-¡Harry! ¡Ron!

Hermione alzó las dos manos para que sus amigos pudieran verla entre la multitud que había en el Callejón Diagon.

-¡Hola, Hermione! –saludó Ron. Estaba más pecoso que nunca, y había crecido al menos cinco centímetros durante el verano.

-¿Vienes a comprar los libros? –preguntó Harry, el cual no había cambiado demasiado, seguía siendo el mismo muchacho delgado que tenía que usar la enorme ropa vieja de su primo Dudley.

-Sí, además me quedaré aquí hasta que tengamos que ir a Hogwarts. ¡Qué emoción, éste es nuestro último curso!

-El último y el peor, me imagino –murmuró Ron, apesadumbrado.

-Sólo espero que Voldemort nos deje tranquilos –deseó Harry.

-Ron, ¿cuándo vas a empezar a comportarte como el Gryffindor que eres? –inquirió Hermione, al ver el temblor de su amigo.

-Hermione, tú también hacías igual hace unos años.

-¡Hace unos años, tú lo has dicho!

-Vaya, vaya. Qué sorpresa… -Draco Malfoy se acercó a ellos con su típica sonrisa burlona-. Weasley, por una vez la sangre sucia tiene razón. Creo que se equivocaron al ponerte en Gryffindor, ¿no van allí los valientes?

Ron gruñó y sacó la varita. Harry lo imitó.

-¡Parad! –exclamó Hermione-. ¡Hay mucha gente! No os vayáis a pelear aquí.

-Deja… de llamarla… sangre sucia… -le dijo Ron a un divertido Draco.

-¿Por qué? Es lo que es, ¿o no? –preguntó el rubio, extrañamente interesado en oír la respuesta.

-Que sea hija de muggles no te da derecho a insultarla –objetó Harry, mirando a Draco, furioso.

-Ya… Bueno, nos vemos en Hogwarts, supongo.

Draco siguió su camino, no sin antes susurrarle a Hermione de manera que nadie pudiera oírlo:

-Estate atenta, Granger. Eres una sangre sucia, y el Señor Tenebroso no es el único que te busca.

Hermione no sabía qué contestarle, así que se limitó a observar cómo se alejaba.

-¿Vamos a comprar los libros? –sugirió Harry-. Nos van a salir raíces como sigamos aquí.

-Eso si no nos atropellan antes –dijo Ron, esquivando a unas chicas que pasaron corriendo a su lado-. ¿Por qué hay tanta gente aquí?

-No sé. ¿Hermione, tú sabes algo? ¿Hermione?

-Eh… ¿qué? Oh, lo siento, estaba distraída. ¿Qué decías?

-Que si sabes por qué hay tanta gente en el Callejón Diagon –repitió Harry.

-Sí. Todas las tiendas tienen sus cosas a mitad de precio –informó-. Algo similar a las rebajas de los muggles, pero sólo dura un día.

-¿Cómo lo sabes?

-Lo sabe todo, Harry –gruñó Ron.

-Me enteré esta mañana, cuando llegué –Hermione le dirigió a Ron una mirada asesina.

Los chicos entraron en Flourish y Blotts, que estaba repleta de estudiantes de Hogwarts.

La señora Weasley y Ginny vieron a Hermione y se acercaron a saludarla.

Cuando terminaron de comprar, fueron a comerse unos helados, después, Hermione fue a una tienda de antigüedades, en busca de algún libro interesante.

Se paseó entre los estantes, repletos de objetos extraños y únicos.

-¿Buscas algo, muchacha? –le preguntó una voz de mujer de repente, haciendo que Hermione se sobresaltara.

-Eh… sí, señora –respondió Hermione, recobrando la compostura-. ¿Tiene algún libro… eh… interesante?

La mujer, de aspecto siniestro, fue hasta un estante al fondo de la tienda, que se encontraba casi a oscuras. La única ventana que allí había se encontraba tapada con tablas de madera, y los escasos rayos de luz que entraban dejaban ver las motas de polvo flotando alrededor.

Hermione siguió a la mujer.

-Pareces una chica inteligente, quizás esto te sirva de ayuda –dijo la mujer, mostrándole un libro que parecía estar a punto de descomponerse.

La adolescente buscó el título en la portada, pero ésta no tenía nada escrito. Buscó entre las páginas, pero estaban en blanco.

-¿Qué…?

-Tienes que darle un golpe con la varita y decir: "No Soy Muggle".

Al hacerlo, una espesa tinta cubrió el libro, y luego, como si una esponja la hubiera absorbido, desapareció, pero dejando unas palabras escritas en la tapa, que decía:

Ritos y Leyes de los Magos de Sangre Pura

-Cuando termines de leerlo, asegúrate de decir: "Desaparece".

-¿Por qué el contenido del libro está oculto? –preguntó Hermione, contrariada.

-Lo escribió un miembro de la familia Malfoy hace casi mil años. Es un libro muy especial, su idioma depende de quién lo quiera leer. Lleva aquí mucho tiempo, esperando a que alguien que realmente lo necesite venga por él.

-¿Por qué cree usted que soy yo quien lo necesita?

-Puedo ver cosas que otros no ven, muchacha –dijo la mujer en un tono de voz que recordaba a la profesora Trelawnley-. Eres hija de muggles, y la elegida para acabar con un cruel sacrificio. Este libro te será más útil de lo que tú puedes imaginar.

Hermione pensó por un momento que lo único que pretendía la mujer era vender el libro, pero lo compró de todos modos, podría ser interesante.

OOOOOO

Les contó a Harry, Ron y a Ginny lo que le había dicho la mujer, y éstos la miraron extrañados.

-No sería raro que dijera la verdad –dijo Harry-. Teniendo en cuenta las cosas que nos pasan…

-Te pasan a ti, Harry, no a nosotros –replicó Ron-. De todos modos, yo creo que esa mujer lo que quiere es vender todo lo que pueda, aunque para eso tenga que inventarse esas historias.

-Sí, eso mismo pensaba yo –asintió Hermione-. Pero, ¿cómo sabía que era hija de muggles? ¿Y por qué el libro está hechizado? Su contenido debe ser muy importante.

-Sea lo que sea, nos lo cuentas cuando lo leas –dijo Ron, al ver que el libro era el más gordo que había visto en su vida.

-¿Qué pasa, piensas que si te lo intentas leer te morirás del aburrimiento? –se burló Ginny, haciendo enrojecer a su hermano.

OOOOO

Hermione pasó los dos días siguientes hospedada en el Caldero Chorreante con sus padres.

Al tercer día fue al Andén 9 ¾, donde tomaría el tren que la llevaría a Hogwarts.

La chica paseó la mirada entre los estudiantes, buscando a sus amigos, pero a quien vio fue a Draco Malfoy, que la miraba de forma extraña, no con su habitual mueca de desprecio. De otro modo.

El viaje en el Expreso de Hogwarts fue muy agradable. Al principio Hermione estuvo viendo jugar al ajedrez mágico a Ron y a Harry (por una vez fue Harry el que ganó), luego se puso a leer el libro que compró en la tienda de antigüedades.

-¿Cómo lo llevas? –preguntó Ron.

-Apenas lo he empezado. Estos días he estado aprendiéndome los libros de la escuela.

Ron hizo una mueca.

-No sé por qué vas a Hogwarts, no te hace falta.

Hermione no sabía si sonrojarse o enfadarse. En su lugar, sugirió que ella y Ron fueran al compartimento de los Prefectos.

Ve tú primero, quiero acabar esta partida –dijo Ron, mientras un caballo de Harry era devorado por uno de los peones del pelirrojo.

Hermione fue con los Prefectos. Tuvo que sentarse en un compartimento con los de Slytherin, los demás estaban llenos.

-¿Dónde está tu amiguito Weasley, Granger? –le preguntó Pansy Parkinson, cuando Hermione se sentó delante suya.

-Estará con Potter, ¿no? –adivinó Draco-. Seguro que prefiere estar con él que con la sangre sucia.

-¿Qué tal tu padre, Malfoy? ¿Se divierte en Azkaban? –inquirió Ron, entrando en el compartimento.

Hermione y Ron estuvieron hablando un rato. La chica intentaba parecer normal, pero lo cierto era que una sensación extraña la invadía cada vez que pensaba en las cosas que le habían ocurrido recientemente. Además, Draco Malfoy no paraba de mirarla con sus ojos grises, lo cual la ponía aún más nerviosa.

Un rato después, Ron y Hermione salieron del compartimento para vigilar si todo iba bien.

Cuando pasaban por delante de un compartimento, oyeron un grito.

-¿Qué pasa? –preguntó Ron, alarmado. Hermione sacó la varita y abrió la puerta.

-¿Neville? –Hermione lo miró, desconcertada.

Estaba mucho más alto y delgado, y llevaba aparato en los dientes.

-¿Por qué gritabas?

-Ah… Es Trevor, no está en su caja –informó el chico-. ¿Lo habéis visto?

-¿Lo has vuelto a perder? –preguntó Ron, incrédulo.

-Como en primero –susurró Hermione, sonriendo por el recuerdo.

Ayudaron a Neville a buscar a su sapo, y así estuvieron todo el viaje hasta que el tren se detuvo. Después, todos los alumnos montaron en los carruajes tirados por los thestrals, camino a Hogwarts.

-¡Neville! –gritó Luna Lovegood mientras los chicos entraban en el castillo, empapados hasta los huesos.

Al oír su nombre, Neville se paró bruscamente, pero lo hizo en un mal lugar, ya que estaba pasando sobre un gran charco. El chico resbaló y cayó al suelo, mojándose la túnica y salpicando a los que pasaban a su alrededor.

-¿Estás bien? –preguntó Luna ayudándole a levantarse.

-S-sí, gracias –balbuceó, completamente rojo.

-¿Es éste tu sapo? –inquirió la chica quitándose el gorro y sacando un sapo gordo y viejo.

-¡Trevor! –exclamó Neville-. Sí, es mío. Gracias.

-De nada –contestó Luna, entregándole al sapo.

OOOOO

La mesa de los profesores estaba igual que el año anterior. Parecía que la maldición que había sobre el puesto de Defensa Contra las Artes Oscuras se había roto, ya que la profesora Naoko Katsura hacía su segundo año en la escuela.

-Harry –dijo Hermione-, este año deberás sacar mejores notas, sobretodo en Pociones, si quieres ir a la Escuela de Aurores. Y tú también, Ron.

-Hermione, nos has dicho lo mismo cien veces –replicó el pelirrojo-. ¿Por qué no nos dejas en paz y te preocupas por seguir los pasos de Percy, el "Prefecto Perfecto"?

-Muy gracioso, Ronald.

-¿Gracioso? Es la verdad, tú y Percy tenéis la misma ambición: llegar a ser Ministro de Magia.

-Te equivocas, yo me conformo tener un buen puesto en el Ministerio.

-¿Para qué, para darles a los elfos domésticos un sueldo?

-Entre otras cosas –asintió Hermione-. También me gustaría acabar con la discriminación de los muggles y magos hijos de muggles.

-Lo dicho, quieres llegar a ser Ministra de Magia.

Hermione iba a responder cuando los alumnos de primer curso entraron en el Gran Comedor listos para ser seleccionados.

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OOOOO

Hola! Como prometí, este capítulo es mucho más largo. Espero q os haya gustado.

Gracias por los reviews, me hicieron muy feliz!! (aunq sean pocos TOT). Gracias a Nita, Asora y Miyu. Elyon, sigues sin poder mandar reviews??

He estado calculando, y me salen unos 12 capitulos. Aaaagh! Tengo ganas d publicarlos todos!!!!! Pero primero tengo q escribirlos :P

Uggh, me duele la mano d escribir, así q mejor lo dejo ya.

Reviews, pliss! Se aceptan críticas constructivas. (Q pesada soy…)

BYE!!!