Antes de nada: un saludito especial para todos mis críticos. Quiero que sepáis que me han hecho mucha ilusión vuestros comentarios y que, sin vosotros, habría sido mucho más duro escribir "al aire". Lo habría hecho igual (vale: tengo adición a las letras), pero no es lo mismo. Siempre es mucho más placentero saber que la historia está llegando a alguien y que no se pierde en el camino. Así que, sin más rollos y antes de que se me caiga la lagrimita: gracias!!!

A Nacilme-Black por un comentario muy constructivo y halagador, de esos que lees mil veces porque te parece hasta extraño que alguien piense que lo estás haciendo tan bien ;o)

A Ginny84 por su seguimiento de este ff y sus risas. Es un honor que estés pendiente de la historia. Gracias por tu constancia! ;o)

A Camilla Potter por haberme agregado en alertas!!! Guau!! Me ha sorprendido mucho, de veras (la curiosidad me mató y estuve investigando, jajaja)

Y…. a mí…. Por mis comentarios bastante patéticos en el apartado de reviews ;op

Somos pocos, pero a mí me llega y me sobra. Un saludo!!! Y aquí os dejo una nueva entrega. Espero que este capítulo lo entendáis porque hay partes que son un poco complicadas. En ellas hago unos cuantos guiños a ciertas cosas que, si no conocéis, van a ser muy difíciles de entender…. En fin, ya me lo diréis…. Sniff, sniff….Todo está llegando a su fin… espero que lo disfrutéis. Esto es lo que ha salido hoy de mi cabecita loca:

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Es evidente que los magos tienen maneras de divertirse muy diferentes a los Muggles. Mientras ellos se dedican a diseccionar ranas para agregarlas a pociones, nosotros nos sentamos en cafeterías, torturamos a los vecinos o bailamos en discotecas ¿Alguien se ha imaginado alguna vez a la señora Weasley, vestida con un traje de lentejuelas, bailando a los pies de una tarima de Go-go? ¿Y a Dumbledore tomándose un vodka con limón? No, ¿verdad? Bueno, pues una imagen similar era la que estaban dando Ginny y Ron, al lado de la cola de una discoteca de Nueva York.

Harry (Troter; no Potter), Ginny y Ron acababan de hacer su aparición a las puertas del club más de moda de toda la noche newyorkina. Los tres habían llegado hasta allí en el nuevo y flamante descapotable de Harry T, que resultó ser uno de los actores más conocidos en el panorama moderno. Por lo visto, él y Georgia se habían conocido en una ceremonia de los Oscar y, desde entonces, eran la pareja de moda en todas las revistas. Además, Troter no sólo era conocido en el mundo del espectáculo, sino también en el empresarial, puesto que era uno de los accionistas mayoritarios de una importante marca muggle de ordenadores: HP.

Así que cuando llegaron al club, ni siquiera se molestaron en esperar cola, sino que fueron directamente a la puerta y Harry empezó a hablar con uno de los gigantes que guardaban la entrada.

-Si, creo que estamos en la lista, amigo. Compruébalo si quieres, pero es evidente…- dijo, señalándose a sí mismo y a Ginny, por si no se había notado que ambos eran celebridades.

-¿Nombres?- inquirió el gorila, comprobando un papel donde tenía la lista de invitados VIP. Mientras tanto, la gente que aguardaba para entrar en la discoteca, gente de la calle, anónimos, empezaron a exaltarse al ver a la pareja junta.

-¡Mira! ¡Son Harry y Georgia!

-¡Qué guapos!

-¿Nombres? ¿Es que no oyes a la multitud, colega?- chuleó Troter al gorila.

-Nombres, por favor- insistió éste.

-Harry Troter, Georgia Weasel y….. Perdona, ¿cómo era tu nombre?- se dirigió a Ron.

-Ron

-Don, Don Weasel- respondió el presumido de Troter.

-¡Me llamo Ron! ¡Con ERRE!

-Ron…. tranquilo- le susurró su hermana al oído. -No es más que un nombre. A mí me llaman Georgia todo el rato y no me quejo- le insistió Ginny.

-Sí, pero al menos tú eres la estrella ¿Y yo qué soy, eh? Te lo voy a decir: no soy más que el hermano retrasado de la estrella….- comentó Ron, ultrajado por no ser el centro de atención.

Ginny tomó una bocanada grande de aire y contuvo sus palabras. En ese preciso instante, el gorila les dejó pasar y los tres se introdujeron en la discoteca, dirigiéndose hacia la zona VIP.

Aquello era como la jungla. Miles de cuerpos se movían al ritmo de una música estridente y metálica, que estaba pinchando un DJ en una cabina del fondo. El hombre de los vinilos disponía de un micrófono con el que iba animando a la gente. Cada vez que hacía un comentario, se oía en toda la pista gracias a los altavoces:

-¡Sí, sí, sí, vamos todos! Y ahora todos juntos gritamos. Yei, yei, yei…

El ambiente era el mismo que el de una sesión de aerobic, sólo que en esta ocasión era el DJ quien dirigía los movimientos de todos.

-Y ahora otra vez a la derecha, ¡yep!

Ron, que no entendía por qué todo el mundo estaba haciendo lo que ese hombre le ordenaba, le preguntó a Ginny:

-¿Qué está haciendo esta gente? ¿Por qué bailan todos a la vez?

-A lo mejor es una danza muggle típica- razonó Ginny.

Pero aunque Ron sacaba punta a todo lo que veía, la verdad era que estaba entusiasmado ¡Nunca antes había visto a chicas con tan poca ropa! Era como si todas se hubieran puesto de acuerdo para llevar unos mini conjuntos que apenas tapaban lo más pudoroso de sus cuerpos. Así que Ron tenía la sensación de estar en el paraíso.

Ginny, que percibió la mirada de tonto que se había apoderado de su hermano, prefirió no hacer comentarios hirientes esta vez, pero no pudo evitar que se le escapara una sonrisilla maligna. Harry, por su parte, también se había dado cuenta, pero él sí que se acercó al pelirrojo y le espetó:

-Elige a una de ellas, si quieres, amigo. Yo te consigo a la que me digas- y tras asegurar esto, chasqueó los dedos decididamente, señaló una dirección y los dos hermanos no tuvieron más remedio que seguir su camino hacia una zona reservada.

La zona VIP era una parte de la discoteca un tanto peculiar. Por supuesto, estaba dentro del club, pero estaba separada de la zona normal por medio de una mampara transparente, al principio de la cual había otro tremendo gorila, vigilando quién entraba y quién no.

Lo que no tenía demasiado sentido de esa zona era el concepto para el cual había nacido. Teóricamente tendría que haber sido una parte mucho más divertida, al estar llena de gente importante y "guay". Pero en realidad era todo lo contrario. Las personalidades que estaban allí (a las cuales, por supuesto Ron y Ginny no conocían) estaban demasiado ocupadas en adquirir una pose como para poder divertirse. Así que, básicamente, aquello no era más que un atajo de gente aburrida, que se ocupaba de sostener sus copas y mantener conversaciones políticamente correctas y también bastante hipócritas y superficiales.

Tan pronto hicieron su aparición, las personas que ya estaban dentro del reservado se apresuraron a recibir a las nuevas celebridades que se les habían unido. Una chica bastante rellenita, con una gran melena rubia, vestida completamente de rosa y con dibujos de mariposas por todas partes, se les quedó mirando. Antes de que los tres hicieran su aparición, había estado deleitando a la audiencia con su voz, cantando a ritmo de delfín, pero cuando vio a Ginny salió corriendo a su encuentro, portando una copa con ella:

Rainbow, por fin has llegado! Creíamos que el inepto de tu hermano no iba a dejarte ni a sol ni a sombra ¡Ay, hija, qué mala suerte para tu familia!- comentó, regalando dos besos bastante ficticios a la pelirroja y tendiéndole, luego, la copa que había traído para ella.

Ron, que se encontraba a la derecha de Ginny, carraspeó para hacerse notar.

-¡Anda! ¡Mira quién está aquí!- dijo la chica que acababa de saludar a Ginny, besando también a Ron. -¡Ay, te estábamos esperando, music box! ¡Qué bien que nos hayas acompañado!- le comentó, con todo el morro del mundo, a Ron.

-Mariah… quiero presentarte a Donald- les introdujo Troter. –Donald, ésta es Mariah Carey. Seguro que tienes algún disco suyo en tu casa, aunque ahora ya no venda casi nada.

-Estoy trabajando en ello, Troter, daydream, no me presiones- dijo la diva, sacando pecho y propiciando que sus vigorosos "focos delanteros" casi se desbordaran en el vestido tan ajustado que llevaba. –Además, estoy preparando un nuevo grito, ¿quieres oírlo?

La estrella internacional del pop empezó a cantar, haciendo que la copa de Ginny se desquebrajara un poco.

-Gran… potencia- comentó Ron irónico, mirando intencionadamente a los pechos de Mariah.

-Ven por aquí. Dejemos a los tortolitos solos- le invitó la diva, empujando a Ron para separarlo de Ginny y de Troter.

Tan pronto se fueron, Troter empujó a la pelirroja contra la pared e intentó besarla de nuevo. Bueno… no era que Ginny no lo deseara. A fin de cuentas aquel chico tenía un gran parecido con el que era su amor platónico de toda la vida… Pero el problema era que en realidad NO ERA su amor platónico, sino una copia defectuosa del auténtico Harry. Por eso Ginny separó por tercera vez su cabeza, provocando que Troter se enfureciera ligeramente e intentara resolver la humillación sacando un peine del bolsillo interior de su chaqueta y peinándose el pelo hacia atrás como lo hubiera hecho John Travolta en "Grease"

-¿Cómo te hiciste esa cicatriz?- le preguntó, de repente, Ginny.

-¡Ah! ¿Esto? Fue en una tormenta. Cuando pasó el huracán Voldavort por Miami. Me cayó un rayo cuando estaba en el jardín de mi casa ¡Maldición!- gritó de repente Troter, llevándose la mano a la frente como si la cicatriz le quemara. Este gesto hizo que la pelirroja se estremeciera un poco. -Casi… casi…. me mata. Pero yo no me acuerdo porque solo tenía un año. Mi tutor me lo contó…

-Ya…. Ya me lo imagino- asintió la muchacha, desconcertada. -¿Y tus padres? ¿Dónde están ahora?

-Muertos… Los mató el huracán….El Voldavort… sí….- comentó, con tristeza, Troter.

-¡Uy! Lo siento…

-Olvídalo, muñeca… Hemos venido aquí para divertirnos, ¿no? ¿Qué hacemos hablando de cosas tristes?

Troter cambió inmediatamente de cara y le sugirió que se sentaran en uno de los cómodos sillones que había en el reservado. Ginny aceptó y ambos se unieron a una conversación que estaban manteniendo varias personas del mundo del espectáculo.

-El problema no es que Jennifer López sea una mala actriz. Su problema es que, con ese trasero, no deja que la cámara enfoque a otra parte….- estaba diciendo una chica morena, con la parte superior del pelo totalmente cardada y la inferior rapada al cero.

-Yo no creo que ella sea mala actriz, pero personalmente prefiero alguna más clásica, como Elizabeth Taylor- aseguró otro chico, que llevaba gafas de sol, aunque evidentemente no las necesitaba para nada en el interior de aquel sitio.

-¿Y prefieres a la Taylor con o sin la silicona?- respondió la arpía de los pelos de punta.

Ginny no tenía ni idea de qué estaban hablando y se vio en un gran compromiso cuando los chicos quisieron introducirla en la conversación y le preguntaron cuál era su actriz favorita. Conocía a algunas en el mundo mágico, pero, claro, éstas no tenían nada que ver con el concepto de famoso de los muggles, así que durante unos segundos intentó buscar una respuesta y al ver que no la encontraba respondió:

-Silicona, silicona es una buen actriz. Bueno, las veces que ha actuado con la Taylor ha hecho un buen trabajo ¿o no?- comentó Ginny, confundiendo la silicona con el nombre de una actriz.

-¡Ja ja ja!- se rió el chico de las gafas fashion, deduciendo (mal) que Ginny estaba bromeando. –¡Anda! Querida, ya has acabado tu copa….- comentó el chico de repente, observando el vaso vacío de la muchacha. -Espera, voy a por otra ¿Qué prefieres? ¿Ron, whisky….?- le preguntó el chico a Ginny.

-Le gusta mucho el vodka- le comentó Troter. –Con naranja.

-¿Qué es vodka?- preguntó Ginny.

-Tu bebida favorita, muñeca- le explicó Harry Troter.

-Ah… si tú lo dices….

Había pasado una hora y Ginny estaba empezando a sentir muchos sudores fríos y calientes al mismo tiempo. No sabía qué estaba pasando dentro de su cuerpo, pero de repente sentía unas ganas increíbles de bailar y de reírse sola. Era una sensación incontrolable, irremediable. TENÍA QUE BAILAR. Tenía que moverse y seguir el ritmo de aquella música tan pegadiza.

-Pegdonaz un momenztito…. Ahora mizmito vengo…

-¿Va todo bien Georgia?

-Zziiii, claro que zí…. ¿Zabez Hari? Ziempre te he querido, pero tú nunca te daz cuengta, ¿A que ez graziozo? Ji ji ji- dijo Ginny, evidentemente afectada por el alcohol. –¡Pedo ahoda vamoz a bailad! ¡Todo ed mundo a da pista!

Y, dicho esto, Ginny salió zumbando escaleras abajo, rebasando a todo el que se le ponía delante para poder alcanzar la pista de baile cuanto antes.

Un poco antes dar con la zona de baile, Ginny distinguió la cabeza pelirroja de su hermano. Ron estaba en el medio de la pista, rodeado de mujeres y con la tal Mariah esa. Se había quitado la camisa y la estaba agitando mientras todas las chicas le aplaudían y le gritaban preciosidades como "¡Guapo! ¡Sigue meneando así el trasero!"

-¡Ronad Wiiiiiiiiiiiiiiiiiiiissssli! ¿Qué tas tomao?

Ginny le había agarrado del hombro y había hecho que se diera la vuelta.

-¡GIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIN! ¡GIN, GIN, GIN! ¡Qué alegría vedte, hedmanita!- le dijo, dándole un abrazo. -¡Wüiiiiiiiiski! Se llama wüizki lo que metomao ¿A que ed genial?

-Pued lo mío ha zido Vodka, ji ji ji- comentó Ginny, comenzando a bailar abrazada a su hermano. Algunos mirones, al ver que Georgia Weasel se había unido a la fiesta se unieron a las chicas que ya estaban con Ron y entre todos les hicieron un corro. El DJ, emocionado por la aglomeración de personalidades que se habían unido a la "plebe" en la zona de baile, agarró de nuevo el micrófono y empezó a rapear:

-Yei, yei, yei… Ahí están y no pararán, yei, yei, yei. Geogía y Maraíah, yei, yei, yei.

Mariah Carey, feliz por toda la atención que estaban despertando, comenzó a menearse y volvió a hacer su gritito delfín, siguiendo el compás del DJ. En su intento de pillar ritmo, llegó a derribar al menos a cuatro personas que estaban bailando a su alrededor.

Ginny, febril por la afición que había despertado, corrió hasta una tarima de Go-gos, derribó a uno de ellos y se subió para empezar a bailar como una loca. Ron, mientras tanto, estaba abajo dando palmadas y gritando a todo el mundo "¡Ed mi hedmana, ed mi edmana!".

Mariah Carey, al ver que Ron se encontraba despistado, llegó por detrás, lo enganchó por la cintura y le pegó un beso de tornillo que dejó a todos los presentes con la boca abierta. Ron, mareado, se dirigió a una de las columnas de la discoteca, agarró uno de los vasos que alguien había dejado en uno de los salientes y le dio otro trago.

-¡Bueno, bueno, bueno, colegas. La discoteca Cipriani os agradece que hayáis estado aquí esta noche! ¡Os esperamos mañana! ¡Ahí va la última canción!- anunció el DJ por los altavoces.

-¿Údtima? ¿Pod qué udtima?- preguntó Ron a Mariah, atolondrado por el alcohol.

-Porque ya tienen que cerrar, honey ¿Quieres venir a mi casa luego, fantasy?

-No graciad. Edtamosssss….- Ron pensó dos veces en el nombre- …. en und Hodted

-Bueno, tú te lo pierdes, butterfly…. Pero la próxima vez no llores ni me supliques…

Harry Troter volvió a hacer su aparición en ese momento. Se acercó entonces adonde estaba Ginny, extendió los brazos para agarrarla desde la parte baja de la tarima y se la puso en el hombro. Todavía con la muchacha colgando de su hombro, salió hasta donde estaba Ron y rescató a éste de Mariah, la cual había empezado a acorralarlo.

-¡Adiós, Glitter! Llámame un día de estos- se despidió la cantante.