¡Todo esto es de JKR, no mío! Excepto por unos pocos personajes que agregué.
Draco dibujando dragones pertenece a PikaCheeka, perdón por no haberlo mencionado desde el principio de MNS, creo que adopté la idea de forma subconsciente.
El cuervo de Severus pertenece a J. L. Matthews. Sólo lo tomé prestado porque es una mascota perfecta para Sevi y prometí devolverlo ileso.
Los catar, sin embargo, son míos y los amo, así que, por favor, no los uses sin pedirme permiso primero.
Nota de la autora:
¡Listo!
Ya temía que no podría terminar a tiempo este capítulo, pero lo logré apenas.
Nota de la traductora:
Silverfox es de Austria (no confundir con Australia) y su lengua materna es el alemán, pero escribió "Double 0 Seve... rus" en inglés, si deseas leer la versión original, puedes encontrarla en fanfiction.net y si deseas escribirle (en alemán o inglés, preferentemente), su dirección es silverfoxkabsi.at
Capítulo 6: LA ADVERTENCIA DE DUMBLEDORE
A pesar de que Severus y Draco llegaron un poco tarde para la cena, no había comida en las mesas cuando entraron al Gran Salón. Todos los profesores estaban sentados a la mesa del personal luciendo muy serios, con la única excepción de Lucius Malfoy, cuya cara estaba oculta tras su ejemplar del Daily Prophet.El director los saludó con una inclinación de cabeza cuando entraron, pero continuó vigilando las entradas fijamente.
En la mesa de Gryffindor había algunos lugares vacíos, pero, para alivio de Draco, Ginny estaba ahí, junto a Colin y Dennis Creevey, aunque no parecía estar participando de la conversación.
Potter estaba, como siempre, flanqueado por Hermione y Ron Weasley, quien fruncía el ceño mirando hacia la mesa del personal.
Severus asumió que todavía estaba haciendo pucheros por la detención que le había dado Lucius.
Considerando que Weasley realmente había tenido consigo su ensayo, aunque había olvidado entregarlo, el castigo parecía un poco fuerte, pero Lucius claramente no tenía idea de cómo usar sus poderes disciplinarios.
Severus casi deseó poder darle algunos consejos, pero, por supuesto, tenía que continuar fingiendo que no recordaba nada de su vida adulta.
Los rumores volaban de un extremo a otro del salón, algunos acerca del incidente durante el almuerzo, otros acerca de la ausencia de comida en sus platos.
Finalmente, luego de la apresurada entrada de Luisa Hunter-Moor diez minutos después de lo que habría sido el comienzo normal de la cena, Albus Dumbledore se levantó y pidió silencio. Todos los estudiantes, la mayoría confiadamente, algunos temerosos, otros ansiosos, algunos aburridos y unos pocos desafiantes.
-Tengo muy malas noticias para ustedes –anunció Albus, con lo que se callaron hasta los últimos susurros en las mesas de los estudiantes-. La mayoría de ustedes vio lo que sucedió hoy durante el almuerzo. Un plato explotó, lastimando a algunos de ustedes y estoy seguro de que todos se han preguntado cómo pudo haber sucedido. Platos que explotan no son accidentes caseros normales y, ciertamente, luego una detenida inspección, comprobamos que el plato fue preparado mágicamente para hacerlo estallar.
Pequeños murmullos surgieron entre los de primer año, especialmente en la mesa de Hufflepuff. Era claro que todavía creían que había sido un accidente.
-Por supuesto, esto puede haber sido una broma que salió horriblemente mal, aunque, a juzgar por los encantamientos que se utilizaron, no lo parece. Si es así, le pido al bromista que confiese, ya sea a mí o a su Cabeza de Casa después de esta comida. Prometo que no habrá ningún castigo serio, aun a pesar de que fue pura suerte que no muriera nadie.
Más murmullos, algunas voces comentando que Dumbledore exageraba.
-No, me temo que si alguien hubiera estado sentado frente al plato cuando explotó, esa persona habría muerto. Las esquirlas fueron preparadas para transfigurarse y adquirir forma de agujas para que pudieran clavarse más profundamente en el cuerpo de la víctima. Esa es la razón por la que varios de sus compañeros estudiantes están todavía en la Enfermería. Si nadie confiesa que el incidente fue una broma que salió mal, me temo que tendré que asumir que esa era la verdadera intención.
Silencio asombrado, luego exclamaciones de asombro y más murmullos. Dumbledore esperó un momento antes de llamarlos al orden una vez más.
-Considerando que el plato estaba en lugar usual de Harry Potter, entonces tenemos que asumir que hay un Death Eater suelto en la escuela. Un Death Eater que definitivamente no es miembro del personal.
Severus gimió suavemente para sus adentros. ¿Por qué estaba alertando Albus al traidor? ¿No se daba cuenta de que tendría todavía más cuidado de no levantar sospechas ahora que sabía que estaban buscándolo? ¿Cómo iba a encontrarlo ahora?
-Por lo tanto, les aconsejo a todos que sean cuidadosos y reporten cualquier comportamiento sospechoso por parte de sus compañeros a sus Cabezas de Casa o a mí mismo inmediatamente. Desafortunadamente, ni siquiera los de primer año están fuera de sospecha. Todos los encantamientos utilizados en el plato de Harry eran lo bastante sencillos como para ser realizados por cualquiera de ustedes.
Murmullos de protesta fueron escuchados desde donde se sentaban los de primer año.
-Sí –aceptó Albus-. Sé que un estudiante normal de primer año no sabe lo suficiente como para preparar por sí solo una trampa como esa, pero podría haberle enseñado fácilmente un mago adulto y no hay manera de saber que otros hechizos peligrosos puede haberle enseñado un Death Eater a un niño. Repito, por favor, sean muy, muy cuidadosos y reporten inmediatamente cualquier cosa sospechosa que noten.
-Apuesto que fue sólo otra de las bromas de Snape –gritó alguien desde la mesa de Ravenclaw.
-Sí, ¿quién dice que no es él el traidor? –confirmó Ron-. Siempre ha odiado a Harry.
-¡Severus nunca haría algo como eso! –resonó la voz de Susan sobre los enojados murmullos de los Slytherins.
La Casa entera estaba mirando a Ron.
-Siéntate, Ron –siseó Harry a su mejor amigo, tirando de él para que se sentara-. Severus está de nuestro lado. Y, en cualquier caso, sería más probable que usara una poción para matar a alguien.
-¡Niños, por favor! –gritó Dumbledore por encima de los insultos que volaban entre Slytherin y Griffyndor-. Había un encantamiento transfigurador en ese plato y, como vieron todos ustedes, no era verde.
Risas nerviosas desde los Hufflepuffs.
-Por lo tanto, no creo que Severus haya tenido nada que ver con eso –continuó Albus-. Sin embargo, podríamos, por supuesto, estar tratando con un imitador, Severus. Me gustaría verlos a ti y a Draco en mi oficina después de la cena para discutir esa posibilidad.
Sin embargo, la cena duró más de lo normal después del discurso de Dumbledore. Los estudiantes estaban una vez más ocupados extendiendo rumores y teorías, y Severus hizo su mejor esfuerzo por escuchar tanto como pudo, mientras que Draco deveoraba su comida y corría a la mesa de Griffyndor para ver a Ginny.
Severus suspiró suavemente cuando su amigo se marchó. Sabía que era duro para Draco no poder hablarle a Ginny sobre su hermano, pero sólo podía esperar que el muchacho comprendiera lo importante que era el que no dejara ver su conocimiento. si se llegaba a saber que Lucius era un Death Eater, lo más probable sería que fuera enviado a Azkaban, lo cual tendría consecuencias directas sobre su familia también. El lado de la luz rechazaría a los Malfoy, y aquellos del lado oscuro lo harían también por temor a resultar sospechosos. Es más, si Draco llegaba a ser quien expusiera el secreto de Lucius, el lado oscuro no volvería a confiar en él, lo cual significaba que el traidor estaría prevenido en su contra. Eso podría destruir la misión completa.
Por lo tanto, era realmente más tarde de lo que Albus había planeado cuando sus dos agentes finalmente llegaron a su oficina.
-Entonces –Albus guiñó los ojos saludándolos-. ¿Descubrieron algo interesante?
-Oh, sí –confirmó Severus con una sonrisa burlona-. Descubrimos que fui un desastre en Transfiguraciones el año pasado con el único propósito de tener una coartada para mi astuto intento de asesinar a Harry Potter.
Albus parpadeó.
-¿Quién propuso esa teoría?
-Un Gryffindor, diría yo –Severus se encogió de hombros-. Tal vez incluso Weasley o el mismo Potter, aunque si fue Potter, probablemente lo dijo en broma.
Albus asintió.
-Interrogué a los profesores, justo como me pediste.
Severus inmediatamente sacó de nuevo su lista.
-Probablemente tendré que comenzar un cuaderno –comentó-. Son tantas las cosas que necesito recordar de cada sospechoso que estoy empezando a confundirme.
-Pero si alguien ve ese cuaderno, sabrá exactamente qué es lo que estás haciendo –le advirtió Albus.
-Lo sé, pero no nos será de utilidad si no podemos confiar en que nuestra información sobre cada estudiante sea correcta. Entonces, ¿hemos dejado a alguien libre de sospechas?
-Tendrás que decírmelo tú. No recuerdo tu lista completa –respondió Albus-. Pero sé quién estaba en clase y quién no. Los de primer año de Slytherin y Ravenclaw tuvieron Historia de la Magia. El profesor Binns dijo que faltaron dos estudiantes, desafortunadamente, los nombres que me dio no aparecen en ninguna lista de clase.
-Usualmente equivoca los nombres de todos sus estudiantes –dijo Severus calmadamente-. ¿Estamos seguros de que realmente sabe cuántos estudiantes estaban en esa lección?
Albus sacudió la cabeza tristemente.
-No del todo.
-En ese caso, puede que no haya faltado ningún estudiante, o que haya faltado media clase –gimió Draco.
-Digamos simplemente que los Slytherins y Ravenclaws de primer año no tienen coartada. Eso no los hace más o menos sospechosos de lo que eran antes –decidió Severus.
-Los Gryffindors y Hufflepuffs estaban en Herbología. La profesora Sprout no reporta ausencias, pero la pequeña Missy Clay fue al baño y tardó mucho en volver –continuó Albus-. Pero, considerando que es de primer año, Missy probablemente no conoce todos los baños del castillo y es un camino muy largo desde los invernaderos a los dormitorios de Hufflepuff, es completamente comprensible.
-¿Missy Clay? –preguntó Draco-. ¿Quién es Missy Clay? Nunca la he oído nombrar.
-Una Hufflepuff de primer año, supongo –Severus forzó su memoria. La había visto durante la selección-. Cabello rubio corto, bastante alta para su edad.
-También es hija de muggles –agregó Albus-. No es nuestra candidata más probable.
-Bien –dijo Severus-. Olvidémonos de Missy por ahora. Los de primer año no son nuestros principales sospechosos, de todos modos. ¿Qué hay de los estudiantes mayores?
-Los Slytherins y Gryffindors de segundo año tuvieron Encantamientos –continuó Albus-. Filius reporta que todos estuvieron presentes, pero Quintus Palmer se sintió enfermo y fue a la enfermería unos pocos minutos durante la clase. Poppy asegura que parecía completamente saludable, así que dio una bebedizo ligero anti-náusea y lo envió de vuelta a clase. De acuerdo con Filius, Quintus no volvió a la clase. Pero es un Gryffindor.
-Y uno de los que Minerva considera sospechosos –dijo Severus, cortante-. Será mejor que mantengamos un ojo en el señor Palmer. ¿Alguna visita al baño durante esa clase?
Albus estudió sus notas por un momento.
-Me temo que no pregunté –admitió finalmente-. Sólo se me ocurrió después de que Remus reportara eso sin que se lo pidiera. Él tenía a los Ravenclaw y Hufflepuffs de segundo año.
-Lo sé, ya hablamos con él –aceptó Draco-. Dejó libre de sospecha por nosotros a Sondra Summer y James McGregor, pero nos dio tres nuevos sospechosos con Phil Hawkins, Fátima Suleyman y Marlies King.
-Ninguno de ellos parece muy prejuiciado –argumentó Albus.
-Fátima es amiga de Sondra –le informó Severus-. Ninguno de los tres está entre mis principales sospechosos, pero los mantengo en la lista sólo para estar seguro.
-Los de tercer año tenían una hora de estudio, me temo –continuó Albus, frunciendo ligeramente el ceño.
-Oh, no –gimió Draco.
-¿Qué tiene eso de malo? –le preguntó Dumbledore.
-Nada más que es el año de los más sospechosos –le dijo Draco-. Y no hemos registrado todavía sus baúles.
-¿Los más sospechosos? –repitió Albus-. ¿Quiénes?
-Caius Rude de Gryffindor –leyó Severus-. Aemilia Andres de Hufflepuff, Aia Ushton, Curtis Marston, Bran Lewis, Mathilda Harris, Marsha Alton y, particularmente sospechoso, Maximius Mattels.
-¿Tal vez sus baúles nos den la prueba que necesitamos? –sugirió Albus, esperanzado.
-Poco probable –dijo Severus-. Hasta ahora sólo hemos encontrado pistas. Nuestro traidor debería ser muy estúpido para tener consigo cualquier prueba clara, especialmente ahora que sabe que lo estamos buscando.
-Bueno, sigamos con los de cuarto año, entonces –sugirió Albus-. Slytherin y Gryffindor tenían Transfiguraciones, mientras que Hufflepuff y Ravenclaw estaban en Pociones. De acuerdo con Minerva, Mattis Parker estuvo ausente por razones todavía desconocidas. Iago Orson, Rudolph Rash y Sally Arden fueron al baño. El señor Orson se tomó un tiempo sorpresivamente largo y sólo volvió después de terminada la lección para recoger su bolsa. Minerva asegura que tuvo serios problemas transfigurando su ladrillo, lo cual podría ser una razón para faltar a la clase, supongo.
-Rash y Arden son Gryffindors, supongo –dijo Draco, ya que no había oído nombrar a ninguno de los dos. Conocía a cada Slytherin en la escuela, aunque no recordaba los nombres de todos los de primer año.
-Sí –confirmó Severus-. Los pondré en la lista de todos modos, sólo por si acaso. ¿Qué hay de Diana Bardon?
-Tendrás que preguntarle a Minerva al respecto. No la mencionó. Lucius Malfoy no recuerda ninguna ida al baño y reporta presentes a todos los estudiantes –continuó Albus.
-Como si padre fuera a decirnos la verdad al respecto, si el traidor realmente estuviera en su clase –se burló Draco-. No podemos fiarnos de su palabra en eso.
-Lo cual significa que Keith Gorl y Sandra Invers todavía son sospechosos –concordó Severus.
-Los de quinto año tenían Cuidado de las Criaturas Mágicas y Estudios Muggles –continuó Albus, aparentemente sin deseos de comentar la poca fiabilidad de Lucius Malfoy-. Hagrid no recuerda ninguna ida al baño y cree que todos estaban presentes. No hubo idas al baño en Estudios Muggles. Aparentemente las canciones muggles que estaban cantando eran muy interesantes.
-Necesitaremos una lista de estudiantes de ambas clases –decidió Severus-. De lo contrario nunca sabremos quién estuvo presente y quién no.
-Ese sería otro documento peligroso en tus manos –dijo Albus, dudoso.
Severus suspiró.
-Muy bien, entonces investiga a Hieronymus Mattels y Minx Hutchings por mí.
-¿Ambos de Slytherin? –preguntó Albus-. No, no están en ninguna de las dos listas.
-No, Minx es de Ravenclaw –dijo Draco con enojo.
-Ah, oh, cierto. Ella toma Cuidado de las Criaturas Mágicas, entonces –corrigió Albus, luego de revisar otra lista-. No confío enteramente en Hagrid con lo de las ausencias, ya que normalmente olvida pasar lista, pero creo que podemos estar seguros con lo de las idas al baño.
-Cierto. Tendremos que preguntarle a Hagrid por Minx, entonces –decidió Severus.
-Los Slytherins y Hufflepuffs de sexto año tenían una hora de estudio, como probablemente ya saben, mientras que los Griffindors y Ravenclaws deberían haber tenido Latín.
-Pero la profesora Pince estaba en Hogsmeade para ver a su sanador –continuó Draco-. Dobby ya nos dijo.
-Lo cual significa que todos nuestros sospechosos de sexto año permanecen –resumió Severus-. Y ellos están entre los más importantes.
-Los de sétimo año tenían Adivinación y Aritmancia –continuó Albus-. Sybil reporta que Neel Ferris se escapó de la clase con la excusa de ir al baño. Pero puede ser simplemente que haya tenido bastante de su escuchar la predicción de su muerte.
-Benjamin Davids y Lionel Bardon estaban en Artimancia –dijo Severus antes de que Albus pudiera continuar-. ¿Stephan LaCroix toma Adivinación?
-No –respondió Albus sorpresivamente rápido-. Ningún Slytherin de sétimo año lo hace. ¡Esa materia es impopular en tu Casa!
-Nos gustan los hechos claros –explicó Severus, encogiéndose de hombros, entonces miró de nuevo la lista-. Esto nos ayuda menos de lo que esperaba. Hasta ahora sólo tenemos cuatro estudiantes completamente libres de sospecha, mientras que he agregado tres nuevos sospechosos, cuatro si contamos a Missy Clay.
-Yo conté más estudiantes libres de sospecha –dijo Draco, sorprendido.
-Todavía tenemos que confirmar las idas al baño en Encantamientos y quiero también una confirmación adicional sobre Diana Bardon y Minx Hutchings de parte de sus profesores –explicó Severus-. Creo que tenemos apenas el tiempo suficiente para encontrar al profesor Flitwick en su oficina, si ya terminamos aquí, ¿Albus?
-Creo que eso significa que no quieres animar la triste vida de un viejo mago con algunas historias sobre tus excitantes días de escuela –dijo Dumbledore, ligeramente decepcionado.
-Seguro, viejo mago con una triste vida –gruñó Severus-. Todavía sospecho que enviaste a Lucius contra mí a propósito. No te perdonaré ese vuelo tan fácilmente.
-Sólo lo envié a detener la pelea –se defendió Albus-. Pensé que eso lo ayudaría a aprender cómo manejar a estudiantes mal portados.
-Sí, seguro –dijo Severus con ironía.
Cinco minutos después, los dos muchachos llamaron a la puerta de Filius Flitwick.
El pequeño profesor parecía muy sorprendido de verlos.
-Ah, Severus, señor Malfoy, pasen –los invitó de todos modos-. ¿Qué puedo hacer por ustedes?
-Tuvo a los Slytherins y Gryffindors de segundo año antes del incidente del almuerzo –declaró más que preguntó Severus.
-Sí –confirmó Flitwick-. Supongo que Albus ya les dijo eso.
-Lo hizo, pero necesitamos saber también sobre cualquier ausencia –explicó Severus.
-Quintus Palmer –respondió Flitwick de inmediato-. Fue a la Enfermería porque se sentía mal. El muchacho tenía la cara un poco verdosa, así que no creo que haya estado mintiendo.
Draco asintió con impaciencia.
-Sí, sabemos del Gryffindor. ¿Pero qué hay de los otros? ¿Alguna ida al baño, alguien se fue antes de tiempo o... bueno, cualquier cosa?
-Idas al baño –Flitwick pensó por un momento-. Por supuesto siempre hay algunas de esas. Oh, sí, Selina Mandrake de Gryffinfor y Luisa Hunter-Moor de Slytherin. Las dos querían ir al mismo tiempo, pero al final acordamos que Selina iría primero y Luisa iría después de que ella regresara. No es que piense que una Gryffindor y una Slytherin vayan planeen hacer travesuras juntas, pero una regla es una regla.
-Oh, se sorprendería –Draco sonrió recordando sus tratos con Neville Longbottom.
Sin embargo, Flitwick lo tomó en un contexto muy diferente y rió un poco.
-Ah, sí, ciertamente, pero, considerando que son dos niñas y de apenas doce años, no creo que sea muy probable. A tu edad la situación es muy diferente, por supuesto.
Severus sonrió también, aunque sabía exactamente qué había querido decir Draco en realidad.
-Bueno, eso no es realmente importante justo ahora. Pero la ausencia temporal de Luisa puede ser relevante. Gracias por tu ayuda, Filius.
-No hay problema –dijo Flitwick amablemente y los acompañó a la puerta. Ya la había abierto cuando chilló de repente-. ¡Esperen! Hay una cosa más. Olvidé contarle a Albus sobre Vestalia Flemming.
-¿Vestalia Flemming? –repitió Draco, tratando de ubicar ese nombre.
-Sí, estábamos practicando encantamientos para alegrar, verán, pero el señor Parker se sobreentusiasmó un poco con el movimiento de varita y accidentalmente alcanzó a la señorita Flemming con un encantamiento risueño de primer orden –explicó Flitwick-. La pobre niña estaba riendo tan fuerte que le escribí un pase para que pudiera quedarse en su sala común hasta que pasara el efecto. Era imposible enseñar con toda esa risa, los estudiantes se distraían y, de todos modos, dudo que ella hubiera podido participar en ninguna clase en esa condición.
-¿Cuánto tiempo estimas que puede haber durado ese encantamiento? –preguntó Severus, repentinamente interesado.
-No lo sé –Flitwick se encogió de hombros a modo de disculpa-. Le estaba enseñando al señor Rover el movimiento de varita correcto al momento que el señor Palmer hizo el encantamiento y yo estaba dándole la espalda a los Gryffindors. Puede haber durado apenas unos minutos más después de que la señorita Flemming dejó mi clase, o puede estar activo todavía.
-No noté a nadie riendo durante ninguna de las comidas hoy –comentó Draco.
-¿Pero siquiera estaba presente ahí Vestalia Flamming? –le preguntó Severus-. No recuerdo haberla visto. Si todavía está afectada por el encantamiento, tiene sentido que se haya saltado las comidas. Debe serle difícil comer en cualquier caso y probablemente se burlarían de ella, para colmo. Si yo fuera ella, haría que los elfos me enviaran algo de comida a mi habitación mientras todos los demás están en el gran salón.
-Entonces, ¿tenemos otra sospechosa? –preguntó Draco ansiosamente.
-La profesora McGonagall no cree que Vestalia sea una sospechosa probable –murmuró Severus-. No lo sé. Es una estudiante terriblemente inconspicua en Pociones y sólo le di clases por unas pocas semanas. ¿Qué sabes acerca de ella?
Draco sacudió la cabeza tristemente.
-Nada sobre ella personalmente. Si me muestras completo al segundo año de Gryffindor, probablemente ni siquiera podré señalar cuál de ellos es. Pero sé que los Flemming son sangre limpia. Una familia un tanto aislada, muy adinerada. No tiene mucha influencia política, pero parece ser principalmente porque no lo desean.
-Y podrían unirse a Voldemort, si cambiaran de opinión repentinamente –sugirió Severus-. Al menos no tenemos nada que indique que son adversos a la magia oscura.
-Es una Gryffindor –apuntó Draco.
-Lo cual no necesariamente significa algo –decidió Severus-. Tenemos que mantener un ojo en ella.
-Entonces, ¿qué hacemos ahora? ¿Vamos a ver a Hagrid o a McGonagall?
-Tienes Cuidado de las Criaturas Mágicas en la primera lección de mañana –le recordó Severus a su amigo-. Intenta preguntarle entonces a Hagrid acerca del incidente. O, mejor todavía, haz que los Gryffindors le pregunten. Potter definitivamente iniciará su propia investigación y es más probable que Hagrid le responda a él.
-Y eso será también menos sospechoso –sonrió Draco.
-Sí, una vez que empiecen a hablar acerca de quién estaba dónde, nada más necesito que dejes caer por ahí el nombre de Minx Hutchings. Con suerte, alguien más pensará en preguntar qué hizo ella durante la lección.
Draco asintió.
-Eso no debería ser un problema. Siempre podemos pedirle a Neville que nos ayude, si no funciona.
Severus le dirigió una mirada ligeramente enojada.
-No.
-¿Por qué no?
-Tenemos que operar en secreto. Ya hay demasiados profesores que saben acerca de nosotros. Si vamos contándole a todos, nuestro traidor será advertido.
-Neville no es un sospechoso –argumentó Draco-. Su sapo incluso salió lastimado en la explosión. Estoy seguro de que le encantaría ayudarnos.
-Tal vez –concordó Severus-. Pero será mejor que hagamos esto solos. Ya le has dicho más de lo que yo quisiera que él supiera, pero, gracias a Albus, todos saben demasiado, en cualquier caso.
-Te gusta guardar secretos, ¿verdad? –preguntó Draco, sólo ligeramente enojado.
-Es lo que mantiene vivos a los agentes secretos –Severus se encogió de hombros.
-De acuerdo, de acuerdo, no le diré a Neville –cedió Draco-. ¡Hey, este no es el camino a la oficina de McGonagall!
-No vamos a ver a McGonagall –confirmó Severus-. Hablaré con ella mañana después de clase. En este momento tengo tarea por terminar.
-¿Tarea? –repitió Draco, incrédulo-. ¿Alguien acaba de tratar de matar a Potter y tú vas a ir a hacer la tarea?
-Tenemos que mantener nuestra tapadera como estudiantes –explicó Severus-. De hecho, tú realmente eres un estudiante. Algo de estudio te vendría bien.
Draco miró a su amigo con el ceño fruncido, pero no protestó.
Remus Lupin, una vez más, estaba en la sala común cuando llegaron. Esta vez el hombre lobo no estaba solo tampoco. Los de primer año se habían reunido con él en la mesa y estaban charlando bastante alegremente. Parecía ser que Remus había logrado calmar sus temores después de la explicación de Severus acerca de explosiones y Voldemort.
Los hermanos Mattels, sin embargo, nuevamente estaban conspicuamente ausentes.
Severus saludó a su Cabeza de Casa con una simple inclinación de cabeza y fue hacia donde estaban sentados sus compañeros de dormitorio, con Pansy y Millicent, haciendo la tarea de Encantamientos.
-Hey, Theodore, ¿dónde está mi cuerda? –preguntó Severus mientras se sentaba con ellos.
-¿Qué cuerda? –gruñó Theodore.
-La que va a reemplazar la que hiciste desaparecer anoche –respondió Severus gélidamente mientras colocaba con gentileza a su erizo sobre la mesa.
-No tengo –Theodore frunció el ceño mirando a Greeny. Simplemente no entendía por qué alguien querría tener un erizo como familiar. Verde o no, no tenía sentido.
-Tienes hasta el lunes –declaró Severus calmadamente-. Si no tengo mi cuerda para entonces, habrá ratoneras para ti.
Gregory se estremeció ante la amenaza, pero Theodore permaneció completamente impasible. Claramente, no comprendía la severidad de la amenaza. Bueno, ya lo comprendería antes de terminar la siguiente semana.
No fue sino hasta mucho después, en el baño, cuando Draco le preguntó a Severus cuáles eran realmente los resultados de su charla con Flitwick.
-Dejamos libres de sospecha a Elton Rover, Monique Lassiter y Clarissa Charlton –reportó Severus calmadamente-. Pero agregamos a Vestalia Flemming a la lista de posibles sospechosos.
-¿Y si nuestro traidor tiene un aliado? –sugirió Draco de repente-. ¿Si trabaja a través de alguien más mientras está en clase? Podría tener a alguien bajo un imperius, o con una poción controladora de mentes, o simplemente amenazándolo para que haga su voluntad. Un elfo doméstico, por ejemplo, podría ser una herramienta perfecta.
-Los elfos domésticos son inmunes a cualquier clase de control mental –dijo Severus, calmadamente-. La magia no los afecta en la misma forma que a nosotros. Chantaje sería la única forma de poner a un elfo doméstico en contra de aquellos que están a su cuidado, e incluso entonces serían incapaces de cometer un asesinato. Podrían ayudar a un asesino, pero no podrían llegar a preparar una trampa mortal. Simplemente son demasiado amables por naturaleza.
-De acuerdo, no un elfo doméstico. Pero, ¿qué tal otro mago?
-Los estudiantes habrían notado la ausencia de sus profesores, si hubieran dejado la clase –explicó Severus-. Los rumores deberían estar volando por toda la escuela para esta hora, si ese fuera el caso. Madame Hooch no tenía clase a esa hora, pero me dijo que tiene libre toda la mañana de los miércoles este año, para poder pasar ese tiempo en casa con su familia. Su hija tuvo un bebé en julio, ya sabes. Ella simplemente disfruta mucho mimando a su nieto. La profesora Pince no estaba aquí, lo cual deja sólo a madame Pomfrey y al señor Filch. Madame Pomfrey no puede dejar la enfermería tan fácilmente, ya que siempre existe el riesgo de una emergencia y sabemos que tuvo al menos un paciente. Filch es un squib, y no podría haber realizado los hechizos necesarios para poner la trampa.
-Lo que nos deja con la posibilidad de que nuestro traidor esté trabajando por medio de otro estudiante –señaló Draco.
-Es por eso que seguiremos vigilando a estudiantes como Missy Clay o Fátima Suleyman. N tienen un motivo que podamos ver, pero tuvieron la oportunidad. Si la persona que puso la trampa no es el traidor, atrapándolo todavía podemos atrapar al verdadero culpable.
-Todavía queda un montón de estudiantes que no tuvieron clase o aquellos cuyos años tuvieron electivas y a los que no conocemos –señaló Draco.
-Lo sé. Es difícil, pero es la única manera que tenemos ahora de eliminar sospechosos. En tanto nadie vea al traidor atacar a Potter... –Severus dejó de hablar y se inclinó sobre la jaula en la que estaba su erizo-. Buenas noches, Greenie –le deseó al pequeño animal-. Vamos, Draco. Será mejor que vayamos a dormir antes de que empiecen a preguntarse por qué tardamos tanto.
Draco suspiró. Todavía creía que reclutar a Neville los habría ayudado mucho. Neville podía ir a lugares y hacer cosas que ninguno de los dos podían y era absolutamente confiable. Pero tal vez había algo más que podía hacer. Si pasaba algún tiempo con su padre, por mucho que odiara la idea, tal vez Lucius le daría una pista o dos por accidente. Confiaba en su hijo, después de todo.
Aunque, pensándolo bien, Draco recordó la forma en que Vincent había asumido que tenía ser considerado la mascota del profesor. Realmente no había pensado antes en eso, pero ese peligro era probablemente muy real. Si pasaba demasiado tiempo con su padre, los otros estudiantes tendrían sospechas, o incluso pensarían que dependía de la protección de su padre. Eso podría convertir su vida en un infierno una vez que su padre se hubiera marchado y Severus estuviera de nuevo a cargo. En ese momento Severus estaba casi constantemente con él para protegerlo de cualquier ataque, pero una vez que fuera un adulto de nuevo, Draco una vez más pasaría mucho tiempo solo. Prefería que sus compañeros Slytherins siguieran respetándolo.
Lucius no estaba pasando un rato particularmente bueno. Algunos de sus compañeros profesores seguían mirándolo con sospecha, mientras que otros lo acusaban abiertamente de haber tenido participación en el ataque contra Potter. Y el resto todavía estaba tratando de aconsejarle cómo manejar a sus estudiantes.
Lucius no veía necesidad para eso último. Había mejorado mucho desde el lunes, ¿no? La última clase del día había pasado sin casi ningún incidente. Unos pocos calderos explotando eran lo normal para una clase de Pociones, ¿o no?
Su peor preocupación, sin embargo, era la carta que estaba escribiendo en ese momento. Tenía que reportar el problema de su agente a Voldemort, quien probablemente lo acusaría a él por el fracaso. Así pues, ¿cómo explicar todo el asunto sin enojar a Voldemort?
El primer pergamino fue fácil, pero sólo era una tapadera, después de todo. Habían acordado que enviaría sus reportes bajo la excusa de escribirle a su esposa, así que el pergamino que hacía de tapadera era un breve reporte de cómo se encontraban él y Draco, y algunos azucarados adornos de "cariño" y "te extraño" y "¿cómo estás?".
No era que a Lucius le importara en lo más mínimo lo que estuviera haciendo Narcissa en su ausencia en tanto que no le causara ningún problema a él. Pero por aquello de las apariencias, tenía que fingir que era un esposo amoroso y enviarle búhos con frecuencia.
La parte realmente importante era el segundo pergamino que Narcissa le enviaría a Voldemort de inmediato. Necesitaba estar cuidadosamente hechizado, de manera que sólo se volviera visible si el destinatario realizaba el contrahechizo correspondiente. Narcissa, por supuesto, no conocía ese encantamiento. Recibiría y pasaría un pergamino en blanco. Para cualquier otro que abriera su carta, parecería que Lucius accidentalmente había puesto en ella dos pergaminos que se habían pegado de alguna manera.
La única desventaja era que un agente que intencionalmente interceptara y abriera varias de sus cartas notaría el patrón y sabría que el segundo pergamino era intencional. Lucius no creía posible que el Ministerio pudiera nulificar su hechizo y descifrar el texto del mensaje, pero sabrían que estaba enviando mensajes secretos.
Bueno, no había remedio. Sólo podía esperar que no tuvieran tiempo para un monitoreo tan intenso de su correo.
-¿Carta? –preguntó el extraño pájaro de correo que le había prestado Argus Filch. Lucius realmente deseó poder haber llevado consigo su búho a Hogwarts.
"El profesor Snape siempre usaba este cuervo –le había dicho Filch con un encogimiento de hombros cuando se quejó por el aspecto de la criatura-. Dijo que lucía digno y tenía estilo."
-Sí, gallina fea –gruñó Lucius con desprecio-. Estoy escribiendo una carta. La llevarás en un momento.
-¡Cucaracha! –respondió Corvus alegremente.
-Estúpido pájaro –replicó Lucius luego de mirar rápidamente a su alrededor-. No hay ninguna cucaracha por aquí en este momento.
Aunque sí había muchas de ellas en los calabozos. Eran excelentes blancos para practicar maldiciones. El pasatiempo actual de Lucius era alcanzarlas con un Avada Kedravra bien dirigido mientras corrían. Bastante difícil y muy divertido.
-¡Cucaracha! –insistió Corvus de todos modos.
-¡Estúpido pájaro! –suspiró Lucius, y volvió a su carta.
-Cucaracha –declaró Corvus, sonando ligeramente insultado.
-¡Carta! –exigió diez minutos después cuando Lucius finalmente levantó la mirada de su pergamino otra vez.
-Sólo un momento –gruñó Lucius-. Todavía me falta hechizar esto.
Por supuesto, después de eso tuvo que escribir la dirección en el sobre y doblar los pergaminos antes de que finalmente los pusiera dentro y sellara su carta, entonces se la tiró al ave.
-Aquí tienes, ahora, fuera de mi vista.
-¡Cucaracha! –declaró Corvus una última vez antes de tomar la carta y salir.
Dejó el castillo por la primera ventana abierta que encontró y se elevó sintiendo el viento soplar entre sus plumas. Una rápida maniobra para evitar estrellarse contra la torre sur y estaba exactamente sobre el centro de Hogwarts, el gran patio justo debajo de él, pero Corvus no miró abajo para apreciar la vista del patio vacío.
En cambio, se posó tan silenciosamente como fue posible en el alféizar frente a él y se asomó a la habitación. Ah, sí, Albus estaba solo. Excelente.
Corvus picoteó la ventan para llamar la atención del director.
Albus miró al escuchar el sonido, sonrió y abrió la ventana y dejó entrar al cuervo.
-Hola, Corvus.
Corvus inmediatamente voló a la mesa y soltó ahí el sobre de Lucius.
-¡Carta!
-Ah, ya veo. Gracias –sonrió Albus-. ¿Quién la envía?
-¡Cucaracha! –declaró Corvus alegremente.
-¿Ya? –respondió Dumbledore, sorprendido-. Lucius sin duda te mantiene ocupado, ¿verdad?
-¡Estúpido Cucaracha!
-Ya, ya, no insultemos a insectos inocentes –lo reprendió Severus mientras sacaba cuidadosamente el pergamino del sobre sellado. No era una transfiguración fácil, si no habías visto antes el contenido-. Listo. Y otro pergamino en blanco.
Albus suspiró, dándole unas cuantas vueltas al pergamino en sus manos. Ninguno de sus hechizos reveladores había funcionado con esos y no podía usar una poción reveladora en ellos sin que el destinatario pudiera notar que el mensaje había sido abierto por un extraño. La mayoría de las pociones reveladoras dejaban rastros evidentes en el pergamino en el que eran usadas y las pocas que no lo hacían tardaban varios días en efectuar su trabajo. Voldemort definitivamente tendría sospechas si la carta llegara varios días tarde, o no contuviera un mensaje secreto.
Consideró reemplazar el pergamino con un mensaje falso, pero no estaba seguro de qué tan bien conocía Voldemort la letra de Lucius, o qué estilo de escribir y en qué manera se dirigía Lucius a él en esas cartas, o qué hechizo exactamente era usado para esconder el mensaje. No, tenía que dejarlo marchar sin leerlo. Otra vez.
Con una expresión ligeramente preocupada, Albus devolvió las cartas al sobre y se lo dio de nuevo a Corvus.
-Aquí tienes. Entrégaselo a Narcissa Malfoy, como Cucaracha te dijo que hicieras.
-¡Carta! –aceptó Corvus alegremente, tomó el sobre otra vez y voló por la ventana.
Albus contempló el puntito negro en el cielo volar hacia el sur hasta que desapareció. Le preocupaba cuál podría ser la reacción de Voldemort. No podía descargar su ira en Harry, el agente o en Lucius mientras permanecieran en Hogwarts. Lo mismo era cierto en cuanto a Trevor y Neville. Pero aún así necesitaría una válvula de escape.
Si culpaba a Lucius, Voldemort podría castigarlo atacando a Narcissa o Malfoy Manor, pero lo primero probablemente no afectaría a Lucius tanto como debería y lo segundo probablemente se volvería en su contra, ya que la fortuna Malfoy financiaba la mayor parte de las operaciones más grandes de Voldemort. Ninguno de sus otros seguidores podría permitirse donar tanto dinero a la causa.
Otra posibilidad sería que Voldemort decidiera castigar al agente atacando a su familia. Tendrían que vigilar los próximos ataques. Tal vez les darían una pista sobre la identidad del traidor.
Por otro lado, la lealtad del traidor era extremadamente importante para Voldemort. ¿Podría permitirse el riesgo de perderla con un ataque como ese?
Harry no tenía más familia que los Dursley, a quienes Voldemort no sabía dónde encontrar y Harry era conocido por no quererlos. La gente más cercana a Harry a la que Voldemort tenía acceso eran los Weasley. El director se estremeció ante la idea de lo que podría hacer, si se decidía por ese curso de acción. Temía seriamente que el pobre Percy ya estuviera muerto.
¿O decidiría Voldemort tomar venganza en los Longbottom por ser dueños de Trevor? Eso parecía muy improbable, ya que el sapo probablemente ni siquiera llegaría a estar consciente de la muerte de alguno de los parientes de Neville. La mente de un sapo era demasiado simple para eso.
Y siempre estaba la posibilidad de un despliegue de violencia al azar sobre gente sin conexión alguna. Es ese caso, las primeras víctimas a la mano sufrirían la ira de Voldemort. Ese era realmente el peor escenario posible, ya que no podían precaverse contra ello y no obtendrían ninguna pista sobre la identidad del traidor.
La primera lección para el sexto año a la mañana siguiente era Cuidado de las Criaturas Mágicas, o Estudios Muggles, para los pocos que tomaban esa clase. Severus usó esa oportunidad para echar una mirada al interior del baúl de Theodore.
Había ahí varios libros sobre las artes oscuras junto con otros acerca de Encantamientos y Transfiguraciones. Una carta de la madre de Theodore confirmaba que ella aparentemente sí había estado enferma. Al menos escribía acerca de lo mucho que estaba disfrutando otra vez la vida ahora que estaba casi completamente curada.
Así que Theodore muy probablemente sí había sido llamado a casa a causa de la enfermedad de su madre más que por órdenes del Lord Oscuro, como habían sospechado. De todos modos, eso no significaba que el muchacho no pudiera estar trabajando para Voldemort.
Su familia estaba profundamente involucrada con las artes oscuras, lo cual era una explicación más que suficiente para los libros, pero también lo hacía una persona en la que Voldemort probablemente podría confiar. En todo caso, los resultados de esa investigación habían resultado ser muy poco conclusivos, decidió Severus.
Fue al baúl de Blaise, que no lucía muy
diferente del año anterior. En general, los mismos libros, ropa similar aunque
no la misma, el mismo viejo dragón de peluche, algunas pociones para el
cabello, algunos petardos y algunos dulces.
Después de un momento de indecisión, Severus tomó muestras de sus pociones para
el cabello, se embolsó los petardos y deslizó una rana de chocolate dentro de
su boca. Blaise probablemente estaba esperando eso, de todos modos.
Una mirada al reloj le informó que todavía tenía suficiente tiempo como para entrar al dormitorio de tercer año también. Recogió a Greenie, que había estado olfateando en su cama, y bajó las escaleras. El dormitorio de tercer año estaba un piso por debajo del suyo, al mismo nivel que la sala común, aunque no se podía entrar directamente desde allí. Había que subir las escaleras a los dormitorios de los varones, y luego bajar otra escalera hasta los dormitorios inferiores. Algunas veces los estudiantes mayores de ahí abajo se quejaban al respecto, pero la mayor parte del tiempo nadie le daba importancia.
En ese momento, eran los de tercer y primer año los que estaban ahí, así que raramente se oían quejas. Los niños todavía pensaban que era divertido.
Stephan LaCroix fue la única persona que encontró Severus en el corredor y sólo le dirigió una adormilada mirada de soslayo mientras caminaba hacia la sala común.
-Buenos días, Stephan –dijo Severus alegremente-. ¿No deberías estar en clase?
Stephan bostezó.
-No, hoy empiezo con Criaturas en la segunda lección. ¿Y tú?
-Criaturas ahora, pero tomo Aritmancia y Runas.
-Runas apesta –comentó Stephan, y bostezó otra vez-. Realmente desearía no haber escogido esa materia.
-¿Entonces, qué? –le preguntó Severus-. ¿Adivinación? –arrugó la nariz-. ¿O Estudios Muggles?
Stephan frunció el ceño.
-Yuck. Aritmancia, por supuesto Mi mejor amigo está en esa clase.
-Esa es casi la única materia que lleva más trabajo que Runas, ¿sabes? –comentó Severus-. Probablemente estás mejor con el horario que tienes ahora.
Stephan murmuró algo que sonaba sospechosamente como "en realidad me importa un comino", y se alejó caminando de Severus.
Severus se permitió una sonrisita de satisfacción y fue al dormitorio de tercer año.
La habitación era oscura y confortable. Los muchachos aparentemente habían apagado todas las velas al salir. Severus consideró el encenderlas de nuevo. Después de todo, se suponía que debían arder todo el día, pero estaban completamente frías. Los muchachos probablemente notarían que alguien había estado ahí si las encontraban calientes al regresar.
¿Quién le habría dado a la pandilla la idea de ahorrar así sus velas?
Había menos posibilidad de que lo notaran si encendía una sola vela, pero seguía siendo un riesgo innecesario. Severus encendió su varita, puso a Greenie en la primera cama y empezó a trabajar.
Tuvo suerte al primer intento. El baúl con el que había comenzado pertenecía a Curtis Marston, uno de sus sospechosos.
Aunque no era nada sorprendente, ya que sospechaba de tres de los cinco muchachos que dormían ahí.
Severus contempló con disgusto el contenido del baúl. ¿Ropa interior sucia, alguna de ella femenina, y cintas de cuero? Algunos libros con contenido bastante perturbador, considerando que ese baúl pertenecía a un chico de trece años. Esposas. ¿Un látigo?
Severus cerró el baúl y tembló. Curtis era un muchacho muy callado la mayor parte del tiempo. Era muy prejuicioso e hijo de un Death Eater, pero eso era completamente inesperado.
-Este muchacho necesita terapia –le dijo Severus a Greenie antes de pasar al siguiente baúl.
Fue casi un alivio el que Bran Lewis tuviera todo su baúl completamente lleno de ingredientes de pociones, algunos de ellos claramente ilegales. Nada fuera de lo ordinario.
Abrió un baúl equivocado antes de encontrar el de Maximius Mattels. Algunas afiladas agujas saltaron de la cerradura cuando Severus lo abrió y una lo alcanzó en el hombro. Dolió, pero eso fue todo al principio.
Severus se sacó de inmediato la aguja y se inclinó para inspeccionar el contenido del baúl. Pocas ropas arriba. Unas cuantas cartas recientes de amigos y familia. Maximius recibía un montón de correo. Pero el muchacho pasaba una extraordinaria cantidad de tiempo en la sala común escribiendo largas cartas, así no era enteramente sorpresivo. Tal vez era una de esas personas que podía expresarse mejor escribiendo.
Severus cerró los ojos por un momento y trató de enfocarse otra vez en su trabajo. Se sentía un poco mareado. No le quedaba mucho tiempo para revisar lo que había debajo de esa ropa.
El mareo no desapareció. Extraño. Usualmente las habitaciones oscuras no lo afectaban así. No había encendido una vela, así que...
¡Las agujas! Tenía que estar cubiertas con alguna poción.
Rápidamente, Severus cambió de vuelta a su forma adulta y el mareo cedió un poco. Sí, definitivamente una poción. Debido a la exposición frecuente que venía con su profesión, tenía una tolerancia mayor que la generalidad de los magos a casi todas las pociones. La trampa de Maximius probablemente tendría dormido para ese momento a cualquier otro estudiante.
Severus soltó la tapa del baúl y tomó a Greenie sin molestarse en tratar de cerrarlo y recolocar la trampa. Maximius probablemente sabría que alguien había abierto su baúl, pero no podía remediarse. Tenía que salir de ahí antes de que la poción actuara por completo.
Todavía en su forma adulta, más resistente, corrió fuera de la habitación y subiendo las escaleras. Para cruzar la sala común sin que lo notaran, se transformó de nuevo en niño y también en lo alto de la otra escalera, pero, afortunadamente, logró salir sin tropezar o que le hablaran.
Tan pronto como estuvo al otro lado de la puerta secreta, se transformó y corrió. Sólo podía esperar que nadie lo viera. La mayor parte de los estudiantes y profesores debían estar en clase en ese momento y Filch sabía acerca de su misión. Así que tenía una buena oportunidad, si evitaba los corredores principales y las cercanías de la biblioteca.
De alguna manera, logró llegar a la enfermería. Entró trastabillando.
-¡Poppy! –logró llamar antes de desmayarse.
Continuará...
Notas:
¿Qué significa en realidad el nombre que dio Harry para la poción de Hermione? (ya que nadie lo adivinó la vez pasada, lo intentaré de nuevo). ¿Lucius descubrirá a quién se refiere Corvus cuando dice "Cucaracha"? ¿Quién sufrirá la venganza de Voldemort? (sugerencias sobre la identidad del traidor, como siempre, serán leídas con gran interés, pero no serán respondidas aún). Por favor, comenten.
En el próximo capítulo:
Sevi analiza pociones, Draco investiga y Lucius recibe una visita de su hijo.
