Capítulo 2.
Wakabayashi y Rika llegaban al hospital General de Tokio, pues 10 minutos antes habían recibido una terrible noticia: Taro Misaki había sido atropellado por un camión al querer salvar a su hermana Yoshiko. Ya se encontraban en la sala de espera Tsubasa, Sanae, Ishizaki, Aoi, Yukari, Kumi y Manabu. Los demás aun no se habían enterado.
¿Cómo se encuentra Misaki?.- le preguntó Wakabayashi a Tsubasa.
Él está bien, afortunadamente no está herido de gravedad pero su pierna ha quedado muy lesionada.
¿Lo van a operar?.- preguntó Rika, muy preocupada. Ella y Misaki eran muy buenos amigos, ya que ambos habían vivido en Francia, por lo que le tenía un cariño muy especial.
No estamos seguros, los doctores nos dijeron que si hay fractura la operación es inevitable. Solo nos queda esperar.
Al poco rato salió el doctor que atendía a Misaki; éste les dijo que afortunadamente no había fractura, pero la lesión era muy grave, pues se le habían desgarrado músculos, nervios y tendones. Su recuperación sería muy lenta. Todos miraron al doctor muy angustiados, pues no solo tendrían que jugar el mundial sin Misaki sino que también peligraba su carrera como futbolista.
El médico les permitió visitarlo, en grupos de 4 personas. Tsubasa, Wakabayashi, Sanae y Rika pasaron primero.
¡Misaki!.- Rika corrió a abrazarlo, seguida por Sanae.- ¿Cómo te sientes?
Bien, en lo que cabe, muchas gracias.- respondió Misaki.- aunque me siento muy decepcionado por no poder jugar el mundial.
Misaki-kun, tenía tantos deseos de ganar este mundial junto a ti... .- comenzó a decir Tsubasa.
Pero lo ganaremos en tu honor.- intervino Wakabayashi.- ya lo verás amigo.
Se los agradezco, muchachos, pero ya verán que allí estaré.- contestó Misaki con energía.
Pero, ¿cómo? Tu pierna está muy lesionada.- intervino Sanae.
No importa, no sé como pero jugaré en este mundial, se los prometo.- dijo Misaki.- Por eso, quiero pedirles algo.- continuó, dirigiéndose a Tsubasa y Wakabayashi.
¿Qué es?.- preguntaron éstos.
Lleguen a la final, se los pido. Yo estaré allí.
Por supuesto amigo, es una promesa.- respondió Tsubasa. Wakabayashi asintió con la cabeza.
----------------------------------------------------------------------------------------------------------
Días más tarde, se llevó a cabo la gala, un almuerzo en el que los jugadores de los países participantes convivirían por un rato. Cuando la Selección Japonesa estaba por llegar al lugar en donde se celebraría, notaron que había un corro formado por integrantes de otras selecciones, y en el centro se encontraba un muchacho moreno, quien escupía sobre un balón de fútbol desinflado. Al parecer, se trataba del portero de la Selección Mexicana de fútbol. A Tsubasa se le rompió el corazón al observar esta escena.
¿Qué es lo que haces?.- le preguntó al muchacho.
Qué te importa.- le contestó éste.
Claro que me importa, ¡acabas de escupir sobre mi mejor amigo!
¿Tu mejor amigo? ¡Eso sí que es lo más idiota que he escuchado en mi vida! ¿Un balón de fútbol, tu amigo? El soccer apesta y todo lo relacionado con él.
¡No sabes lo que estás diciendo! Te demostraré lo contrario en la cancha, te haré ver lo maravilloso que es este deporte.
¿Y por qué no me lo demuestras ahora?.- el muchacho lo retó, apretando los puños.
¡Espadas, ya basta!.- gritó una voz femenina.
Todos voltearon a ver quién había hablado. Wakabayashi se sorprendió al darse cuenta de que se trataba de la chica con quien había compartido el lugar unos días antes.
¡No te metas, Lily! ¡Esto es asunto de hombres!
¡No digas idioteces! ¿Qué no ves que nos estás haciendo quedar mal a todos? ¡Ya basta de provocaciones!
El joven la miró fijamente unos segundos, después se dio la vuelta y se marchó, seguido por sus compañeros. La muchacha se acercó a donde se encontraban los jugadores nipones.
Les suplico que disculpen a Ricardo, me temo que está un poco amargado.- les dijo la chica.- Odia a todos los que no son como él.
Está bien, no hay problema, pero me entristece que odie el fútbol.- respondió Tsubasa.
Ah, sí, a mí también me da muchísima tristeza, pero no he podido convencerlo de lo contrario, él sigue pensando que el soccer es un deporte idiota.
Pero, ¿cómo es posible? ¿Qué acaso no es el portero de la Selección Mexicana?.- intervino Ishizaki.- Si detesta el fútbol, ¿por qué lo practica?
Lo que ocurre es que él piensa que ésa es la única forma en la que podrá ganar dinero. Verán, proviene de una familia muy pobre, al igual que la mayoría de los jugadores de la selección. Practican el fútbol porque creen que así saldrán de la pobreza.
No debería ser así, deberían jugarlo porque es un deporte maravilloso.
Lo sé, yo opino lo mismo, pero nadie ha podido convencerlo.
Pues yo le demostraré lo bello que es este deporte.- dijo Tsubasa.
¡Oh! Sería maravilloso si lo consiguiera. Me han hablado de usted, Tsubasa Ozhora, el jugador prodigio del Japón. Por lo que sé, si hay una persona que puede sacar a Espadas de su error, es usted.
Haré todo lo que está en mis manos.
Tsubasa hizo una reverencia y después se alejó. El resto de la selección lo imitó, con excepción de Wakabayashi.
Nos volvemos a encontrar.- le dijo a la joven.
En circunstancias menos agradables.- respondió ella, un poco triste.
Eso no importa. Tenía la esperanza de volverte a ver.
¿En verdad?.- los ojos de ella brillaron.
Sí. Quería devolverte esto.- Genzo le entregó el broche para cabello que recogió en el parque.
¡Ah! ¡Mi broche! Me preguntaba en dónde lo había perdido. ¡No puedo creer que lo haya recogido!
Bueno, eso me daba un pretexto para volver a verte.
Ella se ruborizó y sonrió de una manera muy dulce.
¡Eh, Wakabayashi! ¡Deja ya de coquetear, vamos a llegar tarde!.- gritó Ishizaki. Wakabayashi lo miró con cara de: si-no-te-callas-te-tiro-a-un-pozo.
Debo irme, pero antes ¿me dirás tu nombre?.- pidió Genzo.
Bueno, de acuerdo, se lo debo porque rescató mi broche. Me llamo Lily.
¡Qué lindo nombre! Igual que la bella flor, ¿cierto? Va muy acorde contigo.
¿En serio? Muchas gracias.- respondió ella, un poco avergonzada.
Sí, lo digo en serio. Y supongo que también tienes un apellido.
Sí, pero ése se lo diré después, así tendré yo un pretexto para buscarlo.- le contestó ella, con una sonrisa coqueta.- ¡Nos veremos después!
Wakabayashi se despidió con una leve inclinación de cabeza y se apresuró a alcanzar a sus compañeros.
¿Era otra vez esa linda chica, Wakabayashi-san?.- inquirió Kisugi.- ¿Qué no nos dijiste que no la conocías?.
Y era cierto. Pero ahora ya la conozco.- respondió Genzo.
La chica le hizo una señal de despedida con la mano, al tiempo que le sonreía.
