- CAPÍTULO 24 - "De vuelta a la vieja ciudad"
Algunos años habían pasado. Exactamente, 6 años. Retroville casi se había olvidado de Jimmy. Algunos lo hicieron. Pero otros, como sus amigos y familia no lo hicieron. Esa noche, había tormenta. Y también rayos. En la casa de los Neutron, un más viejo Hugh estaba viendo televisión, como acostumbraba hacer. La película que daban era "El extraño junto a la puerta". Todo estaba muy calmado. Excepto por el temblor de las rodillas del pobre Hugh. La película lo estaba asustando. De repente, escuchó un golpe en la puerta de la casa. Hugh saltó de su sillón y gritó.
"¿Q-quién es?" preguntó Hugh, tartamudeando de miedo.
No hubo respuesta.
"¡N-No voy a contestar la p-puerta hasta que no me diga quién es!" gritó Hugh a la puerta, aún tartamudeando.
No hubo ninguna respuesta. Pero hubo otro golpe a la puerta. Hugh estaba asustado. Estaba en el medio de la película. Se imaginaba que estaba viviendo la película, gracias al mismo y extraño golpe a la puerta. Sin dudarlo, agarró un viejo bate del equipo de baseball de su hijo y lentamente colocó su mano en la manija de la puerta. Pero la puerta se abrió violentamente y envió a Hugh algunos metros lejos y al suelo. Una figura estaba parada ahí, mientras los rayos impactaban varias veces la casa. Un extraño, vestido sólo con un saco, se acercó y cerró la puerta, de nuevo violentamente.
"¿Q-Quién demonios eres tú?" preguntó Hugh, asustando y temblando.
Pero no hubo respuesta.
"¡T-Te lo advierto! ¡Tengo un b-bate y no tengo m-m-miedo de usarlo!" amenazó Hugh al extraño, agarrando rápidamente el bate.
El forastero finalmente se quitó el saco y sólo una mirada hizo a Hugh abrir sus ojos enormemente.
"¡Papá! Soy yo, Jimmy".
"¡¿J-J-Jimbo?!" dijo Hugh.
No podía creer sus ojos mientras las lagrimas se derramaban de sus rostro y una gran sonrisa de oreja a oreja lo hizo casi reir de alegría. Ambos, padre e hijo, se dieron un gran abrazo.
"Te extrañé muchísimo, hijo. ¡Lo siento tanto!" dijo Hugh, llorando y haciendo que el abrazo fuera más fuerte que nunca.
"Yo también, papá. Y todo fue mi culpa, no te preocupes. Estoy aquí" dijo Jimmy.
Hugh dejó el abrazo.
"Nada fue lo mismo sin tí, hijo. Cuando te fuiste, toda la gente comenzó a extrañarte" dijo Hugh.
"¿De verdad?" dijo Jimmy.
"Sí. Y cuando tu madre y yo--" comenzó Hugh a decir, pero Jimmy lo interrumpió.
"¡Mamá! Oye, ¿dónde está?" preguntó Jimmy, mirando a su alrededor.
Hugh sólo suspiró. Jimmy miró a los ojos de su padre. Había tristreza en esos ojos.
"¿Ella está bien?" preguntó Jimmy, preocupado.
"Luego de que te fuiste, tu madre dejó de ser la misma. Se entristeció más que nunca. Y entonces, sucedió. Ella enfermó" dijo Hugh, y suspiró.
"¿Y luego qué sucedió?" preguntó Jimmy, mucho más preocupado.
"Ella... ella murió, Jim-Jam" dijo Hugh. Y agacho la cabeza. Y sollozó.
Los ojos de Jimmy se abrieron de espanto. Lentamente se sentó en el sillón para absorber esas palabras de su padre. Y entonces, comenzó a llorar sin control. Hugh se sentó también y colocó una mano sobre el hombro de Jimmy.
"Lo siento tanto. No hubo nada que yo puediera hacer" dijo Hugh, y una lágrima cayó de su ojo.
"No, ¡yo soy el que lo siente! ¡No me comuniqué con ustedes por años!" dijo Jimmy. "¿Cuándo pasó todo esto?" preguntó, aún llorando.
"Como 4 años atrás" dijo Hugh.
"Oh... ya veo..." dijo Jimmy, y sollozó.
"Oye, pero tú estás aquí. ¡Eso es bueno!" dijo Hugh, y limpió una lagrima del ojo de Jimmy. "Es bueno verte de nuevo, hijo".
"Sí, gracias..." dijo Jimmy, soltando una sonrisa.
"Hablemos, Jimbo. Dime, ¿adónde fuiste? ¿Qué es lo que hiciste?" preguntó Hugh, excitado.
