Hola!! ¡Dios mío! ¡Cuantos reviews! Oo ¡Estoy contentísima, aunque el mérito de los dos primeros capítulos son de Meggy Potter nn

Bueno, y ya estamos en el tercer capítulo, que conste que este capítulo es mío, lo he inventado yo. Espero que os guste. Aunque desde luego cuando anoche le enseñé parte a Alym le encantó, se puso como loca jaja

Pues chica, por ti! Gracias a tu ayuda y apoyo es por lo que ahora mismo puedo publicar esta historia, por que tú fuiste la que me animaste a ello, un besazo!! Este capítulo también es para ti!!

Por cierto, no os podréis quejar de mi ritmo de actualización ¿eh? jeje Intentaré seguir así, pero no prometo nada nn

Ale, ahora a leer, y si queréis un capítulo más ya sabéis, ¡¡review!!

Capítulo 3: El Secuestro

" ¡Harold, date prisa, el príncipe Oliver está a punto de llegar! " Le dijo la reina Lily a su hijo, mientras golpeaba en la puerta de su alcoba.

" ¡Ya voy madre! ¡Sólo un minuto! " Pidió Harold desde su habitación.

" ¡Eso mismo dijiste hace diez! Hijo, entiendo que no te quieras casar con él, pero retrasar su visita no resolverá nada " explicó Lily con un poco de lástima hacia su niño.

La puerta se abrió, dejando ver a un Harold realmente bello. Lily se quedó sin palabras. Su hijo estaba guapísimo, su bebé... había crecido tanto... Harold miró a su madre, sin entender por qué se le había quedado mirando fijamente, sin decir nada. Un pensamiento súbito le vino a la mente y miró a sus propias ropas. Llevaba puesto una camisa azul oscuro, con un corte de escote que le llegaba hasta la mitad del pecho y que se unía con un cordón de plata. Las mangas eran muy largas (le sobre pasaban un poco las manos), pero eran fluidas y tenían un corte en un lado, desde el hombro, provocando que cada vez que levantaba la mano le dejara el brazo al descubierto. También llevaba un pantalón ajustado de color negro, con bordados plateados y dorados a los lados y unas botas de piel de dragón muy elegantes. Completaba su atuendo una capa de seda granate con el símbolo de Gryffindor bordado en ella y su corona de príncipe en la cabeza.

No entendiendo el por qué de la quietud de su madre, Harold le miró a los ojos.

" Madre, ¿ocurre algo? ¿Quizá no te agradan estas ropas? " Dicha pregunta saco a Lily de su ensoñación.

" ... ¿eh? No, no, es sólo que... estás muy guapo " respondió mirándole con cariño y con... ¿tristeza?

" ...gracias... " agradeció el príncipe ruborizándose.

' Todavía es muy inocente ' pensó la reina esbozando una sonrisa. " Bueno vamos, el príncipe Oliver estará a punto de llegar"

Tras este comentario Harold siguió a su madre hacia la entrada del palacio, sin que ella se percatase de la solitaria lágrima que corría por la mejilla de su hijo.

" Dragón, ¿estás seguro de qué funcionará? " Cuestionó Pansy, pero al recibir una fría mirada de este rápidamente agregó " ¡no es que no confíe en ti! ¡Ni mucho menos! Es solo que... el palacio de Gryffindor es conocido por su seguridad y grandeza... "

" Tranquila, tengo un aliado de confianza ahí dentro " contestó el Dragón Enmascarado mirando el palacio desde atrás de unos árboles.

Desde su escondite podía ver el ajetreo que reinaba en el lugar: sirvientes corriendo de arriba a abajo, el ejército real haciendo pruebas de última hora, jardineros añadiendo unos toques al jardín, mayordomos colocando una enorme alfombra de terciopelo rojo ante la entrada principal... En otras circunstancias tanto movimiento le abría preocupado, pero hoy no. Gracias a su espía en el palacio sabía desde hace unos días que el príncipe Oliver de Alderan venía de visita. Al parecer había pedido en matrimonio al joven heredero de Gryffindor. Pero Dragón no se lo pondría tan fácil. Oh no... pensaba raptar al príncipe ante sus mismas narices, para que aprendiera quién mandaba aquí. Tenía sus propios planes para Harold...

Y entonces lo vio.

Allí, a la entrada principal, entre sus padres, se hallaba el joven príncipe.

Dragón contuvo la respiración. La belleza y nobleza del heredero de Gryffindor era legendarias, a lo largo de los años centenares de nobles y reyes habían ido exclusivamente para ver a esa criatura de gran hermosura.

Pero las historias no le hacían justicia.

Era más hermoso de lo que había imaginado... de pronto pensó que el plan le gustaba más de lo que había pensado en un principio.

Realmente iba a disfrutar con esto.

Se lamió los labios, sin poder dejar de observar al objeto de su deseo.

No tendría que tardar mucho, el príncipe de Alderan llegaría enseguida, entonces, él, Pansy y Ron se harían pasar por los criados personales de la familia real de dicho reino, se colarían en el castillo y raptarían a Harold. Si... era un plan perfecto, cuidado hasta el más mínimo detalle, con todos sus pros y sus contras analizados, nada podría salir mal. No por nada era el ladrón más temido de los cinco reinos.

Unos ruidos de trompetas le sacaron de sus pensamientos. Estas anunciaban la llegada de la familia real de Alderan.

Y no por nada sonaban, de hecho, el carruaje real ya estaba entrando a los jardines del castillo.

Izo una seña a sus compañeros y se acercaron sigilosamente a la zona.

Perfecto.

El plan había empezado.

Harry esta visiblemente nervioso. A pesar de los esfuerzos que hacía para que no se le notara no podía evitarlo. Era un libro abierto. Pero es que no era para menos, el hombre con el que se iba a encontrar en unos momentos era su futuro marido, la persona con la que compartiría el resto de su vida.

El rey James sabía perfectamente lo que pasaba por la mente de su hijo y no pudo evitar sentirse culpable. Él había aceptado la propuesta, y de verdad que le dolía en el alma tener que entregar así a su niño, pero no tenía alternativa.

Lo único que podía hacer ahora era infundirle ánimos, por lo que colocó su mano izquierda en el hombro de este. Harry dio un respingo y miró a su padre a los ojos. Lo que vio en ellos le tranquilizó más que mil palabras; vio comprensión, tristeza y... ¿orgullo?

Fue este último sentimiento lo que más le llamó la atención, ya que normalmente, hiciera lo que hiciera, y por muy bien que estuviera (ey! Rima y todo jaja xD) su padre nunca le dirigía ningún signo de sentirse orgulloso, es más, simplemente le decía que ' podía hacerlo mejor ', ni siquiera le miraba a la cara.

Sin poder evitarlo, los ojos se le llenaron de lágrimas.

Al fin, al fin había conseguido que su padre se sintiera orgulloso de él. Por eso había aceptado el compromiso, como un intento desesperado de llamar su atención.

Eso era.

Eso era lo que había ansiado desde que tenía uso de razón.

Desde niño lo había tenido todo. Todos los juguetes, todos los lujos, todas las comidas, todas las ropas... todo. Todo lo que cualquier niño podría desear.

Todo, excepto el cariño de su padre.

Desde que tenía memoria todo lo que había hecho era un desesperado intento por captar la atención de su padre, por impresionarlo.

Por desviar su mirada de los asuntos reales y que por un segundo, solo por un segundo, le mirara a los ojos y reconociera su presencia.

Por eso, por ver esa mirada en los ojos de su padre, había seguido sus pasos al pie de la letra. Había hecho todo lo que él le había ordenado, lo que todos esperaban del heredero de James Potter.

Porque eso era lo que era.

SU heredero.

No Harold, eso no existía, sino el heredero de James Potter.

Y se había esforzado, de verdad que lo había hecho. Todo lo que hacía, todos sus movimientos decían a gritos ' ¡eh! ¡Estoy aquí! ¿Puedes verme? ¡Soy tu hijo! ¿Puedes ver esto? Lo he hecho por ti... '

Pero no había habido manera... No.

Por eso era que ahora, al ver la mirada tan ansiada en esos ojos, le asaltaban las lágrimas.

Pero no debía llorar.

Un príncipe no llora.

Un príncipe era fuerte.

Pero es que... la había deseado tanto tiempo...

De pronto, el sonido de las trompetas reales sacaron a Harold de sus pensamientos.

Dios... por un momento se había olvidado de su situación.

Pues bien, pensaba afrontarla con la cabeza bien alta. Esa mirada en los ojos de su padre le había despejado todas sus dudas. Al fin lo había encontrado. Esta era la forma de hacer a James Potter orgulloso de él, y no iba a desperdiciarla.

El elegante carruaje se detuvo a unos cuantos metros delante de ellos, justo al inicio de la enorme alfombra. La puerta fue abierta por un joven mayordomo de pelo rojo que le resultaba vagamente familiar... Entonces un hombre de unos cuarenta años, fornido, de pelo castaño y lacio y ojos marrones, vestido elegantemente y con una ostentosa corona de oro repleta de joyas sobre la cabeza, salió del carruaje, se trataba del rey Rúbian Aliser Wood, rey de Alderan. Seguidamente, extendió la mano para ayudar a su esposa, la reina Miriam Difalham Wood. Era una mujer de unos treinta y siete años, delgada, de pelo ondulado y castaño y si bien no era lo que se dice exactamente hermosa, su porte transmitía una decisión, orgullo y nobleza que la hacían ciertamente atractiva. Tras ella surgió un hombre de veinte años, ahí fue cuando Harold contuvo la respiración.

El joven era muy alto, delgado pero con músculos, seguramente por los entrenamientos de esgrima, tenía el pelo lacio y castaño, sus ojos eran de un azul profundo como el mar, como los de su madre. Se trataba del príncipe Oliver Thomas Wood, el heredero de Alderan.

Oliver alzó la mirada y miró a Harold a los ojos.

En ese momento Harold sintió un escalofrío.

Estaba aterrado.

Y no era de extrañar, ya que nunca antes había estado con nadie. Y ese hombre iba a ser el único que conociera... (ya me entendéis jejeje pensad mal y acertareis xD)

Oliver sonrió, mostrando sus perfectos dientes. Entonces, la familia real de Alderan fue caminando por la preciosa alfombra hacia los otros monarcas. Los guardias reales de Gryffindor levantaban sus lanzas a su paso, mientras de fondo se oían las trompetas. La voz de un hombre anunció a los visitantes justo cuando estos llegaban ante Harold y sus padres.

Todos hicieron una leve inclinación y James se adelantó dos pasos para exclamar:

" Bienvenidos seáis a mi reino, sus majestades. "

" Muchas gracias majestad, es todo un honor. " contestó el rey de Alderan " Permítanme presentaros a mi esposa, la reina Miriam Difalham Wood de Alderian y a mi hijo, Oliver Thomas Wood de Alderian. " Cada vez que presentaba a uno de los dos estos hacían una pequeña inclinación.

" Encantado de conoceros. Ahora, tengo el placer de presentaros a mi esposa Lilian Liflénn Potter de Gryffindor (reverencia) y a mi hijo, Harold James Potter de Gryffindor. " Harry hizo una pequeña reverencia, sin mirar a nadie en particular.

Una vez hechas las presentaciones como mandaba el real protocolo, procedieron a dar un paseo por el jardín. Estuvieron andando entre las flores durante dos horas, paseo en el que hablaron todos menos Harry, ya que él no dijo ni una palabra ni miró a Oliver en ningún momento.

Fue entonces, que Lily tuvo una gran idea.

" Disculpen, pero ¿por qué no dejamos a nuestros hijos a solas para que se conozcan mejor? Después de todo, son ellos los que van a contraer matrimonio. " Harold le echó a su madre una mirada asesina y ella sonrió apologéticamente.

" Me parece una excelente idea Lilian, James ¿qué le parece si mientras nosotros vamos mirando esos tratados de alianza? " Sugirió el rey Rúbian.

" Me parece excelente " respondió " Bien chicos, pórtense bien, en una hora enviaré a alguien para que os retiréis a asearos un poco para la comida, nuestros invitados deben estar ansiosos " aclaró James, esto último mirando con una sonrisa al otro rey.

" Si, padre " aceptó Harry.

Dicho esto, los reyes se fueron rumbo al interior del palacio y ellos se quedaron solos. Llevaban un buen rato en silencio, en el que Harold le dedicaba su atención a las rosas. Cansado de esto, Oliver se acercó silenciosamente y le susurró al oído.

" ¿Te gustan las rosas? "

Harold dio un respingo "... s-si... "

" ¿De qué color? " Volvió a susurrar, acercándose cada vez más.

" ... blan... blancas... " Harry maldijo su falta de elocuencia, ¿pero qué le pasaba? Hacía apenas unas horas estaba decidido a que todo marchara perfectamente, entonces... ¿por qué le costaba hablar claro? Ciertamente la cercanía del príncipe le ponía nervioso.

" Yo prefiero las rojas... " volvió a susurrar. A este punto, Oliver ya estaba lo más cerca posible a Harold (por la espalda) "... significan... pasión " acto seguido le dio un mordisquito en la oreja. A lo que Harry se sobresaltó e intentó apartarse, pero Oliver fue más rápido cogiéndole fuertemente por la estrecha cintura, evitando que se alejara.

" ¿Qué ocurre? " Volvió a susurrar, esta vez cerca de su cuello, haciéndole cosquillas " ¿me tienes miedo? "

" ... n-no... es... es solo que... uh... yo... " Harry estaba muy sonrojado y asustado. Esto era lo más cerca que había estado con alguien (sin contar a su madre nn)

" ¿O es que acaso...? " Pequeña succión en el cuello "¿... te excita? "

" ...uh... " Harry no sabía que hacer. El príncipe le estaba provocando sensaciones que nunca antes había sentido, pero a la vez tenía miedo. Mucho miedo.

Comenzó a temblar.

" ¿Qué ocurre? " Preguntó el príncipe al notar el temblor del joven que tenía en brazos " ¿tienes frío? " sonrió ante un pensamiento " no te preocupes, yo te calentaré... "

Entonces asió la barbilla de Harry con una mano y le besó, mientras que con la otra le seguía sujetando por la cintura.

Movió sus labios, lamiendo los del joven. Harry estaba con los ojos como platos. Quería que parase, decirle que iba demasiado rápido, que se acababan de conocer. Pero estaba demasiado asustado como para moverse. Oliver le mordió el labio inferior, a lo que Harold abrió la boca por el dolor, momento que el otro aprovechó para meter su lengua. Nuestro joven príncipe no sabía que hacer. No podía moverse.

De repente, notó como la mano que estaba en su cintura le acariciaba para, acto seguido, descender...

Pegó un respingo cuando esa mano se posó en su trasero, y cuando esta comenzó a masajearlo.

De verdad que estaba asustado. No. Asustado no era la palabra.

Aterrado.

Sí.

Eso es lo que estaba. Estaba aterrado.

Los ojos se le llenaban de lágrimas por momentos. Si esto es lo que pasaba en su primer encuentro, en medio del jardín, donde cualquiera podría verles... no quería ni pensar en lo que pasaría nada más estuvieran a solas en una habitación...

De pronto se oyó un débil " ejem, ejem "

Oliver dejó de besarle y se giró.

El sonido había venido de un muchacho delgado y de pelo oscuro.

" Disculpen, sus altezas, pero su majestad la reina Lilian me ha enviado para comunicarles que en un momento estará la comida " les informó con una profunda reverencia " ella desea que se dirijan a sus aposentos y se preparen para el banquete "

" Por supuesto... " Oliver le dio una última mirada a Harold, le pasó la lengua por su cuello y le soltó. " Terminaremos en otro momento nuestra... conversación, mi príncipe " dijo recalcando el mi " ha sido un verdadero placer " Y dicho esto se dio la vuelta y se encaminó al palacio.

Harry no se había movido en ningún momento, seguía con la vista fija en el suelo y con el rostro más pálido de lo normal.

" Alteza, le ruego me acompañe " le dijo el sirviente haciendo un ademán de irse. Pero Harold no se movía. " Por favor alteza, todos le esperan "

Harold seguía sin moverse. Por lo que el sirviente se preocupó y se atrevió a acercarse, eso sí, lentamente. Sabía que le podían colgar por ello.

Cuando estaba lo bastante cerca, colocó sus manos sobre las mejillas del joven heredero e hizo que este le mirara a los ojos

" Alteza, por favor " susurró con un tono dulce.

Harry tenía la mirada vacía, como hipnotizada; pero al ver los ojos del otro los suyos cobraron vida.

Estaba cautivado. Cautivado por esos ojos.

Eran grises. Pero no un gris opaco y vulgar. No. Se trataba de un gris con diferentes tonos de intensidad a lo largo de todo el iris, con brillos azulados, un gris despierto y brillante, repleto de esperanzas y sueños.

Un gris único.

" Alteza, ¿me ha oído? " Esto sacó al príncipe de su ensimismamiento, y al ver lo cerca que estaba del sirviente, y la posición en la que se encontraban, se alejó inmediatamente.

Después de lo ocurrido con el príncipe Oliver..., ' su prometido ', estar ten cerca de alguien le ponía muy nervioso. Aunque, extrañamente, el estar junto al sirviente le tranquilizaba, no sabía por qué, pero sentía una especie de seguridad infundada... a lo mejor era por sus ojos.

Si, definitivamente eran unos ojos preciosos.

" Le suplico que me disculpe, su alteza, no era mi intención asustaros, pero... no os movíais ni hablabais y... " suspiró "... tan sólo quería saber si estabais bien " explicó mientras se pasaba una mano por el pelo.

Harold se le quedó mirando fijamente " Estoy bien, gracias "

" En ese caso, alteza, si es tan amable de seguirme... " el sirviente se dio la vuelta y comenzó a caminar, seguido por el príncipe.

" No me suena haberte visto antes "

" No me extraña, aquí hay muchos sirvientes "

" Cierto " El joven de ojos grises sonrió internamente, ¡uf! Había estado cerca...

" ¿Cómo te llamas? " Preguntó Harry, intentando averiguar más. Tenía mucha curiosidad.

" Mask Gonard para servirle, señor "

" ¿Mask Gonard? Ese sí que es un nombre extraño " dijo con un ligero tono divertido en la voz.

" En realidad no es mi verdadero nombre " mientras decía esto, habían llegado a un extremo del jardín. Pero como Harold estaba sumergido en la conversación no se percató ni de hacía dónde iban ni de que, extrañamente, no había ningún guardia a la vista.

" Es un nombre inventado " se detuvieron cerca de unos árboles.

" ¿Y eso? ¿Cuál es tu verdadero nombre? " Harry no podía apartar la vista de los plateados ojos.

Con un rápido movimiento, Mask se arrancó la negra peluca, revelando un pelo rubio platinado y se puso una máscara negra con el dibujo de un dragón en ella.

" Dragón Enmascarado "

" ...No... " El joven heredero de Gryffindor estaba a punto de gritar cuando unas cuantas personas emergieron de los árboles, le cogieron y le taparon la boca.

" ¡Mmm! ¡¡Mmm!! "

" Si te portas bien y te estas quieto no te haremos daño, no es... nuestra intención precisamente " Dragón se pasó la lengua por los labios.

Pero Harold no se rindió, y continuó esforzándose contra su apresor, quien de un golpe le dejó inconsciente y se lo cargó al hombro.

Mientras penetraban al bosque, el rubio le dijo al pelirrojo portador del ojiverde: " Muy bien hecho Ron, amigo mío. La ayuda de tu hermana ha sido indispensable "

Y riendo siguieron caminando hacia el carruaje que les esperaba al otro lado para la huida. Había sido fácil. Muy fácil.

La primera parte del plan había sido todo un éxito.