Varios días pasaron, desde que Daisuke se había ido con Dark. Satoshi no encontraba consolación ante la pérdida de su amado. Una noche, el detective fue llamado a investigar un nuevo crimen, pero al ver la escena del lugar, Hiwatari supo enseguida quien había sido.
Dos cuerpos yacían sin vida en el cuarto. Uno, estaba tirado en el piso, mientras que el otro estaba sentado en un sofá, como si nada le hubiese pasado.
-El cuerpo que está en el sofá, es aparentemente de una mujer que trabajaba aquí como prostituta. La otra fue identificada como Hirazu Ougi, y era una de las mucamas del hotel. Al parecer, Hirazu al ver que la prostituta estaba muerta, corrió, pero no logró llegar a la puerta porque la mataron antes- informaba el detective Saehara.
-Ya veo- Hiwatari observó el cuerpo más de cerca y vió lo mismo que en el primer asesinato: un par de marcas que solo podían dejar los vampiros.
El joven se deprimió mas aún. Pero no había visto todo. La sangre estaba todavía sin coagular, lo que significaba que Daisuke estaba cerca.
Se paró de repente y se echó a correr.
-Detective ¿a dónde va?-
Verdaderamente, él no sabía sonde se dirigía, lo único que hizo fue correr hacia donde el instinto lo llevó. Y funcionó.
Dark y Daisuke caminaban por una calle oscura en busca de más victimas. Dark había notado la presencia de Hiwatari apenas él joven de pelo azul vió a su amigo. Éste, no pensó mucho antes de llamarlo.
-Daisuke!- gritó al verlo.- Por fín te vuelvo a ver- dijo con tono triste, pero esperanzado en que su amigo volviera a ser lo que era antes.
El vampiro pelirrojo se dió vuelta al escucharlo.
-Satoshi-
-Daisuke, tenemos que hablar. No podés seguir así.-
-¿Qué quieres que haga entonces?-
-No lo se, pero vamos a encontrar la solución-
Daisuke guardó silencio por un momento, mientras pensaba que quizás Satoshi tendría razón, tal vez, junto a él podría encontrar la cura para esa transformación. Pero...no, no podría ser posible. Dark le había dicho que eso no podía ser, que estarían juntos toda la eternidad auque él no quisiera. Sería imposible poder vivir con Satoshi, ya que si no consumía sangre durante mucho tiempo, podría llegar a la locura y matar a la persona más cercana...y eso era lo que menos quería.
-No, no es posible.- contestó por fin Daisuke.
Dark dibujó una gran sonrisa en su rostro malicioso.
-Nunca podremos estar juntos- dijo tristemente y volvió a darse vuelta. -ya te lo dije. Nuestros mundos son totalmente distintos. Yo me alimento ahora de los que son como tú y como era yo. Humanos.-se dio vuelta y comenzó a caminar. Dark lo siguió.
-Daisuke...- el detective no supo que mas decirle. Su amor parecía ser imposible, había perdido a Daisuke para siempre, antes de poder confesarle sus sentimientos.
Hiwatari se quedó mirándolos, hasta que se convirtieron en sombras, y luego desaparecieron en la oscura noche...
