían canas .
Teana: ;.; …tu…tu no…no cambias T.T- comenzó a llorar, esta vez de alegría.
Jouno: Ay pecosa…siempre llorando ¬¬- dijo al mismo tiempo que ponía la mano sobre su cabeza y la movía para despeinarla
Teana: Sinf…y tu siempre tan tonto .
Jouno sonrió y cerró los ojos pero inmediatamente después preguntó lo que tenía que saber de una vez por todas…
Jouno: Y...me pueden explicar…¿exactamente qué pasó?
Seto: Es …una historia algo larga- intervino el ojiazul, nuevamente poniendo su mano sobre el hombro de Jouno.
Acto seguido, miró hacia otra parte y se encontró con que el príncipe y Mahado se encontraban alejados del trío, apenas haciendo acto de presencia, aunque el aprendiz de mago llevaba al joven príncipe en brazos, cargándolo y acurrucándolo en su pecho, parecía estar inconsciente…o quizás dormido …
Teana: Se pondrá bien?- preguntó al notar lo que Seto estaba viendo y preocupada por el príncipe, aunque seguía desconociendo su verdadera identidad.
Seto: Desde luego…
Jouno: Am…me explican?
Seto inhaló profundamente, cerró los ojos, exhaló con calma y finalmente sonrió, siendo testigo silencioso del tranquilo panorama que tenía, la suave brisa matutina parecía darle alivio a su alma, posiblemente ahí había acabado su vida sedentaria y de estar escondido en las sombras, como si fuera parte de ellas…sabía que esa rutina solitaria había terminado…
-No…no puedo creerlo…soy un completo imbécil!
Marik: o.oU
Bakura: Ya decía yo que mi trabajo no es ayudar a las personas…ese maldito hijo del sacerdote…aaagghhh . aún le debo la vida a ese bastardo
Marik: Am…Bakura…
Bakura: Para terminarla de joder…no conseguí a mi presa .
Marik: Ba…
Bakura: ¿¡Quieres callarte?! Necesito pensar… . maldita sea! Necesito a mi presa…
Marik: O.OU ah…bueno…
Bakura: O.O mph…un momento!!!!!- se dijo a sí mismo, volteó a ver a Marik rápidamente y éste le respondió con una mirada de sorpresa…
Marik: n.nU Qué? Tengo algo en la cara?
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Algún rato después…
Jouno…
A la mañana siguiente del rescate planeado por el astuto ojiazul, Jouno despertó en su casa, en su cama, no muy alejado de su hermana menor, Serena, parecía haber olvidado lo que había pasado sólo hacía unas horas, ya que despertó con muchas energías, como era costumbre en él, y preparó algo de comida para su hermana, puesto que sus padres aún no regresaban de realizar ciertos negocios o compras.
Serena seguía sin conocer porque la habían llevado al pueblo a media noche, en medio del frío y la oscuridad, por que su hermano había desaparecido repentinamente de la plaza y porque Tristán se había quedado con ella toda la noche anterior…
Realmente esta muy cansada como para preguntar…
Debido a la ausencia de sus padres, Jouno debía hacerse cargos horas extras del rebaño de su papá y del cuidado de su hermana, eso sin mencionar el de la vivienda, esas eran las principales razones por las que no podía quedarse hasta tarde durmiendo aunque quisiera…pero, también tenía otros planes para ese día…
Seto…
El pequeño hijo del sacerdote despertó algo tarde de lo acostumbrado, seguía algo afectado por no haber dormido una noche completa, aunque esa mañana despertaba recordando las últimas palabras que había cruzado con aquel pequeño rubio…
"-Yo…volveré a verte?-preguntó el castaño"
"-Niño…esa pregunta ni se pregunta-respondió bastante serio"
Tenía un deseo enorme de volver a verle, no sabía cómo lo lograría pero tenía que hacerlo…
Apartando un poco ese pensamiento de su mente, Seto se levantó de su lecho, aunque todavía bostezando y tallándose los ojos.
Se vistió lentamente y con algo de torpeza en sus movimientos y cuando hubo estado listo, salió de su habitación para dirigirse a la biblioteca y poder continuar con sus estudios, aunque no dejaba de pensar en Jouno
Finalmente llegó a su destino, una construcción impecable y perfecta era la biblioteca, uno de los lugares predilectos por el pequeño Seto, a la cual tenían acceso únicamente los sacerdotes y la familia del faraón, de hecho, ese era uno de los pasatiempos del pequeño príncipe, le encantaba pasarse horas encerrado en sus estudios y poniendo el cien por ciento de su atención en su lectura en turno, aunque también le gustaba ocupar su mente en otro tipo de cosas como los duelos o ideando estrategias para los mismos…
Y aunque a Seto también le encantaba leer, el prefería escribir o dibujar, algunos de los altos sacerdotes ya le consideraban un gran artista, sin duda alguna, se trataba de un niño muy sensible.
Él sabía que no hacía falta esperar a su padre para continuar con la lección, puesto que ya sabía como debía trabajar, y así, teniendo unos 6 o 7 libros sobre su escritorio, comenzó su rutina de todos los días, intentando concentrarse, intentando apartar de su mente a Jouno…aunque fuera sólo por unas cantas horas…
Pero resultaba casi imposible…y así, pasaron varias horas…
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Hasta que…
Pasaron las horas para Seto, y aún seguía encerrado en la biblioteca del palacio metido en sus estudios como si nada más importara, sin embargo unos ruidos provenientes del exterior le obligaron a disipar su atención y dirigirla a otro lado…
-mmm Jajaja…si…- alcanzaba a escuchar murmullos y risitas silenciosas, apenas audibles.
Siendo presa de su propia curiosidad, cerró el libro que tenía en el escritorio y lo regresó al lugar donde pertenecía en la biblioteca, lentamente se dirigió a la puerta que daba acceso a la misma, sigilosamente…como queriendo ocultar su presencia a los dueños de dichas risas.
Salió, pero no encontró a nadie ni nada que no debiera estar ahí, comenzó a caminar en dirección a uno de los jardines, cuando sintió una segunda presencia…
-¡Seto!- escuchó a sus espaldas y volteó casi al instante, pero no encontró a nadie, inmediatamente después sintió como su cuerpo era rodeado por dos pequeños brazos, pudo percibir el aliento de aquella presencia muy cerca de su oído y enseguida le reconoció.
Seto: Jo…u…no?- cuestionó algo dudoso
Jouno: Mjajaja…claro n.n- el pequeño niño rubio soltó a Seto para que volteara a verlo.
Seto: Ah…yo…hola…n.nU- respondió con cierta timidez, nunca creyó que se tratara de él, se sintió algo extraño y no pudo evitar sonrojarse.
Jouno: . Es la primera vez que veo que sonríes, oye le tuve que preguntar tu nombre a Mana, se me olvidó preguntarte a ti n.nU
Seto: Eh…no hay problema y…¿qué cosa??????
Jouno: o.o
Seto: Tu…¿conoces a Mana?
Jouno: Eip n.n
Seto: …- se quedó pensativo por un momento…- EEhhhh…espera, ¿cómo es que estas aquí?
Jouno: ¿En el palacio o.o? Pues…
-Ay Seto ¿qué ya te olvidaste de la entrada secreta ¬¬?- intervino una tercera persona, que al parecer había llegado por la misma entrada que había utilizado Seto la noche del "rescate".
Seto: Mana…o.oU
Jouno: Exactamente n.n esa entrada si que es muy útil
Seto: Pero creí que…
Atem: Nop, no eres el único que la conoce Seto n.n – dijo el príncipe apenas entrando por la misma grieta
Mahado: Ese no es el punto ¬¬U- dijo el mayor, que ya había entrado pero no se había hecho notar.
Mana: Cierto n.n …bueno Seto, se nos ocurrió invitar a Jouno, nunca nos dijiste que ya se conocían ¬¬
Seto: o.oU …
Atem: Ahora si podremos ir a retar a alguien en la plaza
Jouno: XD Aunque ya sabemos que tu nos ganarás a todos- dijo al mismo tiempo que ponía su mano sobre el hombro del príncipe
Mahado: -.- Aún no entiendo cómo me convencieron
Mana: n.n
Seto: o.o?
Jouno: ¿Seto? ¿Qué tienes? ¿Te sientes mal?
Seto: Eh…yo…bueno…¿me podrías explicar exactamente que esta pasando?
Jouno: Oh es cierto n.n, perdóname por no contarte bien el plan
Seto: Plan?! o.ó- cuestionó el pequeño castaño, esta vez bastante exaltado
Jouno: Estoo o.oU…si, verás, se me ocurrió que después de todo por lo que pasaste…
Ante tal afirmación, Seto no pudo evitar sonreír un poco, ¿lo que había pasado?...si, posiblemente aún no se reponía del todo después del incidente en la pirámide, pero la peor parte, sin duda, se la había llevado el pequeño niño rubio que tenía en frente.
Jouno:… te vendría bien un descanso, oye de verdad te pasas el día encerrado en esa cosa….emm… biblioteca? O.OU
Seto: …- al principio no entendió la pregunta, de hecho, aún intentaba asimilar la situación, analizarla un poco…él, Jouno, salir, dejar el palacio, cómo había entrado, como conocía al príncipe y los dos estudiantes de artes secretas, ¿acaso había llamado "cosa" a un lugar tan sagrado para él como la biblioteca? Y quizás lo más importante…¿por qué le parecía tan atractivo, porqué sentía la necesidad de estar con él y no despegársele?
Jouno: ¿Entonces? n.n
Mana: Anda, nosotros nos encargamos de lo demás 0
Mahado: . U
Seto: Espera espera….lo demás o.óU???
Atem: Claro Seto, iremos nosotros tres XD Mahado y Mana vigilarán que todo este bien mientras nosotros no estamos
Seto: Prácticamente nos ayudarán a fugarnos ¬¬U
Jouno: Exactamente XD, así que…vámonos!!!
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En una remota parte…
El pequeño de cabellos rubios y ojos violetas no podía recordar como había llegado hasta ahí, porqué se encontraba en esa situación…le dolían las muñecas y la cabeza, principalmente la cara, hasta ahí llegaba su conocimiento.
Por otra parte, el pequeño albino que lo había metido en aquel problema permanecía inmóvil y con la mirada al piso, cruzado de brazos, aparentemente estaba tranquilo pero por dentro estaba consciente de lo que acababa de hacer y se sentía terrible.
Ambos oían sin escuchar la conversación que se llevaba a cabo dentro del lúgubre escondite, apenas si alcanzaban a entender ciertas palabras, aunque Bakura sabía exactamente quien era el centro de atención, como siempre…
Los demás ladrones comenzaron por hablar entre ellos, estaban temerosos, creían que habían sido alcanzados por una especie de maldición por haberse metido con los amigos del príncipe, incluso con él mismo. (1)
Pero su líder no flaquearía tan fácilmente, menos por tal incidente.
Así que optó por finalizar el tema y pasar a otro.
Agonofinis: Eso ya no tiene importancia- empezó a decir al mismo tiempo que veía de reojo al más pequeño de los ladrones- Por otra parte, creo que atrapaste a tu presa bastante rápido eh…Bakura
Bakura: Naturalmente- dijo ocultando sus verdaderas emociones y sintiéndose como un estúpido, sabía que Marik le estaba escuchando y que no entendía el por qué de sus acciones…
Agonofinis: La prueba se llevará a cabo mañana- dijo con una inusual tranquilidad en él.
Bakura: Cuanto antes mejor
Marik, aún estando semi despierto, pudo comprender a la perfección el significado de las palabras y unas lágrimas silenciosas y lastimeras se hicieron presentes en su rostro, aunque sólo Bakura pudo notarlo…
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Por otra parte…
Al principio, Seto hubiera jurado que se arrepentiría de haber salido del palacio sin autorización y sin haber terminado con sus estudios, y sintió que las cosas empeorarían y se convertirían en un desmadre total cuando él, Atem y Jouno se reunieron con los amigos de éste último, no había sido informado de ese pequeño detalle y realmente le preocupaba.
Pero una vez que Jouno se aburrió de perder varios duelos con Atem y Seto en la plaza, pidió al castaño que lo acompañará a otra parte, dejando al príncipe con los amigos del rubio …tuvo el presentimiento de que algo bueno saldría de todo eso
Una oportunidad para estar solo con él…
Aunque no podía quejarse del todo, le había encantado enfrentarlo en dos que tres duelos, haber visto la cara de angustia que intentaba hacer cada que estaba a punto de perder que más bien parecía una de chiste…se veía tan tierno e inocente…
Sin duda alguna…se le había concedido un deseo que anhelaba desde hacía un tiempo, aunque inconscientemente, había querido ser feliz al menos por un día, y así había sido…
Fue una lastima que ni el sacerdote ni el mismo faraón pensaran como el pequeño Seto…
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En otra parte…
Era un lugar que ya conocía, ya había estado antes ahí, aunque en una situación muy diferente a la que estaba, de hecho había estado del lado contrario, cuando él y Bakura entraron a escondidas a ayudar a aquel pequeño niño rubio que los ladrones tenían como prisionero.
En esos momentos se preguntaba si veía igual que ese niño, todo golpeado, encadenado e inmóvil.
Aún no entendía muchas cuestiones de la vida pero ya podía diferenciar ciertos aspectos de otros, podía sacar una conclusión…Bakura lo había utilizado…lo había traicionado…ciertamente no podía usar ese término, ya que aún no lo conocía, pero estaba conociendo el significado, de la peor manera posible.
Lo único que pasaba por su mente era la idea de la proximidad de su muerte, estaba conciente de que no vería el nuevo amanecer, el renacer de Ra…y aún así, no se sentía triste…nervioso…enojado…simplemente, se sentía traicionado.
Algún tiempo pasó…de repente, en medio del silencio casi absoluto acompañado de una profunda oscuridad, se escuchó un estruendo que alertó en seguida al pequeño rubio, seguido de este…un grito desgarrador.
Acto seguido, el pequeño albino, que era tan conocido para el aprendiz de cuida tumbas, logró penetrar en la oscuridad del improvisado "calabozo", había llegado del mismo modo que había escapado cuando intentaron ayudar al niño rubio.
Al entrar de lleno, lo primero que hizo fue sacudirse y limpiarse un poco la arena que había quedado en su vestimenta, hacer a un lado las piedras que tuvo que derrumbar y finalmente, observar al pequeño que tenía en frente.
Bakura estaba temblando, su mirada se veía diferente, era una vacía,...parecía estar asustado, estaba bañado en sudor frío y tenía un cuchillo en la mano, de mayor tamaño que el que acostumbraba llevar.
Del filo escurrían hilos de sangre que caían al suelo y se confundían con la arena, Marik quedó boquiabierto…
Bakura: Vámonos…-dijo, intentando controlar su agitada respiración.
Tiro el cuchillo, que cayó pesadamente sobre la, aún, tibia arena e intentó safar al niño rubio de sus ataduras…
El resto es historia…
Ya entrada la noche, a pocos metros de lo que vendría siendo la vivienda de los cuida tumbas, Bakura estaba dispuesto a dejar a Marik, sano y salvo en donde debía pertenecer…
Marik estaba a punto de entrar por el pasadizo subterráneo, con cierta dificultad por la oscuridad de la noche, cuando se detuvo en seco…
El albino lo notó, pero no se inmutó, permaneció callado y de pie, sólo observando fríamente.
El pequeño volteó a verlo tímidamente…y este le correspondió con una mirada no tan fría pero que tampoco era muy amigable. Finalmente, Bakura reaccionó al notar que Marik iba a decir algo.
En un rápido movimiento, se sacó algo de entre sus ropas, parecía ser una pequeña bolsa, bastante vieja pero se veía bien cuidada, Marik alcanzó a atraparla torpemente con ambas manos.
Bakura: No fue tan inútil después de todo…
Marik ¨U
Bakura: Anda…tu hermana lo necesita…
Marik no daba crédito a lo que sus oído alcanzaban a escuchar…no podía creerlo, en medio de la conmoción no pudo percatarse de a qué hora Bakura ya se había alejado…
Corría tan rápido cómo sus pequeñas piernas le permitían, estando a cierta distancia del pequeño rubio se detuvo y volteó a verlo.
Marik le observaba de una manera un tanto extraña y fijamente a los ojos.
Bakura: Cuida el envoltorio, regresaré por él!!!!!!!!!!
EL pequeño cuida tumbas instintivamente formó una gran sonrisa de oreja a oreja, levantó una mano y la agitó en el aire, despidiéndose de su amigo mientras veía como seguía corriendo…
Al parecer el ladrón de tumbas había leído en sus labios algo así como
"¿Volveré a verte?"
……………………………
(aki seré breve….uuuuh de por si el cap fue un asco)
Por un momento Seto creyó haber encontrado lo que siempre le había pedido a la vida, estar rodeado de algo que no fueran sólo libros…quería amigos…amigos de carne y hueso.
Creyó que ya los tenía…
Mana, Mahado y el príncipe …a pesar de que ya los conocía desde tiempo atrás, de los lazos de sangre que lo ataban al pequeño Atem, nunca los había considerado como amigos…sólo los veía como otros niños que rondaban el palacio, completamente indiferentes a él, ahora sabía que podían significar algo más en su vida.
Teana, Trsitán…incluso Serena, se habían convertido en todo su mundo de la noche a la mañana, al demostrarle que podía confiar en ellos, que podía verlos como amigos.
Principalmente Jouno…por él había comenzado todo, inconscientemente se lo agradecía de todo corazón, pero por él…sentía algo más fuerte que por los demás, no sabía qué era…sólo sabía que le encantaba su presencia, su amistad, todo su ser…
Peeero….ni al faraón ni al sacerdote les había agradado la idea.
Ambos se habían enterado de la fuga de sus hijos por sus servidores y sacerdotes, en el acto movilizaron a la mitad del palacio para que dieran con ellos..
Únicamente se encontraron con un aprendiz de mago y su discípula…no fue fácil pero los hicieron hablar…
Por la noche, Seto y Atem regresaban al palacio, el pequeño castaño acompañado por el niño rubio de las afueras del pueblo, cuando fueron prácticamente emboscados por los servidores menores del faraón.
Los tres,…si, incluso Jouno…fueron llevados hasta el faraón…
El pequeño rubio había sido llevado hasta él para asegurar el éxito del castigo:
Ni Seto ni Atem podían acercarse a esos niños, ni salir del palacio siquiera, a partir de ese momento sólo debían dedicarse a sus estudios y tareas dentro del palacio, serían vigilados como prisioneros y para aquel que no cumpliera…había un castigo sobre otro.
Atem, siendo el príncipe no podía estar fuera del reino, ya que era bien sabido que a temprana edad debía hacerse cargo de éste, pero Seto…él fue enviado a otro palacio, comprendido por la misma dinastía…
El faraón era justo pero estricto…no era malo…después de todo, no conocía los verdaderos sentimientos de ambos niños, menos los de su sobrino…
No importó cuánto llorará el pequeño príncipe…no hubo marcha atrás
Aquellos ojos azules tan expresivos también se vieron inundados por amargas lágrimas…durante varios días…durante varios años…
Seto hubiera deseado despedirse…al menos eso…
CONTINUAR
Ya mejor ni les digo nada…sé que un….¡¡¡¡¡¡¡¡MIL DISCULPAS!!!!!!!!!!...no arreglará nada pero…n.nU….ooohhh U en fin, ahora si que pasaron tantas pendejadas…fue un desmadre total estos meses…en muchos aspectos…ya saben…desvaríos…creo que se notó en el cap…todo rancio…todo bizarro… bien bastardo U …hasta me da pena responder sus reviews UU…
Hice esperar y todo para salir con esto…ya mejor me callo u.u
No quiero decirlo pero…ahora
si juro que lo bueno empieza en el cap siguiente
!!!!!! va a haber lemon…no
digo de quien porque lo arruino todo…y explicaré con más detalle este cap…todo bastarrrdo
