Capitulo 9: Sin rencor concebido

La marcha nupcial comenzó a entonarse en el órgano de la catedral. En las bancas, todos los presentes se ponían de pie para recibir a la novia. Riku iba del brazo de su padre y trataba de embozar una débil sonrisa. Al final de larga fila, su prometido la espera. Soñó despierta e imaginó que el pelo era negro, los ojos amatista y sonreía de manera seductora, entonces sentiría un pinchazo de celos al pensar que no solo le sonreía a ella, sino a varías mujeres más. Agitó con disimulo la cabeza y notó la realidad. El pelo era azulado, los ojos azul profundo y la sonrisa era gentil. Llegaron al final y su padre le besó la mejilla, para dejarla luego en el brazo de Hiwatari. Con el saludo del obispo, se dio comenzó a la ceremonia.

-Vamos, Wiz, amigo... no me falles- le susurró Dark a su cabello negro, quién relinchó y, sacando una inexplicable fuerza, corrió más aprisa. Daisuke le seguía el paso, montado en su fiel Yuki, su corcel blanco.

-Y tú, Riku Harada, aceptas a Satoshi Hiwatari con tu fiel y legitimo esposo, a quien juras amar en el sanidad como en la enfermedad hasta que...

-Momento!!- gritó alguien con furia, entrando sin autorización.

Riku sabía quien era, pero no quiso voltear, actitud que le sorprendió a su prometido. Miyuki ya se había puesto de pie y corría a Daisuke. Dark no comprendía porque ella no respondía.

Risa frunció el entrecejo, que había sucedido con su amiga que no reaccionaba. Riku, reacciona!!Este hombre ha venido desde el campo de batalla solo por ti, deseo gritarle.

La novia no aguantó más, por mucho enfado que tuviera, lo amaba y él había cumplido, cuando no tendría obligación de venir. Giró y lo vio, esperándola. Estaba en una estado deplorable, sucio y herido. Todos los presentes aguardaban en silencio la definición. Riku se soltó con gentileza de Hiwatari y le susurró un lo siento. Se sacó el velo y corrió hacía Dark, para abrazarlo con cuidado. Los que realmente conocían la historia, suspiraron aliviados.

-Perdóname por llegar tan tarde y en este estado- le confesó sonriendo.

-No importa, tan sólo que estés aquí es suficiente.

-Riku... yo he abandonado el campo de batalla, por lo que perdí mis cargos de jefe de pelotón, pero no importa

-D-dark- susurró ella.

Hiwatari había comenzado a caminar hacía ellos, pero Eriol se lo impidió. Lo miró toscamente y le dijo:

-Déjalo así...

-Pero, señor, ese hombre es...

-El que mi hija ama y él a ella...déjalo así...

Tiempo más tarde, Riku y Dark se casaron, en una gran ceremonia. Para sorpresa y agrado de algunas jóvenes solteras que asistieron, todos en la familia del joven eran similares lo hombres. Su hermano, por ejemplo, tenía el mismo cabello y los ojos color verde. Riku tuvo el agrado de conocer a su suegra, quien a lo largo del tiempo pasado había estado de viaje en las americas. Era una mujer muy hermosa, de cabellos castaños y grandes ojos color amatista.

Su vivienda era una casa bastante grande, cerca de la rivera. Tenía un bosque alrededor y un gran jardín en el medio.

Cierto día mientras paseaban por el pueblo, vieron en una vereda como pasaba caminando tranquilo Krad, quien se había escapado de la horca. Riku dio un respingó y se aferró con temor al brazo de su marido. Pero aquel hombre de cabellos rubios no iba solo, sino que Towa iba de su brazo sonriendo y hablando muy tranquila. Lo había olvidado, ellos estaban casados desde hacía tiempo. Pero de todas formas ese hombre le infundía temor

--La fiesta de carnaval, dos años más tarde—

La casa de los Mousy estaba llena de gente, era el carnaval. Una pequeña multitud bailaba en el gran salón, otros dialogaban felices en el jardín. La jóvenes Sakura y Haruko, hijas del mayor de los Mousy, jugaban con Daiki, el hijo de los Niwa, de un año de edad. Todos estaban felices.

En una de las habitaciones de la casa, se escuchaba dialogar, casi discutir a dos hombres. Ambos de barba, uno de cabellos negros y ojos azules intenso y el otro de cabellos marrones y ojos grises. En brazos de uno, un bebé de 7 meses, que poseía un blanco camisón, y su corto pelo dejaba ver que era negro y sus ojos de un violeta intenso. Pese al dialogo de esos hombres, el varón se divertía con las barbas de ambos

-Caballero- decía uno, de nombre Yuji

-Físico o Filosofo- contestaba el otro, Eriol

-Militar

-Comerciante

-Lo que él desee ser- dijo una voz masculina desde la puerta- dejen ya de tratar de determinar su futuro- agregó avanzando sonriente. El pequeñito estiró los brazos al verlo. El de barba negra se lo entregó con cuidado.- ven con tu padre, Daichi, deja que tus abuelos se maten en paz.

-Estas de muy buen humor, hijo

-Así es- respondió haciéndole morisquetas a su hijo

-Realmente, Dark, me sorprende que seas un padre tan bueno

-Gracias, supongo.

-Ah, aquí estaban..- dijo esta vez una voz femenina, era Riku- padre te está buscando mi madre.

-Oh, sí- le besó la frente a su hija y salió del cuarto, seguido por el señor Mousy.

-Nuevamente con si es caballero o estudioso?- preguntó acercándoseles

-Exacto- respondió, mirando el cielo estrellado

-Que sea lo que él desee ser- comentó ella, parándose a su lado

-Eso mismo digo yo... siempre y cuando sea mujeriego, como su padre

-Dark!- se quejó ella sonriendo- entonces lo meteré en un monasterio.

-No te atrevas...- respondió riendo.

Fin