CAMINOS CRUZADOS.

Capítulo 1.

Tokio, Japón.

La selección juvenil de Japón estaba lista para el Mundial sub-19, el cual iba a disputarse en Tokio y que comenzaría en tan solo 10 días. Los grupos ya estaban formados, de manera que ya sabían que sus rivales en la primera ronda serían Italia, Uruguay y México. Como tienen un par de días libres, algunos de los miembros deciden juntarse en un campo de fútbol público para echarse una "cascarita" y recordar los viejos tiempos. Curiosamente, todos los que se reúnen pertenecieron alguna vez al Nankatsu, con excepción de Aoi.

¡Bien! Formemos los equipos.- dice Tsubasa.

Nosotros queremos jugar con el capitán, como cuando estábamos en el Shutetsu.- dijo Kisugi.

¡Ey! ¿Por qué no formamos los equipos de acuerdo a como lo hicimos en el primer encuentro que tuvieron Tsubasa y Wakabayashi?.- interviene Ishizaki.- será como revivir aquellos momentos en los que su capitán era un pesado.

Me parece bien. Así tendremos la oportunidad de darte una paliza, Ishizaki.- responde Wakabayashi.

¡Oye! ¿Cómo te atreves?

Algunas cosas nunca cambian... .- suspiró Misaki.

Hay una carcajada general. El juego comienza y todos se la están pasando muy bien, recordando una vez más cómo se habían hecho amigos y por qué seguían siéndolo. Al finalizar el día, la mayoría están un poco agotados, pero muy satisfechos.

Oye Wakabayashi, me contaron una cosa muy interesante sobre ti... .- empezó a decir Ishizaki, con el tonito fastidioso que suele usar.

¿Qué cosa?.- pregunta Kisugi.- ¡Vamos, cuenta!

¿Es cierto que te conseguiste una novia en Europa, Wakabayashi?.- continuó Ishizaki.- una novia pelirroja.

¿Eso es cierto, Wakabayashi-san?.- pregunta Izawa.- ¿Por qué no nos habías contado?

¡Oh, vamos muchachos! Si Wakabayashi-san tuviese una novia nos lo habría contado.- interviene Takasugi.

Creí que solo Misaki lo sabía.- responde al fin Wakabayashi.

¿QUÉEEEEEEE?.- gritan todos al unísono, con excepción de Misaki.

Entonces, ¿es ciertooooo?.- inquiere Aoi.

¿Quién es?.- pregunta Tsubasa.

¡Ya dinos, Wakabayashi-san!.- dijo Taki.

Es Rika Ozawa, ¿no es así?.- continuó Ishizaki.

¿La chica que fue nuestra asistente en el campeonato mundial de Francia?.- pregunta Morisaki.

La misma.

Sigo sin entender como fue que se enteraron.- dijo Wakabayashi.

Yo no les dije nada amigo, sabes que no te traicionaría.- respondió Misaki a la defensiva.

Él no me lo dijo, me lo contó Youko Katagiri, ya ven que ella y Rika son muy buenas amigas.- respondió Ishizaki.

¿Y por qué no nos habías dicho nada, Wakabayashi-san?.- seguía preguntando Izawa.

Saben que no soy la clase de persona que cuenta su vida privada a los cuatro vientos.- responde Wakabayashi.

¡Jaaa! ¿No me digan que es por eso que Ozawa ha vuelto a ser nuestra asistente en la selección?.- grita Urabe.

¿Todavía lo dudas? Vino desde Europa para estar con su "amorcito".- se burló Ishizaki.

Cállate, Ishizaki.- murmura Wakabayashi.

¡Ahhhh! ¿No me digas que el SGGK se ha avergonzado?.- continúa fregando Ishizaki.- ¿Para qué te consigues una novia entonces?

Al menos yo sí tengo el valor de decirle a una chica que me gusta.- respondió Wakabayashi con desdén.

Ishizaki se ruboriza y al fin se calla, pero ahora se ha convertido en el blanco de todas las burlas, pues todos conocen acerca de su "atracción fatal" por Yukari.

Es tan agradable cuando estamos todos juntos.- comenta Misaki.

Sí. Son de los mejores recuerdos de mi vida.- dice Tsubasa.

Al día siguiente, Wakabayashi vagaba sin rumbo fijo por el centro de Tokio. Se suponía que esa mañana había quedado de salir con Rika, pero ésta le canceló a última hora, pretextando que una prima lejana había venido de visita a Japón y ella quería llevarla a conocer la ciudad.

Como el mundial estaba cada vez más cerca, cada día aumentaba el número de turistas. Wakabayashi batalló para encontrar una banca desocupada en un pequeño parque cercano al estadio, pero al final logró encontrar una vacía, la única. Se quitó la gorra y se recostó en la banca, colocando las manos detrás de su cabeza, procurando no lastimar aún más sus heridas. Cerró los ojos y trató de relajarse un poco, aunque con el barullo que había la cosa era un poco difícil.

Disculpa, pero ése es mi asiento.- dijo una voz.

Genzo abrió los ojos para ver quien le había hablado. Parada a un lado de él estaba una chica latina, con un largo cabello castaño oscuro que le caía en cascada por la espalda y unos fascinantes ojos negros. Llevaba una mochila al hombro y un mapa en las manos, y se veía un poco molesta. Wakabayashi rara vez se fijaba en una chica, y menos desde que comenzó a salir con Rika, pero lo primero que notó al ver a la muchacha fue que era realmente preciosa.

¿En serio? Creí que las bancas de los lugares públicos no tenían dueño.- respondió, sin incorporarse. La chica hizo un mohín de disgusto.

Estaba sentada aquí no hace ni dos minutos.- dijo ella.- solo me levanté a recoger mi mapa, pues se lo llevó el viento, y regreso y me encuentro con que mi sitio ya se ocupó.

De verdad que lo lamento, pero así es la vida.

Escucha.- la chica suavizó el tono de su voz.- no te molestaría sino fuera porque todos los sitios están ocupados y batallé muchísimo para encontrar un lugar vacío.

Genzo se incorporó y observó a la muchacha por unos instantes.

Lo lamento, he sido muy descortés, siéntate por favor.- le dijo mientras se levantaba y comenzaba a caminar, pero no había dado ni dos pasos cuando la chica lo llamó de nuevo.

Oye, creo que esta banca es lo suficientemente grande para ambos, si no te molesta compartir.

Él vio que la chica le sonreía, así que regresó y se sentó a su lado.

¿Necesitas ayuda con alguna dirección?.- le preguntó a la muchacha, señalando el mapa que ella traía en las manos.

Eh, no, muchas gracias, creo que podré arreglármelas, además, espero a alguien que conoce la ciudad, confío en que no tarde mucho.

Ya veo. Supongo entonces que vienes al mundial.

Pues sí y no, es decir, vengo a trabajar aquí por un par de meses, pero aprovecharé para ver jugar a mi selección.- respondió la joven con orgullo.- estoy realmente emocionada, éste es mi primer mundial, muero de ganas porque comience ya. Vaya, si yo me siento así no me imagino cómo se han de sentir los jugadores.

Dímelo a mí, soy portero de mi selección.

Ante estas palabras, la joven volteó a verlo sumamente sorprendida. Inmediatamente después comenzó a ruborizarse a más no poder.

¡Ay, cielos! ¡Pero si usted es...! ¿Cómo no lo reconocí? Es que sin la gorra... ¡pero aun así!

¿Qué ocurre?.- preguntó Wakabayashi, un tanto divertido al ver su reacción.

¡Es que usted es Genzo Wakabayashi! ¡El portero titular de Japón, el guardameta estrella del Hamburgo!

¿Sabes quien soy?.- ahora Genzo estaba sorprendido.

¡Cómo no voy a saberlo! He seguido su carrera casi desde que comenzó a jugar en Alemania, soy su más grande admiradora, me encantan su manera de jugar y su dedicación. ¡Ay no, qué pena! Y yo que le pedí que se quitara de mi asiento...

No, soy yo el que debería estar avergonzado, fui muy descortés.- dijo Genzo, francamente divertido y un tanto halagado.

No, no, yo me vi muy abusiva. Es que así soy yo, de vez en cuando me dejo llevar... Por favor, acepte mis disculpas.

Solo si tú aceptas las mías por haberme portado de una forma tan maleducada.

De acuerdo.- ella volvió a sonreír.

Vaya, debo confesar que me siento halagado.

¿Por qué?

Por saber que una chica tan linda ha seguido tan de cerca mi carrera.

Ella volvió a ruborizarse aún más que la vez anterior y soltó una carcajadita nerviosa. A Wakabayashi le estaba agradando cada vez más estar con ella. Pero entonces, el celular de la muchacha emitió un pitido, haciendo que ambos se sobresaltaran.

¡Ay, no! ¡Pero qué tarde es!.- dijo la muchacha, mientras checaba el teléfono.- ¡Y me han dejado plantada! Bueno, no importa, fue un placer compartir el lugar con usted.- la chica se levantó de un salto y comenzó a trotar.

¡Espera!.- la detuvo Genzo, levantándose también.- ¿No vas a decirme tu nombre?

¡Lo siento, se me hace tarde!

Al menos dime a qué selección vienes a apoyar.

A México.- respondió ella, con un guiño.- ¡Hasta pronto!

Cuando Genzo regresó a la banca, notó que uno de los broches que sujetaban el cabello de la muchacha había caído al suelo. Sonriendo para sus adentros, se agachó y lo recogió. En esos instantes, una voz conocida se dejó oír a sus espaldas.

¡Wakabayashi-san! ¿Qué haces aquí?.- era Teppei Kisugi, quien venía con Takasugi, Taki, Izawa, Aoi e Ishizaki.

Uhhh, te vimos con esa linda chica, ¡no estarás poniéndole los cuernos a Ozawa!.- dijo Ishizaki.

No digas idioteces, solo conversábamos, ni siquiera sé su nombre.

¡Ah, pero qué bárbaro! ¡Qué pegue tienes!.- siguió fregando Ishizaki.

Por supuesto, no como otros...

¿Qué tratas de decir?.- preguntó Ryo, molesto.

Todos soltaron la carcajada. Wakabayashi contempló unos instantes el broche de la chica y después se lo guardó en la bolsa de su pantalón.