Cap 1

Preguntas sin respuestas

Para saber si una amistad esta forjada por un hilo resistente como es el de el cariño, para saber si un amor es verdadero, para saber si estas en el lugar elegido...

El buscaba en libros estas preguntas, preguntas que no se pueden responder con simples palabras, respuestas que son inexplicables, sensaciones que solo las puede sentir uno mismo.

No sabía porque insistía buscar respuestas a lo imposible, ya, después de un tiempo habia caído en los brazos de la desesperación, buscaba inconscientemente en el nido del saber escrito en el seno de la sabiduría, buscaba en su santuario, buscaba en la biblioteca.

Solo con ver las estanterías llenas de libros que habia leído infinitas veces se le aligeraba el peso del estomago que llevaba a cuestas por todos los lugares, y que veía que jamás se iba a deshacer de ello.

Solo se olvidaba de sus grandes problemas, y a la vez tan estúpidos a ojos de los demás cuando dormía, cuando descansaba en su cama que ya ni siquiera le daba comodidad, que ya no sentía la calidez que le proporcionaban las sabanas todas las noches. Solo se olvidaba de ellos cuando caía en el subconsciente, cuando leía, cuando se introducía en cada palabra de un libro, cuando sentía los labios candentes del personaje besando a su amado, imaginándose que le besaba a él.

Maldita sea, amaba a un personaje que no existía, amaba a un héroe que estaba en su mente, amaba a un ser rondaba en su cabeza, que estaba muerto, o peor, que jamás ha existido.

Amaba a Harry Potter.

¿Como comenzó esta historia? ¿Cómo empezó a caer en su demencia? ¿Cómo creyó haberse enamorado de él?

Parece un poco tonto, pero comenzó con un libro, si, con esas paginas que se reúnen entre dos tapas de cartón, porque a simple vista es eso.

Pero para el no, para él ese libro le enseñó a escribir, le enseño a llorar, le enseñó a sentir, aprendió a valorar las minucias de este mundo que la mayoría de las personas no aprecian.

Todas las noches soñaba con las historias inventadas por él, en la que siempre, él era el protagonista junto con el héroe que amaba con cada partícula de su ser.

¡Pobre iluso! Hasta él sabia que no existía tal mundo con magia, sabia que no existía el amor con toda la intensidad que escribía en cada historia.

Y eso le hacia sentir rabia, aunque, como se dijo antes él era un iluso y creía en la existencia de la magia.

Una y otra vez leía y escribía, lloraba y amaba con mas fuerza.

Una noche, como otra cualquiera estaba abriendo sus sentimientos como de buena gana podía; escribiendo.

Nunca pensó en publicar ninguna de sus historias, las veía demasiado personal para que las leyese otra persona, pues expresaba los acontecimientos de una manera que el único que lo podría entender era el.

Fueron muchas las horas, no sabía decir cuantas las que estuvo escribiendo cosas sin sentido hasta que sus padres decidieron irse a dormir pues Morfeo les llamaba.

El se quedo bastante rato mas hasta que el dolor de cabeza se le hizo inaguantable, un dolor tan fuerte que el habría pensado estar muerto si no hubiese sido porque cayo al suelo inconsciente retorciéndose de dolor y gritando; ya no sabia que es lo que hacia su cuerpo, el esta demasiado ocupado en su dolor.

De repente empezó a dar vueltas a una velocidad de vértigo, o eso creía que le ocurría, los colores de sus objetos, de sus libros se mezclaban formando un color grisáceo.

Así estuvo durante muchas horas, hasta que despertó Draco Malfoy.