Capítulo 7: Búsqueda

Llevaba tres horas caminando cuando, al fin, consiguió salir del bosque. Se inclinó levemente para recuperar la respiración por completo.

Aún no creía que hubiera podido salir del escondite del Dragón Enmascarado...

Era cierto que la mayoría de los seguidores del rubio estaban en la reunión que este había convocado, pero aún así, había algunos guardias apostados en lugares estratégicos, tanto dentro de la guarida, como por el bosque, en un radio de unos tres kilómetros. Por lo que había tenido que ir con sumo cuidado, no solo dentro del escondite, si no en el bosque en el que se encontraba.

Y por fin había logrado salir.

Ahora lo que tenía que hacer era encontrar una ciudad siendo visto lo menos posible y ver la forma de volver a su reino.

Alzó la mirada y divisó una enorme ciudad amurallada, cuya retaguardia estaba protegida por una gran montaña, y en cuya falda se asentaba un enorme castillo de estilo gótico.

Viendo allí la salvación a sus problemas, corrió hacia la ciudad con energías renovadas, siempre cuidando que no le siguieran y borrando todo indicio visible de que había pasado por allí.

Al fin llegó ante las puertas de la ciudad. Estaba exhausto y solo pensaba en descansar, pero...

Oh oh... problemas.

Cuatro guardias de aspecto temible custodiaban la entrada, observando a todo aquel que pasaba y preguntando a la gente, de vez en cuando, qué les traía por allí.

Harry se acercó con cautela a un carro que marchaba hacia las puertas lentamente y aprovechó que nadie le veía para meterse dentro de este, escondiéndose entre la paja y el heno.

Por suerte, lo único que los guardias hicieron cuando le llegó el turno de pasar, fue saludar al dueño del carro y bromear sobre algo, por lo visto eran conocidos...

Menos mal.

Una vez dentro, Harold aprovechó que el carro pasó junto a un callejón para saltar e internarse en este.

Al final de la calleja pudo ver unas cuerdas de las que los habitantes de las viviendas cercanas habían colgado capas sencillas de viaje.

Harry sonrió.

Perfecto.

Vigiló que no hubiera nadie a la vista y se aproximó al tenderete. Extendió la mano y agarró una desgastada capa de un color que parecía ser marrón. Se la colocó y observó con satisfacción que le cubría a la perfección. Desde la cabeza hasta los pies.

Muy bien.

Ahora el siguiente paso era averiguar dónde estaba... y encontrar la manera de volver a su reino.

Se asomó por la salida del callejón, a una de, al parecer, las calles principales, pues el mercado estaba apostado allí y había mucha gente alrededor de las distintas paradas.

Se abrochó bien la capa y se aseguró de que la capucha le cubría la cara por completo. Había que tener en cuenta que sus facciones no eran muy comunes que digamos, y si a eso le añadíamos el color verde-esmeralda de sus ojos...

Digamos que no pasaría desapercibido si se le llegaba a ver el rostro.

Salió del callejón y se internó en el mercado, mezclándose con la gente.

Una cosa que le llamó la atención fue que, si te fijabas bien, había dos tipos de personas... Unas que portaban unos extraños tatuajes, con forma de una serpiente enrollada en un bastón en el centro de la frente, vestidos con ropas elegantes y caras; y otras vestidas con sucios harapos, el pelo enmarañado y sucio y cestas de la compra.

Si mal no recordaba, según había estudiado hace unos meses, en los otros cuatro reinos era perfectamente normal que los nobles tuvieran tatuados en la frente un símbolo, para que se les reconociera como tales, mientras que los plebeyos no. Gryffindor, por ejemplo, se oponía a este tipo de tradiciones, puesto que la consideraba injusta y discriminadora. Vale que los nobles tuvieran más privilegios que los plebeyos, contra eso no podía hacer nada, pero no tenían por qué restregarlo en la cara... O al menos así pensaba Harry.

Se volvió a acomodar la capa, procurando que no se le levantara ni se le viera la vestimenta.

A medida que avanzaba iba mirando los variados puestos de mercado, mientras pensaba cómo volver a su casa... ¿y si iba al castillo de aquella ciudad y pedía ayuda?

Pero espera un momento...

Oh, claro... primero tenía que averiguar dónde estaba y, según el territorio fuera amigo o enemigo, obrar en consecuencia.

Siguió andando un rato más, parecía que el mercado nunca se acabara...

Entonces lo vio.

Allí, en una pared entre un puesto de verduras y otro de pociones había colgado un cartel bastante grande en el que estaba escrito con elegantes letras plateadas el siguiente mensaje:

"Por orden de Su Majestad el rey de Slytherin, se prohíbe portar la capa de viaje dentro de la ciudad antes de la puesta del sol.

Todo aquel que desobedezca esta Orden será arrestado. "

Harry se quedó de piedra.

No podía ser.

No podía tener tan mala suerte.

......

...Slytherin...

¡Estaba en Slytherin!

En un oscuro castillo, en el enorme Salón del Trono, se hallaban hablando dos personas que, por el tono que utilizaban, debía de ser muy importante...

" Esto es muy serio. ¿Estás seguro de lo que estás haciendo? " Preguntó un hombre con una extraña voz aguda.

" Completamente. Si no lo estuviera no te habría pedido que invadieras la frontera de Ravenclaw. " Contestó una voz de hombre joven, pero con un ligero tono malicioso en la voz.

" Cierto, hijo mío "

" Hacía tiempo que no me llamabas así "

" ¿Te molesta? "

" En absoluto "

" Por cierto, hacía bastante que te quería preguntar algo... ¿Por qué tanto empeño en ese príncipe? ¿Qué tiene de especial el joven Harold de Gryffindor como para pedirme iniciar una guerra para poder casarte con él? " Preguntó el mayor levantando una ceja.

" Bueno, ya sabes que es muy hermoso... "

" Si, lo sé. Su fama le precede, pero siempre has estado rodeado de jóvenes preciosas/os y nunca has mostrado el más mínimo interés... ¿Qué hace tan especial a este joven? "

" Sabía que a ti no podría engañarte... jajaja " Oliver se apartó un mechón de pelo de los ojos " Verás padre, resulta que el ' príncipe Harold James Potter de Gryffindor ' es no sólo el único heredero de un enorme reino, como ya sabes, si no que ostenta un enorme y maravilloso poder. " Sonrió.

Tom alzó una ceja.

Entonces todo le cuadró.

Abrió mucho los ojos.

"... ¿Crees que él...? "

" Exacto "

"... Pero... ¿estás seguro? ¿Seguro que es él? "

" No hay duda alguna "

" ¿Puede ser...? "

" Lianson "

De vuelta con Harry...

Harold seguía mirando el cartel sin moverse.

No podía creerlo.

¿Por qué justamente Slytherin?

¿Por qué no Hufflepuff o Ravenclaw... o incluso Alderan?

¿¿Por qué Slytherin??

" ¡¡Ey tú!! " Harold se sobresaltó y vio como tres guardias se acercaban a él.

Entonces reaccionó y hizo lo único que se le ocurrió.

Correr.

Corrió por todas las calles que encontró, con los guardias pisándole los talones. Por suerte él era muy rápido y pronto los dejó atrás.

Ahora caminaba por una calle interior, en la que apenas había gente a la vista y en la que los balcones de las casas estaban repletos de extrañas pinturas...

La verdad era que Slytherin no era como él creía. Siempre le habían dicho que era un reino árido y desolador, lleno de gente cruel y mezquina, siempre envuelto en oscuridad y sumergido en tinieblas...

Pero no era cierto.

O al menos no lo que había visto hasta ahora.

Hasta el momento, Slytherin le había parecido un reino más o menos normal, con gente comprado en el mercado, niños jugando por las calles, el sol bañando cada rincón de estas... Y otra cosa que le llamó mucho la atención fue que... no había signos de que se estuvieran preparando para la guerra... De hecho, si no supiera lo contrario diría que no habría tal guerra... extraño...

De hecho, si no hubiera encontrado aquel cartel, jamás habría dicho que estaba en el reino de la serpiente...

Ahora que lo recordaba, en una de sus clases de historia había estudiado los cinco reinos... y si no recordaba mal, Slytherin... si, Slytherin era conocido como el reino de la serpiente porque era sabido por todos que su rey, Tom Sorvolo Ryddle, podía hablar con estas... y también era conocido que no tenía descendencia, y que el siguiente en la línea de sucesión al trono, su heredero, era Draconis Malfoy, el hijo del noble Lucius Malfoy, quien era la mano derecha y consejero del rey.

" ¡¡Te cogí!! " De repente Harry se vio apresado por los guardias que antes le perseguían.

" ¿¿Es qué no has visto el cartel con la Orden de Su Majestad?? " Exclamó el guardia que parecía ser el jefe, mientras los otros dos le cogían cada uno de un brazo para evitar que escapara otra vez.

" ¡¡Vamos!! ¡¡Quítate la capa!! ¡¡Esta prohibido llevarla puesta antes de la puesta del sol!! " Y de un tirón se la arrancaron, a pesar de los intentos del príncipe por lo contrario.

Se produjo un gran silencio, mientras los guardias le miraban, ahora sin capa.

" ¡Identifícate! "

Harry no hizo ningún movimiento.

" ¡¡He dicho que te identifiques!! " Dicho esto le cogió el mentón y se lo levantó, haciendo que Harold le mirara a los ojos.

Se quedó sin palabras ante las delicadas y hermosas facciones del moreno... y, sobre todo, por sus increíbles ojos verdes...

...Los ojos claros no eran muy comunes...

De hecho, solían pertenecer a la realeza y, de vez en cuando, a algunos nobles, siempre que estos fueran descendientes de algún monarca...

Pensando esto, el hombre dedució que el joven debía de ser alguien importante...

Pero entonces... ¿Qué hacía tapado con aquella andrajosa capa? ¿Por qué había huido de ellos?... ¿Se habría... escapado de casa?

" ¿Quién sois vos? " Esta vez se dirigió a él con respeto.

Harold no contestó.

" Vuestro rostro no me suena, ¿sois forastero, verdad? "

Harry siguió sin decir nada.

" Muy bien, señor. Lo siento, pero debemos llevarle ante Su Majestad el rey, tal como dicta la Orden del Libro Oficial número 22 "

" ¿Orden número 22? " Preguntó Harry por primera vez al guardia.

" ¡Hombre! ¡Si sabe hablar! " Comentó con sarcasmo uno de los soldados que le sujetaban, pero se calló rápidamente ante la mirada que le dirigió su jefe.

" Le ruego disculpe las rudezas de mis hombres, señor, no saben comportarse ante la presencia de un caballero " Recalcó las últimas palabras, volviendo a mirar a los otros dos guardias " Como le decía, la Orden número 22: Todo forastero sin identificación deberá ser llevado ante la presencia del rey " Se aclaró la garganta " ¿Tiene usted identificación? "

"... No... "

" Me lo temía " suspiro " en ese caso no tengo opción, ¡vamos soldados! ¡Al castillo! "

Mientras llevaban le llevaban hacia el castillo, Harry pensaba alguna forma de escapar... pro no encontraba ninguna... Estaba en un callejón sin salida... La única opción que le quedaba era inventarse alguna excusa para que le dejasen marchar... aunque dudaba conseguirlo.

" Esto... disculpe pero... no es necesario que me lleve ante su rey... de verdad... yo... yo... solo me he perdido... y... he entrado en la ciudad sin querer... " Vale, una excusa pésima, lo sabía, pero nunca se le había dado bien eso de mentir.

" ¿Sin querer? " El guardia jefe alzó una ceja " Nadie entra sin querer en Salazar, señor. Nuestros guardias custodios de las puertas preguntan a toda persona desconocida qué les trae al lugar y, por supuesto, a usted se lo habrían preguntado si le hubieran visto. Lo que me lleva a suponer, y corríjame si me equivoco, que ha entrado a escondidas " alzó una mano al ver que Harold iba a decir algo y añadió " Sé que no le han visto porque de lo contrario le habrían hecho una identificación, y no la tiene " Harry cerró la boca.

Salazar... ¿de qué le sonaba ese nombre?

...

Harry abrió mucho los ojos. Acababa de recordarlo.

...Oh Dios... ahora sí que estaba perdido...

¡¡Estaba en la capital!!

La capital de Slytherin se llamaba Salazar en honor al primer rey y fundador del reino.

' Muy bien Harry, en menudo lío te has metido... No solo estás en Slytherin, noooooo... ¡¡si no que además estás en la mismísima capital!! ' Harold se pateó mentalmente.

Por supuesto que sabía, y por experiencia propia además, que los reyes vivían en la capital de sus reinos, por eso había tenido la esperanza de poder huir mientras le llevaban a la capital, pero nooo... ¡tenía que estar allí precisamente! ¡De todas las ciudades que había en el maldito reino tenía que entrar justamente en la mismísima capital!

¡Muy bien!

¿Y lo próximo que sería? ¿Provocar la guerra entre los Cinco Reinos?

' Bueno, ahora no puedo hacer nada... ' pensaba mientras entraba por la puerta principal del castillo, pasando el puente de piedra ' que pase lo que tenga que pasar, y entonces veré lo que hago. '

" ¡James Albert Potter! " Exclamó Lily, entrando en el estudio de su marido, quien se encontraba sentado con aire pensativo en su silla tras el escritorio. " ¡Quiero una explicación, y la quiero ahora! "

James miró a su esposa con ojos cansados "... ¿Qué ocurre, Lily? "

" '¿Qué ocurre?' ¿¿Cómo que 'que ocurre'?? ¡James! ¡¡Han raptado a nuestro hijo!! ¡¡Nos han quitado a nuestro niño!! ¡¡Y tú no has hecho ni un movimiento para encontrarle!! " Lily estaba furiosa, y James sabía que no podría ocultarle la verdad por mucho tiempo más...

" Querida, esto no es tan sencillo como parece, hay que tener en cuenta infinidad de factores... no puedo iniciar la búsqueda así como así... " Esto último lo dijo con un deje de burla, pero al instante se arrepintió.

" ¡¡James!! ¡¡Déjate de excusas!! ¡¡El rey de Alderan ya ha ofrecido una recompensa para quien rescate a Harold, e incluso una por la cabeza del Dragón Enmascarado!! ¡¡Hasta ha mandado tropas en su búsqueda!! ¿¿Y qué hemos hecho nosotros que somos sus padres?? ¡¡¡Nada!!! ¡¡¡Absolutamente nada!!! ¡¡¡Quiero que busques a Harold!!! ¡¡¡AHORA!!! " Ante esto James se quedó sin palabras. Siempre había sabido que su esposa tenía mucho carácter, pero nunca pensó que fuera capaz de desprender semejante furia en unas solas frases...

"... Esta bien Lily, no te preocupes, te prometo que mañana mismo enviaré soldados en su búsqueda " Estas palabras parecieron calmar a la reina.

" Eso espero " Se dio la vuelta y se dirigió a la puerta, pero cuando estaba a punto de salir miró a James por encima del hombro y añadió con un suave tono de voz " No quisiera tener que coger yo las riendas del asunto " Y abandonó la estancia.

James suspiró y se dejó caer en su sillón.

¿Qué podía hacer?

" ¿Qué ocurre aquí? ¿Por qué hay tanto revuelo? " Le preguntó Blaise a Ron, mirando a su alrededor. La guarida estaba sumida en un completo caos, con gente corriendo de un lado para otro, transportando objetos, telas, armas...

" ¡Blaise! ¡Al fin apareces! ¡Dragón esta furioso! " Exclamó Ron, mientras transportaba una cesta llena de telas.

" Te he dicho mil veces que me llames Bogo " Dijo rechinando los dientes " ¿Por qué está enfadado? ¿Han vuelto a capturar a Flint? " Añadió burlonamente.

" No, está así porque el príncipe de Gryffindor ha escapado. " Blaise alzó una ceja.

" Si, yo tampoco me lo explico. Parece ser que el principito no es tan inocente como pensábamos... ha enredado a Crabbe y Goyle, aunque tampoco es que ellos sean muy listos... Toma, coge esto " Añadió, posando en los brazos de Blaise un montón de papeles.

Fue uno de estos lo que captó la atención de Blaise. En él, estaba retratado el rostro de un joven moreno de brillantes ojos verdes. Le resultaba muy familiar...

" Ey Rock, antes cuando estaba en el bosque he visto a este chico, ¿quién es? " Preguntó señalando al dibujo.

" ¿¿Le has visto?? ¿¿Y por qué no le has detenido?? ¡¡Ese es el príncipe que se nos ha escapado, idiota!! "

" Oops... "

"... Dios mío... ya verás cuando Dragón se entere... te va a matar... " Ron se pasó una mano por la cara.

" Tranquilo, por lo que pude ver se dirigía a Salazar " Ante esto Ron abrió mucho los ojos.

" ¡¿A Salazar?! ¡Oh Dios! ¡¡Tengo que avisar a Dragón ahora mismo!! " Dicho esto dejó las telas que llevaba en el suelo y se fue corriendo, dejando a Blaise sin entender nada.

Se abrieron las puertas, dejando paso a una enorme e impresionante sala. Las paredes eran de piedra negra, como el resto del castillo, pero estas estaban cubiertas en algunas zonas con espléndidos tapices de todo tipo. Numerosos candelabros de plata iluminaban la sala lo suficiente como para poder ver un imponente trono, en el que se hallaba sentado un hombre que jugueteaba con una copa de vino tinto en la mano...

Harold fue obligado a entrar, ahora sin que los guardias le sujetasen, pero con el capitán delante y los otros dos detrás suyo, de manera que no podía escapar.

Avanzó hasta llegan frente al trono, entonces los guardias se arrodillaron y Harold pudo ver con claridad al hombre sentado en este.

Un escalofrío recorrió su espalda, acentuándose al oír la aguda voz del hombre.

" Vaya, vaya... ¿qué tenemos aquí? "

Oh, oh...

¿Dónde se había metido?

Nota: Hiiiiiiii!! ¿Qué tal? ¡¡Ya he vuelto de vacaciones!! XD Perdón por el retraso TT Pero acabo de escribir este capítulo ahora mismo, a las tantas de la madrugada xD Así que espero que no me haya quedado muy mal... aunque no prometo nada xD

¿Os ha gustado? ¿Queréis más? Pues ya sabeis... ¡¡¡REVIEW!!!

Un besazo!! Goettia P.D: En el próximo capítulo responderé a los reviews que me enviéis n- ¡Ah! Y aprovecho para agradeceros vuestros ánimos!! MUCHAS GRACIAS!! Sin vosotras no podría escribir xD