Capitulo 7: un domingo

Dio algunas vueltas en su gran cama. Era de mañana. Es día de la semana correspondía al domingo, es decir, que debía ir a misa. Giró nuevamente en la cama, hasta quedar boca arriba. De pronto un peso a la altura de su pelvis. Abrió con lentitud los ojos y vio al peso. Ella estaba sentada allí, con un gran y pomposo vestido rosa con apliques de seda. Sonreía y con facilidad se inclinó hasta quedar a centímetros de su cara. Lo besó y más luego se separó.

-Riku... qué haces?- le preguntó incorporándose un poco. La encontraba muy atrevida en esos instantes, allí en su cuarto, con aquel vestido subido hasta las rodillas y los hombros al descubierto.

-Me escape un rato, tenía tantos deseos de verte- respondió mirándolo a los

-Te van a matar si se enteran, más Hiwatari

-Cierra la boca y calla esas palabras- le indicó poniendo un dedo sobre sus labios.

Le sonrió.

-Me pasas aquellos pantalones, mi señorita aventurera- le pidió

-Muy simpático

Se puso de pie y le alcanzó los pantalones. Mientras ella se daba la vuelta, él saltó de la cama y se puso su vestimenta. Se acercó hacia la joven y abrazó por la cintura. Le besó la mejilla y permanecieron en silencio.

De pronto sintieron unos golpes en la puerta y desesperaron. Con dificultad, Riku se introdujo debajo de la cama, como cuando era niña y jugaba a las escondidas con las criadas. Solo veía los tobillos de Dark, que estaba abriendo la puerta con cautela.

-Ah! Buenos días, padre

-Buenos días, hijo, el señor Niwa ha traído recién esta carta para ti.

-Me pregunto que podrá ser

-No lo sé, pero parece que el matrimonio no le ha sentado muy bien, tenía la cara algo demacrada.- comentó retirándose.

Dark leyó el corto comunicado en silencio, mientras su compañera salía de allí abajo. Su expresión de tristeza se hizo presente, pero trató de disimularla al verla a ella. Estrujó el papel y lo dejó caer en su mesa de noche.

-Sabes...- titubeó- te invito a ir al lago, quieres?

-Esta bien...- respondió sonriendo

-Pero aún no me has dicho como llegaste?

-Pues verás, mi gran amiga, la novicia superiora Risa, está enamorada de uno de tus escuderos- pequeña carcajada- entonces me propuso venir aquí, utilizando la excusa de que yo venía de visita.

-De quien está enamorada?- preguntó curioso

-De Keiji

-No sabía que las novicias se podían enamorar- comentó mirando por la ventana.

-Oye! Yo era una novicia y me enamoré de ti.

El joven se sonrojó por la confesión. Se sentó en un taburete para poder ponerse el calzado, mientras ella se acomodaba el vestido frente al espejo de pie.

-Este vestido me lo regaló Hiwatari.

Escurriéndose entre las paredes lograron llegar a la caballeriza. Dentro de ella escucharon risitas, mientras avanzaban con cautela se encontraron con la cofia de Risa. Al final, tumbados en un montículo de paja, Keiji y Risa se besaban, sacándose parte de la ropa. Riku y Dark se sonrojaron incómodos y sacaron a Wiz a toda prisa.

Cabalgaban tranquilos, pero alguien los vigilaba por el camino de matorrales.

Una vez en el lugar, se sacaron los zapatos para poder meterse, pero Riku consideró que el vestido era muy lujoso para mojarlo. Por lo que lentamente se lo fue sacando, hasta quedar semidesnuda enfrente de Dark, quien al instante le puso su camisa.

Se remojaron largo rato, el clima caluroso se lo permitía. Al tiempo, el joven se tumbó bajo la sombra de un árbol, para observarla. Era un mujer hermosa y muy atractiva, encontraba excitante la situación de verla con aquel género pegado por acción al agua a su cuerpo. Se quedó dormido.

-Pero que lindos pechos tienes- dijo una voz masculina dirigida hacia la mujer, quien se inmediato los ocultó.

-Quién anda ahí?- dijo con temor.

-Je...- de entre los árboles apareció un hombre de largos cabellos rubios y ojos miel- eres una mujer preciosa

Riku tragó saliva retrocediendo.

-No, no- negó- si te alejas me encargaré de que él muera, y ganas no me faltan.

La chica giró con brusquedad y vio como dos hombres agarraban a Dark, imposibilitándolo de todo movimiento. Nuevamente giró, para ver que tenía a aquel hombre a pocos centímetro de su cuerpo. Emanaba calor, mucho calor.

La tomó por debajo de la cintura y ella comenzó a forcejear, pero él era muy fuerte. La giró, para que Dark la viera.

-Mira, Mousy- subió su manos de la cadera de la chica hasta sus pechos, ella comenzó a gritar.

De repente una flecha surcó los aires, clavándose en un tranco cercano. Todos miraron hacía una orilla. Hiwatari estaba allí con su expresión solemne y un arco en su mano. Krad expresó horror, dejando caer a la chica al agua.

-Señor Hiwatari, no es lo que parece...- comenzó con voz melosa

-Entonces qué es? Lo que yo veo es un abuso deshonesto hacía mi prometida.

-Su prometida, señor? Me han informado mal, creí que era de Mousy

-No- respondió mirando con desprecio a Dark, que se masajeaba los brazos y Riku estaba a su lado.- mañana pediré sus cabezas- sentenció dejándolos solos.

El Lord se sacó la capa que llevaba puesta y envolvió a la chica. Ella tembló un poco, mientras su compañero se ponía de pie. Los miró con cierto rechazó y la tomó del brazo.

-Vamos, tu padre está muy preocupado por ti, hasta me ha mandado llamar y tú- miró a Dark- me debes un favor, pero de todas formas mañana me lo recompensarás

El joven de cabellos negros guardo silencio, desviando la mirada de la chica.

-A qué se refiere?- preguntó Riku

-No te le ha dicho?- preguntó Hiwatari embozando una sonrisa

-No

-Mañana parte a la guerra, junto con su amigo Niwa y otros... te daré 6 meses para volver, Mousy, sino me casaré con ella... solo 6 meses.

-Muchas gracias, Lord- dijo entre dientes- esto no es el adiós, sino el hasta luego, Riku... no llores- le consoló al verla que comenzaba a llorar

-6 meses- dijo ella- y una vida es lo que te voy a esperar- agregó motando en el caballo de Hiwatari, junto con él y su vestido.