Capítulo 22.

Hamburgo, Alemania.

Lily había tomado una decisión: se iría a Munich. No podía seguir en Hamburgo después de descubrir que Genzo la engañaba. Tenía el corazón destrozado y el alma desgarrada (¡Qué trágico!), pero aun así sacó fuerzas de flaqueza y se la pasó toda la mañana haciendo llamadas y arreglando papeles en el hospital. El Dr. Dietrich estaba muy contento de que ella hubiese aceptado, pues de esa manera dos de sus estudiantes se irían al prestigioso hospital de Munich, ya que Gwen también había aceptado la oferta el día anterior.

Por la tarde, Lily estuvo llorando con Gwen y Michelle, platicándoles lo que había presenciado en el centro comercial. Sus amigas estaban muy tristes por la noticia, pero en el fondo cada una de ellas se alegraba de que Lily hubiese decidido marcharse.

Bueno, yo ya te había dicho que estarás mucho mejor sin Wakabayashi.- comentó Michelle.- No vale la pena que desperdicies tu vida por él.

Nunca me imaginé que él fuera capaz de algo así.- dijo Gwen.- Realmente estoy sorprendida, pero me alegra mucho que no hayas hecho una escena.

No creas que me faltaron ganas.- musitó Lily.- Tenía muchos deseos de agarrar a esa tipa de los cabellos y arrastrarla hasta la fuente para después ahogarla ahí...

No hablarás en serio... .- dijo Michelle, un poco asustada por el tono de ira que Lily usó y por el destello de rabia de sus ojos.

¡Claro que no hablo en serio!.- respondió Lily, enojada.- No sería capaz de lastimar a nadie, aunque sí podría darle un buen par de cachetadas a la mugrosa Nadia.

Bueno, como sea.- intervino Gwen.- Me da mucha tristeza que esto haya pasado, pero te mentiría si te dijera que no me da gusto que te vayas a Munich conmigo.

Sí como no.- habló Lily con sarcasmo.- Lo único que a ti te interesa es estar en los brazos de tu querido Schneider...

Gwen solo se encogió de hombros. En ese instante, el celular de Lily comenzó a sonar.

¿Hola?.- Lily atendió la llamada.- ¡Ah!... Pues más o menos... Ajá... ¿Ahorita?... No, no estoy haciendo nada importante... ¿En este momento?... ¿Es urgente, urgente, urgente?... Bueno, está bien, estaré allá en diez minutos, más o menos... Nos vemos.- y colgó.

¿Quién era?.- preguntó Michelle.

Era Genzo.- respondió Lily, cabizbaja.- Quiere verme en el estadio... A solas...

¿Ahora mismo?.- preguntó Gwen, extrañada.

Ahora mismo.- contestó Lily.- Me dice que es muy urgente, que no puede esperar más tiempo.

¡Pero si ya está oscureciendo! ¿Y por qué en el estadio?.- volvió a preguntar Gwen.- ¿Qué no puede verte en su departamento o qué?

Yo que sé, me dijo que no podía decirme más por teléfono, que allá me lo explicaba todo.- contestó Lily.

No vayas, mándalo a la goma.- opinó Michelle.

Qué más da, igual y quiere terminar conmigo, y si esto es cierto, mejor que sea de una buena vez.- replicó Lily, con tristeza.

Vamos contigo.- ofreció Michelle.- Ya está oscuro.

No, me dijo que quiere verme a solas, pero gracias de todas maneras.- respondió Lily.- Estaré bien, no se preocupen.

Gwen y Michelle vieron cómo Lily salía del departamento y se alejaba caminando por las oscuras calles de Hamburgo.

A pesar de que presentía que algo muy importante estaba por ocurrir y que mientras más se tardara en llegar más retrasaría el evento, Lily no tardó mucho en llegar al estadio de Hamburgo, tal vez porque la opresión que sentía en esos momentos la había hecho caminar mucho más rápido que de costumbre. En la entrada, el vigilante la dejó pasar sin hacerle preguntas, simplemente le dijo que siguiera el camino que vería más adelante.

"¿Cuál camino?", se preguntó Lily, pero pronto tuvo respuesta pues delante de ella había un pequeña vía iluminada con velas. Ella la tomó, y a cada diez metros, más o menos, había una rosa blanca cuidadosamente colocada en el suelo. Conforme avanzaba, Lily iba recogiendo las flores por lo que cuando llegó al final del camino, que terminaba justo en el centro del estadio (el cual también estaba iluminado por velas), tenía ya veintiocho rosas, aunque las últimas cinco que había recogido eran de color rojo.

"Debo reconocer que al menos es una manera muy linda de terminar una relación, aunque muy triste", pensó Lily, "¿Y ahora qué? ¿Saco mi celular y empiezo a mandar señales luminosas o qué?", se preguntó, mientras miraba en todas direcciones. El estadio estaba completamente a oscuras, excepto por la tenue luz de las velas.

Lily estaba a punto de marcharse cuando vio que Genzo se acercaba a ella. A pesar de que se encontraban en la semipenumbra, ella se dio cuenta de que él se veía guapísimo esa noche, pues iba vestido muy formalmente, completamente de negro, desde los zapatos hasta la camisa de vestir y la corbata, y su cabello estaba perfectamente peinado, pues no llevaba gorra. Ella se quedó sin aliento al verlo, pensando que nunca en su vida podría haber otro hombre que le acelerara el corazón de esa manera.

Te estaba esperando.- dijo él.- Te ves muy bella esta noche, como siempre.

"Sí, muy bella que me he de ver, he de traer los ojos hinchados y el cabello revuelto...", pensó ella.

Gra... Gracias.- tartamudeó Lily.- Bueno, pues aquí estoy. ¿Qué es eso tan urgente que tienes que decirme?

Te hice venir hasta aquí para hablar sobre nosotros.- respondió Genzo.

Pudimos hablar en el departamento...

No, porque allá no sería lo mismo.

"Cada vez entiendo menos, pero bueno", pensó Lily.

Bien. Las rosas que llevas representan los años: veintitrés rosas blancas por los veintitrés años de vida que tienes y cinco rosas rojas más que representan los cinco años que hemos estado juntos.- dijo Genzo.

Ajá...

Como habrás notado, las rosas rojas están muy cerca de marchitarse.

Sí... .- ella se había dado cuenta.- Pero no entiendo...

Déjame continuar.- la interrumpió Genzo.- Hemos sido novios por cinco años. Al principio, nuestra relación era maravillosa pero mis celos constantes y mi temor a perderte fueron marchitando nuestra relación, al igual que esas rosas. Creo sinceramente que nos hemos estancado, lo nuestro no avanza y cada día se deteriora más. Siento también que el estar conmigo ha limitado tus sueños, me he dado cuenta de que tú deseas volar por cielos distintos y el estar atada a mí te lo ha impedido. Por eso, lo mejor será que demos por terminado nuestro noviazgo.

Ya se lo esperaba. Lily sabía que todo eso era demasiado bueno para ser cierto. No pudo evitarlo: por sus mejillas comenzaron a correr las lágrimas.

Yo no quiero ser tu dueño.- continuó Genzo.- Jamás he pretendido cambiar tu destino. Pero... Me harías el hombre más afortunado si aceptaras unirlo al mío...

En ese momento, miles de pequeñas lámparas azules se encendieron por todo el estadio: la cancha, las tribunas, las bancas de los jugadores, no había ni un solo espacio que no estuviese iluminado por la suave luz de las lamparitas.

Genzo hincó una rodilla en el suelo, al tiempo que sacaba de su saco un estuche de terciopelo; lo abrió, dejando ver un hermoso anillo que tenía un diamante azul, y se lo ofreció a Lily, al tiempo que le preguntaba suavemente:

¿Quieres casarte conmigo?

Lily se quedó momentáneamente sin habla. Eso realmente no se lo esperaba. Soltó una pequeña carcajada de nervios al tiempo que miraba al joven con incredulidad. Abrió la boca varias veces, pero no conseguía articular ni una palabra. Genzo no dejaba de mirarla con ternura y con una sinceridad que reafirmaba su proposición. Lily, sintiéndose la mujer más feliz sobre la Tierra, por fin pudo dar una respuesta:

¡SÍ! ¡SÍ! ¡SÍÍÍÍÍÍÍ! ¡QUIERO CASARME CONTIGO!

Genzo se levantó y le puso a Lily el anillo en el dedo anular de la mano izquierda, después la tomó entre sus brazos y la besó.

Cuando terminaron el beso, él no la soltó sino que la estrechó con más fuerza. Ella recargó su cabeza unos segundos contra su pecho, sintiendo como una increíble felicidad la inundaba por dentro. Pero de pronto, recordó algo y se separó un poco de él.

Espera un segundo.- le dijo a Genzo.- ¿Estás seguro de que esto es lo que quieres?

¿Crees acaso que tengo alguna duda?.- respondió éste.

Es que... .- Lily tenía que preguntar.- Quiero saber quien es Nadia.

Genzo se sorprendió un poco, pero después lanzó una carcajada.

¿Cómo sabes sobre Nadia?.- le preguntó a la joven.

Pues te ha estado llamando por teléfono estos días, ¿no es así?.- respondió Lily.- Y te dejó un mensaje en la contestadora el otro día pidiéndote que te reunieras con ella...

Me dijiste que no te habías dado cuenta de que el teléfono había sonado...

Pues mentí, la verdad es que sospechaba que me engañabas y pues por eso no te dije nada, hoy por la mañana te seguí a tu cita misteriosa y vi como te reunías con ella en una joyería... .- Lily agachó la cabeza al recordar la escena.

¡Qué tonta eres, mi amor!.- Genzo la besó en la frente.- Tú ya deberías de saber que, mientras tú me ames, jamás te engañaría con ninguna chica. ¿Para qué querría salir con otras mujeres si tengo el amor de la más bella e increíble de todas?

¿Entonces quién es Nadia?.- insistió Lily, quien se había ruborizado un poco con la respuesta de Genzo.

¿Quieres saberlo? Muy bien, te lo diré.- respondió él.- Nadia trabaja en la joyería en la que me viste entrar esta mañana. Me ha estado ayudando a encontrar el anillo de compromiso perfecto. Como no encontré ninguno que me gustara, la joyería ofreció hacerme uno por encargo y ella ha estado revisando pacientemente conmigo los catálogos para tener una idea clara de qué era lo que andaba buscando. También me ayudó a planear la forma perfecta de pedirte matrimonio, pues tú sabes que no soy muy romántico y yo deseaba que este momento fuese algo especial.

Pero... La tomaste de la mano en la mañana...

Sí, porque le pedí que se probara el anillo para comprobar que te fuera a quedar bien, pues tú y ella son de la misma medida.

Eso lo explica todo...

Así es. No tienes ni idea de todo lo que tuve que hacer para que no te enteraras, y para mi mala suerte mi celular comenzó a fallar estos días, si no hubiera sido por eso ella no habría llamado al departamento y tú no te habrías enterado de nada.

Jejeje, pero aun así nunca me sospeché que estuvieses planeando algo como esto... Oye, pero... ¡Oh, no! .- Lily recordó otro pequeño detalle que podría llegar a convertirse en un gran problema.

¿Qué pasa?

Es que yo acepté la plaza en Munich. Cuando te vi con Nadia decidí que lo mejor sería irme, así que en la mañana llamé al hospital para confirmar que me iría para allá.- ella estaba acongojada.

No te preocupes, también pensé en eso.- dijo Genzo, con una sonrisa.- Te dije que no es mi intención cambiar tu destino, sino fusionarlo con el mío.

¿A qué te refieres?

El Bayern Munich volvió a ofrecerme un contrato y lo acepté.

¿Cómo?

Sí. Tú sabes que el Hamburgo no calificó para la Champions League y también sabes el enorme deseo que tengo de volver a enfrentarme a Tsubasa en ese torneo, así que por eso que acepté el contrato, para poder cumplir mi sueño de convertirme en el mejor portero del mundo, y al mismo tiempo, podré compartir el resto de mi vida contigo.

Gen... .- Lily susurró.- Estaremos unidos por el mismo destino...

Para siempre... .- contestó él.

Ella le sonrió de la manera tan dulce y característica que tanto le encantaba a él.

¿De verdad creíste que te engañaba con Nadia?.- preguntó Genzo, después de un rato.

Pues... .- Lily desvió la mirada, un poquito avergonzada.- Te mentiría si te dijera que esa idea no me pasó por la mente.

Eres una niña muy tonta, pero eres mi niña tonta.- Genzo le sujetó la barbilla.- Si tan solo supieras cuanto te amo jamás pensarías que podría serte infiel...

Genzo volvió a besar a Lily, de una manera apasionada y profunda, mientras miles de luces titilaban a su alrededor como pequeñas estrellas...

Notas:

Jajajaja, ahora sí que me pasé de cursi, creo que de plano esto es lo más meloso que he escrito hasta ahora U