Perdón perdón perdón perdón perdón perdón perdón perdón perdón perdón perdón perdón perdón perdón perdón perdón perdón perdón perdón perdón perdón perdón perdón perdón perdón perdón perdón perdón perdón perdón perdón perdón perdón perdón perdooooooooooooooooooooooooon por la tardanza!!!! TT
He estado muy ocupada últimamente (y muy vaga también nnU) y no había podido escribir hasta ahora uu (Bueno, seré sincera, en realidad no sabía cómo ponerlo xD Es decir, ya tenía la idea principal para este capítulo, pero no sabía cómo desarrollarla uu)
Bueno, solo deciros que espero que os guste este capítulo nn
IMPORTANTE: El sábado me voy de vacaciones y no vuelvo hasta el 1 de septiembre... así que no sé si este será el último capítulo hasta que vuelva de vacaciones o si podré subir otro antes del sábado (todo depende de cómo me animéis xD). Y bueno, mi familia me arrastra a Alcoceber... otra vez. Que horror, allí lo paso fatal, porque no hay nadie de mi edad, y los pocos que ahí son muy... "Osea tia, me he comprado un polo de armani super y unas zapatillas rosas fucsia divinas de la muerte!! "Y como comprenderéis... prefiero estar sola que mal acompañada xD Pero bueno... yo me llevaré mis libros, mi videoconsola e iré escribiendo más capítulos para subirlos cuando vuelva...
Dedicado a Alym, por soportarme y ser la única que se pega latigazos conmigo xD
Capítulo 8: Caída
" Vaya, vaya... ¿qué tenemos aquí? "
Oh, oh...
¿Dónde se había metido?
Al ver que Harold no hacía ningún movimiento, los guardias le instaron a que se inclinara ante su Señor.
Pero Harry no les escuchó, se encontraba mirando absorto los ojos del monarca... unos ojos tan rojos como la sangre... pero había algo más... ¿qué era?... no lo sabía... pero fuera lo que fuera apenas se notaba... era como si "algo" intentase surgir en ellos, pero no les fuera permitido...
Harold se estremeció.
Un guardia le tocó en el hombro, lo cual despertó al moreno de su ensoñación.
Rápidamente se arrodilló ante Tom Ryddle, pensando que así no parecería ten sospechoso...
Miraba con diversión oculta al chico inclinarse ante él.
Sin duda pensaba que así le engañaría, lo sabía por sus gestos...
Que ridiculez.
Nada escapa a Lord Voldemort... nada. Y ese chico, por supuesto, no iba a ser la excepción.
Las intenciones del joven eran obvias... no quería ser descubierto. Mirándole cuidadosamente, advirtió en él cierto temor a su persona... y eso le complacía.
Era absurdo que pretendiera pasar desapercibido, por Dios, si era obvio que pertenecía a la realeza... Bastaba mirarle un segundo para advertir que no había realizado ningún trabajo físico en toda su vida... excepto tal vez los ejercicios propios de un príncipe, como equitación y esgrima...
Además, estaban su cabello y sus manos... tan cuidados y brillantes... y esos ojos... nada más entrar por la puerta le había reconocido.
No cualquiera tenía los ojos de ese increíble verde-esmeralda... de hecho, solo había dos personas a lo ancho y largo de los Cinco Reinos que los tuvieran así... y eran ambas del reino de Gryffindor, de la familia real, para ser exactos.
La reina Lilyan y su hijo, el príncipe Harold.
Así que ese era el prometido de Oliver... mmm...
Interesante...
Tenía que reconocer que el chico no estaba nada mal... de hecho, pensó, siempre había pensado que la gente exageraba al dedicar tantas alabanzas al joven príncipe... pero ahora... teniéndole por primera vez ante sí... ya no estaba tan seguro...
El chico le divertía mucho... no se explicaba cómo pensaba que podría engañarle, si saltaba a la vista quién era... y aunque no fuera así, sus intenciones eran obvias.
El príncipe no sabía mentir.
Muy bien... él también sabía jugar a ese juego.
Harold no desviaba su vista del suelo, lo miraba como si fuera la cosa más interesante del mundo, en un gesto de fingido respeto.
Esperaba que funcionara, nunca se le había dado bien fingir...
" Majestad " exclamó bajando más la cabeza " disculpe mi insolencia, me siento abrumado por hallarme ante su presencia " Al instante de que esas palabras abandonaran su boca se reprendió mentalmente. ¡No debía hacer gala de tales modales! ... Oh, bueno, viendo su vestimenta tampoco es que hubiera podido pasar por un plebeyo...
Pensó que la única oportunidad que le quedaba era el hacerse pasar por un noble...
" No importa... bienvenido a mi reino" sonrió, el chico le caía bien... " ¿Cuál es su nombre? Si puedo preguntar... " A pesar de la pregunta, era claramente visible que se lo estaba exigiendo... la formulación de dicha cuestión era meramente un requisito del protocolo... por supuesto que podía preguntarle, era un rey en su reino...
Al ver vacilar a Harold, esbozó una sonrisa interna, haber como se las apañaba ahora...
El moreno se encontraba en un apuro, ¿qué nombre le podía dar? Ciertamente el suyo no, pero entonces... ¿cuál? De pronto le vino a la mente Dragón, aquel bastardo que le había robado la inocencia... el solo pensarlo le enfurecía y, a pesar de odiarle con todas sus fuerzas, no podía evitar pensar si había hecho bien escapándose... viendo dónde se encontraba ahora, por supuesto...
Entonces se acordó de los Longbottom, unos nobles de Gryffindor, amigos de sus padres, y de su hijo, Neville. Bien, el nombre le serviría, no creía que fueran conocidos en Slytherin... o eso esperaba.
" Longbottom, me llamo Neville Longbottom " El impasible rostro del monarca no dejó entrever sus pensamientos.
Ciertamente el chico no estaba insultando su inteligencia ¿no? Seguramente pensaba que no conocía a los Longbottom... pero por supuesto que los conocía. Él conocía a toda la nobleza y realeza de los Cinco Reinos, le convenía. Había estudiado con precisión quiénes serían los más útiles en una guerra si la ocasión se presentaba.
Pero bueno... esto se ponía interesante... le seguiría la corriente un rato más haber qué pasaba y... obraría en consecuencia.
Se lamió los labios ante tal pensamiento.
" Bien Neville, puedo llamarte así ¿no? "
" Como guste, Majestad "
" Bien. Tengo muchas preguntas que hacerte, pero será esta noche, en la cena. "
" ¿Cena, Señor? "
" Si, cena, desde ahora eres mi invitado de honor... " Seguidamente aplaudió dos veces y al instante apareció una esclava, haciendo una profunda reverencia y cuidando de no alzar los ojos del suelo.
" Acompaña al señor a uno de los aposentos para invitados... si, llévale al mejor de todos, al del ala oeste. Y prepárale un baño y ropa limpia. Ya sabes a lo que me refiero "
" Si, Majestad " Se levantó y le indicó a Harry que le siguiera.
Harold hizo una última reverencia al monarca y abandonó la estancia, tras la joven.
" Dragón, ¿no te preocupa que Harold este en Salazar? " Cuestionó un pelirrojo con preocupación.
" En absoluto, ¿por qué debería preocuparme? " Falsa tranquilidad impregnando cada palabra.
" Te conozco bien, Dragón. A mi no me puedes engañar. Sé que te mueres de ganas de ir a buscarle, y también que te... "preocupas" por él. " Ante esto el rubio no dijo nada.
Por supuesto que preocupaba por él.
Por supuesto que quería ir a buscarlo.
De hecho, se moría de ganas de volver a tenerlo entre sus brazos, completa y absolutamente a su merced, poder besar esos suaves labios que le volvían loco, poder pasar las manos por su precioso cuerpo, poder ver esos maravillosos ojos entrecerrarse con placer mientras él le poseía... una y otra vez, poder...
" ¡Hoooolaaaaaaa! Tierra llamando a Dragón, Tierra llamando a Dragón, baje de las nubes y vuelva a nosotroooooooos MOC " Rock le pellizcó la nariz mientras hacía movimientos extraños con su otra mano.
" ¡Oh, vamos Rock! ¡Para ya! " Reprendió pegándole en la mano a su amigo, para que le soltara.
" Auch... Venga Dragón, ¡admítelo! El principito se ha metido en tu corazoncito... " Sonrisa de suficiencia.
" ¿Qué dices? El Dragón Enmascarado no tiene corazón " Pero Rock sabía que si su amigo decía esto, era para tratar de convencerse a sí mismo.
" Dragón, ahora en serio. Escúchame. Todos tenemos sentimientos. Todos. Y tú, por muy especial que seas, no eres la excepción. No en este campo. "
" Te equivocas... " Objetó débilmente.
" ¿Acaso pensaste que con un chico no entablarías sentimientos? ¿Creíste en serio que podrías acostarte con él y no sentir nada? " El rubio no le contestó " ¡Por Dios, Dragón! ¡Te creía más inteligente! "
" ¡¡Ya vale!! ¿¿no?? ¡¡Cállate ya!! ¡¡Si!! ¡¡Lo sé, he sido un estúpido!! ¿¿pero qué querías que hiciera?? ¡¡Mi padre no hace más que presionarme para que tenga descendencia!! ¡Pensé...! Pensé... que si dejaba embarazado al príncipe de Gryffindor, este se vería obligado a casarse conmigo... ya sabes cómo es la sociedad con esas cosas... y mi padre se sentiría orgulloso... "
"... Claro, tendrías descendencia y unirías los dos reinos más poderosos... habría sido un buen golpe... "
" ¿Y quién te ha dicho que no lo vaya a ser? " Sonrisa arrogante por parte del rubio.
" No sé... ¿Quizá que él ya no está aquí y que seguramente se casará con el príncipe de Alderan en cuanto le encuentre? " Repuso el pelirrojo con burla.
" Ah mi querido amigo... ¿acaso crees que permitirán esa boda portando Harold a mi niño? "
" ¿¿Qué?? ¿tú... tú crees que con una sola vez ya...? "
Dragón sonrió.
La habitación a la que le habían llevado era impresionante, digna de semejante castillo, desde luego.
El techo era tan alto que apenas si se podía ver, las paredes eran de piedra negra, con numerosos tapices colgados. Al final de la estancia había una enorme cama adoselada, con sábanas negras bordadas con dibujos rojos y con cortinas de terciopelo del mismo color.
Pegada a la pared de la izquierda se encontraba una cómoda de madera oscura, y en el suelo una alfombra gigante de una serpiente.
Todo en la habitación desprendía una aura de majestuosidad y elegancia impresionantes, pero lo que más llamó la atención de Harold fue el ventanal.
Justo detrás de la cama se hallaba una ventana que abarcaba toda la pared, y por la que podía contemplar una vista preciosa de la ciudad bañada por los rayos del atardecer...
Ante esto le sonó el estómago, había olvidado que no había comido nada desde que le secuestraran...
¡Y otra vez volvía a pensar en Dragón! ¡Esto se estaba convirtiendo ya en una obsesión! Aunque... no era para menos... el muy... indeseable, le había arrebatado lo más precioso que tenía... lo que guardara para cuando encontrara a la persona de sus sueños... se lo había... robado...
De pronto, una espantosa idea cruzó su mente. ¿Y si...? ¿¿Y si estaba embarazado?? ¡¡Dios no!! ¡¡Eso sería espantoso!! ¡¡No quería ni pensar qué dirían sus padres!! ...Maldito bastardo... le había forzado, le había poseído contra su voluntad, le había violado...
Y si, vale. La verdad era que no se había negado con la suficiente fuerza, pero... aunque al principio le había dolido... le había... gustado...
Nunca había sentido eso que el rubio le había hecho sentir... había sido... increíble... y lo que más le molestaba era que sabía que si alguna vez tenía la oportunidad de matarle... no lo haría. No podría. Pero... ¿Por qué? Estaba en su pleno derecho, nadie le diría nada, era perfectamente legal si con eso salvaba su "honor"...
Él...
Lo cierto es que no podría negarse si Dragón le encontraba y le volvía a...
Aunque jamás lo admitiría.
Jamás.
Pensando esto entró al baño a prepararse para la cena.
" Y aquí vamos a continuar la función"
Ya al cabo de media hora, y vestido convenientemente, Harry se hallaba ante las puertas del comedor, acompañado por dos guardias que, al instante, abrieron las enormes puertas para que entrara.
Lo que vio allí ciertamente no se lo esperaba.
Sentados alrededor de una larga mesa, y a la lumbre de las velas, se hallaban mirándole el rey de Slytherin y...
¿¿Oliver??
Nota de autora: MUAJAJAJAJAJAJAJAJA ¿¿Qué tal?? Ya sabéis, si queréis otro capítulo para antes de que me vaya el sábado... ¡¡¡REVIEW!!!
