DISCLAIMER: Nada de este mundo de fantasía me pertenece. Todo es propiedad de JK Rowling y sus asociados.

CAPITULO 34: EL NUEVO ESCENARIO.

En la oficina de Dumbledore, todos se veían preocupados. En silencio y procesando la información, se percataron de que por mas fortaleza que Jennifer fingiera, estaba mas herida que todos ellos juntos. Odio y dolor infinito denotaban sus palabras, por una herida que difícilmente podría sanar algún día.

Sirius estaba destrozado, le había gritado demasiados insultos en la cara y ella los había soportado estoicamente, fingiendo indiferencia. Pero lo que peor lo ponía, era el hecho de que haya confesado que había muerto el día en que mataron a Trangus, su esposo. Evidentemente ella sí se había enamorado del menor de los Malfoy, y él ya no tenía oportunidad alguna de recuperarla.

Arthur Weasley se acercó a Ron, que permanecía pálido, con los ojos irritados y fijos en la nada, temblando y con las orejas moradas.

-Ron...hijo...

-Ay papa! –exclamó Ron al abrazarlo.

-Ron...vete a descansar. No quiero que pienses en lo que acabas de presenciar.

-Pero papá. Ginny...ella...

-Ron...mírame! No va a sucederle nada. No lo vamos a permitir! Vete a la cama.

-Si papá.

En cuanto Ron dejó la oficina, el Señor Weasley se dirigió a Dumbledore, mostrando toda su preocupación y miedo. No era fàcil asumir que uno de sus hijos, sobretodo la pequeña Ginny estaba en peligrpo de muerte, sòlo por haber tenido una relacion con un Malfoy.

Dumbledore lo tranquilizò, garantizàndole la seguridad de todos los Weasley que permanecìan en Hogwarts, y le asegurò que nadie iba a acercarse a ellos.
Luego de que el Director le pisiese que recolecte información sobre el espía de Voldemort en el Ministerio, el mayor de la familia de pelirrojos se retiró de la reunión, seguido por los otros miembros de La Orden Mágica, luego de recibir sus órdenes.

Severus, Sirius y Remus, fueron los últimos en quedar con el anciano, a pedido de éste.

-Qué vamos a hacer Profesor? –preguntó Remus.

-Si te refieres a Jennifer, seguirá tal como hasta ahora.

-Usted sabe que yo hago lo que me pida, profesor –lo interrumpió Severus –Pero no utilice aJenny, por favor. Ella ya ha tenido demasiado.

-Eso, mi querido Severus, es algo que tiene que decidir ella. Y creo saber cuál va a ser su posición.
-No lo permita! Malfoy va a matarla! –le pidió Sirius desde su lugar.

-Black tiene razón, por favor...por lo que mas quiera, profesor. No lo haga.

-Suficiente! Los dos la quieren mucho, lo sé, pero ella no es una niña. Es una mujer y toma

sus propias decisiones. Jennifer ya eligió este camino sin que yo se lo pida.

Tanto Severus como Sirius asintieron gruñendo y vocalizando frases incomprensibles mas que para ellos mismos.

-Tienes reunión uno de ellos hoy, verdad?

-Si...lo había oldidado. –confesó Severus.

-No te preocupes por Jennifer, Severus. Está protegida en Hogwarts, y todo lo que necesita son Harry y Draco. Estará bien.

-Espero que no se equivoque –susurró Severus.

-Otra cosa...has averiguado qué clase de poción es la que piensa encargarte?
-No...pueden ser varias o....una poción que requiera todos los ingredientes. Si es así, estamos en problemas, porque es de su invención.

-Sólo nos queda confiar en que no la haya creado él...no quiero ni pensar en lo que puede ser...-Dumbledore sacudió su cabeza, intentando volver al hilo de la conversación. –Ve Severus, y ten cuidado.

Severus asintió a modo de saludo y dejó el despacho del Director, camino a su encuentro con alguno de sus excompañeros mortífagos. Los tres hombres que quedaron en la sala circular estaban sumidos en el mas incómodo silencio de sus vidas. Dumbledore tenía que hablar con ellos, pero no sabía como hacerlo.

Sirius quería correr a consolar a Jennifer, hacerle ver que él siempre estaba, y Remus deseaba poder hablar con Harry, ver como se encontraba después de lo que había pasado.
-Sirius –dijo Dumbledroe finalmente –Debes ser fuerte. Harry y Jennifer van a necesitarte, tal vez Draco también, si conseguimos que se abra a los demás. No debes preocuparte nada mas que por ellos, entiendes? Necesito que mantengas alejado a Harry de todo esto. Pero, por sobre todas las cosas, debes contener a Jennifer. Ella va a necesitar tu ayuda, tu apoyo y tu cariño. No la cuestiones, no la presiones, ni le exijas nada, sólo manténte cerca para que no se caiga.

-Claro. –fue lo único que pudo responder Sirius.

-Ve a verla –dijo el director con una sonrisa –Necesitas de su compañía tanto como ella necesita la tuya. Ve.

-Gracias –dijo Sirius avergonzado de ser tan obvio.

-Remus...tu vas a tener que colaborar en eso también, Jennifer va a estar al borde del pozo en estos días. Además quiero que te encargues de Sirius. No está totalmente recuperado de Azkaban aún y lo necesitamos lúcido. Además, quiero que hables con Hermione y Ronald. Aclárales que todo está bajo control y que no dejen a Harry sólo e ningún momento.
-Claro...mañana hablaré con ellos.

-Ve ahora Remus. Estarán despiertos seguramente.

Ron atravesó el retrato de la Dama Gorda y se sentó en un sillón de la Sala Común, sin notar que alguien estaba despierto. No tenía ánimos e hablar, sólo quería procesar esa información que, sin quererlo, había obtenido y que parecía querer machacarle el cerebro.

Hermione lo vio entrar y sentarse sin mirar a sus costados. Ni siquiera la vio a ella, que estaba ubicada en una banqueta frente a las llamas, a sólo un metro del pelirrojo.

-RON!

-Qué? –preguntó desganado.

-Qué te sucede? Te estoy hablando desde que entraste, no me escuchabas?

-No, Hermione, lo siento. Qué me decías?

-Que hablé con Ginny –dijo la castaña observando la reacción de su amigo –Ustedes tenían razón, ella estaba llorando porque..

-Ya lo sé, ya lo sé.

-Ron, qué te sucede? Dime, por favor.

-No puedo Hermione –dijo Ron en un hilo de voz –lo siento, pero no puedo.

-Pero Ron, soy yo –insistió Hermione arrodillándose frente a él –soy tu amiga, me puedes decir lo que sea.

-No puedo, me lo prohibieron, lo siento. Es muy peligroso –fue lo último que dijo el pelirrojo antes de que las lágrimas comenzaran a salir de sus ojos ante la imagen de su hermana en peligro.

-Ron, tranquilo...no llores, por favor. Me asustas. –Hermione le acarició el rostro y le levantó la cara para mirarlo a los ojos. –Dime que sucede.

-Tengo miedo –murumuró ron abrazándose a Hermione.

Mucho tiempo pasaron abrazados en el suelo. Los intentos de Hermione por averiguar lo que sucedía y por calmar a su amigo fueron completamente inútiles. Se sentía tan impotente y furiosa, que lloraba tamnbién. El miedo de ron se le había trasladado a ella, pues el pelirrojo nunca lloraba y ahora lo hacía. Sea lo que sea que estaba pasando era verdaderamente malo.

Remus Lupin entró a la Sala Común en busca de Ron y Hermione. Se le partió el alma cuando los vio en ese estado. Eran sólo niños de 15 años, no tenían por qué pasar por todo esto, era todo demasiado injusto.

-Ron –dijo Remus llamando la atención del duo –Necesito hablar contigo y con Hermione.

-No! –exclamó el aludido –Con ella no! Déjenla fuera de esto.

-Ron...Dumbledore dijo que debo hablar con los dos.

-Qué sucede profesor?

-Sientense y escuchen –dijo Lupin seriamente –Hoy Ron presenció algunos "testimonios" no muy esperanzadores, pero sepan que no vamos a permitir que les pase nada. A NINGUNO de ustedes, lo cual incluye a Ginny y Draco. No me interrumpas Hermione, Ron va a explicarte todo luego. Necesito su colaboración. No dejen solo a Harry por ningún motivo. No queremos que deje la Sala Compun por la noche ni que deje deambule por los terrenos del colegio después de la caída del sol.

-Por qué? –preguntó Hermione -No creerán que Él va a entrar a Hogwarts, verdad?

-No, pero sí pueden hacerlo alguno de sus mortíf4agos. Ya saben que a Lucius Malfoy le encanta "visitar" el Colegio desde que Jenny está de novia con él.

-QUÉ? –exclamó Hermione.

-Después te explico, Hermione –susurró Ron.

-Cualquier problema que tengan me lo dicen. Estoy disponible para ustedes las 24 horas del día, entendido? No quiero que se metan en problemas. Los asuntos de La Orden Mágica y Voldemort no tienen nada que ver con ustedes.

-Está bien profesor –dijo Ron.

-No se preocupe –agregó Hermione.

Bien. Sabía que podía contar con ustedes. –Lupin les sonrió cuando se dispuso a irse, pero antes de atravesar el retrato volvió a hablarles –Traten de acercarse a Draco, él está muy solo y no tiene en quien confiar.

-Ron...me puedes explicar que sucede?

POR CADA CAPITULO QUE ALCANZO A PONER, NOS ACERCAMOS MAS A DONDE LO DEJAMOS EN EL FORO.

BESOS PARA TODOS Y GRACIAS POR SEGUIRME ACA.

BARBY