¡Todo esto es de JKR, no mío! Excepto por unos pocos personajes que agregué.

Draco dibujando dragones pertenece a PikaCheeka, perdón por no haberlo mencionado desde el principio de MNS, creo que adopté la idea de forma subconsciente.

El cuervo de Severus pertenece a J. L. Matthews. Sólo lo tomé prestado porque es una mascota perfecta para Sevi y prometí devolverlo ileso.

Los catar, sin embargo, son míos y los amo, así que, por favor, no los uses sin pedirme permiso primero.

Nota de la autora:

Bueno, bueno, bueno, no hemos conocido a ningún sospechoso todavía y algunos de ustedes ya tienen ideas sobre quién puede ser el traidor. Para aquellos que todavía no se han decidido, habrá unos cuantos nombres más de sospechosos en este capítulo.

Nota de la traductora:

Silverfox es de Austria (no confundir con Australia) y su lengua materna es el alemán, pero escribió "Double 0 Seve...rus" en inglés, si deseas leer la versión original, puedes encontrarla en fanfiction.net y si deseas escribirle (en alemán o inglés, preferentemente), su dirección es silverfox@kabsi.at

Capítulo dos: DE VUELTA A LA ESCUELA

Draco Malfoy frunció el ceño mirando a su padre cuando se reunió con él en la estación de King Cross. Había sido llamado de sus vacaciones antes de tiempo. ¡Unas vacaciones absolutamente grandiosas en compañía de su novia! En un refugio para el estudio de los dragones, por cierto. Ahora, en lugar de ver crecer a su bebé dragón favorito, tenía que regresar a la escuela. ¡Sin Ginny!

Lucius Malfoy también frunció el ceño. Estaba de un humor todavía peor que el de su hijo. No sólo se había visto forzado a recoger a Draco en una estación muggle, no, encima había tenido que reunirse con él en un andén muggle. ¡Su hijo viajando en un tren muggle! Sin mencionar el avión muggle que lo había transportado de regreso a Inglaterra.

Por supuesto que eso era lo que obtenías por salir con una mocosa Wesley amiga de los muggles, pero era mejor Virginia Weasley que esa sangre sucia de Hermione Granger en la que Draco había puesto sus ojos por un breve tiempo. Al menos Weasley era sangre limpia, tenía una apariencia aceptable y, hasta donde él sabía, era capaz de usar una varita.

El Lord Oscuro incluso había dicho que la pareja no estaba tan mal. A decir verdad, eso lo había detenido de usar a Draco en sus planes para el futuro inmediato, si el chico continuaba saliendo con una Weasley, pero en unos poco años eso serviría como una buera cubierta para el Ministerio, si Draco se casaba con una bruja de una conocida familia del lado de la Luz. Al menos eso fue lo que asumió Lucius sobre las razones del Lord Oscuro para aceptar ese noviazgo. ¡Diablos, Voldemort incluso había mencionado la posibilidad de un matrimonio! ¿Tal vez esperaba conservar indirectamente la línea familiar de los Weasley mezclándola con la de los Malfoy?

Lucius Malfoy podía vivir con todas esas pequeñas indignidades. Podía soportar tener que usar ropa muggle en la estación. Podía incluso aceptar el hecho de que a Draco no parecía molestarle estar rodeado por todos esos muggles.

Lo que no podía soportar, sin embargo, era la humillación que tenía ahora por delante. Volver a su vieja escuela era aceptable si regresaba para una visita, ¿pero volver para trabajar? Que un Malfoy tuviera que trabajar, esa era la indignidad más grande de todas. ¡Y encima, mañana estaría trabajando para Albus Dumbledore, nada menos!

Lucius saludó a su hijo con una inclinación de cabeza sin decir una palabra, dio media vuelta y salió de la plataforma, esperando que Draco lo siguiera.

Draco suspiró y forcejeó con su pesada maleta. El encantamiento de levitación que Charlie Weasley le había puesto en Rumania había tenido que ser retirado antes de que la pesaran en el aeropuerto muggle. No había sido un problema en ese momento, porque los muggles la habían cargado y descargado ahí, pero luego tuvo que arrastrarla al tren y ahora parecía ser que tendría que cargarla una vez más.

Aunque, pensándolo bien, ¿qué había esperado que hiciera su padre? No podía hechizarla frente a todos esos muggles. Los pobrecillos se asustarían, le había explicado Charlie, de la misma forma que los dragones bebés se habían asustado al ver a su padre.

Nunca antes había pensado las cosas desde la perspectiva de los Weasley. La forma en que ellos veían a los muggles como pobres criaturas indefensas que necesitaban la protección de los magos y que era su deber moral el ayudarlos. En lugar de avergonzarse, Charlie y Ginny estaban orgullosos del trabajo de su padre en el miserable Departamento de Mal Uso de Artefactos Muggles del Ministerio. No había escogido ese trabajo por el dinero, a pesar de los Weasley lo necesitaban. Lo había escogido porque le daba la mejor oportunidad para cumplir ese deber.

Con Lucius caminando orgullosamente adelante y Draco luchando por arrastrar su maleta tras él tan rápido como podía para no perderlo entre la multitud, finalmente llegaron al andén mágico 9 ¾. Draco respiró aliviado, pero fue un alivio corto. Su padre continuó caminando a lo largo del andén, aparentemente decidido a acomodarse en el primer vagón.

Qué no habría dado Draco por tener uno de los carritos que usaban normalmente al volver a la escuela, pero tendría que regresarse a buscar uno, ya que no había ninguno abandonado alrededor de la plataforma, y si lo hiciera, definitivamente perdería a Lucius. En lugar de eso, simplemente siguió andando a tropezones medio cargando medio arrastrando su maleta, murmurando entre dientes por el hecho de que parecía ser la única persona en toda la estación cuya maleta no tenía rueditas.

En efecto, Lucius siguió caminando hasta que llegó al primer vagón, subió a éste y esperó hasta que Draco finalmente pudo alcanzarlo. Con una mirada de disgusto, extendió la mano con un gesto demandante y Draco, obedientemente, le entregó la maleta. Después de todo, su padre estaba bloqueando la puerta y no podía subir.

Una pequeña parte de él se preguntaba qué haría si el conductor pensaba que no iba a subir y cerraba las puertas en ese momento. Hasta su dinero estaba en esa maleta. No podría comprar un boleto para el siguiente tren ni tenía dónde quedarse en Londres.

Afortunadamente, el tren no se puso en movimiento hasta un segundo después de que subiera a él. Se preguntó cuán retrasada estaba su salida en ese momento, pero su padre no le había hablado de la hora. De hecho, Draco ni siquiera sabía que irían a Hogwarts justo después de su llegada.

-¿Padre? –se arriesgó a hacer una pregunta una vez que estuvieron acomodados en su compartimiento-. ¿Por qué me llevas a la escuela tan pronto? ¿Las clases van a comenzar antes este año? Entonces, ¿por qué no viene Ginny todavía?

-No te acompaño a la escuela –gruñó Lucius-. Tú me acompañas a mí.

Draco parpadeó.

-¿Por qué deberías ir a Hogwarts, padre?

-Sabes que alguien me inculpó de extorsión y de realizar magia frente a muggles, ¿no es así? –siseó Lucius.

-Sí, padre –Draco no se atrevió a mencionar que había asumido que su padre era mucho muy culpable del crimen hasta ese momento. Todavía no estaba seguro de que no lo fuera sólo porque había dicho no serlo.

-¿Y que fui sentenciado por el Wizangamot a prestar algún tipo de trabajo social?

-Sí, padre.

-Bien, nuestro querido viejo Dumbledore, quien fue precisamente el que tuvo la idea para mi castigo, también tenía una excelente sugerencia sobre cuándo y cómo debo cumplir con ese servicio –continuó Lucius, sarcástico-. Aparentemente necesita un reemplazo temporal para su profesor de Pociones. Qué tan temporal, no lo dijo.

Draco sintió una repentina oleada de temor.

-¿Por qué? ¿Qué le ocurre al profesor Snape?

-En realidad no lo sé, pero Dumbledore me dijo que estaré libre de marcharme tan pronto como él pueda dar clases otra vez.

-¿Y el Lord? –Draco no se atrevió a agregar "Oscuro" en un tren público y no quería agregar "nuestro"-. ¿Qué dijo al respecto?

Lucius suspiró.

-Tiene un trabajo para mí en Hogwarts, dijo que esto encaja perfectamente en sus planes, como si Dumbledore estuviera tratando intencionalmente de caer en sus manos.

-¿Qué clase de trabajo? –preguntó Draco, ansiosamente.

-Eso, Draco, es un secreto que sólo concierne a los involucrados –declaró Lucius con calma.

Draco asintió obedientemente. En realidad no le concernía, aún a pesar de que se sentía un poco preocupado por Ginny y su familia. Y todavía más por Severus.

Recordó la preocupación de los Weasley por su hermano desparecido, Percy. La pobre Ginny había llorado en su hombro cuando recibió la noticia. ¿Quizá podría al menos averiguar algo sobre su destino y decirle a Ginny si sus temores eran fundados o no?

-¿Qué hay de los rehenes que fueron tomados después del ataque en aquellas oficinas dislocadas de Gales? –preguntó Draco cautelosamente-. ¿Todavía los tiene el Lord, o fueron asesinados todos?

Era una estúpida coincidencia el que Percy hubiera sido enviado a inspeccionar esas oficinas el mismísimo día en que los Death Eaters habían aparecido ahí, y una coincidencia todavía más grande el que fuera uno de los que habían sido tomados prisioneros.

-Eso fue mientras yo estaba fuera de acción debido a ese estúpido juicio, Draco –le recordó Lucius-. Pero por lo que he escuchado, es muy probable que hayan muerto todos menos el agente encubierto que dejó entrar a nuestra gente. El Ministerio ya encontró los cuerpos de dos de ellos, pero todos estaban bien escondidos. Creo que nuestro Señor espera que no los encuentren a todos, y que asuman que el agente fue asesinado también, o que al menos no lleguen a saber la identidad de dicho agente.

-Pobre Ginny –se le escapó a Draco antes de que pudiera detenerse.

-¿Eso por qué?

-Uno de los hermanos de Ginny, Percy, estaba entre los prisioneros. Ella todavía espera que esté con vida –explicó Draco.

-Bueno, eso es lo que le pasa a los idiotas amigos de los muggles como ellos –Lucius se encogió de hombros-. Deberías recordarle su estatus de sangre limpia de cuando en cuando. Probablemente es demasiado joven como para rechazar completamente las estupideces que le han enseñado sus padres, así que no intentes reclutarla todavía, pero podrías inculcarle un poco sobre sus deberes.

Draco miró boquiabierto a su padre.

-¿Reclutarla? ¿A Ginny?

-Por supuesto –sonrió Lucius-. Nuestro Señor has escuchado sobre tu interés en ella y ha expresado su esperanza de que puedas salvar a la pobre chica confundida. Los Weasley poseen una sangre excelente, después de todo, y sería una pena perder a la familia completa una vez que estemos en el poder. Tu Ginny no podrá dar continuidad al apellido, pero al menos la sangre no se perderá.

Bueno, eso era al menos una buena noticia. Percy podía estar muerto, pero Voldemort esperaba que Draco fuera capaz de hacerla cambiar de bando, eso significaba que Ginny no corría peligro de compartir el destino de su hermano.

***

Llegaron a Hogsmeade en mitad de la noche y Draco ya temía que tuvieran que pasar la noche en Las Tres Escobas, pero cuando salieron encontraron al profesor Hagrid esperándolos en el andén.

-¡Ah, buenas noches, profesor Malfoy! –el semigigante saludó a su padre mientras les quitaba los baúles que llevaban y los metía en el carruaje sin caballos que esperaba detrás de ellos-. Señor Malfoy.

Lucius le lanzó una mirada de enojo al profesor de Cuidado de las Criaturas Mágicas y Draco se preguntó si Hagrid sabría cuánto iba a enojar a su padre el ser llamado "profesor". Aunque, pensándolo bien, probablemente no tenía suficiente inteligencia como para pensar tanto. Para él, probablemente, si Lucius estaba ahí para enseñar, tenía que ser llamado "profesor".

Subieron al carruaje junto con Hagrid y pronto llegaron frente al castillo. Draco estaba ahora demasiado cansado como para quejarse del poco espacio que tenía estando en un carruaje con Hagrid, los baúles y su padre.

Hagrid los llevó directo al interior del castillo y a la oficina del director.

-Gomitas –le informó a la gárgola y le indicó a los Malfoy que subieran la escalera móvil-. Atenderé su equipaje mientras hablan con el director. Lo encontrarán en sus habitaciones más tarde.

Draco solo bostezó y trotó siguiendo a su padre, que aparentemente no estaba satisfecho con dejar que la escalera lo transportara.

***

Para sorpresa de Lucius, no sólo el director lo estaba esperando, sino también la vieja murciélago de MacGonagall y un chico muy pequeño de cabello negro, que le parecía familiar por algún motivo y tenía en brazos, de entre todas las cosas posibles, un erizo verde.

-¡Severus! –chilló alegremente Draco y pasó corriendo junto a su padre para abrazar a su amigo.

Lucius miró con enfado a los muchachos. ¡Qué comportamiento tan indisciplinado! ¿Cómo podía Dumbledore sonreír con los ojos chispeantes ante el mal comportamiento de los muchachos!

-¡Draco! –rugió Lucius, pero el chico ni siquiera pareció escucharlo.

-Ah, Lucius, déjalo. No ha visto a Severus en todo el verano, después de todo –comentó Dumbledore.

-¿No era que habían encontrado el antídoto? –siseó Lucius-. De hecho, me parece que vi a Snape hace solo unas semanas.

-¿Vio a quién? –preguntó Severus con curiosidad.

-Alguien a quien no conoces, Seveurs –Dumbledore le sonrió amablemente al muchacho-. ¿Por qué tú y Draco no van a su dormitorio ahora? Es tarde y estoy seguro de que tienen cosas más interesantes de qué hablar que horarios de clase y textos de Pociones.

Severus asintió con entusiasmo.

-Vamos, Draco. Hay algo que definitivamente tienes que ver.

Ligeramente confundido, Draco siguió a Severus por la puerta y escaleras abajo.

-¿Qué es lo que pasa? –preguntó Draco finalmente cuando llegaron al pasillo-. No es que no me alegre verte de nuevo, pero, ¿no se supone que deberías ser un adulto ahora?

-En realidad, lo soy –Severus sonrió y, justo ante los ojos de Draco, se transformó en su yo adulto.

Draco se quedó mirándolo.

-Pero no se supone que deba ser visto así –agregó Severus y regresó a la forma del pequeño muchacho de quince años-. Es una variación de la transformación de animago que la profesora MacGonagall y yo desarrollamos durante el verano.

-¿Entonces, tú mismo eres tu forma animago?

-Sí, en cierto sentido –sonrió Severus-. De esta forma puedo ser niño y adulto.

-¿Pero por qué emplear a padre como profesor de Pociones y por qué no puedes ser visto como adulto?

-Porque Albus está diciéndole ahora a tu padre que mi antídoto no fue permanente y que tiene quedarse aquí como profesor hasta que se encuentre uno permanente –susurró Severus y arrastró a Draco en dirección a los calabozos-. Oh, y también se supone que no recuerdo nada de mi vida adulta.

Draco parpadeó.

-¿Y todo esto sólo para gastarle una broma a padre?

-No, no, por supuesto que no –Severus sacudió la cabeza-. Estoy en una misión de espionaje, como agente secreto.

-Hum... ¿Si es un secreto, por qué me lo estás contando?

-Porque quiero que seas mi asistente.

-¿Tendré que ser un agente secreto yo también? –preguntó Draco. Eso sonaba heroico y excitante.

-Por supuesto –confirmó Severus.

-De acuerdo –aceptó Draco-. ¿Qué hacemos como agentes secretos?

-Buscamos a otro agente secreto entre el cuerpo estudiantil y no es un juego, Draco. Voldemort ha empleado a alguien para espiar a Potter y tenemos que descubrirlo antes de que cause un daño serio.

-Eso es fácil –casi rió Draco-. Tiene que ser padre. Me dijo que tiene una misión especial de Voldemor en la escuela.

-No, Voldemort estaba presumiendo de este nuevo agente desde antes de que Albus empleara a Lucius. Pero estamos esperando que el traidor quiera usar a Lucius como contacto o acuda a él por consejo. El traidor debe ser un estudiante.

-¿Un estudiante? –Draco dudó-. ¿Cualquiera de los estudiantes de esta escuela? ¿Te das cuenta de cuántos sospechosos hay?

-Tengo una lista de los principales sospechosos en el dormitorio. Por ahora, estamos trabajando bajo la suposición de que es alguien que ya ha mostrado interés en las Artes Oscuras o prejuicios anti muggles, y que está en nuestro año o en el equipo de quidditch. Probablemente un slytherin, ya que Voldemort confía más en ellos. Mis principales sospechosos son Zabini y LaCroix.

-¿Entonces, nada más vamos a vigilar si tienen una cantidad inusual de contacto con padre?

-Los vigilaremos por cualquier tipo de comportamiento sospechoso –corrigió Severus-. También a todo aquel que se comporte en forma extraña. Y vamos a registrar algunos baúles.

-Esa es tu especialidad –sonrió Draco-. Nunca he podido pasar de los encantamientos de cierre.

-Pero podría necesitarte como vigía. No podemos arriesgarnos a ser atrapados por el traidor.

-Te arriesgaste el año pasado –señaló Draco.

-Entonces sólo me estaba arriesgando a una detención. Este agente podría hacer algo peor, si empieza a sospechar de nosotros. Es por eso que nadie excepto nosotros dos debe saber que hay un traidor. Algunos de los profesores lo saben también, pero por ahora probablemente será mejor si los tratas a todos como si no tuvieran idea.

***

-Erizo –dijo Severus a la puerta de la sala común de Slytherin momentos después y ésta se abrió de par en par para dejarlos entrar.

-Todos van a saber que tú escogiste la contraseña –señaló Draco.

-¿Y? Llegué aquí primero. Albus me dejó escoger –explicó Severus-. Eso difícilmente es sospechoso.

La sala común lucía extrañamente vacía sin los usuales grupos de estudiantes en su interior, pero Severus ni siquiera pareció notarlo. Caminó directamente a su dormitorio, el cual ya estaba rotulado "sexto año" y sacó un pergamino de su baúl.

-Ten, esta es la lista. Trata de memorizar tantos nombres como puedas, pero no la copies. Resultaría sospechosa si el traidor la encontrara y una segunda lista duplicaría los riesgos.

Draco tomó el pergamino y lo estudió atentamente.

-Son muchos nombres.

-Son todos los que los Cabezas de Casa sospechan que están en riesgo de pasarse al Lado Oscuro. Todos los años, excepto el primero, fueron incluidos.

-Más de la mitad son slytherins –dijo Draco, acusador.

-La Casa preferida de Voldemort. Cantidad de padres Death Eaters, montones de resentimientos contra los gryffindors –explicó Severus.

-¿Quién será nuestra Cabeza ahora? –preguntó Draco, repentinamente preocupado-. ¿Padre?

-Por supuesto que no –bufó Severus.

-¿Dumbledore otra vez? –dijo Draco, frunciendo un poco el ceño.

-No, esa fue una mala idea la primera vez. La Cabeza tiene que ser un slytherin.

-¿Pero quién, además de padre y tú, fue slytherin? –suspiró Draco-. No queda nadie.

Severus sonrió.

-Lupin –anunció.

-¿El hombre lobo?

-Nos las arreglaremos sin él durante la luna llena, ¿no crees?

-Bueno, si tú lo dices –Draoc parecía un poco preocupado mientras regresaba su atención a la lista-. ¿Quién hizo esto, tú o Lupin?

-Yo. He conocido a la mayoría por más tiempo que él y he estado buscando esos síntomas todo el tiempo.

-LaCroix, Stephan –leyó Draco-. Davis, Benjamin. Bardon, Lionel. ¿Sospechas de todo el equipo de quidditch?

-No, tú estás descartado. También Gregory y Vincent. El Lord Oscuro no les confiaría ningún trabajo delicado –respondió Severus calmadamente-. Ellos tres son de familias Death Eaters, Draco.

-Y yo esperando que pudiéramos concentrarnos en ganar la Copa este año. Ahora estaré vigilando a mis compañeros de equipo por ataques ocultos contra Potter en lugar de atrapar la snitch.

-Si nuestro traidor es un jugador de quidditch, podría tratar de matar a Potter directamente. Estarás protegiendo su vida.

Draco meditó al respecto.

-¿Por qué un jugador de quidditch tiene más posibilidades de ser un asesino que otro espía?

-Porque es más fácil arreglar una muerte durante un partido de quidditch para que parezca un accidente. Un agente que no tenga esa ventaja probablemente se verá forzado a cometer un asesinato evidente. No es probable que Voldemort quiera arriesgarse a perder así a un agente tan valioso. Si no es un jugador de quidditch, probablemente sólo lo usará para reunir información, o tal vez para atraer a Potter hasta una trampa preparada por asesinos más experimentados.

-Estás asumiendo que se preocupa por lo que le pase a este agente.

-Es muy probable que haya elegido al hijo de un seguidor valioso y confiable. Hacer que maten al hijo de alguien es una de las mejores formas de perder su lealtad.

Draco asintió y continuó con la lista.

-Blaise, Pansy, Millicent. ¿Estás seguro sobre los Bulstrode?

-No, pero es posible. Tendríamos dificultades encontrando un agente que no está en nuestra lista. Todos excepto uno de ellos son inocentes, en cualquier caso –le recordó Severus-. Más probablemente son sólo chicos que están en riesgo, no death eaters probados.

-Los dos chicos Mattel –continuó Draco-. Y la hermanita de Lionel también. ¿No deberían los hermanos trabajar en equipo?

-Posiblemente, pero que Voldemort hable de un agente no necesariamente prueba que no haya un segundo agente.

-¿Te das cuenta de que la mitad del tercer año de Slytherin está en tu lista?

-Sí, no los conozco muy bien. Sólo pude observarlos en su primer año. No les puse mucha atención el año pasado.

-No anotaste tantos de segundo año –recalcó Draco.

-Eran bastante obvios en su comportamiento el año pasado. Creo que ya conozco sus lealtades.

-Siete ravenclaws.

-Y Flitwick no está de acuerdo conmigo sobre Miranda Deering y Keith Grorl –reportó Severus-. Los agregué de todos modos, para estar seguros.

-Sólo tres hufflepuffs: Nicodemos Hanson de sexto año, Aemilia Andres de tercero y James MacGregor de segundo.

-Hufflepuff es una Casa poco probable para producir traidores. Considerando su edad, solo Hanson parece un buen candidato. No es muy probable que el Lord Oscuro ponga mucha confianza en un estudiante de segundo. Sprout probablemente se excedió un poco, pero eso fue lo que le pedimos.

-Y dos gryffindors.

-Quintus Palmer de segundo y Caius Rude de tercero –citó Severus de memoria-. A MacGonagall realmente le costó hacer su lista. Simplemente no puede imaginar a ninguno de sus amados gryffindors como traidores. Probablemente también tiene razón. La mayoría de los gryffindors son demasiado evidentes en sus sentimientos como para ser buenos agentes secretos.

-¿Realmente crees en esa tontería de los perfectos gryffindors? –gritó Draco, enojado.

-No, pero creo que la mayoría de ellos no son buenos fingiendo y que al Lord Oscuro no  le gustan los gryffindors. Es más probable que encontremos a nuestro traidor en Slytherin.

-Blaise y Stephan, entonces –aceptó Draco con un bostezo.

-Sí, también podemos mantener un ojo en Benjamín y en Lionel mientras vigilamos a Stephan. Y Pansy estará cerca de Blaise la mayor parte del tiempo.

-Y Millicent cerca de Pansy el resto del tiempo –sonrió Draco. Tal vez esto no sería tan difícil después de todo.

***

Casi todos los profesores ya habían regresado de sus vacaciones para cundo los Malfoy llegaron y durante la última semana antes del comienzo del año escolar, la mesa de profesores se llenaba más y más a la hora de las comidas.

El plantel completo, exceptuando a Sybil Trelawney estaba presente para el desayuno cuando el director anunció a los dos muchachos.

-Tengo grandes noticias para ustedes dos.

-¿Qué es? –preguntó Draco, cauteloso.

-¿Encontraron mi antídoto? –preguntó Severus, esperanzado. El anuncio de que el antídoto había sido encontrado era la clave para "tu misión ha terminado", por supuesto. La única razón para que eso pasara, sin embargo, sería que el traidor ya hubiese sido encontrado. Severus consideraba eso muy improbable.

-No, me temo que todavía estamos trabajando en eso –dijo Albus, predeciblemente-. A lo que me refería es que recibí una lechuza de Sebastián Nott esta mañana. Su hijo Theodore volverá a Hogwarts este año.

Theodore Nott había sido uno de los compañeros de clase de Draco durante cuatro años, pero había salido de la escuela inesperadamente al principio del quinto año. Todo lo que Severus sabía al respecto era que Sebastián había asegurado que su esposa estaba muy enferma y quería a su hijo cerca en caso de que no viviera hasta las vacaciones de verano. Eleanor Nott, sin embargo, le había parecido perfectamente saludable cuando la encontró en Diagon Alley sólo una semana después. Por supuesto, ella siempre había sido muy pálida y Severus no sabía qué era exactamente lo que se suponía que estaba mal con ella.

Aún así, asumió que Theodore Nott había dejado Hogwarts por orden de Voldemort. Otro más para su lista.

-¿Podrá ponerse al día con el sexto año a pesar de todo lo que perdió? –preguntó Draco al director, tratando de hacer conversación.

-Tuvo un tutor privado y tanto su padre como su abuelo le enseñaron también –contestó Dumbledore-. No debería estar muy atrasado, supongo.

-Blaise se alegrará con esto –dijo Severus, con un leve asentimiento que le indicó a Albus que había comprendido el mensaje-. Siempre le ha agradado Thedore –"sí, Albus, ese es otro sospechoso de pimera línea".

-Vigilar a Theodore podría ser todavía más importante que vigilar a Blaise –le advirtió a Draco una vez que estuvieron de vuelta en su dormitorio, donde no podían oírlos los retratos-. No sabemos qué hizo durante el año pasado, su padre es un Death Eater y es prácticamente un estudiante nuevo otra vez. Blaise puede haber trabajado para el Lord Oscuro durante el año pasado también. Sin embargo, Theodore ciertamente sería un agente nuevo.

-Pero siempre fue bastante callado y tímido –señaló Draco.

-Lo cual quiere decir que raramente era notado. Eso es una ventaja para un espía. Blaise está aislado por el resto del dormitorio por el momento. Tratará de apegarse a Theodore.

-¿Deberíamos tratar de evitar eso? Le agrado a Theodore. Podríamos atraerlo a nuestro grupo.

-Todavía se sentirá como la quinta rueda después de un tiempo. Podría sentir que escondemos secretos de él y que son mucho más importantes que lo que le dejamos ver. Lo mismo va por Gregory y Vincent. El grupo está dividido ahora en parejas y conmigo aquí otra vez no hay forma de que podamos volverlo a unir. Theodore se pondrá naturalmente del lado de Blaise después de un rato. Pero significará que podremos vigilarlos a ambos la mayor parte del tiempo.

-¿Theodore es nuestro principal sospechoso, entonces?

-Sí, tratemos de ser amistosos con él al menos al principio. Blaise nos odia, pero habrá una oportunidad de que Theodore no siga su ejemplo si no le damos una razón.

***

Severus y Draco estaban ya en la mesa de su Casa cuando llegaron los primeros carruajes. Escogieron los dos mejores asientos justo a la cabecera de la mesa, por supuesto. Severus había decidido que no era probable que alguno de los sétimos años los desafiara y Draco ni siquiera había mencionado su propio año.

Greenie, como de costumbre, recorría la mesa y en ese momento estaba inspeccionando un candelabro cuando una ola de ruido repentino anunció la llegada de los estudiantes.

Los primeros slytherins en entrar fueron los de los niveles más bajos y sólo se quedaron mirando a Severus por un momento, para entonces empezar a murmurar entre ellos. Sin embargo, la situación cambió cuando sus compañeros de sexto año, Gregory Goyle y Vincent Crabbe, se acercaron a la mesa.

-Vince –dijo Gregory con una vocecita realmente inusual para el enorme matón-. Vince, ha vuelto.

-¿Ha vuelto? –repitió Vincent, ligeramente confundido-. ¿Quién ha... Oh –su voz murió a la vista de Severus y su erizo.

Los dos se detuvieron a sólo unos pasos de la mesa, provocando maldiciones de parte de otros estudiantes, que les gritaron por bloquear el camino.

-Vamos a saludarlos –decidió Vincent finalmente.

Era mejor apelar al buen lado de Severus. Esa era una lección que los habían aprendido el año anterior. El problema era que la mayor parte del tiempo Severus no parecía tener un buen lado. Cuando no estaba en su carácter gélido y propenso a golpear a la gente, lo cual se suponía que era el trabajo de Vincent y Gregory, estaba por lo general en su carácter travieso, gastándole bromas pesadas a la mayor parte de la gente, ganando detenciones para todos y robando.

El único que se salvaba ocasionalmente de eso era su mejor amigo, Draco. Al menos Draco podía ser considerado algo así como un amigo para Gregory y Vincent, así que, tal vez, si se portaban amables, al menos se salvarían de los efectos del Severus gélido.

-¡Hola, chicos! –Vincent saludó a Draco y Severus mientras él y Gregory tomaban los asientos cercanos a Draco. Un poco de distancia de Severus había resultado ser una ventaja durante las peleas de comida del año anterior-. ¿Qué tal el verano?

-Oh, grandioso –se entusiasmó Draco-. Hasta que padre me llamó de regreso a Inglaterra antes de tiempo, es decir. Creo que quiero estudiar a los dragones después de graduarme. Rumania es maravillosa. Tengo que mostrarles las fotos cuando lleguemos al dormitorio.

-No hay mucho de Rumania en ellas –les advirtió Severus, que ya había sufrido varias sesiones de ver fotografías desde que Draco había regresado-. La mitad de ellas son de dragones y la otra mitad son de Ginny Weasley.

-Sí, bellísimas –declaró Draco.

-Ah –logró decir Gregory. Ginny Weasley era la razón de que Draco a veces se quedara mirando a la nada y sin responder cuando le hablaban. Gregory estaba muy orgulloso de haber descubierto eso con sólo un poco de ayuda de parte de Severus el año anterior.

Vincent puso los ojos en blanco, pero en realidad no le molestaba la idea de ver las fotos de Ginny propiedad de Draco. La chica era bastante bonita y, si ver algunas fotos era el precio que tenía que pagar por no recibir una paliza a manos de Severus y obtener ocasionalmente algunos de los dulces de Draco, eso estaba bien para él.

-¡Severus! ¡Hey, Severus! –una voz muy entusiasmada lo llamó desde la puerta y un muchacho de aspecto ligeramente torpe corrió hacia ellos tropezándose.

-Hola, Neville –Severus le sonrió al único gryffindor al que podía soportar-. Qué bueno verte de nuevo.

Neville, el chico que alguna vez había sido tan tímido, tomó la silla junto a Severus y se sentó a la mesa de su Casa rival. Algunos estudiantes de quinto y sétimo años se quedaron mirándolo boquiabierto, pero nadie lo desafió por ese asiento. A fin de cuentas, ¿quién querría sentarse junto a Severus?

-Escucha, Severus –dijo Neville con entusiasmo-. Compré un paquete completo de petardos Filibuster y algunas trampas para ratones. Desafortunadamente, abuelita no me dejó comprar bombas apestosas y es difícil contrabandearlas con ella cerca, pero podemos comprar algunas el primer fin de semana de Hogsmeade. ¿Qué te parece si le hacemos algunas bromas a MacGongall?

Los slytherins intercambiaron algunas miradas llenas de significado.

-Vamos, muchachos. Sé que ella no les agrada y realmente no vamos a causar ningún daño –presionó Neville.

-En realidad estaba pensando en tomar como blanco al profesor Malfoy este año –le confió Severus en voz tan baja que ni siquiera Gregory, que estaba a tres asientos de distancia, lo pudo escuchar.

Sin embargo, Vincent y Neville habían escuchado.

-¿Profesor Malfoy? –repitió Neville mientras Vincent simplemente se quedaba boquiabierto-. ¿Profesor MALFOY? Creí que la materia debía ser Defensa Contra las Artes Oscuras, no Artes Oscuras.

-Y todavía lo es –le aseguró Draco-. Parece ser que Lupin finalmente logró romper la maldición y tendremos el mismo profesor de Defensa dos años seguidos. Padre está aquí para enseñar Pociones.

-Oh, eso es excelente. Haré estallar algunos calderos. Ni siquiera necesito ayuda para eso –decidió Neville.

Gregory hizo una mueca burlona y asintió en confirmación a eso. Neville no había necesitado su ayuda para hacer estallar montones de calderos mientras eran compañeros en Pociones el año anterior.

-Eso fue divertido.

Desafortunadamente, también había sido sin ninguna intención, pero Severus siempre había sido capaz de prevenir explosiones realmente peligrosas. En realidad era menos estresante el permitir que ocurrieran las más pequeñas. Impartir su clase de Pociones realmente era un trabajo duro incluso para un educador experimentado.

-Lucius va a odiar cada minuto –sonrió.

-Y no podrá escapar –agregó Draco, con una sonrisa idéntica-. Irá a Azkaban por dos semanas, si renuncia antes de que Dumbledore lo deje marchar.

Blaise y Pansy llegaron de bracete a la mesa y miraron con desprecio al grupo.

-Ah, Blaise, cuidando bien de mi ex, según veo –los saludó Draco.

-¿Todavía saliendo con la pobre basura gryffindor, Malfoy? –respondió Blaise con el mismo tono amable.

-Al menos Ginny es bonita –Draco se encogió de hombros-. Y no necesito casarme por dinero, ¿sabes?

Blaise lo miró con enojo mientras Pansy elevaba la nariz, pero ninguno de los dos dijo nada. En cambio, se sentaron calladamente junto a Neville. Draco estaba sorprendido por su elección de asientos al principio, pero entonces se dio cuenta de que Millicent Bulstrode había escogido la silla junto a Gregory y así Pansy podía sentarse cerca de su novio y frente a su mejor amiga.

Draco probablemente se habría sentido molesto con el orden de los asientos de haber estado en otras circunstancias, pero considerando que Blaise, Pansy y Millicent estaban entre sus principales sospechosos, esto hacía más fácil el vigilarlos.

Una mirada rápida a la totalidad de la mesa reveló que los estudiantes de sétimo año se había retirado al otro extremo, lo que era menos conveniente. Draco podía ver claramente a Stephan LaCroix desde donde estaba, pero no había oportunidad de escuchar lo que decía a menos que lo gritara a todo el salón.

-¿Qué demonios estás haciendo en mi silla, basura gryffindor? –se escuchó una voz en su extremo de la mesa y Draco fue sacado de sus pensamientos.

Levantó la mirada.

-Hola, Theodore. Ya estábamos pensando que no te veríamos de nuevo.

-Voy a quedarme la cama de la esquina –le informó Severus a Theodore, ignorando él también lo que le había dicho a Neville.

Neville, entretanto, estaba contemplando cuidadosamente a su rival recién llegado.

-¿Es amigo de ustedes? –preguntó finalmente a Severus.

-Sí, es nuestro amigo –declaró Draco rápidamente al ver la mirada fría que Severus estaba dirigiéndole al recién llegado. Por supuesto, Theodore nunca había conocido a Severus. Sólo conocía al profesor Snape.

-En ese caso, le cederé el asiento –declaró Neville-. De todos modos, probablemente ya es hora de que vaya a mi mesa.

-Vigila tu espalda –le aconsejó Gregory mientras se levantaba para irse-. Los gryffindors son malvados.

-Y probablemente no les agradara el que te lleves bien con nosotros –agregó Severus-. Weasley ya nos está poniendo mala cara.

-Ron ha tenido mala cara desde que llegó a King Cross esta mañana –reportó Neville calmadamente-. Es porque su hermano Percy desapareció, creo yo. Ni siquiera quiere hablar con nadie, pero al menos se queda cerca de Harry, así que no está totalmente aislado. Bueno, los veré después, chicos.

-¿Le diriges la palabra al gryffindor payaso de la clase? –le preguntó Vincent a Gregory, sorprendido.

-No es tan malo –dijo Gregory-. Incluso me deja ayudar con la poción cuando somos compañeros.

-Y es un buen compañero de travesuras –agregó Draco, ya que Severus todavía estaba teniendo una guerra de miradas con Theodore-. Neville es bueno para ser un gryffindor.

-Ya veo, los estándares realmente degeneraron mientras estuve ausente –recalcó Theodore, sentándose finalmente.

-Te has perdido un montón de cosas –le informó Vincent-. Ha habido muchos cambios.

-Y no para mejor –insistió Theodore-. Así que, ¿por qué estamos haciendo amistad con gryffindors y quién es el niño? –preguntó, señalando a Severus con un movimiento de cabeza.

-Mi nombre es Severus. Y soy mayor que tú –recalcó Severus fríamente.

Los otros estallaron en carcajadas.

-Es en serio –confirmó Draco-. Tiene dieciséis años, sólo es un poco pequeño.

-¿Un poco? –bufó Theodore-. Ten cuidado, Pulguita. Puede que no sea el más grande de los que están por aquí, pero soy lo suficientemente grande como para darte una paliza.

Severus ladeó la cabeza, sin dejar de contemplarlo fríamente.

-Uh... ¿Theodore? –llamó Blaise, titubeante.

-¿Qué?

-Nosotros... uh… lo intentamos el año pasado.

-¿Y?

-Él ganó –declaró Gregory, señalando a Severus.

-¿Contra quién? –preguntó Theodore-. ¿Blaise?

-Bueno, podemos manejarlo como equipo –dijo Vincent, orgulloso.

-Si consiguen que los ayuden las chicas –le recordó Severus-. No puedo vigilar a tantos oponentes, ¿sabes? Me atacaron por la espalda –agregó, dirigiéndose a Theodore.

-Se están burlando de mí, ¿verdad? –preguntó Theodore, mirando al grupo uno por uno, lentamente.

Severus mantuvo su mirada gélida, Draco sonrió orgulloso, Vincent sacudió la cabeza tristemente, Gregory bajó la mirada y Blaise estaba mirando enojado a Draco sin razón alguna que Theodore pudiera adivinar.

En ese momento se abrieron las puertas y la profesora MacGonall guió a los estudiantes de primer año. El salón quedó en silencio mientras el Sombrero Seleccionador entonaba su canción más nueva. MacGonagall sacó la lista de nombres.

-Cuando diga su nombre, se sentarán en el banco y el Sombrero decidirá la Casa que les corresponde –anunció la profesora, miró la lista y...

El salón de repente quedó a oscuras. Sólo unas pocas estrellas tililaban desde el techo encantado.

Al principio hubo un silencio completo en el salón, interrumpido solo por unas pocas exclamaciones de sorpresa. Entonces la gente empezó a gritar y los slytherins más cercanos a su extremo de la mesa pudieron oír a Severus y Draco tratando de contener la risa.

Desde las otras mesas hubo golpes y estruendos y ocasionales gritos de dolor pudieron ser escuchados cuando los gryffindors se ponían en pie para enfrentar a un atacante invisble mientras que los hufflepuffs trataban de esconderse bajo su mesa.

-¡Silencio! –rugió la voz enojada de Lucius Malfoy desde la mesa de los profesores, pero nadie obedeció.

-Lumos –llegó la voz del director, mucho más suavemente.

Cuando la luz de su varita iluminó parte del salón, los demás empezaron a calmarse e iluminar sus propias varitas.

-Severus –dijo el director, una vez que se restauró el orden.

-¿Perdón? –respondió Severus, que no sonaba arrepentido en lo más mínimo.

-¡Severus! –dijo Albus seriamente.

-Es solo un pequeño hechizo extintor –ofreció Severus.

-¡SEVERUS! –Albus incluso logró superar el volumen de Lucius.

El profesor de Pociones temporal contempló al director con nuevo respeto.

-¿Qué? –preguntó Severus sin impresionarse.

-¡Vuelve a encenderlas! –ordenó Dumbledore.

-No puedo –dijo Severus-. Ya te dije que es un simple hechizo extintor, Albus. Fue preplantado y activado pro un hechizo gatillo, pero no puede revertirse una vez que se ha usado. Cada vela deben reencenderse individualmente.
Albus suspiró.

-Bien, diez puntos menos para Slytherin. Todos, por favor, vuelvan a encender las velas.

Con tanta gente en el gran salón, no tomó mucho tiempo para que estuviera otra vez completamente iluminado y la ceremonia pudo continuar.

Theodore miró de reojo a Severus.

-¿Llamaste Albus al director?

-El me dice Severus –respondió Severus calmadamente.

-Theodore, hay algo que me parece que debo decirte acerca de Severus tan pronto como estemos a solas –susurró Blaise al oído de su amigo.

-¿Qué? –le preguntó Theodore, confundido.

-Él no es lo que crees que es –dijo Blaise ominosamente, pero insistió en que sólo explicaría ese comentario cuando estuvieran a solas.

La ceremonia terminó sin incidentes y pronto apareció la comida. Theodore llenó su plato con toda clase de carnes. La dieta de su madre no le permitía comer carne, así que él no había probado mucha durante el año anterior.

-¡Sniff!

¿Acaso su plato acababa de hacer ese sonido? Los ojos de Theodore pasaron de la montaña de muslos de pollo que había pensado en tomar hacia su comida.

¡Había un pequeño "algo" verde dándole un mordisco a su bistec!

-¡Hey! ¿Qué es esta cosa? –le escapó antes de que pudiera pensar en algo inteligente qué decir.

-¡Oh, no, es ese maldito erizo otra vez! –exclamó Balise al verlo.

-¿Erizo? –bueno, ahora que lo pensaba, la cosa se parecía un poquito a un erizo. Sólo el color estaba mal.

-Es mi familiar –le informó Severus calmadamente-. Greenie.

-¿Qué está haciendo en mi plato? –se quejó Theodore, todavía un poco confundido por la criatura. ¿Y si era alguna clase de criatura mágica de la que nunca había escuchado antes?

-Le gusta el bistec –le dijo Severus, con la boca llena de vegetales-. A mí no.

-Bueno, a mí no me gusta tener erizos en mi comida –le informó Theodore.

-Entonces ponle un trozo de bistec en un plato pequeño –aconsejó Severus-. No insiste en comer de un plato grande si se le ofrece la opción.

-Ginny apenas está comiendo –reportó Draco de pronto-. Se queda mirando a su hermano todo el tiempo.

-Neville dijo que no está tomando muy bien la desaparición de Percy –interpretó Severus-. Ella debe estar preocupada.

Draco asintió.

-Regresó de Rumania hace sólo dos días y probablemente no había visto mucho a weasel desde entonces.

-Lo superarán –decidió Severus después de un momento-. No hay nada más que puedan hacer.

-Probablemente sería más fácil para ellos si se hallara el cadáver –dijo Draco-. Ginny escribió que en el fondo todavía esperan que Percy esté con vida. Padre me dijo que los prisioneros estaban muertos, pero no puedo simplemente ir y decirles eso. Quiero decir, Ginny no le contaría a padre, pero...

-No puedes decirle –dijo Severus inmediatamente-. Si le dices y ella le dice a su familia, enviarán a los aurors tras tu padre. Y si ella no le dice a su familia, tendrá que verlos debatirse entre esperanza y miedo. Eso la lastimará más que no saber, creo.

-Sí, ella ama mucho a su familia, hasta al idiota weasel –suspiró Draco.

-Deberías haber escogido una chica del lado correcto –Blaise lo miró con desprecio-. Entonces no tendrías este problema.

-Ah, pero Ginny es mucho más bonita –Draco sonrió con burla, mirando a Pansy más allá de Blaise-. ¿Y qué te hace estar tan seguro de que al final ella estará en el lado equivocado?

-¿Crees que puedes convencerla? –dijo Severus rápidamente, antes de que Blaise o Theodore pudieran empezar a preguntarse si había un doble significado en las palabras de Draco.

-Padre me dijo que el Lord Oscuro en persona cree que puedo –reportó Draco honradamente-. Por supuesto, este sería un muy mal momento para intentarlo. Mientras la pérdida de su hermano esté fresca, ella probablemente no considerará mucho el cambiar de bando.

-Deberíamos tartar de no hablar de eso aquí –dijo Theodore de repente-. Demasiadas orejas.

Quedaron en silencio y volvieron a su comida, pero Severus mantuvo en secreto una mirada vigilante en Theodore mientras Draco vigilaba a Ginny. Sí, ese tenía la inteligencia necesaria para ser un buen espía.

Continuar

Notas:

¿Qué les parece el castigo de Lucius? ¿Y cómo se llevará con Sevi? ¿Alguna idea sobre la identidad del traidor? (Serán leídas con mucho interés, pero no serán respondidas todavía). Por favor, comenten.

En el próximo capítulo:

Sevi consigue información de Remus, Draco se presenta con su padre y Lucius tratará de leer en paz el periódico.