I HAHTAI (LA OLVIDADA)

Su mente ahora estaba confusa, pero los gritos cada vez desgarraban

más y más la profundidad del bosque, eran gritos de agonía, de alguien que estaba sufriendo un castigo extremo. Sus pies se movían en dos direcciones, como no sabiendo a donde ir, y su mano temblaba, temiendo que le hubiera pasado algo a algún amigo, mientras la espada se le escurría de la mano.

No podía soportar ni un segundo, todos aquellos gritos, y por primera vez en su vida, desobedeció a Ku, en algo que le tenía terminantemente prohibido.

Corrió ladera abajo, más rápido que cualquier ser que se hubiera visto, bordeando y saltando todo lo que se encontraba a su paso. Los árboles cada vez se hacían más oscuros, al igual que el aire del bosque se hacia más denso, como si de repente, la atmosfera que la rodeaba, pesara toneladas.

Hacía un calor agobiante, y no había flores, ni ninguna brizna de hierba verde, solo arboles secos, hierba amarillenta y roca desnuda.

Cada vez los gritos eran más claros y concisos, ahora no parecían tan horribles, pero aun lo seguían siendo. Por fin, se acercó y dejo de correr, ya que estaba al lado de donde procedían los gemidos. Se escondió detrás de un viejo árbol, que no tenía ninguna hoja, y trepó hasta la primera rama, para poder observar todo con mayor claridad.

Era totalmente de noche, pero no se veía ni una sola estrella, ni siquiera la fría luz de la luna, iluminaba aquel paraje. No había ni un solo árbol, nada, solo roca viva y algún pedazo de tierra gris. Kanya, siempre había querido ver lo que allí había, pero ahora le causaba un temor extraño. Pronto divisó, unas figuras moviéndose en la oscuridad, que se iban acercando. De pronto, una de esas figuras encendió un farolillo, y pudo ver bien de quien se trataba. Había cuatro figuras, una de ellas estaba en el suelo, y era la que lanzaba los terribles chillidos, parecía que las otras tres figuras la estaban maltratando, ya que le tenían atado con una cuerda.

Kanya no sabia que hacer, si ir en su rescate, o quedarse un poco mas vigilando... pero por fin se decidió, y de un salto, se lanzo hacia donde estaban las figuras. Aterrizó a su lado, y todos parecieron inclinarse para ver quien era, saco su espada, dispuesta a luchar si hiciera falta.

Por fin los pudo ver con claridad, y distinguió en la penumbra, lo que parecía una mujer Elfa, de rubios cabellos, ondulados, piel extremadamente blanca, y porte muy distinguido. Esta se quedó mirando a la desconocida, al igual que las otras dos figuras, que eran dos hombres, uno parecía Elfo y el otro humano.

El Elfo, tenia los cabellos dorados, y unos ojos verdes muy penetrantes, y también un porte de superioridad. El otro parecía humano, pero era un humano extraño, de tez morena, pelo largo y castaño, y unos ojos muy grises.

Kanya, nunca había visto tan de cerca, o otros como los suyos, además, no se parecían a los humanos que siempre veía, que eran tan rudos, estos parecían de otra forma. Como sentía tanta curiosidad, se acercó al Elfo de los cabellos dorados, e intento tocarle, para ver si no era un sueño como tantas veces, pero este la empujo, y la tiro al suelo, tan fuerte, que su espalda crujió al caer.

Cuando se volvió, vio postrado a su lado, a una criatura que nunca había visto antes, era extremadamente poco agraciada, con bultos y pústulas en la cara, una piel de color cetrino y sus cabellos, no eran mas que unos cuantos pelos revueltos. Esta criatura la miró con cara de cómplice, aunque no había visto el rostro de Kanya.

Su boca echaba sangre a borbotones, al igual que por su nariz, que estaba totalmente aplastada y deformada.

Se volvió a levantar, ahora con cautela, porque aquellos seres que eran como ella, le inspiraban miedo. Por fin se decidió a pronunciar una palabra, a lo que su voz sonó muy fría y distante...

-Dejen marchar a esta pobre criatura, yo la cuidaré, nadie se merece morir, aunque haya cometido actos malvados. Déjenle a mi cuidado. No son nadie, para tratar así a un ser vivo. Dijo Kanya muy serena a los Elfos y al humano.

-No creo que te interese salvar una criatura tan repugnante como esta, no vale ninguna pena, merece morir. Quiso herir a mi señora. Dijo el Elfo, mirando al la Elfa.

-Todas las criaturas merecen vivir, y con o su consentimiento, me lo llevaré. No permitiré que sufra mas a causa de vuestras torturas. Intentare salvarlo. Dijo Kanya, con un tono de voz, que denotaba enfadado, cosa que nunca la había acurrido

.-Ja, ja, ja... ¿Qué estúpida clase de Sureño eres?... que te apiadas de un orco. A los Sureños, solo les importan ellos mismos... dime... ¿Cómo piensas curarlo, si sois todos un atajo de inútiles...? Dijo la Elfa, con un tono muy desagradable, intentando vislumbrar su rostro bajo la capucha.

-Seré la clase de sureño que me plazca, y creo que todas las criaturas merecen vivir. Sé curar todo tipo de heridas, lo he hecho durante mucho tiempo. Dijo Kanya, mientras que el orco se daba la vuelta para mirarla, escupiendo sangre y intentando persuadir a los Elfos.

Mientras tanto, el Elfo, se acercó a donde estaba Kanya, intentando vislumbrar el rostro que había bajo la capa.

-Descúbrete, tanto miedo nos tienes... si te descubres, te daremos al orco, y podrás hacer con él lo que te plazca, a nosotros no nos hace falta para nada... Dijo el Elfo, a lo que el humano, también murmuraba acercándose.

-Esta bien, pero prometedme, que me lo daréis. Dijo Kanya.

-Prometido. Dijeron los tres, levantando una mano.

Poco a poco, Kanya, se fue quitando la capucha, y su bello rostro se fue descubriendo ante los desconocidos.

Sus ojos verdes, ahora eran tan profundos que se podían mirar en ellos, aunque no reflejaban nada, y sus cabellos estaban alborotados. Su piel canela, le hacia un bellos contraste con sus ojos.

Se irguió completamente, y quedo a la altura del Elfo y el humano, ya que era mas alta que la Elfa. Los cuatro incluido el Orco, se quedaron extasiados, contemplando la belleza de Kanya... Pero de repente el Elfo y el Humano, se inclinaron, e intentaron besarla la mano, a lo que Kanya la aparto. Se volvieron a levantar, mirándola continuamente, como si nunca hubieran visto a una Elfa así.

-Señora, que hace usted aquí... Una Elfa como usted, en un bosque como este, decidme. Decia el Elfo aun mirando fijamente a los ojos a Kanya.

-Estoy aquí desde que nací, y si me disculpa, creo que esta criatura, necesita cuidados y atenciones, ya que por su causa, esta delirando. Dijo Kanya, ya molesta con el Elfo, por la forma en la que la miraba, sin pestañear y la indiferencia que tenía ante aquel ser.

-No hace falta que sea tan descortés, no se imagina, quien es tan amable con usted... Glorfindel, señor Eldarin, capitán de Turgon, y el Elfo más poderoso después de Elrond(ayudo a la compañía del anillo, que en la película, sale Arwen en vez de el)... la que tendría que haberse postrado seria usted... avara sureña... Dijo la Elfa, acercándose a Kanya, y cogiéndola por la barbilla, a lo que esta la aparto con un manotazo.

-Sea usted quien sea, no le voy a permitir, que haga daño a Olwë, regente de Beleriand, y señora de todas sus tierras. Dijo el Elfo.

-Esta bien, pero ya he cumplido mi promesa, ahora dejen al orco... Dijo Kanya.

-Está bién, pero no sé para que una Elfa como usted, quiere una criatura así... llévesela de aquí. Grito el Elfo con un tono de desprecio.

-Quizás no tenga la mala fortuna, de volver a encontrármela nunca más, sucia y ávara sureña. Dijo la Elfa, con cara de desprecio y tono de superioridad.

Kanya no dijo nada mas, se cargo al hombro al Orco, y subió otra vez la colina. Se volvió hacia atrás, y vió como los desconocidos se marchaban... de lo que por una parte se alegro, por otra, todavía sentía curiosidad, a pesar de como la habían tratado. Nunca otro ser como aquel Elfo, la había mirado de esa forma, y eso la inquietaba.

La sangre negra del orco, le manchaba la ropa a Kanya, pero siguió caminando, muy livianamente, a pesar del peso del orco. Este intentaba pronunciar alguna palabra, a lo que Kanya no le entendía, hasta que por fin, se le oyó pronunciar.

-Aguaaaa. augg...aguaaa.., La necesito... gemía el orco.

-Espera a que lleguemos a..

-No.... yaaaa....seguía gimoteando el orco, echando sangre por la boca.

-Esta bien, creo que aquí cerca hay un lago... dijo Kanya preocupada por la criatura.

Se dio la vuelta, y empezó a correr, ya que daba la impresión, de que si no daba agua al orco, moriría, en cualquier momento.

Corrió y corrió, lo más rápido que pudo, y quiso recordar donde le había dicho Ku que estaba el lago.

Se empezó a desesperar, pues por mucho que corría, no encontraba ningún lago, mientras la espada, le rozaba contra la pierna, produciéndola un pequeño corte.

Por fin, vio el reflejo del agua, en un claro del bosque, que al igual que todo lo demás estaba seco y muerto. Descargó al Orco, cerca del lago, cogió agua con sus propias manos y dio de beber al Orco. Pero al pronto, se dejo de mover, y su deforme boca ya no tragaba agua, si no que la sangre le salía a tanta cantidad, que Kanya se mancho todas las manos de viscosa sangre negra. Había muerto.

Kanya intento despertarle, pero no lo consiguió. Por lo que con mucha pena en su corazón, improviso una pala, y enterró al orco al lado de un árbol, en lo que grabo la palabra "solitario" por lo solo que se iba a quedar en aquel paraje. Se acerco al lago, para lavarse las manos y el rostro. Pero en el fondo del lago, vio algo muy brillante, tanto que apagaba la oscuridad de aquel lugar, y producía un resplandor dorado. No dejaba de brillar, y Kanya, se sentía muy atraída, por lo que se tiró al lago, y nado hasta lo mas profundo, cogiendo aquel extraño objeto. Nadó hasta la superficie, y llegó a la orilla. Se puso de pie, abrió su mano, y observo, lo que era una especie de piedra, pero no una piedra cualquiera, si no una muy brillante, que aunque parecía incandescente, no quemaba.

Tenia un fino cordón que parecía de plata. A Kanya le gusto mucho ese extraña piedra, por lo que se la colgó del cuello, con lo que dejo de brillar. Y echó de andar, no sin antes mirar donde estaba el orco. Corrió y corrió, pues era muy tarde, y Ku se daría cuenta de que no estaba en el árbol. Atravesó el bosque tan rápido como lo haría un leopardo, y llego a donde estaba el árbol, trepo, y se echo en su hamaca. El Sol, ya empezaba a despuntar, y todo volvía a la vida.

Kanya, estaba tumbada en la hamaca, y mientras observaba el pedrusco, que ahora era totalmente negro. Se quedó dormida con la piedra en la mano

-Debe de tener cuidado, por favor, déjeme ir con usted a Barad-dûr, a buscar el...

-No sin antes, dejarle a su cuidado a mi pequeña... es tan frágil... cuídala Finrod. También procura que lo que nos concierne no pase a malas manos.- Decía el otro hombre, al que estaba en el lado de donde Kanya lo observaba todo desde arriba.

-Descuída, la cuidaré como si fuera mi hija, no dejaré que la ocurra nada. Llegara a ser una gran Elfa. Beren, puede confiar en mí. Dijo Finrod, mirando con terror hacia su alrededor.

Parecían estar en una caverna, y sus caras reflejaban miedo... Pero una figura negra con grandes ojos rojos, y un denso pelaje negro, apareció detrás de Beren, a lo que Finrod reaccionó, y lo apartó,. mientras depositaba en los brazos de Beren, lo que este le habia dado para que cuidara.

La bestia, se abalanzó contra Finrod, y le empezó a devorar lentamente.

Beren huía, con un lío de mantas de color plata en las manos.......... se internaba en un bosque muy oscuro. Corría y jadeaba, como si le persiguiese el mismo demonio. NOOOOOOOOHHHHHHHHHHHHHH sigue, quiero saber mas..... Kanya despertó sobresaltada, con la espada desenvainada. Pero a su lado no estaba mas que Ku. Ha sido un mal sueño, nada mas... se repetía Kanya.

. -No lo es. Dijo Ku...

¡Hola!

¿Os ha gustado? ¿Os ha parecido un rollo?... se que al principio, la historia, se puede hacer un poco pesada, pero es que hay que explicar muchas cosas... Pero de todas formas, si tenéis alguna queja, de ortografía, expresión, desarrollo de la historia... decidmela e intentaré arreglarla.

GRACIAS A TODAS LAS QUE ME DEJAIS REVIEWS, ME ANIMAIS MUCHO¡¡¡¡¡¡

No os preocupeis, que ya saldrá Legolas mas adelante... jejeje....

Bueno, os suplico que dejeis un review, con lo que sea, por favor, para saber si continúo la historia.

OTRA VEZ GRACIAS.