Capitulo 6: Noticias inesperadas
Una mujer de unos cuarenta años recorría aprisa los jardines de la casa. Buscaba con desesperación a una persona y no podía hallarla. Con la suerte dándole la mano, vio primero un vestido azul y luego una larga pierna enfundada en negro. Temió un poco, pero sin embargo se acercó raudamente. Respiró tranquila al ver a la adorable pareja durmiendo. Se inclinó y movió un poco a la chica.
-Riku... Riku...-susurró tratando que despertará. Con paciencia lo logró y la muchacha abrió lentamente los ojos.
-Nana- dijo con voz adormilada. Abrió los ojos aún más y se incorporó con agilidad- me he quedado dormida... que vergüenza.
-Riku, tu padre te busca- dijo la mujer sonriendo
-Nana, qué haces aquí?- preguntó ella
-Viene a la fiesta, ahora vamos, el señor aguarda y se enfadará aún más de lo que esta.- respondió severa al final
-Adelántate, yo lo despertaré
-Muy bien, señorita- la mujer marchó nuevamente hacía la casa.
La chica se inclinó sobre él y lo zamarreó un poco. Con pereza él abrió sus ojos violeta hasta clavarle fijamente la mirada y sonrojarse. Ella se retiró un poco para que pudiera levantarse. Cuando los dos estuvieron de pie, hablaron:
-Debo ir a la casa, mi padre esta aquí.
Como respuesta, Dark emitió un pequeño sonido gutural parecido a un gruñido. La tomó por la cintura y se acercó. Ella por reflejo, colocó sus manos alrededor de su cuello. La cercanía era mínima, cada uno robaba un centímetro al otro. Sus labios estaban a punto de besarse cuando alguien interrumpió.
-Señorita Riku...- dijo una voz masculina.
Se separaron con brusquedad por el sobresalto y descubrieron que era Hiwatari. Los hombres se dedicaron una mirada de profundo recelo.
-Qué sucede, Lord Hiwatari?- preguntó ella hastiada de las interrupciones entre ellos.
-Su padre la busca, me encargo la misión de venir a buscarla- respondió inflando el pecho
-Entonces debo ir...- dijo ella- hasta luego- lo saludo, atreviéndose a darle un beso en la mejilla.
Mientras el hombre de traje verde prácticamente jalaba de ella, la chica mira hacía atrás como se alejaban. Él aun estaba allí de pie con la camisa flotando alrededor de su cuerpo. Satoshi miro la mano de la joven, donde aguardaba la rosa.
-La has conseguido- observó él
-Dark me la regaló- respondió casi en un suspiro mirando la flor.
Una vez dentro del salón, la chica saludó a su madre y a su padre, este último bastante disgustado por su tardanza. Se sentó en una especie de taburete y espero a que su progenitor hablará. El señor Harada se aclaró la voz y poniéndose de pie, comenzó a recitar.
-Riku, mi niña, no sé si te has dado cuenta de que tu compromiso e0stá disuelto? Quizás esta mañana, no lo entendiste.
-Padre, no comprendo a donde deseas llegar- interrumpió de mala manera
-No te pongas altanera, jovencita- la reprendió- a donde deseo llegar es comunicarte que te he arreglado un compromiso con Lord Hiwatari- finalizó sonriente
-Qué?- giró poniéndose de pie
-Los militares como él se casan con mujerzuelas- respondió- hasta me atrevo a decir que se casan apuradamente porque un hijo viene en camino. La mujeres como tú, con clase, estilo, hermosura y elegancia, se casan con hombres como Hiwatari.
-Dark no es así!- volvió a gritar
-No te atrevas a nómbralo en mi presencia, se hará lo que yo dicte y tu te casarás con el Lord.
-Jamás- se reveló ella saliendo de allí.
Corrió con las lagrimas rodando por su femenino rostro. No tenía idea alguna de adonde se dirigía. Sin intención entró en la caballeriza. Dark estaba allí, preparando a Wiz para partir. Ella elevó la mirada entre las penumbras, porque la noche estaba cayendo, y vio un reflejo violáceo. Avanzó casi a los tumbos hasta alcanzarlo. Lo abrazó y hundió su rostro en el cuerpo de él, mojándole la camisa.
-Riku...- dijo él asustado- qué te pasa?- preguntó acariciándole la cabeza.
Ella siguió llorando. De repente otro personaje arribó, nuevamente el Lord los interrumpía. Se acercó a ellos dando trancos, guiándose con la luz de un faro. Miró a Dark con enojo y luego con preocupación a Riku, que estaba abrazada al otro joven.
-Riku...yo sé que no soy él...- comenzó, señalando al de cabellos negro violáceo- pero no soy malvado...hasta podría ser él si quisieras...pero deja de llorar- la chica se separó un poco, en principio para respirar y por otro lado para responder.
-Riku, no comprendo nada- dijo Dark mirándola
-Mi maldito padre me ha comprometido con él!! Ha roto nuestro compromiso- respondió exaltada
-Cómo? Ha sido por mi culpa, por mi forma de ser, no es así?- el corazón le dio un vuelco. Ahora ella no era 'suya', era de él, miró al hombre de ojos azules con profundo desprecio. Políticamente era un hombre soltero nuevamente, eso debía ponerlo feliz, pero no era el caso. Necesitaba pensarlo para encontrar una solución inteligente, que no fuera la que se le cruzaba por la mente como asesinar a Hiwatari a sangre fría. Se apartó de la chica un poco y montó su caballo, ella comprendió.
-Dark- lo llamó mientras él comenzaba a andar- yo te amo.
Él asintió y, dándole unos golpecitos a las correas de Wiz, salió de allí a prisa. Hiwatari posó sus manos en los hombros de Riku y ella se alejó con brusquedad. Entonces sacó de uno de los bolsillos de su saco la rosa, algo marchita, y se la mostró.
-Olvidaste algo?- preguntó sádico
-Damela- exigió ella
-Toma- en el mismo movimiento de dársela, la aprisionó contra él para luego, prácticamente, besarla por la fuerza. La soltó, dejándola algo mariada pero con el suficiente ímpetu para decir: Te odio. Él solo sonrió, como un padre le sonríe a su hijo cuando este hace algo simpático.
