Capítulo 25.

Era muy, muy temprano cuando tocaron enérgicamente a la puerta de la habitación de Lily y la abuela Wakabayashi entró por ella sin esperar respuesta, seguida por una multitud de doncellas.

Vamos, niña, que tenemos poco tiempo para prepararte.- dijo la señora, al tiempo que dos de las doncellas la sacaban de la cama, le quitaban la ropa y la metían a una bañera que estaba completamente llena de agua helada.

Está un poco fría... .- tartamudeó Lily, tratando de controlar el temblor del cuerpo.

Por supuesto. El agua fría hará que tu piel se vea más blanca y tersa.- respondió la señora.

Lily se sentía muy cohibida, pues no estaba acostumbrada a que dos personas la bañaran mientras varias más la observaban.

Tenemos listos ya dos kimonos para ti.- continuó la señora.- Uno lo usarás durante el día y el otro lo usarás en la cena de compromiso.

¿Usaré un kimono?.- preguntó Lily, sorprendida.- Pensé que estaría bien si usaba un vestido de noche...

Ésa es una costumbre occidental.- replicó la abuela.

"¡Ah! Perdóneme usted, es que como yo soy occidental pensé que estaría bien usar ropa al estilo occidental", pensó Lily.

Te enseñaremos lo más básico de la ceremonia del té y cómo usar el abanico y la sombrilla.- continuó la abuela.- También te diré cómo ponerte el kimono. Espero que nos alcance el tiempo, ojalá ya supieras algo sobre todo esto...

Perdone la pregunta, pero... ¿Cuál es la prisa?

La prisa es, señorita, que tienes que saber hacer todo eso para hoy en la noche. En las cenas de compromiso es en donde las futuras señoras Wakabayashi demuestran lo hábiles que son en nuestras costumbres y tradiciones.

"¿Y qué pasará con las mías?", pensó Lily, "¿Ésas no cuentan?"

Después del baño, la señora Wakabayashi, ayudada por sus doncellas, le colocaron a Lily un kimono adornado con flores de cerezo, le sujetaron el largo cabello con palillos y le pintaron la cara de blanco y los labios de un rojo intenso. Si no fuera por las facciones latinas, Lily hubiera jurado que estaba mirando a una japonesa cuando vio su reflejo en el espejo.

Después, siguieron varias largas horas de entrenamiento en el complicado ritual de la ceremonia del té. Lily no conseguía hacer nada bien, derramó el té en todos los lugares menos en donde debía, se equivocó de orden al servirlo en las tazas, estuvo a punto de romper la valiosa tetera de porcelana cuando ésta se le resbaló de las manos y terminó por vaciar todo el contenido en la falda del uniforme de una de las doncellas. Lily tenía ganas de llorar, las rodillas le dolían de tanto estar hincada, el costado le dolía por la presión del kimono y las sandalias le iban a sacar ampollas, por no decir que los palillos que le sujetaban el cabello iban a terminar por perforar su cráneo de lo ajustados que estaban.

"Tengo que resistir", pensó, "Por Gen. Él se esforzó por ser aceptado en mi familia, ahora yo tengo que hacer lo mismo. Tengo que esforzarme un poco más..."

Sin embargo, no le fue mejor con la sombrilla y el abanico. Le costaba mucho trabajo manejar el abanico y al mismo tiempo sostener la sombrilla de la manera adecuada, por no mencionar que el caminar con las sandalias ya era toda una proeza. Al llegar la hora de la comida, la abuela Wakabayashi se dio por vencida y terminó con el entrenamiento. Lily aprovechó los breves instantes de soledad que le dieron para irse a esconder a uno de los balcones. En el jardín, Genzo y Touya platicaban en una banca, muy cerca de donde se encontraba ella.

¿Qué te parece la transformación que hizo la abuela?.- le preguntó Touya a su hermano.- Me sorprendí mucho al ver a tu prometida, se ve realmente preciosa con ese kimono.

Sí, se ve linda.- contestó Genzo, distraídamente.

¿Qué te ocurre?

Es solo que... No me gusta como se ve así...

¿A qué te refieres?

O sea, se ve lindísima vestida como japonesa, jamás me imaginé que le quedaría tan bien el traje, pero... La están convirtiendo en alguien que no es... .- Genzo suspiró.- Apenas y la reconocí cuando la vi esta mañana... Touya, ella no es la mujer de quien me enamoré, la abuela la quiere transformar en la perfecta esposa japonesa pero no es eso lo que yo quiero. Yo solo deseo casarme con mi flor azteca, la chica latina con quien he estado todo este tiempo...

Lily comenzó a sentirse muy mal; había estado tan empeñada en convertirse en la esposa perfecta que se olvidó de sus orígenes... Genzo tenía razón: ésa no era la verdadera Lily. Se alejó del balcón y salió lo más rápido que pudo de la habitación, bajó las escaleras y salió de la mansión. Arrojó las sandalias, los palillos que le sujetaban el cabello, el abanico y la sombrilla al jardín y corrió descalza hasta la calle. Necesitaba escapar de allí...

Al dar la vuelta en la esquina, chocó contra una mujer joven. Lily se alegró muchísimo al descubrir que se trataba de su amiga, Sanae Ozhora.

¿Lily? ¿Eres tú?.- preguntó la joven, con incredulidad.

¡Sanae! ¡Qué gusto me da verte!.- Lily la abrazó, llorando de alivio.

¿Qué te pasa? ¿Por qué lloras? ¿Y por qué estás vestida así?

Ay, Sanae... Es horrible... Quieren que sea alguien que no soy...

Tranquila. Ven, vamos a otro lugar, la calle no es sitio para contar penas.

¿Qué estás haciendo en Japón, Sanae?.- preguntó Lily, mientras caminaban por la calle.

Tsubasa y yo vinimos a tu cena de compromiso. ¡Felicidades!

Ahhhh, no sabía que ya se habían enterado... Pensábamos decírselos cuando ya tuviéramos una fecha.

Wakabayashi nos lo dijo cuando nos invitó a la reunión. Quería que fuera una sorpresa para ti.

Ya veo... ¿Y en dónde se están hospedando?

En la casa de los padres de Tsubasa. Allá es a donde nos dirigimos.

Sanae y Lily no tardaron en llegar al lugar mencionado.

Señora Natsuko, ya estoy aquí.- anunció Sanae.- Traje a una invitada conmigo, espero que no le moleste.

Bienvenida, Sanae.- respondió la mamá de Tsubasa.- Por supuesto que no me molesta, todos tus amigos son bienvenidos también.

Le presento a Lily, una buena amiga nuestra.- dijo Sanae.

Mucho gusto, disculpe usted mi apariencia.- dijo Lily, pues iba descalza, con el kimono arrugado, el cabello suelto y desordenado y el maquillaje corrido.

El gusto es mío, y no te preocupes por eso. Pasa por favor.- respondió Natsuko.

Ahora sí, cuéntanos que pasó.- dijo Sanae, una vez que todas estuvieron instaladas en la sala.

La abuela de Genzo quiere que me comporte como alguien que no soy.- comenzó Lily.- Me ha convertido en una japonesa, quiere que actúe como tal, que sepa ponerme un kimono, que me enseñe a usar el abanico y la sombrilla, que sepa hacer el ritual de la ceremonia del té...

¡Pero si ni yo sé hacer todo eso!.- protestó Sanae.- ¿Por qué quiere que tu lo aprendas?

Porque supuestamente todas las mujeres de su familia saben hacerlo. Pero yo no quiero aprenderlo. Yo soy mexicana, no japonesa, ésas no son mis tradiciones... .- Lily trató de contener las lágrimas.- Lo peor de todo fue escuchar a Genzo decir que no le gusto como japonesa... O sea, me da gusto porque significa que me ama como soy, pero me dolió porque lo estaba haciendo por él...

Entiendo... .- Sanae y Natsuko le dirigieron a Lily una mirada de compasión.

Y ya no sé que hacer ahora...

Pues volver a ser como eras antes, así de simple.- dijo Rika en esos instantes, quien estaba parada en la puerta.- Buenas tardes, señoras Ozhora.

¡Rika! Al fin llegaste.- saludó Sanae, muy sonriente.

¿Y tú que haces aquí?.- le preguntó Lily a su prima, lanzándole una mirada extraña.

Vine a prepararme para tu cena de compromiso, Sanae me pidió que la ayudara a maquillarse.- respondió Rika.- Pero creo que ahora tendremos que prepararte a ti.

¿Qué quieres decir?

Pues tienes pocas horas para arreglarte y mostrarle a la familia de Genzo quien es la verdadera Lily. ¿O qué acaso piensas quedarte aquí llorando toda la noche?

No. Sabes... creo que tienes razón... Debo demostrarles a todos quien soy y que soy tan digna de ser la esposa de Gen como la que más.- Lily habló con determinación.

Nosotras te ayudaremos.- terció Sanae.- Cuando terminemos todos se sorprenderán de lo bella que estarás.

Gracias.- Lily sonrió.- ¡Oh! Pero... Me faltará un vestido...

Eso no es problema, yo compré un azul marino que me queda muy estrecho de la cintura, pero creo que a ti te vendrá muy bien.- dijo Rika.

Bueno, ¿pues entonces que están esperando?.- intervino la señora Natsuko.- Tienen poco tiempo. ¡Dense prisa!

Rika y Lily siguieron a Sanae por la escalera hasta la habitación que ella compartía con Tsubasa.

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Genzo estaba sumamente preocupado. Lily se había marchado de la mansión, uno de los jardineros la vio irse y él se sentía culpable por eso. "Mi abuela la ha presionado demasiado", pensó él, "¿Por qué tienen que empeñarse siempre en manejar mi vida?".

Genzo había recibido un mensaje de Rika, el cual decía que Lily estaba con ella y que no regresaría a la mansión en toda la tarde, pero que estaría muy puntual para la cena de compromiso. La abuela Wakabayashi le dijo a Genzo que, si en verdad esa chica fuera digna de él, jamás habría huido.

No te quiere lo suficiente como para aguantar mis ataques.- le comentó. Genzo no le hizo caso.

Por la noche, los invitados y familiares comenzaron a llegar. Kisugi, Taki, Takasugi e Izawa fueron los primeros en aparecerse, acompañados por Ishizaki y Aoi, quienes se veían un tanto raros vestidos con smokin. Tsubasa llegó acompañado por Sanae y Misaki llegó con Rika, pero no había ni rastros de Lily.

No te preocupes.- le dijeron Sanae y Rika a Genzo.- Ella vendrá.

Genzo se veía muy apuesto con su tuxedo negro, tan elegante y sobrio como el resto de los hombres de su familia, aunque en su interior sentía una creciente desazón. "Ojalá que Lily llegue pronto", pensaba.

Wakabayashi-san.- lo llamó Izawa.- No puedo creer que vayas a casarte ya.

Nuestro capitán deja las filas de la soltería.- comentó Taki.- ¿Quién lo diría?

Jajaja, no puedo creer que te vayas a casar, Wakabayashi.- se burló Izhisaki.- Increíble que alguien haya podido atraparte...

Cállate, Ishizaki.- masculló Wakabayashi, al tiempo que todos reían.

Sin embargo, las risas y las conversaciones se apagaron pronto, dejando el salón sumido en el más completo silencio.

Wakabayashi-san, creo que alguien espera por ti.- comentó Kisugi, al tiempo que señalaba hacia lo alto de la escalinata.

Genzo dirigió su mirada hacia el sitio que le indicaba su amigo y lo que vio lo hizo quedarse con la boca abierta.

Allí se encontraba Lily, vestida con un traje azul marino que se ajustaba perfectamente a las líneas de su cuerpo y cuyo amplio escote dejaba al descubierto sus bellos hombros. Su cabello estaba bellamente peinado y su maquillaje acentuaba sus hermosos ojos y labios. Ella comenzó a bajar la escalera de una manera muy segura, con tanta gracia y elegancia que muchos de los presentes se preguntaron anonadados quien podría ser esa mujer tan bella.

Genzo no dudó ni un instante, se acercó a ella con paso seguro y le ofreció el brazo una vez que terminó de bajar por la escalinata. Lily lo tomó, sonriéndole de una manera muy especial. La música comenzó a sonar y Genzo invitó a Lily a bailar.

¿Me concedes esta pieza, mi bella dama?.- preguntó él.

Con todo gusto, caballero.- respondió ella.

Todos los presentes se quedaron observando a la pareja que bailaba. En verdad que lo habían muy bien, por no mencionar que se veían muy enamorados y felices. Eran la pareja perfecta.

Ése no es el traje que yo preparé.- protestó la abuela de Genzo.

Pero se ve mucho mejor con ése.- replicó el abuelo.

Cuando la música terminó, la abuela se dirigió hacia la joven pareja.

Jovencita, abandonaste a mi nieto.- le reclamó a la muchacha.

Claro que no lo hice, de lo contrario no estaría aquí.- respondió Lily.- Escúcheme, por favor. Sé que no desea que su nieto se case con una extranjera, y sé también cuán importantes son sus tradiciones, pero yo también tengo las mías y son igual de importantes para mí. Yo no voy a negar lo que soy, soy mexicana y es un gran orgullo serlo, no puedo fingir que me agrada la idea de adoptar las costumbres japonesas y olvidar mis orígenes. También sé que no está de acuerdo con que yo tenga un trabajo, pero no pienso renunciar a él, es mi sueño y me he esforzado mucho por alcanzarlo. Pero eso no significa que no ame a su nieto. Amo a Genzo con toda mi alma y todo mi corazón. Estoy dispuesta a darle todo lo que tengo, todos los días, hasta el último día de mi vida. Tal vez no tenga una fortuna o un apellido importante que ofrecer, pero ofrezco mi esencia y mi ser, mi corazón y mi vida, que son modestos pero honrados, y que valen mucho más que cualquier apellido o herencia. Él no sufrirá nunca por falta de atención, porque le daré tanto amor que nunca más va a necesitar de otra cosa.

Abuela.- dijo Genzo.- Ella sí es la mujer de la cual me enamoré.

La señora miró fijamente unos instantes a los jóvenes; después, mostró una enorme sonrisa.

Eso era todo lo que quería escuchar.- dijo.- Esta jovencita sí es digna del amor de mi nieto.

Genzo y Lily se miraron y sonrieron. Su amor había vencido todas las barreras.