¡Todo esto es de JKR, no mío! Excepto por unos pocos personajes que agregué.
Draco dibujando dragones pertenece a PikaCheeka, perdón por no haberlo mencionado desde el principio de MNS, creo que adopté la idea de forma subconsciente.
El cuervo de Severus pertenece a J. L. Matthews. Sólo lo tomé prestado porque es una mascota perfecta para Sevi y prometí devolverlo ileso.
Los catar, sin embargo, son míos y los amo, así que, por favor, no los uses sin pedirme permiso primero.
Nota de la autora:
Tarde otra vez, con la esperanza de darle a Leena oportunidad de tener el capítulo antes de subirlo. Pero no es su culpa. Apenas terminé la tarde del jueves, dándole a ella demasiado poco tiempo para trabajar. ¡Lo siento, Leena! Y gracias a Iremione por la inspiración para el desastre en Pociones de esta semana.
Nota de la traductora:
Silverfox es de Austria (no confundir con Australia) y su lengua materna es el alemán, pero escribió "Double 0 Seve... rus" en inglés, si deseas leer la versión original, puedes encontrarla en fanfiction.net y si deseas escribirle (en alemán o inglés, preferentemente), su dirección es silverfoxkabsi.at
Capítulo 13: PELUCHES Y UNA BOLA DE FUEGO
Interrogar a una armadura ciertamente fue más difícil de lo que Draco había pensado que sería. Especialmente con Severus y Filch observándolo con aire divertido.
Hasta la Señora Norris había aparecido, saliendo silenciosamente de alguna esquina oscura, para sentarse a los pies del conserje y disfrutar el espectáculo.
Al principio, Draco trató de encantar la armadura de la forma en que Filch lo hacía en Navidad. Los resultados fueron pobres. Aparentemente, un muchacho promedio de dieciséis años no podía hacer todo lo que podía hacer un experimentado profesor de Encantamientos. De alguna manera, Draco sospechaba que debería haber anticipado eso.
Probó unos cuantos encantamientos más sencillos y pronto la armadura estaba recitando poesía para gran diversión de la audiencia.
Draco la miró con enojo.
-¡Alto! –ordenó.
La armadura se detuvo, lo miró y empezó con otra larga balada.
Draco decidió simplemente gritarle sus preguntas, pero la armadura sólo dudaba, lo miraba, y entonces continuaba con su balada.
-Oh, vamos –gritó Draco-. ¡Tienes que saber quién cortó tus cuerdas de seguridad!
La armadura bajó la visera de su yelmo luego de terminar finalmente su balada. Aparentemente, Draco no estaba muy satisfecho con su desempeño. Así que decidió probar algo ligeramente distinto.
-Frère Jaques, frère Jaques! –cantó con toda la fuerza de sus inexistentes pulmones-. Dorme vous?
-Por favor, trata de recordar esta mañana –suplicó Draco.
¿Mañana?
-Estas son las mañanitas... –cantó la armadura.
-¡¿Quieres dejar de cantar?! –gritó Draco.
La armadura titubeó de nuevo.
-¿Quién te hechizó para que cayeras sobre Harry Potter? –exigió Draco.
-Wer reitet so spät durch Nacht und Wind? –replicó la armadura-. Es ist der Vater mit seinem Kind!
Draco miró a Severus solicitando ayuda.
-¿Qué está
haciendo ahora?
-Er hält den Knaben. . . –continuó la armadura.
-Finite incantatem –Severus apuntó a la armadura con su varita casi
perezosamente y la hizo callar-. Me sonó como alemán. Debe haber sido Goethe.
-¿Debe haber sido, qué? –preguntó Draco, confundido por el sonido extraño de la palabra.
-Goethe. Un poeta alemán, o algo así –Severus se encogió de hombres-. No me preguntes, tampoco yo hablo alemán.
-Podías al menos haber dejado activo mi encantamiento –Draco suspiró y lo utilizó de nuevo.
-María tenía un corderito –le informó inmediatamente la armadura-. Y dondequiera que María iba, el corderito la seguía…
Severus estalló en carcajadas.
-¡No! –le gritó Draco a la armadura-. Necesito que me digas qué te sucedió hoy.
-Hallelujah! –cantó piadosamente la armadura-. Hallelujah! Ha – le – lu – jah!
-Por favor, dime que hay otras palabras en esa canción –suplicó Filch.
Severus tuvo que apoyarse en el conserje para no caerse de la risa.
-¡No, canciones religiosas, no! –siseó enojado Draco. Lucius lo había criado para despreciar completamente a las personas religiosas.
-Ommm –declaró la armadura.
Ahora también Filch estaba riendo y la Señora Norris lucía escandalizada. Con su pelaje completamente erizado, se marchó luciendo como una bola de pelo con patas. Hasta los resoplidos de Greenie le sonaban burlones a Draco.
-De acuerdo, sólo concéntrate en tu karma o lo que sea y deja que tu mente vuelva a la tarde –le dijo Draco a la armadura.
-Hare Krishna! –anunció alegremente la armadura, era claro que estaba feliz de haber encontrado finalmente algo qué decirle a Draco que no fuera rechazado de inmediato.
Filch y Severus tuvieron que sujetarse rápidamente de la pared para no caerse.
-¡Sniff! –protestó Greenie. El muro estaba demasiado cerca de él para su paz mental. Si Severus giraba un poco a la derecha, Greenie sería aplastado.
-Después de la tercera lección, los estudiantes estaban caminando por el corredor. Alguien realizó un encantamiento magnético y tú caíste –informó Draco a la armadura-. ¿Qué aspecto tenía esa persona?
-Ommmm! –declaró la armadura, esta vez con más convicción.
-¿Señor Malfoy? –Flitwick se acercaba a ellos por el corredor-. ¿Se da cuenta de que ya pasó media hora desde el toque de queda?
El profesor de Encantamientos dirigió una mirada sorprendida a Severus y Argus, que todavía estaban riendo y sujetándose del muro.
-¿Qué es lo que hacen?
-Trato de interrogar a la armadura –reportó Draco, obedientemente-. Pero Severus no me ayuda y no puedo conseguir que haga algo además de cantar o recitar. Tal vez si usted me ayudara, podría averiguar quién es el traidor.
Flitwick suspiró.
-Señor Malfoy, aunque hechizara a la armadura para hacerla hablar, ella no podría decirle nada acerca del incidente. No estaba hechizada para ser consciente en ese momento, por lo tanto, no tiene memoria de los eventos. ¿No recuerda lo le enseñé sobre encantamientos de conciencia y memoria en tercer año?
Draco sacudió la cabeza tristemente.
-¿No hay posibilidad?
-No la hay –confirmó Flitwick, agitando casualmente su varita en dirección a la armadura, para detener su meditación-. ¿No te lo dijo Severus?
-No me habría escuchado –Severus se encogió de hombros-. Pero queríamos hablar contigo de todos modos.
-¿Hablar conmigo? –preguntó el profesor de Encantamientos, sorprendido-. Tenía a los Gryffindors y Ravenclaws, como ya saben, pero ellos ya habían salido del salón al momento del incidente, mientras que el siguiente grupo no había entrado todavía. No tengo nada que contarles.
-El traidor usó encantamientos cortadores otra vez –explicó Seveurs-. Sospechamos que debe ser una especialidad particular suya, así que nos preguntábamos si podrías decirnos cuáles estudiantes fueron particularmente buenos en eso.
Flitwick meditó por un momento.
-Necesitaré tiempo para hacer una lista –decidió-. Podría darles los nombres de algunos de tercer año, pero tendré que revisar mis viejas notas para los estudiantes mayores.
-¿Nadie que te venga a la mente en este momento? –preguntó Severus, esperanzado-. ¿Algunos que usualmente no fueran particularmente buenos en Encantamientos?
Flitwick sacudió la cabeza.
-No, no es tan inusual el que un estudiante ya conozca el encantamiento antes de que lo hagamos en clase. Especialmente las chicas, porque se usa en costura, así que no me sorprendo cuando hay estudiantes inusualmente buenos con ese encantamiento en particular. Trataré de darte la lista en tu próxima clase. Nada más no te sorprendas si a tu ensayo le crece otro pergamino mientras lo estoy corrigiendo. Y ahora, creo que ustedes dos deben irse a la cama, antes de que Argus y yo nos veamos obligados a restarles puntos.
Draco trotó de vuelta a la sala común luciendo terriblemente decepcionado. Severos ocasionalmente dirigía una mirada interrogante a su silencioso amigo, pero Draco fingía no notarlo.
-¿Sabes? Tal vez deberíamos hablar con Neville, después de todo –sugirió Severus finalmente.
-¿En serio? –Draco levantó la mirada.
-Sí, podemos fingir que nada más estamos curiosos. Después de todo, él vio lo que sucedió, ¿no es así? –asintió Severus.
-Entonces, ¿le hablaremos en la clase de Pociones del miércoles?
Severus consideró eso. Draco vería a Neville en Cuidado de las Criaturas Mágicas al día siguiente, pero él no estaría ahí para asegurarse de que Draco no hablara más de lo debido.
-Sí, a menos que podamos conseguirlo durante una de las comidas, ese sería el mejor momento. Lucius ni siquiera lo notará, si hablamos mientras trabajamos.
-Pero Harry nos escuchará –le recordó Draco.
Una gran sonrisa se extendió por la cara de Severus.
-No si puedo evitarlo, creo que puedo encontrar una razón para hacerlo mover su caldero a cualquier otro lugar.
Draco lo miró con curiosidad.
-¿Qué estás tramando?
-Ya verás –Severus todavía estaba sonriendo-. En este momento, tenemos que revisar nuestras notas. Necesitamos sabes cuáles Gryffindors y Hufflepuffs de sétimo año tienen coartadas para los dos primeros ataques.
Remus estaba dirigiendo una discussion acerca de vampiros en la sala común, discusión que había atraído a muchos participantes, a pesar de no haber sido anunciada, y Gregory y Vincent estaban en el dormitorio, jugando poker mágico. Así que Severus y Draco se refugiaron una vez más en el baño con sus notas.
Sólo por si acaso alguien llegara a entrar, se acurrucaron en la última ducha y cerraron la cortina. Nadie se molestaba en probar esa ducha, ya que era bien sabido que no funcionaba. No había funcionado desde los años de Severus como estudiante, tal vez todavía desde mucho antes.
-Listo –dijo Severus, frunciendo ligeramente el ceño-. Los de sétimo año tenían Adivinación y Aritmancia durante el primer incidente. Tendremos que pedirle a Albus las listas de asistencia. Vector nunca nos las daría.
-¿Qué hay del Segundo incidente? –preguntó Draco.
-Hora de estudio –proclamó Severus.
Draco gimió.
-Grandioso. Otro callejón sin salida.
-No realmente –decidió Severus-. Solo tendremos que esperar hasta que Albus nos de esa lista de asistencia.
-También tendrá que interrogar a Trelawney por nosotros –suspiró Draco.
-Alégrate. No quieres tratar personalmente con ella, confía en mí.
-No puede ser tan mala –insistió Draco.
-Bueno, cuando no está prediciendo tu muerte o fingiendo que sabe lo que estás a punto de decirle, es solamente una completa idiota –dijo Severus-. Todo depende de tu definición de "malo", supongo.
-Entonces, ¿qué hacemos ahora? –preguntó Draco, jugando con los poco auxiliadores pergaminos.
-Bueno, podemos irnos a dormir.
Draco le dirigió una mirada de disgusto.
-O podríamos ir abajo y unirnos a la discusión de Remus –continuó Severus-. Parecía interesante.
Encantamientos era su primera clase a la mañana siguiente y Flitwick honró su palabra. Al final de la lección, Severus recibió un ensayo de tarea corregido y una hoja extra de pergamino en la que estaban listados los estudiantes que habían tenido los mejores resultados en encantamientos cortadores por cada una de sus clases.
Severus frunció el ceño mirando la lista todo el camino hasta Historia de la Magia.
-¿Qué sucede? –preguntó Draco cuando notó que Severus había sacado la lista de la gente con la que Stephan se reunía en secreto.
-Traté de hacer referencias cruzadas entre la lista de Flitwick y la de nuestros sospechosos, pero los resultados fueron decepcionantes –respondió Seveurs-. Así que ahora estoy tratando con nuestros adictos. Tal vez Voldemort tiene a alguien trabajando por dinero para drogas.
-¿O trabajando por drogas? –sugirió Draco.
Entonces, sería muy probable que no estuviera en nuestra lista, ya que no tendría que obtener sus drogas por los medios comunes.
-¿Crees que Stephan vende esa cosa en forma independiente? –preguntó Draco, sorprendido.
Severus se encogió de hombros.
-La variedad de drogas que vende demuestra que no las produce él mismo, pero quien quiera que sea su contacto exterior, tiene muy buenas conexiones tanto con proveedores muggles como con magos. Eso no me suena como Death Eaters.
-Entonces, ¿quién está en nuestra lista? –presionó Draco.
-En sétimo año, Filius tenía Gryffindor con Slytherin y Ravenclaw con Hufflepuf –reportó Severus-. Los mejores resultados del primero grupo fueron los de Katie Bell; en el segundo, los de Catherine Cree.
-¿Una Hufflepuff por encima de los Ravenclaws? –notó Draco.
-Encantamientos cortadores –le recordó Severus secamente-. Es más probable que los Hufflepuffs hagan mucha más costura que los Slytherins, y Filius también señaló que Catherine siempre fue una de las mejores estudiantes en su clase. Talento, interés y práctica combinados probablemente son los responsables por sus buenos resultados. En nuestra clase, Filius mencionó a Susan Bones y, predeciblemente, a Hermione Granger en el grupo Gryffindor/Ravenclaw.
-De acuerdo, eso lo creo –decidió Draco-. Granger siempre tiene que ser la primera en todo y Bones ciertamente me da algo de competencia en Encantamientos.
-Y también hace mucha costura –confirmó Severus-. ¿Has visto esos pequeños juguetes que los Hufflepuffs usan en sus llaveros?
-¿Los tejones de peluche y los conejos, y esas cosas?
-Sip, son principalmente regalos de Susan, aunque ocasionalmente los hace también por encargo –dijo Severus-. Pero no los vende, según he escuchado. Sólo los hace por diversión.
Draco parpadeó.
-Estoy seguro de que muchas chicas estarían dispuestas a pagar por ellos. Tal vez incluso algunos de los niños más pequeños, si hiciera animales un poco más masculinos, o leones para los Gryffindors, águilas para los Ravenclaws. Podría haber incluso un mercado para serpientes para llaveros en Slytherin.
-Bueno, ahí tienes cómo son los Hufflepuffs –sonrió Severus-. En quinto año tenemos... adivina quién.
-¿Cuáles son las combinaciones?
-Slytherin/Ravenclaw y Gryffindor/Hufflepuff –sonrió Severus.
Draco presintió una trampa. Las combinaciones, aparentemente, no eran importantes para responder la pregunta, así que eso debería significar...
-¿Ginny?
-Precisamente. Tiene sentido también. La mayoría de la ropa de los Weasley pasa de un niño a al siguiente y con tantos de ellos debe haber mucha costura que hacer.
-Los chicos Weasley frecuentemente hacen sus propias costuras –comentó Draco-. Vi a Charlie coser una rotura en su túnica en Rumania y Ginny me dijo que su les enseñó a todos a coser desde pequeños.
-Eso le da una ventaja –sonrió Severus-. La maestra en encantamientos cortadores del grupo Slytherin/Ravenclaw no es otra que Luna Lovegood. Nuevamente, tiene sentido, ya que perdió asu madre siendo muy pequeña y su padre probablemente no tiene mucho tiempo para hacer muchas labores caseras. En cuarto año tenemos Slytherin con Hufflepuff y Ravenclaw con Gryffindor. En el primer grupo, la mejor fue Diana Bardon, quien, desafortunadamente, ya está libre de sospecha; en el segundo, Sandra Invers, libre de sospecha ella también. ¿Notas un patrón?
-¿La más sospechosa, entonces, sería Katie Bell? –preguntó Draco, sorprendido.
-Simplemente por estar en el equipo de Quidditch y haber tenido Pociones antes del incidente de ayer, sí –confirmó Seveurs-. Para hacer más grande todavía el problema, ninguna de ellas está tampoco en nuestra lista de adictos.
-¿Un callejón sin salida, entonces? –suspiró Draco.
-No del todo. Todavía tenemos que comprobar las coartadas de Catherina y Katie para este primer incidente –le recordó Severus-. Si no tienen ninguna, la información podría ser relevante, después de todo.
-Entonces, a continuación tenemos que habalr con Dumbledore –comprendió Draco-. Y tal vez podamos conseguir a Neville a la hora del almuerzo.
-Dumbledore primero –decidió Severus-. Si Neville pudiera señalar al traidor, ya lo habría hecho por su propia cuenta. Albus puede al menos descontar a algunos sospechosos por nosotros.
Desafortunadamente, no pudieron conseguir al director antes del almuerzo y tuvieron que esperar hasta después de comer.
-Osos Gummy –dijo Severus a la gárgola cuando llegaron afuera de la oficina de Dumbledore.
-¡¿Gu... qué?! –Draco lo miró con sorpresa.
Severus se encogió de hombros.
-Yo no escojo las contraseñas de Albus.
-Pensé que generalmente eran dulces, no animales exóticos –comentó Draco, en un tono que quedaba a medio camino entre afirmación y pregunta.
Severus se encogió de hombros otra vez.
-Tal vez eso son. Nunca he escuchado antes nombrar a un oso gummy, así que podría ser cualquier cosa.
-¿Ni siquiera como ingrediente para pociones? –preguntó Draco, incrédulo. Nunca había esperado que hubiera algo en el mundo mágico que Severus no conociera.
-No, puedo preguntarle a Albus y conseguir algunos para experimentar –dijo Severus ligeramente-. Podemos ponerlos en la sopa de Potter. Tal vez entonces deje de crear fenómenos climáticos.
-¿Pedirme que te consiga qué? –preguntó el director, aparentemente había escuchado el final de su conversación.
-Osos gummy –respondió Draco, obedientemente.
Albus guiñó un ojo, sonrió, abrió el primer cajón de su escritorio y sacó una bolsita multicolor.
-Bueno, aquí tienes –dijo, y se la entregó a Draco.
Draco aceptó la bolsa, titubeante. Ciertamente tenía escrito "Osos Gummy" en el exterior y parte de ella era transparente, así que pudo echarle una mirada también al contenido. ¡Eran figuras de ositos en diferentes colores!
Tocó algunos de ellos con un dedo a través de la bolsa, pero no reaccionaron.
-No te preocupes, no huirán –le aseguró Dumbledore-. Son hechos por muggles, así que no tienen ningún encantamiento que los haga moverse. Deberías probar los rojos. Son los mejores. Aunque los verdes son muy buenos también.
Draco miró a Severus buscando ayuda.
-Gracias, Albus –dijo Severus con una leve sonrisa burlona a su amigo, quien nunca se había enfrentado al director en una de sus fases guiñadoras-. Los probaremos y también veremos qué pueden hacer en el laboratorio. Pero en este momento necesitamos tu ayuda con un asunto más urgente.
-Ah, sí, ¿qué puedo hacer por ustedes? –el director todavía estaba haciendo guiños, pero al menos ya no para Draco.
-Necesitamos saber cuáles Hufflepuffs y Gryffindors de sétimo año toman Adivinación y cuáles Aritmancia.
-¿Todos ellos? –preguntó Dumbledore, sorprendido.
-Sí, todos ellos, sólo para estar seguros –confirmó Severus-. Ninguno me parece realmente sospechoso, pero estaban libres durante el segundo incidente y tenían selectivas durante el primero.
Dumbledore asintió.
-Déjame ver.
Para sorpresa de Draco, el director sacó un gran libro de su estante en lugar de conseguir un pergamino.
-¿Qué es eso? –preguntó, sorprendido, mientras Dumbledore movía su varita sobre el libro.
-El libro de estudiantes de Hogwarts –explicó el director mientras lo abría-. Contiene la información de los estudiantes que asisten a la escuela en este momento, y aquí los tenemos: Gryffindor, sétimo año, Sr. Alcott, Andy: Cuidado de las Criaturas Mágicas y Adivinación, Sr. Barnes, Robert, Aritmancia y Runas antiguas, Srita. Bell, Katherine, Aritmancia y Cuidado de las Criaturas Mágicas, Sr. Primero, Hendric, Runas Antiguas y Estudios Muggles. Me pregunto quién de estos es tu primer sospechoso.
-Bueno, esta es la primera vez –sonrió Severus.
-¿Qué cosa? –preguntó Dumbledore, distraído.
-Hendric el Último siendo el primero en algo –declaró Severus.
-Ya veo –contestó el director y Draco se preguntó si realmente conocería el hábito de Hendric de llegar tarde a todo, o si simplemente no quería preguntar-. Señor Harringer, Luis, Adivinación y Estudios Muggles, Srita. Humperding, Berenice, lo mismo, Sr. Fundidor, Zachary, Runas Antiguas y Cuidado de las Criaturas Mágicas.
-De alguna manera, me parece que él es un candidato ligeramente más probable –murmuró Severus.
-¿Por qué? Creí que era demasiado torpe –Draco levantó la mirada de su lista de sospechosos.
-Tal vez no es tan torpe en Encantamientos como lo es en Pociones –sugirió Severus-. Nuestro traidor no ha usado una sola poción en sus ataques hasta el momento.
-Señorita Mille, Anita, Adivinación y Runas Antiguas –continuó Dumbledore-. Señorita Scattering, Eudora, Runas Antiguas y Estudios Muggles. ¿Creen que sea probable que un alumna que toma Estudios Muggles sea nuestra traidora?
Severus se encogió de hombres.
-Puede haber tomado la clase para aprender más sobre el enemigo, o tal vez sus opiniones han cambiado desde tercer año.
Dumbledore asintió.
-Eso es todo, entonces, ya que la Srita. Spinet, Alicia toma Aritmancia y Cuidado de las Criaturas Mágicas. Sigamos con los Hufflepuffs.
El director dio vuelta a una página y Draco pudo vislumbrar el tejón de Hufflepuff por un momento antes de que la página terminara de descender y ya sólo Dumbledore pudiera verla.
-Señorita Cree, Catherine, Aritmancia y Cuidado de las Criaturas Mágicas –anunció el viejo mago-. Señor Fitter, Lionel, Runas Antiguas y Estudios Muggles.
-Dime, ¿Pat Footer está en los mismos grupos? –sonrió Severus.
-Sí, efectivamente –confirmó Dumbledore-. ¿Cómo lo supiste?
-Es la única razón por la que puedo imaginarme a Lionel Fitter en una materia tan difícil como Runas Antiguas –Severus se encogió de hombros.
-Ya veo –sonrió Dumbledore-. Señorita Extraviado, Linda, Adivinación y Cuidado de las Criaturas Mágicas, Sr. Higflyer, Sebastián, Adivinación y Estudios Muggles. ¿Qué es tan divertido?
-Nada –dijo Severus entre risitas-. Adivinación le queda demasiado bien al señor Highflyer.
Dumbledore contempló por un momento a los muchachos tratar de contener la risa, luego volvió a la lista-. Señor Hinks, Roland, Aritmancia y Estudios Muggles, Srita Hollster, Liselotte-Elisabeth, Adivinación y Estudios Muggles.
-¿Qué clase de nombre es Liselotte? –Draco sacudió la cabeza, asombrado.
-Uno alemán –respondió Dumbledore obedientemente-. En realidad, un nombre compuesto por Lisa, diminutivo de la versión alemana de Elisabeth, y Lotte, diminutivo de Charlotta.
-¿Elisabeth-Charlotta-Elisabeth? –ponderó Draco.
-Así parece –Severus se encogió de hombros-. Pero debe haber estado en Adivinación, así que probablemente es inocente de todos modos. Por favor, continúa, Albus.
-Un nombre inusual no hace a nadie sospechoso, espero –comentó el director, pero continuo de todos modos-. Señorita Horace, Martina, Runas Antiguas y Estudios Muggles. Aquí hay una sospechosa para ustedes. Señorita Ivory, Ines, Aritmancia y Cuidado de las Criaturas Mágicas y la Srita. Monk, Rosalind, Runas Antiguas y Cuidado de las Criaturas Mágicas.
Severus contempló un momento la lista de Draco, y la reacomodó con una rápida serie de encantamientos.
Draco contempló los nombres de Hendric Primero, Zachary Fundidor y Eudora Scattering subir hasta quedar justo bajo Stephan LaCroix y Maximius Mattels en lo alto de la lista. Segundos después, Lionel Fitter, Pat Footer, Martina Horace y Rosalinda Monk siguieron el mismo camino.
-¿Crees que Sybill todavía recuerde algo del primer incidente? –preguntó al director, quien solo se encogió de hombros-. Si es así, trata de preguntarle otra vez si Alcott, Harringer, Humperding, Miller, Hollster, Extraviado y Higflyer estaban presentes o dejaron la clase en algún momento. Nos encargaremos nosotros mismos de los estudiantes de Artimancia.
-Pero no en este momento –advirtió Dumbledore-. Justo ahora sera mejor que vayan a clase.
Ginny suspiró. Era cosa de su mala suerte el que los Gryffindors y Hufflepuffs tuvieran clase doble de Pociones los martes inmediatamente después de almorzar, decidió. El peor momento posible, en su opinión, ya que, por alguna razón, era usualmente el momento en que Lucius decidía hacer un verdadero intento por enseñar.
-Hoy prepararemos una solución paralizante –anunció tan pronto como el último estudiante hubo entrado por la puerta-. Por favor, no llenen sus calderos con agua, ya que la base de esta poción es aceite.
Ginny se estremeció mientras visiones de aceite hirviendo salpicando a estudiantes desprevenidos volaban por su mente. ¡No era extraño que esa poción no estuviera en su libro de texto! Pero no podía decirle a él que eso sonaba peligroso, ¿o sí?
De todos modos levantó la mano. El profesor Malfoy parecía favorecerla levemente, después de todo. Aparentemente, la amenaza de Draco de salir con Hermione todavía tenía efectos residuales.
-¿No es eso un poco caro para un ejercicio escolar? –preguntó cuando la señaló con una inclinación de cabeza-. Quiero decir, hay veinte estudiantes en su clase, cada uno de los cuales necesitará al menos dos litros de aceite y al final simplemente tiraremos todo.
-Puede ser un poco caro, pero tienen que aprender las precauciones necesarias para trabajar con pociones con base de aceite –declaró Lucius-. Verán, para que esta poción realmente tenga algún efecto mágico, se requiere un encantamiento conductor especial. Desafortunadamente, ese encantamiento jamás debe entrar en contacto con agua o con sus cuerpos. De otro modo, serán golpeados como por un rayo.
Un nervioso gritito se escuchó desde alguna parte en el fondo, donde se sentaban los Hufflepuffs.
-No se preocupen, el encantamiento forma una especie de red que tiene un distintivo brillo plateado. Serán capaces de verla con facilidad y evitar las líneas una vez que esté colocado –trató de calmarlos Lucius-. Les recomiendo que consigan ahora todos los ingredientes que van a necesitar, para que no haya mucho movimiento alrededor del encantamiento.
Ginny tragó saliva, esforzándose por calmar sus miedos. "No va a pasar nada" trató de convencerse a sí misma. "Al menos nada que Madame Pomfrey no pueda arreglar. Sólo unas cuantas quemaduras menores. Nada más tienes que ser cuidadosa"
Revisó dos veces su lista de ingredientes, y luego lo hizo una vez más para estar segura, antes de llevarlos a la mesa de trabajo que compartía ese día con Colin Creevey, porque él había tenido alguna especie de desacuerdo con su mejor amigo. No tener una mejor amiga en tu año era una verdadera molestia. Ginny siempre tenía que trabajar con quien no tuviera compañero.
¡Si tan solo tuviera Pociones con Ravenclaw en lugar de Hufflepuff! Entonces habría podido trabajar con Luna Lovegood quien realmente casi le simpatizaba, aunque fuera un poco rara.
Colin la miró con el ceño fruncido. Salir con Draco no había mejorado exactamente su relación con sus compañeros Gryffindors.
La clase observaba un poco ansiosamente mientras Lucius realizaba el encantamiento, dibujando con su varita extrañas líneas plateadas en el aire. Lentamente, se movió de caldero en caldero hasta que las líneas recorrían todo el salón.
Ginny no pensaba que parecieran fáciles de evitar, en absoluto.
Ayudó a Colin a verter el aceite en su caldero y él, reluctantemente, le devolvió el favor. Oh, cómo le gustaría ser tan popular como Mariah Earson, dos filas detrás de ella.
Mariah estaba trabajando con Nina Ellis ese día. La semana pasada había sido Ambrosia Fundidor. Ambas chicas aseguraban ser la mejor amiga de Mariah.
Ese día Ambrosia se había visto forzada a trabajar con Bibiana Morris, la cuarta y más callada miembro del cuarteto. Por supuesto que eso debía ser mejor que trabajar con esa fea pequeña chica Ginny Weasley que nunca tenía dinero para gastar en dulces y bebidas para sus compañeras de dormitorio.
Ginny frunció el ceño y se concentró en añadir las bayas de dragón en su poción sin hacer que el aceite salpicara. Si alguien se quemaba ese día, sería mejor que no fuera ella. Los demás al menos tenían alguien que les llevara las tareas, si tenían que quedarse en la enfermería por varios días.
En la mesa a su derecha, Ulric Keaton y Walter Ermaine estaban teniendo alguna clase de discusión. Walter lanzó con enojo su próximo ingrediente al caldero y el aceite salpicó su mano.
Walter gritó y saltó apartándose de su caldero y chocando con Ulric.
Por un momento pareció que eso era todo lo que iba a pasar, pero entonces Ulric perdió su batalla por recuperar el equilibrio. En la caída, una de sus manos agarró accidentalmente el cucharón en el caldero de Ambrosia y su contenido se derramó sobre los ordenados ingredientes en la mesa de Ambrosia, ocasionando que una bola de fuego surgiera de allí y fuera a estrellarse en el muro detrás de ellos.
Los ojos de Lucius se agrandaron mientras surgía agua del nuevo agujero en la pared, ésta extinguía el fuego y empezaba a rezumar por el muro. Su cara se volvió todavía más blanca de lo usual y él se quedó parado justo ahí frente a Grinny, congelado y mirado mirando al agua.
Los estudiantes gritaron. Ginny escuchó otro salpicón detrás de ella. El agua estaba empezando a formar un charco en el suelo que crecía lenta, pero seguramente, hacia las líneas plateadas. ¿A cuál iba a alcanzar primero? ¿O uno de los aterrorizados estudiantes chocaría con una de las líneas mucho antes de que el agua las alcanzara?
-El encantamiento –estaba murmurando Lucius para sí-. Quitar el encantamiento –pero seguía sin moverse.
-Finite incantatem! –gritó Ginny con toda la fuerza de sus pulmones, agitando su varita en un movimiento quizá ligeramente exagerado. Sólo podia rezar para el que el nada familiar encantamiento en forma de red respondiera a ese otro encantamiento y no requiriera un contrahechizo específico.
Durante un latido, pensó que no sucedería nada, entonces la red plateada relampagueó y desapareció.
Ginny dejó escapar un suspiro de alivio, pero Lucius todavía estaba como una estatua y algunos estudiantes todavía gritaban. Walter estaba gimiendo de dolor.
-¡Silencio! –gritó Ginny. Ojos sorprendidos se volvieron hacia ella-. ¡Colin, Lara! –escogió a dos estudiantes que lucían moderadamente calmados y estaban en lugares opuestos del salón-. ¡Usen extinguo con los fuegos antes de que los calderos rebosen! Ulric, ¿estás lastimado?
El muchacho la miró con asombro por un Segundo.
-No, solo me quemé un poco la mano con metal caliente.
-¡Entonces, lleva a Walter a la enfermería! –ordenó Ginny. No parecía que el muchacho pudiera hacerlo por sí solo, a juzgar por la forma en que hacía muecas y lloraba de dolor-. ¡Nala, Herb, traten de hacer un reparo con la tubería de agua! –los dos Hufflepuffs estaban amenazando con entrar en pánico otra vez, así que Ginny escogió la primera tarea en la que pudo pensar-. Mariah y Nina, desvanezcan las pociones.
Ginny escogió para esa tarea a dos estudiantes que ella sabía que ya dominaban la nueva transfiguración.
-¿Hay alguien más lastimado?
La oreja de Janus McGregor estaba sangrando y dos Hufflepuffs habían chocado sus cabezas y ahora tenían dolor de cabeza.
Ginny decidió que podían ir por sí solos a la enfermería y envió a Bibiana con Filch para conseguir estropajos y baldes mientras ponía al resto de la clase a rescatar los ingredientes de pociones, bolsas, libros, pergaminos y plumas.
Lucius se dejó caer en su silla y dejó escapar un suspiro de alivio.
La petición de elementos de limpieza para el calabozo de Pociones trajo a Filch corriendo con varios elfos domésticos. Ginny, gustosamente, permitió que el conserje se hiciera cargo y pronto el salón estuvo completamente restaurado.
-¡Detención, Creevey! –Lucius cerró la lección.
-Eso fue pensar bien, Ginny –Nala le sonrió mientras salían-. Si no hubieras reaccionado tan rápido, alguien podría haber salido seriamente herido. Nos salvaste.
Ginny le sonrió agradecida, pero sacudió la cabeza.
-No debería haber tenido que hacerlo. Si Malfoy hubiera hecho su trabajo, no habría sido necesario. Si Snape hubiera estado aquí...
-Si Snape hubiera estado ahí, jamás habría pasado, porque él nunca se habría arriesgado a tener en el salón veinte calderos de aceite hirviendo, sin mencionar un encantamiento que puede matarte tejido entre nuestros escritorios –concordó Nala-. Tal vez incluso habría sido capaz de detener esa bola de fuego.
-Todo lo que habría tenido que hacer habría sido evitar que Ulric cayera o desvanecer la poción de Ambrosia antes de que alcanzara sus ingredientes –dijo Ginny-. La clase de cosas que Snape hace todo el tiempo.
-Y nosotros siempre habíamos pensado que era malo por hacer desaparecer una poción entera sólo por haber derramado un poco –Nala sacudió la cabeza-. Cuando en realidad estaba protegiéndonos de accidentes desagradables-
-Sí –Ginny miró hacia el suelo, sintiéndose un poco avergonzada-. Creo que Draco tiene razón acerca de Snape, después de todo.
-¿Quién? –preguntó Nala con curiosidad.
-Draco –la cara de Ginny se iluminó-. Mi novio. Está en Slytherin, ¿sabes?, así que conoce a Snape muy bien.
-¡Oh, cierto! –comprendió Nala-. Debe ser ese guapo muchacho rubio que llegó a rescatarte cuando explotó aquel plato. ¡Eso fue tan romántico! Pero creo que lo conocería, si estuviera en nuestro año.
-Está en sexto –admitió Ginny.
-¡Oh, guau! Un novio mayor. ¡Eso es fantástico! –exclamó Nala-. Y además es muy bien parecido. Apuesto a que podría tener a cualquier chica de su mismo año, si quisiera. Realmente debe amarte mucho.
Ginny se sonrojó. Nunca había comprendido el buen partido que era Draco.
-Me gusta lo dulce que es conmigo. Incluso dibujó mi retrato y siempre está para mí cuando me siento triste –trató de explicar.
Nala suspiró.
-Quisiera que mi novio fuera un poco más como eso, pero creo que eso es lo que me gano por salir con un Ravenclaw. No tienen nada de fuego y siempre están enterrados en un libro y perdidos para el mundo cuando los necesitas... Ah, pero una vez logré arrastrarlo fuera de la biblioteca.
Ginny se mordió el labio. Nala parecía realmente agradable y en verdad estaba conversando con ella. Si tan solo no cometiera un error ahora. ¿Cómo mostrarle a Nala que realmente quería conversar con ella y no simplemente presumir a Draco?
-Qué lindo tejón de peluche –Ginny señaló con la cabeza el pequeño juguete que colgaba del cierre de la bolsa de libros de Nala.
-¿Uh? Oh, te refieres a mi llavero de tejón –el rostro de Nala se iluminó-. Es un regalo de una amiga. Es muy talentosa, ¿verdad?
-¿Es hecho a mano? –dijo Ginny, honestamente sorprendida-. Es increíble. Luce todavía mejor que los que venden en Hogsmeade.
-Oh, sí, a mi amiga le encanta coser. Casi todos en Hufflepuff tienen uno. Apuesto a que te haría uno también, si le dices cuánto te gustaron.
-Pero no puedo simplemente acercarme a alguien a quien no conozco y pedirle que haga algo así. Debe tomarle días hacer uno –Ginny se sonrojó otra vez.
-No te preocupes, a ella le encanta –le aseguró Nala-. Pero si no quieres hacerlo de repente, puedo presentártela y pueden hacer amistad primero –su cara se iluminó todavía más-. Podrías venir a nuestra sesión de narrativa esta noche después de la cena. Entonces te presentaré a todas mis amigas. Por favor, dime que vendrás. Será grandioso. Sé que una sesión de contar historias suena un poco aburrido –esta vez fue Nala quien se sonrojó.
-Oh, me encantará asistir –le aseguró Ginny.
Ginny se sintió como si estuviera caminando en las nubes todo el camino hasta Transfiguraciones. A pesar de la mirada de desaprobación de McGonagall, escogió el asiento justo detrás del de Nala en el lado Hufflepuff de la clase.
La pequeña, callada Olivia Mason sonrió alegremente cuando Ginny se sentó junto a ella y Ginny empezó a pensar al respecto. Olivia siempre le había parecido una parte del grupo de chicas de Hufflepuff, pero con frecuencia terminaba sentándose sola. ¿Podía ser que también hubiera estado sintiéndose sola todos esos años?
Ginny decidió que ese sería su lugar en la clase de Transfiguraciones a partir de ese momento. Olivia ciertamente era mejor compañera que Ulric, con quien terminaba trabajando normalmente, porque ninguno de los amigos de ella quería soportar las malas transfiguraciones que hacía él.
No era que Ulric fuera un mal compañero, por supuesto, Ginny trató de convencerse a sí misma. Era nada más que había tenido unos cuantos muy infortunados accidentes en Transfiguraciones y podía ser realmente desagradable al respecto.
Eso, y además Olivia era una chica. Simplemente parecería menos que era una paria si se sentaba regularmente junto a otra chica, casi como si realmente fueran amigas.
Tal vez incluso, con el tiempo, pudieran llegar a ser amigas, se atrevió a desear Ginny. No tenían que ser mejores amigas. Ginny se conformaría con apenas que fueran un poco amigas, apenas un poco más que ser tolerada.
Continuará...
Notas:
¿Ginny se convertirá en parte de la pandilla Hufflepuff? ¿Cómo reaccionará Draco ante sus nuevas amigas? ¿Y por qué el traidor siempre usa encantamientos cortadores? (sugerencias sobre la identidad del traidor, como siempre, serán leídas con mucho interés, pero no serán respondidas aún). Por favor, comenten.
En el próximo capítulo:
Severus probablemente dará uso a sus Osos Gummy, Draco verá cumplido su deseo de interrogar a Neville, y realmente no sé qué estará tramando Lucius, todavía. Esperemos que no termine destruyendo la escuela.
Nota de la traductora:
Los "Osos Gummy" son conocidos en Costa Rica como "ositos de gomitas", pero no sé si el término "gomitas" es de uso general en los países hispanos, por lo que me pareció mejor no traducir el nombre original. Las gomitas son dulces hechos con gelatina más o menos endurecida, de colores variados y generalmente con sabores de frutas; casi siempre están espolvoreadas con azúcar (aunque los ositos, en particular, raramente incluyen eso). También hubo una serie de dibujos animados de Disney (durante los años ochenta) titulada "The Gummy Bears", pero esa es otra historia XD
