- CAPÍTULO 25 - "Retornando al grupo"
Luego de contarle a Hugh toda su historia a través de los últimos 6 años, Jimmy decidió ir a la tumba de Judy. Hugh intentó detenerlo. La lluvia era una furia. Los rayos eran peores. Pero Jimmy no escuchó a su padre. Sacó a Goddard de su Hipercubo y se dirigió a la puerta.
"Ten cuidad, hijo" dijo Hugh.
"No te preocupes, lo haré, papá" dijo Jimmy. "Vamos, Goddard".
Se colocó su abrigo y fue con Goddard al cementerio. Cuando llegaron allí, el lugar estaba cerrado. Pero a Jimmy no le importó en absoluto. Trepó la pared con la ayuda de su perro mecánico y, una vez en el suelo, encendió una linterna y comenzó a caminar para encontrar la tumba de su madre. Cuando la encontró, la vio por unos segundos y entonces, cayó sobre sus rodillas. Y se quitó la capucha de su abrigo.
"Lo siento, mamá" dijo Jimmy, y las lágrimas cayeron de su rostro.
La lluvia estaba poniéndose peor. Pero Jimmy sólo estaba concentrado en decirle un adiós a su madre. Goddard sólo gimió. Jimmy colocó una rosa que había agarrado de su jardín en la tumba.
"Lo siento de verdad".
Y con eso, se marchó. Se puso su capucha. Colocó a Goddard de vuelta en su Hipercubo para protegerlo de la lluvia.
"Tengo que encontrar un lugar donde esconderme de la tormenta" se dijo Jimmy así mismo.
Trepó hacia afuera del cementerio y divisó una luz. Era la Dulcería. No dudó ni por un segundo y corrió hacia allí. Aún cubierto con su abrigo mojado, abrió las puertas de la Dulcería y caminó adentró. Toda la gente del lugar se volteó hacia él, pero pensó que se trataba de algún monje, así que volvieron a sus asuntos. Jimmy divisó a Sam y se dirigió al bar.
"¡Hola, forastero! Sí... ¿Qué puedo hacer por tí?" preguntó Sam.
"Chocolatada, batida, no revuelta" dijo Jimmy, el 'forastero'.
"¡Oigan, esperen un minuto! Conozco ese pedido de algún lado..." dijo alguien.
"Sí, yo también..." dijo alguien.
"¿Creen que sea...?" dijo alguien.
"Ahí tienes, sí..." dijo Sam, y le dio al 'forastero' su chocolatada. "Serán 1 dólar con 75 centavos" dijo.
"2 dólares, y guarda el cambio" dijo el 'forastero'.
"¿¡¿JIMMY?!?" tres personas preguntaron al unísono.
Toda la gente del lugar de repente se callaron. El 'forastero' no estaba escuchando, así que comenzó a beber su chocolatada.
"Ve, Sheen, pregúntale" dijo alguien.
"Está bien, está bien, ya voy..." dijo Sheen. Miró al forastero y se volteó, temblando. "Tal vez otro día..."
"¡AHORA!" gritó alguien.
"Aquí va un intento inútil" dijo Sheen. Se dirigió al 'forastero'. "D-Disculpe, señor..." dijo, tartamudeando.
"¿Sí?" dijo Jimmy, el 'forastero', con una voz terrorífica, así no podría ser reconocido.
"Bueno... verá... mis amigos y yo nos preguntábamos... ya sabe..." dijo Sheen, pero inmediatamente perdió su temperamento. "¡MIRA! ¿¡¿ERES JIMMY O NO?!?"
"Mmmmh... déjame ver..." dijo el 'forastero'. "¿Te refieres a un muchacho con grande, largo cabello, y usa una remera roja con un átomo amarillo en el centro y es un genio presumido y hace inventos que siempre fallan y esas cosas?" preguntó.
"¡Sí! ¡Ese mismo! ¿Lo conoces?" preguntó Sheen, excitado, con sus ojos bien abiertos.
"No, no lo vi nunca... lo siento..." respondió el 'forastero'.
"Ohh..." dijo Sheen, y la expresión de su rostro cayó.
Se volteó y camino a la silla donde estaban Carl y Libby.
"¿Y bien?" preguntó Libby.
"No... no es Jimmy..." dijo Sheen, y suspiró.
"No has cambiado en nada, ¿eh?" dijo una voz reconocible.
La mandíbula de Sheen se cayó. Se volteó y el 'forastero' se quitó su capucha.
"¿J-J-Jimmy?" preguntó Sheen, tartamudeando. "¡¡¡JIMMY!!!" dijo, y embistió a Jimmy en un gran abrazo.
Carl y Libby acompañaron el abrazo.
"Los extrañé, muchachos" dijo Jimmy. "¡Y tal parece que ustedes también!".
