¡Todo esto es de JKR, no mío! Excepto por unos pocos personajes que agregué.
Draco dibujando dragones pertenece a PikaCheeka, perdón por no mencionarlo desde el principio de MES, debo haberlo adoptado subconscientemente.
El cuervo de Severus pertenece a J. L. Matthews. Sólo lo tomé prestado porque es una mascota perfecta para Sevi y prometí devolverlo ileso.
Los catar, sin embargo, son míos y los amo, así que, por favor, no los uses sin pedirme permiso primero.
Nota de la autora:
Sí, aquí está. Casi exactamente dos años después de que publiqué el epílogo de "Mi nombre es Severus", aquí está la secuela. Me pregunto cuántos de ustedes todavía creían que llegarían a verla. La traducción al francés de este capítulo la hizo Leena y probablemente la subirá a la red unas horas después de la versión original, por cierto.
Nota de la traductora:
Silverfox es de Austria (no confundir con Australia) y su lengua materna es el alemán, pero escribió "Runaway Dragon" en inglés, si deseas leer la versión original, puedes encontrarla en fanfiction.net y si deseas escribirle (en alemán o inglés, preferentemente), su dirección es silverfox@kabsi.at
Ah, sí. El título original de este fic ("Double 0 Seve... rus") es un juego de palabras con el número clave de James Bond, 007, pero al traducirlo al español, se pierde la semejanza entre "Severus" y "seven", sorry.
Cero, Cero, Seve… rus
por Silverfox
traducción al español por Daga
Capítulo uno: EL TRAIDOR
Albus Dumbledore estaba tendido al sol
en el jardín de su bisnieto. Era bastante raro que tuviera una oportunidad para
relajarse realmente, pero había tomado ese fin de semana en mitad de las
vacaciones de verano para visitar al muchacho y a su familia.
A pesar de que nunca lo admitiría abiertamente, Albus sabía que necesitaba el descanso después de casi colapsar por exceso de trabajo durante el año escolar. Pese a lo mucho que odiaba admitirlo, estaba haciéndose demasiado viejo para manejar cinco trabajos diferentes al mismo tiempo. Tenía que aprender a delegar en otros los trabajos adicionales que aparecieran.
Pero por ese fin de semana no tenía ningún trabajo. No era director, no era político, no era general en la guerra contra el mago más oscuro de su época. Era tan solo un anciano visitando a su familia y disfrutando el sol del verano y la bandeja con dulces que estaba junto a él en el césped. Ocasionalmente miraba al cielo para contemplar las nubes o las aves que volaban sobre su cabeza.
¡Un momento! ¿Qué era eso?
Uno de los voladores distantes se veía más y más grande, como si pretendiera aterrizar justo sobre el mago. ¿Tal vez habría un nido cerca de ahí?
Pero ese pájaro era grande, demasiado grande para ser un mirlo, demasiado oscuro para ser una paloma, demasiado rápido volando en esa luz para ser ninguna clase de búho.
Ese último hecho era un alivio. No era ninguna carta que le ordenara volver a sus obligaciones.
"¿Un grajo solitario?" se preguntó Albus. Pero los grajos eran aves muy sociables y normalmente volaban en grupos, y este pájaro lucía más y más grande, demasiado grande para ser un grajo.
Albus maldijo entre dientes. Definitivamente era un cuervo y tenía la sensación de conocerlo.
Cuando el ave descendió posándose elegantemente en el apoyabrazos de la silla de Albus, el mago estaba seguro.
-Corvus –saludó al familiar de uno de sus más confiables profesores y amigo.
-Hígados molidos de rana. Una onza –declaró el cuervo, ofreciendo el pergamino atado a su pata.
-Lo dudo mucho –conestó Albus, mientras desataba gentilmente el mensaje-. Severus no te habría enviado a mí para que haga sus compras.
-¿Dulce de limón? –preguntó Corvus, observando a Albus desenrollar el pergamino.
-Eso es más probable –aceptó Albus-. Pero no creo que sean particularmente saludables para ti. Toma mejor uno de esos pastelillos –ofreció, señalando la bandeja.
En efecto, Corvus saltó a la bandeja y tomó un pastelillo de naranja. Eso no debería ser demasiado malo para él. Con una sonrisa, Albus dirigió su atención al mensaje.
-"Grandes noticias. ¿Almuerzo en Hogwarts?" –leyó en voz alta.
Esa no era una invitación inocente. Severus había escrito apresuradamente y ni siquiera se había tomado el tiempo de sellar el mensaje. Si no había querido desperdiciar el tiempo en frases completas, tenía que ser extremadamente urgente.
Y noticias urgentes de su espía principal rara vez eran buenas. Albus suspiró. Sus vacaciones habían terminado y tenía exactamente dos horas para decirle adiós a sus parientes y volver a Hogwarts.
***
Alrededor de una hora después, Albus apareció en la estación del ferrocarril de Hogsmeade y compró un ejemplar del Daily Prophet en el quiosco local. Podría haber aparecido directamente en Hogwarts, de haber tenido que hacerlo, pero superar las barreras anti aparición desde esta distancia era agotador y todavía tenía una hora completa antes de su reunión. Una buena caminata hasta el castillo parecía la cosa adecuada para pasar el rato y le sobrarían unos minutos para hojear el periódico buscando artículos importantes.
Corvus, que estaba en su hombro, pareció estar de acuerdo, ya que no dio signos de querer marcharse para regresar con su mago.
Albus miró la primera plana del periódico mientras salía de la estación y la sorpresa casi le hizo no ver los primeros tres escalones que llevaban al camino.
"Lucius Malfoy sospechoso de extorsión" decía en grandes letras "Juicio el próximo miércoles.
Tenían que estar realmente seguros de su caso, si pretendían congregar al Wizangamot completo con tan poco tiempo. ¿O eso era cosa de Lucius? Tal vez esperaba desechar la acusación antes de que encontraran pruebas.
Albus se sentó en el primer banco que encontró para leer la noticia. ¿Así que el Ministerio había sido alertado por una lechuza anónima enviada a la oficina del mismísimo Ministro? ¿Incluyendo fotografías en movimiento de Lucius amenazando a una grajero muggle con un despliegue de magia?
Eso era casi una broma digna de los Merodeadores, pensó Albus. Sabía con certeza que Lucius nunca se arriesgaría a hacer algo así mientras Voldemort se estaba preparando para su gran ataque. Simplemente no era así de estúpido. Y eso significaba que estaba siendo acusado falsamente.
Si James Potter estuviera vivo todavía, él sabría quién lo había hecho, pero Remus era demasiado maduro como practicar ese tipo de juegos por iniciativa propia.
Sin embargo, un ligero movimiento del peso sobre su hombro le recordó a otro bromista que también se la tenía jurada a Lucius. Sería mejor que se pusiera en camino.
***
Severus ya estaba ahí cuando llegó a la mesa. Desafortunadamente, también estaban ahí las profesoras MacGonagall y Trelawney. Minerva no era un problema, por supuesto. Ella sabía que Severus era un espía y Albus le confiaría a ella su vida. Sybill, sin embargo, era una desagradable sorpresa.
La profesora de Adivinación normalmente no bajaba de su torre para las comidas y Albus, por lo tanto, no había esperado su presencia. Era muy poco probable que ella recordara que él no planeaba regresar antes del lunes, si tan siquiera sabía en qué día de la semana se encontraba, pero era incurablemente entrometida. No podía permitir bajo ninguna circunstancia que escuchara el reporte de Severus.
Severus, aparentemente, estaba consciente del problema también. Dirigió discretamente en dirección a Trelawney al pequeño erizo verde que había estado mordisqueando alegremente una papa en su plato.
Greenie parpadeó ante la repentina desaparición de su papa, olfateó con su naricita verde y olió más papas justo adelante. Con otro alegre "¡sniff!", rastreó siguiendo el olor, pronto llegó al plato de Sybil y dio un gran mordisco a su bistec.
-¡Ahhh! –chilló Sybil-. ¡Una raaata!
Greenie parpadeó mirándola con sorpresa y consideró si debería enrollarse en una bola espinosa para protegerse de lo que había hecho gritar a la mujer chistosa.
-Vamos, en serio, Sybil –la regañó Minerva, a pesar de que tampoco le gustaba la mascota de Severus-. Es un erizo. ¿Quién ha escuchado de una rata espinosa y sin cola?
-Greenie tiene cola –la corrigió Severus, pero ninguna de las brujas le prestó atención.
-¡Lo que sea, está en mi plato! –chilló Trelawney-. ¡Una sabandija en mi comida! ¡Quítalo! ¡Quítalo!
-Es de Severus –Minerva se encogió de hombros-. Él siempre lo deja jugar con su comida. Devuélveselo y ya.
-¡No es posible que esperes que yo lo toque! –protestó Trelawney.
-¿Por qué no? –Albus le guiñó un ojo-. Es sólo un erizo.
Sybil pareció insultada.
-Los erizos tienen pulgas –declaró altanera-. Me niego a tocar esa cosa.
-Te aseguro que Greenie está absolutamente limpio y saludable –comentó Severus, igualmente insultado-. En serio, Sybil, haces demasiado escándalo por una mascota linda y pequeña.
-¡Me niego a compartir mi comida con roedores sucios e idiotas insensibles! –declaró Trelawney, poniéndose en pie de un salto y dirigiéndose hacia la puerta.
Minerva sonrió satisfecha.
-¡Espera, Sybil!
Trelawney se detuvo en la puerta, probablemente esperando una disculpa.
-¿Tu bola de cristal no te advirtió que habría un erizo verde hoy en la mesa? –preguntó Minerva, todavía sonriendo.
Trelawney se acomodó enojada el chal y exclamó:
-¡Ignorantes!
El chal se deslizó de sus hombros y cayó al suelo mientras ella salía.
-Creo que será mejor que le lleve su chal –dijo Minerva a los dos magos-. Y se lo restregaré un poco en la nariz.
-No fue una de sus mejores excusas –comentó Severus mientras Minerva cerraba la puerta tras de sí.
-Bueno, no era realmente necesaria, ¿o sí? –sonrió Albus-. Y bien, ¿cuáles son las importantes noticias?
-Hubo una reunión esta mañana –reportó Snape calmadamente-. El parloteo usual al principio y Lucius estaba de muy mal humor hoy, pero Él hizo una aparición y estaba de muy buen humor, casi triunfante.
-¿Por qué? –preguntó Albus nerviosamente-. ¿Qué dijo?
-Aparentemente, ha logrado conseguir otro agente. Un Death Eater capaz de llegar hasta Harry Potter aquí, en Hogwarts.
Los ojos de Albus se estrecharon.
-No he contratado profesores nuevos este año y podría jurar por la lealtad del resto.
-¿Es por eso que echamos de aquí a Sybil? –recalcó Severus.
-Sybil es una tonta que podría hablarle a la gente equivocada, pero nunca se uniría a los Death Eaters –Albus sacudió la cabeza-. ¿Crees que Él confiaría tanto en un elfo doméstico?
-Nunca –dijo Severus sin dudarlo-. No, por lo que dijo, parece que estamos buscando a un estudiante. Muy probablemente, pero no indispensablemente, en el mismo año que Potter, ya que dijo que el agente estaba "cerca de Potter". Asumo que se refería a que son compañeros de clase.
-Un estudiante –murmuró Albus-. Considerando la confianza que parece depositar en el traidor, probablemente será hijo de uno de sus antiguos seguidores, alguien bien versado en las Artes Oscuras, más probablemente un Slytherin, ya que confía en su propia Casa más que en ninguna otra. ¿Qué sabemos de los Slytherins del mismo año que Harry? Está tu amigo Malfoy, para comenzar.
-Draco no es de la Oscuridad. No tiene más estómago que yo para torturar y su novia es una Weasley. También sé que Lucius le ha dicho a Él repetidamente que el muchacho es demasiado inmaduro como para ser usado en sus planes –Severus sacudió la cabeza-. Draco está de nuestro lado, pero Lucius no se ha dado cuenta, todavía. Nunca le confiaría al muchacho una misión importante mientras no haya probado su valor y, como dije antes, no tiene la dureza.
Albus asintió.
-¿Quiénes son sus compañeros, entonces?
-Gregory Goyle y Vincent Crabbe tiene padres Death Eaters, pero a Gregory le falta la inteligencia para trabajar en forma independiente y hay que conocer a Vincent realmente bien para comprender que tiene más inteligencia que su mejor amigo. Él siempre ha usado a sus padres como "gorilas". Probablemente no ve nada más que eso en Vincent, pero eso no lo deja completamente fuera de la cuestión, debo admitir. Entonces está el muchacho Zabini, Blaise –hizo una pausa.
-¿Qué hay con Blaise? –presionó Albus cuando Severus no continuó.
-No me agrada –admitió Severus-. Trató de inculparme una vez para ponernos a Draco y a mí en contra el uno del otro y puede ser astuto, pero sus padres no son Death Eaters, hasta donde yo sé.
-¿Estás completamente seguro? Pueden ser de los rangos más bajos.
Severus asintió.
-Sí, pueden ser. Es bastante possible, aún a pesar de que el señor Zabini era un Ravenclaw, si recuerdo bien. A diferencia de los Malfoy, Crabbe y Goyle, los Zabini no son tradicionalmente una familia Slytherin. Él se refirió a su agente como un "él", pero tal vez deberíamos considerar a las chicas de todos modos. El padre de Pansy Parkinson está muy favorecido por Él en este momento y la chica tiene la inteligencia y la malicia necesarias para el trabajo. También es la novia de Blaise. Su mejor amiga, Millicent Bulstrode, califica también, a pesar de que no tiene tanto talento como Pansy para la estrategia. Estella Rashton es altamente improbable. La ubicaría firmemente del lado de la Luz. Su familia es definitivamente segura y ella siempre ha sido una fuereña dentro del grupo. Eso deja a Alicia Mortimer y Juliana Carlson. El padre de Alicia es muggle y la madre de Juliana es una Hufflepuff. Ambas actúan en forma desagradable, pero probablemente lo hacen para ser aceptadas. Lo reduciría a Blaise, Pansy y Millicent como los principales sospechosos de Slytherin.
-Ya veo –asintió Albus-. Pero también tiene varios Ravenclaws a su servicio. ¿Tenemos algún hijo de Death Eaters en Ravenclaw empezando el sexto año?
-Filius los conoce mejor que yo –le recordó Severus-. Pero el padre de Miranda Deering está en Azkaban por practicar las Artes Oscuras y Eric Farran ha mostrado antes fuertes prejuicios anti muggles. Aparte de ellos, no puedo pensar en ningún sospechoso.
-¿La chica Patil? –sugirió Albus-. No sabemos prácticamente nada acerca de la familia, pero parecen ser sangre limpia.
-Emigrados desde La India después de Su caída. Es muy improbable que haya tenido contacto con Death Eaters en el pasado y ambas chicas se llevan bien con sus compañeros hijos de muggles.
-No tenía la impresión de que la señorita Granger y la señorita Parvati Patil fueran muy amigas –señaló Albus.
-Eso se debe principalmente a lo muy contrarios que son sus intereses, creo –argumentó Severus-. La señorita Granger tiene una mente muy lógica e idoliza a Minerva. Me parece haber escuchado que incluso se salió de la clase de Adivinación porque desprecia a Sybil. La señorita Patil, por el contrario, idoliza a Sybil y Adivinación es su clase favorita. El disgusto mutuo entre las dos profesoras se transmite a los estudiantes, me parece.
-De acuerdo, no es Padma Patil, entonces. ¿Qué hay de los Hufflepuff? –preguntó Albus.
Severus pensó por un momento.
-Nicodemus Hanson. Es un solitario prejuicioso que probablemente entró a esa Casa por el mérito de su dedicación al trabajo en solitario. Está bastante descontento con la sociabilidad de sus compañeros de Casa y trata de mantenerse tan distanciado como puede.
-Pero es hijo de muggles –comentó Albus.
-Aún así es el candidato Hufflepuff más probable. La Casa tiene el mayor número de hijos de muggles y sus miembros sangre limpia se asocian libremente con ellos. Hufflepuff ha producido muy pocos Death Eaters or aurors. Luchar por ideales o por ventajas personales simplemente no es su estilo.
-Pero les gustaría hacer un mundo mejor para todos.
-Pero no luchando. Invertirían su tiempo y trabajo en servicios sociales o investigación médica, lo que resultaría en una forma más real en inmediata de ayudar a la gente. No, es más probable que encontremos a nuestro traidor en Slytherin o en Ravenclaw. ¿Pero, qué hay de los Gryffindor? Sólo hemos declarado libre de sospecha a la señorita Patil.
Albus rió.
-¿Los Gryffindor, Severus? Son los caballeros blancos en armaduras brillantes. Su Casa ha producido más aurors que cualquiera de las otras, y ningún Death Eater.
-Peter Pettigrew –contestó Severus secamente.
-Bien, bien –suspiró Albus-. ¿Tu opinión sobre los Gryffindor, entonces?
-Como ya dije, dejamos fuera a Patil. Granger está fuera de la cuestión. Es hija de muggles y una amiga cercana de Potter. La madre de la señorita Brown es hija de muggles también, lo que la hace una candidata improbable. Neville Longbottom ha visto a sus padres torturados por Deah Eaters hasta enloquecerlos. Dean Thomas incluso prefiere el juego muggle de fútbol que el Quidditch, Ron Weasley es el mejor amigo de Potter y... bueno, un Weasley. Eso deja a Seamus Finnigan como el candidato más probable.
-Un media sangre –señaló Albus-. Ves, no necesitamos sospechar de los Gryffindor.
-No más que de los Hufflepuff, pero deberíamos considerar los otros años también, solo por si acaso.
Albus suspiró.
-No tenemos tiempo para sortear todo el cuerpo estudiantil justo ahora. Hazme una lista. Empezando con los Slytherins, por supuesto. Le pediré a las otras Cabezas de Casa que me den listas similares, pero si tienes tiempo, me gustaría tu opinión también sobre sus estudiantes. Siempre has sido el mejor prediciendo esas cosas.
-Conozco mejor el lado oscuro –le recordó Severus-. Y la gente que está en él.
-Lo cual me recuerda –dijo Albus, deliberadamente alegre-. Leí un titular de lo más interesante en el Prophet esta mañana.
-¿Oh? –dijo Severus.
Sí, definitivamente sabía de qué estaba hablando Albus.
-Aparentemente alguien envió al Ministerio una carta anónima acusando a Lucius Malfoy de extorsión –continuó Albus.
-¿Oh? –repitió Severus.
-Es la cosa más extraña, porque estoy seguro de que el buen viejo Lucius no haría algo así mientras tiene un rol tan importante en los planes actuales de Voldemort –comentó Albus-. Alguien debe haberlo inculpado.
-¿Oh?
-Severus –dijo Albus seriamente.
-No es algo que no se mereciera, Albus –apuntó Severus-. Tal vez no lo haya hecho desde el regreso de Voldemort, pero sé que lo hizo antes. Cuando éramos jóvenes, incluso lo ayudé algunas veces.
-¡Severus!
-Ha hecho cosas mucho peores, Albus.
-¡SEVERUS!
-Está bien, está bien, no lo haré de nuevo. ¿Contento?
-Eres incorregible, Severus. ¿Qué crees que saldrá de esto? Lucius comprará el librarse de Azkaban y terminará con un golpecito en la muñeca como llamada de atención. Eso no nos ayudará.
-Pero enojará a Lucius –comentó Severus-. Lo cual es lo que pretendía conseguir realmente. Pero tenemos cosas más importantes que discutir –cambió rápidamente el tema-. ¿Qué vamos a hacer acerca del nuevo agente? No podemos permitirle moverse libremente por la escuela.
-Ciertamente, deberemos expulsarlo a menos que podamos encontrar otra forma de neutralizarlo –dijo Albus, tristemente-. Odio ver a un niño expulsado por un error cometido por sus padres. Tal vez podamos volverlo de nuestro lado, o suministrarle información falsa. Podríamos advertir a Harry sobre él, por supuesto, y arreglar los horarios para mantenerlos separados.
-Para hacer cualquiera de esas cosas, tendremos que estar seguros de su identidad –le recordó Severus.
-Cierto. Nuestra primera meta debe ser identificarlo. Necesitamos un contraespía para encontrarlo –decidió Albus.
-Sólo puedo supervisar a los estudiantes. Aún si se trata de un Slytherin, entraría en sospecha si me dejara caer por la sala común con demasiada frecuencia, registrara baúles, o lo siguiera por los corredores –le recordó Severus-. Cualquier otro miembro del plantel sería todavía más sospechoso.
-Y es por eso que necesitamos a un estudiante para hacer el trabajo –anunció Albus alegremente-. Como lo más probable es que estemos lidiando con un Slytherin, un Slytherin tendrá las mejores oportunidades para atraparlo y también será el menos sospechoso. El traidor desconfiará mucho de los Gryffindors, por supuesto.
-¿Quieres reclutar a uno de mis estudiantes como agente secreto, Albus? ¿Estás loco? Son niños. Todos ellos tienen cuando menos amigos en el lado oscuro. No son inocentes caballeros blancos como tus Gryffindors, Albus. Slytherin tiene todos los tonos de gris, y los niños que han sufrido no confían fácilmente, en cualquier caso.
-Dijiste que no todos son de la Oscuridad –dijo Albus, casi acusadoramente.
-No lo son –confirmó Severus-. Pero eso no significa que se pondrán en contra de sus amigos y familiares. Los Slytherins permanecen unidos. Nadie de fuera de su Casa los defenderá, así que deben presentar un frente unido todo el tiempo. La mayoría son neutrales, Albus, y eso es lo mejor que estarán dispuestos a darte.
-Pero dijiste que el chico Malfoy está de nuestro lado. Confía en ti y, siendo hijo de Lucius, no será probable que sospechen que trabaja para nosotros –contestó Albus.
-¿Quieres que yo reclute a Draco para tus planes? –demandó Severus, enojado-. ¡Ya te dije que no tiene la firmeza, Albus! Es un muchacho sorprendentemente sensible, una vez que logras ver más allá de la máscara.
-No tendrá que participar en ningún tipo de tortura, Severus –le recordó Dumbledore-. Todo lo que tendrá que hacer es observar a sus compañeros y reportarnos si alguno muestra señales de trabajar para Voldemort. Observar, escuchar y pretender estar en el lado oscuro. Eso es todo lo que espero de él. Probablemente lo hará de todos modos.
Severus sacudió la cabeza.
-No quiero ponerlo en peligro. No tiene experiencia en espionaje y su propio padre lo mataría por esto, Albus.
-Si tienes una sugerencia mejor, la aceptaré con gusto, pero no puedo pensar en nadie más adecuado para el trabajo. Todos los demás en quienes podemos confiar serían cuando menos sospechosos para el traidor y el traidor mismo será el único con alguna experiencia en espionaje –decidió Dumbledore-. Tenemos que usar a Draco.
Severus suspiró otra vez y asintió tristemente. No tenía problemas arriesgando su propia vida como espía, pero arriesgar la de su joven amigo era un asunto muy diferente. Estaba orgulloso de haber ganado la difícil confianza del muchacho. No podía abusar así de esa confianza, ¿pero qué opción le quedaba?
¡Si tan solo hubiera sucedido esto el año anterior, mientras todavía era un niño! Entonces habría podido tomar el trabajo de espía en lugar de Draco. Probablemente habría podido hacerlo con facilidad, aprovechando su experiencia.
Esas preocupaciones no lo dejaron en paz durante todo el día y para la hora de la cena se había descubierto a sí mismo deseando no haber vuelto a ser adulto. Incluso consideró usar otra vez la poción rejuvenecedora de Neville Longbottom, pero esa no era una opción. La poción era extremadamente peligrosa, después de todo, y podría ser necesitado como adulto en cualquier momento. No había forma de decir si el antídoto funcionaría una segunda vez. De acuerdo con su inventor, no había funcionado al segundo intento en una rata que había recibido una dosis demasiado débil en primer lugar y envejeció solo unos meses en lugar de dos años. La segunda dosis sólo logró que la rata estuviera enferma durante un día y no cambió para nada su edad.
Era predecible el que sólo cuando se fue a la cama esa noche le llegó la idea que podría solucionarlo todo.
Con eso en mente, ya no tuvo oportunidad de dormir, por supuesto. Necesitaba desesperadamente averiguar si podía hacerse, pero los libros disponibles en su habitación no podían responder su pregunta principal. Tendría que ir a la biblioteca para eso.
Mañana, se prometió a sí mismo, en ese momento lo que necesitaba era dormir.
Volvió a la cama, pero la pregunta seguía sin dejarlo en paz. Después de una hora de tratar de conciliar el sueño inútilmente, se rindió por fin, se levantó y, después de vestirse apresuradamente, fue a la biblioteca.
Los salones estaban a oscuras y la puerta cerrada, pero afortundamente, durante las vacaciones no estaba atrancada.
Severus entró y usó un hechizo rápido para encender unas cuantas velas en su escritorio favorito, entonces iluminó su varita para poder buscar en las estanterías los títulos que necesitaba.
Los libros de Pociones podía encontrarlos a ciegas, pero localizar los de Encantamientos le tomó un rato. Sin embargo, pronto estaba de vuelta en el escritorio con los libros y empezó su investigación. La parte de Pociones era bastante fácil, pero parecía que ser los Encantamientos no le daban la solución que necesitaba.
Profundamente decepcionado, cerró los libros otra vez. En ese momento no había otra forma más que buscar ayuda en Transfiguraciones. Y eso significaba que requería la ayuda de otro mago o bruja que hiciera el hechizo en su lugar.
Severus revisó unos pocos libros de Transfiguraciones y encontró en uno de ellos un hechizo avanzado que podría servir de base para su proyecto. Pero sería necesario adaptarlo y eso excluía a Sibyl Trelawney e incluso a Madame Pomfrey de la lista de posibles ayudantes. Dumbledore estaba demasiado ocupado como para molestarlo con un problema así de grande. Tendría que ser MacGonagall.
Severus hizo una mueca. Justo lo que necesitaba: ¡tener que pedirle un favor a Minerva! Bueno, no había forma de evitarlo.
Una mirada al reloj le advirtió que no molestara a la profesora de Transfiguraciones en ese momento. Eso podría resultar en un final verdaderamente rápido para sus planes.
Una vez más volvió a su cama, pero seguía sin poder dormir. Su relación con Minerva MacGonagall no había sido exactamente la mejor durante el tiempo había sido su estudiante el año anterior y todavía se sentía nervioso en su cercanía. ¿Y si lo rechzaba?
Finalmente se levantó por tercera vez y empezó a escribir su lista para Dumbledore, empezando por los sétimos años. Los tres miembros del equipo de Quidditch eran sospechosos, decidió, pero las niñas estaban bien. El pensar en el equipo de Quidditch lo puso más nervioso todavía. Tendría que jugar contra Potter. Tal vez a eso se había referido Voldemort al decir que su agente podía acercarse a Potter.
Las cosas que un jugador de Quidditch podía hacer a otro, si no temía perder el partido como resultado, eran aterradoras. ¿El agente de Voldemort debía conseguir información de Potter o simplemente matarlo?
Continuó la lista con los sextos años que ya había mencionado al director, entonces siguió con los de quinto también, antes de estar suficientemente cansado como para dormir.
A la mañana siguiente llevó los libros de la biblioteca consigo al desayuno con la esperanza de atrapar a MacGonagall ahí mismo, pero sólo encontró a Dumbledore en el gran salón.
El Director se sorprendió al ver entrar a Severus con su erizo en un brazo y una pila de libros en el otro.
-¿Transfiguraciones, Severus? –preguntó el viejo mago con un destello sorprendido en los ojos.
-Sí, puedo haber una forma de emplear a Draco como nuestro agente, pero necesitaré a un experto en Transfiguraciones y algo de tiempo para poder estar seguro –contestó Severus colocando gentilmente a Greenie en la mesa.
-¡Sniff! –declaró el pequeño erizo verde. "¿Dónde están mis hojuelas de maíz?"
Albus sonrió y le ofreció la jarra de leche sin que se lo pidiera. Ya conocía los hábitos de alimentación del erizo y sabía que era mejor servirle la comida rápidamente, a menos que quisiera arriesgarse a encontrarlo con sus cuatro patas metidas en su propio desayuno. Las tostadas con mermelada de Severus fallaban completamente en atraer el interés de Greenie, lo que resultaba en que buscara su desayuno en los platos de otras personas.
-¿Tienes idea de qué tiene que hacer Minerva hoy? –continuó Severus, mientras vertía algo de leche en el plato que los elfos domésticos habían colocado eficientemente para uso del erizo.
-Prometió escribir la lista de estudiantes sospechosos que le pedí –contestó Albus tomando una cucharada de avena-. Y luego continuará con las cartas para los estudiantes, me parece.
Severus asintió.
-¿Quieres que enliste también a los de primer y segundo año? Dudo mucho que Él confíe bastante en ninguno de ellos como para darles una misión así.
Dumbledore lo meditó por un momento.
-Si vamos a sospechar de los Gryffindors, será mejor incluirlos también.
-Te das cuenta que incluir a los de primer años significa que la lista tendrá que esperar hasta al menos una semana después del sorteo, ¿verdad? –le recordó Severus-. En este momento todo lo que sabemos de ellos son sus nombres.
-Es cierto –asintió Albus-. Y entre más pronto encontremos al traidor, mejor. Los de primer año son candidatos bastante improbables. Sí, apégate a los de sétimo a segundo año por ahora e infórmame sobre los de primer año cuando ya los conozcas.
-¿Planeas darle al agente una lista de nombres? –preguntó Severus.
Albus asintió otra vez.
-Sin más información que esa, por supuesto. Si cae en manos de un extraño, todos sabrán que Draco, o quien sea nuestro agente, tiene una lista de nombre que ni siquiera está escrita con su letra. Podría simplemente haberla tomado por accidente junto con sus notas después de clases.
Severus fue directamente a la oficina de la profesora MacGonagall justo después del desayuno aún a pesar de que estaba un poco preocupado por llevar a Greenie a ese encuentro.
A la profesora de Transfiguraciones no le gustaban los erizos, especialmente los verdes, y ella tenía ese horrible poder para convertirlos en ceniceros. Sin embargo, esperaba que ella respetara el hecho de que Greenie era su mascota y no material de enseñanza.
Resultó que sus preocupaciones eran innecesarias a fin de cuentas. Minerva no contestó su llamada a la puerta. ¿Estaría dormida aún? Si estaba durmiendo no era raro que no hubiera estado en el desayuno.
Severus consideró entrar a sus aposentos privados, pero decidió no hacerlo. Interrumpir su sueño no mejor idea de día que durante la noche.
En lugar de eso, volvió a su oficina, dejó a Greenie en su escritorio y continuó con su lista de estudiantes sospechosos. Los de quinto año eran un grupo bastante inofensivo, pero había tres estudiantes de cuarto que valdría la pena vigilar. Los de tercer año eran casi tan prejuiciosos como los de sexto a primera vista, pero, a diferencia de los de sexto, no estaba seguro de qué tanto de eso era hablar por hablar y qué tanto era real.
El segundo año incluía dos estudiantes hijas de muggles, lo que le daba a Severus una imagen bastante clara de la actitud de sus compañeros. Una pandilla de tres niñas y un niño siempre atormentaban a las dos niñas, mientras que al resto de los muchachos parecía traerlos sin cuidado.
Con la lista terminada en su mano y los libros de la biblioteca bajo el brazo, pero sin Greenie esta vez, Severus fue primero a la oficina del director, luego a la de MacGonagall. Ninguno de los abrió la puerta.
El director probablemente estaba fuera con asuntos de la Orden, pero era demasiado tarde como para que Minerva todavía estuviera en la cama y, de acuerdo con el director, ella pensaba hacer papeleo ese día.
¿Estaría trabajando en su habitación?
Severus probó abrir la puerta de sus aposentos después de todo, pero no tuvo éxito. Gruñendo, fue a la biblioteca. Tal vez podría encontrar un poco más por su cuenta hasta que encontrara a MacGonagall. Si no, siempre podía empezar con su lista de Ravenclaws sospechosos.
¡Y ahí estaba! Minerva MacGonagall había tomado el escritorio de la bibliotecaria y fruncía el ceño mirando un pergamino mientras, a su lado, una pluma automática estaba garrapateando rápidamente otro pergamino.
-Buenos días, profesora –la saludó Severus cautelosamente. Sería mejor no enojarla ahora.
Minerva lo miró y suspiró. Desde que Severus había sido transformado accidentalmente en un niño el año anterior, había estado llamándola "profesora MacGonagall" o cuando menos "profesora". Parecía ser que había olvidado por completo que una vez había sido "Minerva" para él y no importaba con qué frecuencia se lo pidiera, no había vuelto a hablarle usando su primer nombre.
-Buenos días, Severus –respondió enfáticamente. Si ella seguía usando su primer nombre, él tendría que hacer lo mismo alguna vez, ¿verdad?-. ¿Eso fue realmente necesario?
Severus se acercó cautelosamente y descubrió que había fotografías mágicas de los estudiantes Gryffindor de los últimos años por todo el escritorio.
-¿La lista de los estudiantes que podrían ser tentados por el lado oscuro? Yo diría que es muy importante.
-Puedo ver por qué quieres una de tu propia Casa, Severus, pero esto es Gryffindor –ella señaló con un gesto las fotos-. No tenemos los problemas de los Slytherins. Nuestros estudiantes son claramente de familias de lado de la luz y están orgullosos de luchar contra los magos oscuros.
-Peter Pettigrew –le recordó Severus, justo como había hecho con Albus el día anterior-. Sé que Gryffindor no produce tantos magos oscuros como Slytherin, pero estamos buscando a un solo traidor. Un traidor que quiere darle a Voldemort información acerca del señor Potter. Recuerda el daño causado por la traición de Pettigrew. Un solo Gryffindor malo en este momento sería peor que una clase entera de Slytheris yéndose al lado oscuro. Un agente que pueda entrar en el dormitorio de Potter cada vez que quiera... –guardó silencio para dejar que MacGonagall imaginara por sí misma los resultados.
-Pero hay algo más que quería pedirte –continuó Severus cuando Minerva finalmente asintió concordando con él.
-¿Otra lista? –suspiró Minerva.
-No, algo un poco más complicado, me temo –explicó Severus-. Un proyecto que involucraría una combinación de Pociones y Transfiguraciones.
Una chispa de interés se encendió en los ojos de Minerva.
-¿Un desafío?
-Algo así. Si funciona, nos ayudará a identificar a nuestro traidor –explicó Severus-. Pero para que funcione, necesitaremos encontrar una forma de combinar la poción de Longbottom y la de polyjuice con una variante de la transformación de animago.
-¿La poción que casi te mató el año pasado? –preguntó Minerva, incrédula.
-Una gota es todo lo que vamos a necesitar –le aseguró Severus-. No habrá problema para combinarla con el polyjuice, pero la transformación me parece difícil.
-¿Difícil? Bueno, yo soy una animaga, ¿sabes? –Minerva estaba enganchada-. Ahora, ¿exactamente cuál sera el resultado de la transformación y cómo nos ayudará eso con nuestro traidor?
Severus sonrió y dejó sus libros en la mesa, sobre su lista aún sin empezar.
-Oh, simplemente...
continuará...
Notas:
¿Les gustó? ¿Lucius saldrá libre, como asumió Albus? ¿Alguna idea sobre la identidad del traidor? (las sugerencias serán leídas con mucho interés, pero no serán respondidas, aún, esto es, después de todo, una historia de misterio). Por favor, comenten.
En el próximo capítulo:
El plan de Sevi es revelado, Draco vuelve a la
escuela y Lucius está de mal humor.
