CAPITULO 7

EMPEORANDO

Sería inútil que les contara el horror con que pasé el resto de la noche. Un horror que aun me persigue hasta este momento. No fue el terror pasajero que suele irse con el paso del tiempo, o que queda sepultado en las profundidades de la mente. Por el contrario, solo parecía fortalecerse con el tiempo, impregnándose en la habitación y en el mobiliario que habían enmarcado la aterradora aparición.

No pude soportar que me dejaran sola ni un momento durante el transcurso del día siguiente. Se lo pude haber contado a mi padre, pero no lo hice por dos razones: Por un lado supuse que se burlaría de mi historia y francamente, yo no podría soportar el que alguien pensara que lo que me sucedió fuera una broma; y por otra parte, podría imaginar que estaba siendo afectada por ese extraño mal que los campesinos llamaban úpiro. Yo, por mi parte, no tenía temores en ese sentido, y como mi padre recién tenía tres meses de haber salido de una enfermedad no deseaba preocuparlo con mis problemas.

Me sentí muy confortada en compañía de la señorita Mizuki, lo que me animó a contarle lo que me había sucedido la noche anterior. La señorita Mizuki se rió con mi historia.

-Por cierto, dicen que el paseo debajo de la habitación de Tomoyo esta hechizado.- dijo en ese momento.

-¡Pero que tontería!- exclamé un tanto molesta. -¿Y quien se supone que cuenta estas cosas?-

-Uno de los criados dice que vieron pasar dos veces a la misma mujer justo antes del amanecer. Yo creo que podría tratarse de alguna chica que saca a sus animales a pastar antes del amanecer, pero el prefiere creer que se trata de un fantasma o algo así.-

-No hay que decirle nada a Tomoyo, ya que ella es mucho mas cobarde que yo, si es que acaso eso es posible.-

Tomoyo bajó un poco mas tarde que lo habitual en ella. Se veía que tampoco había pasado una buena noche.

-Que miedo he pasado esta noche.- me comenzó a platicar en cuanto estuvimos juntas. -Estoy segura de que algo horrible me habría pasado de no ser por el amuleto que le compré al jorobadillo ese que insulté tanto aquella vez. Soñé con que alguna especie de animal negro daba vueltas alrededor de mi cama. Eso me despertó, pero me pareció ver una figura parada junto a la chimenea que hay en mi habitación. Rápidamente busque el amuleto que yo había prendido debajo de mi cama y en cuanto lo toque, la figura desapareció. No dejo de pensar que sin no hubiera tenido el amuleto ese a mi lado, probablemente habría terminado como esas pobres infelices.-

-Bueno Tomoyo, espera a que escuches lo que me paso.- y le conté lo que me había sucedido esa noche, logrando solo aterrarla mas de lo que de por si ya estaba.

-¿Qué tu no tenias el amuleto a la mano?-

-No. Lo tengo guardado en un jarrón en el saloncito, pero creo que a partir de ahora, mejor lo traeré cerca de mí. Por lo que me dices, probablemente si sirva.-

Después de todos estos años, aun no me explico como es que logre superar mi horror lo suficiente como para dormir sola en mi habitación. Alcanzo a recordar que prendí el amuleto a mi almohada con un alfiler, y confiada en eso, me dispuse a dormir. Recuerdo que me dormí casi al instante y que dormí tranquilamente toda esa noche. La noche siguiente también la pasé sin sobresaltos de ningún tipo, pero recuerdo que desperté con una sensación de lasitud y melancolía que, sin embargo, no excedían un nivel en que resultaran incómodos.

-Bueno, te lo dije.- dijo Tomoyo una vez que le conté como había pasado esta otra noche.

-Yo misma ha tenido un sueño divino. Esta vez decidí prender el amuletito en mi camisón, porque siento que esa otra noche estaba demasiado lejos. Estoy segura de que todo era una fantasía, salvo los sueños. Antes pensaba que eran los malos espíritus los que provocaban los malos sueños, pero el médico de nuestra familia me dijo que eso no es cierto. Solo se trata de una fiebre o alguna otra enfermedad que al tocar por una puerta y no obtener respuesta, simplemente se pasa de largo.-

-¿Y que piensas que es este amuleto?- pregunté. -Ha sido ahumado o sumergido en alguna droga, y por lo tanto resulta ser una especie de medicina.-

-Entonces, ¿esto solo actúa sobre el cuerpo?-

-Desde luego que si, mi querida amiga. ¿No supondrás que algunos trozos de cinta o algún tipo de perfume puedan detener a un espectro? Este amuleto no resulta ser algo mágico o sobrenatural. De hecho es un remedio completamente natural.-

Hubiera estado mas feliz si mi opinión hubiera concordado un poco con la de Tomoyo, pero esa explicación no me ayudaba a tranquilizarme.

Dormí profundamente por algunas noches, pero cada mañana me sentía más invadida por una sensación de languidez. Sentía como mi cuerpo se inundaba de una extraña melancolía, pero era una melancolía de la que yo no deseaba librarme. También llegaron a mi cabeza súbitos pensamientos de muerte, así como una idea de que poco a poco estaba decayendo, pero no era una idea que me resultara desagradable. Fuera lo que fuera, mi alma lo aceptaba. No admití estar enferma. No le dije nada a mi padre, ni pensé en que llamaran al médico.

Tomoyo sentía por mi más devoción que nunca, y sus ardientes lapsos de lánguida adoración se hicieron mas frecuentes. Me acariciaba con un ardor creciente a medida de que mi fuerza y mi ánimo se debilitaban. Eso me hacía sentir un destello de locura. Estaba ya entonces, sin saberlo en ese momento, en un grado notablemente avanzado de una de las enfermedades más raras que pudieran existir. En sus primeros síntomas había una extraña fascinación que me reconciliaba más que de sobra con el efecto incapacitador de mi enfermedad. Esa fascinación fue creciendo en mí durante algún tiempo, hasta el punto en que se llegó a mezclar con una sensación de lo horrible, que fue profundizándose hasta pervertir cada aspecto de mi vida.

El primer cambio que noté se dio casi en el punto mismo de inflexión donde comienza el descenso al infierno, era más bien un cambio agradable: durante el sueño me visitaban una serie de sensaciones, algunas normales y otras raras, siendo la sensación que mas prevalecía la de ese agradable estremecimiento que sentimos al bañarnos contra la corriente de un rió. Pronto me encontraba soñando cosas que no recordaba y que me parecían interminables. Eso me dejaba sensaciones horribles, como si hubiera hecho grandes esfuerzos, o recorrido enormes distancias.

Usualmente me quedaba el recuerdo de haber estado en un sitio totalmente obscuro y haber con gente a la que no podía ver en ningún momento, y sobre todo, el de escuchar una voz clara y muy linda; una voz femenina que además era muy profunda y ceremoniosa. Siempre la escuchaba de lejos y me daba una sensación de solemnidad y miedo indescriptibles. Otras veces sentía como si unos labios cálidos y amorosos se deslizaran por mis mejillas, rodeándolas poco a poco hasta llegar cerca de mis labios, y de hay descendían por mi cuello, como si quisieran llegar mas abajo, pero en el cuello se detenía la sensación y se inmovilizaba justo ahí. Mi corazón latía de una forma más apresurada y agitada; mi respiración se tornaba jadeante y después llegaba una sensación de estrangulamiento en la que caía inconsciente.

Habían pasado tres semanas desde que comencé a tener esos sueños, y mis sufrimientos comenzaban ya a reflejarse en mi aspecto. Estaba pálida, mis ojos estaban dilatados y tenía unas grandes ojeras, y la languidez que había comenzado a mostrarse en mi carácter, empezaba a notarse en mi semblante. Mi padre me preguntaba a menudo si acaso estaba enferma, pero yo me obstinaba en decirle que no me pasaba nada, pero para ser sincera, no me aquejaba ninguna dolencia u otro síntoma que no fuera como los que les describí. Tampoco tenía alucinaciones u algún otro indicador de que mi mente estuviera dañada, salvo aquellos extraños sueños que no contaba a nadie en absoluto. Nunca pensé que se tratara de es misterioso mal que llamaban úpiro, ya que las victimas de ese mal rara vez llegaban a resistir poco mas de tres días, y yo ya tenía tres semanas de convalecencia.

Tomoyo también llegaba a quejarse de sueños y sensaciones horrorosas, pero de ninguna manera de la misma clase de males que me aquejaban a mí. Dios, si hubiera sido capaz de comprender mi estado en ese momento, habría pedido ayuda de rodillas. Pesaba sobre mí el narcótico de una influencia extraña y fuera de mi comprensión.

Una noche poco después, pasó algo aterrador. En vez de escuchar la voz que oía en mis sueños últimamente, oí otra, dulce y tierna, pero terrible a la vez que me dijo "Tu madre te advierte que te cuides de la asesina." Al mismo tiempo surgió una fuerte luz que iluminó todo, y vi a Tomoyo de pie, junto a mi cama y con su camisón blanco, completamente bañada en sangre desde la boca hasta los pies.

Me desperté con un alarido y no vi a nadie en mi habitación. Lo primero que pensé es que estaban asesinando a Tomoyo, así que salí de mi cama y fui al pasillo donde comencé a pedir ayuda. La señorita Mizuki y algunos otros sirvientes respondieron a mi llamado.

-¿Que sucede Sakura? ¿Qué te pasó?-

-No tengo tiempo de hablar, señorita Mizuki. Por favor, debemos ir con Tomoyo. Siento que algo terrible le esta pasando.-

La señorita Mizuki me acompañó hasta donde estaba su habitación y comenzamos a llamar y tocar a su puerta de forma desesperada, pero no había respuesta.

Estábamos realmente asustadas ya que esa puerta estaba cerrada con llave por dentro, como era costumbre de Tomoyo; fuimos a donde estaba una campana y comenzamos a hacerla sonar furiosamente. Lo malo era que la habitación de mi padre se encontraba en otro extremo del schloss, y ninguna de nosotras nos animábamos a ir hasta allá. Sin embargo, algunos sirvientes si escucharon la campana y ya junto a ellos, regresamos a la habitación de Tomoyo.

Intentamos hablarle una vez más, y como ella no respondió, ordené que derribaran la puerta. La señorita Mizuki y yo entramos primero y comenzamos a llamarla por su nombre, al tiempo que iluminábamos el lugar con nuestras lámparas. Después de revisar todo con calma, nos dimos cuenta de que todo estaba en el mismo orden en que se había quedado la habitación cuando la deje antes de dormir, pero no había el menor rastro de Tomoyo.

Continuara...

Aquí estoy una vez mas, esperando que esta historia sea de su agrado. Recuerden que sus opiniones, comentarios y críticas serán bien recibidas. Ahora respondamos lo que llegó esta semana al buzón de correos. (Literalmente.)

ultimate spider: Se que este capítulo será de tu agrado, y como puedes ver, al fin comenzamos a con la acción.

Celina Sosa: Ya tienes la respuesta a tu pregunta, pero ahora surgirán algunas nuevas. Gracias.

Lyz: Me gusta mucho leer tus reviews. Tienes una manera muy linda de expresar lo que piensas. Te agradezco por la felicitación y espero seguir viéndote por mucho rato más.

lady-chan: Espero que sigas leyendo esta historia, pues como podrás ver, estamos comenzando con el verdadero horror. Decidí que si voy a incluir a Shaoran en la historia, además de Eriol, pero ambos van a entrar hasta el final. Te hubieras animado antes a dejarme un review. Se puede notar que eres una chica estupenda. Y trataré de seguir tu consejo sobre la historia. Sigue por aquí, que si no lo haces te voy a extrañar muchísimo.

JKatty: Me da mucho gusto volver a verte. La verdad pensaba ponerme a hablar de lo linda que es Tomoyo contigo, pero el problema es que no acabaría. De veras la adoro. Respecto a lo que dices de los vampiros, es verdad que las concepciones al respecto cambian mucho según quien lo cuente o de donde sean. Por ejemplo están ciertos mitos al respecto en los países árabes que por ahora no pongo por falta de espacio, o bien las versiones más modernas del mito, como en vampire: the masquerade, pero todo nos lleva a algo que nos fascina a los hombres en más de una forma. Ahora sobre tus fics, no te preocupes tanto. Se que muchas veces no se puede hacer todo lo que se quiere, pero es que a veces mi curiosidad me lleva a verme tal vez algo exigente. Tomate tu tiempo para que el fic siga estando súper lindo. Gracias.

Nalene: Espero no crearte demasiadas dudas con lo que pasó ahora. Y si, la historia se puede ambientar en esa maravillosa época. Como puedes ver, me gusta lo viejito. Solo sigue buscando el libro. Se me hace muy raro que no lo puedas encontrar por que si bien no es "Drácula" tampoco es uno de esos librillos que solo Dios sabe como es que los publican. Suerte.

Marina Castillo: Espero seguir viendo mas de ti por un buen tiempo. Gracias.

Es todo por hoy. Espero verlos nuevamente en una semana más. Sin mas que agregar, me despido por ahora. Buena suerte en todo lo que hagan.