CAPÍTULO 8: UN AMOR QUE VIENE Y VA
- Remus, no pienses eso, eres una persona maravillosa, de las mejores que he visto nunca, no digas más que no mereces vivir Remus, ayudamé, te ne necesito, todos necesitamos a Moony con nosotros. - Dijo entre sollozos.
El se quedó sin aire, embriagado por el perfume que emanaba esa chica, lo aturdía, lo atontaba, y, junto a esas, las palabras mas bonitas que había oído nunca, dichas por esa melodiosa voz, notó como sus propias lágrimas rodaban por el rostro de la chica.
Ella las notó, como se mezclaban con las de Remus, y, como había hecho antes ella, el licántropo le pasó dulcemente la mano por la cara, y le secó el rostro.
El se acercó a su oreja y le susurró:
Gracias po haberme cambiado la vida en dos días, gracias por existir, por hacerme ver que aún queda algo humano en mi, Hermione Granger... - Le sonrió de manera cursi entre lágrimas y dijo: - Gracias.
Entonces tomó el libro y escribió algo en él, y dijo: - Ahora es tuyo, como mi corazón. - Hermione se sonrojó de nuevo y dijo:
Y el mío es tuyo moony. - Respondió ella.
Remus intentando romper el hielo hablo:
Estooo, te apetece que nos pasemos esta tarde por el callejón Diagon, y así nos compramos la ropa muggle.
Si claro, pero Remus, este libro...
Ya se que es de la biblioteca, pero ya hablaré con Madame Pince.
No, no es eso, es muy importante, yo no tengo nada de valor para darte, es...
No es nada, ¿Ok?, venga, vamos al callejón Diagon.
Se dirigieron a la salida, pero entonces un brazo lo tomó bruscamente.
Remus se extrañó y dijo:
Ahora vuelvo Mione.
Se metió debajo de una capa invisible y vio a Ron Weasley.
Hola Ron, ¿Querías hablar?
Sí, solo te quería decir Lupin, en fin, que a mi me gusta Hermione.
Lo se...
Ya, pero, a parte de que a ella obviamente le gustas tu, ¿A ti te gusta de verdad?
Mira Ron, la cuestión no es que a mi me guste o no, la que tiene que elegir es ella, yo no me le voy a declarar, claro, tienes que saber que le doblo la edad y mas, pero no negaré que Hermione me ha cambiado la vida, pero si le quieres decir algo, adelante, no te voy a morder.
Ron sonrió y dijo:
Me niego a creer que ella no te haya dicho nada... de que chicos le gustan, dime si tengo alguna posibilidad.
Es cierto que le he estado escuchando pensar, ejem, pero ella dijo que ojalá estuviera enamorada de ti, que eras, una.. ¡Ah si!, monada de chico, pero no comprendo bien a las mujeres, a lo mejor espera que la invites a salir... no se... Bueno, me esperan, me voy Ron.
Y se marchó, riendo ante las ilusiones del pobre chico, no es que no quisiera, bueno, si que no quería, pero el muchacho no tenía ninguna esperanza con su Hermione... un momento, ¿Había dicho su Hermione?, no... si estaba empezando a chochear ya.
Miró a Hermione esperándole. - Que bonita eres. - Dijo para si mismo, pero una voz le respondió
Gracias, Remus -
Ups, se me escapó, lo siento.
Y riendo fueron hacia los carruajes para tomar el anden nueve tres tercios, que los llevaría al callejón Diagon.
Y dime Hermione. - Preguntó con la vista fija en un punto. - ¿Qué chico te gusta?
¡Oh!, pues... en realidad, no me gusta ningún chico. - Mintió (Yo se por que no decía la verdad, jejeje), en fin, se que hay hombres guapos en el mundo, pero busco a uno especial...
Remus, que no captó la oculta indirecta, preguntó
¿Cómo de especial?. - Cruzó los dedos. - No seas idiota, aun en el caso de que le gustaras, no te lo iba a decir...
Pues, haber... que me comprenda, que sea dulce, cariñoso, divertido, que tenga cosas que contar, le guste mi trabajo, y sobre todo, que sea inteligente, excitantemente inteligente. - Dijo, intentando hacer una descripción lo mas precisa posible del hombre que tenía delante.
Ah, vaya, menudo hombre, no se si existe... - ¿Yo tengo alguna de esas cualidades?, si, algunas, - ¡Ja!, iluso, callaté y escúchala.
¿Y a ti, Remus, como te gustan las mujeres?
Pues... la belleza es una gran virtud, es verdad, pero lo único que yo le pediría es que me quisiera por lo que soy, un licántropo, y eso descarta al 100% de las mujeres de este mundo...
Eso no es cierto. - Dijo Hermione, comenzando a enfadarse. - Muchas mujeres morirían por ti, y les importaría un comino aunque fueras un hombre lobo. Eres lo mas cercano a el hombre perfecto qe he conocido en mi vida. - Dijo sinceramente. - Como vuelva a decir lo de licántropo... -
¿De verdad?. - Preguntó esperanzado.
De verdad
Y, según tu, ¿cuál es mi mas gran defecto?. - Preguntó, aunque ya sabía desde los tres años cual era.
¿Aún no lo sabes?
Si claro, - Se disculpó. - ya se que ser un...
Un maldito pesimista que no se valora en lo mas mínimo. - Cortó Hermione.
¿Qué?
Lo que oyes, parece que el optimismo desapareció de la faz de la faz de la tierra el día que naciste.
¿Cómo alguien puede valorarse siendo lo que soy?
¿Ves?, Ahí esta, te crees de una especie inferior, un elfo doméstico es mas egocentrista que tú.
Pero nadie me quiere por ser un licántropo...
Hermione entonces se levantó y camino hasta su asiento, se sentó en sus rodillas y acercó sus manos a su cuello, le cogió por la parte superior de la túnica, el se dejaba hacer, Hermione, que al principio pensaba estrangularlo, lo miró a los ojos, esos ojos de color miel, que derrochaban dulzura y tristeza, notó como se iba acercando a él, lentamente.
Vio a Remus cerrar los ojos, ella también lo hizo y siguieron acercándose, mas lentamente, tras un instante de indecisión, se apresuró a besar esos tiernos labios.
Pero justo en ese momento...
El tren pegó un frenazo y Remus calló sobre ella, ambos recobraron el sentido, alarmados ante lo que habían estado a punto de hacer, Remus se levantó, aunque jamás lo habría hecho si la ocasión fuera diferente, y tendió la mano a la muchacha.
Ella lo miró, estaba muy rojo, muy muy rojo, ella también.
Tomó su mano y levantó la vista.
Salieron del tren, que desapareció súbitamente, y se encontraron en el caldero chorreante.
Entraron y vieron que había bastantes magos y brujas hablando animadamente.
Cuando aparecieron la gente volteó a verlos, y todos miraron a Lupin, entonces empezaron algunos cuchicheos.
Remus se acercó a la barra y saludó:
Hola Tom, ¿Qué tal estas?
Hola Lpuin, ¿Qué tal tu?, por aquí todo va normal, ¿Tu eres Hermione Granger, verdad? Te vi el año pasado con Harry Potter y un Weasley, ¿No?
Si señor. - Dijo Hermione, mirando de reojo a todo el bar, que estaba oyendo atentamente la conversación.
Bien, ¿Y qué asuntos os traen por el callejón Diagon, señorita?
Unas compras, para una reunión importante en Hogwarts, en realidad vine a ver si Hermione me puede elegir algo, siempre fui un desastre con la ropa...
Si, recuerdo como siempre venían acompañados por la señora Evans. - Dijo el tabernero con voz soñadora y melancólica. - Bueno, no les entretengo que tendrán que marchar.
Se acercaron a la sala de paso al Callejón Diagon pero entonces Hermione, que había estado jugueteando tontamente con la túnica de Remus, sin querer, escuchó el comentario del hombre que estaba sentado en una mesa del fondo, que dijo lo suficientemente alto para que ella lo oyera.
Donde se creerá que va poniéndole las manos encima a esa linda chiquilla?, Ese licántropo, como si tuviera derecho a ello, si no merecería siquiera vivir... - Hermione notó como Remus bajaba la cabeza y se separaba de ella, seguramente, dolido.
Hermione tembló de furia y retrocedió sobre sus pasos, Remus le dijo
Hermione, para, no merece la pena.
Pero ella volvió y paró delante de la mesa del hombre, con los ojos llenos de lágrimas y respondió con mucha valentía, por algo era Gryffindor.
El que no merecería vivir es usted, hombre, ¿Cómo puede ser usted tan hipócrita?, ¿A caso usted lo conoce tan bien como para juzgarlo?, ¿Sabe como es, que tipo de persona?. - Preguntó con furia.
No se dio cuenta de que la gente sacaba alguna que otra cámara de fotos mágica y escribían con su vuelapluma.
Tienes usted valor señorita, por dejarse acompañar por este animal... ¿Sabe que es un mostruo?, ¿Qué la puede asesinar, por Merlin?
¿Cree usted que se va a trasformar ahora o que?, ¿Es que no sane que existe la poción mata lobos?. - Se dirigió a los magos de la sala, ¿No saben que esa enfermedad esta ya controlada?, ¿Por qué no dejan de tener prejuicios hacia la gente como ellos?, les puedo asegurar que es un hombre maravilloso. - La gente cuchicheo.
Estoy totalmente de acuerdo, señorita, nadie mas que el señor Lupin, un mago tan cualificado, merece ser respetado. - Dijo un mago.
Conformes. - Dijeron varias voces.
Pues yo ahora mismo me voy a quejar al ministerio. - Dijo una bruja excitada. - ¿Quién viene conmigo?.
¡YO!. - Se oyeron muchas voces femeninas y alguna que otra masculina.
Invito a una ronda a todos los que vayan. - Se escuchó otra persona.
Remus y Hermi fueron arrastrados por la muchedumbre, que los invitaba a cosas, alababan a la muchacha, y pedían disculpas eternamente a Remus,
Ellos se querían marchar de allí, cuando sus deseos se vieron cumplidos pues la gente se fue a la manifestación y ellos decidieron ir a comprar la ropa al Londres muggle, por si acaso los acorralaban en el callejón.
Salieron del bar y cogieron el autobús, pagando con las monedas, que confundieron al pobre conductor muggle pero que aceptó tras la intervención de un improvisado joyero que iba en el vehículo.
Se sentaron al final, y Remus no sabía que decir, como empezar por que le tenía que agradecer tanto, a esa muchacha, que tanto le había hecho sentir,
Era cierto que parecían no tener tiempo, todo iba muy deprisa, pero tenía el presentimiento de que algo les ocurriría, de que tendrían que ser apresurados.
Bajaron del autobús en una zona comercial.
Hermione se dirigió a los amacenes Harrot´s y después a New Yorker, y ahí le compró una camisa lila oscuro, y unos pantalones blancos, que hacían parecer al hombre muy atractivo, también compraron un traje y un bonito vestido elegante para cada uno.
Después se dirigieron a Stradivarius y Hermione se dijo: - Compraté algo decente Hermione -. Pero ella, inebitablemente, miró las faldas y...
Lo vio, la ropa ideal, diciéndole a Remus que la ropa de baile de la chica no se veía hasta entonces, este se marchó a mirar otras cosas, y se lo probó: - Fantástico - .
Con el tren se dirigieron a King Kross y desde allí tomaron el acostumbrado anden.
Remus, que había estado meditando, se atrevió a dar señales de vida.
Tomó las manos de Hermione y dijo:
Es un buen comienzo para tu carrera en el ministerio, revolucionar a un grupo de magos a favor de los derechos de los hombre lobos. - Dijo sonriéndole. - Eso no se consigue todos los días.
Ella sonrió
Ha sido fácil, lo único que hay que conseguir es que el miedo desaparezca y la gente mire en su corazón, ummm, vaya si se nos hizo tarde, ya son las once y media, espero que nos den de comer en las cocinas. - Declaró Hermione cambiando de tema.
Si, por que no querrás asimilar las consecuencias de estar cerca de un licántropo hambriento. - Sonrió, acercándosele peligrosamente.
Oh, no se... - Ella se acercó a él, con un movimiento rápido lo tumbó en el suelo del compartimento y se colocó sobre él.
Remus la miraba, como invitándola a seguir, si se atrevía.
Hermione le sujeto un brazo, se inclinó hacia él, y en un momento de complicidad...
¡Rictusempra!. - Remus entonces se quedó tieso y comenzó a retorcerse en el suelo.
Hermione rodó por el suelo y quedó a su lado, la maldición de cosquillas había hecho efecto, el joven no podía respirar a causa de las risas producidas.
Para Hermione, para... - Gimió
A Hermione, aunque no lo reconocería ni muerta, la excitaron un poco esas palabras, hasta tal punto de casi perder el hilo de lo que estaba haciendo, pero solo acentuó un poco mas su sonrisa.
¿Quién va a comer a quien?. - Dijo en un tono meloso de voz.
Tu.. mi diosa... mi reina... mi vida - Dijo entrecortadamente.
Esta bien... - ¡Finite Incantatem!. - Dijo, y la maldición cesó.
Notaron como el expreso disminuía su velocidad, se sentaron en los respectivos asientos, entonces Remus dijo:
¿Cómo podré compensarte lo que has hecho por mi hoy?
Hermione le lanzó una mirada evaluadora y suplicó:
La próxima luna llena déjame pasar la noche contigo, por favor.
Remus sonrió:
Con la poción de Snape no había peligro, y, en realidad, si que deseaba pasar la noche con ella.
Hizo un gesto de meditación falsa y murmuró:
De acuerdo.
Entraron por la puerta trasera del castillo, intentando no hacer ruido.
Iban riendo a carcajadas, haciendo ¡Shhh! Mutuamente.
Entonces Remus pisó a Hermione, quien gritó y le asestó una torta.
El, dolido, le fue a hacer cosquillas, la muchacha retrocedió y chocó con una armadura, que cayó al suelo provocando un gran estruendo.
En ese momento llegó la señora Norris , maullando como loca, ¡no!, si iba a conseguir lo que quería, despertar a todo el castillo.
Hermione perdió los nervios y cumplió con el sueño mas perverso de la mitad del alumnado de Hogwarts: le arreó una patada, lanzando a la gata por una ventana cercana.
Oyeron pasos cada vez mas próximos y Remus empujó a Hermione contra él, quedando tirados en el suelo, y rodó con ella hacia la derecha, quedando semi ocultos en la sombra de una esquina.
Entonces apareció Filch, acompañado ni mas ni menos que de Snape.
Juro que oí a la señora Norris por aquí profesor. - Dijo Filch.
Bueno, ya lo veremos, pero tienen que estar a.. - Se tropezó con algo y cayó de morros contra el suelo, apoyando las manos para frenar la caída.
Hermione casi no podía aguantar su preocupación y Remus... bueno, a Remus le venía justo para aguantar la risa.
¿Qué demonios es esto?. - Dijo, levantándose del suelo y cogiendo las bolsas de ropa. - ¿Stradivarius y Harrot´s?, ¿Qué es esto?. - Dijo Snape extrañado.
Vació el contenido de las bolsas.
Cogió algo que parecía un trapo cosido de color rosa estampado y una... algo que parecía una camiseta-top.
En el otro montón vio unos pantalones blancos, que él no se habría visto ni aunque Voldemort se lo mandara y una camisa de color ciruela, muy cursi, a su parecer.
Parece Ropa muggle, profesor. - Dijo inseguro Filch.
Snape meditó unos momentos y dijo:
¡Ah1, vaya, ya se lo que ha ocurrido, puedes largarte Filch, ya lo solucionó yo todo.
Filch se fue a buscar a la señora Norris y Snape se acercó s las sombras.
Palpó con su mano y captó algo:
Lo impulsó hacia arriba.
¿Señorita Granger, que hacía usted en el suelo?. - Dijo hablando un tono, que, viniendo de él, se podría interpretar como amable.
Me caí, me choqué contra una armadura...
No, eso ya lo se. - Replicó Snape. - Me refiero a que hace usted en el pasillo a estas horas de la noche.
Pues...
¿Si?. - Dijo alzando una ceja.
Es un castigo del profesor Lupin, el me mandó limpiar las aramduras esta noche por... comerme su helado de chocolate esta tarde. - Improvisó mintiendo descaradamente.
Snape en ese momento rió, muy dulcemente, comparada con la risa sarcástica que solo se le podía escuchar de vez en cuando.
Es usted una mentirosilla atrevida, Granger, al igual que lo fue la madre de Potter. - Recordó con una expresión melancólica.
Algo en su mirada me dice que la apreció tanto que la hecha mucho de menos. - Se atrevió a decir Hermione.
Snape al principió no respondió, ¿Cómo se atrevía esa niña a preguntarle eso?. Pero se dio cuenta de que no podía mentirle.
Si, la hecho de menos, como dijo tu amigo Black, fue la única mujer que hubo en mi vida. - Se dio cuenta de lo que había dicho y se puso recto.
La chica estaba anonanada ante semejante declaración.
No dirás nada, ¿Verdad?. Dijo
Por supuesto que no voy a decir nada, no se preocupe, y me alegro que tenga algo de confianza en mi, profesor.
A mi me alegra, que, por primera vez, alla una aportación inteligente en la orden después de muchos años, me marcho, tengo que terminar de corregir unos trabajos de los alumnos de tercero.
Si le parece bien, puede venir a las 10:30 a las clases adicionales de pociones.
Será un placer, profesor. - Respondió educadamente. - Hasta mañana.
Que pase buena noche Granger, y que no la coma... el lobo. - Y se marchó.
Hermione quedó boquiabierta, pero se encojió de hombros y dijo:
Remus, sal ya.
Remus salió de su escondite, como lo habría hecho un niño pequeño al que iba a regañar su mama. Dijo:
¿Ya se fue Snivellus?
Si, ya se fue.
Vaya, ya veo que te tomo aprecio, ummm, eres la tercera chica con la que se dirige la palabra educadamente en su vida.
¿Tercera?, yo creía ser la segunda.
Mione, te olvidas de la señora Norris.
¡Ah si!, es verdad, bueno, ¿a dónde vamos?
Ehhh, te puedes venir un rato con migo, y bueno, con Sirius a hablar, del libro, y cosas así. - Dijo esperanzado.
Vale, he entendido. - Sonrió Hermione. Y se dirigieron a la habitación
¡CANUTOOO! Ya estamos aquí. - Gritó Remus.
¿Cómo que estamos?, ah, caperucita, . - Hermione se sonrojó.
Hermione le comunicó a Remus. - ¿Le decimos lo que ocurrió en el caldero chorreante?
No, les daremos una sorpresa....
EOOOOO, os estoy hablando, os preguntaba que donde habéis estado.
En el callejón, comprando ropa.
¿Y donde esta?. - Hermione y Remus se miraron y dijeron:
¡Snape!
Oye, que soy Sirius, ¿Recordáis?
No, ya, es que Snape nos las confiscó en el pasillo.
¿Por qué?
Hermione tiró una armadura
Ahhh..., bueno, Remus, una cosa que te quería decir, no te podré acompañar en la próxima luna llena, es que... Harry insistió tanto en que tenía que ir a la casa de los gritos...
Ya, Sirius, además, hice una promesa y otra persona vendrá conmigo.
Asi que, Hermione, ¿Estarás con él?. - Dijo Sirius adivinando.
Si. - Afirmó Hermione.
¿Sabes que hay algo de peligro?. - Preguntó otra vez preocupado.
Conozco el riesgo, pero creo que podré realizar el hechizo Homorphus en el caso de que las cosas se pongan mal, y el profesor Snape no va a realizar mal nunca ninguna poción, no te preocupes, Sirius.
¿Cómo no me iba a preocupar de mi caperucita?. - Dijo poniendo cara de niño bueno. - Con lo que yo te quiero...
Sirius, me parece a mi, que lo que hecharías de menos serían que te rascaran las orejas...
¿Cómo puedes decir eso?. - Dijo Sirius haciéndose el ofencido.
Vale. - Dio Hermione perdiendo la paciencia, de acuerdo, ¿Podréis dejar de discutir algún día?
Nunca jamás. - Contestaron los dos a la vez.
Y en ese momento rodaron por el suelo, pegándose y tirándose de los pelos.
Sirius entonces adoptó un tono muy femenino
Quita guarra, que me manchas el pelo. - Dijo levantándose y alisándose el cabello
Pues tu ,me rompistes la túnica, vibora. - Respondió Remus haciéndose la ofendida.
Serás bruja
Para bruja tu, que te gusta Snivellus
Y a ti Lucius. - Se volvieron para ver a Hermione, quien observaba el espectáculo mientras murmuraba
Ustedes... ustedes están locos.
No, el único loco que hay aquí es moony. - Dijo Sirius.
Si, tu eres una loca. - Replicó él. - Y volvieron a lo suyo, tirándose del pelo como marujas peleonas.
No oyeron abrirse la puerta, hasta que una risa sarcástica y una risa escalofriante.
Señoritas, ¿Me permiten por favor?. - Preguntó Snape, con una gran copa en la mano.
Remus y Sirius se sonrojaron de golpe y se levantaron del suelo.
Hermione rió:
. ¿Qué te trae por aquí, Snivellus?. - Preguntó asqueado.
Traerle la poción al licántropo, ¿Crees acaso que me gusta verte, Black?, no pensé que tu ego llegara hasta puntos tan exagerados...
No a mi, pero si a Mione, por ejemplo. - Hermione se puso seria y miro algo mal a Sirius, a Snape le tembló violentamente y la copa peligro con caer al suelo, pero Remus se la arrebató de las manos y murmuró secamente.
Gracias Severus. - Antes de alejarse y sentarse en el sillo.
De nada, disfruta de mi última poción mata lobos Lupin.
Intentando aparentar tranquilidad preguntó:
¿Cómo así Severus, te hice algo?
Si fuera por hacer... lo que pasa es que mañana la señorita Granger aprenderá a realizarla, de lo que estoy totalmente seguro, y también creo que a ti te agradará mas que la prepare ella, Lupin...
Ah bueno, si es así, muchas gracias Severus. - Se sinceró Lupin.
El aludidido solo respondió con un movimiento de cabeza.
Entonces Hermione, que tenía esa duda en la cabeza, preguntó:
¿Por qué se llevaron tan mal en la escuela?
Todos la miraron como si hubiera soltado una tontada absurda.
Snape fue el primero en hablar
Obviamente, yo fui a Slytherin y ellos a Gryffindor, ¿No te parece motivo suficiente?
No. - Respondió Hermione. - Sería normal que no os tragaseis, pero no hasta el punto de intentar mataros. - Le lanzó una mirada de reproche a Sirius.
Bueno, en nuestro curso fue una relación especialmente mala, con un Malfoy por ahí y un Potter no podía ser buena, y con un Black en Gryffindor acabó siendo un curso desastroso. - Se sinceró Lupin.
Si, creo que entre Gryffindor y Slytherin esos 7 años sumamos...¿700 detenciones?. - Preguntó Snape
No, creo que fueron mas. - Dijo Sirius. - Recuerdo algunas, pero no todas.
Sigo sin saber por que os llevastéis tan mal.
Todos rieron
Yo creo que fue por culpa de Potter... - Comenzó Snape.
Pero fue cortado por un - Como no - , de parte de Sirius,
Déjame Black, digo que, yo coincidí en el compartimento con Evans, y charlamos sobre pociones cuando entró el con Petigrew y Black, yo creo que Lily le gustó desde el primer momento, por que, a partir de entonces, no me dejó en paz. La primera vez fue cuando... Se cayó y paró.
Entonces Sirius, como si estuviera recordando algo muy agradable rió:
James te empujó y te tiró al lago. - Hermione no se rió, sabía lo helado que debía estar el lago. Remus solo sonrió por educación.
Snape maldijo entre dientes a Sirius y dijo:
Bueno, me marchó, Black, todavía tendrán que descolgarte del poste de Gryffindor las de primero de Ravenclaw... - Y se marchó, dejando a un Sirius enojado.
En fin, luego vuelvo, voy con Harry a tomar prestadas un par de cosillas...
De acuerdo. - Dijo Hermione.
Cuando se marchó Hermione se acercó a la mesa donde Remus había dejado la poción mata lobos, y la tomó con las dos manos.
La olió y poco a poco fue percibiendo los ingredientes que necesitaría, en cinco minutos ya sabía mas o menos en que consistía la poción que haría al día siguiente.
Remus la miraba muy atentamente.
Distraidamente rozó con el dedo la superficie de la poción, mojando la yema de su dedo con el líquido, y antes de que nadie dijera nada, se llevó el dedo a la boca, pues quería saber como sabía.
En cuanto ese líquido rozó su lengua sintió una sensación muy desagradable en los labios entonces se dio cuenta de que ese mal sabor de boca solo se le iría con una cosa: Chocolate.
Se sintió muy asqueada, reprimiendo estremecimientos producidos por el mal sabor y dij:
Remus ¡Chocolate!
Remus la atrajó hacia él y dijo:
¡Estas loca!, ¿Cómo se te ocurre probar eso?. Con lo malo que eres, además no eres un hombre lobo.
Y le ofreció una poción de chocolate que la muchacha casi devoró.
Entonces dijo:
Gracias, muchas gracias, pero me parece que vas a necesitar tu también, bébete la poción... anda. - Le regañó Hermione.
Ya voy ya voy... - Y tapándose la nariz, se llevó el contenido de la poción a la boca y de un trago se la bebió.
A Hermione cada vez le estaba pareciendo mas dura la vida de los licántropos.
Sintió un estremecimiento al ver coo Remus omitía una arcada al vaciar el contenido de la copa por completo.
Rebuscó en sus bolsillos y en los de él algo de chocolate, pero no encontró nada.
Mione. - Susurró, poniéndose blanco de mala gana y Hermione se dijo:
Hermione, vamos piensa algo que si no se te muere - .
Y tuvo una idea, se acercó a Remus, el cual ya tenía un color similar al de un fantasma, lo inclinó un poco hacia ella y lentamente fue acercando sus labios a los de él, pues todavía los labios de Hermione tenían sabor a chocolate.
La chica pensó que era su última alternativa, Mione había dejado de lado la lógica que siempre utilizaba en aquellas ocasiones.
Podría haber transformado su pluma en una porción del alimento con facilidad, pero, aunque ella no se había dado cuenta, su vida había cambiado en poco tiempo.
Ya no volvería a ser la de siempre, ya era una mujer.
En un instante de incertidumbre, en el que parecía haberse parado el tiempo, Mione se acercó lentamente a él y sintieron ambos una descarga eléctrica cuando sus labios se encontraron por primera vez y se quedaron así, estáticos, sin moverse.
Remus, intentando percibir el chocolate que en esos momentos necesitaba con tanta ansia, y por fin encontró ese sabor en los labios de Hermione y sintió como volvía a la normalidad, recuperaba su color habitual y empezó a disfrutar de los labios de la chica.
Giró la cabeza hacia la derecha y la atrajo hacia él, entonces...
FIN DE CAPÍTULO, HASTA LA SEMANA QUE VIENE,
COMO TEÍA POCOS REVIEWS, Y POCO TIEMPO, RESPONDERE A TODOS LA PRÓXIMA OCASIÓN CUANDO ME ARREGLEN EL ORDENADOR
BESOS A TODOS
BARBI BLACK
- Remus, no pienses eso, eres una persona maravillosa, de las mejores que he visto nunca, no digas más que no mereces vivir Remus, ayudamé, te ne necesito, todos necesitamos a Moony con nosotros. - Dijo entre sollozos.
El se quedó sin aire, embriagado por el perfume que emanaba esa chica, lo aturdía, lo atontaba, y, junto a esas, las palabras mas bonitas que había oído nunca, dichas por esa melodiosa voz, notó como sus propias lágrimas rodaban por el rostro de la chica.
Ella las notó, como se mezclaban con las de Remus, y, como había hecho antes ella, el licántropo le pasó dulcemente la mano por la cara, y le secó el rostro.
El se acercó a su oreja y le susurró:
Gracias po haberme cambiado la vida en dos días, gracias por existir, por hacerme ver que aún queda algo humano en mi, Hermione Granger... - Le sonrió de manera cursi entre lágrimas y dijo: - Gracias.
Entonces tomó el libro y escribió algo en él, y dijo: - Ahora es tuyo, como mi corazón. - Hermione se sonrojó de nuevo y dijo:
Y el mío es tuyo moony. - Respondió ella.
Remus intentando romper el hielo hablo:
Estooo, te apetece que nos pasemos esta tarde por el callejón Diagon, y así nos compramos la ropa muggle.
Si claro, pero Remus, este libro...
Ya se que es de la biblioteca, pero ya hablaré con Madame Pince.
No, no es eso, es muy importante, yo no tengo nada de valor para darte, es...
No es nada, ¿Ok?, venga, vamos al callejón Diagon.
Se dirigieron a la salida, pero entonces un brazo lo tomó bruscamente.
Remus se extrañó y dijo:
Ahora vuelvo Mione.
Se metió debajo de una capa invisible y vio a Ron Weasley.
Hola Ron, ¿Querías hablar?
Sí, solo te quería decir Lupin, en fin, que a mi me gusta Hermione.
Lo se...
Ya, pero, a parte de que a ella obviamente le gustas tu, ¿A ti te gusta de verdad?
Mira Ron, la cuestión no es que a mi me guste o no, la que tiene que elegir es ella, yo no me le voy a declarar, claro, tienes que saber que le doblo la edad y mas, pero no negaré que Hermione me ha cambiado la vida, pero si le quieres decir algo, adelante, no te voy a morder.
Ron sonrió y dijo:
Me niego a creer que ella no te haya dicho nada... de que chicos le gustan, dime si tengo alguna posibilidad.
Es cierto que le he estado escuchando pensar, ejem, pero ella dijo que ojalá estuviera enamorada de ti, que eras, una.. ¡Ah si!, monada de chico, pero no comprendo bien a las mujeres, a lo mejor espera que la invites a salir... no se... Bueno, me esperan, me voy Ron.
Y se marchó, riendo ante las ilusiones del pobre chico, no es que no quisiera, bueno, si que no quería, pero el muchacho no tenía ninguna esperanza con su Hermione... un momento, ¿Había dicho su Hermione?, no... si estaba empezando a chochear ya.
Miró a Hermione esperándole. - Que bonita eres. - Dijo para si mismo, pero una voz le respondió
Gracias, Remus -
Ups, se me escapó, lo siento.
Y riendo fueron hacia los carruajes para tomar el anden nueve tres tercios, que los llevaría al callejón Diagon.
Y dime Hermione. - Preguntó con la vista fija en un punto. - ¿Qué chico te gusta?
¡Oh!, pues... en realidad, no me gusta ningún chico. - Mintió (Yo se por que no decía la verdad, jejeje), en fin, se que hay hombres guapos en el mundo, pero busco a uno especial...
Remus, que no captó la oculta indirecta, preguntó
¿Cómo de especial?. - Cruzó los dedos. - No seas idiota, aun en el caso de que le gustaras, no te lo iba a decir...
Pues, haber... que me comprenda, que sea dulce, cariñoso, divertido, que tenga cosas que contar, le guste mi trabajo, y sobre todo, que sea inteligente, excitantemente inteligente. - Dijo, intentando hacer una descripción lo mas precisa posible del hombre que tenía delante.
Ah, vaya, menudo hombre, no se si existe... - ¿Yo tengo alguna de esas cualidades?, si, algunas, - ¡Ja!, iluso, callaté y escúchala.
¿Y a ti, Remus, como te gustan las mujeres?
Pues... la belleza es una gran virtud, es verdad, pero lo único que yo le pediría es que me quisiera por lo que soy, un licántropo, y eso descarta al 100% de las mujeres de este mundo...
Eso no es cierto. - Dijo Hermione, comenzando a enfadarse. - Muchas mujeres morirían por ti, y les importaría un comino aunque fueras un hombre lobo. Eres lo mas cercano a el hombre perfecto qe he conocido en mi vida. - Dijo sinceramente. - Como vuelva a decir lo de licántropo... -
¿De verdad?. - Preguntó esperanzado.
De verdad
Y, según tu, ¿cuál es mi mas gran defecto?. - Preguntó, aunque ya sabía desde los tres años cual era.
¿Aún no lo sabes?
Si claro, - Se disculpó. - ya se que ser un...
Un maldito pesimista que no se valora en lo mas mínimo. - Cortó Hermione.
¿Qué?
Lo que oyes, parece que el optimismo desapareció de la faz de la faz de la tierra el día que naciste.
¿Cómo alguien puede valorarse siendo lo que soy?
¿Ves?, Ahí esta, te crees de una especie inferior, un elfo doméstico es mas egocentrista que tú.
Pero nadie me quiere por ser un licántropo...
Hermione entonces se levantó y camino hasta su asiento, se sentó en sus rodillas y acercó sus manos a su cuello, le cogió por la parte superior de la túnica, el se dejaba hacer, Hermione, que al principio pensaba estrangularlo, lo miró a los ojos, esos ojos de color miel, que derrochaban dulzura y tristeza, notó como se iba acercando a él, lentamente.
Vio a Remus cerrar los ojos, ella también lo hizo y siguieron acercándose, mas lentamente, tras un instante de indecisión, se apresuró a besar esos tiernos labios.
Pero justo en ese momento...
El tren pegó un frenazo y Remus calló sobre ella, ambos recobraron el sentido, alarmados ante lo que habían estado a punto de hacer, Remus se levantó, aunque jamás lo habría hecho si la ocasión fuera diferente, y tendió la mano a la muchacha.
Ella lo miró, estaba muy rojo, muy muy rojo, ella también.
Tomó su mano y levantó la vista.
Salieron del tren, que desapareció súbitamente, y se encontraron en el caldero chorreante.
Entraron y vieron que había bastantes magos y brujas hablando animadamente.
Cuando aparecieron la gente volteó a verlos, y todos miraron a Lupin, entonces empezaron algunos cuchicheos.
Remus se acercó a la barra y saludó:
Hola Tom, ¿Qué tal estas?
Hola Lpuin, ¿Qué tal tu?, por aquí todo va normal, ¿Tu eres Hermione Granger, verdad? Te vi el año pasado con Harry Potter y un Weasley, ¿No?
Si señor. - Dijo Hermione, mirando de reojo a todo el bar, que estaba oyendo atentamente la conversación.
Bien, ¿Y qué asuntos os traen por el callejón Diagon, señorita?
Unas compras, para una reunión importante en Hogwarts, en realidad vine a ver si Hermione me puede elegir algo, siempre fui un desastre con la ropa...
Si, recuerdo como siempre venían acompañados por la señora Evans. - Dijo el tabernero con voz soñadora y melancólica. - Bueno, no les entretengo que tendrán que marchar.
Se acercaron a la sala de paso al Callejón Diagon pero entonces Hermione, que había estado jugueteando tontamente con la túnica de Remus, sin querer, escuchó el comentario del hombre que estaba sentado en una mesa del fondo, que dijo lo suficientemente alto para que ella lo oyera.
Donde se creerá que va poniéndole las manos encima a esa linda chiquilla?, Ese licántropo, como si tuviera derecho a ello, si no merecería siquiera vivir... - Hermione notó como Remus bajaba la cabeza y se separaba de ella, seguramente, dolido.
Hermione tembló de furia y retrocedió sobre sus pasos, Remus le dijo
Hermione, para, no merece la pena.
Pero ella volvió y paró delante de la mesa del hombre, con los ojos llenos de lágrimas y respondió con mucha valentía, por algo era Gryffindor.
El que no merecería vivir es usted, hombre, ¿Cómo puede ser usted tan hipócrita?, ¿A caso usted lo conoce tan bien como para juzgarlo?, ¿Sabe como es, que tipo de persona?. - Preguntó con furia.
No se dio cuenta de que la gente sacaba alguna que otra cámara de fotos mágica y escribían con su vuelapluma.
Tienes usted valor señorita, por dejarse acompañar por este animal... ¿Sabe que es un mostruo?, ¿Qué la puede asesinar, por Merlin?
¿Cree usted que se va a trasformar ahora o que?, ¿Es que no sane que existe la poción mata lobos?. - Se dirigió a los magos de la sala, ¿No saben que esa enfermedad esta ya controlada?, ¿Por qué no dejan de tener prejuicios hacia la gente como ellos?, les puedo asegurar que es un hombre maravilloso. - La gente cuchicheo.
Estoy totalmente de acuerdo, señorita, nadie mas que el señor Lupin, un mago tan cualificado, merece ser respetado. - Dijo un mago.
Conformes. - Dijeron varias voces.
Pues yo ahora mismo me voy a quejar al ministerio. - Dijo una bruja excitada. - ¿Quién viene conmigo?.
¡YO!. - Se oyeron muchas voces femeninas y alguna que otra masculina.
Invito a una ronda a todos los que vayan. - Se escuchó otra persona.
Remus y Hermi fueron arrastrados por la muchedumbre, que los invitaba a cosas, alababan a la muchacha, y pedían disculpas eternamente a Remus,
Ellos se querían marchar de allí, cuando sus deseos se vieron cumplidos pues la gente se fue a la manifestación y ellos decidieron ir a comprar la ropa al Londres muggle, por si acaso los acorralaban en el callejón.
Salieron del bar y cogieron el autobús, pagando con las monedas, que confundieron al pobre conductor muggle pero que aceptó tras la intervención de un improvisado joyero que iba en el vehículo.
Se sentaron al final, y Remus no sabía que decir, como empezar por que le tenía que agradecer tanto, a esa muchacha, que tanto le había hecho sentir,
Era cierto que parecían no tener tiempo, todo iba muy deprisa, pero tenía el presentimiento de que algo les ocurriría, de que tendrían que ser apresurados.
Bajaron del autobús en una zona comercial.
Hermione se dirigió a los amacenes Harrot´s y después a New Yorker, y ahí le compró una camisa lila oscuro, y unos pantalones blancos, que hacían parecer al hombre muy atractivo, también compraron un traje y un bonito vestido elegante para cada uno.
Después se dirigieron a Stradivarius y Hermione se dijo: - Compraté algo decente Hermione -. Pero ella, inebitablemente, miró las faldas y...
Lo vio, la ropa ideal, diciéndole a Remus que la ropa de baile de la chica no se veía hasta entonces, este se marchó a mirar otras cosas, y se lo probó: - Fantástico - .
Con el tren se dirigieron a King Kross y desde allí tomaron el acostumbrado anden.
Remus, que había estado meditando, se atrevió a dar señales de vida.
Tomó las manos de Hermione y dijo:
Es un buen comienzo para tu carrera en el ministerio, revolucionar a un grupo de magos a favor de los derechos de los hombre lobos. - Dijo sonriéndole. - Eso no se consigue todos los días.
Ella sonrió
Ha sido fácil, lo único que hay que conseguir es que el miedo desaparezca y la gente mire en su corazón, ummm, vaya si se nos hizo tarde, ya son las once y media, espero que nos den de comer en las cocinas. - Declaró Hermione cambiando de tema.
Si, por que no querrás asimilar las consecuencias de estar cerca de un licántropo hambriento. - Sonrió, acercándosele peligrosamente.
Oh, no se... - Ella se acercó a él, con un movimiento rápido lo tumbó en el suelo del compartimento y se colocó sobre él.
Remus la miraba, como invitándola a seguir, si se atrevía.
Hermione le sujeto un brazo, se inclinó hacia él, y en un momento de complicidad...
¡Rictusempra!. - Remus entonces se quedó tieso y comenzó a retorcerse en el suelo.
Hermione rodó por el suelo y quedó a su lado, la maldición de cosquillas había hecho efecto, el joven no podía respirar a causa de las risas producidas.
Para Hermione, para... - Gimió
A Hermione, aunque no lo reconocería ni muerta, la excitaron un poco esas palabras, hasta tal punto de casi perder el hilo de lo que estaba haciendo, pero solo acentuó un poco mas su sonrisa.
¿Quién va a comer a quien?. - Dijo en un tono meloso de voz.
Tu.. mi diosa... mi reina... mi vida - Dijo entrecortadamente.
Esta bien... - ¡Finite Incantatem!. - Dijo, y la maldición cesó.
Notaron como el expreso disminuía su velocidad, se sentaron en los respectivos asientos, entonces Remus dijo:
¿Cómo podré compensarte lo que has hecho por mi hoy?
Hermione le lanzó una mirada evaluadora y suplicó:
La próxima luna llena déjame pasar la noche contigo, por favor.
Remus sonrió:
Con la poción de Snape no había peligro, y, en realidad, si que deseaba pasar la noche con ella.
Hizo un gesto de meditación falsa y murmuró:
De acuerdo.
Entraron por la puerta trasera del castillo, intentando no hacer ruido.
Iban riendo a carcajadas, haciendo ¡Shhh! Mutuamente.
Entonces Remus pisó a Hermione, quien gritó y le asestó una torta.
El, dolido, le fue a hacer cosquillas, la muchacha retrocedió y chocó con una armadura, que cayó al suelo provocando un gran estruendo.
En ese momento llegó la señora Norris , maullando como loca, ¡no!, si iba a conseguir lo que quería, despertar a todo el castillo.
Hermione perdió los nervios y cumplió con el sueño mas perverso de la mitad del alumnado de Hogwarts: le arreó una patada, lanzando a la gata por una ventana cercana.
Oyeron pasos cada vez mas próximos y Remus empujó a Hermione contra él, quedando tirados en el suelo, y rodó con ella hacia la derecha, quedando semi ocultos en la sombra de una esquina.
Entonces apareció Filch, acompañado ni mas ni menos que de Snape.
Juro que oí a la señora Norris por aquí profesor. - Dijo Filch.
Bueno, ya lo veremos, pero tienen que estar a.. - Se tropezó con algo y cayó de morros contra el suelo, apoyando las manos para frenar la caída.
Hermione casi no podía aguantar su preocupación y Remus... bueno, a Remus le venía justo para aguantar la risa.
¿Qué demonios es esto?. - Dijo, levantándose del suelo y cogiendo las bolsas de ropa. - ¿Stradivarius y Harrot´s?, ¿Qué es esto?. - Dijo Snape extrañado.
Vació el contenido de las bolsas.
Cogió algo que parecía un trapo cosido de color rosa estampado y una... algo que parecía una camiseta-top.
En el otro montón vio unos pantalones blancos, que él no se habría visto ni aunque Voldemort se lo mandara y una camisa de color ciruela, muy cursi, a su parecer.
Parece Ropa muggle, profesor. - Dijo inseguro Filch.
Snape meditó unos momentos y dijo:
¡Ah1, vaya, ya se lo que ha ocurrido, puedes largarte Filch, ya lo solucionó yo todo.
Filch se fue a buscar a la señora Norris y Snape se acercó s las sombras.
Palpó con su mano y captó algo:
Lo impulsó hacia arriba.
¿Señorita Granger, que hacía usted en el suelo?. - Dijo hablando un tono, que, viniendo de él, se podría interpretar como amable.
Me caí, me choqué contra una armadura...
No, eso ya lo se. - Replicó Snape. - Me refiero a que hace usted en el pasillo a estas horas de la noche.
Pues...
¿Si?. - Dijo alzando una ceja.
Es un castigo del profesor Lupin, el me mandó limpiar las aramduras esta noche por... comerme su helado de chocolate esta tarde. - Improvisó mintiendo descaradamente.
Snape en ese momento rió, muy dulcemente, comparada con la risa sarcástica que solo se le podía escuchar de vez en cuando.
Es usted una mentirosilla atrevida, Granger, al igual que lo fue la madre de Potter. - Recordó con una expresión melancólica.
Algo en su mirada me dice que la apreció tanto que la hecha mucho de menos. - Se atrevió a decir Hermione.
Snape al principió no respondió, ¿Cómo se atrevía esa niña a preguntarle eso?. Pero se dio cuenta de que no podía mentirle.
Si, la hecho de menos, como dijo tu amigo Black, fue la única mujer que hubo en mi vida. - Se dio cuenta de lo que había dicho y se puso recto.
La chica estaba anonanada ante semejante declaración.
No dirás nada, ¿Verdad?. Dijo
Por supuesto que no voy a decir nada, no se preocupe, y me alegro que tenga algo de confianza en mi, profesor.
A mi me alegra, que, por primera vez, alla una aportación inteligente en la orden después de muchos años, me marcho, tengo que terminar de corregir unos trabajos de los alumnos de tercero.
Si le parece bien, puede venir a las 10:30 a las clases adicionales de pociones.
Será un placer, profesor. - Respondió educadamente. - Hasta mañana.
Que pase buena noche Granger, y que no la coma... el lobo. - Y se marchó.
Hermione quedó boquiabierta, pero se encojió de hombros y dijo:
Remus, sal ya.
Remus salió de su escondite, como lo habría hecho un niño pequeño al que iba a regañar su mama. Dijo:
¿Ya se fue Snivellus?
Si, ya se fue.
Vaya, ya veo que te tomo aprecio, ummm, eres la tercera chica con la que se dirige la palabra educadamente en su vida.
¿Tercera?, yo creía ser la segunda.
Mione, te olvidas de la señora Norris.
¡Ah si!, es verdad, bueno, ¿a dónde vamos?
Ehhh, te puedes venir un rato con migo, y bueno, con Sirius a hablar, del libro, y cosas así. - Dijo esperanzado.
Vale, he entendido. - Sonrió Hermione. Y se dirigieron a la habitación
¡CANUTOOO! Ya estamos aquí. - Gritó Remus.
¿Cómo que estamos?, ah, caperucita, . - Hermione se sonrojó.
Hermione le comunicó a Remus. - ¿Le decimos lo que ocurrió en el caldero chorreante?
No, les daremos una sorpresa....
EOOOOO, os estoy hablando, os preguntaba que donde habéis estado.
En el callejón, comprando ropa.
¿Y donde esta?. - Hermione y Remus se miraron y dijeron:
¡Snape!
Oye, que soy Sirius, ¿Recordáis?
No, ya, es que Snape nos las confiscó en el pasillo.
¿Por qué?
Hermione tiró una armadura
Ahhh..., bueno, Remus, una cosa que te quería decir, no te podré acompañar en la próxima luna llena, es que... Harry insistió tanto en que tenía que ir a la casa de los gritos...
Ya, Sirius, además, hice una promesa y otra persona vendrá conmigo.
Asi que, Hermione, ¿Estarás con él?. - Dijo Sirius adivinando.
Si. - Afirmó Hermione.
¿Sabes que hay algo de peligro?. - Preguntó otra vez preocupado.
Conozco el riesgo, pero creo que podré realizar el hechizo Homorphus en el caso de que las cosas se pongan mal, y el profesor Snape no va a realizar mal nunca ninguna poción, no te preocupes, Sirius.
¿Cómo no me iba a preocupar de mi caperucita?. - Dijo poniendo cara de niño bueno. - Con lo que yo te quiero...
Sirius, me parece a mi, que lo que hecharías de menos serían que te rascaran las orejas...
¿Cómo puedes decir eso?. - Dijo Sirius haciéndose el ofencido.
Vale. - Dio Hermione perdiendo la paciencia, de acuerdo, ¿Podréis dejar de discutir algún día?
Nunca jamás. - Contestaron los dos a la vez.
Y en ese momento rodaron por el suelo, pegándose y tirándose de los pelos.
Sirius entonces adoptó un tono muy femenino
Quita guarra, que me manchas el pelo. - Dijo levantándose y alisándose el cabello
Pues tu ,me rompistes la túnica, vibora. - Respondió Remus haciéndose la ofendida.
Serás bruja
Para bruja tu, que te gusta Snivellus
Y a ti Lucius. - Se volvieron para ver a Hermione, quien observaba el espectáculo mientras murmuraba
Ustedes... ustedes están locos.
No, el único loco que hay aquí es moony. - Dijo Sirius.
Si, tu eres una loca. - Replicó él. - Y volvieron a lo suyo, tirándose del pelo como marujas peleonas.
No oyeron abrirse la puerta, hasta que una risa sarcástica y una risa escalofriante.
Señoritas, ¿Me permiten por favor?. - Preguntó Snape, con una gran copa en la mano.
Remus y Sirius se sonrojaron de golpe y se levantaron del suelo.
Hermione rió:
. ¿Qué te trae por aquí, Snivellus?. - Preguntó asqueado.
Traerle la poción al licántropo, ¿Crees acaso que me gusta verte, Black?, no pensé que tu ego llegara hasta puntos tan exagerados...
No a mi, pero si a Mione, por ejemplo. - Hermione se puso seria y miro algo mal a Sirius, a Snape le tembló violentamente y la copa peligro con caer al suelo, pero Remus se la arrebató de las manos y murmuró secamente.
Gracias Severus. - Antes de alejarse y sentarse en el sillo.
De nada, disfruta de mi última poción mata lobos Lupin.
Intentando aparentar tranquilidad preguntó:
¿Cómo así Severus, te hice algo?
Si fuera por hacer... lo que pasa es que mañana la señorita Granger aprenderá a realizarla, de lo que estoy totalmente seguro, y también creo que a ti te agradará mas que la prepare ella, Lupin...
Ah bueno, si es así, muchas gracias Severus. - Se sinceró Lupin.
El aludidido solo respondió con un movimiento de cabeza.
Entonces Hermione, que tenía esa duda en la cabeza, preguntó:
¿Por qué se llevaron tan mal en la escuela?
Todos la miraron como si hubiera soltado una tontada absurda.
Snape fue el primero en hablar
Obviamente, yo fui a Slytherin y ellos a Gryffindor, ¿No te parece motivo suficiente?
No. - Respondió Hermione. - Sería normal que no os tragaseis, pero no hasta el punto de intentar mataros. - Le lanzó una mirada de reproche a Sirius.
Bueno, en nuestro curso fue una relación especialmente mala, con un Malfoy por ahí y un Potter no podía ser buena, y con un Black en Gryffindor acabó siendo un curso desastroso. - Se sinceró Lupin.
Si, creo que entre Gryffindor y Slytherin esos 7 años sumamos...¿700 detenciones?. - Preguntó Snape
No, creo que fueron mas. - Dijo Sirius. - Recuerdo algunas, pero no todas.
Sigo sin saber por que os llevastéis tan mal.
Todos rieron
Yo creo que fue por culpa de Potter... - Comenzó Snape.
Pero fue cortado por un - Como no - , de parte de Sirius,
Déjame Black, digo que, yo coincidí en el compartimento con Evans, y charlamos sobre pociones cuando entró el con Petigrew y Black, yo creo que Lily le gustó desde el primer momento, por que, a partir de entonces, no me dejó en paz. La primera vez fue cuando... Se cayó y paró.
Entonces Sirius, como si estuviera recordando algo muy agradable rió:
James te empujó y te tiró al lago. - Hermione no se rió, sabía lo helado que debía estar el lago. Remus solo sonrió por educación.
Snape maldijo entre dientes a Sirius y dijo:
Bueno, me marchó, Black, todavía tendrán que descolgarte del poste de Gryffindor las de primero de Ravenclaw... - Y se marchó, dejando a un Sirius enojado.
En fin, luego vuelvo, voy con Harry a tomar prestadas un par de cosillas...
De acuerdo. - Dijo Hermione.
Cuando se marchó Hermione se acercó a la mesa donde Remus había dejado la poción mata lobos, y la tomó con las dos manos.
La olió y poco a poco fue percibiendo los ingredientes que necesitaría, en cinco minutos ya sabía mas o menos en que consistía la poción que haría al día siguiente.
Remus la miraba muy atentamente.
Distraidamente rozó con el dedo la superficie de la poción, mojando la yema de su dedo con el líquido, y antes de que nadie dijera nada, se llevó el dedo a la boca, pues quería saber como sabía.
En cuanto ese líquido rozó su lengua sintió una sensación muy desagradable en los labios entonces se dio cuenta de que ese mal sabor de boca solo se le iría con una cosa: Chocolate.
Se sintió muy asqueada, reprimiendo estremecimientos producidos por el mal sabor y dij:
Remus ¡Chocolate!
Remus la atrajó hacia él y dijo:
¡Estas loca!, ¿Cómo se te ocurre probar eso?. Con lo malo que eres, además no eres un hombre lobo.
Y le ofreció una poción de chocolate que la muchacha casi devoró.
Entonces dijo:
Gracias, muchas gracias, pero me parece que vas a necesitar tu también, bébete la poción... anda. - Le regañó Hermione.
Ya voy ya voy... - Y tapándose la nariz, se llevó el contenido de la poción a la boca y de un trago se la bebió.
A Hermione cada vez le estaba pareciendo mas dura la vida de los licántropos.
Sintió un estremecimiento al ver coo Remus omitía una arcada al vaciar el contenido de la copa por completo.
Rebuscó en sus bolsillos y en los de él algo de chocolate, pero no encontró nada.
Mione. - Susurró, poniéndose blanco de mala gana y Hermione se dijo:
Hermione, vamos piensa algo que si no se te muere - .
Y tuvo una idea, se acercó a Remus, el cual ya tenía un color similar al de un fantasma, lo inclinó un poco hacia ella y lentamente fue acercando sus labios a los de él, pues todavía los labios de Hermione tenían sabor a chocolate.
La chica pensó que era su última alternativa, Mione había dejado de lado la lógica que siempre utilizaba en aquellas ocasiones.
Podría haber transformado su pluma en una porción del alimento con facilidad, pero, aunque ella no se había dado cuenta, su vida había cambiado en poco tiempo.
Ya no volvería a ser la de siempre, ya era una mujer.
En un instante de incertidumbre, en el que parecía haberse parado el tiempo, Mione se acercó lentamente a él y sintieron ambos una descarga eléctrica cuando sus labios se encontraron por primera vez y se quedaron así, estáticos, sin moverse.
Remus, intentando percibir el chocolate que en esos momentos necesitaba con tanta ansia, y por fin encontró ese sabor en los labios de Hermione y sintió como volvía a la normalidad, recuperaba su color habitual y empezó a disfrutar de los labios de la chica.
Giró la cabeza hacia la derecha y la atrajo hacia él, entonces...
FIN DE CAPÍTULO, HASTA LA SEMANA QUE VIENE,
COMO TEÍA POCOS REVIEWS, Y POCO TIEMPO, RESPONDERE A TODOS LA PRÓXIMA OCASIÓN CUANDO ME ARREGLEN EL ORDENADOR
BESOS A TODOS
BARBI BLACK
