Capítulo 3.
Lily terminaba de suturar la herida que Schneider tenía en arriba de la ceja derecha; podía escuchar el ruido que hacía Gwen en el otro cubículo cada vez que golpeaba la bandeja con las pinzas de sutura, delatando el nerviosismo que sentía por la cercanía de Schneider.
Muy bien, terminé.- le dijo Lily a Schneider.- Ahora necesito que me digas qué fue lo que paso.
Lo golpeé, eso fue lo que pasó.- contestó Schneider, enfurecido.- Y lo volveré a golpear si se atreve a hacer de nuevo lo que hizo hoy.
Ya, estás en un hospital, no en una arena de lucha libre. Necesito que me digas exactamente qué fue lo que pasó y por qué pasó.
¿Para qué? Tu deber es simplemente averiguar cómo nos lastimamos y ya, no tienes por qué enterarte del motivo, eso déjaselo a la policía.
Tan encantador como siempre, mi buen Karl, pero tienes razón. Dejaré que los policías que están afuera se hagan cargo de ustedes.
Lily suspiró. Schneider siempre había tenido un carácter especial, pero ese día estaba excepcionalmente inaguantable. "Y así le gusta a Gwen", pensó, "En fin...". Pero aun quedaba la duda de por qué se había peleado con Fernández, no le sorprendía mucho que Schneider anduviera metido en pleitos pero sí la asombraba sobremanera que el siempre tan tranquilo Gino anduviera en líos de ese tipo.
Tocaron a la puerta y segundos después entró una estudiante de enfermería, seguida por Wakabayashi.
Perdone que la interrumpa, doctora, pero este joven pregunta por usted.- le dijo la muchacha.
Está bien, muchas gracias. Por cierto, le indiqué dicloxacilina al paciente.- dijo Lily, señalando a Schneider.- Déle la primera dosis, por favor.
Sí, doctora.- respondió la enfermera, aunque ella estaba evidentemente interesada en Wakabayashi, pues no dejaba de mirarlo como si quisiera agarrárselo a besos. Lily tuvo muchísimas ganas de golpearla con el frasco de alcohol que tenía cerca.
¿Qué pasa, amor?.- le preguntó Lily a Genzo, llevándoselo a un lugar apartado.- No me digas que solo viniste a burlarte de Karl.
En parte.- respondió Genzo.- ¿Cómo está?
Sobrevivirá. Solo tiene unas cuantas cortadas y raspones, y las placas no muestran fractura.
¿Y Fernández?
Gwen está atendiéndolo, pero parece que está más o menos igual que Schneider. Pronto los daremos de alta, estarán listos para que la policía se ocupe de ellos.- respondió la joven, con burla.- A ver si aplacan un poquito a Karl, está que no se aguanta ni él mismo.
Eso no es nada nuevo.- dijo Genzo, con sarcasmo.- ¿Alguna idea de por qué se pelearon?
Ninguna. Schneider solo dice que Fernández es un desgraciado y que le va a poner una demanda.
¿Una demanda? ¿Tan grave es?
Pues así parece, pero Gino no deja de repetir que él no hizo nada malo. Ninguno quiere decir nada más, así que por ahora es todo un misterio.
Pues yo traje conmigo a otro misterio.
¿Cómo?
Sí.- Genzo abrió la puerta del cubículo y señaló hacia la sala de espera, en donde estaba sentada Marie Schneider.
¿Qué hace la hermana de Karl aquí?.- preguntó Lily, muy asombrada.- Vaya que es raro que Gino y Karl anden en Hamburgo pero es más extraño aun que también haya venido Marie.
No tengo ni idea de qué es lo que está haciendo ella aquí.- respondió Genzo.- Me la encontré vagando por la calle, muy preocupada por su hermano, aunque no tenía ni la más mínima idea de que él estuviera en el hospital.
¿En serio?
Sí. Y lo más extraño de todo es que cuando nos dirigíamos hacia acá me preguntó que si sabía cual era el estado de Fernández.
A ver, a ver. ¿Marie no sabía en donde estaba su hermano pero sí sabía que Gino estaba lastimado?
Así parece. Intenté sacarle más información pero tuve el mismo éxito que tú con su hermano. Lo que me preocupa es que está muy alterada, se nota que necesita con urgencia hablar con alguien, y me parece que no desea hacerlo con Schneider.
Uhm... Déjame intentarlo. ¿Podrías vigilar a Karl?.- pidió Lily.- Todavía tiene ganas de hacer puré a la Fernández.
Por supuesto, pero creo que no lograrás sacarle nada a Marie.
Mmm, pero hay cosas que solo pueden contarse entre chicas. Además, eres el acérrimo rival de su hermano, dudo mucho que llegue a confiarte sus secretos.- Lily le guiñó el ojo y salió de la habitación.
Wakabayashi se dirigió a la camilla en donde aun seguía acostado Schneider. El joven alemán miraba fijamente al techo con furia, mientras apretaba los puños.
No puedes mantenerte alejado de los problemas por mucho tiempo, ¿verdad Schneider?.- le dijo.
Vaya, así que viniste a burlarte, ¿no? Típico de ti, Wakabayashi.- respondió Schneider.
Ésa era mi intención, pero viendo tu estado de ánimo prefiero no hacerlo, no vaya a ser que desees desquitar tu ira conmigo.
Te lo tendrías bien merecido, pero mejor me reservo mis deseos para nuestro próximo encuentro. Acabaré contigo, sin dudarlo.
Iba Wakabayashi a responder pero la joven estudiante de enfermería llegó en esos momentos con un vaso de agua y un par de píldoras.
Disculpen, pero el joven tiene que tomarse esto.- les dijo a los hombres, al tiempo que le daba el vaso de agua y las pastillas a Schneider.- Pero no es necesario que se retire.- continuó, dirigiéndole una mirada coqueta a Wakabayashi.
Gracias, pero eso es precisamente lo que voy a hacer.- contestó Genzo, dirigiéndose al sitio en donde se encontraba Gwen, quien se veía un poco triste.
Hola, Wakabayashi.- lo saludó ella, con desgana.
Vaya que tenemos ánimos el día de hoy, ¿qué te ocurre?
Es que afuera hay un montón de chicas pertenecientes al club de fans de Schneider.
No me digas...
Sí, y al verlas me entran deseos de clavarme un bisturí en el corazón.
Qué trágica. Pero si tanto te gusta Schneider, ¿por qué permitiste que Lily lo atendiera? Ésta era tu oportunidad.
Lo sé, ella me dijo lo mismo, pero no pude con mis nervios y le rogué que me dejara atender a Fernández. Soy una tonta.- Gwen suspiró.
Wakabayashi le dio a la chica una palmada cariñosa en el hombro, para tratar de animarla. Varios minutos después, la puerta se abrió y por ella entraron Lily y Marie. Ésta última se fue a hablar con su hermano, mientras que Lily se dirigió hacia en donde estaban Wakabayashi y Gwen.
¿Y bien? ¿Qué te dijo la joven princesa?.- preguntó Gwen.
Pues... Digamos que ahora entiendo por qué tu Karl se agarró a golpes con Gino.- respondió Lily.
¿En serio? ¿Y por qué fue?.- interrogó Genzo.
Uh, no les puedo decir, le prometí a Marie que no diría nada, pero... Sí que es un lío... En fin, son cosas muy personales, así que mejor así lo dejamos.
De acuerdo. Estoy tan malhumorada que ni ganas tengo de sacarte la sopa.- Gwen refunfuñó.
Pues yo me retiro entonces, Misaki y Rika están esperándome afuera.- dijo Genzo.
¿Cómo? ¿Están aquí? ¿Por qué no entraron?.- preguntó Lily.
Por los cientos de reporteros que hay, ninguno de los dos está de ánimo para batallar con los paparazzi .- respondió Genzo.- Regreso por ti más tarde, ¿de acuerdo?.- continuó, dándole un beso a Lily.
De acuerdo. Uh... Espera... .- dijo Lily, mientras se asomaba por la puerta.- No te van a dejar salir por la puerta principal, hay mucha gente, vamos por la puerta trasera, le pediré al vigilante que te deje salir por allí. No tardo.- le dijo Lily a Gwen, al tiempo que ella y Wakabayashi salían por la puerta que daba a la zona de hospitalización.
Poco después, Lily se despedía de su novio, y decidió aprovechar que andaba fuera del hospital para comprar un refresco. Justo cuando iba saliendo de la tienda, se topó con Stefan Levin, el capitán del equipo sueco y compañero de Schneider en el Bayern Munich.
Disculpe.- la abordó Levin.- ¿Usted trabaja en el hospital?
"Creo que eso es evidente, de lo contrario no andaría usando una bata y no llevaría un estetoscopio al cuello", pensó ella.
Sí, ¿en qué lo puedo ayudar?
Me gustaría saber cómo se encuentra Karl Heinz Schneider, supe que lo trajeron aquí debido a una pelea que tuvo. Me interesa saber cómo sigue pero no he querido acercarme demasiado por la cantidad de reporteros que hay.- respondió Levin.
Mire qué coincidencia, yo lo atendí, y puedo decirle que se encuentra en perfecto estado de salud, al menos de salud física, porque su salud mental ya es otra cosa...
Me da gusto saberlo.- Levin sonrió.- Le agradezco la información, doctora...
Del Valle. Lily Del Valle, mucho gusto.
Stefan Levin. Bien, ¿tardarán mucho en darlo de alta?
No, pero aun tiene que arreglar asuntos con la policía por alterar el orden público.
Cierto. Bien, ¿podría decirle por favor que lo estaré esperando en la estación de policía?
Por supuesto.
Muchas gracias, Dra. Del Valle. Hasta luego.- el joven se dio la media vuelta y se marchó.
"¡Qué cosa más rara! Primero Schneider y Fernández, luego Marie y al final Levin. ¿Quién más se va a aparecer por aquí estos días?", pensó Lily. Luego, al recordar la explicación que Marie Schneider le dio, no pudo evitar el sentir pena por ella. Y por Gino Fernández.
Notas:
Antibiótico usado en heridas de la piel.
